dISCLAMAIR: Slam dunk no es de mi autoría, solo los personajes inventados y la trama de esta historia
Los piques son incesantes cuando alguien está concentrado.
—¿Ya sabes rebotar, Akira-chan?
Higashi se dio la vuelta y vislumbró a su amigo en la entrada de la cancha. Estaba sonriendo y no llevaba el equipo de pesca, está vez vino directamente a la cancha.
—Estoy aprendiendo, Akira-kun. Tenías razón, mi sensei me mantuvo toda la semana practicando los rebotes con una de mis senpais mientras las demás jugaban o practicaban pases. Me dijo mi senpai que luego debería practicar como maniobrar la pelota.
Sendoh extendió su mano con intenciones que ella le pasara el balón, así lo hizo.
—Maniobrar la pelota es hacer cosas como esta —él pasó la pelota de una mano a otra alrededor de su tórax a una gran velocidad. Su tocaya se sorprendió pero trató de concentrarse analizando la forma en que movía la pelota.
—¿Cómo haces eso tan rápido?
—Es cuestión de práctica, hazlo tú si quieres —y le pasó la pelota.
La chica intentó pasar la pelota de una mano a la otra tan rápido como él, pero se le cayó al poco tiempo. Sendoh rio y luego escuchó un par de murmullos inteligibles de la chica que no se daba la vuelta a verlo.
—Perdón ¿Qué? —preguntó el muchacho curioso.
—Dije que no te rías —repitió con las mejillas infladas y frente a él.
—Lo siento, es que te ves adorable. —Se rio un poco más, mientras Higashi buscaba el balón sin cambiar su semblante molesto—. Por cierto, te traje la revista con los consejos y lecciones.
Akira sacó de su bolso de entrenamiento la revista deportiva con algunos detalles y aspectos básicos de la defensa y ofensa del basquetbol. La chica la tomó y se quedó hojeándola un rato.
—¿Una finta? ¿Qué es eso?
—Esto es una finta, Akira-chan ¿Me la prestas? —Higashi le pasó la pelota y Sendoh la extendió delante de ella—, ¿Hacia dónde crees que la pasaré? Trata de robármela.
Él inclinó su rodilla hacia su derecha, Higashi estaba concentrada, con la mirada en la pelota y sus brazos levantados, pero entonces, Akira la lanzó hacia su lado izquierdo, esto la dejó boquiabierta.
—¿Pero qué?
—Eso es una finta, engañar a tu oponente con un ademán en que pasarás el balón a una dirección, para luego desviarte en otra, también es llamado "amague".
—Eso es trampa.
—No, no lo es. Es práctica, ya te lo dije. Otra cosa Akira-chan, debes relajar y doblar las rodillas, mantener las rodillas relajadas es una de las cosas más importantes en el básquet.
—Si, ya me lo habías dicho. Como sea, voy a seguir practicando las maniobras con el balón.
La chica se fue a una esquina y siguió haciendo los movimientos, aunque casi siempre terminaba con la pelota escapándose de sus manos. Sendoh no se rio, en vez de eso fue por su bolso de gimnasio y sacó otra pelota de básquet.
—¿Te molesta si me quedo a jugar un rato mientras prácticas?
—No, Akira-kun, es toda tuya la cancha.
Ambos compañeros se quedaron desde su lugar entrenando, fue entonces cuando Higashi se distrajo y observó a su amigo jugar. Su rebote era excelente, la forma en que se movía era ágil y cuando encestaba… le hacía sentir envidia. Cada movimiento la dejó atónita.
—Impresionante —murmuró dejando el balón a un lado.
Sendoh se detuvo al escuchar la pelota de ella, sonrió y señaló el balón.
—Sigue practicando las maniobras de la pelota, Akira-chan, sino nunca entrarás a la cancha.
La chica hizo una mueca.
—Perdón, me distraje. Es que… eres en verdad muy bueno —el chico sonrió de nuevo. No quería ser presumido, pero estaba acostumbrado a que lo halagaran por sus habilidades—. Debe ser porque eres muy alto.
—Ya te dije que no todo es cuestión de altura.
—Lo sé, lo sé, pero aun así… —miró sus pies y los sacudió—, me siento un poco pesimista.
Sendoh sintió un poco de pena por ella y mientras rebotaba se le ocurrió una idea.
—Podemos hacer otro tipo de práctica, algo sencillo, simple y a la vez complejo. Esto es lo que haremos, acércate —Higashi hizo caso y tuvo a Akira frente suyo—, trata de quitarme la pelota otra vez.
—¿De nuevo?
—Si, es algo avanzado, pero deberás aprender a robar sin cometer falta.
—¿Cometer falta?
—Cuando lastimas a tu contrincante, incluso si es sin querer, te hacen una falta, a las cinco faltas te expulsan del partido. A muchos jugadores les cuestan aprender robar el balón sin lastimar al contrincante.
La chica prestó atención a cada detalle de lo que él decía y asentía, incluso cuando no entendía bien alguna enseñanza.
—Bien, ahora, intenta robarme la pelota, Akira-chan.
Sendoh se puso en posición de ataque y empezó a rebotar. Higashi dobló sus rodillas y extendió su mano, se preguntó a dónde iría con la pelota ¿Derecha o izquierda? De pronto, la pelota fue para arriba.
—¿Qú-qué?
—Los pases no son solo derecha o izquierda, Akira-chan, pueden ser abajo, arriba y hasta por atrás. También debes extender las dos manos cuando defiendes.
—Son demasiadas explicaciones en poco tiempo.
Sendoh volvió a reírse.
—Se que lograrás aprenderlo.
Siguieron lo que continuó de la mañana con intentos de robadas de parte de Higashi y pases de parte de Sendoh. A pesar del cansancio, la chica debía admitir que se estaba divirtiendo. Casi después de una hora, se sintió tan cansada que quería tirarse a dormir, pero en vez de eso, se dejó caer sentada en el suelo.
—Esto agota —dijo entre respiraciones cortadas.
—Deberías aprender a marcar.
—¿Marcar? —la chica se preguntó cuántos términos nuevos tenía que aprender ese día.
—Una buena forma de robarle a tu oponente el balón es marcando al compañero que se la va pasar.
—¿Pero cómo sabré a quien se la pasarás? Hay otros cuatro más en la cancha.
—Para eso están tus otros cuatro compañeros, cada uno debe marcar a uno diferente, a eso se le llama trabajo en equipo.
Higashi volvió a suspirar, pero eso sonaba interesante.
—¿Cómo se marca?
—De esta forma, si yo quiero marcarte a ti, debo ponerme frente tuyo —Sendoh se posición de espaldas a ella con la piernas flexionadas y los brazos extendidos—, intenta moverte—. Ella trató de hacer lo que le indicó, pero a cualquier movimiento que hacía, él le cerraba el paso—, eso es marcar. Ahora intenta marcarme a mi.
Ella se posicionó de espaldas a él, como antes le hizo a ella y estiró sus brazos.
—Flexiona más las rodillas y acércate más a mi.
—¿Así? —hizo como él le indicó, pero no estaba lo suficiente cerca para marcarlo.
—No, así —Sendoh agarró su cintura y la atrajo más a él.
—¡Oye! —gritó espantada y se alejó de repente. Su rostro se había coloreado y cruzó los brazos sobre su pecho mientras respiraba agitada.
—Tienes que estar muy cerca de tu oponente si no quieres que le pasen el balón o que lo pase con facilidad a un compañero suyo.
—¿Pero tan cerca?
A Sendoh le sorprendió su reacción, para él eso era normal, aunque nunca había jugado con una chica antes ni Higashi con un chico, por lo que no estaba consciente de lo nerviosa que ella podría ponerse. Fue por la revista y buscó entre las páginas algo.
—Aquí, mira —le enseñó una hoja que mostraba a dos jugadores, uno muy cerca del otro de espaldas—, ¿Ves? Es más fácil marcar cuando es a alguien de casi tu altura, por lo que es normal que tengas dificultades en marcarme.
La chica lo leyó rápido y entendió, pero no quería entrenar así de cerca con un muchacho, sin saber que excusa dar, miró su reloj de muñeca y se fijó la hora.
—Es un poco tarde, creo que deberíamos estirar.
Sendoh estuvo de acuerdo y no replicó ni nada, después de todo también se sintió agotado en ese momento, enseñar no era fácil. Tan pronto terminaron de estirarse, Higashi sacó los bentos de su mochila y fue a comer, Sendoh miró con atención su otra caja, la joven se lo extendió como hizo el lunes.
—¿Quieres, Akira-kun?
—Me gustaría mucho —respondió sin borrar su sonrisa. Esta vez no planeaba rechazar su invitación, había desayunado ligero. Por su parte, Higashi esperaba que volviera a rechazar su comida, pero no se molestó que él comiera del otro obento.
Sendoh notó lo frondoso que era la cantidad de comida de la caja, como la última vez. Estaba seguro que no se podría terminar todo eso en el poco tiempo que tenía, antes de ir a cambiarse y dirigirse a la escuela.
—Esto está delicioso ¿Lo cocinaste tú o…
—Fue mi hermano mayor, él es un experto en la cocina, de hecho, creo que es mejor que mamá ¿Qué hay de ti? ¿No tienes bento?
—Tengo, pero solo tengo uno y lo reservo para la hora del almuerzo. Poco después de entrenar como alguna fruta que llevo guardada.
—Mi hermano me prepara dos para que esté bien alimentada, antes de entrar a la escuela y durante, aunque siempre me pone mucho.
—Es lo que pensé.
—Por eso no me molesta compartir contigo. —Eso último era un poco mentira pero Higashi se había propuesto comer menos para mantenerse en forma con respecto al ejercicio que le demandaba el básquet—. Pero no me molesta que me ponga grandes cantidades.
Sendoh notó el pescado del bento, sabía muy bien. La manera que estaba condimentado era de una exquisitez que cualquier chef envidiaría. Sentía el sabor del jugo de limón en su paladar, como amaba ese sabor. Después de comer por algún tiempo en silencio, ella volvió a hablar.
—¿Y tú cocinas, Akira-kun?
La pregunta lo tomó por sorpresa.
—No mucho, son mi madre y mi abuela quienes más cocinan. No es que no sepa o no quiera, se preparar lo básico, pero ellas siempre insisten en hacerlo, creo que después de la última vez que intenté algo en la cocina ya no me dejan estar allí para preparar algo comestible.
—¿Eh? ¿En serio? ¿Qué pasó?
—Pues… es un poco vergonzoso, pero quería hacerme algo de pollo caliente que mi abuela tenía envuelto en papel de aluminio. Lo puse en el microondas y… —el chico empezó a reírse nervioso con la mano en la nuca.
—¿Se incendió el microondas? —adivinó la chica.
—Si, fue muy problemático. Mi papá llegó a apagarlo, pero el microondas quedó inutilizable de por vida. Es una pena porque apenas llevaba un año con nosotros.
Higashi ocultó su sonrisa detrás de su muñeca, le causó gracia la historia y la manera tan casual que tenía él para contársela. Pensó en compartir algo de si misma con Akira-kun.
—Yo sé hacer algunas recetas; me encanta preparar masas, fritar pescados, cortar la carne y la última vez que hice un budín me dijeron que estaba delicioso, así que creo que tengo mano para esto.
—Mejor que yo, sin duda.
Cuando volvieron a sus respectivas viandas, comieron tan lento y en un silencio agradable. La charla fue tan amena y más larga que la del lunes que ninguno se percató lo tarde que era.
Akira-chan guardó lo que quedaba de su bento en su mochila, Sendoh se lo devolvió con un poco más de la mitad vacío, había sido demasiado para el muchacho. Fue entonces, cuando la chica volvió a recordar algo que olvidó, que no tenía nada que ver con que estaba con la hora justa.
—Olvidé practicar las maniobras —murmuró molesta.
—No te preocupes, la próxima vez que entrenemos juntos podemos volver a enfocarnos en las maniobras.
Era mejor que aprender a marcar, ella no quería volver a estar tan cerca de su cuerpo.
—Me parece bien, pero… ¿Cuándo volveremos a entrenar juntos? —se sintió nerviosa cuando hizo aquella pregunta, sonaba como si fueran una pareja que les estaba prohibida su unión y ella fuera la chica que le preguntara a su chico amado: "¿Cuándo nos volveremos a ver?".
—Mmm… podría ser el lunes otra vez. Después de pescar vendré a verte.
—Me parece bien —respondió tratando de sonar indiferente—, entonces será hasta el lunes —saludó con la mano en alto.
—Hasta el lunes, Akira-chan —se despidió con su rictus habitual en dirección a algún lugar para dormir.
—Hasta pronto, Akira-kun —dijo con una media sonrisa y los ojos entrecerrados, ocultando lo feliz que se sentía.
Pero el error que cometieron fue que a ninguno se les pasó por la mente que algunos estudiantes de Ryonan ya estaban de camino a clase con lo tarde que se estaba haciendo, su segundo error fue no mirar el reloj.
—Hoy le gané a onee-san y me levanté antes que ella ¡Yeah! Lo hiciste bien, Miko, ¡Muy bien, Miko! La felicito, Miko-san —se palmeó el hombro Miko a si misma como si fuera varias personas felicitándola—. Estoy impaciente por contárselo a Aki-chan.
Como si se tratara de Beetlejuice, escuchó la voz de su amiga tan pronto la nombró diciendo algo como "¿Cuándo volveremos a entrenar juntos?".
—¿Aki-chan? —miró a su alrededor y atisbó la cancha de basquetbol, Akira le había dicho que entrenó allí el lunes a la mañana, sospechó que tal vez podría ser ella entrenando.
Se acercó hasta la alambrada, con intenciones de saludarla, pero se quedó estática por lo que presenció. Allí estaba su amiga que hablaba con cierto tono de timidez a un chico. ¿Un chico entrenando con ella? Conocía a Akira y sabía que le incomodaba estar cerca de chicos, a excepción de su hermano o parientes, pero sabía que este chico no debía ser un pariente suyo. Solo vio su espalda y parte de su cabello, le sorprendió lo alto que era ¿Sería un chico de universidad?
Fijó que tanto el chico como su amiga se acercaban a la puerta, Miko corrió a esconderse detrás de unos arbustos. Los dos se despidieron y él marchó en dirección opuesta a ella. Aquel chico se le hizo conocido, creyó que tal vez lo vio por los pasillos de Ryonan, pero no estaba muy segura. Con aquello dando vueltas en su mente, Miko no pudo concentrarse muy bien en clases, solo quería que ya fuera la hora del almuerzo para interrogar a Akira.
—Hola, Miko-chan —saludó con su obento en mano en la hora del almuerzo. Ella notó como su amiga bostezaba.
—Pareces muy cansada, Aki-chan —dijo en un tono mordaz, no podía borrar su sonrisa, pero su amiga pasó por alto todas sus expresiones.
—Si, es que hoy me levanté temprano a entrenar. Tal vez duerma en la azotea la próxima hora, tengo lenguaje y soy muy buena en esa materia, no pasará nada si falto a una clase.
—¡Ah, cierto! ¡Entrenar! Porque eso te dedicas cuando nadie te ve —siguió hablando en un tono que su amiga siguió sin captar.
—¿Eh? Es que no me gusta que la gente vea mis piernas, eso ya lo sabes.
—Pero si fuera un chico alto, de pelo raro y presuntamente apuesto, no te importaría ¡¿Verdad?! —gritó aproximándose a su cara. Akira, con sus ojos semicerrados, inclinó su cabeza.
—Miko-chan, no entiendo si quieres decirme algo o cambiaste tu tono de hablar de repente por alguna razón que ignoro.
—¡Te vi hoy esta mañana con ese chico! —gritó señalándola de forma dramática—. Pensé "Esa es mi Aki-chan, ¡Ah! ¿Pero quién es ese buenmozo de altura como jirafa? ¿Será que mi Aki-chan me engaña? ¿Cómo puede ser esto?" y yo que planeaba darte este espejo de Sarah Key por tu cumpleaños —dijo lo último fingiendo un llanto mientras le extendía un espejo de bolsillo con el dibujo del famoso personaje.
Akira rodó los ojos mientras tomaba el espejo y lo revisaba.
—No seas melodramática, Miko. Primero, aquel chico solo me ayudaba a entrenar, segundo, mi cumpleaños fue la semana pasada.
—Lo sé, se me olvidó ¡Lo siento, Aki-chan! Siempre se me olvida que cumples un día después del White day.
—Está bien, te perdono Miko-chan. Oye ¿Dónde conseguiste este espejo? Casi ni se consiguen artículos así de Sarah Kay en Japón.
—Fue fácil, estoy inscripta a una revista que venden cosas bonitas del extranjero. Así que envié un correo con un cupón y 600 yenes a… ¡Oye, no me cambies el tema! ¿Quién era ese chico? Tú nunca te juntas con chicos.
Akira guardó el espejo y se sintió un poco nerviosa, pensó que podría desviar el tema, pero cuando Miko se obsesionaba con un tema lo investigaría a fondo hasta el fin del mundo.
—Es un chico que conocí. Él pesca cerca del muelle y también le gusta jugar basquetbol y como le queda la cancha de camino, entrena en el mismo lugar que yo. Me enseña algunas cosas.
—¿Cosas? ¿Cosas como qué? —preguntó más interesada.
—Pues… lo que es una finta, una bandeja, marcar —se ruborizó con eso último. Aún no podía sacarse de la cabeza lo cerca que estuvieron en la mañana.
—Si, no sé qué es todo eso pero creo que es útil para el basquetbol. ¡Cierto! Olvidé contarte que me levanté antes que onee-san y ella-
Un gran destello de luz interrumpió a Miko, ambas amigas frotaron sus ojos para mirar mejor. Era alguien con una cámara de foto.
—Oye, estoy hablando de algo importante ¿Podrías no ser tan descortés y no tomar fotos a desconocidos sin su permiso?
La persona bajó la cámara de foto y Akira se quedó boquiabierta, conocía ese rostro, aunque estaba un poco cambiado.
—Disculpen, en el club de fotografías nos pusimos como tarea tomar fotos del club de básquet femenino y masculino. Escuché que tú estás en el club ¿Verdad? —dijo señalando a Higashi, pero ella no respondió, solo podía pensar en…
—¿Arai-san? —preguntó en voz alta. La muchacha con la cámara asintió.
—¡Así es! Soy Arai Yukari, hermana gemela menor de Arai Yuzuki, ella me contó de ti ¿Eres Higashi-san, verdad? Me dijeron que eras la más baja del equipo.
De no ser porque era más baja y tenía otro estilo de peinado, las dos serían idénticas. Estaba tan impresionada por el parecido que procesó un poco después las palabras de la gemela menor. ¿Cómo que la más baja del equipo? ¿Arai había dicho eso de ella? Eso sonaba un poco grosero.
—Soy Higashi Akira —se presentó con una reverencia—, mucho gusto.
—Mucho gusto también, solo te pido el favor que cuides bien de mi onee-san, ella es un poco infantil, pero es buena —antes que Higashi respondiera, la chica ya estaba en marcha—, cuento contigo, Higashi-san. Bueno, el próximo de mi lista es Sendoh-kun ¡Kya! —gritó tan fuerte que las dos amigas se taparon los oídos.
—¿Sendoh-kun? —preguntó una chica que pasaba y oyó de sus planes.
—¿Sendoh-kun del club de básquet? —preguntó otra tan entusiasmada como la anterior.
—¡Así es! El mismísimo Sendoh-kun —reafirmó Yukari con la cámara en alto.
—¡Kya! —las dos chicas gritaron y saltaron al mismo tiempo— ¿Me podrías luego dar una copia a mi?
—¿Y a mi también? ¡Ah, también necesitaré otra para mi amiga!
—Yo quiero 30 copias —dijo una tercera que escuchó todo.
Mientras no dejaban de murmurar cuantas copias de fotos de Sendoh cada una quería, Miko y Akira se encogieron de hombros y continuaron con sus almuerzos.
—Oye, Aki-chan ¿Ese Sendoh es muy bueno?
—Supongo que si, nunca lo he visto jugar o practicar, pero Aoi-senpai dice que es un talento escondido que solo se encuentra uno así cada veinte o más años.
—¿Y él… es guapo? —preguntó un poco ruborizada, su amiga se encogió de hombros.
—No lo sé, jamás lo he visto, pero cada vez que termino la práctica hay como veinte o más chicas espiando en el gimnasio que entrenan los chicos, así que supongo que lo debe ser.
—Guapo y talentoso ¡Ja! Ese chico tiene todas las de ganar.
"Tal vez sea talentoso, pero no creo que sea tan bueno como Akira-kun", pensó Higashi.
