Disclamair: Slam dunk es obra de Takehiko Inoue
Cap.2: No necesito un compañero de juegos.
De camino a Ryonan, había un muelle bonito y limpio. Era perfecto para que los jóvenes corrieran para ejercitarse o para que los viejos pescaran. Sendoh Akira lo usaba con ambas intenciones. Hace una semana había empezado el entrenamiento de basquetbol en Ryonan para el equipo masculino y a él le agradaban sus nuevos compañeros; tanto de clases como los del equipo. Lo mejor del Ryonan es que estaba cerca del muelle y de una cancha callejera de básquet, ambas quedaban de camino, era perfecto para él.
Se había levantado cerca de las cinco de la mañana a pescar, pudo observar la cancha vacía en su camino hacia el muelle. Pensó que sería buena idea ir a jugar un rato y practicar después de pescar pero había olvidado su pelota, por lo que debió dejar su segunda parte del plan para otro día. Aunque sus planes cambiaron de inmediato cuando escuchó rebotes, pero no veía bien quien tenía la cancha ocupada por los árboles. Si hay rebotes significa que hay gente jugando, tal vez podría unírseles si era un grupo de personas o retar un uno a uno si solo había una.
—¿Cómo se puede hacer para que entre? ¡Ay! —escuchó una voz femenina quejarse.
Detrás de la maya de alambres vislumbró a una chica de baja estatura, con una calza que alcanzaba hasta sus tobillos y el pelo atado. Le sorprendió que jugara con los anteojos puestos, pero había jugadores que conoció los cuales también llevaban gafas en la cancha.
La joven lanzó un tiró desde una mala posición y además sus brazos se le movieron a los costados. La pelota no entró.
Él sonrió pensando lo principiante que se veía la chica. Los tiros libres no era lo primero que se enseñaba en básquet, pero ahí estaba esa pequeña practicando con todo su corazón los tiros y seguro pensando que una vez que los domine será una profesional.
Otro rezongo de parte de ella cuando la pelota no entró en el aro y rodó hasta la entrada de la cancha callejera, se detuvo a los pies del observador. Higashi reprimió un respingo en ver a un intruso que tomaba su pelota y sonreía con un destello de burla en su cara. Se sintió agradecida de haber tomado la decisión correcta en ir a entrenar con su calza larga y no con sus pantalones cortos, que vergüenza hubiera sido si alguien viera sus piernas y más si fuera un chico adolescente.
—Esa es mi pelota —dijo ella señalando al objeto. Su tono era serio y áspero, así como su semblante.
—Lo sé, aquí tienes.
El chico le pasó en un pique la pelota, Higashi observó que traía un equipo de pesca, tal vez era un pescador o un vendedor ambulante de peces.
Sin decir nada, la chica volteó hacia el cesto, picó contra el suelo y luego lanzó la pelota al aro. Una vez más, no entró y rebotó contra el aro. Ella frunció más el ceño y agarró la pelota que picaba, en silencio. A Sendoh le sorprendió su silencio, hasta hace poco la escuchaba rezongar y gruñir por errar.
—¿Prácticas tiros?
Él no tenía intenciones de ponerla nerviosa, pero su presencia la incomodaba ¿Por qué un chico pesquero seguía observándola jugar así de mal? ¿Y por qué no se va ya?
—Si —dijo cortante, esperaba que él entendiera su indirecta que decía entre líneas "vete, me incomodas".
Otra vez la arrojó y erró, ella hizo una mueca de molestia y cansancio, había estado practicando todo el fin de semana, pero nada daba efecto. La pelota volvió a rodar hacia el joven, él la levantó.
—Lo mejor sería para una principiante como tú que practicaras un tiro más sencillo, como un tiro con dribleo.
La chica inclinó su cabeza desentendida, nunca escuchó ese tiro antes, también hizo un gruñido en voz baja, odiaba que un extraño estuviera tocando su balón.
—¿Un qué?
—Un tiro con dribleo, también se les llama Bandeja, son prácticos y básicos de aprender, sin mencionar que son muy efectivos para ser tan simples.
El chico dejó su equipo de pesca en el suelo y empezó a rebotar la pelota, corrió picando hacia el cesto, saltó y dejó depositar la pelota en el aro. Higashi se quedó con la boca abierta, fue en ese momento que se dio cuenta lo alto que era ese muchacho y su peinado raro.
—¿Viste? Dejé que la pelota cayera sobre el aro y fue muy sencillo, la deposité como si la dejara caer en una bandeja, de ahí el nombre. Es mejor aprender algo básico que saltarse los pasos e ir a lo difícil. Tu turno —le arrojó la pelota y ella la atrapó.
Todavía estaba estupefacta, ¿Ella sería capaz de dar un gran salto y llegar al aro, siendo tan pequeña? Miró por varios segundos el cesto mientras jugaba con la pelota en sus manos. Si ese desconocido de cabello raro podía ¿Por qué ella no?
Picó varias veces la pelota en el suelo, corrió hacia la canasta y saltó con la pelota en la mano en alto, quería dejarla depositar, pero no alcanzó al aro. Higashi cayó y sintió sus piernas temblar, se estremeció en el suelo avergonzada y sin ánimos de levantarse.
Sendoh observó con atención, aquella chica era en efecto una novata, la forma en que rebotaba la pelota era muy torpe, pero la rapidez de sus piernas lo sorprendió, si pudiera manejar la pelota con más agilidad ella podría ser una gran defensora.
—¡Cielos! Deberías practicar más tus rebotes y tus saltos —comentó entre risas.
La chica se levantó de golpe y en sus ojos se leía furia. Caminó rápido hacia él y lo fulminó con la mirada.
—Escucha, tal vez tú sepas un poco más que yo en cuanto a basquetbol y seas más alto, pero eso no te da el privilegio de reírte de mi. Así que puedes retirarte porque no necesito un compañero de juegos.
Ella volvió a voltearse, tomó la pelota y la rebotó algunas veces más en el suelo, luego saltó hacia el aro y estiró su brazo con intenciones de hacer el dribleo. No lo consiguió y volvió a caerse.
"Que mal humor", pensó el chico viendo la caída de la muchacha ¿Por qué esa actitud tan arisca?
—¿Ya jugaste al basquetbol antes? —escuchó al muchacho preguntar.
Estaba tan avergonzada en el suelo, que no se animó a girar para verlo, así que desde su posición y encogida de hombros respondió:
—No.
—¿Entonces por qué estás jugando ahora?
El balón rodó por el suelo hasta tocar su pierna. Higashi agarró la pelota y la abrazó contra su pecho, luego se levantó y se dio la vuelta hacia el muchacho. Él ahora mostraba una sonrisa más amable y comprensiva, no parecía un mal sujeto.
—Me uní al club de basquetbol de mi preparatoria. Hoy es mi primer día de entrenamiento y no quería ir siendo la única ignorante del grupo, por lo que estuve practicando tiros desde el viernes a la noche y me levanté temprano para seguir practicando, pero casi nunca encesto —dijo con la cabeza agachada.
El muchacho caminó hacia ella con paso lento y extendió su mano.
—¿Me lo prestarías? —ella se mostró indecisa, pero luego de unos segundos, se lo pasó y él empezó a picar contra el suelo—. Lo primero que deberías aprender en el basquetbol son los rebotes, solo alguien que logra controlar bien los rebotes podrá controlar el juego.
Sendoh se mantuvo rebotando y luego se lo pasó a ella.
—Mantente rebotando la pelota y caminando con ella alrededor de la cancha.
Higashi, obediente, hizo lo que él le dijo. Empezó a rebotar la pelota y caminar con ella por la cancha, Sendoh la siguió al lado.
—Te quedas demasiado tiempo mirando la pelota, debes aprender a rebotar sin mirarla tanto tiempo, sino en un partido alguien podría robártela sin que te des cuenta.
—¿Así? —preguntó ella mirando a los laterales. Sendoh se rio por su acción.
—Si, algo así. Cuando juegas basquetbol debes prestar atención a todo a tu alrededor mientras rebotas la pelota, corres y esquivas a tus adversarios. Y no solo tus adversarios son tu prioridad, también tus compañeros, hacer buenos pases también puede ser clave para ganar un partido.
Higashi se sorprendió por esto, hace tiempo que no veía un partido de básquet y no recordaba algo así. Mientras rebotaba y caminaba, miraba el perfil del muchacho, le impresionaba su altura y su cabello ¿Era un adolescente como ella o un adulto?
—Cuidado, casi se te escapa.
—¡Ah, si! —la chica agarró la pelota a tiempo y reanudó su pique—. Dime, ¿Te gusta el basquetbol? —preguntó sintiéndose curiosa del desconocido que estaba usando su tiempo para ayudarla.
—Me fascina desde que soy pequeño.
—¿Juegas mucho?
—Si, por supuesto. Cada vez que tengo la oportunidad juego. Hoy tenía ganas de jugar en esta cancha, ya que se encontraba camino al muelle donde pesco, pero se me olvidó traer una pelota.
"Que despistado", pensó Higashi e hizo una media sonrisa. Tal vez estaba siendo un poco prejuiciosa, pero tenía el concepto que él era un chico perezoso y olvidadizo en esa primera charla. Mientras conversaban, ella mantenía su atención tanto en la pelota, como su alrededor y su compañero.
—¿Y tú por qué te uniste al club de tu escuela si no sabías nada de basquetbol? —él preguntó.
La chica tragó, no quería que un desconocido supiera su problema con su familia, ni el complejo que sus piernas le ocasionaban.
—Solo por razones personales.
No respondió nada más que eso. Sendoh aceptó su silencio, él tampoco solía ser muy sincero con sus respuestas.
—Estás dominando bien la técnica del rebote, pequeña —la felicitó. Higashi notó el apodo, pero no le dijo nada al respecto, estaba feliz por el halago.
—Gracias, creo que desde muy joven he tenido la habilidad de prestar atención a varias cosas al mismo tiempo, pero hace mucho que no lo hacía.
Estuvieron un rato más en silencio, excepto por el ruido constante del balón rebotando
—¿Cuánto tiempo debería estar haciendo esto? —preguntó cansada del rebote.
—Depende de lo que te diga tu entrenador.
—No quiero cuestionar a alguien que sabe más que yo, pero me gustaría volver a intentar el tiro con dribleo, digo, la bandeja.
—Inténtalo, no soy entrenador ni nada parecido para mandarte en cómo hacer las cosas.
Ella pensó que eso sonaba irónico, siendo él quien le recomendó primero hacer rebotes y tiros sencillos que tiros largos. Higashi se alejó con el balón y empezó a correr picando por la cancha, saltó a la cesta y estiró lo más que pudo su brazo, pero apenas alcanzó la punta del aro. Ella aterrizó con el ceño fruncido y resopló cruzada de brazos.
—No te preocupes, pequeña. Nadie lo hace bien al principio.
—Pero es como tú dices, yo soy pequeña ¿Cómo alguien pequeño puede llegar hasta allí arriba?
—Deberías probar lanzarla si no llegas al aro. He visto a jugadores de casi tu altura lograr ese tiro así ¿No oíste de Muggsy Bogues?
—¿Quién? Qué raro nombre.
—Tyrone "Muggsy" Bogues es un jugador muy talentoso de la NBA, sin embargo es muy bajo de altura, como tú.
—¿En serio? Creí que todos eran muy altos.
—No, hay excepciones siempre. Si él logra ser un jugador talentoso a pesar de su altura ¿Qué te limita a ti?
Higashi resopló, tomó el balón y repitió su acción con más esfuerzo, esta vez llegaría, no importaba como. Saltó y tiró la pelota pero el resultado fue el mismo, lo intentó otras cinco veces más, pero seguía sin dejarla en el aro.
—Creo que ya sé cuál es el problema —comentó Sendoh, de tanto mirarla, había tomado nota mental de su habilidad—. Flexiona un poco más las rodillas cuando saltes, flexionar y relajar las rodillas es algo muy importante en el básquet, eso hará un mejor impacto.
—Estoy flexionando las rodillas.
—Lo haces con miedo y dudosa por lo que no se relajan lo suficiente. En el basquetbol no puedes dejarte llevar por el miedo cuando vas a encestar, además de la técnica tienes que estar decidida.
A Higashi ese consejo le pareció vulgar e irrelevante, pero si este tipo alto lo decía, iba a seguirlo. Una vez más empezó con el pique y corrió decidida, se detuvo a poco del aro y flexionó la piernas, luego saltó con todas su fuerzas y tiró el balón que llegó a chocar contra el cuadro y luego rebotó al suelo. La joven se impresionó, no había logrado encestar, pero alcanzó al aro, algo que nunca creyó llegar, es más, pasó más allá del aro.
—¡Muy bien, pequeña! Casi lo logras.
—Lástima que no encesté.
—Es porque lo lanzaste con mucha fuerza, debes depositarla con suavidad, como si las dejaras caer en el aro.
La pelota rodó hacia Sendoh, el chico la tomó entre sus manos y la picó un rato, luego se la lanzó a ella.
—Si lograste hacer ese salto una vez, lo volverás a lograr.
La chica asintió decida. Correr rebotando, flexionar las rodillas para impulsar un salto más alto y dejarla caer en el aro. Una vez más lo intentó y para su sorpresa, la pelota cayó en el aro.
—¡Muy bien! ¡Esta vez si lo lograste! —Sendoh corrió a su lado para palmear su espalda, pero ella no reaccionó—. Lo hiciste muy bien pequeña… ¿Pequeña?
Los ojos de Higashi estaban un poco humedecidos, era la primera vez que encestaba por si sola, con una técnica que pudo aprender por su cuenta y con su esfuerzo. Sendoh no sabía cómo reaccionar a una chica llorando así, ni siquiera entendía porque lloraba ¿Tan sensible era?
—Disculpa, ¿pasa algo?
—¡¿Qú-qué?! ¡No! No pasa na-nada —respondió dándose la vuelta para que no la vea limpiarse las lágrimas. Se había emocionado tanto—. Es que es la primera… la primera vez en mucho tiempo que logro algo por mi misma —susurró sin mostrar aún su rostro.
Sendoh sonrió y pensó que ella era más sensible de lo que parecía detrás de esa cara inexpresiva y ese tono cortante con que solía hablar. Creyó que era demasiada emoción para un tiro sencillo, pero se sintió feliz que significara mucho para esa pequeña. Acarició su cabello y ella mostró su rostro colorado con una sonrisa forzada.
—Quiero volver a intentarlo.
Higashi se alejó rápido para que no viera su cara y buscó su pelota. La rebotó, saltó y tiró el balón de forma que lo dejó caer por segunda vez en el aro. Ella estaba estupefacta, no fue algo de una sola vez ¡Era la segunda vez! Pudo dominar la técnica.
—Ahora podré ir hoy al entrenamiento sin ser una ignorante.
—Te felicito, pero si tu entrenador es tan estricto como el mio lo más seguro es que te mantenga practicando el rebote.
—¿Entrenador? ¿Entrenas en tu universidad?
Sendoh se impresionó que lo confundiera con un estudiante universitario, pero le alegraba que esa chica no lo reconociera por otro lado, eso significaba que ella no sabía nada de la pequeña fama que había construido desde la secundaria baja, por ende, era más fácil hablar con ella.
—No en realidad, entreno en una preparatoria.
Al escuchar que era de una preparatoria, se le escapó la pelota de sus manos y abrió sus ojos mucho más grande de lo normal.
—Pero eres tan… alto. Me debatía en mi mente si eras un adolescente anormalmente alto o un adulto pesquero.
El joven rio, esta chica le agradaba. Luego ella fue hacia su bolso que descansaba en un banco afuera y sacó unos bentos. Se sentó y empezó a comer despacio.
Su hermano se tomó la molestia de prepararle dos cajas bien cargadas porque sabía que ella practicaría desde muy temprano y que no volvería hasta más tarde, por lo que ella estaría bien alimentada. Aunque viéndolo así, nunca adelgazaría sus piernas.
Sendoh se sentó a su lado viéndola comer. En verdad la chica estaba muy animada, a pesar de su rostro que volvió a tornarse serio. Le impresionó que no temiera por la cantidad de carbohidratos que estaba consumiendo, además de que su caja parecía más equipada que una normal. Sonrió y se rio para sus adentros porque esta chica no llevaba la forma estricta de comer en su dieta, a diferencia de muchas otras, ni siquiera parecía importarle que un chico de su edad la viera devorar su vianda.
Mientras comía, ella notó que el joven la miraba con interés.
—¿Quieres comer? —infirió por su semblante. Estiró su obento a él, pero negó con la cabeza.
—No, gracias, no tengo hambre y desayuné.
—Yo tampoco tengo hambre, pero tengo ganas de comer —sobretodo, quería comer para celebrar su pequeño éxito. Por un lado estaba feliz de la declinación de él, no le gustaba mucho compartir su comida, lo hacía más por cortesía.
—Oye, tengo una revista vieja con consejos y lecciones básicas para aprender básquet
—¿Ah, si? —preguntó sin mucho interés.
—Si, si quieres podría prestártela.
Mientras comía, un pequeño rubor se asomó a la mejilla de Higashi, pero ella lo ignoró y escondió su cara tras su caja de almuerzo.
—Me parece bien —comentó con la boca llena, seguro su mamá la regañaría si supiera de esto—. ¿Cuándo me la darías?
Sendoh lo pensó, le gustaba pescar y le gustaba el basquetbol y le empezaba a caer bien esta chica, podría levantarse temprano a pescar para luego practicar basquetbol con ella más a menudo, pero eso lo cansaría mucho en clases.
—Podría ser el viernes, es que tengo la práctica todos los días después de clases.
—Si, yo también, además de que mis clases empiezan muy temprano.
—Las mías también.
Fue en ese entonces, en ese momento de silencio que Higashi recordó algo… algo que no debía olvidar...
—¡Rayos! Lo olvidé, pronto deberé entrar a clases. —Revisó su reloj, aún faltaba para el inicio de clases, pero debía cambiarse pronto, lo bueno es que traía su uniforme en su bolso.
—Ahora que me acuerdo, yo también.
La chica no había terminado su obento completo, pero lo dejó a un lado y estiró sus brazos. Higashi se dio cuenta lo cansada que estaba por levantarse tan temprano y tanto entrenamiento. Pensó en echarse una siesta antes de dirigirse a la escuela, pero entraría tarde si lo hacía.
—Será mejor que me vaya yendo —guardó todo su equipo y lo que sobraba de su comida y entonces recordó otra cosa, maldita sea—. Debo estirar —dijo preparando su pierna contra el banco.
—Creo que debiste estirar antes de comer —comentó su compañero.
—¿Por qué no me lo hiciste recordar antes?
—Es que también lo olvidé —respondió con su mano en la nuca y sonriendo.
—Tal vez estire más tarde, debo prepararme.
Sendoh se levantó con ella y tomó su equipo de pesca junto con su mochila, aunque tal vez tomaría una siesta en un banco cerca de la escuela, no le importaba llegar tarde.
—Entonces… ¿Nos vemos el viernes? —preguntó ella. No es que estaba interesada en verlo, pero tenía que saber para confirmar.
—Si, claro, estaré aquí el viernes —asintió sonriendo.
—Bien, hasta el viernes —Higashi tenía su bolso en el hombro, pero antes de marcharse, volvió a darse la vuelta, en dirección al muchacho—. Por cierto… —habló en un hilo de voz muy fino y con la vista agachada—, gracias por ayudarme y… por los consejos —ella se reverenció y esperaba que el joven no notara lo nerviosa que se sentía.
Sendoh le sonrió con una mano en alto.
—No fue nada, pequeña.
Ante ese apodo la chica infló sus mofletes con un aire molesto.
—Mi nombre no es pequeña, es Higashi, Higashi Akira —dijo con la cabeza en alto y la postura recta.
Higashi notó como los ojos de él brillaron por un rato y su boca se abría un poco. Parecía estupefacto.
—¿Te llamas Akira?
—Si —le tomó por sorpresa su expresión y afirmó con tono dudoso—, acabo de decirlo.
—Yo también me llamo Akira.
Ahora fue el turno de ella en abrir su boca y quedar atónita.
—No-no pu-puedo creerlo… digo, si puedo creerlo, hay muchos Akiras en el mundo, pero hace mucho que no conocía a otro, aunque mi hermano solía decir que el nombre Akira era más para hombres y yo…
Antes de seguir hablando hasta desviarse del tema, el otro Akira le extendió su mano sonriendo.
—Mucho gusto, Akira-chan.
La muchacha se mostró al principio desconfiada, pero luego del tiempo que estuvieron practicando, sintió que podía confiar en él. Por lo que con una media sonrisa estrechó su mano.
—Es un gusto también, Akira-kun.
Cuando lo soltó, recordó la prisa que tenía, lo que la hizo olvidar preguntar por su apellido.
—Es cierto, debo irme ¡Hasta el viernes y no olvides la revista! —dijo ya alejándose de la cancha.
—¡Hasta luego, Akira-chan! —él saludó a lo lejos y estaba feliz que ella pasara por alto el hecho que él no se presentó con su apellido y que también no haya preguntado por este.
