Los días posteriores al fallecimiento de Matt, la mente de Zoey no paraba de repetir una y otra vez la macabra escena de muerte de su querido padre, sintiendo y escuchando lo que produjeron las manos de aquel titán en ese hombre. Huesos rotos, gritos y el salpicar de su sangre, eso y más, la torturaban y la hacían preguntarse a cada instante si ella podría haber evitado esa calamidad, antes que haber huido como lo había hecho.
Su arduo entrenamiento de años, parecían no haberle bastado y sentía que había fallado como soldado. Pero, no podía dejar que ese error la contuviera. Su entrenamiento se volvió más duro para no volver a cometer ese terrible error, volviéndose una persona muy perfeccionista y autoexigente con ella misma, una persona seria casi todo el tiempo, logrando que su bella sonrisa se ocultara. La soledad la acompañaba en cada tarea que hacía, porque no quería depender de nadie al hacer sus trabajos.
Aquella seriedad, la hizo volverse más fría y distante con la gente de su alrededor. No quería forjar un lazo fuerte con sus compañeros, porque sabía que volvería a sufrir si alguno de ellos moría en manos de otro titán y eso, estaba claro que sucedería en cualquier momento.
Después de un año en el que Zoey se alistó en la legión, un soldado que pertenecía a la primera división de las Tropas de Guarnición, se une al Cuerpo de Exploración. Su nombre era Mike Zacharius. Era un muchacho de veintitrés años, estatura alta, fornido, de cabellos cortos y rubios, además de unos ojos claros en tonos celestes y una barba perfilada sobre su mentón. Transmitía un aspecto confiado y tranquilo, además de ser alguien bastante reservado en palabras. Debido a su sensatez, coraje y fuerza física, Erwin lo convenció de ser parte de la legión, por creer que tenía ese potencial para ser parte de ellos. Todo en ese muchacho, era impresionante, y rápidamente destacó sus habilidades de entre los demás reclutas.
Cuando Mike vio a Zoey por primera vez, no lograba entender como aquella muchacha de aspecto delicado, podía matar titanes de forma tan sencilla. Zoey había mejorado sus habilidades en estos últimos meses, peleando con mayor furia y rencor, matándo a los titanes de una forma más sangrienta y despiadada. El muchacho Mike, al verla en acción, se preguntaba el cómo era posible que una chica tan pequeña lograra hacer tales cosas. Aunque cierta parte de su cerebro, la admiraba y se sentía cautivado por las cualidades de la joven.
La incorporación de Mike fue de gran ayuda para la Legión, y pronto, fue asignado al escuadrón del recién nombrado Sub Comandante Erwin Smith, al que Zoey también pertenecía.
Mike no era un hombre que hablara demasiado y Zoey era una persona bastante retraída, por lo que al principio, pocas veces compartían algún tipo de conversación. Aun así, los momentos en que lo hacían, Mike se comportaba muy gentil con ella, generando en Zoey, creer esa apariencia de hombre astuto y noble.
En ocasiones, Zoey no tenía muy en claro la forma en que debía de relacionarse con los demás, debido a la constante represión de sus emociones bajo aquella máscara de indiferencia. Pero Mike sabía que debajo de esa coraza de hielo, se ocultaba una chica con un corazón atormentado. Él pudo ver detrás de aquella falsa sonrisa el gran dolor que ocultaba. Aunque Zoey actuara de forma ruda y temeraria, Mike la veía como una simple muñequita de cristal que caería y se rompería en pedazos en cualquier momento. Por esa razón, él se dispuso a cuidarla para que nada la lastimara, convirtiéndose en una especie de guardían para ella.
Meses después, otra persona especial se entrometió en la vida de la chica Rivaille. Una persona, que logró traer algo de luz a su desolado mundo. Ese alguien, se trataba de una muchacha de la misma edad que Zoey, de una estatura media alta, cabello castaño y atado alto sobre su cabeza y de unos grandes ojos cafés protegidos bajo unas gafas sobre su nariz. La chica de nombre Hange Zöe, tenía un aspecto andrógino y extravagante, razón por la cual, muchos de sus compañeros la veían como un bicho raro. Sin embargo, al conocerla, demostraba ser una persona que irradiaba frescura y alegría a su paso. La muchacha era una investigadora, científica e inventora brillante y apasionada. Solía trabajar bajo el departamento de Desarrollo e Investigación del ejército; una institución bajo el control y supervisión estatal encargada de la fabricación, reparación y mejora de los equipos y armamentos utilizados por los soldados. Hange había decidido dejar su antiguo trabajo para formar parte de la legión, con el único objetivo de saciar su inacabable sed de conocimiento. Quería saber todo acerca de esos Titanes.
En un inicio, la chica fue bastante torpe al usar el Equipo de Maniobras, por lo que Zoey se encargó de instruirla para que mejorara. Hange se sintió tan emocionada al conocerla que al verla por primera vez, saltó sobre ella y apretó el cuerpo de Zoey en un efusivo abrazo cariñoso. Zoey, sintiéndose algo incómoda por aquel contacto, dejó pasar ese acercamiento por ver lo simpática y alegre que era su nueva compañera y le dio una cálida bienvenida.
El tiempo que pasaron juntas, formó un lazo fuerte que las volvió inseparables. A pesar de que la muchacha de cabello rojizo no estuviera acostumbrada a la compañía, el estar cerca de Hange le resultaba muy agradable. La chica de lentes lograba hacerla reír con sus ocurrencias y Zoey comenzó a sentirse más feliz por tener a una amiga como ella que la salvaba muchas veces de la soledad que sentía. Por parte de Hange, adoraba a Zoey y la mantenía a su lado como si fuera su propia hermana. Al ganarse su confianza, la chica de lentes pudo conocer parte de la historia que atormentaba a Zoey, logrando comprender más su forma de ser.
Con el paso del tiempo, tanto Hange como Mike, acompañaron a la chica y se convirtieron en sus mejores amigos.
Habían transcurrido 5 años desde entonces. Zoey ya era una joven adulta de 21 años. Hange y Mike eran líderes de su propio escuadrón, mientras que Zoey, obtuvo el cargo de Sub Capitana de las tropas de Erwin Smith, convirtiéndose en su mano derecha.
En una reciente conversación con el Comandante Kitz Rivaille, Erwin supo de una pandilla de ladrones en la Ciudad Subterránea que causaba problemas a la Policía Militar. El Comandante Rivaille, le comentó que esos delincuentes usaban Equipos de Maniobras Tridimensionales robadas de una forma excepcional y con el mismo nivel que un soldado experimentado lo haría. Esto llamó tanto la atención de Erwin que ese mismo día convenció al Comandante Shadis de reclutarlos para combatir contra los titanes, argumentando que sus habilidades serían de mucha ayuda, asumiendo la responsabilidad de hacerse cargo de ellos. Shadis aceptó su petición y de forma inmediata, Erwin fue en búsqueda de esos criminales, acompañado por Zoey, Mike y dos miembros más de su escuadrón.
Zoey no estaba nada convencida de traer a la Legión a un grupo de delincuentes, pero aún así, ella confiaba ciegamente en Erwin, a quién veía como su mentor y una figura paterna. Por esa razón, muy a su pesar, decidió apoyarlo y aceptar acompañarlo junto a su equipo. Después de todo, sabía que las decisiones de Erwin siempre eran acertadas y todo lo que hacía era por el bien de la Legión y el futuro de la humanidad.
Con la contribución de la Policía Militar, Erwin y los demás lograron localizar el paradero de los tres delincuentes. Al encontrarse con ellos, aquellos criminales decidieron escapar con sus Equipos de Maniobras para no ser atrapados, teniendo la brillante idea de separar sus caminos para confundir a los soldados. Dos de ellos, se escabulleron en lados posteriores a lo de su compañero, metiéndose entre estrechos pasillos y dejando al hombre que aparentaba ser su líder, seguir por el centro del camino entre los edificios.
Zoey se encargó de perseguir al jefe de la banda, teniéndolo en la mira. Ese hombre giraba su cabeza cada tanto, viendo cómo el soldado encapuchado se acercaba cada vez más a él. El ladrón observó mejor a su alrededor y rompió la ventana de un edificio, saliendo por ésta a toda velocidad. Zoey, que estaba a centímetros de él, se abalanzó sobre el fugitivo, pero el hombre logró liberarse de las manos de su perseguidora.
Mike, quien seguía muy de cerca toda la situación, acudió a la ayuda de su compañera, tomando al tipo del cuerpo y derribándolo al suelo, empezando a forcejear y golpearse entre sí. Aunque Mike fuera mucho mayor y mejor entrenado en este tipo de peleas, aquel joven delincuente desenfundó su cuchillo y giró sobre el cuerpo de Mike, arrebatándole ambas cuchillas. El joven levantó ambas manos, sujetando firmemente el instrumento filoso, dispuesto a clavarlo varias veces sobre el cuerpo del rubio. Zoey corrió en dirección a ellos, pateó al hombre joven del cuerpo de su amigo y empuñó su cuchilla frente a él.
La pelea comenzó, blandiendo sus armas como si de espadas se trataran, en una lucha justa en la que ninguno estaba dispuesto a ceder la derrota. El ladrón, al ver la mano de Zoey con el puñal apuntar directo a su cuello, detuvo el recorrido y la tomó por la muñeca. Llevando aquella mano dominante con su cuchillo con la clara intención de penetrar el estómago de la soldado, ella logró hacer exactamente lo mismo que él y lo detuvo por la muñeca.
Pero ese hombre, tenía mucha más fuerza que Zoey y ella, era quien estaba perdiendo la batalla.
—Deténganse.
La voz tranquila junto a aquellos pasos resonantes en el suelo, atrajeron las miradas de los contrincantes solo por cuestión de segundo hacia el Sub Comandante rubio. Erwin se había presentado frente a ellos, deteniéndolos en su absurda pelea, pero ninguno de los dos tenía la intención de bajar su guardia.
Erwin, de forma serena, llamó la atención de aquel delincuente de negro cabello y en guardia frente a Zoey, solo para decirle:
—Mira hacia aquí.
El ladrón furioso, quitó la mirada de Zoey y se encontró a unos soldados, reteniendo esposados a sus dos compañeros de fechorías. El joven líder, captando que ya no tenía posibilidades de escapar, ni siquiera de lastimar a la chica con quién luchaba, soltó el cuchillo frente a ellos. Zoey, también se liberó de su guardia, pero siguió viendo fijamente a ese delincuente.
—Veo que entiendes muy rápido la situación en la que estás. —comentó Erwin, recibiendo la furiosa mirada del muchacho acorralado. —Eso es todo, Rivaille.
El apellido de la chica a su lado, llamó la atención de aquel delincuente, quien descaradamente giró su cabeza hacia ella.
—Entendido, señor. —acotó ella, deslizando su arma sobre su funda, llevando sus manos hacia su cabeza para revelar su rostro al quitarse la capucha, que se había mantenido oculto durante toda su lucha.
La muchacha Rivaille, volteó a ver el rostro de aquel muchacho, quien la observaba de manera hostil, captando como aquellos ojos azul grisáceos transmitían frialdad. Hasta para Zoey, parecía tan aterrador de solo mirarlos, pero ella no iba a dejarse intimidar.
Sus miradas se mantuvieron fijas, hasta el momento en el que Mike llegó por detrás de ese ladrón y lo esposó para llevarlo al callejón más cercano. Allí, Erwin se encargó de interrogar al trío de amigos, acerca de sus habilidades con el EDM3D, pero ninguno de ellos estaba dispuesto a cooperar. La pregunta siguiente recayó en el joven delincuente de cabello negro, interrogando acerca de su rol dentro de su grupo. El muchacho tampoco contestó.
Ante la falta de respuesta, Mike enfurecido, tomó por los cabellos al supuesto líder. Aprovechando un charco de mugrienta agua estancada, arrojó al ladrón al suelo y hundió su cabeza en el charco. El chico de cabello negro luchaba bajó la presión de Mike, alertando a sus compañeros, quienes cantaron todo tipo de información a cambio de soltar a su amigo.
Al tener lo que necesitaban, Mike estiró la cabeza empapada de ese joven hacia arriba, quien instantáneamente escupió la sucia agua que había ingresado a su boca.
El Sub Comandante se arrodilló frente a él.
—Mi nombre es Erwin Smith. —comentó el rubio. —¿Cuál es el tuyo?
Aunque su pregunta sonara gentil, el joven responde de manera cortante:
—Levi.
Al tener la atención de ese muchacho, Erwin propuso un trato que no podría rechazar. Sus crímenes quedarían impunes si elegían convertirse en soldados de La Legión de Reconocimiento.
Levi, mirando al rubio comandante de manera dudosa pero intrigada, pregunta:
—¿Qué pasaría si me niego?
—Serán entregados a la policía militar y no tendrán una muy hogareña bienvenida. —comentó Erwin.
Levi acepta unirse a la Legión de Exploración, con la intención de buscar unos documentos que inculpan a Nicholás Lobov, un noble que está apropiándose de los bienes que debían ser destinados al Cuerpo de Exploración. Levi y sus amigos habían sido contratados por el hombre, con la orden de desaparecer los documentos y matar a Erwin Smith, con la recompensa de tener una vida más cómoda en la superficie.
De regreso al cuartel, a los tres nuevos reclutas se les entregaron sus nuevos uniformes. El comandante Shadis prosiguió con las respectivas presentaciones y exigió saber los nombres de cada uno de ellos.
El muchacho de baja estatura, cabello oscuro y ojos gris azulado, se presentó nuevamente de la misma forma cortante y apática, mientras que sus compañeros, lo hicieron de una manera animada.
La jovencita de cabello cobrizo y ojos verdes oscuros, respondía al nombre de Isabel Magnolia. El joven a su lado, de estatura alta, cabellera castaña clara y celestes pupilas, correspondía al nombre Furlan Church. Ambos hombres del grupo ya eran unos adultos de veinticuatro años de edad, mientras que la chica, tan solo tenía quince años.
El trío de compañeros fueron asignados al escuadrón de Flagon Turrent, uno de los líderes y soldados de representación élite de la legión. Flagon fue quien se encargó de mostrarles sus habitaciones a aquel trío de jóvenes, haciendo hincapié en mantener aseado el lugar.
—Se que han vivido la mayor parte de sus vidas en un basurero. Pero esto no es uno de esos lugares. Espero y mantengan el orden de la habitación.
Las palabras de Flagon, provocaron que el muchacho de baja estatura sintiera repulsión por él. Levi, aunque fuera un pobre bastardo que vivía en los basureros subterráneos, tenía una obsesión muy marcada por la limpieza.
Al ver las literas llenas de polvos, en su frente se formó una vena ante la rabia que sentía.
—¿Qué has dicho? —preguntó furioso Levi, mirando a su superior con expresión agresiva.
—Deberías cambiar esa cara, soldado. Es un delito faltarle el respeto a tus superiores. —dijo Flagon, ignorando la pregunta de Levi y sintiendo un escalofrío por la expresión de ese bajo chico.
Esas miradas enfrentadas fueron interrumpidas al oír la voz de una fémina pararse junto a ellos.
—¿Todo bien por aquí? —preguntó Zoey, cruzando sus brazos sobre su pecho.
—No, en realidad no. Este insecto parece disconforme con la limpieza en su dormitorio. —responde Flagon.
—¿Enserio? —comentó la chica, asomándose a través del portal y mirando cada rincón de la habitación. —Yo creo que está decente.
Levi, chasquea su lengua en molestia.
—Ustedes deben estar acostumbrados a vivir entre la mugre como las ratas, —comentó con sarcasmo, dirigiéndose a su superior y a la chica entrometida. —, pero nosotros no.
—Bueno, lo que ocurre es que la Legión no contrata mucamas para... —su delgado dedo, pasa por la puerta trayendo consigo un rastro de tierra. —la limpieza. Pero si gustas podría traerte unos baldes y escobas para que te encargues. —respondió Zoey, de la misma manera sarcástica que su nuevo compañero.
Sus rostros enfrentados, con la mismas intenciones de entrar en duelo como antes lo habían hecho, no parecían querer calmarse, volviendo el ambiente de su alrededor mucho más pesado. Furlan incómodo por el duelo de miradas, se interpuso entre ellos para romper la tensión entre Zoey y Levi.
—No será necesario. Pido disculpas en nombre de mi amigo. Nosotros nos encargaremos.
Firme frente a la soldado, Furlan intentó hacer el saludo de la legión, pero logrando que su puño estuviera ubicado de forma errónea sobre su pecho.
—Bien, como digas.
Zoey tomó la mano de Furlan para colocarlo en la posición correcta, obteniendo a cambio un notorio sonrojo de nerviosismo en él.
Dejando caer su mano, Zoey giró un poco su cuerpo en la misma posición firme, encarando a la pequeña chica que se mantuvo callada.
—Tú debes ser Isabel, ¿No es así?
—¡Si, señor! Digo señora... se-ño-ri-ta —responde Isabel , insegura y avergonzada.
—Acompáñame. Yo seré quien te guíe hasta tu habitación. —mencionó Zoey, caminando hacia fuera del cuarto.
El camino fue corto, dónde ninguna de las dos parecía tener necesidad de comunicarse. Solo se mantenían escuchando sus botas resonar sobre el suelo.
—Es aquí. —dijo Zoey, frenando frente a la puerta, para abrirla y enseñar su interior. —Si necesitas algo, puedes acudir a mi. Siempre estoy disponible para ayudar.
—Muchas gracias, señorita Rivaille. Lo tendré en cuenta. —dice Isabel, sonriendo ampliamente a la pelirroja.
Zoey, asintiendo con su cabeza, estaba dispuesta a marcharse, cuando la joven Isabel, llamó su atención diciendo:
—Ah, además quisiera disculparme yo también en nombre de mi hermano.
Zoey volteo confundida.
—¿Te refieres al enano gruñón?
—Si, ese mismo. Puede que Levi sea difícil de entender al principio, pero le aseguro que es una buena persona. Él fue quien me rescató de seguir viviendo entre la basura cuando era una niña. —comentó Isabel, dejando caer su mirada al recordar su pasado.
Zoey parecía impresionada por lo que esa chica decía, por lo que mencionó:
—Ya veo, debió de ser muy difícil vivir... en un lugar como ese.
—Si, mucho. Pero, la vida nos dio otra oportunidad, y míranos, aquí estamos. Las cosas van a ser mejor de ahora en adelante.
La ilusión tan alta de la joven, provocó un hueco enorme en el corazón de Zoey dejándola en un completo silencio. En verdad, Rivaille quería asegurar que la chica estaba en lo correcto y que la legión podría ser un sitio de lo más seguro. Pero la realidad recaía, en que la legión, podría ser aún más peligrosa que el mismísimo subterráneo.
—Ya debo retirarme.
—Si, muchas gracias de nuevo.
A la mañana siguiente, los tres cadetes se dirigieron hacia el campo de entrenamiento. Los demás soldados estaban constantemente vigilándolos, teniendo en sus rostros, expresiones de recelo hacia ellos.
Mientras que Furlan e Isabel aprendían a montar a caballo, Levi se preparaba para practicar con las cuchillas. Además de Flagon, en el lugar también estaban Zoey, Hange y su amigo y asistente; Moblit Berner, un joven de veintidós años, alto, de cabello castaño claro y ojos marrones.
Levi, comenzando con el entrenamiento, llamó la atención de los que lo observaban, al sacar sus cuchillas y tomarla de una forma extraña formando una especie de círculo con ella.
El líder de su equipo, alertado por el movimiento grita:
—¿Qué rayos estás haciendo?, ¿acaso quieres morir?
—Creo que el que desea morir eres tú. —replicó Levi, sin darle más importancia al asunto.
Flagon con clara intención de acercarse hacia su subordinado y comenzar una nueva discusión, es interrumpido por Zoey.
—Esa no es la manera correcta de usar esa arma. Podría ser peligroso. —advirtió Zoey.
Levi volvió a no tomar importancia a lo que decían y comentó:
—Solo debo acercarme a los Titanes y rebanar sus nucas, ¿verdad?. Entonces, voy a hacerlo como me plazca. —mencionó con tono serio y volteando su rostro para encontrarse con la intensa mirada de Zoey.
—Como quieras. —acotó la muchacha pelirroja, rodando sus ojos por la terquedad de Levi.
La destreza con la que manejaba el equipo EDM3D, estaba fuera de las expectativas de sus superiores. Levi era realmente increíble usándolo. Sus movimientos eran precisos y rápidos.
«¿Qué demonios con este chico? »se preguntó Zoey, viéndolo volar de lado a lado, cortando con las cuchillas y dejando profundos cortes sobre los blancos marcados.
—¿Él... estuvo en alguna de nuestras tropas de entrenamiento? —preguntó Hange asombrada.
—No que yo sepa. —responde Zoey, cruzando sus brazos.
—Pues, ¡es realmente bueno!—Prosiguió Hange exaltada, por el impactante desempeño de su nuevo compañero.
Tanto Zoey como Moblit, giraron sus rostros hacia su amiga, captando como las mejillas de la muchacha se volvían rojas ante la emoción.
—Desde la forma en la que buscamos titanes, hasta la manera en que cortamos sus cuellos, todo depende de métodos individuales... ¡Guau, esto se pondrá interesante! —exclama Hange con alegría.
Cuando Levi regresó del entrenamiento, la muchacha extasiada corre en dirección a él y se abalanza sobre su cuerpo.
—¡Eso fue alucinante, Levi! ¿Cómo aprendiste a manejar el equipo de maniobras de esa manera? ¿Podrías darme algún consejo para mejorar?
—No tengo nada en concreto. No es algo que pueda enseñar. Soy autodidacta. —responde él con tono indiferente, pero observando a Zoey aún en el lugar.
La chica de brazos cruzados, respira profundo y dejando salir el aire en un suspiro sonoro, voltea por completo, alejándose sin agregar ningún comentario. Ella ya no tenía paciencia para aguantar la mirada matadora de Levi.
Las siguientes semanas, Zoey se dedicó a vigilar constantemente a ese trío de nuevos compañeros, pero siempre, manteniéndose entre las sombras, porque ella intuía que los nuevos reclutas tenían algo entre manos.
Para apoyar esa teoría, una de las tantas noche, Zoey descubrió a Levi husmeando cerca de la oficina de Erwin.
—¿Qué haces aquí? ¿Te perdiste buscando el baño?—Le preguntó Zoey obstaculizando su paso al detenerse en medio del pasillo.
—Estaba explorando el lugar. No sabía que debíamos quedarnos encerrados en nuestra habitación como prisioneros. —respondió Levi con viveza, pero calmado.
Zoey lo observó por segundos enteros con desconfianza, porque para ella la situación se volvía cada vez más sospechosa. Rivaille se cruzó de brazos y afirmó:
—Tienes algo muy raro… No puedo confiar en ti.
—El sentimiento es mutuo. —dijo el pelinegro sin quitarle los ojos de encima.
—Tu velocidad no es común. Tampoco tu fuerza. No hay manera de que alguien de tu tamaño pudiera vencer a Mike.
—No es mi culpa que el sujeto sea puro musculo y no sepa pelear. —reprochó él, con cierto tono arrogante.
—No intentes pasarte de listo. A mi no podrás vencerme.
Ante la confianza con la que Zoey se expresa, Levi chasquea incrédulo.
—¿Eso crees? Lo hubiera hecho si tu Sub Comandante no hubiera metido sus narices.
Levi la miró desafiante, por lo que Zoey se paró firme para encarar al insolente chico.
—Cuando descubra lo que están tramando, te demostraré que te equivocas.
Ambos dispuestos a continuar con sus respectivos caminos, al cruzarse, provocaron un choque intencional de sus hombros al golpear el contrario.
Un mes después de su llegada, finalmente la Legión emprendió su expedición número veintitrés fuera de las murallas. Levi, Furlan e Isabel se sorprendieron al ver el cielo y el paisaje del exterior por primera vez. Ninguno de ellos podía dejar de observar el radiante sol, las aves revoloteando y la vegetación de los grandes bosques. Hasta que oyeron la demandante voz del Comandante Shadis, alertando a las tropas de la aparición de tres titanes, uno al frente y dos acorralándolos por la retaguardia.
Los soldados ubicados en la posición delantera, se dirigieron a atacar al titán de quince metros, pero los pocos que lograban acercarse terminaban dentro de su enorme boca.
—¡Rivaille! —exclamó el Comandante Shadis.
Con el simple nombrar de su apellido, ella saltó de su corcel porque sabía que su orden era atacar el objetivo de inmediato. Zoey afiló sus cuchillas con rapidez y fue hacia el titán esquivando sus intentos por atraparla entre sus dientes y manos. Rodeó a la criatura pasando por debajo de sus piernas y luego disparó uno de sus ganchos en la espalda del titán, quedando en posición vertical sobre él. Blandiendo sus cuchillas, corrió sobre la espalda de ese titán directo a su nuca, cortándola con ambas cuchillas. El titán cayó al suelo sin vida y Zoey regresó a su caballo. Farlan e Isabel, se emocionaron al ver los movimientos de la soldado pelirroja. Levi, aunque aparentaba desinterés, realmente estaba sorprendido de lo que Zoey podía hacer. Pero al oír las grandes pisadas de los dos titanes faltantes estar tan cerca de ellos, volvieron a la realidad.
—¡No sé muevan!
Fue la orden de su líder de escuadrón. Levi decidió ignorarlo e ir de inmediato hacia una de esas bestias humanoides, acabando con él con mucha facilidad. Isabel y Furlan decidieron encargarse del titán faltante. Por un descuido, Isabel terminó siendo atrapada, preocupando mucho a Levi, pero ante lo inútil que podría llegar a ser ese titán, Isabel logró liberarse sin salir dañada. Furlan aprovechó ese momento de debilidad de la criatuta para rodearla y cortar su nuca. Cuando la bestia cayó al suelo, Levi felicitó a su manera a sus amigos por su gran trabajo.
Sus compañeros soldados, estaban asombrados ante lo visto. Zoey estaba más que sorprendida por el gran manejo del equipo ladrón, sin poder disimular su expresión de asombro.
La exploración continuó con normalidad, mientras nubes negras comenzaban a tapar el cielo. Una fuerte lluvia comenzó a caer e impedía a los soldados tener una visión clara del camino. Levi sintió que esa gran tormenta era una oportunidad que debía aprovechar. Suponiendo que Erwin llevaba consigo esos importantes documentos, su única opción era asesinarlo.
Levi se adelantó con su caballo, dejando atrás a sus compañeros, dándoles a entender a sus amigos que lo esperaran en el lugar en tanto él llevaba a cabo su cometido.
Mientras Levi buscaba lo más sigiloso que podía el paradero de Erwin, notó unas huellas enormes que tenían marcado el camino directo donde Furlan a Isabel estaban esperándolo. Alertado por esto, chasquea con enojo y golpea el caballo para girarlo y seguir la huellas para salvar a sus amigos. Pero, al llegar, el caos ya se había desatado.
Al caer de su caballo, vió una cabeza rodar en su dirección. La expresión horrorizada de Isabel hizo enfadar y entristecer al bajo muchacho.
Cuando levantó su mirada hacia el titán, su sangre se heló por ver cómo esa bestia masticaba a Furlan, solo para luego escupirlo y desperdigar su cuerpo sobre la tierra.
Sus dientes se apretaron, sus manos se hundieron en el suelo, solo para poder levantarse y correr mientras gritaba en dirección a ese titán. Levi se sentía furioso, transformándose en una especie de monstruo fuera de control con un poder inimaginable, liberando una fuerza y un poder sobrehumano mientras desgarraba y cortaba el cuerpo del titán en pedazos, dejándolo sin extremidades y sufriente, al mismo tiempo que la sangre salpicaba y se mezclaba con la lluvia.
Tanto Levi como ese titán, gritaban desesperados, gritaban de agonía. Hasta que él, finalmente cortó su nuca y dejó la cabeza de ese monstruo caer al suelo al separarse de su cuerpo.
Los soldados que no estaban en el lugar, comenzaron a acercarse donde el humo denso del titán estaba, solo para encontrarse con una desgarradora escena. Levi de pié, con su cabeza agachada y su cuerpo cubierto de sangre, y a su alrededor, los cuerpos destrozados de sus amigos. Zoey tragó saliva por lo que veía, y se sintió realmente mal por Levi. Podía entender perfectamente su sentir.
—Veo que eres el único sobreviviente. —dijo Erwin, sin tener ninguna consideración. —Tienes un aspecto lamentable.
Levi enrabiado, atacó a Erwin amenazando con matarlo, poniendo su espada en su garganta, pero éste fue más rápido y la sujetó con fuerza, provocando un pequeño corte en su mano.
Zoey y Mike, observaban desde lo lejos, no queriendo intervenir.
Erwin, abriendo un poco su chaqueta de soldado, tomó del interior los papeles que Levi necesitaba. Colocó los papeles frente a su rostro para luego dejar caer las hojas al suelo, solo para que se mancharan de barro y agua. El rubio le revela que siempre había estado al tanto de su plan.
—Esos documentos son falsos. Los verdaderos están en posesión del Comandante en Jefe, Darius Zackly.
Levi, emocional y físicamente abrumado, intentó golpear el rostro de Erwin, pero fue detenido por Mike, quien se acercó a él haciendo que retrocediera, dejándolo caer de rodillas al suelo.
El pelinegro se sentía culpable por haber causado innecesariamente la muerte de sus amigos. El remordimiento lo estaba carcomiendo.
—No te arrepientas de tu decisión. —menciona Erwin con seriedad. —Si lo haces, fallarás en la siguiente, harás que otros decidan por ti y tendrás una muerte segura. La decisión que hayas tomado ahora, toma sentido cuando es útil, solo para la siguiente que tomes. Entonces, no te arrepientas.
Aunque las palabras de Erwin sonarán confusas, Levi las entendía con claridad mientras escuchaba atentamente sus palabras. El rubio le ofreció una vez más la posibilidad de elegir: matarlo y volver a la oscuridad de la Ciudad Subterránea o luchar a su lado en el Cuerpo de Exploración.
El pelinegro observó a Erwin girar y comenzar a cabalgar lentamente. Tomó coraje, levantó su cuerpo cansado del suelo y miró con firmeza en dirección al hombre rubio. Conciente de que su decisión cambiaría el rumbo de su vida, Levi eligió que seguirá a Erwin mientras viva, sin arrepentirse nunca de la elección que había hecho.
De regreso en el cuartel, los cansados y hambrientos soldados cenaban, para recomponerse de la reciente exploración que se llevó consigo gran cantidad de muertos.
Levi se encontraba sentado en una de las mesas del comedor, solo y con su cabeza agachada, inexpresivo frente a su comida sin tocar, intentando sacar de su mente la imagen de Isabel y Furlan luego de ser asesinados por el titán.
Zoey, desde la lejanía, observaba al pobre muchacho perturbado, con cierta melancolía. Ella tomó su taza de agua caliente, junto a una bandeja y tuvo el valor de encaminarse hacia el puesto donde Levi estaba sentado.
—Lamento mucho... lo de tus amigos. —dijo Zoey, cautelosa, y con cierto tono de angustia.
Levi la ignoró por completo, cómo lo había hecho desde que llegó.
—No es mi intención molestarte. Entiendo tu duelo... pero, solo venía a dejarte esto. —Zoey dejó de forma delicada, la taza a rebosar de agua, sacando de su bolsillo un paquete pequeño de té. —Es un té de hierbas medicinales. Las venden a las afueras de la Muralla Sina. Es algo difícil de conseguir, pero mi abuelo suele comprarlas para mí y lo tomo cuando estoy desanimada.
Sin recibir palabras del muchacho, Zoey dejó el sobre de té a un lado de la taza y se marchó en silencio.
Levi, viendo el paquete sobre la mesa, lo examinó con cuidado. Rajo la parte de arriba y el olor delicioso y refrescante del té, invadió sus fosas nasales. Al estar listo, sorbió un poco del caliente líquido y quedó asombrado por el peculiar sabor. Le había parecido extraño la repentina muestra de amabilidad que la chica pelirroja había tenido con él.
Quizás, ambos habían sido muy prejuiciosos el uno al otro, notando con el tiempo, que las cosas en común podían compartirse, ahora que Levi era oficialmente un miembro del Cuerpo de Exploración.
Continuará...
