Cambio de cuerpos Parte 4

—¡Uf! —exclamó Luz/Eda, quién se había quedado en el puesto—. Bueno, lo intentaré de nuevo.

Miró sus botas, y empezó a caminar.

—Y... derecha, izquierda, dere...

Tropezó, logró sostenerse por unas cuantas cajas, pero una lámpara cayó y se hizo pedazos en el suelo.

—¿Cómo usa esto todos los días? —preguntó incrédula, levantando la pierna diestra.

Miró al suelo, y vio la lámpara rota.

—Oh, no... —Dio unos pasos de rodillas—. ¿Qué hicieron mis tacones? Un segundo…

Sonrió, y se puso de pié, adoptando una pose heroica.

—¡Soy una gran bruja!

Dibujó un círculo mágico, pero lanzó un hechizo tan poderoso que la lanzó hacia atrás de la mesa.

—¡AAH!

Se levantó, y miró su palma diestra.

—Woah, Eda es poderosa.

De pronto, lanzó otro hechizo que volvió a impulsarla hacia atrás.

—¡Aaah! ¡No de nuevo!

Pronto, Luz/Eda se puso unos guantes de cocina con agujeros en los índices.

—Bien. Intentémoslo una vez más.

Creó otro círculo de hechizos, logrando reparar la lámpara… Pero ahora eran varias lámparas convinadas con piernas humanas.

—¡Hice magia con mis manos! —celebró Luz/Eda dando saltitos alegres.

—Wow, tan innecesariamente extravagante —señaló un cliente que era una criatura demonio verde con la cabeza similar a la de un tiburón martillo—. ¡La llevaré!

—¡Zippo swappo!

Luz/Eda hizo otro círculo de hechizos, y la extraña lámpara se alejó para deleite del cliente, quién le arrojó una moneda.

—Vendida al experto comprador.

Caminó hacia el mostrador.

—Bien, manos mágicas. Veamos que más podemos hacer mágicamente mágico.

Luego, en una cortina de humo amarillo, Luz/Eda hizo aparecer un gran letrero luminoso que decía "Eda, la dama búho" junto con una figura movil, y un sombrero de copa con el nombre "Eda" sobre su cabeza.

—¡Acerquense y deleitense con las maravillas del reino humano!

Tal espectaculo, atrajo a algunas brujas y demonios que dijeron:

—Oh, ¿qué es eso?

—¿A dónde se fue el otro puesto?

Luz/Eda se inclinó hacia un demonio naranja de enormes dientes que tenía los ojos cerrados.

—Tus luces son demasiado brillantes y olvidé por qué vine aquí.

Luz/Eda miró hacia un lado y sonrió.

—Será por...

Hechizó un plumero, y este le hizo cosquillas al demonio, haciéndolo reír.

—La risa.

—Divertido. Es muy doloroso —El cliente le tendió un puñado de monedas—. Llevaré dos para mis enemigos.

Luego, Luz/Eda atendió a un demonio centauro blemio, por quién dibujó una cara en la peluda protuberancia sobre su "tronco/cabeza", haciéndolo derramar lágrimas de alegría, y pagar con un fajo de monedas, seguido de una madre demonio con su bebé que lloraba en un cochecito, y a quién calmó con un gran chupete verde (que hizo aparecer mágicamente), recibiendo básicamente todos los caracoles de un bolso a cambio.

—Gracias, regresen pronto.

La multitud se dispersó, y Luz/Eda tomó el bastón mágico de la dama búho original.

—Hay algo para cada uno de ustedes. Tómenlo de mí. Eda, es un obsequio para las islas hirvientes.

—¿Eso es cierto? —dijo una voz aspera, proveniente de un hombre encapuchado—. ¿Eres la famosa Eda, la dama búho?

—Eso depende... —Luz/Eda se quitó lentamente el sombrero—. ¿Eres fanatico... —Sacó un ramo de flores vivientes de adentro de dicha penda—. De la magia?

—No, pero soy un fanático de...

El hombre se quitó la capa, revelándose como un guardia del emperador.

—La ley.

—¡Oh, no! —se lamentaron las flores, antes de marchitarse.

El guardia esposó a una sorprendida Luz/Eda de la muñeca diestra, antes de que otro guardia apareciese, y le quitara el sombrero de copa.

—Pudimos atraparte en el acto —señaló hacia el letrero luminoso—. Todo gracias a tu pequeño espectáculo de luces.

Luz/Eda miró entre los guardias y sonrió al darse cuenta de que tenía una ventaja.

—Caballeros, ¿qué les parece si olvidamos todo esto que pasó?

Dibujó un círculo de hechizos con la mano libre hacia el guardia de la derecha.

—¡Hechizo de amnesia!.

Sin embargo, solo hizo aparecer un gran chupete en su lugar...

—Todavia no entiendo bien esto —se excusó Luz/Eda con una sonrisa nerviosa.

.

.

.

En el recinto policial 128, la cámara viviente tomó una foto a Luz/Eda y la vomitó toda babeada.

—Es uno de mis mejores trabajos. Realmente captura la vergüenza.

Le mostró la foto policial, y ella frunció el ceño. Luego, observo como un guardia esposaba y encerraba al bastón mágico (que graznó) en una celda.

—Sí, estarás encerrado durante mucho tiempo, asqueroso criminal.

El búho miró a Luz/Eda con tristeza.

—¡Owlbert!

Luz/Eda miró al personal mientras se la llevaban para el cuarto de interrogatorio.

—Esto es un gran error. Se reirá cuando le explique.

Pronto, un par de figuras entraron a la comisaría, pasando frente a unos guardias.

—Oh, ¿es ella realmente?

—Y viene con su retoño.

—Oh, no. Esto no es bueno.

—Ey, debes quitarte esa cosa antes de que alguien te vea —le advirtió un guardia a su camarada, quién todavía llevaba un chupón.

El otro guardia se encogió de hombros.

—Me gusta. Calma los nervios.

Luego, vieron el reflejo de Lilith en el cristal e inmediatamente se levantaron de sus sillas.

—¡Ah!

Al guardia del chupón se le cayó dicho objeto.

—Señora Lilith.

—¿A qué debemos este honor?

Lilith miró a su retoño.

—Satan.

Satan se aclaró la garganta.

—A mi honorable madre le llegó la noticia de que capturaron a su hermana —les informó educadamente a los guardias—. Ella se encargará ahora.

—Pero señora. Ella va directo al conformatorio —El guardia sacó un pergamino—. Tengo la orden aquí mismo.

—Satan.

Obedeciendo la voz de su madre, Satan quemó el pergamino con un hechizo.

—Las órdenes han cambiado.

—Miren, chicos, atraparon a la Eda equivocada —protestó Luz/Eda, cuando Lilith y Satan entraron a la habitación.

—Hola, Edalyn.

Luz/Eda sonrió al verlos.

—Oh, qué suerte, unos rostros familiares. Eres la hermana de Eda... Lilith, ¿verdad? —Volteó hacia el chico Clawthorne—. Y veo que trajiste a tu apuesto hijo, Satan.

Satan miró fíjamente a Luz/Eda, y…

«¡Luz!», pensó, antes de mirar a Lilith, y agregar en voz alta—: Ahmm, madre...

Lilith le dedicó una mirada de advertencia.

—Lo que sea que vayas a decirme, tendrá que esperar —Miró nuevamente a Eda/Luz —. ¿Sabes por qué estás aquí?

—Como le decía al guardia. Esta es una clásica confusión de un truco de Halloween —explicó Luz/Eda.

—Hermana, los cargos en tu contra son largos, y muchos.

Lilith levantó un pergamino, y se lo pasó a su retoño.

—Corbato, haz los honores, por favor.

Satan tomo el pergamino, lo desenrolló hasta que tocó el suelo, y leyó:

—Operar un puesto sin tener permiso, negocios falsos, fraudes...

—Sí, creo que esta lista es un poco extensa —admitió Luz/Eda.

—Esos cargos son serios —la regañó Lilith—. No te escaparás más, Edalyn.

Luz/Eda cerró los ojos.

—Lo sé. No puedo hacer desaparecer mis problemas.

Lilith se sentó a su lado, agarrándola de los brazos.

—¡Pero nosotros sí! Que te atraparan fue claramente un pedido de ayuda.

Satan intentó contener la risa, y se atragantó. Lilith lo miró con los ojos entrecerrados.

—¿Hay algo de gracioso en mis palabras, mocoso?

Satan negó con la cabeza.

—No, madre. Solo contuve un estornudo.

Lilith volvió a mirar a Eda/Luz, volviendo a sonreír.

—Unete al aquelarre del emperador como soñamos cuando éramos niñas.

—¿Eda quería estár en el aquelarre del emperador? —preguntó Luz retóricamente, incrédula.

—No tengas miedo, hermana. Pronto dejarás de ser un peligro para los que te rodean.

Lilith miró a su hijo, mientras ataba a Eda/Luz con unas cuerdas mágicas que hizo aparecer mágicamente al girar el índice diestro.

—Satan, ponte el guante de marcación.

—¿El qué?

Satan se puso tal objeto con el símbolo brillante, y se acercó a Luz/Eda, poniendo una cara de disculpa.

—No es nada personal, "tía Eda"

—¡Espera, cometen un error! —gritó Luz, creando un gran círculo de hechizos sin querer—. No soy un peligro para nadie.

Y, tras notar lo que hizo…

—Uh, oh.

Hubo una explosión, y Eda/Luz (ya libre de sus ataduras y grilletes) tosió.

—¡Owlbert, ven a mí!

Volando, el bastón mágico atravesó la celda, y golpeó a Luz/Eda.

—Lo siento amigo —se disculpó Luz/Eda, liberándolo con un hechizo—. La vida de Eda es más complicada de lo que creí.

Y salió corriendo por el agujero, dejando atrás a una malhumorada Lilith y a su hijo, quien se reía disimuladamente de su desordenado cabello.