Arco 2: Interludio
—¡Basara-onii-chan!
El grito de una niña de cabello azul violeta con una cola de caballo y de ojos amarillos se escuchó afuera de una fragua.
—Muramasa, Mu-ra-ma-sa. Así me llamo, deja de llamarme Basara.
De la fragua salió un niño de cabello marrón en varias direcciones de ojos verdes con una mueca por el nombre de "Basara".
Llevo sus manos en forma de puños aplastando a los lados de la cabeza de la niña.
—Lo he dicho muchas veces llámame Muramasa.
—¡Eso duele Basara-onii-chan!
Se quejo del dolor la niña.
Muramasa presiono un poco más de fuerza.
—¡Duele, está bien Muramasa-onii-chan!
Muramasa dejo de presionar su cabeza.
Suspiro. —Entonces para que me buscabas, Kurumi.
—¡Vamos a jugar Basara-onii-chan!
—Esta mocosa no aprende.
Muramasa volvió a presionar la cabeza de Kurumi.
—¡Duele!
—Entonces deja de llamarme Basara.
—¡Porque, si es el nombre que te puso tu padre!
—Tch… no se puede negar esa verdad.
Muramasa libero a Kurumi.
Comenzó a adentrarse a la fragua.
—Mejor regresa con los demás, ahora mismo estoy ocupado.
—Está bien, volveré más tarde.
Dijo una decaída Kurumi que empezó a retirarse de la fragua.
Muramasa regresando a su lugar favorito miro a la espada negra que recién había forjado.
Suspiro. —Es una espada defectuosa y hueca, le falta el espíritu de oscuridad para estar completa.
Dijo Muramasa lanzando la espada a un lado.
Empezó a forjar otra arma mientras pensaba para sí mismo.
¡Clank! ¡Clank!
"El trozo de alma que debería haber reencarnado termino separándose a la mitad, este yo reencarno con los recuerdos de mi vida, pero lamentablemente sin los poderes. De seguro la otra mitad reencarno sin los recuerdos, pero con los poderes conseguido en Little Garden."
¡Clank! ¡Clank!
"Enserio que fastidio no tener toda mi adquisición recolectada a través de los años."
Muramasa empezó a darle forma al acero que estaba forjando a una katana, la anterior espada que había forjado era una occidental que había conocido en el pasado, era la Espada Vorpal.
Sin el espíritu en esa espada, solo era una espada hueca y defectuosa en su opinión.
¡Clank! ¡Clank!
Continúo martillando el acero caliente hasta que completo su imagen a una katana, con la tenaza de forja llevo la hoja ardiente a un recipiente de agua para enfriar la hoja. Terminando con eso llevo la hoja a un afilador para terminar con los últimos toques que le faltaba a la katana.
Afilando la cuchilla y también la punta de la katana, agarro un tsuka donde iba dirigido en el mango de la hoja de la katana recién hecha.
Envolvió con tela negra la empuñadura (tsuka) terminando su trabajo.
Muramasa miro detalladamente el trabajo que había hecho.
—Defectuoso.
Alcanzo el martillo que se encontraba cerca de una mesa, y martillar con fuerza a la katana que había hecho.
¡Crash!
La katana se destruyó fácilmente.
Suspiro. —Necesito conseguir un mejor material, esto son inservible.
Muramasa empezó a meditar sus opciones de un material resistente y duradero con el cual forjar.
Su mente había viajado a otro lugar, ya que no percibió a dos personas que había ingresado a su fragua.
—¿Qué andas mirando?
Pregunto una niña de cabello corto celeste con un mechón de trenza a un lado, con sus ojos amarillos miro con detenimiento al frente donde miraba Muramasa, solo para ver la espada rota en el suelo.
—Viendo.
—Viendo.
Kurumi que había regresado con la niña de cabello celeste, repitió lo dicho por Muramasa.
—Viendo como dos mocosas se entromete en mi zona de relajación.
Muramasa agarro de la cabeza a Kurumi y a la niña de cabello celeste, lanzándola de su fragua.
Muramasa volvió a su forja.
—Haber... qué tipo de arma forjo esta vez.
—Que tal una daga.
Dijo casualmente Kurumi.
—¡Ustedes retírense de aquí!
Muramasa saco a patadas a las dos. Regresando adentro de la fragua se arrodillo en el suelo.
—Que estoy haciendo... estoy actuando igual cuando era un niño.
"Senji-san vamos a jugar."
"¡No me jodas ahora Yuusuke!"
Un furioso niño de cabello rojizo saco a patada a un niño de cabello negro de una fragua.
—Forjare un Kiseru, fumar calmara de mis berrinches.
Su estado de ánimo volvió como si nada hubiera ocurrido. Empezó devuelta a forjar las partes de metal del kiseru y buscar un pequeño cilindro de madera de bambú.
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Pasando un tiempo, Muramasa se encontraba en el porche de su casa fumando con el kiseru que había hecho días atrás.
Su padre no se encontraba en la villa, había viajado para limpiar cualquier ser sobrenatural maligno que se encuentra haciendo caos.
—Nunca imagine que reencarnaría en una villa de héroes… todo mi tiempo era matar a estos aclamados héroes en Little Garden… Ahora soy un bicho como ellos.
Soltó una ligera risa.
—Mmm… ahora que hago… la única forma de regresar a mi cuerpo original es el suicidio. —Exhalo el humo. —Pero sería aburrido acabar rápido con mi vida.
Empezó a meditar.
—Hmmm…. Nunca hice un papel de héroe… este puede ser la primera vez si decido hacerlo.
Por alguna extraña razón tuvo un sentimiento de querer vomitar.
—Pensar en ser un héroe, que asco la verdad.
Muramasa ingreso a su casa, cerrando la puerta y regresando a su cuarto.
Al día siguiente se encontraba en un arroyo divirtiéndose con algunos niños bañándose en ese lugar y jugando.
Muramasa en un bañador sostenía una lanza con el cual atrapaba los pesces que pasaban en el arroyo, Kurumi también hacia lo mismo cazando los pesces del arroyo.
—Lo hiciste, Kurumi.
Muramasa felicito a Kurumi por atrapar a 3 pesces de una sola lanzada.
Yuki se encontraba cerca de Muramasa viendo con felicidad lo que pasaba en el arroyo.
Muramasa estaba actuando devuelta como un niño mientras se divertía el día de hoy.
Paso toda la tarde con sus amigos, hasta que llego la noche.
Cada uno de los niños regresando a su vivienda.
Muramasa estando solo, regreso a su casa y comenzar a cocinar algo para el mismo.
Su padre aún no había vuelto de su viaje.
Comiendo un estafado de carne que termino haciendo, se sentó en el porche de su casa para ver las estrellas.
—Hay cosas que nunca cambia en cada reencarnación.
Muramasa comía su estofado de carne, mientras miraba el horizonte del cielo nocturno.
—Um…
Muramasa vio como el ambiente se estremecía por una fuerte onda de poder viajando por todo el mundo.
Reconoció de quien pertenecía ese flujo de poder espiritual.
—Je, así que mi otro yo, ya despertó.
Por alguna extraña razón… los ojos de Muramasa que eran verdes, empezó a tener otro color.
Sus ojos rojos brillaban con intensidad, su sonrisa también había cambiado a una sonrisa de medialuna.
—Ahora que lo pienso. Esto sería la primera vez que pelearía conmigo mismo.
"Esto será divertido."
Terminando de comer el estofado. Se levanto, pero miro devuelta a la misma ubicación que sintió el poder de su otro yo.
"Algún día nos encontraremos."
Sonriendo de diversión para sí mismo ingreso a su hogar.
Al día siguiente.
Muramasa estaba barriendo el piso con sus contrincantes que eran los niños de la Villa de Héroes.
Estaba emocionado con pelear con su otro yo.
—Basara… es un entrenamiento. No es una competencia.
—Si, sí. Me estoy dejando llevar por mis emociones.
Respondió Muramasa al entrenador que estaba supervisando todos los combates de entrenamiento.
¡Boom!
—¡Qué fue eso!
Los entrenadores gritaron por la repentina explosión.
Un señor herido se acercaba corriendo.
—¡Peligro, Seito agarro a Brynhildr en un intento de venganza con los demonios!
"¿Brynhildr? Es el nombre de una valquiria… porque estaría aquí." Pensó Muramasa.
—¡El espíritu maligno sellado en la espada se enfureció y está poseyendo a Seito!
—¡Seito, maldito ingrato!
—No estaba a gusto con el tratado de paz con los demonios… tch. Hay que detenerlo rápido, los demás guíen a los niños en un lugar seguro.
¡Crack!
Se escucho el suelo fracturase.
Donde se vio a un humano con una apariencia corrompida.
—¡Huyan rápido! ¡Los demás ataquemos a Seito!
Se escucho algunos gritos de niños asustado por el recién llegado.
Algunos adultos hablo en voz alta para que los demás niños escaparan con otro par de adultos protegiéndolo en caso de que Seito lo persiguiera.
—Oye, esa espada que tienes es interesante.
—BASARA ALEJATE DE ÉL.
El grito del señor que lo había reprochado anteriormente le grito para que escapara.
—No, me interesa esa espada.
—¡Este mocoso enserio es problemático igual a su padre!
—¡Vamos rápido a protegerlo-
¡Crack!
Quedaron congelado por la repentina acción de Seito como también de Muramasa.
Seito había cortado en diagonal a Muramasa dejando ver la sangre volando en el aire.
Pero Muramasa había contraatacado donde se escuchó los huesos rompiéndose en la boca de Seito.
—¡Proteger a quien! ¡Pelear con él será muy divertido!
La sonrisa de Muramasa era de completa locura. Llego en un instante donde Seito para agarrar de su pierna, lo alzo muy alto para después descenderlo con fuerza al suelo rocoso.
¡Crack!
—¡Vamos levántate y da una buena pelea!
¡Crack!
Muramasa dejándose llevar por sus emociones golpeo fuertemente en la espalda de Seito que termino hundiéndose en el suelo.
¡Bam!
Seito usando su pierna golpeo fuertemente a Muramasa que termino volando en el aire y cayendo cerca de los entrenadores.
—¡Ja, ese fue un buen golpe!
Muramasa levantándose con el antebrazo limpiando su boca donde se vio un pequeño rastro de sangre.
—Muchacho… enserio eres fuerte.
—Como se esperaba del hijo del Dios de la Guerra.
Los entrenadores quedaron sorprendido por la fuerza de Muramasa.
—¿Fuerte? Ahora mismo ando débil, me faltara años para ser considerado alguien fuerte.
Muramasa se quejó con los entrenadores.
¡Clank!
Muramasa golpeo con fuerza en la hoja de la espada para desviar el repentino ataque de Seito.
—Oigan, si se van a quedar quietos ahí mirando mejor lárguense.
Seito quedo confundido, su vista había dado un vuelco. Abajo suyo estaba Muramasa que miraba con enojo a los entrenadores.
¡Crack!
—AAAAGGGHHHHHH.
Seito dio un fuerte grito de dolor.
Muramasa bajo a Seito bruscamente y golpeando con fuerza usando su rodilla en la costilla rompiéndolo.
—Aunque sea débil, tengo toda mi experiencia en batalla.
Muramasa murmullo siendo escuchado por Seito.
—AAAAAHHHHH.
¡Boom!
Seito libero descontroladamente su poder para ocasionar una explosión.
Todos los entrenadores volaron por la fuerte explosión como también Muramasa.
—Eso no lo vi venir.
Dijo Muramasa que se encontraba herido con varios cortes en sus brazos y torso.
—Como se encontraba acorralado uso su poder como una bomba… jajaja.
Muramasa llevo una mano agarrando su cabeza mientras reía.
Empezó a caminar donde los entrenadores donde dio una mirada amenazante.
—Les recomiendo que se vayan, va a haber una fuerte explosión.
¡Crack!
Muramasa llevo su pie a un entrenador que se encontraba cerca de él, presiono con fuerza su cabeza con el suelo rocoso que termino fracturándose.
—¿O quieren que los obligue en irse?
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El espíritu maligno que poseía a Seito se encontraba furioso con el niño que lo había humillado.
—Matar, matar, matar.
Repitió varias veces su deseo de matar a Muramasa.
—Si tanto lo desea, ven por él.
El espíritu miro a Muramasa que se encontraba sentado cruzando sus piernas en una gran roca. Sintió que lo miraba como basura.
—AAAAAAHHHHH.
¡Clank!
Ataco con una velocidad sobrehumana, llegando en un parpadeo a Muramasa que desvió la hoja de la espada.
—Sabes, hay algo interesante; si te mato nadie reclamara, eres alguien perfecto para usar. Hay un poder latente que siempre quise usar, por obvias razones no era libre de experimentarlo. Ahora que tu atacaste la aldea… puedo usarlo sin preocupación.
Muramasa esquivaba los ataques de Seito mientras hablaba para sí mismo.
El espíritu maligno sintió un escalofrió por lo último que dijo Muramasa.
Ahora intento escapar del lugar, pero lamentablemente Muramasa impidió su escape.
—Mira a mis ojos. —El espíritu maligno miro con miedo a Muramasa que estaba sonriendo.
—Banishing Shift.
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—Basara/Basara-onii-chan.
Yuki y Kurumi se encontraban preocupadas mirando al lugar donde peleaba Muramasa con Seito.
Hasta que lo siguiente que vieron alerta un miedo en su cabeza.
¡Boom!
Todo el lugar donde se encontraba Muramasa había sido desterrado con una fuerte explosión que creció varios metros en un instante.
—¡BASARA!
—¡BASARA-ONII-CHAN!
Varias lagrimas cayeron en los ojos de Yuki y Kurumi, pensando en lo peor.
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—Um… eres interesante. Nunca imagine que tuvieras conciencia propia.
Muramasa miraba a la espada que se encontraba clavada donde murió Seito.
—Para sobrevivir de ese ataque, decidiste elegirme como tu anfitrión. Ahora recuerdo, incluso rechazaste a mi padre para que pueda usarte.
"Enserio mi atención se enfoco solo en forjar que me termine olvidando de algunas cosas."
Muramasa sonrió. —Te llevare conmigo. Después de todo quiero matar a mi otro yo.
Agarrando a la espada empezó a caminar a otra dirección alejándose de la Villa de Héroes.
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Pasando un tiempo después, Muramasa fue encontrado por un grupo que se llamaba a si mismo La Facción de los Héroes.
—No me hagan reír, es más probable que yo ande en una relación incestuosa a que ustedes me ganen.
Dijo Muramasa arqueando una ceja mientras apoyaba la espada Brynhildr en su hombro, enfrente de él se encontraba el líder de dicha facción.
Un hombre joven guapo de cabello y ojos color negro, vestía un uniforme gakuran de estilo chino con un atuendo hanfu en su cintura.
—Como descendiente de héroes estamos destinados a eliminar las amenazas para los seres humanos.
—Es la estupidez más grande que has dicho hasta ahora, Cao Cao. Pero supongo que esa ideología no te lo puedo cambiar, y como ya había respondido. No voy a unirme a tu grupo de mocoso pensando en ser un héroe.
—¡Tch, no he hablado contigo para que piense que somos infantiles, estoy aquí para reclutarte a salvar la humanidad!
Cao Cao había perdido la compostura.
—Oblígame a unirme a tu grupo de mocoso.
El semblante de Muramasa se oscureció. Mirando con enojo a Cao Cao.
Cao Cao saco su lanza [True Longinus] para atacar a Muramasa.
—Atacar directo a un enemigo que no conoce es otra estupidez muy grande. Como se ve que perdiste la compostura.
Muramasa mando volando a Cao Cao. Sin dejarle tiempo que reaccione, Muramasa llego arriba de Cao Cao para lanzarle una patada.
¡Crack!
El suelo se fracturo a pedazos por la fuerte caída de Cao Cao impactando al suelo.
—Tengo todo el día para darte una paliza.
Muramasa se encontraba sentado en la espalda de Cao Cao. Miraba con aburrimiento el horizonte.
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—Dos meses después. —
Muramasa miraba con diversión.
Enfrente de él se encontraba la persona que había estado esperando en encontrarse.
Un chico recién entrando a la adolescencia.
De cabello blanco y de ojos rojos. También miraba con diversión.
—¡Jajajaja! ¡Estamos pensando lo mismo!
El albino soltó una carcajada viendo a Muramasa.
—¿Qué está pasando aquí?
Una rubia de ojos morados miraba confundida lo que pasaba enfrente de ella.
—Yo creo que Sengo tiene un tornillo suelto.
Comento una chica de cabello celeste y ojos azules.
—¡Izayoi, Esdeath! ¡Ese chico también soy yo!
¡Romper!
Los dos chicos destruyeron su camisa dejando ver las cicatrices en su cuerpo.
Los dos tenían una sonrisa de un maniático de batalla.
—¡Esta es mi pelea, no se entrometan!
Sengo exclamo mientras se lanzaba al ataque con Muramasa.
¡Bam!
¡Bam!
¡Bam!
¡Bam!
¡Bam!
¡Bam!
Izayoi y Esdeath miraban como los golpes eran borrones, cada golpe fue dado en algunas partes de su cuerpo.
Se miraba los hematomas que llamaba mucho la atención.
¡Crack!
Sengo enterró la cabeza de Muramasa en el suelo.
¡Crack!
Muramasa también enterró la cabeza de Sengo en el suelo.
¡Bam!
—¡JAJAJA!
—¡JAJAJA!
Los dos reían alocados mientras peleaban.
¡Bam!
¡Bam!
¡Bam!
¡Crack!
¡Crack!
¡Crack!
¡Bam!
—Um…
El combate fue detenido.
Muramasa usando su antebrazo se defendió del puñetazo de Izayoi.
—¡Me está matando el aburrimiento, yo también quiero pelear!
Izayoi reclamo con enojo mientras todo el entorno cambio a personajes de chibi.
Sengo (chibi) miraba como Izayoi (chibi) golpeo a Muramasa (chibi) que detuvo su puñetazo.
—Ah… en qué momento llego allá.
Las cejas de Esdeath (chibi) se agitaban, no se había dado cuenta que Izayoi (chibi) había desaparecido de su lado.
—Mejor peleamos otro día.
Muramasa (chibi) agarro los harapos de su camisa rota. Con eso empezó a marcharse.
—Creo que no pensé bien en eso.
Se reclamo a si mismo por la camisa destruida. Tendría que viajar ahora con el torso desnudo.
—¡Ah! ¡Por qué!
Izayoi (chibi) exclamo por la repentina acción de terminar la pelea-
—Había dicho que nadie se entrometiera. Era mi pelea.
Sengo (chibi) saco un cigarrillo para comenzar a fumar.
—Vámonos, el siguiente panteón que atacaremos es en México.
Esdeath (chibi) siguió a Sengo (chibi).
—Así nada más.
Todo el cuerpo de Izayoi (chibi) quedo en blanco.
Con Muramasa.
Suspiro. —Es una lástima que esa chiquilla se entrometiera en el combate. Pero igual aprendí algo, estoy débil para matarlo.
Necesito fortalecerme.
