"¿Por qué todo esta tan oscuro?

¿Estoy muerta?

N…. No….No l…no lo creo…

Un muerto no puede sentir, oler o degustar. Un muerto no podría saborear su propia sangre, tal vez tenga la boca tan seca que podría tener un labio partido o podría haberme lastimado la lengua sin darme cuenta… ¿Verdad?...

¿Dónde estoy?

…Me duele el cuerpo…

Pero… no puedo seguir aquí…

Ten…tengo que levantarme."

Buscaba la manera de tranquilizarme mientras hablaba conmigo misma, trataba de recordar lo sucedido pero la última imagen que tenía fresca era ese campo y a… rin… pero no era posible. Fue una mala jugada o tal vez había visto mal pero no es posible.

No veía absolutamente nada. Todo era una oscuridad absoluta, ningún tipo de luz entraba así que estaba totalmente desconcertada y perdida.

Sabía que debían estar desesperados buscándome, estarían preocupados y yo ni siquiera sabía dónde estaba.

Lleve mis manos hacia adelante para poder tantear la zona en donde me encontraba, apoye mis manos lo que parecía ser madera y moví mis piernas pero mis rodillas chocaban contra la misma madera que tenía adelante. Golpee con mis puños la madera y pude sentir como algo arenoso cayó sobre mí, me limpie el rostro rápidamente mientras sentía como algunos granitos habían entrado en mis ojos.

No debía entrar en pánico, debía mantener la calma y estar enfocada en cómo salir de aquí pero primero debía saber en dónde me encontraba.

Continúe explorando el sitio con mis manos, tanteando la zona y tratando de dar una imagen en mi mente. Moví ligeramente mi cuerpo y pude sentir que al costado de mi había algo rígido que no se encontraba adherido a la madera sino que estaba suelto. Estire mis brazos los mas que pude en aquel espacio reducido, ese objeto se encontraba a la altura de mi cadera y llegar a él no había sido ningún problema. Al parecer, agarre algo que parecía redondo y con mis dedos iba recorriendo su forma hasta que pude apreciar que no era tan redondo como creía. Poseía una forma única y que por dentro era hueco, acaso… tiene… ¡¿d…di…die..dientes?!

Lo aleje lo más que pude de mí, no podía está pasando y no podía ser cierto ¡Estaba en una maldita tumba!

El miedo y el pánico se apodero de mí, empecé a rasguñar la tapa del ataúd con desesperación pero cuanto más lo hacia la tierra iba empezando a caer sobre mí. Golpee y patee la caja hasta que pude escuchar un crujido, fue cuando el razonamiento volvió a mí. La realidad era que el ataúd era viejo, la madera ya no estaba en óptimas condiciones y la tumba seguramente debe ser vieja a juzgar por el cadáver que me acompañaba.

Mi corazón no paraba de latir alocadamente y sentía que empezaba a ahogarme, eso significa que había gastado mucho oxígeno. Debía calmarme y tenía que empezar a pensar como podía salir de esta situación.

Tantee la tapa superior con las manos y si, definitivamente la madera estaba cediendo. Era cuestión de que hiciera un movimiento brusco o un golpe más para que la tierra cayera sobre mí.

Iba a morir, sola y de la peor forma posible.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, empecé a llorar como nunca lo había hecho en mi vida o lo que quedaba de ella y era toda mi culpa por seguir a una niña que ni siquiera conocía.

Quería gritar, quería golpear todo y salir corriendo de ese ataúd. Lo más lejos posible para luego abrazarme a inuyasha y buscar su consuelo, tenía muchos planes con él. Quería que viera a nuestro hijo o hija nacer pero ahora iba a morir conmigo en este maldito lugar, ni siquiera pude experimentar lo que es ser una madre y ni tuve el valor de decirle que espero a nuestro primer bebe.

Muchas lágrimas corrían rapidamente por mis mejillas y finalmente no pude contenerme más, grite a todo pulmón hasta darme cuenta de que había gastado el poco oxigeno que quedaba. Sentí como me ahogaba lentamente, empecé a sentirme cada vez más mareada y en mi intento de volver a tratar de mantenerme en calma pude oír otro crujido de la madera y como empezaba a ceder. De golpe, toda la tierra empezó a caer encima de mí y cubrí mi cabeza con los brazos como un último intento para poder sobrevivir.


— ¡¿Cómo se atreven a burlarse del gran jaken?!—Gritaba el demonio verde en un tono amenazador a los niños que lo veían mas como un juguete para su entretenimiento que un demonio aterrador. Jaken iba utilizando su báculo como apoyo para mantenerse en pie sobre su futon improvisado pero su furia no solo fue hacia los niños que se reían ante la escena sino que su mirada fue directo al dragón que no tenía ni la mínima intención de moverse de su cómodo colchón de hierbas secas donde descansaba plácidamente — ¡¿Y TU?! ¡NO ME DEJES SOLITO CON ESTOS PROYECTOS DE HUMANOS!—

La respuesta del dragon al demonio verde fue clara, solo se dio la vuelta para seguir durmiendo dejando un jaken con la boca abierta por el abandono.

— ¡ME LA PAGARAS DESGRA…!— jaken había terminado en el suelo, miroku había lanzado un pergamino para tranquilizarlo y ahora tenía un demonio humeante con la espalda expuesta.

—Veo que la hierba de jinenji funciono. — Ante este comentario de miroku, jaken se levantó rápidamente y con su báculo fue apuntando al monje.

— ¡NO NECESITAMOS DE TU AYUDA, MONJE!

—Entonces ¿porque vinieron hacia aquí si no necesitaban ayuda?

— ¡NO TENGO PORQUE DARTE EXPLICACIONES!— Ya para este punto, el monje que no tenía ganas de discutir con un demonio testarudo había sacado más pergaminos de su manga y su rostro evidencio que claramente estaría muy feliz de usarlos todos con el enano verde. — ¡Fuimos a buscar al amo bonito! ¡¿FELIZ?!

— ¿Sesshomaru?—Miroku pensó que estaba en una guerra o algo similar, sabia de una pelea que había por tierras pero tenía otras sospechas.

—Ese desgraciado no va a aparecer, perdió sus tierras. —Un inuyasha cansado se encontraba en la entrada del refugio, caminando con desgano al ingresar a la cueva mientras jaken bajaba la vista al suelo ante lo que no podía negar.

Miroku no solo estaba muy sorprendido de lo que acaba de oír y aunque al inicio era un simple rumor, ahora estaba confirmado no solo por su amigo sino por la reacción de los acompañantes de ese demonio blanco.

— inuyasha — miroku se había fijado en el aspecto de su amigo luego de pasar otra noche en la búsqueda de su esposa y recién volver al mediodía— Debes descansar, tu cuerpo no puede más.

—Aun no obtengo ni siquiera un mínimo rastro—Dijo inuyasha luego de sentarse en el suelo para apoyar su espalda contra la fría pared de la cueva con la espada a un costado de el—solo vengo a ver si sango obtuvo alguna información. —sin embargo, miroku negó porque no solo sango había vuelto y se habia ido nuevamente con kirara hacia el bosque hace algunas horas, sino que ni siquiera encontró algún rastro o pista sobre su paradero.

— ¿Y a este que le pasa? Parece un mapache deforme. —Hablo jaken con total tranquilidad antes de ser golpeado por inuyasha por su comentario. — ¡OYE…!

Pero todo se vio interrumpido de manera brusca por un rugido intenso y grave, proveniente fuera del refugio.

Se quedaron en silencio, algunos miraron al dragón que no solo se había levantado rápidamente sino que estaba en posición de ataque y mirando fijamente hacia la salida de la cueva mientras gruñía intensamente. Inuyasha de un salto se levantó para desenfundar a colmillo sagrado que junto a miroku que aun empleaba sus pergaminos como única defensa en ese momento, se preparaban para enfrentar lo que se asomara pero el enano verde que estaba petrificado y bastante pálido solo atinó a decir:

—nos ha seguido.

Muchos aldeanos volvieron rápidamente al refugio mientras el día se tornaba oscuro, el cielo claro se empezó a teñir de rojo y varias gotas del mismo color empezaron a caer en forma de lluvia.

La anciana Kaede venia tan rápido como podía del campo de hiervas con su arco en mano y las flechas ya purificadas, listas para usar en cualquier momento. Iba gritando a los aldeanos que encontraba por su camino que todos fueran a la cueva para poder levantar el campo de protección. Según ella, era cuestión de tiempo que los monstruos tomaran como provecho esta oportunidad y que al parecer era lo que estaba por suceder. Ella se frenó en la entrada del refugio, esperando a los que faltaban y lista para disparar sus flechas en cuanto el enemigo hiciera su acto de presencia.

— ¡VAMOS! — gritaba kaede a los pocos hombres que habían quedado afuera y que ahora estaban corriendo hacia la cueva.

Miroku se posiciono a lado de kaede para acompañarla en el rezo y así hacer más fuerte el campo de protección ante la inminente amenaza. La anciana juntaba sus manos cuando un objeto paso rápidamente entre ellos y no hubo tiempo de poder ver de qué se trataba ya que ah-un había atacado sin tener en consideración al monje y a la anciana. Sin embargo, ellos habían logrado apartarse antes de que el ataque del dragón les llegara y los presentes iban a empezar a reprochar al dragón por su mala acción pero inuyasha pudo oler sangre humana y miro la anciana.

— ¡ANCIANA KAEDE!— El hibrido clavo a colmillo de acero en la tierra y corrió a sujetar a kaede que se iba desplomando en el suelo mientras miroku solo observo por un instante a la anciana antes de cerrar sus ojos y continuar con el rezo mientras el campo se completaba.

— ¡ABUELITA! —Los niños gritaban de horror y lloraban al ver la escena mientras los mayores se adentraban aún más a la cueva, arrastrando a sus hijos a la oscuridad para que no sean vistos mientras jaken observaba la escena con ah-un a su lado, estando en alerta por si volvía a suceder.

Inuyasha agarro algunas de las telas de los futones que se hallaban cercanos a ellos para poder detener la sangre que corría desde la herida de su pecho, algo había atravesado limpiamente su corazón y ahora estaba tratando desesperadamente de mantenerla con vida.

— ¡NO TE MUERAS! ¡¿OISTES?! ¡NI SE TE OCURRA MORIRTE!— Estaba desesperado con sus manos llena de su sangre haciendo presión sobre su pecho mientras miroku una vez que logro terminar de formar el campo alrededor del refugio fue rápidamente a auxiliarlos pero el solo se frenó y se quedó parado a escasos metros de ellos

—…Inuyasha… —Dijo su amigo al ver que ya no se podía hacer nada.

— ¡MALDICION! – Al darse cuenta que la anciana había fallecido, golpeo con fuerza el suelo con su puño, estando lleno de frustración y dolor.

—Pobrecita, ahora si es un cadáver. —Una niña se reía estando por afuera del campo, mirando la escena mientras se lamia los dedos con la sangre de kaede.

Inuyasha había ido rápidamente por colmillo de acero, sujeto el mango con firmeza y tiro de el para desprenderlo de la tierra pero su espada no se desprendió del suelo. Algo evitaba sacarla, algo se habia aferrado a la espada mientras su hoja iba perdiendo y recuperando su poder varias veces seguidas hasta que inuyasha decidió tirar una vez más del mango de colmillo para poder sacarla pero la espada desprendió una energía desconocida para él que se vio obligado a soltar la espada ante el peligro de perder la mano. La energía que expulsaba logro quemarle la mano e incluso lastimarlo, era una energía que empezo a envolver la espada de una forma descontrolada, se iba convirtiendo en un peligro incluso para el hibrido.

Miroku miraba sorprendido a su amigo y luego de oír como la niña que se reía, divertida por la escena. El monje fijo su mirada a esa niña con furia, sus pergaminos no iban a resultar contra ella pero algo con más poder podría destruirla.

— No te molestes hibrido, ahora esa espada está bajo mi control. —Sonreía alegremente y disfrutaba de la cara de confusión e ira de miroku hasta que la niña dando pequeños saltos decidió adentrarse dentro del campo provocando la reacción de terror e alarma a todos los presentes al ver que la niña cruzaba con total normalidad el campo de protección.

Inuyasha preparo sus garras de forma instintiva, miroku saco sus pergaminos que poseia una concentracion poderosa de energía purificadora y jaken que aunque permanecía callado, preparo su báculo mientras ah-un estaba listo para lanzarse sobre ella si se acercaba demasiado a ellos.

– tranquilos, no voy a hacerles daño… por ahora… —Enredaba con sus pequeños dedos el mechón de su cabello mientras hacía puchero —No sería divertido si acabo con todos ustedes sin que primero intenten destruirme, me gustaría jugar con cada uno por separado pero dispongo de poco tiempo así que dejare que alguien se ocupe de esto.

— ¡¿Dónde está kagome?!— Exigió rápidamente el hibrido.

—mmm…— Puso su dedo en su mentón fingiendo de que estaba pensando o intentando recordar— la última vez que la vi… creo que la tierra se la estaba tragando sino me equivoco— Empezó a reír mientras varias lágrimas de color negro recorrían sus mejillas.

– ¡DESGRACIADA!— Inuyasha se dispuso a atacarla pero no podía moverse, estaba paralizado y lo único que podía hacer era hablar, miro a sus acompañantes que les sucedía lo mismo. No solo la niña había afectado a su espada sino que ahora a sus cuerpos, no encontraba alguna energía en ella y le resultaba difícil averiguar qué diablos era.

— ¡¿QUIEN ERES?!— Grito jaken desde su sitio. — ¡¿PORQUE NOS PERSIGUES?!

—Yo tengo muchos nombres pero ustedes podrán llamarme Emi, ¿les gusta? Además, no los persigo a ustedes, tontitos. —Sonreía—Solo se volvieron estorbos para mí, eso es todo… —Decía dulcemente hasta que una bestia negra con una altura que superaba el techo de la cueva y con grandes colmillos blancos, aterrizo bruscamente fuera del campo de protección. Iba destilando tanto veneno que la vida silvestre empezó a morir rápidamente a su alrededor y que el campo de protección sirvió para evitar que ingresara al refugio. — ¿Recuerdan a mi amigo? Yo creo que sí, casi mueren en sus afilados colmillos y ustedes lo dejaron solito luego de que prácticamente ese dragón te salvo la vida, jaken. —Sus ojos se tornaron negros y ahora estaba empezando a abandonar esa imagen de niña inocente. — Hagamos un trato, jueguen con mi amigo y si ganan podrán vivir dos o tal vez tres días más y talvez como premio les diga dónde está la sacerdotisa... ¿Les parece?— Dijo totalmente emocionada.

Jaken estaba muy preocupado viendo por segunda vez a la bestia mientras ah-un se le notaba que estaba dispuesto a luchar hasta lo último, miroku solo pensaba en cómo proteger a su familia y inuyasha cometió el peor error de su vida al decir:

—Hecho.


Nota:

¡Holis! perdon por tardar tanto en subir el siguiente capitulo, tuve unos problemas con mi propia trama, efe. XD
Gracias por seguir leyendo y por sus comentarios que me dan ganas de seguir escribiendo para ustedes, esta es la primera parte de lo que se vendra acontinuacion. Pronto subiere el capitulo 5 y pronto tendremos una visita inesperada, nos vemos en el siguiente :)