(Momentos antes de la explosión)

-Sesshomaru antes de que te marches de mis dominios y regreses a tus tierras, hay algo que deberías saber- Dijo el lord del Este cuando trataba de mencionarle sobre el hecho de la "no humana" que aún tenía como prisionera en sus calabazos.

-Habla- Respondió el albino que estaba por cruzar la inmensa puerta de la entrada del palacio ya que su plan no era quedarse por mucho tiempo, una vez que hizo lo que tenía que hacer se marcharía rápidamente.

-La muerte de esa humana realmente afecto a las tierras del oeste y en mis tierras…-El lord del Este se vio rápidamente interrumpido por el albino cuando el tema de conversación salió a la luz.

- No me interesa lo que tengas que decir al respecto- Sentencio de manera agresiva a lo que estaba por decir el lord, le dio la espalda y comenzó su marcha hacia el exterior cuando el lord del Este soltó de manera imprevista la pregunta que tanto deseaba hacerle.

-¿Y si te dijera que ella podría estar con vida?

Sesshomaru en vez de continuar con su partida se frenó de manera brusca en la entrada, sin hacer ningún gesto e reacción. Solo se quedó parado en la entrada mientras miraba el exterior en espera de que terminara lo que tenía que decir en ese momento y por un instante, el silencio se hizo presente entre ellos dos. La incomodidad se intensifico, los sirvientes que andaban haciendo sus deberes habían desaparecido cuando oyeron a su amo que iba a mencionarle el hecho reciente.

Nadie se iba a quedar cuando existía la posibilidad de que la sangre podría ser derramada en el suelo, donde sus cabezas podrían correr un grave peligro o ser testigos del enojo del daiyoukai. El lord en cambio permaneció firme en su lugar, esperando una reacción violenta hacia él y se vio sorprendido cuando no hubo tal acción.

El dueño de las tierras del Este solo lo observaba en silencio, aguardando pacientemente sobre alguna decisión que sesshomaru podría tomar al respecto pero nada y prefirió tomar la iniciativa entre tanto silencio.

-Mis guardias encontraron a una supuesta humana cerca de mis dominios, existe la posibilidad de que sea un demonio cambiante que haya tomado su imagen y solo busca aprovecharse de nosotros pero lo que nos tiene confundidos es que aún no tomo su verdadera apariencia. ¿Te interesa verla?

En ese momento, el lord de las tierras del Este fue testigo de cómo un demonio tan poderoso e inmenso que había superado a su padre en fuerza y poder. Que había infundido terror y respeto con el paso de los años en todos los demonios que osaban con desafiarlo, estaba siendo afectado por reacciones tan propias de los humanos. Por un momento, vio que era posible que un demonio pudiera afligirse y doblegarse a algo tan vano como un simple sentimiento.

No necesitaba verlo a los ojos, percibía como su aura demoniaca había disminuido muy ligeramente. Sabía que por su naturaleza demoniaca, su rostro seguiría siendo igual de frio como de costumbre pero su semblante ya no era el mismo que hacia tan solo unos segundos. Hasta colmillo sagrado reacciono ante este cambio donde su hoja ennegrecida se fue aclarando para ser la vieja espada que todos conocían…

-Sesshomaru- Dijo el lord del Este que se estaba por impacientar por la ausencia de respuesta por parte del albino.

-No me interesa.-Dijo el albino luego de posar su mano sobre el mango de la espada de colmillo sagrado que aún seguía aclarando su hoja.- Haz lo que desees con ese demonio.

Finalmente, el lord del Oeste/sur atravesó la puerta principal en completo silencio y continuo con su camino hacia sus tierras. Dejando atrás a un lord que permaneció en el mismo lugar con la clara intención de no insistir más sobre el tema, en cambio, el lord del Este no pudo evitar esbozar una sonrisa ligera cuando noto como ambas espadas que se mantenían sujetas en la cintura del albino se estaban revelando contra su dueño.

Ya era demasiado obvio aunque lo tratara de ocultar, le había afectado y sus espadas; Bakusaiga y colmillo sagrado estaban pagando el precio.

El demonio finalmente decidió volver a sus aposentos luego de que sesshomaru se marchara, caminaba en silencio por los pasillos de su inmenso palacio con la mente concentrada en lo ocurrido con el albino. Tal vez le convenía mantenerla con vida por un tiempo más y luego decidiría que hacer con esa "humana", tal vez no le convenía porque le podría traer muchos problemas. Tal vez y solo tal vez, podría poner fin a la situación con su liberación.

Había tantas posibilidades y muchos resultantes sobre cada decisión que podría tomar en ese trayecto a sus aposentos, lo que tenía en claro era que no debía jugar con el albino sabiendo que adquirió aún más poder. Al haber tomado las tierras del sur, tenía en su disposición más armamento y más demonios que lucharían de forma obligatoria. Si el albino lo deseaba, podía invadir otra tierra y mucho no podrían hacer al respecto.

El lord deslizo la puerta de sus aposentos y cuando puso un pie dentro del lugar, el inmenso ventanal comenzó a vibrar fuertemente hasta llegar el punto de empezar a quebrarse. En ese momento, el sonido de la explosión llego a oídos del lord y el olor a quemado empezaba a llegar a su refinado olfato.

De manera inmediata supo de dónde provenía y se dirigió rápidamente a los calabozos mientras los sirvientes hacían una acelerada reverencia y venían e iban corriendo con baldes de agua para sofocar el incendio. De un momento a otro, la tranquilidad de los pasillos se vio irrumpida y se halló repleta de demonios alborotados que buscaban auxiliar mientras otros despejaban los salones e habitaciones cercanos del lugar del incidente. El lord bajo rápidamente las escaleras y pensaba en la velocidad en que le trajo problemas, sabía que esto iba a pasar pero no calculo que iba a ser en tan poco tiempo.

No tenía que adivinar lo sucedido, menos lo que ocurría y fue directo a la celda donde había dejado al supuesto humano. Desde unos metros pudo ver a su sirviente entrar apresuradamente a la celda de rin con el sirviente de sesshomaru por detrás, el lord del Este ya iba con la intención de demandar y gritarle a sus inútiles guardias por permitir semejante espectáculo pero se acallo al oír la conversación.

-¡Akiro! ¡¿Dónde está?!- gritaba jaken entre tanto tumulto.

El lord se frenó por unos instantes y vio de cerca como jaken se quedaba en la entrada de la celda, se estaba cuestionando sobre la idea de irrumpir bruscamente pero frunció el ceño cuando oyó a su guardia decir que había escapado.

Hana que estaba tan alterada como los demás sirvientes, paso corriendo para ver la escena y su reacción fue lo suficiente como para decir basta. Jamás tolero que un prisionero se le escapara de las manos, detestaba que en su palacio hubiera bullicio y más aún que su palacio se viera afectado estructuralmente. El lord se dirigió en silencio a la celda y no tuvo la necesidad de responder a nadie ya que hana se había sobresaltado de manera inmediata al verlo.

-¡MI LORD!-dijo hana asustada cuando lo vio acercarse y le hizo la reverencia mientras se apartaba de la entrada para dejarlo pasar.

Jaken y el guardia se dieron vuelta de manera inmediata, quedando atónitos y sin saber cómo responder ante la presencia e enojo del señor del Este. El lord en cambio ya no miraba a sus sirvientes sino el gran agujero que había en la celda hacia el exterior, notando algunos rastros del escrito en la pared.

-¡¿Qué DIABLOS SUCEDIÓ AQUÍ?¡

-N..no..no lo se..-dijo titubeando el guardia que de manera inmediata le hizo reverencia para evitar que su amo se enojara aún más.

-¡¿y porque hay un agujero en la pared de la celda?¡- el lord dejo de mirar el inmenso agujero y poso sus ojos rojos sobre el guardia que tenía adelante como si fuera su próxima víctima en sucumbir entre sus garras.

-Yo… yo…- El guardia trataba de hablar pero el miedo provocaba que las palabras se le trabaran en la punta de la lengua, iba a tratar de hablar nuevamente cuando fue interrumpido por jaken.

-¡OIGAME, USTED!- Dijo jaken mientras señalaba de modo acusatorio, señalándolo con el dedo hacia el lord que lo miraba incrédulo por su insolencia pero su momento de valentía se desvaneció cuando el lord cambio su asombro por uno lleno de furia.- ettoo…digo digo…-empezaba a fingir que tocia aunque la verdad era que estaba temblando como un hoja.

-Si piensas faltarme el respeto en mis tierras, ten en cuenta que el castigo me corresponde a mí. – Dijo muy amenazante a jaken, haciéndole recordar que su amo no tenía poder alguno sobre sus dominios y que si quería lo mandaría a colgar en la puerta del palacio si así lo deseaba.

Por un momento, recupero la valentía que había perdido y tenía la clara intención de pelearle en medio de una celda totalmente destruida aunque eso le costara la vida. Tomo aire e inflo su pecho para largar todas las malas palabras que en su mente se iba acumulando pero se desinflo como un globo cuando vio a un grupo de guardias arrastrando por el pasillo a una gatita transformada e herida, casi inconsciente como si hubiera peleado hacia unos momentos y hubiera perdido la batalla.

-¡ESPEREN!- grito jaken que fue corriendo hacia el pasillo logrando que los guardias se frenaran, provocando que se molestaran al no poder cumplir con su trabajo.

-¡OYE!- dijo el guardia de adelante pero se acallo cuando vio a su amo dentro de la celda, observándolo fijamente.

-¡¿Qué le hicieron a kirara?!- jaken les iba gritando a los guardias haciendo que ambos negaran con la cabeza- espera…-el demonio verde miro a la gatita y frunció el ceño cuando empezaba a perder la transformación –Rin no puede ser un demonio…-Dijo jaken en voz baja.

-¿Qué sucede, señor jaken?- pregunto hana al ver su cara de confusión.

Jaken no respondió a su pregunta sino que de manera inmediata se dio la vuelta para mirar a cualquiera que pudiera responderle su simple respuesta.

-¡¿en dónde está el amo sesshomaru?!- pregunto seriamente a los presentes.

-Él se marchó hace unos minutos-respondió el lord

Jaken miro por unos momentos el gran agujero de la celda, calculando cuanto tiempo tardaría si corría detrás de su amo como si fuera la cena de algún que otro demonio. Pensó que tan rápido podía correr y sin perder más el tiempo, salió rápidamente de los calabozos por el mismo hueco que había salido rin.

-¡Amo sesshomaru!- Iba gritando jaken mientras corría desesperado con la esperanza de poder alcanzarlo antes de que fuera demasiado tarde.

El guardia que lo había acompañado hacia la celda de rin tenía la intención de seguirlo pero se vio interrumpido por su amo.

-Akiro, déjalo.-Dijo el lord que aun podía escuchar los gritos de jaken desde lejos.

-Sí, mi señor.- Respondió haciendo una reverencia al lord del este.

Sesshomaru no entendía muy bien la razón de porque aún no había abandonado las tierras del Este, estaba caminando tan lento entre los viejos árboles y en un camino totalmente de tierra que le era meramente insignificante.

Un camino que era tan usado que en la tierra agrietada y seca estaban las marcas de aquellos que pasaban con carretas o a pie, ningún tipo de vegetación crecía y el polvo se podía desprender del suelo con la mínima brisa del viento. La vida solo crecía alrededor, creando una especie de sendero que te guiaba fácilmente al palacio y sesshomaru que transitaba con totalmente calma ignoraba todos los detalles de las reacciones de los lugareños que se estaban por cruzar por su camino. Todas las criaturas optaban por tomar otras alternativas, preferían desviarse y complicarse el retorno al palacio que cruzarse con el albino.

Sin embargo, el daiyoukai estaba en una pelea interna con sus espadas. Su mano estaba apoyada ligeramente sobre el mango de bakusaiga, quien ahora estaba causándole más problemas que colmillo sagrado y buscaba de alguna forma controlar la energía demoniaca que se estaba desprendiendo lentamente de la hoja. La espada que había conseguido por sí mismo estaba temblando en su cintura y de vez en cuando desprendía una fuerte descarga eléctrica aunque estuviera en su funda. Otras veces, bakusaiga se calmaba y era colmillo sagrado que se tornaba negra para que luego se tonara a su normalidad. Ambas espadas estaban alteradas desde que la noticia le llego pero pensaba ignorarlas, no iba a gastar su tiempo en corroborar un falso rumor.

Por un momento, él se frenó y en ese instante presintió que algo no iba bien. Se dio vuelta para mirar en dirección del palacio y enseguida escucho una gran explosión que no necesito adivinar de dónde provenía. Vio como una columna de humo salía del palacio y olio en el aire que algo se estaba quemando pero no podía identificar que era, pudo identificar que se estaba consumiendo en el fuego algunos elementos de madera pero había algo más que provoco que frunciera el ceño. No era normal, no era algo común y fue cuestión de segundos que vio como el cielo azul se estaba empezando a oscurecer ante la amenaza de alguna especie de tormenta.

Sesshomaru permaneció quieto en el mismo lugar, miro por unos instantes el cielo que rápidamente era invadido por las nubes oscuras y luego volvió su vista al palacio. Sintió como algunas gotas empezaban a caer sin que el cielo estuviera completamente cubierto, olio desde lejos como el fuego se negaba a ser extinto y podía oír alguno que otro grito hasta que oyó el de su sirviente.

-¡Amo sesshomaru, espéreme!- gritaba jaken que iba corriendo a su encuentro, levantando el polvo detrás de el hasta llegar estar enfrente de su amo, cayendo exhausto de rodillas al suelo y tratando de recuperar el aliento tomando grandes bocanadas de aire.

El albino solo lo miro por unos segundos antes de volver su vista al palacio, algo no marchaba bien y detestaba no saber por dónde atacaría el enemigo.

-¡A… AMO!- decía jaken que aun respiraba con dificultad pero tomo todo el aire que pudo y finalmente dijo lo que tenía que decir- ¡PUEDE SER NUESTRA RIN!

Sesshomaru dejo de mirar al palacio y ahora toda su atención estaba en jaken que de apoco lograba recuperarse, lo veía reincorporándose del suelo mientras su sirviente lo miraba como si estuviera esperando alguna reacción de parte de él.

-¿Qué dices?- frunció aún más el ceño mientras clavaba su mirada en su sirviente, lo mataría si estaba osando en hacerle perder el tiempo en un significante demonio cambiante pero bakusaiga tembló aún más fuerte y tuvo que sujetar el mango de esta para controlarla.

-Amo bonito ¿Qué le sucede a bakusaiga?-pregunto jaken al notar el cambio brusco de la espada mientras su respiración se normalizaba, observo por unos segundos la espada y cuando levanto la vista al rostro de su amo supo que era un demonio muerto sino hablaba en ese momento. Jaken se arrodillo y se inclinó delante del albino para que no lo matara, nunca lo había visto tan enfadado.- ¡Amo bonito, le suplico piedad! ¡Aun no mate a su fiel sirviente!

-Entonces, habla de una vez.-Sonaba irritado, totalmente irritado.

-Encontré a kirara en la celda continua, el farsante no habría podido pasar de desapercibo de las manos del incompetente de inuyasha. También escuche a hiroto luchar con otro guardia cuando estaba en el pasillo pero….-el demonio verde trago tan fuerte la saliva que venía acumulando en su boca que hasta un humano pudo haberlo oído- ahora ella no está en la celda, hubo una explosión en su celda que causo un gran agujero en la pared y…

-Ve por nuestros guardias- dejo de sujetar a bakusaiga que extrañamente había dejado de temblar junto a colmillo sagrado y miro en la dirección del bosque rojo, sabiendo que era el único lugar que ella optaría por ocultarse o huir. Si era ella, ese era el único sitio que conocía como la palma de su mano en todo ese vasto territorio.

-Enseguida, amo bonito pero…-dijo jaken que se levantó rápidamente del suelo con una única duda en su mente.- ¿Qué hará usted?

-Si realmente es quien dice ser, sabrá que hacer.- Es todo lo que dijo sesshomaru antes de tornarse en una esfera de luz en dirección al bosque rojo a gran velocidad.


En la entrada de ese bosque, sesshomaru freno la velocidad en que venía y adquirió su forma humana quedándose parado en ese sitio para evaluar la situación. Desde lo lejos él podía oír los gruñidos de seres sobrenaturales que no pertenecían a este mundo que iban corriendo detrás de la supuesta humana y en ese instante frunció el ceño por un momento, no había razones para que seres del otro mundo pisaran el suyo y más aún que persiguieran a un simple demonio de baja categoría y solo en ese momento fue cuando colmillo sagrado se transformó totalmente en la espada que solía ser. El albino noto este cambio brusco, bajo su vista al mango de la espada y se empezaba a cuestionar la razón del cambio tan brusco. Habían pasado muchos días desde que la espada emanaba energía concentrada demoniaca, expulsando de vez en cuando ese líquido negro que iba quemando el suelo a su paso pero en ese momento las palabras de su madre resonó en su mente: "..tu poder demoniaco disminuyo el ataque de tu espada cuando tu corazón se afligió…"

En ese momento, tomo el mango y desenfundo la espada para observar como la hoja había dejado de estar ennegrecida y como toda la influencia que Emi había hecho para alterar esa espada había desaparecido. No había alguna contaminación en la afilada hoja, era como si hubiera dejado de ser consumida por su odio y era reemplazado por algo totalmente diferente. Tal vez y solo tal vez… por la necesidad de salvarla una vez más aunque corría el riesgo de que fuera un engaño…

Sesshomaru sin duda alguna fue detrás de los perros del inframundo, rápidamente y a gran velocidad los alcanzo fácilmente para decapitarlos ágilmente con la espada. Cuando la hoja de colmillo sagrado los había atravesado, los cuerpos se desintegraron hasta convertirse en polvo siendo absorbidos por la tierra misma. El albino solo freno unos momentos para observar como la tierra de forma extraña absorbía a aquellos seres mientras la tormenta iba tomando cada vez más fuerza, los truenos comenzaban a oírse por el bosque aunque el sonido viajaba lentamente y desde lejos noto como algunos relámpagos tocaban las copas de los árboles. Sin embargo, los sucesos que le resultaban extraños no eran de su importancia.

En ese momento, su objetivo era otro…

Sesshomaru dirigió de nuevo su atención a la dirección que rin había tomado, pudo notar el olor de ella combinado con alguna esencia que se fundía con el hedor que imanaba ese bosque. Solo por un segundo pensó que era una ingenua si creía que con eso podría servir para ocultarse de él o de algún otro demonio.

Con total calma, enfundo a colmillo sagrado y camino en esa dirección. Haciendo ruido apropósito para analizar sus reacciones y no le sorprendió cuando noto como ella empezaba a huir del lugar, su intención no era ser discreto sino al contrario. Al ser humana, ella no tendría que percatarse de su presencia hasta que estuviera frente a frente pero mientras más trataba ella de huir de lo que fuera que estuviera creyendo que la acechaba, más curiosidad despertaba en él.

Así que el albino finalmente decidió acercarse en silencio para poder examinarla desde lejos, lentamente se fue acercando como si de una presa se tratara hasta que la vio como luchaba por huir y sin darse cuenta se había detenido a solo observarla.

Con solo verla ahí respirando, con solo verla moviéndose y oír de vez en cuando alguna queja de parte de ella. Sintió que algo dentro de él iba desapareciendo y estaba entrando en un estado de calma que hacía algún tiempo atrás había dejado de percibir en sí mismo, incluso sus espadas que de manera abrupta optaron en quedarse en completo silencio hasta poder llegar a volver a tener el control sobre ellas.

Ahí, estando inmóvil. Sintió como ese algo iba desvaneciendo más y más. Era absurdo que con tan solo verla, siendo una desgracia inexorable para un demonio como él y sabiendo el precio que debía pagar. Se descubrió a sí mismo como cada sentido se le iba escapando de su control…

Vio como ella cayo el suelo y decidió que no iba a estar siguiéndola para siempre, tenía la necesidad de comprobarlo ahí mismo. Era su oportunidad de acorralarla, tirarla contra el piso y buscar cualquier señal que tuviera para confírmalo pero se encontró a sí mismo en un estado de desesperación por saber que se detuvo.

La veía que evaluaba el estado de su tobillo herido mientras pensaba que clase de castigos impondría sobre ese cuerpo si se trataba de un farsante, los peores sufrimientos y hasta inimaginables torturas le haría pasar. Gritaría tan fuerte que las 4 tierras se estremecerían de la crueldad y de la maldad que era capaz de hacer. Sin embargo, si se trataba de ella y no era una mentira… por primera vez en su vida no sabría que hacer o cómo actuar…

Finalmente, se empezaba a acercar y sin desearlo hizo el ruido que no tenía que hacer. Se encontró que estaba distraído y no estaba concentrándose en la situación actual, solo pensaba y pensaba.

El albino vio como ella de manera sobresaltada fue a correr como podía hacia un árbol en busca de protección, en ese momento desenfundo a bakusaiga y lanzo un ataque al árbol para que explotara antes de que llegara mientras que al mismo tiempo sacaba el látigo para partir en dos al árbol que tenía a lado en caso de que intentara de usarlo como alternativa.

Noto como ella se había dado vuelta y lo estaba mirando, ella quería huir y lo sabía pero no había marcha atrás. Su desesperación aumentaba, su necesidad era más fuerte y se sorprendió de sí mismo por la manera en que se controlaba pero solo había una forma de comprobarlo y era esta….

Sesshomaru tenía muchos pensamientos cruzándose por su cabeza pero tenía uno solo en mente: "Rin, si eres quien dices ser… confió que en tu corazón sabrás como esquivarlo…"

En ese instante, provoco que sus garras destellaran a propósito y luego rápidamente fue a atacarla con el látigo solo para observar con satisfacción como lo había esquivado pero debía incentivarla. Quería ver si era capaz de esquivar cada uno de sus ataques aunque fuera totalmente controlado…

-Sabes anticipar mis ataques pero eso no te servirá de nada.- Dijo sesshomaru totalmente enojado aunque la realidad era otra.

En ese momento, lanzo su látigo contra ella mientras veía como intentaba usar esa artimaña de ocultarse dentro de un árbol y contuvo el ataque haciéndole solo un pequeño daño a la espalda. Él sabía que la iba a lastimar, la iba a dañar y se estaba recriminando por eso pero no había de otra…. Necesitaba saber si era o no ella…

Sin embargo, el albino le invadía los pensamientos: "Confió en que luego entenderás por qué hago esto…"

-¿No piensas enfrentarme?-dijo con cierta burla- podría acabar con tu miserable vida en estos momentos, dejar de desperdiciar mi tiempo con un insignificante escoria pero primero hare que supliques por tu vida.- Dijo el albino mientras veía como ella se levantaba y el aprovechaba el momento para dirigirse nuevamente hacia ella.

El albino trono sus dedos y rápidamente se movió de un punto a otro para atacarla e intentar agarrarla de su cuello pero le llego el olor leve de su sangre que fue invadiendo un poco su olfato, reconoció en cuestión de minutos que no era el olor que conocía bien de ella y eso le genero cierta ira. No lo quería admitir y tampoco lo iba a reconocer pero sintió por primera vez como una simple ilusión era capaz de crear una cierta dolencia que jamás había experimentado…

En ese momento, vio como rin empezaba a huir de el…

-¿Planeas huir de mi durante nuestra batalla? Infeliz, te burlas de mi.-Sesshomaru sonaba irritado, bastante irritado. Tal vez tenían razón, no era ella y solo se trataba de un juego. Un cruel juego en donde era capaz de destruir todo ese bosque, quemarlo hasta los cimientos y dejar estéril esa tierra para que nada más volviera a crecer en ese lugar por culpa de un demonio que aprovecho la imagen del único ser que realmente le importaba.

No le interesaba provocar una guerra por causar una destrucción a las tierras del Este, no le interesaba hacer sangrar a ese demonio y desparramarlo por todo Japón. Solo le interesaba destruirlo lentamente, arrancarle y desprenderle milimétricamente cada órgano que tuviera. Su enojo iba crecentando, su sed de sangre iba provocando que lentamente perdiera el control de sí mismo pero observo algo que no esperaba. Noto como su mirada se había apoyado en la espada, supuso que esperaría que la usara en su contra y por un momento, lo pensó pero luego decidió que era mejor las garras.

-¿Por qué no te defiendes?-sentencio- solo huyes como cobarde- dijo esto y ataco de manera inmediata que no le dio tiempo a rin de ver por dónde iba a ir a atacar.

Sabía que sus garras habían pasado muy cerca de su rostro y sonrió un poco cuando vio como aquel supuesto demonio se liberó de ser presa fácil, noto lo bien que lo conocía pero su olor no era el mismo que el de rin. Era un farsante para el…

El enojo del albino se incrementó, puso su mano sobre el mango de bakusaiga y observo como el rostro de la supuesta rin había cambiado de expresión bruscamente. Desenfundo la espada y solo cuando alzo la espada para exterminar la escoria que tenía delante de él, vio por primera vez como corría con tanto temor. Él estaba confundido y dudaba, realmente no deseaba hacerlo. Tal vez, lo que deseaba era querer vivir en esa mentira donde ella había vuelto con él y su muerte era solo parte del pasado.

Pero no…

No era posible…

Rápidamente apareció frente de ella, agarrándola del cuello y la levanto del suelo fácilmente. Ahogarla y acabar con ese demonio será lo mejor para todos, de nada le servía torturarlo o sacrificarlo si lo único que quería era obtener a la verdadera rin.

-Así que, conoces a colmillo explosivo. De otra forma, no hubieras huido como lo hiciste hace unos momentos.- Estaba muy serio, estaba clavándole la mirada.-tu repugnante mirada no paraba fijarse en mi espada, supongo que dedujiste que en algún momento de nuestra batalla lo usaría en tu contra.

Apretaba con furia su cuello, acabaría con su vida ahí misma. Detestaba y aborrecía lo bajo que había caído por una simple humana, debió haberla dejado en una aldea cualquiera o simplemente haberla dejado muerta pero su maldito experimento… ese fatídico experimento o tal vez… en su momento no lo fue…

-Un ser tan patético, calculaste cada movimiento y huías como un cobarde pero ahora eres mi presa.- Lo decía con tanta repugnancia que su agarre se volvía aún más intenso.

Iba cerrando más su agarre, de seguro ya no podía respirar pero todavía había algo que lo detenía. Se cuestionaba seriamente, quebrar su cuello era cuestión de un segundo ¿y porque tardaba tanto? No era ella, olía diferente.

-¿No vas a defenderte?- lo decía con cierta burla-entonces, muere.- Ahora, todo su odio estaba concentrado y enfocado en ella.

El albino no noto que iba perdiendo control sobre sí mismo, estaba muy concentrado en acabarla pero aún se detenía. Colmillo sagrado de apoco se iba tornando nuevamente en negro y empezaba agitarse en la cintura de su dueño…

Los ojos del albino se tornaron rojos ya que un sentimiento tan propio de un humano le estaba frenando, era una burla para él y una manipulación que no lo iba a permitir. Ya era suficiente…

Sesshomaru se estaba cuestionando como fue que bakusaiga había perdido su fuerza cuando estaba delante de su tumba, paso semanas y meses custodiando una piedra con su nombre. Perder sus tierras, su título y su poder. Carecer de una necesidad que para un demonio le era algo tan extraño y ser testigo como podía afectar tanto a un ser tan poderoso ¿Cuántas veces deseo tenerla delante de Él? ¿Cuántas veces quiso resguardar sus restos dentro del palacio? ¿Cuántas veces se le cruzo la idea de ir al inframundo personalmente? ¿Por cuánto tiempo estaría en guerra consigo mismo?

Y el albino solo se empezaba a repetir que no era ella…

No era posible que fuera ella…

No era ella…

Sin embargo, todo pensamiento se esfumo como la neblina. Sintió una caricia que le era muy familiar en su mejilla, nadie conocía ese gesto de ella para él. Era algo que se mantenía muy secretamente entre los dos y cuando la palma de su mano entro en contacto directo sobre la piel blanquecina, toda su ira se había marchado. Solo con oír la voz de rin pronunciando su nombre, provoco una reacción en cadena donde la soltó de manera inmediata y se quedó viéndola. Finalmente lo comprendió, era ella…