-Rin….

Esa voz otra vez…

Aquella voz creo que ya la había escuchado antes...

-Rin

Es tan familiar ¿Pero de dónde?

-Rin

La humana comenzaba a reaccionar lentamente, se había desmayado y eso lo recordaba muy bien por el golpe que se había dado contra el suelo pero ahora solo iba escuchando una voz armoniosa y tan familiar llamándola incansablemente que en vez de resultarle como un alivio al saber que podía conocer a la dueña, en realidad, fue todo lo contrario. Sentía escalofríos, podía percibir como su piel se erizaba y casi podría decir que tenía mucho miedo. No entendía porque su cuerpo reaccionaba así, tal vez era algo más que no recordaba y tal vez la propietaria de esa voz era alguien convertida en su peor pesadilla. Se maldecía a si misma por tener tantas ausencias en su memoria, podía recordar su vida e instancia durante su tiempo con sesshomaru pero luego todo se vuelve tan borroso y oscuro.

Y nuevamente, la mujer la estaba llamando. La humana solo tomo un poco de aire para preguntarle porque la llamaba, porque insistía tanto y trato de abrir los ojos pero no pudo hacer ninguno de los dos. Con el poco aire que pasaba por su garganta se hizo presente un dolor tan punzante que podía compararlo como una bola de púas atascada en su garganta, era un dolor indescriptible que en respuesta solo pudo emitir un leve lamento.

-Rin.

Claramente no iba a dejar de llamarla hasta que no le respondiera, tal vez se trataba de una aldeana que la había encontrado en el suelo o un demonio pero de manera inmediata descarto esta última idea ya que aún respiraba y…

…espera…

…¿Si era así cómo podía saber su nombre?...

Definitivamente era alguien que conocía pero su cuerpo no respondía muy bien que digamos con ese sujeto, algo marchaba mal con esa mujer y no lograba descifrar que era.

-Rin, despierta.

La humana en ese momento pudo abrir los ojos, todo estaba tan oscuro que no podía ver absolutamente nada y mucho menos saber en dónde estaba. Era obvio que ya no estaba en el bosque rojo, sentía que estaba sobre algo demasiado acolchonado como un futon y su cabeza estaba recostada sobre una especie de almohada.

Casi podía jurar que estaba en una habitación totalmente sellada donde ninguna luz podría ingresar, intento mover su cuerpo pero no podía. Sentía como si estuviera petrificada, como si estuviera muy bien amarrada que ni sus dedos respondían y aunque le estaba dando la orden a su cuerpo de que moviera algún musculo esta no hallaba alguna respuesta.

Rin empezó a respirar agitada, se estaba empezando a asustar y esa voz que inicialmente la llamaba incesantemente se había acallado. Se quedó en silencio, en la expectativa de que la mujer digiera nuevamente su nombre pero nada, tal vez había sido su imaginación que le estaba jugando una mala pasada pero el miedo que sentía era real. En eso no había duda…

Ahora…

En estos momentos…

Solo era silencio y oscuridad…

Ella no entendía lo que estaba pasando, estaba tan aterrada que su parte racional no la dejaba reflexionar en la nueva situación en que se encontraba. Las posibilidades que tenía eran realmente escasas y no era momento para llorar por su desgracia sino era momento de levantarse a pelear contra lo que fuera que la estuviera atacando, tenía que ser valiente.

De repente, en medio de tanta oscuridad pudo ver lo que creyó que fue una chispa de fuego. Ella frunció el ceño y trato de enfocar su vista en el sitio en donde creyó haberlo visto, estando completamente incrédula con la escena. Ella se quedó totalmente absorta en ese sitio, esperando a que otra chispa volviera a resurgir en medio de la oscuridad pero nada sucedió. Fueron los minutos más largos de su vida, una espera eterna que parecía no tener fin pero al ver que aún seguía sin suceder otra chispa provoco que se relajara un poco, suspiro un poco aliviada ya que lo único que le faltaba era que se iniciara un incendio pero fue muy pronto para sentirse aunque sea un poco alegre porque otra chispa volvía a resurgir en medio de tanta oscuridad. En el preciso instante en que surgió, rin pudo ver como una de esas pequeñas llamaradas había llegado a tocar una tela de color rojo y luego como si fuera casi inevitable se empezó a apoderar de esa tela. Vio como esa chispa se había convertido en un fuego que comenzó a consumir el extremo de una cortina muy lujosa de color rojo, la habitación se había empezado a iluminar de apoco de acuerdo a como iba creciendo el fuego. Rápidamente esa llama se empezó a extender sobre la cortina y a subir hacia el techo, consumiendo incluso el conjunto de esa cortina que se encontraba amarrada a un costado del ventanal.

Rin veía la escena con horror, quiso gritar pero no tenía voz, quiso una vez más intentar levantarse pero nada respondía. Iba morir quemada si se quedaba ahí, se iba ahogar con el humo del fuego si seguía respirando en ese lugar y no pensaba quedarse mirando mientras eso sucedía.

Con desesperación bajo su vista hacia su cuerpo para ver qué era lo que la tenía amarrada, una cuerda tal vez o una especie de veneno que no la dejaba mover pero fue algo mucho peor que eso. Se vio acostada en su viejo futon lleno de sangre, su pecho destrozado y un hueco sin un corazón que estuviera latiendo como si se lo hubieran arrancado. Era obvio que estaba muerta, su vestidura estaba desgarrada y su piel amarillento delataba que hacía rato que lo estaba.

Por eso no podía correr o gritar, no podía hacer absolutamente nada. Ahora su momento de valentía se había ido, estaba entrando en un estado de pánico al verse así y el shock empezaba a nublar su vista con tanta velocidad que cerro fuertemente los ojos para evitarlo. Comenzó a contar del 20 al 1 mientras muchas imágenes sin sentido se empezaba a acumular en su mente, se arremolinaban unas sobre otras sin un tiempo definido como si estuviera viendo su vida antes de morir pero ya lo estaba o ¿no?

...19…18…17…

¿Una tumba? Que tenía que ver una tumba con su vida, ni siquiera era la de ella pero la imagen era de una tumba y una señora totalmente cubierta llorando sobre ella.

…16…15…14…

¿Una guerra? Veía muchos hombres peleando entre ellos, la sangre desparramada en suelo y una fosa común siendo usada para los cadáveres….

…13…12…11..

Un niña llorando en un campo abierto, claramente fue víctima de hombres maliciosos. Tenía su ropa desgarrada pero...

…10…9…8…

¿Cómo era posible que viera todo eso? No era su vida…

…7…6…5…

¿Qué hace este niño mirándome?-Pensó rin al verse en otro campo con un niño señalando hacia algún lugar que no logro ver.

...4...3...2...

De repente, todo se desvaneció y abrió los ojos de golpe al notar que el fuego se empezaba a extender aún más. Fue en ese momento en que noto algo raro…

¿Y el humo negro? ¿Dónde está la humareda?-Pensó rin.

Enfoco su vista a la ventana que aún seguía intacta y observo que afuera estaba sumido en la más absoluta oscuridad, no había luna o alguna estrella. No había nada…

En ese instante, las paredes empezaron lentamente a sangrar y el sonido de un latido comenzó a retumbar por toda la habitación. Era tan fuerte el sonido que empezó ensordecer a rin que no podía hacer más que mirar con horror y sentir como el miedo recorría por sus venas mientras las paredes cada vez sangraban con mayor intensidad pero noto como ciertos hilos de sangre comenzaron a grabar escritos sobre la vieja madera.

Quería que todo parara, era más que suficiente si lo que buscaba era asustarla. Gritaba por sus adentros que paren, no quería seguir viendo las mismas imágenes de horror cuando cerraba los ojos y menos ver lo que sucedía en ese cuarto. Pero nada paraba ya que todo era cada vez más intenso, parecía que no había forma de frenar esa pesadilla que estaba teniendo y de golpe, sin aviso previo, todo se resumió en completo silencio.

El fuego seguía consumiendo las cortinas, las paredes seguían sangrando y al parecer el latido seguía por cómo se agitaba la sangre que se deslizaba del techo al suelo pero ya no podía oírlo por alguna extraña razón. En ese momento, cerró los ojos fuertemente con la vaga esperanza de que todo ya hubiera acabado pero en cuanto los volvió a abrir, en vez de encontrarse con una habitación que no se estuviera prendiendo fuego se halló con una mujer totalmente encapuchada que solo estaba parada enfrente de su futon. Solo dejaba ver su rostro y notaba el odio que le transmitía con su mirada mientras lágrimas negras brotaban de ellos, vio como abría la boca para hablar pero noto que toda su mandíbula estaba dislocada mientras que sus mejillas las tenía desgarrada. Podía abrir totalmente su boca porque no había nada que pudiera sostener su mandíbula, tranquilamente su mentón podía tocar su pecho sin problema alguno…

Noto como sus ojos se tornaron negros y vio algún que otro cambio en esa mujer pero el fuego se había empezado a apagarse que ya no permitía verla tan bien, sin embargo en vez de asustarse fue notando como las cortinas estaban intactas a pesar del incendio mientras que parecía que todo volvía a caer en la plena oscuridad hasta que escucho y vio a la mujer hablar.

-Por ahora, dejare que sientas la libertad de no estar atada a mí pero recuerda que perteneces a este mundo y algún día volverás a mí. Aquí es en donde te quedaste y aquí es donde siempre te quedaras atrapada.- La vio sonreír y de su boca broto todo un líquido negro aún más espeso del que brotaba de sus ojos pero que iba quemando su boca y que caía al suelo haciendo una leve humareda- Rin, mi querida rin. Ya puedes despertar...

En ese instante, rin despertó de golpe y un dolor intenso recorrió toda su garganta. Se sentó de golpe en el futon y llevo de manera inmediata su mano hacia su cuello, le dolía demasiado con solo tragar saliva. No quería imaginarse cuando tratara de tomar algo o ingerir algún alimento, ni quería intentarlo como ahora que no quería ni abrir los ojos. Le tranquilizo de cierta manera saber que se podía mover pero tenía mucho miedo en abrir los ojos sin saber lo que le deparaba, no quería ni intentarlo hasta que oyó el canto de las aves y supuso que ahora estaba a salvo.

Lentamente abrió los ojos, la iluminación del cuarto estaba siendo interrumpido por unas delicadas cortinas que adornaban el ventanal de su nueva habitación y aunque le era levemente molesto para su vista acostumbrarse, por sus adentros estaba bastante agradecida en que todo ya haya acabado. Sin embargo, las imágenes de la pesadilla aún seguían ahí y con la misma mano que tenía en su garganta la llevo hasta su pecho para corroborar que todo estaba en orden.

No había fuego o paredes que sangraran, no tenía un hueco en su pecho y lo más importante era que estaba respirando.

-Todo estaba bien ahora- Dijo rin en voz baja para calmar su cuerpo al verse aun temblando, el pulso de su mano estaba agitada y aunque tratara de calmarse con unas simples palabras, aun no era posible.

Miro a su alrededor y luego el futon en donde descansaba, todo parecía tan humano con excepción de algunos detalles que delataron que no se encontraba en un palacio o hacienda común. Sin embargo, era frio y lúgubre a pesar de que la luz del día atravesaba el gran ventanal. Tan así que deba cierto miedo permanecer allí…

Y para su sorpresa, durante su inspección al cuarto miro que al costado de su futon la aguardaba una bandeja con abundante comida humana que provoco que su estómago que hasta ahora no había dado indicios de vida comenzara a rugir fuertemente haciendo que hasta la boca se le llenara de agua.

Hacía mucho que no veía tanta comida reunida en un solo lugar, habia estado con tanto miedo y estaba tan concentrada en su objetivo que se había olvidado que aún seguía siendo una simple humana. Quiso hacer justicia a su educación a la hora de comer intentando de tomar la bandeja como una dama y comenzar a degustar los alimentos de a poco pero esos días causó un gran impacto para ella.

Agarro la bandeja y comenzó a comer tan rápido que casi no masticaba, estaba muerta de hambre que ignoraba por completo el dolor. Daba bocado tras bocado y casi se ahoga en varias ocasiones pero se recuperó rápidamente, lo único que le importaba era comer. Luego, agarro el fino vaso de vidrio que contenía agua y lo trago de golpe para bajar la comida. Estaba por empezar a buscar más agua o jugo hasta que vio que le habían dejado la fina jarra para que pudiera servirse pero dejo el vaso en el suelo y directamente empezó a tomar de la jarra. Solo se frenó cuando la necesidad de toser se hizo presente y se tocó la garganta mientras sus lágrimas de dolor iban bajando rápidamente por su mejilla pero seguía sin importarle…

Termino por vaciar la jarra y empezó a bajar el ritmo para comenzar a comer educadamente, solo le quedaba un fragmento de pan y al menos seria educada al terminar ya que claramente el hambre le había ganado.

Cuando termino de comer, trato de limpiar el desastre ya que todo parecía una escena del crimen. Las migajas desparramadas en la manta del futon, las manchas sobre las finas telas de seda del líquido que había derramado y ciertos restos de comida pegado en ellas. Hasta el hermoso cobertor había quedado manchado y eso no se limpiaba fácilmente, no quedaba otra que lavarlo.

Muy probable recibiría un regaño por perder sus modales…

Aunque se preguntaba de quien los iba a recibir, esperaba que su cuidadora estuviera con vida y que apareciera en cuanto se deslizara la puerta pero nada. Solo oía los constantes pasos y algún que otro demonio hablando…

Se preguntaba en que palacio estaría, con quien estaría y si realmente esa fue la orden de su amo pero la imagen de su amigo viéndola de esa forma aun le dolia. Quería aun irse de ahí…

Finalmente, ella se levantó del futon para ir en busca de algún armario que contuviera ropa y así quitarse la ropa que llevaba puesta. Sin embargo, no recordaba que el palacio fuera así. Todo estaba tan cambiando hasta los muebles no era lo que ella recordaba, realmente sucedió lo que le dijeron…

De manera sorpresiva, se alarmo cuando escucho como alguien se acercaba a la puerta y rin miro fijamente a la espera de que su visitante deslizara una de esas puertas. Con valentía iba a encarar lo que fuera a cruzar esa puerta, fuera un sirviente o a su propio amo pero nada sucedió.

Se quedó inmóvil, esperando y aguardando el momento pero aún seguía sin suceder nada. Así que decidió que ella abriría la puerta, no se iba a quedar de brazos cruzados esperando que se decidieran en entrar o no. Se acercó con paso firme a la entrada y decidida, coloco su mano en el borde de la puerta para poder hacerla a un lado pero no pudo. Se sorprendió cuando noto que la puerta estaba trabada, no podía salir e hizo más fuerza para poder abrirla. Claramente la habían dejado encerrada como había ocurrido en el palacio del Este pero ella se juro que esta vuelta no se las dejaría tan fácil, así que hizo más fuerza para abrirla aunque sus dedos se tornaran muy rojos y si era necesario buscaría la manera de romper esa puerta.

-Deje de forzar la puerta, mi lady.-Rin logro oír una voz masculina del otro lado que pudo reconocer rápidamente.

-¿Hiroto?-Pregunto rin estando aun sus manos sobre la puerta pero sin aplicar fuerza, solo se quedó esperando su respuesta.

-Así es, mi señora. Es realmente un alivio y una tortura volver a encontrarla…-Dijo hiroto con cierto dolor en su voz.

-¿Tortura?- dijo rin en voz baja y termino haciendo otra pregunta en voz alta como si el demonio no hubiera oído la pregunta anterior-¿Qué está sucediendo?

-No lo recuerda ¿verdad?- pregunto consternado

-Yo…yo…-Rin soltó lentamente la puerta y se quedó parada enfrente de ese marco mientras bajaba la mirada al suelo-…lo siento….-trataba de recordar algo pero todo seguía tan borroso.

-En estos momentos, nuestro amo está reunido con nuestra señora irasue. El general Kuta está buscando…-Ni bien no pudo terminar de explicarle a rin que ya lo estaba interrumpiendo.

-¡ESPERA!- dijo fuertemente la humana mientras levantaba rápidamente la vista del suelo y miraba la puerta como si pudiera ver atreves de ella. Imaginaba que tal vez hiroto la estaba viendo atrás vez de ella aunque no era así- ¿Qué sucedió con el general Tetsuzan?- se notaba la preocupación en su voz por el paradero de su viejo amigo y la respuesta de hiroto tardo bastante en llegar como si no quisiera decirle la temible verdad.

-El murió, rin. Lo asesinaron durante el golpe de las tierras del sur.

Para rin fue un baldazo de agua fría, cayó de rodillas al suelo fuertemente como si un cuerpo pesado hubiera caido abruptamente al suelo y varias lágrimas empezaron a brotar de sus ojos que hacia que viera todo borroso.

-¡¿mi lady?!- pregunto hiroto al oír el ruido, se preocupó pensando que se había desmayado o golpeado y aguardo que ella le respondiera pero no recibió respuesta de parte de ella.- ¡habrán la puerta inmediatamente!- lo oyó exigir a los guardias que la custodiaban, era claro que no estaba solo.

-No podemos, son órdenes del amo.- dijo uno de los guardias.

-¡puede estar desmayada o herida! ¡¿Son sordos o qué?!- dijo hiroto a los guardias totalmente alterado.

Pero finalmente rin respondió mientras trataba de secarse las lágrimas rápidamente, no quería que la oyeran o la olieran y peor aún que la vieran llorar.

-Hiroto, estoy bien.- Dijo con la voz quebrada mientras se sentaba en el suelo.

-¿Mi lady, quiere que llame al amo?- pregunto hiroto

-¡no!- gritando como podía, quedándose casi sin voz y enfurecida- ¡No quiero a nadie, déjenme en paz de una vez por todas!- dijo con mucho dolor, más por la pérdida de su amigo que por el dolor físico.

Sin embargo, hiroto aguardo del otro lado e hizo una breve pausa para poder darle su espacio pero aun así quería estar a su lado más como un amigo que como un sirviente más.

-Rin, necesito decirte algo y es fundamental que lo sepas cuanto antes…- dijo con mucho dolor hiroto y eso lo noto muy bien.

Rin empezó a tapar su boca con la mano para dejar de llorar y evitar de gritar una vez más, ya era demasiado para ella todas las cosas que le estaba sucediendo pero no se iba a rendir, iba a dar pelea hasta lo último.

Cuando se sintió lista, retiro su mano de su boca y reunió toda la calma posible.

-Dime.