La historia y los personajes pertenecen a Kishimoto. Historia modificada por mí.
Este capítulo está basado 3 años después de los exámenes chunnin cuando Naruto ha regresado a la aldea.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Comenzó casi sin darme cuenta.
Aquellos lugares a donde Tsunade solía obligarme a acompañarle se habían vuelto uno de mis lugares favoritos.
El sonido ruidoso de las máquinas de monedas, los gritos y el olor a cigarro ya me eran más que familiares.
Shizune-san había dejado de acompañarnos tiempo atrás pues decía que en esos lugares no había nada para ella, sobre todo ahora que había llegado yo.
Mi belleza no dejaba de opacarla. Todos los hombres me miraban en cuanto me veían entrar. Pero sus miradas lejos de hacerme sentir incómoda... me gustaban.
Me hacían sentir halagada y especial.
Comenzaron a enviarme regalos, joyas, ropa, zapatos ...cosas costosas que no dudaba en utilizar en cada ocasión.
A ellos parecía gustarles verme usando aquellas cosas, por supuesto, a mí me encantaba portarlas.
Esa tarde no dude en utilizar aquel kimono rosa de seda que un generoso benefactor, como yo los llamaba, me había regalado días atrás.
Si tan solo Sasuke pudiera ver lo bella que me he vuelto, seguro se enamoraría de mí.
El recuerdo de aquella tarde que fui a despedirlo me llena de nostalgia. Ya eran tres años desde que él había emprendido su viaje de entrenamiento con aquel compañero loco de Tsunade.
A pesar de que insistí en acompañarlo, Sasuke estaba convencido en que debía seguir mi entrenamiento como Ninja Médico aquí en la aldea. ¡Es tan considerado!
Aquel día, Naruto había salido de viaje también.
Jiraiya lucia bastante triste de alejarse de Tsunade-Sama y ella no parecía ser indiferente a eso, pero en todo este tiempo, no lo había mencionado siquiera.
Hasta hoy.
Le habían informado por medio de un sapo, que tanto él cómo Naruto regresarían en dos días a la aldea.
Será realmente bueno cuando todo el equipo esté reunido de nuevo. ¡no puedo esperar a recibir la misma noticia sobre Sasuke!
Debo estar lista para su regreso, ¡debo verme aún más hermosa!
Nos dirigimos a aquel casino fuera de la aldea al que Tsunade iba con frecuencia. Era tan mala apostando que siempre terminaba perdiendo aquellos regalos que me daban. Exceptuando esos nuevos que tenía que lucir en la siguiente noche.
Entramos al lugar y como siempre, todas las miradas estaban sobre mí.
Un joven no tardó en abordarme, al parecer había llamado la atención de alguien importante y deseaba hablar conmigo a solas.
Me llevaron a una habitación pequeña en la parte de atrás. Frente a mi había un hombre de algunos 25 años, atractivo, pero no al nivel de Sasuke. Nadie se le iguala. Me recordaba un poco a Naruto.
-Siéntate- me dijo con un tono amable. Tome asiento en la mesa frente a él.
-Dígame en que puedo servirle - dije en un tono dulce. Sabía bien cómo manejarme en estos sitios.
-Eres hermosa - dijo sin rodeos- tengo un trabajo para ti, se te pagará bien.
Me sonroje al imaginar qué clase de trabajo estaba hablando. Debía dejar claro que no importaba la paga, yo no era de esas.
-No soy ese tipo de mujer- dije dejando notar el tono molesto de mi voz.
-Tranquila princesa no me refiero a eso - el tono desinteresado de su voz me desconcertó - soy Gay.
Eso fue inesperado. Ahora entendía menos.
-Explíquese por favor - regrese a mi tono amable y meloso.
-Quiero que seas mi tapadera. Soy el hijo de un famoso mercader de Suna. Si se supiera que su hijo es homosexual se armaría un escándalo. Mi padre está viejo y quiero evitarle un disgusto que podría matarle. -le dio una larga calada a su cigarrillo - solo tendrás que fingir ser mi novia frente a ciertas personas. Se te llenará de ropa, joyas y demás lujos. - se levantó y comenzó a rodearme, analizándome - Si aceptas, claro.
Una parte de mi quería negarse de inmediato, pero era ninja, así que estaba acostumbrada a aceptar misiones, un trabajo de compañía no sería muy diferente de aquello, pensé.
-Permítame pensarlo señor ... - hice un tono inquisitivo esperando me dijera su nombre.
-No puedo revelarlo hasta que aceptes. Comprenderás que es un trabajo que necesita discreción- se volvió a sentar en ese costoso sofá de terciopelo rojo con molduras de plata, el sujeto que estaba a su lado le hacía una mirada cómplice. Su amante, comprendí. - tienes dos días.
Me levanté e hice una reverencia. Me dirigí hacia donde estaba lady Tsunade, dudosa en contarle aquella propuesta tan extraña.
-Sakura- la rapidez con la que el Sake le afectaba era para romper un récord - ¿has traído más joyas para mí? Ya he perdido las que me diste ayer
- ¿Tan rápido? A este paso ... - su rostro sonrojado por el alcohol y la sonrisa que tenía hacía que me diera casi pena privarla de más "diversión".
- Señorita - me habló uno de los meseros que rodeaban la mesa de apuestas - el joven señor le manda esta bolsa, como un incentivo.
Tome aquel morral de terciopelo rosa que estaba bastante pesado para ser una sola cosa. Al abrirlo los vi como los ojos de mi maestra se iluminaron.
-Sakura estas son muchas fichas, debe haber miles de yenes aquí. Picaste un pez gordo mi bella alumna - si quería tentarme mostrándome todo lo que podía darme, había hecho un buen trabajo.
- Vamos a divertirnos Tsunade - le sonreí sabiendo que aquellas noches de juegos eran lo único que la sacaban de aquella soledad que la abrumaba. Podría pensar en aquella solicitud después.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Aquella noche decidí no decirle nada a mi maestra sobre la "propuesta de trabajo", después de todo, había dicho que cuando el peliblanco regresara, ya no regresaríamos a esos lugares. Al parecer a él no le gustaba que los frecuentara y aunque lo negara, estando cerca de él, ella no sentía ganas de ir.
Al tener esa información había decidido rechazar aquella oferta. No tenía caso seguir consiguiendo aquel dinero si no tendría con quien gastarlo.
O eso pensaba.
Nos dirigíamos a la última noche que compartiríamos en aquel lugar.
Como siempre puse todos aquellos regalos en disposición de mi maestra.
Me senté en una mesa frente a una donde había un grupo peculiar de personas.
Se observaba a una mujer hermosa de cabello largo y oscuro rodeada de 5 hombres atractivos a quienes estoy segura, estaba dejando en la ruina.
Esa mujer vestía un sensual kimono abierto por una pierna y escotado en el busto. Nada tradicional, pensé.
Un busto bastante exuberante que tenía más que idiotizados a los sujetos que le acompañan.
¿Que tienen de buenos? De verdad no podían ser la gran cosa o ¿sí? Verlos en acción de esa forma me hizo pensar en cómo le gustarían a Sasuke-Kun. Ahora ya no era más un niño.
Seguramente su etapa de adolescente habrá despertado en él otro tipo de deseos y una mujer con ese cuerpo debe gustarle a todos... pero los míos son pequeños, tan diferentes a esos.
La realidad es que esperaba que crecieran un poco más al menos, pero dejaron de hacerlo hace 2 años. Tuve que aceptar que, a diferencia del resto de mis compañeras, yo sería de pecho plano.
Decir que no me afectaba era mentir, tenía buen trasero, un rostro bello... un buen busto sólo sería esa cereza del pastel que me faltaba.
-Podría conseguirte unas así - la voz detrás de mí me sobresalto. Me había perdido tanto en aquellos pensamientos que había dejado de prestar atención a mi entorno. - conozco un buen cirujano. Aunque no es barato.
El hijo del comerciante de suna estaba allí, luciendo atractivo con ese ropaje azul característico de los samurai, impregnando el ambiente con ese olor a perfume y cigarro.
- ¿Quien dice que quiero lucir así? - el tono meloso que salió de mi era parte de mi actuación, pero su comentario por alguna razón me molestó.
-Llevas casi 5 minutos viéndolas. O eres lesbiana o tienes envidia - soplo del humo de su cigarrillo. Odio ese olor. - y sé que no eres lesbiana.
- ¿Necesita algo? - la molestia en mi voz se debía a que había descubierto mi inseguridad y eso no es algo que a una mujer le guste escuchar.
-Tranquila, he dicho que puedo ayudarte, si tú me ayudas a mí. - hizo una pausa para observarme de pies a cabeza - estoy seguro que a tu novio el Uchiha le encantarán.
Debo admitir que había captado mi atención.
- ¿En qué consistiría el trabajo?- pregunté, quizás no era tan malo como pensaba. ¿Cómo sabía de Sasuke-kun? Tendría que averiguarlo.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
Después de haber pautado aquel contrato me dirigí de nuevo hacia donde estaba Tsunade. Lucia realmente alcoholizada.
La ayudé a levantarse y le di a beber de aquella medicina que había inventado para quitar las borracheras. Tras levantarse nos dirigimos de nuevo a la aldea, no era demasiada tarde, pero ya no había personas en la calle, para nuestra buena suerte, porque nadie quería ver a la hokage de esta manera.
Asumir el puesto de hokage para ella había sido un balde de agua fría. Se llenó de responsabilidades que la alejaron de aquella vida despreocupada que solía llevar. Pero era necesario, tras la muerte repentina del tercero no había nadie más calificado que ella.
Decidí quedarme en su apartamento por esta noche, pues al día siguiente quería explicarle el por qué me ausentaría de la aldea por un tiempo indefinido.
/
Las paredes de esa habitación me parecieron desconocidas al despertar. Colores azules y amarillos me rodeaban. El cuadro colgado en la pared con un paisaje y babosas dibujadas en él, me hizo recordar que había pasado la noche donde Tsunade.
-Sakura, ¿quieres desayunar conmigo? - la voz de mi maestra sonaba tan animada.
-Tsunade-sama buenos días - me levante rápidamente para ayudarle en lo que estuviera cocinando. Me di cuenta que hacía panqueques. - por supuesto. Preparare el café.
Me apresuré a llenar la cafetera con agua y aquellos granos de café importado que tanto le gustaban.
Comimos en silencio. No sabía cómo explicarle lo de "mi misión" y al parecer ella no quería hablar de su comportamiento de la noche anterior.
Pero era yo quien estaba forzada a contar lo mío.
-Tsunade-sama en el transcurso de la mañana le llegará una petición para una misión de parte del mercader de suna - dije con un tono inocente de voz - me quieren a mí, necesitan que esté allá para hoy por la noche, así que saldré de una vez.
-Si no ha sido solicitada en la aldea aún ¿cómo sabes que te necesitan allá? - su rostro se tornó serio como siempre que trataba de sondearme. No serviría de nada mentir.
-En el casino de anoche. El hijo del mercader me necesita como compañía para diversos eventos y a cambio, la paga será buena. - lo dije lo más normal posible. No quería que ella se hiciera ideas raras- él...no quiere que sepan que es homosexual.
-Entiendo. Supongo que eso no vendrá escrito en la petición y si busca a alguien de konoha es para que no pregunten porque no se le ha visto con una mujer. - tan perceptiva como siempre - solo ten cuidado. ¿No conocemos nada de ese tal...
-Su nombre es Menma - o eso me dijo - parece inofensivo- añadí para tranquilizarla.
Sorbí de mi café mirando fijamente a Tsunade. Creí que haría más preguntas o que me daría información si acaso lo conocía. Pero ella no me sostenía la mirada.
-Jiraiya y naruto llegan hoy - su cambio de tema me sorprendió. Al parecer ese pensamiento ocupaba su mente. Agradecí por ello, significaba que no habría más preguntas para mí.
-Seguramente él está tan ansioso como usted por verla - dije para animarla. Después de todo, tres años eran demasiado tiempo.
- ¡Que va! Yo no estoy ansiosa por verlo. Solo es un amigo - desde siempre había negado la obvia atracción que sentía por ese hombre, solo shizune y yo sabíamos por qué.
-Él desearía que usted fuera feliz, ya han pasado muchos años. No tiene por qué sentirse culpable.
La muerte trágica durante la guerra de su primer amor había sido devastadora. Lo extrañaba cada día y lloraba por él. Fue gracias a esa pérdida que pudo revolucionar la formación de equipos médicos para que, al menos, un ninja del escuadrón, tuviera conocimiento de ninjutsu médico.
Pero cuanto más logros y reconocimiento tenían, más sola y culpable se sentía. Porque ella no pudo salvarlo. Porque ella había vivido, porque ella había salido ilesa de aquella cruel batalla y porque había recibido tantos méritos que no tenía con quien compartirlos.
Comenzó a ocupar su tiempo con trabajo, con amigos, con uno en particular, que el hecho de no sentirse culpable por ya no extrañarle o llorarle tanto, fue imposible. Por esa culpa dejo todo atrás, se llenó de vicios y problemas.
Se castigaba.
El cargo de Hokage había sido una salvación en cierto sentido para ella, pues la alejaba de todo aquel bajo mundo del que se rodeó.
Pero no disfrutarlo era su castigo, un castigo que la mantenía ocupada. Aunque también la mantenía cerca de aquel amor culposo que la perseguía desde hace años, manteniéndolo siempre al margen como "amigo".
-Quizás tengas razón. Pero no quiero lastimarlo rechazándolo al último momento, como tú con naruto - ella sabía bien cómo hacerme desistir. En eso nos parecíamos.
Yo misma había cometido ese error días antes de que Naruto se fuera. Había decidido darle una oportunidad. Pero no pude sacarme a Sasuke de la cabeza. Al final, cuando la añorada despedida llegó, él se acercó lo suficiente para saber sus intenciones de besarme, pero yo me retiré y vi sus ojos llenarse de tristeza.
No me lo había dicho, pero aquello le había dolido, tanto que cuando se fue, ni siquiera se despidió de mí, solo un saludo en la lejanía fue lo que merecí.
No dije nada más. Me despedí brevemente y me fue a mi apartamento para hacer mis maletas. Sólo un par de prendas y zapatos, no ocuparía más nada pues allá me darían todo el ajuar que necesitaba.
Salí a prisa de mi apartamento para llegar lo más rápido posible. Era un viaje que normalmente nos tomaría dos días de camino, pero yo me encontraría con menma en las afueras de konoha para irnos en su "mascota".
Iba inmersa en mis pensamientos cuando escuché una voz familiar gritar mi nombre
-¡Sakura-Chan! Que gusto me da volverte a ver - su sonrisa ilumino todo el ambiente. Sentí felicidad al verlo.
-¡Naruto! - lo abracé lo más fuerte que pude. Tal vez no lo amaba, pero lo apreciaba y en todo este tiempo me había dado cuenta cuanto lo quería y lo mucho que valoraba su compañía.
-Mira Sakura-Chan ya me he convertido en un hombre. - lo observe por un momento. Mucho más alto, delgado y su rostro más maduro. Se volvió un hombre muy atractivo. Sacudí mi cabeza ante ese pensamiento.
-Si puedo verlo. Yo también he cambiado, me he vuelto más hermosa - me sonroje un poco al decir eso, pero por alguna razón quería que el notara que también había cambiado.
Lo vi observarme detenidamente, pero no como aquellos sujetos en el casino, realmente me miraba a mí, no a mi apariencia.
-Te veo exactamente igual que siempre - mi rostro sonrojado cambio a uno de molestia inmediatamente. Sentí el impulso de golpearlo - siempre te has visto así de hermosa.
Me sonroje mucho más que antes pero mi puño ya iba camino a su cabeza.
-Nos vemos - me aleje abochornada por sus palabras, pero más que nada, por mi forma de reaccionar.
-Pero acabo de llegar a ¿adónde vas? - continúo caminando conmigo, mientras lo veía sobarse la zona recién golpeada.
Estaba cerca del punto de encuentro.
-Tengo una misión - dije tratando de que no hiciera más preguntas.
- ¿con quién iras? ¿Te reasignaron de equipo? ¡Pero ya he vuelto! Estoy seguro que kakashi sensei estará feliz de que...- lo interrumpí antes de que siguiera.
-Lo haré sola. Me iré a suna por un tiempo - caminé más a prisa sin darle tiempo de preguntar más- ahora ve con tsunade ella te debe estar esperando.
-¿Eeehh? - su rostro estaba preocupado. Le sonreí para tranquilizarlo...
-No te preocupes no es nada peligroso, estaré bien. Cuídate Naruto - me despedí con un abrazo y continué avanzando por entre los árboles.
Justo ahora que el regresaba, yo tenía que irme. Pero era apenas un precio razonable...Estaré lista para cuando Sasuke-kun regrese.
A lo lejos pude ver un campamento que, gracias a la bandera con logo de un alacrán, pude saber que era el del mercader.
Para ser un lugar temporal era bastante ostentoso. Pude ver al menos 10 tiendas de color rojo escarlata. 2 de ellas lo suficientemente grandes como para 20 personas.
Me hicieron entrar a una de las tiendas de gran tamaño donde unas sirvientas me "prepararían".
Retire mi ropa y comenzaron a bañarme. Eran minuciosas con los detalles. Cepillaban mis pies, mis manos, entre los dedos y uñas. Fue bochornoso que unas extrañas lavaran mis zonas más íntimas, pero era parte del trato. Tenía que lucir impecable para la "presentación oficial".
Pusieron a mi disposición un vestido rosa de seda de lo más costoso. Jamás había visto telas de tan buena calidad. Rociaron sobre mí un perfume delicioso de frutos rojos a la vez que me colocaron zapatos de tacón color dorado. Recogieron mi cabello y lo llenaron de adornos tupidos de pedrería costosa.
Cuando estuve lista, me subieron a una litera, donde solo había visto a señores feudales siendo transportados en ellos. Era llevado por 4 hombres corpulentos.
Cuando llegamos a la otra tienda me sorprendió en gran manera lo que vi.
Un animal enorme peludo de color blanco y café, con cola gigante. Había visto una foto en un libro de tsunade, solo quedaban tres en el mundo y este sujeto era tan rico que poseía uno.
-Súbanla al bisonte- escuche decir a uno de los hombres.
Subimos por la amplia cola. Me pusieron en la canasta que estaba en la cúspide cerca de la cabeza, allí ya estaba menma recostado junto a su guardia/amante rodeados de cojines de hermosas telas y colores vividos.
-Bienvenida novia mía, me gusta tu puntualidad - me había prometido que sería amable conmigo. - comencemos a cuadrar la historia.
La instrucción era sencilla. Llevábamos 1 año de relación a distancia. Me había conocido en un viaje realizado en primavera el año anterior. Había sido la guía que el hokage había asignado para él
mientras estuviera en la aldea. Se había enamorado de mi belleza y personalidad encantadora. Así que estuvimos en contacto mediante cartas, hasta que hoy por fin, formalizamos en esta visita.
Esa sería la tapadera para esos viajes que solía hacer con su amante a quien sabe qué lugar. Me apunto fechas para que memorizara por si alguien preguntaba.
Ahora me presentaría a su padre y demás familia como su novia. Si todo iba bien, nos casaríamos esa semana y nos iríamos a vivir a Konoha, donde él podría pasar tiempo libremente con su pareja y yo, regresaría a mi vida normal.
El viaje no tardo más de 4 horas. Volar en aquel bisonte era realmente rápido.
Llegamos a una casa afueras de suna, enorme tal como sería propio de personas adineradas.
Un jardín delantero tan frondoso en medio del desierto sólo significaba que a este sujeto le sobraba el dinero.
-Somos dueños del único nacimiento de agua en toda la región - me explicó - así podemos mantener este lugar tan hermoso.
Eso explicaba su riqueza. Vender agua en el desierto sin duda era un excelente negocio.
Cuando entramos a la casa las paredes blancas de mármol llamaron mi atención. Muebles bastante lujosos para un espacio tan amplio y vacío, parecía exagerado, pero hermoso.
Valió la pena cada centavo invertido en convertir ese lugar en una casa tan agradable y hermosa. Mis impresiones y pensamientos se quedaban cortos, jamás vi nada así antes.
Un señor mayor apareció a nuestro encuentro.
- ¡Hijo Mío has vuelto!- su voz rasposa sonaba tan cariñosa que me sentí culpable por tener que engañarle.
-Padre, te presento a Sakura mi hermosa novia - con su mano en mi espalda me empujó suavemente hacia adelante.
-Sakura eh? Es más hermosa de lo que decías. Se bienvenida hija mía - me abrazo cariñosamente como un padre.
-Encantada de conocerle Nakamize-san- hice una reverencia cuando me soltó del abrazo.
-Vengan, tenemos un banquete para ustedes dos - nos hizo seguirle hacia un salón de aquella mansión. Una mesa enorme estaba en el centro llena de diversos platillos. ¿Eso era la cabeza de un cerdo? Todas las personas presentes se giraron a observarnos.
Entre todos aquellos invitados pude encontrar tres rostros conocidos. Me preocupe un momento al sentir que sería descubierta por lo que me adelanté a saludarles primero.
-Gaara,Temari y Kankuro que gusto verles- sonreí ampliamente.
-Sakura hola, ¿tú eres la novia de Menma ?!- se sorprendieron tanto que no sabía si decirles la verdad o decirles la mentira.
Decidí que lo mejor era decirles aquella versión que Menma había preparado. No precian convencidos, pero no había manera de que nos descubrieran ¿o sí?
Pasamos el resto de la noche degustando aquellos costosos platillos, escuchando la bella música de aquel cuarteto contratado y bebiendo aquel vino tan costoso.
Una fiesta tan ostentosa y perfecta como jamás hubiera imaginado. Sólo lo mejor se preparó para esa noche.
Tal vez sólo era una breve "misión" pero yo disfrutaría de tener todo aquello que tenía a mi disposición.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
-Ya te dije Naruto que es una misión secreta en total discreción. No preguntes más - hacia días que naruto intentaba sacarle la información a Tsunade, pero ella siempre evadía sus preguntas.
-Entonces cuando regresa? ¡Ya han pasado 4 meses! - se escuchaba preocupado por su amiga, era normal sabiendo la forma tan extraña en que se fue.
Ella sólo se fue sin decirle nada a nadie. Ni siquiera sus padres sabían dónde estaba. De no ser porque le había dicho a Naruto que iría a suna desconocerían su ubicación.
-De todos modos, ustedes irán a Suna para llevarle estos informes al kazekage quizás la veas allá. Por favor Naruto, no hagas un escándalo - fueron las últimas palabras de Tsunade antes de que saliéramos de la oficina.
Durante los tres días de viaje hicimos suposiciones sobre cuál sería la misión de Sakura y porque lo mantenían en secreto.
Naruto aseguraba que la habían mandado a reprimir alguna especie de virus que atacaba a los ninjas y los convertía en zombies. Era ultra secreto porque no querían que las demás aldeas entraran en pánico.
Reí por su gran imaginación. Siempre me la pasaba muy bien con él, aunque pocas veces nos pusieran en el mismo equipo. Kakashi-san trataba de mantenerlo tranquilo pero lo cierto es, que ninguno tenía idea de si acaso la veríamos.
Cuando llegamos a Suna fue una sorpresa enorme que Gaara fuera el kazekage. Naruto estaba feliz y envidioso al saberlo. Pero, sobre todo, comprendió que quizás él podría darle información sobre Sakura-san.
-Es la esposa de Menma, el hijo de un mercader de Suna. - fue imposible ocultar la sorpresa en nuestros rostros - ¿ustedes no lo sabían? Creí que era tu compañera.
-Nos dijeron que estaba en una misión, nada más - Naruto lucia triste. Más que nunca. Hacía tiempo que había aceptado que mi amor era unilateral y me había resignado, pero aun así me dolía verlo - ¿kakashi-sensei usted sabía?
-Estoy tan sorprendido como tú naruto. ¿Dónde podemos encontrarla?
-Ella es muy diferente a la persona que llego, quizás no sea buena idea ...
-Gaara, por favor - suplico naruto- necesitamos verla.
Nos indicó la dirección a donde debíamos ir, así que al entregar aquellos informes nos apresuramos a ir en su búsqueda.
Llegamos a una mansión que denominaron como la guarida de los Nakamize. Al parecer era una familia de mafiosos que utilizaban su comercio con agua para tener otro tipo de negocios más remunerados.
Cuando preguntamos por Sakura ella se negó a vernos, porque se encontraba indispuesta. Cosa que sólo molesto más a Naruto, pero se tranquilizó al saber que podría recibirnos al día siguiente.
Descansamos en una posada humilde en el centro de la ciudad. Todo parecía muy extraño a mi parecer, pero tendríamos que esperar al siguiente día para tener información al respecto.
Por la mañana nos despertamos temprano para ir a su casa, esta vez nos hizo pasar por un amplio salón lleno de cuadros y esculturas bellas de diversos animales. Ella nos esperaba al fondo.
-Sakura-Chan ¿qué es todo esto? - inquirió kakashi con su voz preocupada.
-Es mi hogar ¿no les gusta? Soy la señora de Nakamize, estoy segura que ya les han informado, si no, no estarían aquí. - su voz sonaba arrogante, no como era anteriormente.
En apariencia lucia tan diferente.
Su cabello lo dejó crecer hasta media espalda. Vestía ropas finas y zapatos con altura, además de que estoy segura que su cuerpo había crecido en algunas zonas.
Lucia hermosa, pero infeliz.
- ¿Desde cuándo ...- la voz entrecortada de naruto perforaba mi corazón - dejaste de amar a Sasuke?
Vi a Sakura desviar la mirada. Hacía mucho tiempo que no sabía nada de él. Esperaba pronto su regreso. Sakura constantemente me contaba todos sus planes para su reencuentro, me parecía imposible que todo eso se esfumara en tan solo 4 meses.
-No te incumbe. Nadie en la aldea sería capaz de darme todo lo que me merezco. Todo lo que ves aquí está a mi disposición, ¡Es mío! -hizo una pausa y gritó con fuerza- ¡No lo entenderías, no eres consciente de todo lo que careces!
- ¿Que te sucedió? ¿Cuando? - la desconocía. Esa no era la chica con la que fui a la academia.
-Mira Naruto si vas a estar aquí de celoso yo... - su tono de voz cambio a uno más amable cuando sentí a alguien entrar a la habitación.
-Sakura-San porque no me dijiste que teníamos invitados. Los amigos de mi nuera son bienvenidos cuando gusten. Por favor quédense a comer - el señor mayor parecía amable, mucho más que nuestra amiga.
-Si claro quédense a comer. Así conocerán a mi esposo - dijo la última palabra en un breve susurro. Notaba cierta tristeza en su voz.
-Será un placer Nakamize-san - respondió kakashi ante el tenso ambiente.
Lo seguimos hacia el comedor donde nos sentamos a los laterales en el centro. Aún había espacio para otras 15 personas, aun cuando se nos unieron el esposo y su guardia personal.
-¿Dónde lo conociste Sakura? - kakashi sonreía por debajo de su máscara.
-El año pasado en Konoha, cuando mi hijo estuvo de visita. ¿Es que ustedes no sabían de su relación? - el señor parecía sorprendido.
-Fuimos muy discretos padre, no queríamos que la seguridad de mi amada flor corriera peligro al saber que salía con tu hijo -excusó el joven al lado de Sakura, que tenía mucho parecido a Naruto pero con cabello negro.
-Oh ya veo. Pero ocultarlo hasta de sus amigos ... o es que ¿acaso no son de fiar? - el rostro del señor cambio a uno molesto. ¿Qué sucedía aquí?
-Yo sabía Nakamize-san, es solo que no conocemos toda la historia. - hizo una pausa leyendo el ambiente- ella solo se fue sin decir nada más, ya sabe cómo son los jóvenes enamorados.
Sin duda kakashi era un hombre hábil. Giré mi rostro hacia naruto quien no podía evitar tener un rostro molesto. Sakura pareció darse cuenta y le pidió que le acompañara al salón contiguo con la excusa de que quería mostrarle alguna cosa. Pedí prestado el sanitario y fui tras ellos, quizás podía entender algo. Unos cuantos pasos y los escuche discutir.
- ¡Debes regresar, tú amas a Sasuke! - eso era lo que todos sabíamos hasta días antes que se fuera de la aldea- No deberías vivir una mentira.
-Hay cosas más importantes que el amor. Aquí vivo llena de lujos, tengo todo lo que puedo desear... váyanse y no regresen. - su tono de molestia mezclado con tristeza me hacían sentir que algo andaba mal.
-La vieja Tsunade no lo dice, pero sé que está muy preocupada por ti desde que dejaste de enviar cartas ¿Que sucede? Tú no eres así Sakura-Chan - cambió su voz a uno desesperado - dime y te ayudaré a salir de aquí- lo vi acercarse a ella y tomar sus manos rápidamente sin darle tiempo a reaccionar-. ¿Que son esos golpes en tu brazo? ¡Dime!
Ahora que prestaba atención, tenía moretones apenas visibles en sus muñecas. Además de que, al pensarlo, recordé mirar cómo cojeaba un poco al caminar, me impresiona que naruto se halla percatado.
-Intente huir hace dos semanas. Pero Menma me amenazó con matar a Sasuke, me aprisiono como castigo. No quiere que se sepa su secreto es todo, sólo debo darle un hijo y todas las dudas sobre él se habrán disipado.
- ¿¡Darle un hijo?! ¿Tú accediste a eso? ¿Él te hizo daño? - era una total locura lo que ella decía. ¿Porque tener un hijo de alguien que no amas?
-Al principio no, pero ... - bajo su rostro mirando al suelo, se notaba que le costaba hablar - tengo que hacerlo o si no... Sasuke-Kun ... esta gente es muy peligrosa, aunque aún no ha podido acostarse conmigo yo...debo ...- debido a las lágrimas que salían de su rostro ya no podía hablar.
Naruto la rodeo con sus brazos. Una punzada en mi corazón me alertó que debía dejar de mirar, pero no podía. Lo vi besarla en los labios para posteriormente contarle todo su avance en su entrenamiento.
Ahora podía controlar al zorro de las nueve colas que le daban el poder de un ejército de shinobi, no había nadie que pudiera meterse con ella o con sus seres queridos. Le pidió que la dejara protegerla, que él se encargaría.
Verla así, tan frágil, tan diferente a como siempre la conocimos me hizo sentir empatía por ella. Se había dejado deslumbrar por las cosas que podía conseguir con el dinero, que no se dio cuenta en donde se había metido.
Escuchamos un ruido provenir del comedor así que rápidamente me dirigí hacia allá siendo alcanzada por naruto. Pude percibir con el byakugan que sakura se había quedado escondida en la sala principal.
Cuando llegamos al comedor nos encontramos con una escena increíble. Al parecer Kakashi había resuelto todo en menos tiempo que nosotros, por algo era un genio.
Tenía aprisionado al guardia de Menma y al Menma mismo con un clon de sombra.
-Naruto, Hinata llegan a tiempo - nos recibió con una sonrisa en aquella extraña situación -este tipo está por contar la verdad.
El rostro de aquel hombre no denotaba más que enfado, pero el brazo de kakashi no dejaba de presionar su cuello por lo que se obligó a hablar.
-Soy homosexual. Le pagué a esa chica para que fingiera ser mi esposa y creí que con eso estarías satisfecho, pero ... me pediste un heredero y ella se negó porque no lo habíamos acordado. Así que tuve que amenazarla. - desvío su mirada para evitar la vergüenza de ver a su padre. Conocía muy bien el sentimiento de no ser lo que tú progenitor esperaba de ti.
- ¿¡Mi hijo homosexual?! - vi al anciano tener que recargarse en la mesa meditando en aquellas palabras - eso explica porque nunca te vi cortejar a ninguna mujer
-Lo siento, no quería que lo supieras y avergonzarte como lo hago ahora. - se sentó en la silla al ser soltado por kakashi sensei.
-debiste decirme, te habría conseguido una esposa entre las esclavas del país y no meternos en este embrollo.
-Desconocía la historia de la chica del cabello rosa, la conocí en un casino de mala muerte, ¿cómo iba a saber que era una Kunoichi tan importante? - lo que decía no tenía ningún sentido para mí, pero parecía sincero con sus palabras.
- ¿la forzaste a hacer algo para darme un heredero? - la pregunta del anciano era obvia. Quería saber si había abusado de nuestra compañera.
-No Nakamize-san. Él lo intento, gentilmente, pero no pudo concretar nada, si me entiende, …El matrimonio no fue consumado - Sakura salió a defensa de su esposo. Quizás sexualmente no fue agredida, pero me quedaba claro que si emocional y físicamente. Sentí pena por ella.
-Entonces discúlpenos ninjas de konoha, pueden llevarse a la chica. Diremos que el matrimonio no funcionó y la joven regresó a casa. Por favor, acepten nuestros regalos como compensación y pago por su discreción en este asunto que acaban de oír. Mañana mismo los haré llevar a su aldea.
-No se preocupe Nakamize-san. Guardaremos el secreto - afirmó kakashi hatake quien en menos de 10 minutos había resuelto ese embrollo.
Nuestro regreso a la aldea fue rápido. El mismo menma dispuso su bisonte volador para que llegáramos en medio día.
Contamos lo sucedido a Tsunade quien archivó todo con una gran etiqueta de "CONFIDENCIAL".
Cuando los demás miembros de la aldea vieron a Sakura la notaron muy diferente. Sus cambios estéticos no pasaron desapercibidos para ninguno de ellos, pero Sakura se aferraba a decir que era parte de su desarrollo tardío.
Durante el tiempo que estuvimos en Suna, Sasuke, el objetivo de Sakura, había regresado a Konoha.
Yo me dirigía a visitarlo cuando de casualidad escuché una conversación que no debía escuchar. Se me estaba haciendo costumbre.
Eran naruto y Sakura hablando de aquel beso que se habían dado en la mansión.
Ella se disculpaba por haber accedido pues estaba vulnerable y sentir su cariño en medio de todo ese infierno la hizo flaquear. Él se disculpó por "aprovecharse de eso" y le confirmó que él sabía que a quien ama es a Sasuke.
Debo admitir que mi corazón sintió alivio, un alivio que sólo duró un par de segundos pues una voz detrás de mí me quito La Paz.
-No deberías escuchar conversaciones ajenas - ese tono frío era inconfundible
-Sasuke-Kun - me giré para verle de frente y mis ojos se abrieron ante la sorpresa de encontrarme con un joven alto, bastante musculoso, con un rostro más definido y debo admitir...atractivo. -I-iba a v-verte a t-tu casa
Maldito tartamudeo.
-Sasuke -kuuun - escuche a Sakura gritar y acercarse dejando cierta distancia de él para que pudiera admirarla de cuerpo entero, después de todo, ella nos había confesado que todo aquel sacrificio había sido para que él la mirara. Para ello iba vestida con un vestido rojo bien entallado, con un escote discreto, pero dejaba a ver sus nuevos atributos. -íbamos camino a verte.
-Teme ¡Cuánto tiempo! - Naruto se acercó a nosotros abrazándolo por los hombros- haz crecido, eres tan alto como yo.
-Tsk - puso aquel rostro de fastidio que solía poner cuando estaba abochornado.
-Vayamos a Ichiraku-ramen. Tu ven también Hinata - la invitación de naruto me hizo sonrojar. Tendría la oportunidad de pasar tiempo con él.
-Sasuke-Kun tú te sientas conmigo - Sakura saco ese tono meloso que sólo veíamos cuando el azabache estaba cerca. No dudo en tomarle del brazo.
- No puedo, ni ella tampoco. Hinata Sígueme - aquella respuesta fría me sorprendió. Creí que después de tanto tiempo sin ver a su equipo querría estar con ellos. Pero supongo que el asunto de su venganza era más importante, así que hice una pequeña reverencia y lo seguí, dejando a dos pares de ojos contristados.
Lo seguí hasta aquella zona de entrenamiento que tan acostumbrada estaba a compartir con él. En cuanto estuvimos quietos comenzó a hablar.
- ¿Que tienes en la bolsa? - su dedo apuntó al objeto color lila que llevaba entre mis manos.
-Bento, creí que a Sasuke-kun le gustaría ...
-Comamos - se sentó en aquel lugar sobre sus piernas. Le acerqué aquel pequeño recipiente que contenía un nuevo platillo que había logrado hacer con sus ingredientes favoritos. Una especia de caldo de tomate con bolitas de carne. Por su expresión al comer pude notar que eran de su agrado. Sonreí al verle - Gracias
-Me alegra que estés de vuelta ¿Qué tal tu viaje?
Debo admitir que esperaba una respuesta vaga y sosa como las que acostumbraba a dar, pero no, fue bastante extensa. Al parecer Orochimaru había sido un excelente maestro que le había dado un poder llamado "marca maldita" que solo personas realmente fuertes eran capaces de resistir. Orgullosamente me contó que había sido uno de ellos. Ahora era capaz de invocar diferentes tipos de bestias y tenía técnicas especializadas en su naturaleza de chakra. Además, que había mejorado mucho en el manejo del sharingan. Estaba listo para la venganza. Definitivamente entrenaríamos juntos.
Mientras contaba todo aquello no pude evitar percatarme que Su atuendo era bastante provocador, dejaba ver parte de su pecho lo que me hacía cuestionarme si tendría frio, una ropa muy peculiar si debo decirlo.
-Sé que soy guapo pero no es normal que tú me mires así - sus palabras me sacaron de mi pensamiento. Ahora estábamos parados recargados sobre un pequeño desván que había en aquella zona. Era más cómodo conversar caminando.
-No es eso - dije lo más firme que pude, no quería malos entendidos - pensaba en si quizás tenías frío al tener el pecho descubierto.
-Claro, Hinata no tiene ojos para nadie que no sea naruto - siempre bromeando conmigo, buscando molestarme -pensándolo bien, si tengo algo de frío. ¿Me ayudarías?
Lo sentí acercarse a la vez que mi cuerpo se tensaba. ¿Porque? Cuando sus brazos me rodearon pude sentir la calidez de su cuerpo, definitivamente no tenía frío, pero aquel calor me hizo sentir como si hubiese vivido congelada toda mi vida.
-Bienvenido Sasuke-kun - fue lo único que pude decir tras perderme en ese abrazo.
-Tú también te has vuelto muy atractiva Hinata, me cuesta dejar de mirarte - sus palabras me hicieron sonrojar, podía sentir vapor salir de mis cavidades - naruto es un tonto por no darse cuenta.
De alguna manera sentí tristeza por sus palabras, creo que es muy amable por tratar de animarme, pero no era necesario forzarse a decir algo así solo para hacerme sentir mejor.
-Eres muy amable, pero no es necesario que digas mentiras yo ...
-No es ninguna mentira. Ten más confianza en ti - fueron sus palabras antes de romper el abrazo. Su rostro parecía dolido. - Vamos, te llevo a casa.
Comenzó a caminar, me sentí mal por haberlo hecho molestar después de tanto tiempo de no verlo. No sé qué de mis palabras fue la razón, pero debía disculparme. Quizás era porque de cierta forma lo llamé mentiroso.
-Lo lamento - dije finalmente. Se giró un poco ya que iba ligeramente delante de mí - No quise decir que eras mentiroso.
-Me conoces desde hace mucho, sabes que no diría nada amable solo por hacerte sentir mejor - nos detuvimos en la entrada del recinto hyuga - lo dije porque lo quería decir y por qué es verdad.
Sentí el toque de sus dedos en mi frente al despedirse con una leve sonrisa en su rostro sonrojado. Lo vi marcharse en la oscuridad de la noche no permitiéndome decir nada más.
Sus palabras calaron hondo en mi corazón, quizás era yo quien estaba ciega y no era capaz de ver mis propias cualidades, mi propia belleza.
Me adentré a casa pensando en todo aquello, mi corazón latía agitado por aquello que acababa de descubrir ...
...Yo Hinata Hyuga ...
...Soy Hermosa.
