-Otra vez aquí…-Dijo rin con frustración ya que nuevamente estaba perdida entre los extensos pasillos que luego de haber bajado muchas escalaras para llegar a la planta de baja y ver un inmenso cuadro que ilustraba una terrible guerra que dedujo que habría sucedido en esas tierras, se hallaba nuevamente en ese mismo sitio luego de indagar cada pasillo. Desconocía su historia de ese cuadro y la razón de porque estaba tan bien detallado pero ahora solo le servía de referencia que iba dándole de entender que todo parecía ser un laberinto donde tardaría horas en poder hallar una salida.- Pues esta es mi última opción..-Dijo al empezar a dirigirse a su última opción o el último pasillo que no había recorrido.
Ya había recorrido como cincos pasillos antes de dirigirse al actual, tenía la sensación de que en todo momento estuvo dando vueltas y por esa razón terminaba siempre en el mismo lugar. Sin embargo, dejando de lado el hecho de que estaba perdida en un palacio inmenso y que su escape no le iba a resultar tan fácil como había pensado, se estaba preguntando en cómo no se habia cruzado con otro sirviente o guardia durante su trayecto. Estaba jurando que en algún momento se iba a cruzar con alguno pero todo estaba tan desolado que parecía estar totalmente abandonado…
Continúo con su búsqueda, en cualquier momento llegaría a la entrada del palacio y ahí sabría que finalmente hay demonios en este palacio aunque no iba a ser tan fácil como se lo planteaba. Los demonios seguramente tendrían la orden de no dejarla ir, tendría que engañarlos de alguna forma y suponiendo que la mayoría serian nuevos habría la posibilidad aunque fuera mínima de poder llegar a algo para que pudiera salir al exterior.
Tenía la necesidad de ver lo que estaba sucediendo, quería saber y tenía el derecho de indagar sobre todo lo que le había dicho hiroto. Además, muy en lo profundo ella quería saber algo que le pudiera servir para poder frenar la guerra que se avecinaba…
Era inútil intentarlo pero era aún más inútil dejar que simplemente sucediera, su tranquilidad al saber que hizo algo al respecto le llenaba de paz que no haberlo hecho.
Aunque…
¿Qué podía hacer una simple humana como ella?
Rin seguía caminando por ese pasillo con la mente divagando en las posibilidades que tendría una humana en ciertas situaciones, todas tendrías consecuencias que bien conocía o no hasta considero las equivocadas. Sin embargo, en ese momento noto que ya debía haberse encontrado de nuevo enfrente de ese nefasto cuadro y no fue así. Se vio todavía en el pasillo, de cierta forma se alegró y comenzó a caminar un poco más rápido pensando que finalmente había encontrado el camino correcto a la salida.
Durante ese largo trayecto vio que el pasillo doblaba hacia la izquierda y fue casi corriendo cuando de manera brusca debió frenarse al notar que el camino la llevaba a un inmenso salón donde varios guardia demonios estaban en la entrada con sirvientes que sacaban unas bolsas gigantes de algo que no pudo descifrar.
Rápidamente se fue a ocultar poniéndose contra la pared antes de que el pasillo doblara y con la capa aun puesta, se cubrió totalmente. Solo se asomó cuando se aseguró que no la verían, en unos instantes pudo ver las posibilidades que tendría para no ser vista y realmente eran muy escasas. Muchos la verían pasar, la obligarían a quitarse la capa y ahí seria descubierta. No había posibilidad de no salir sin ser vista, veía como los sirvientes salían y otros entraban con más mercadería. De cierta forma, esto desanimo mucho a la humana pero no bajo los brazos y pensó cual sería la salida más próxima…
Por la entrada principal era imposible, ella recordaba que la otra salida era por la cocina ya que ahí estaba la puerta que solo era uso de los sirvientes pero seguro estaría siendo usada en esos momentos y solo le quedaba una última opción que era los jardines. Aunque dudaba mucho que lo haya reconstruido ya que muchas cosas que vio dentro del palacio estaban cambiadas…
Suspiro amargamente, ni siquiera podría fingir ser una sirvienta ya que la descubrirían por su condición humana. No le quedaba otra que usar uno de los jardines más próximos, esperaba y rezaba que aun existiera el mismo camino que recordaba como también que lo hayan reconstruido.
Finalmente, retrocedió y en vez de volver al sitio donde estaba ese cuadro fue tomando el camino que ella recordaba. Ahora que todo estaba distinto, dependía totalmente de su memoria y de las veces que hizo ese camino. A dos puertas tenía un pasillo a su derecha, luego de doblar a la derecha tendría que seguir todo recto hasta que apareciera otro pasillo que interceptaba al que estaba usando y ahí recién sabría si estaba por un buen o mal camino ya que ese era el que la llevaba hasta el jardín más cercano. En todo el trayecto estuvo tan nerviosa que rechinaba los dientes con fuerza, fue apretando tanto la mandíbula que ya le dolía y se puso aún más nerviosa al no encontrarse con esas dos puertas. Se preguntaba qué tan lejos estaba, cuanto más iba a tardar y calculaba exageradamente que a este paso recién dentro de una semana podría salir de ese lugar.
Todo parecía indicar que esas dos puertas ya no estaban, no las encontraba y que comenzó a dar vueltas. Ahora, no sabía cómo salir de esa situación.
Finalmente, solo cuando doblo a su derecha las pudo ver y sintió como todo su cuerpo se alivió de manera tan repentina que sus piernas casi no la podían sostener. Respiro tan aliviada que se apoyó en la pared y tuvo que tomarse unos minutos para recuperarse, se había asustado demasiado que ni había notado lo tensa que se había puesto.
Después de recuperarse, tomo el camino que ella recordaba hasta que al fin sintió el aire frio recorrer por ese pasillo y supo que aún estaba el jardín o eso creía. Solo cuando llego al final de ese pasillo supo que esa sección del palacio aun le faltaba por terminar de reconstruir, vio algunas habitaciones sin puertas con sus interiores sin acabar y otras aun le faltaban hasta las paredes. Pero lo que alarmo a rin fueron los gritos que pudo oír desde lo lejos, voces de hombres que exigían a su personal que trabajaran más duro y que se apuraran.
Ella se acercó a la entrada del jardín y se apoyó contra los pilares de madera que calculaba que futuramente era la puerta auxiliar de los sirvientes ya que no poseía o no parecía tener la gran fachada que tenían todas las puertas principales, solo se asomó al exterior para ver qué era lo que sucedía y nunca en su vida lamento tanto como esa escena.
No veía sirvientes, veía esclavos sometidos a las órdenes de los guardias del oeste que con sus grandes látigos azotaban sin piedad a todo lo que se movía. Vio la ropa desgarrada, la sangre derramarse y el dolor ajeno que lo fue sintiendo como propio. Noto el cansancio, el agotamiento en sus rostros como el cuerpo los iba consumiendo y el degaste de sí mismo.
Algunos fallecidos yacían en el suelo que veía como pasaban por encima, ni siquiera los colocaban a un costado ya que los guardias vigilaban que no se perdiera ningún segundo del arduo trabajo. Frunció el ceño con preocupación cuando vio a los demonios de clase agua trabajando con fuego para fundir algunas uniones que supuso que eran futuras ventanas, a este paso iban a morir rápidamente y ahí supo que el palacio había sido construido con el derramamiento de la sangre del sur.
Veía que nadie usaba la entrada en donde estaba viendo todo, estaban más ocupados en reconstruir el costado del palacio que en terminar esa sección donde estaba ella. De manera sorpresiva, escucho el azote de uno de esos látigos contra el cuerpo de un infante que cargaba con grandes bloques de madera a varios metros de ella que provoco que se sobresaltara de manera improvista. En vez de seguir manteniéndose oculta o retirarse por la cercanía, vía a ese niño como caía al suelo con toda la espalda destruida y como los bloques de madera fueron cayéndole encima por el propio peso. Rin reconoció rápidamente esa especie de demonios, no eran malvados como decían los humanos sino todo lo contrario. Eran dulces y juguetones que por culpa de sus travesías los humanos los consideraban una amenaza, había jugado varias veces con ellos cuando iba a las tierras del sur y siempre volvía totalmente sucia que jaken terminaba regañándola por perder sus modales delante de los señores del sur. Eran muy amigables, sociables y a veces eran un poco brutos pero no eran malos como para merecer esto. Ahora, estaba viendo a uno de esa especie agonizar en el suelo con bastante sangre en su ropa y eso le estaba doliendo demasiado. Ellos no eran malos, ellos no hacían daño a nadie ¿Por qué le estaban haciendo eso? ¿Qué había hecho?
-¡Levántate!- Escucho gritar al guardia que ya se estaba aproximando al niño que no le calculo más que 6 años humanos, se lo veía demasiado demacrado. - ¡He dicho que te levantes!- Vio como uso de nuevo su litigo y noto como esta vuelta le había arrancando un trozo de piel de la espalda pero aun así el niño no lograba levantarse.
Noto como el guardia se había quedado parado enfrente al niño y esta vuelta estaba sacando su espada, claramente le iba a cortar la garganta. No le importaba que estuviera lastimado, no le importaba que estuviera agotado solo quería que cumpliera con la orden dada pero ella no pudo más…
-¡NO!- Grito casi sin vos rin y rápidamente salió de su escondite para caer arrodillada junto al niño, poniendo su cuerpo sobre la de él protegiéndolo del guardia que se había quedado viendo la reacción y la aparición de ella.
-¡¿Quién diablos eres?!- Lo escucho gritar al guardia enfurecido quien guardaba su espada para emplear nuevamente el látigo.- ¡Si no quieres que te cortemos la garganta suelta a ese infeliz!
Rin no lo estaba viendo, le estaba dando la espalda por si la golpeaba por estar cubriendo al niño mediante un abrazo en el suelo.
-¡Responde!- escucho que exigía el guardia.
-¡No pienso responderte, solo deja al niño en paz!- Grito afónica rin en respuesta que sabía que lo iba a enfurecer aún más, empezó a notar que los demás estaban dejando de trabajar solo para ver el espectáculo, sabía que había llamado la atención y demasiado.- ¡Esta clase de demonio no soporta estas tierras!- en ese momento logro oír como el guardia se había empezado a reír mientras se hacía cada vez más silencio.
En ese instante, ninguno de los dos se percataba que una mujer se estaba acercando poco a poco a ellos. La esclava no dejaba de mirar a la mujer que protegía al niño del guardia y se podía notar su cara de confusión con una mezcla de miedo por haberse apartado de su puesto de trabajo forzado pero no intervenía sino que miraba la escena con cierta cautela.
-¿Y crees que me importa, escoria?- cada vez reía más fuerte y rin escucho como desenrollaba su látigo- Ahora, sabrás con que se paga tu insolencia.
Rin apretó los ojos fuertemente y abrazo al niño, sabía lo que vendría pero aun así no lo iba a soltar. De un momento a otro sintió el fuerte golpe del látigo en su espalda, sintió como retumbaba hasta sus huesos y se fue quedando casi sin aliento pero no iba a darle el gusto de oírla gritar de dolor. Soporto sin quejarse del inmenso dolor que sentía, podía jurar que le había quebrado una costilla o dos al menos y tal vez otro hueso pero no iba a soltar a ese niño por nada del mundo. Sin embargo, no pudo evitar toser al tratar de recuperar el aliento y sintió tanto la sangre en su boca como el líquido deslizarse por su espalda.
De repente, dejo de oír la risa del guardia y supo que su olor se había esparcido finalmente. Se dio la vuelta y miro directo a los ojos al guardia que la miraba incrédulo, había soltado el látigo dejándolo caer al suelo e iba retrocediendo de apoco. Escucho como la mujer había soltado un pequeño grito de susto y la vio que no solo estaba tapando su boca con su propia mano del asombro sino que estaba muy pálida con solo verla…
No había pasado ni un minuto de lo sucedido que el general kuta apareció detrás del guardia que la había golpeado con su látigo, rin dejo de mirar a la mujer que parecía que se iba a desmayar y trato de decir algo pero ya era demasiado tarde…
-¡NO, ESPERE!- grito rin al ver como el general kuta había atravesado con sus propias garras desde la espalda hasta el pecho para luego levantarlo del suelo con la mitad de su brazo metido en el cuerpo del guardia y finalmente lo lanzo contra los muros del palacio teniendo en su mano el órgano más importante para poder existir: el corazón.
El general kuta solo miro a rin por unos momentos y luego vio a los esclavos que estaban petrificados, viendo el inmenso espectáculo que ocurría.
-Vuelvan a sus puestos de trabajo- Dijo de forma apacible el general, mirando a cada uno pero como nadie respondía recurrió a otra técnica más eficiente- ¡YA!- grito de manera tan potente que sobresalto a todos pero nadie acataba a la orden ya que muchos miraban a rin. -¡¿QUE FUE LO QUE DIJE?!
Para ese entonces, algunos habían respondido y empezado de nuevo a trabajar pero otros seguían viendo a rin como la mujer que aún estaba a escasos metros que luego de casi desmayarse había empezado a llorar en silencio. Rin noto que la mujer la seguía viendo y en ese momento también noto como el general kuta se le estaba por abalanzarse encima de ella, cosa que no iba a permitir.
-¡General kuta, ni se lo ocurra acercarse a esa mujer!- Dijo firmemente rin mientras se levantaba despacio con el niño entre los brazos, abrazándolo aun para que no lo lastimaran.
Kuta miro a la humana con desprecio y cierta burla, una humana le estaba dando una orden y eso le resultaba gracioso.
-¿Tú quién eres para darme una orden a mí?- Dijo el general kuta con burla hasta que volvió su rostro serio y frio, era la característica mirada de un asesino.- Descúbrete, mujer.
Rin firme y decidida, sostuvo con una mano al niño mientras que con la otra se descubría el rostro totalmente.
-No puede ser tu… ¿Rin?-Dijo la mujer quebrada que la veía aun incrédula con lágrimas aun brotando de sus ojos mientras lentamente se iba acercando a ella.
Sin embargo, rin no miraba a la mujer sino a kuta que claramente la estaba desafiando.
-General kuta, deja a esa mujer y a este niño en paz.- Dijo muy seria.
El general kuta iba a responder pero presintió la cercanía de hiroto y vio como lentamente se iba acercando seriamente, mirando la escena y luego a kuta.
-Kuta, el amo te matara por herirla-Dijo hiroto mientras se acercaba aún más a ellos.
-No fui yo, fue este inútil inservible.-Kuta señalo al que acababa de matar- Sera mejor que la metas adentro y curen sus heridas, si el amo no está acá es porque o no quiere verla o porque aún no le ha llegado el olor a su sangre.
Hiroto se había parado para ver al guardia desmembrado y luego miro a rin que estaba aún aferrada al niño, suspiro amargamente porque no esperaba encontrarse tan rápidamente con estas escenas.
-Rin…-Dijo hiroto.
-No.-Respondió rin- No pienso moverme de acá hasta que atiendan a este niño y a esa mujer.
Hiroto miro a la mujer que aún estaba en shock y luego volvió su vista a rin, realmente no quería verse envuelto en esa situación porque tendría que estar enfrente de su amo para explicarle todo lo sucedido.
-El niño está muerto.-Dijo en seco el general kuta- Puedo oler la muerte en ese cuerpo.
Rin lo miro incrédulo y bajo su vista para verificar que efectivamente estaba muerto entre sus brazos, estaba tan pálido y frio su piel que no se había percatado al tratar de salvarlo.
-No, espera…-Dijo rin incrédula- Tal vez…
-Mi lady, es verdad… -Dijo Hiroto.-Deje al niño en el suelo y permítame llevarla adentro ¿sí?- Trataba de sonar amable pero vio como rin empezó a llorar de a poco.
-¿No pude salvarlo?- se preguntó rin en voz baja.
-Hiroto.-Dijo el general kuta en forma de amenaza para que la sacara ya de ahí y hiroto lo miro rápidamente.
-¿No había guardias en su puerta? ¿Cómo se escapó?- Le pregunto hiroto a kuta
-No estaba presente.-Dijo kuta haciéndose totalmente el desatendido.
Ajeno a esta conversación de reproche, ninguno de los dos estaba mirando a la humana que estaba lamentando la muerte del niño y que sufría por eso. Su corazón se afligía demasiado con solo ver a ese pequeño en sus brazos y sin vida en medio de tanto dolor e sufrimiento, estaba deseando que hubiera tenido un mejor final que ese…
-Lo siento…-Dijo rin entre lágrimas al niño que aún tenía en brazos, ignorando la conversación que ambos demonios estaban teniendo en ese momento. Solo le importaba al niño que trato de salvar y que lamentable le había fallado. –Lo siento tanto…
En ese momento, ambos dejaron de hablar y miraron a la humana que empezaba a quebrarse delante de ellos.
-Mi lady.-Dijo seriamente hitoro a rin
-¡¿PORQUE HACEN ESTO?!- Rin finalmente había estallado.- ¡SU ESPECIE NO ES MALVADA, ES SOLO UN NIÑO!- le gritaba a ambos mientras lloraba- ¡NADIE DE ACA TIENE LA CULPA DE LO QUE HIZO SU LORD, LA MAYORIA SON DEMONIOS INOFENSIVOS!- grito con todo lo que permitía su voz y sus pulmones.
-Mi lady…-Dijo con preocupación hiroto que se fue acercando lentamente a rin.
-¡YA BASTA!- grito rin que de manera inmediata tocio sangre pero se recuperó rápidamente- ¡MIREN!- señalo a un grupo de demonios que se sobresaltaron al verse expuesto- ¡ELLOS SON DEMONIOS DE AGUA QUE NO HACEN MAS QUE MOLESTAR A LOS PESCADORES DE LAS ALDEAS, ELLOS NO PUEDEN ESTAR TANTO TIEMPO CERCA DEL FUEGO!
Hiroto se acercó a ella, tenía que sacarla de ahí rápidamente.
-¡LOS DEMONIOS QUE ESTAN ALLA SOLO BUSCAN LA MANERA DE ROBARSE COSAS BRILLANTES PORQUE LES LLAMA LA ATENCION Y LOS QUE ESTAN MAS ATRÁS SON DEMONIOS INFERIORES QUE SOLO TRAEN PROBLEMAS SI LOS MOLESTAN PERO SI LOS LLEGAS A CONOCER SON MUY AMABLES! ¡¿PORQUE DIABLOS LE ESTAN HACIENDO ESTO?!
-Mi lady, tiene que volver a sus aposentos…-Dijo hiroto en un tono muy calmado.
-¡NO!- grito rin- ¡EXIJO UNA REUNION INMEDIATA CON EL LORD SESSHOMARU!
En ese momento, todos e incluso el general kuta se palidecieron hasta los que habían empezado a trabajar dejaron de manera inmediata sus labores.
-¡Y si me voy a mis aposentos será con la condición de que el niño vuelva con su madre y que yo me lleve a esa mujer!-Dijo rin de manera muy exigente.
Hiroto vio que no iba a soltar al niño sino cumplía su deseo y lo vio suspirar de frustración, realmente se estaba metiendo en un gran lio.
-¡Esa mujer se ocupaba de cuidarme cuando estaba en sus tierras y aun lo sigue haciendo, deseo conservarla antes de que ustedes la terminen matando como a este niño!-dijo seriamente rin.
-Usted no está en posición…-Dijo kuta pero se vio interrumpido por la mirada de hiroto y rápidamente se tragó sus palabras- Que se la lleve.-Dijo kuta muy enojado.
-Vamos adentro hasta que se recupere.-Dijo hiroto volviendo su atención a rin, estando muy preocupado no solo por rin sino por la posible pero muy posible aparición de su amo. Así que fue tomando al niño en sus brazos pero aun rin se negaba a soltarlo…
- Solo si ella viene conmigo.- Dijo rin que se negaba a soltarlo mientras llevaba su otra mano a su garganta ya que le dolía demasiado.
Hiroto solo asiento y finalmente rin se lo dio, dejo al niño a cargo de otro guardia cercano para poder acompañarla hacia el interior del palacio con la mujer siguiéndolo por detrás…
