-Qué curioso ¿No es así, hijo?- Dijo irasue con cierta ironía en su voz, sentada enfrente de la mesa donde sesshomaru tenía un pergamino con un pedido muy especial - Tu protegida escapo de las garras de esa niña.
-Ya hemos terminado el asunto que nos competía- Dijo sesshomaru en seco mientras iba enrollando nuevamente el pergamino para arrojarlo hacia el irori (Una especie de chimenea tradicional de Japón) que se ubicaba en el centro del despacho haciendo que el pergamino ardiera hasta quedar completamente consumido por el fuego.
-Veo que no consideras aceptar el trato con los del Este.- dijo sin sorprenderse por el accionar del albino- ¿Y qué piensas hacer con ella?- pregunto irasue mientras veía las reacciones de su hijo-Te recuerdo que aunque tenga la libertad de hacer lo que desee, aun puede ser una marioneta de ella.
-Si vienes a decirme algo, madre. Solo dilo.-Dijo el albino sin interesarse en continuar el rumbo de la conversación.
-Vine aquí por pedido del lord del Este y por su preocupación de que exista alguna repercusión en sus tierras.-respondió de manera indiferente aunque ambos sabían la verdadera razón de su presencia en ese lugar.
-La razón de tu presencia en mi palacio es ajena a la preocupación del Este, es claro cuáles son tus verdaderas intenciones y déjame decirte que carece totalmente de mi interés en estos momentos como también la voluntad de querer responderte.- Respondió con total repugnancia hacia su madre mientras agarraba otro pergamino que parecía ser de carácter urgente.
-Este accionar tuyo es igual que la de tu padre, heredaste más que un solo aspecto de el.-Su madre lo miraba con cierta burla que provoco que el albino levantara inmediatamente su mirada del papel que tenía en sus manos y la dirigiera hacia su madre con bastante rencor.- Solo te diré que no le des la espalda ya que tu protegida se puede convertir hasta en tu peor enemigo, no se la puede engañar fácilmente a Emi y es muy probable que la haya dejado libre por un propósito aún mayor.
-¿Mi peor enemigo, dices?-dijo el albino con cierta ironía.
-Así como izayoi fue la perdición tu padre, esta humana puede convertirse en la tuya.-Hablaba seriamente irasue sobre el asunto- Ella puede ser la misma humana que en una ocasión se presentó en mis dominios pero ahora no está sola, se percibe la presencia de alguien más y sabemos bien de quien se trata. Se aferra desesperadamente y no tiene la intención de marcharse sin antes arrastrarla nuevamente hacia su mundo. Sesshomaru, ¿No te has preguntando en cómo fue que ella ha vuelto? Que yo recuerde, ni tú y ni yo la hemos revivido pero ahora se encuentra encerrada en uno de los aposentos que tú le has designado.
-Se directa con lo pretendes decirme- Dijo sesshomaru seriamente.
-Deshazte de esa humana antes de descubrir la razón.
En ese momento, se desarrolló un silencio entre ellos que haría que cualquiera lo interpretara como un desafío y ambos mantenían ese mirada fija como esperando alguna reacción inesperada de parte de alguno de los dos. Sin embargo, irasue se levantó de su asiento y sin quitarle la vista a su hijo fue continuando con esa conversación que claramente le estaba sugiriendo que acabara con rin antes de que fuera demasiado tarde.
-Sesshomaru, habrás superado a tu padre pero ni con todo el poder del mundo podrás enfrentarte a rin. Si emi quiere que ustedes se enfrenten en duelo, es más que seguro que tú vas a perder y no precisamente por ser un demonio débil.- Irasue miraba fríamente a su hijo.
En ese momento, el olor a sangre humana llego al despacho y desconcertó a ambos demonios que se veían envuelto en un ambiente demasiado hostil. Irasue observaba en detalle a su hijo luego de percibir ese tan caracteristico olor en el ambiente y una leve sonrisa se dibujó en su rostro al ver que el albino permanecía en su asiento, sin la intención de cortarle la garganta al causante. Alguien se había atrevido a lastimarla y su hijo permanecía inerte en su posición sin ir a derramar la sangre del causante como si no le importara…
-¿No iras a ver quién se atrevió a lastimarla?-Dijo con sarcasmo irasue.
-No me interesa-Respondió fríamente sesshomaru que seguía mirando a su madre.
-Hijo, es demasiado obvio que su presencia en tus dominios y su olor humano que empieza a impregnarse en estos muros te han perturbado. Tienes el control total de tus espadas cuando la realidad era que tanto bakusaiga como tenseiga se vieron afectadas y me atrevo a decir que has ordenado que tus generales se contengan por el escaso olor a sangre sureña derramada en estas tierras.
Su madre veía esta escena con cierta gracia, desde el inicio de su conversacion fue notando como su hijo habia tomado la actitud de tener cierta distancia de rin desde el momento en que fue traída desde ese bosque hasta los dominios del oeste a pesar de sus contantes advertencias.
Hace rato que venían debatiendo sobre las acciones que tomaría a partir de ahora y irasue venia insistiendo en tocar el tema donde la humana estaba involucrada, quería saber la decisión que había tomado su hijo sobre ella y ahora le quedaba claro. Decidió tomar distancia…
Pero era demasiado obvio que no la dejaría partir, que no la dejaría a un lado como una etapa de su vida que finalizo y que no iba a tomar el asunto en sus manos. Vio como su hijo habia entrado en un conflicto en donde su corazon y su razonamiento peleaban por un ser tan insignificante como un ser humano, le casuaba cierta gracia pero habia abierto una ventana que emi podria aprovecharse facilmente. Irasue penso que no iba a intentar que su hijo entrara en razones viendolo en ese estado pero no iba a quedarse viendo como ponía en peligro a todos, algo iba a hacer al respecto aunque eso significara un enfrentamiento con su propio hijo...
-Retírate.- Ya había sido suficiente para el albino, no deseaba seguir escuchándola y menos que seguiría indagando sobre sus decisiones desde la llegada de rin. Estaba bastante molesto y eso no lo ocultaba.
-No podrás ignorarla para siempre, hijo-dijo irasue con gracia mientras se retiraba del despacho dejando atrás a un albino furioso con su madre y que claramente era también consigo mismo.
Fue cuestión de minutos para que la noticia se esparciera por todo el palacio y aunque lo intentaran de ocultar ya era completamente inútil, el olor a la sangre humana se había esparcido y muchos de seguro lo habrían detectado.
Ahora que las horas habían pasado, que la situación se había calmado y que la noche ya había caído. Todo se había resumido en un estado en que cada pasillo estaba sumido en la plena oscuridad con excepción de uno en particular, una de las habitaciones estaba siendo usada y la puerta permanecía abierta donde ningún demonio ajeno se atrevía pasar.
-Rin, no te preocupes. En serio.-Dijo la mujer que estaba sentada en el futon teniendo enfrente a la humana en una habitación que rin había ocupado sin preguntar si estaba o no disponible.- Tenemos que revisar tus heridas.
-Quédate quieta-exigió rin, ignorando sus propias heridas mientras pasaba una tela empapada de hierbas medicinales muy específicas que los demonios usaban solo en caso de emergencias, ella había aprendido a usarlos gracias a su estadía durante en la aldea. Jinenji le había enseñado muy bien, recordaba a la perfección como se colocaba y para que servía cada planta que le habían traído a esa habitación en particular- Mis heridas no son graves pero las tuyas si, esto hará que sanes rápido y evites que te enfermes.- dijo muy preocupada.
Hiroto que se había quedado en la puerta viendo como rin empleaba sus conocimientos para atender a la sureña, iba pensando en lo fácil que había olvidado lo extraño que era la humana y se sorprendió a si mismo cuando noto que le llamaba la atención como se estaba dedicando en detalle a curar a la sureña. El demonio solo sonrió un poco y reconoció que nunca pudo acostumbrarse a los comportamientos de rin cuando en toda su vida vio el terror de los humanos hacia los monstruos.
-Rin, me curare pronto.- Decía la sureña que trataba de que no estuviera atendiéndola ya que se encontraba en tierra hostil, podían considerarlo como una ofensa o como que la sureña se estaba aprovechando de la humana cuando no era así. Pensaba en cualquier motivo que tendrían los guardias del oeste solo para azotarla o torturarla hasta que se desplomara ya que no se atrevían a matarla por ser de utilidad en la reconstrucción.
Sin embargo, la humana la ignoraba y pasaba la tela en cada herida que veía a su alcance. Sabía que por debajo de su ropa estaría peor, no quería imaginarse cuan lastimada estaría la sirvienta que una vez cuido de ella y eso de cierta manera la desanimaba. Sin embargo, no debía olvidar que a pesar de que sea una humana y fuera una criatura débil…no debía permitir semejante atrocidad…
-¿Tu sabias que las armas que les dan a los guardias de estas tierras contiene veneno? Tiene poca cantidad pero les permite a los guardias hacer más daño y así evitar que los sirvientes sanen rápido, es ese veneno el que te estoy retirando.- Dijo rin concentrada en su labor, pasando la tela húmeda por las manos lastimadas de la antigua sirvienta para luego darse la vuelta y hundir la tela en el cuenco de cerámica que tenía por detrás sobre una mesita baja. Le habían traído todo lo que pidió y se lo habían dejado detrás de ella con la intención de que no hubiera algún accidente, el cuenco contenía agua tibia con las hierbas trituradas y a lado tenía más plantas que fueron cuidadosamente tratadas para que no hubiera ningún tipo de rasguño en su piel por alguna espina que tuvieran. El miedo realmente era inmenso, se notaba por el extremo cuidado que tenían en todos los detalles y eso rin lo noto pero no dijo nada al respecto.
-¿Cómo sabes?- La mujer frunció el ceño y la miraba estando un poco sorprendida.
Hiroto que estaba ajeno a la conversación también se vio sorprendido de que fuera consciente de eso, había jurado que habían sido cuidadosos con la información que se manejaba dentro del palacio y que además sería ignorante de ciertas técnicas o situaciones importantes pero se dio cuenta que la había juzgado mal. Ahora, se percató de que desconocía cuanta información tendría la humana y eso preocupo al demonio.
-Oye-Dijo hiroto interviniendo rápidamente -En serio, ¿Cómo sabes?
Rin que estaba exprimiendo la tela y se la estaba colocando nuevamente en las manos a la sirvienta sureña, se giró para mirar a hiroto con una sonrisa de inocente e complicidad que no le agrado para nada al demonio.
-Rin, no me mires así y responde.- Dijo hiroto, realmente serio.
-No soy tan ignorante o ¿Acaso crees que no sabía que se me ocultaba información?-Respondió rin sin problema alguno.
En ese momento, la sirvienta empezó a reír un poco y hiroto que la mira con incredulidad decidió acercarse a ellas.
-¿A si?- dijo hiroto que en vez de sentarse para estar a la misma altura que la humana se quedó parado, viéndola desafiante desde arriba- ¿Y que más sabes?
-¿Crees que te daría toda la información que conozco?- Respondió rin que tenía toda su concentración en pasar la tela por los brazos de la sirvienta que se seguía riendo un poco por la absurda situación que se encontraba.- Ya no soy una niña, hiroto.
Hiroto iba a reprochar contra eso, el no estuvo cuando ella era una niña y el había llagado recién cuando el albino había tomado el poder sobre las tierras del oeste. Luego fue ganando la confianza de sesshomaru cuando había salvado en varias ocasiones a la humana de situaciones peligrosas donde puso incluso su vida en peligro y en otras ocasiones había servido al amo con información importante que jaken no había podido conseguir.
Sin embargo, fue interrumpido ante la llegada de una sirvienta que parecía estar en mejor estado que las demás y Rin no se había percatado de su presencia solo hasta que hablo.
-Mi señora- La sirvienta estaba en la entrada con una bandeja rebosando de comida humana, lista para que pudiera consumirla sin ningún problema.
Cuando rin se dio la vuelta para ver quien estaba en la entrada de la habitación, vio a la sirvienta haciéndole reverencia y de cierta manera le molestaba eso. Suspiro, se dio la vuelta y volvió a concentrarse en curar a la sureña.
-Rin, tienes que comer- Dijo la sureña que había dejado de reír al ver el accionar de rin.
-No.- Dijo decidida la humana que nuevamente fue a exprimir la tela en el cuenco.
Hiroto le hizo la señal a la sirvienta que pasara para dejar la bandeja a un costado de rin y se hizo a un lado para no estar molestando, solo camino con calma hacia el ventanal para apoyarse en el marco de la ventana mientras iba viendo todavía como la humana se esmeraba en curar a la sureña.
La sirvienta en cambio se apuró para dejar las cosas a lado de la humana, se acercó y dejo a un costado la bandeja para poder salir rápido de ahí pero cuando estaba por marcharse fue sorprendida por la humana que la había agarro de la muñeca. La sirvienta de manera inmediata miro a hiroto para que interviniera, le estaba pidiendo auxilio a gritos con solo la mirada mientras que la sureña veía la escena con cierto miedo ya que ambas sabían que ni los sirvientes del oeste se habían salvado de la ira de sesshomaru.
-Rin, déjala. Tiene cosas que hacer.-Dijo hiroto serio pero se vio ignorado por la humana.-Rin.
Rin tiro hacia abajo del brazo de la sirvienta para que se agachara y levanto levemente la manga de la ropa de la sirvienta con las sospechas de que vería grandes cicatrices en su antebrazo, creyó que no habría nada pero no fue así. Solo suspiro con frustración y la soltó para mirar seriamente a hiroto mientras la sirvienta se enderazaba.
-Retírate-Dijo hiroto a la sirvienta.
-No.-Dijo totalmente enojada rin y dejo de mirar a hiroto para ver a la sirvienta directamente a los ojos- Trae algo para que Umiko y vos coman algo, quiero que me acompañen.
-Rin, tanto la sirvienta como para tu mascota no pueden consumir nada de lo que provenga de este palacio.-Hiroto recordaba la rebeldía de la humana pero no tan así.
Rin no le quitaba la miraba de encima a la sirvienta y ataco diciendo...
-Si no quieres que deje de comer por varios días, harás lo que te acabo de pedir ya que supongo que estas bajo las órdenes del amo ¿Verdad? - Estaba decidida viendo a los ojos a la sirvienta para luego mirar directamente a los ojos a hiroto- Y tú sabes bien que soy capaz de hacerlo, no es la primera vez.
Hiroto gruño por debajo, estaba muy molesto ya que van varias veces que provoca que los sirvientes lo desobedezcan.
-Y una cosa más, hiroto.-dijo rin haciendo que el demonio la mirara.- ve con el amo sesshomaru y dile que quiero un reunión pero si tiene el descaro de negármelo, dile que iré con o sin su consentimiento. Que el elija la mejor manera de encararme
Hiroto miro con cierto asombro a la humana que se concentraba nuevamente en curar a umiko, no tenía ni la más remota idea a lo que se enfrentaba. Le había dicho que su amo no era el mismo que había conocido y aun así quería enfrentarlo, ahora quería saber si la humana era capaz de hacer que su amo volviera a ser el de antes o no. Finalmente, suspiro y le hizo la señal a la sirvienta de que se fuera.
Cuando la sirvienta se retiró a cumplir la demanda de la humana, hiroto decidió que lo mejor para el en esos momentos era irse y arreglar el nuevo problema que tenía en sus manos luego de la abrupta aparición de rin entre los esclavos. Ella no lo sabía pero había alterado a los demonios que la habían visto y reconocido, tan así que algunos guardias les estaba empezando a dificultar el control sobre ellos. Él podía manejar a las sirvientas y dar órdenes en la ausencia de su amo pero ahora se encontraba entre la espada y la pared, su amo estaba presente pero aun no daba un acto de presencia donde de seguro varias cabezas serian despojadas de sus cuerpos. Tenía que averiguar que estaba sucediendo en esos momentos para que cuando el albino decidiera salir a ver lo sucedido, todo estuviera bajo control y sin ningún rastro de rebeldía.
Finalmente, se separó del marco de la ventana donde estaba apoyado y fue caminando en silencio hasta salir al pasillo. Solo cuando cerró la puerta pudo oírlas hablar nuevamente y se detuvo para saber cuál sería la nueva locura que cometería la humana…
-Tienes que bañarte y cambiarte de ropa- Dijo rin.
- ¡No puedo…!- Iba protestar la sureña, su voz estaba llena de miedo pero fue interrumpida.
-Si puedes, sere yo quien asuma la responsabilidad.
Hiroto revoleo los ojos y suspiro pero de cierta manera se alegró de que estuviera ocupada con atender a Umiko ya que no tendría problemas hasta un buen rato…
¡Hola a todos!
Recien vamos por el capitulo 21 y me alegra mucho haber llegado hasta este punto, crei que lo iba a dejar antes de llegar a este punto pero ahora que he llegado tengo la intencion de terminarlo. Espero que lo esten disfrutando tanto como yo cuando me siento a escribir cada capitulo. De cierta forma, estoy contenta de estar logrando algo totalmente diferente a lo conocido y gracias por su apoyo a la hora de leerme. Soy muy nueva haciando este tipos de fanfics asi que cualquier critica construtiva sera bievenido, disfruten este nuevo capitulo que ya pronto estare subiendo el cap 22 :)
Desde ya quiero agradecerles por sus reviews a:
-Elizita2008 (Gracias :D )
-Guest (Gracias y se va a poner mejor )
-Helen Pinto (gracias )
-veronikach ( Todos y hasta yo quiero que sea eterna nuestra amada ama bonita :'v, gracias )
-Hotaru Tomoe-chan ( De nada, la estaba por dejar pero varias amigas me incentivaron a que la continuara :v )
-montaquisa (Gracias! Ahi la voy continuando y saludos desde argentina!)
-LordThunder1000 ( Gracias! Hasta a mi me dio cositas cuando escribi ese capitulo :v )
Nos estaremos viendo :D
