Kei acabó acompañando a IA y Yukari a adentrarse a una exhibición sobre youkais, a decir verdad, para él le resultaba un tema fascinante ya que no es algo que haya podido experimentar anteriormente, así fue que decidió ir con ellas dos.
- Ya hemos llegado. – Señaló la pelirrosa, era un edificio semimoderno con un youkai que estaba en la cima con un letrero. – Vamos.
Los tres pagaron la entrada y entonces entraron a la exhibición, de entrada se podían observar varias figuras de youkais famosos, los tres los observaban.
- IA-chan, esto es un rokurokubi ¿no? – Preguntó la pelimorada a la figura de una mujer con el cuello alargado.
- Así es, es un youkai cuya característica es su cuello alargado, se hacía pasar por una mujer en las calles antiguas para asustar a la gente que pasara al alargar su cuello.
- Wow… - Siguieron viendo, en especial Kei observaba cada figura y explicación que había sobre estos, realmente podía encontrar cada tipo de youkai, sea humanoide o hasta figuras, tanukis, forma de sombrilla y demás, le acabó resultando interesante.
- Parece que habrá una especie de obra ¿vamos a ver? – Preguntó IA, con los otros dos que aceptaron, entraron al pequeño teatro y fueron a sentarse en los asientos, tuvieron que esperar un poco hasta que la cortina finalmente se abrió.
- Esto será bueno. – Expresó Yukari. En ese momento aparecieron los actores que estaban trajeados como respectivos youkais.
- El mundo youkai es uno bastante extenso, con leyendas que datan desde las épocas del Japón feudal, estas criaturas siempre se han mantenido escondidas de los ojos humanos, al menos hasta que ellas deciden salir y asustar a la gente.
- Explica muy bien… - Kei soltó un bostezo en aquel momento. – Me está entrando el sueño…
- Ahora vamos a adentrarnos a las profundidades del mundo youkai, donde podrán observar muy de cerca los comportamientos de estas criaturas y como se relacionan con nuestro mundo. – Kei no aguantó más y acabó cerrando los ojos, cayendo en un profundo sueño…
- ¿Eh? ¿Qué pasó? – El peligris abrió los ojos en ese momento, al hacerlo se percató que no estaba en el teatro, sino que se encontraba en un bosque, se levantó para ver a sus alrededores. - ¿Dónde me encuentro?
El sonido de un arbusto moviéndose alertó a Kei, este miró a ver a todos lados, preguntándose quien era, si es algún conocido, en ese momento se acercó a ver mientras más escuchaba del origen del ruido, entonces se asomó.
- Soy una kitsune, témeme. – Salió alguien de los arbustos en ese momento, una figura que Kei reconoció.
- ¿Rin? ¿Qué haces? – Preguntó Kei, la rubia extendió lo que eran unas garras y poseía unas orejas animales sobre su cabeza. - ¿Y esas orejas? ¿Es una diadema o algo?
- No es nada falso humano, son mis orejas reales, soy una kitsune después de todo. – Se jactó esta, Kei solo pudo observar más a fondo para verlo, Rin llevaba un kimono de color azul, además de las orejas, también poseía una cola por detrás que se movía.
- Es cierto, no parece ser algo falso.
- Te lo dije, ahora que ya lo sabes, tienes que correr, podría comerte.
- Sé que no harías eso. – Respondió Kei con una sonrisa. – Eres muy buena como para hacerlo.
- ¡No es verdad, soy una youkai temible! – Reclamó la rubia, Kei acarició su cabeza. – Espera no hagas eso que… - Y entonces la expresión de Rin cambió a una de relajación. – Sí… jeje, rasca detrás de mis orejas~
- Muy bien. – Hizo lo que ella dijo y la rascó en esa zona, la cola de la rubia comenzó a moverse con fuerza.
- Que rico… Espera, no deberías hacer eso. – Salió del trance para alejarse del peligris. – Eres peligroso, casi haces que baje la guardia pero no volveré a caer en el truco.
- No es mi intención esa Rin, solo quería preguntar dónde estoy. – La rubia ladeó su cabeza.
- … Ya entiendo, muy bien humano, ya que fuiste amable conmigo podría responder a tu pregunta; te encuentras en las afueras de la ciudad youkai, donde todo tipo de criaturas convivimos y disfrutamos de una vida normal.
- Eso es interesante ¿crees que podrías mostrármelo?
- Jeje, eres tonto si crees que llevaré a un humano como tú a nuestra ciudad… ah, eso~ - Y Kei nuevamente comenzó a acariciar las orejas de Rin, ya al terminar ella se recuperó, algo avergonzada. – Bueno, supongo que puedo hacer una excepción y darte un tour, pero será mejor que no reveles que eres un humano ¿entendido?
- Claro. – Con eso dicho, Rin comenzó a llevar a Kei a la ciudad youkai. Saliendo del bosque ya se podía ver el camino y el peligris observó con sorpresa, todo tipo de criaturas se paseaba y convivía como si fueran personas normales.
- ¡Adelante, pasen, tenemos el mejor sake de la ciudad!
- Prueben el delicioso mochi que vendemos, no se arrepentirán.
Criaturas vendían sus productos como mercaderes y en sí se veía un buen tráfico de personas, los dos caminaban por las calles en ese momento, con el peligris observando por todos lados.
- Ciertamente es una ciudad muy viva. – Comentó este, Rin infló el pecho del orgullo.
- Nuestra sociedad ha prosperado en este sitio durante siglos, como actualmente en Japón las leyendas que nos conforman ya no tienen tanta fuerza, hemos decidido vivir en paz en un solo lugar y prosperar como una comunidad. – Explicó Rin. Kei veía con asombro como es que todos esos youkais se divertían como cualquier otra persona.
- Sí es impresionante que algo así exista. – Respondió el peligris, en ese momento la rubia se detuvo. - ¿Qué pasa?
- No es nada, por ahí viene Karakasa-san. – Señaló ella, entonces se vio como un desfile con alguien que iba al frente, llevaba una yukata de color rojo y poseía una sombrilla, Kei no tardó en darse cuenta de quien era.
- (¿Len?)
- Gracias por otro gran día Karakasa-san.
- Le agradecemos por las ofrendas Karakasa-san. – Según él podía observar, los monstruos le estaban muy agradecidos por todo.
- ¿Hace algo importante?
- Claro que sí. – Respondió Rin. – Karakasa-san es quien habitualmente se encarga de recoger las ofrendas que nos dan a los youkais en los templos y las reparte equitativamente, es un trabajo muy importante.
- Ya entiendo… - En ese momento llegó una rokurokubi y su cabeza fue igual de reconocible, se trataba de Meiko.
- Karakasa-san, ha surgido un problema, se hizo el conteo de las ofrendas del día de hoy y los números no coinciden, parece que hay una falta en estas.
- Entiendo, será mejor que lo vayamos a revisar. – De ese modo se desvió junto con ella.
- Humano, sería mejor si los seguimos, quien sabe que encontremos. – Expresó la kitsune, Kei asintió y ambos fueron tras ambos. Una distancia más tarde, se encontraban frente a un templo, ahí Len se sentó y entonces apareció alguien más, un kappa pero este tenía cabello azul y una forma más humanoide, era Kaito.
- Karakasa-san, según el informe que hicimos, por lo menos un diez por ciento de las ofrendas que obtuvimos han sido robados sin razón alguna.
- Entiendo, eso es ciertamente una situación mala para nosotros, ya que realmente nadie tiene razones para robar de las ofrendas que nos otorgan los humanos en los templos, en primera instancia, mi opción es que sea un espíritu travieso.
- ¿Cómo que se robaron las ofrendas? – Y revelando su ubicación, Rin salió en ese momento. – No puede ser que las lleven, deben de ser castigados.
- ¿Qué haces aquí? – Preguntó Meiko, Kei ya tuvo que salir. – Tú ¿Qué youkai eres?
- Esto… un doppelganger. – Tuvo que mentir. – Por curiosidad escuchamos su conversación y vemos que tienen problemas.
- Así es, esto del robo de ofrendas no es algo que pueda quedarse sin resolver.
- Entonces vamos a hacer algo. – Declaró Rin. – Esas ofrendas me gustan, adoro los dulces de frijol y si me los quitan, me enojo mucho. – Len soltó una pequeña risa.
- Espero que no sea molestia que hagamos algo. – Comentó Kei, el rubio negó con la cabeza.
- Al contrario, la ayuda será más que recibida, entonces contaremos con ustedes, que Kappa les dé más información.
- Claro. – Kaito hizo una pequeña reverencia antes de ir con ellos. – El panorama es el siguiente: justamente desde el transporte del templo donde recogemos las ofrendas hasta la ciudad, hay un camino por el cual a pie se tarda hora y media en recorrer, hemos pensado que es posible que durante ese tramo es que se hayan podido robar algunas de las ofrendas.
- Entonces es posible que sea por ese camino donde se puedan encontrar pistas. – Expresó Kei.
- Es lo que pensaba, no sería molestia si les pido que vayan a investigar.
- Para nada, conozco el bosque como la palma de mi mano. – Declaró Rin de forma orgullosa. – Vamos entonces, hay que recuperar esas ofrendas. – Tomó la mano de Kei sin previo aviso y se fueron en ese momento.
- Karakasa-san ¿en serio dejará que resuelvan esto? – Preguntó Meiko, no del todo convencida.
- Lo estoy, algo siento en ese chico que podría ayudarnos, llámalo como… una corazonada.
Kei y Rin se dirigieron nuevamente al bosque, en el camino donde las ofrendas desaparecieron para ver si encontraban pistas sobre su posible paradero, ahí fue que la kitsune empezó a olfatear el suelo.
- Sniff… sniff… que mala suerte, no detecto nada.
- ¿Es realmente por aquí? – Preguntó el peligris.
- Eso fue lo que dijo Karakasa-san, este es el sitio exacto donde las ofrendas desaparecieron de repente, pero no logro captar el olor de estas.
- No es que hayan desaparecido de repente tampoco. – Kei necesitaba pensar en alguna forma la cual hayan logrado desaparecer, quizás no aplicando la lógica, era una ciudad de youkais después de todo, así que no hay otra opción más que un youkai haya sido el responsable. - ¿Se encuentra algún sitio aquí cerca?
- Bueno, si me lo preguntas… creo que hay un templo abandonado. – Respondió Rin, Kei chasqueó los dedos.
- Ese sería un buen lugar para investigar primero, puede que se las hayan llevado ahí.
- Tienes razón. – Rin se alegró. – Sí encontramos ahí las ofrendas, finalmente podré tener mi valioso sake~
- No perdamos el tiempo entonces, vamos. – Los dos fueron hacia aquel templo abandonado, según los señalamientos de la rubia, no tardaron en llegar al respectivo templo, pero del mismo modo, se hizo de noche. - ¿No oscureció muy rápido?
- … Detecto algo cerca. – Señaló Rin. Kei comenzó a sentir un helado en su piel, el viento había cambiado a un aire gélido mientras iban subiendo las escaleras hacia el templo, al llegar a la cima, de repente se encendieron las lámparas de piedra de la fachada del templo, se observaba la puerta torii de color rojo y justo en medio de esta se encontraba una figura de piel palida, cabello verdoso atado a dos coletas, llevando un kimono de color negro que dejaba caer sus mangas.
- ¿Miku? – Preguntó Kei.
- ¿Qué están haciendo en mi templo? – Preguntó ella.
- Estamos buscando las ofrendas que iban a la ciudad youkai ¿no están aquí? – Preguntó la kitsune, Miku negó con la cabeza.
- No tengo idea acerca de ofrendas que hayan sido robadas, siempre he estado en este templo y nunca he salido de él.
- ¿Ni siquiera has visto que alguien pasara con unas cajas? – Preguntó Kei, Miku nuevamente dio una negativa, causando que el peligris soltara un suspiro. – Esto parece más complicado de lo previsto.
- Tampoco podemos rendirnos, hay que encontrar las ofrendas, no puedo vivir sin ellas. – Señaló Rin, en ese momento Miku se acercó.
- Parece que tienen unos graves problemas, puede que les ayude un poco. – Se ofreció, Rin pareció tener su atención, debido a como sus orejas de zorro se levantaron.
- ¿Acaso es que tienes alguna idea?
- Quizás yo no pueda salir de este templo, pero sí que tengo control sobre las almas que rondan a los alrededores, en ocasiones les pido que hagan mandados como traerme dulces y otras cosas. – Explicó ella.
- ¿Acaso los fantasmas comen dulces? – Preguntó Kei, la peliverde hizo un puchero.
- Claro que comemos dulces, no por el hecho de estar muerta quiere decir que no tenga hambre, y siempre acepto un buen dulce como ofrenda.
- Sí puedes controlar a los espíritus, has que muestre o busque sobre el posible paradero de las ofrendas, deben estar aquí cerca. – Miku asintió a las palabras de Rin, en ese momento ella cerró los ojos y extendió los brazos, en aquel momento se vio como múltiples luces comenzaron a reunirse y moverse alrededor de ella.
- (Parecen ser fuegos fatuos) – Pensó Kei al ver esas luces; al estar reunidas alrededor de Miku, esta entonces señaló al frente, causando que comenzaran a volar a todas direcciones alrededor.
- Listo, ya mandé varias almas a buscar a los alrededores, si ven alguna pista o imagen sobre esas ofrendas, me enviarán la información directamente a mi cabeza. – Era una habilidad bastante útil de la peliverde.
- Eso ya nos ahorra mucho trabajo, gracias fantasma. – Agradeció Rin, Miku sonrió por las palabras de agradecimiento.
- No sé cuanto tarden en encontrar, así que solo resta esperar, mientras pueden pasar al templo a descansar. – Ofreció Miku. Los dos entraron en ese momento hasta la caseta, ahí se veían muchas envolturas de dulces en el suelo.
- ¿No limpias? – Kei enarcó una ceja, la peliverde sonrió de forma nerviosa.
- Bueno… soy una fantasma, no tengo necesidad de limpiar si estoy muerta.
- Eso no es bueno, hasta un templo abandonado debe permanecer en buen estado, tomaré la escoba. – Kei comenzó a barrer en ese momento la fachada del templo, alejando las hojas que caían de los árboles, así continuó durante una hora.
- Wow, nunca antes había visto la fachada limpia. – Exclamó Miku con asombro. – Eres bastante bueno… esto…
- Kei, así me llamo.
- Entiendo, gracias Kei-san. – Sonrió Miku, en ese momento su expresión cambió. – Estoy recibiendo el mensaje de una de las almas… parece que encontró sus ofrendas robadas.
- ¿En serio? ¿Dónde? – Preguntó Rin con curiosidad.
- Es más fácil si se los muestro. – Miku sujetó a ambos de las frentes y en ese momento ambos empezaron a ver imágenes, como si fueran transmitidas directamente a sus cerebros, lograban ver lo que observaba aquella alma.
- Jeje, que fácil fue robar esas ofrendas ¿no es así aniki? – Preguntó alguien, era una pequeña casa donde adentro se observaba a cuatro hombres vestidos como campesinos. – Esos estúpidos youkais se lo pierden por transportar sus ofrendas sin nada de seguridad.
- Así es. – Sonrió el principal, que parecía ser el jefe de ellos. – La aldea ha enviado ofrendas cada dos meses a la ciudad youkai pero no se dan cuenta que es una perdida de dinero, algo que nosotros podríamos aprovechar mejor.
- Eso, vamos a ganar dinero. – Exclamó el tercero de ellos mientras empezaron a reír, en ese momento las imágenes terminaron.
- ¡No puedo creerlo, unos humanos nos robaron nuestras ofrendas! – Rin se veía muy enojada en aquel momento, dejando mostrar sus colmillos.
- Ciertamente es horrible que hayan decidido tomar las ofrendas que les pertenecen. – Kei se cruzó de brazos. – Ahora tenemos la información que necesitábamos, gracias. – Le agradeció a Miku, esta asintió.
- No es nada, de igual forma podría hacer algo… no puedo salir del templo, pero les enviaré un alma para que los acompañe de regreso a su destino, puedo comunicarme por medio de ellas.
- Ok, Kei-san, hay que volver a informar de esto a Karakasa-san. – Sugirió Rin, el peligris asintió, de modo que salieron del templo para volver a la ciudad youkai.
Al momento que regresaron junto al alma acompañante de Miku, fueron al templo para informar de lo ocurrido a Len, explicando lo que descubrieron.
- ¡Eso es sacrilegio! Como es que unos humanos se robaron nuestras ofrendas. – Meiko estaba bastante ofendida al respecto.
- Entiendo… parece que hay ciertos tontos que no están lo suficiente agradecidos con nosotros. – Len se levantó en ese momento. Kappa, tenemos cosas qué hacer.
- Claro que sí, Karakasa-san. – Asintió Kaito.
- ¿Qué van a hacer? – Preguntó Kei.
- Simplemente vamos a darle a esos humanos un pequeño susto, como advertencia para no volver a robar nuestras ofrendas. – Explicó el rubio, al ser youkais, no sería nada complicado asustar a los humanos para recordarles lo peligrosos que son.
- Un momento. – Kei los detuvo.
- ¿Qué haces? – Exclamó Meiko, en ese momento Len puso su mano para detenerla.
- Doppelganger ¿acaso tienes algo en mente? – Kei sonrió.
- Sí lo que quieren hacer es darles un susto a esas personas por robarse las ofrendas, tengo algo en mente.
- Eso me interesa. – Se escuchó una voz detrás, en ese momento la puerta principal corrediza del templo se abrió, apareciendo una chica de largo cabello rosado, vestida con un velo de color amarillo y con cuernos en su frente.
- Princesa oni. – Len como los demás se arrodillaron ante ella.
- (Esa es Luka) – Pensó Kei en ese momento, la pelirrosa se acercó en ese momento.
- Así que Doppelganger, dices que tienes un plan alternativo para castigar a esos humanos ¿no?
- Así es. – Kei miró al resto. – ¿Qué tenían planeado para castigarlos?
- Bueno, yo pensé en que kappa les robara las kintamas y entonces con mi sombrilla, reciban un lengüetazo para paralizarlos. – Explicó Len, eso era lo que ellos como youkais hacían pero el peligris no permitiría eso.
- Tengo una idea mejor, si simplemente hay que darles una advertencia, esto es lo que haremos… - Y empezó a explicar lo que harían para castigar a los ladrones de la ofrenda. Kei trabajaría en conjunto con los youkais para recuperar la caja, pronto lo pondrían en marcha para empezar a moverse.
Ninja Britten 11: Esas apariciones serán algo así esporádicas, al menos así como lo fueron SeeU, Lily y los demás, pero si son muchos vocaloids que existen, ya se verá luego.
Bueno, esto lo estoy designando como el especial de Halloween de este año, será de dos partes y vemos como Kei trata con contrapartes youkais de los vocaloids y los ayuda, aunque solo usaré a los de Crypton para esto, igual me estoy basando en dos canciones para este especial, ya veremos como es que Kei planeará el ayudarlos a recuperar sus ofrendas, hasta el próximo cap. Saludos.
