Los personajes no me pertenecen, son de masashi kishimoto. La historia es adaptada por mí a la pareja Sasuhina.
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"No sabía que fueran tan cercanos".
Esas fueron las palabras de Sakura esta mañana sobre mi reacción a la muerte/no muerte de Hinata. Ella había presenciado con sus propios ojos el sufrimiento que me causo.
"Ella sale con Naruto, deberías olvidarla, sabes que ella siempre lo ha amado... como yo siempre te he amado a ti, Sasuke-kun."
Olvidarla...
Eso es lo que he intentado durante estos últimos dos meses.
Después de esa visita a su casa donde interrumpí el beso que estaba dándose con Naruto, no volví a visitarla. Me conformaba con los informes que llegaban a Sakura en el hospital, lugar donde he pasado el resto de mis tardes. "Es mejor estar ayudando aquí que estar solo en casa" fue mi excusa hacia mi compañera, quien al parecer ha malinterpretado todo, creyendo que quiero pasar más tiempo con ella.
-Sasuke-kun ¿quisieras ir a cenar conmigo por la noche? -la voz melosa de Sakura me hizo comprender que no era una buena idea, podía hacerse ilusiones -como amigos claro.
¿a quién cree que engaña con eso?
-tengo que entrenar hoy. Quizás otro día.
Me di la media vuelta y Salí del consultorio, para mi sorpresa, la feliz pareja se encontraba en el pasillo conversando alegremente.
Detestaba tener que verlos juntos. Ese tonto no tenía ni idea del valor de Hinata, ella debería estar conmigo, elegirme a mí.
-Entonces nos vemos mañana en el sushi King Hinata a las 7pm. ¡Hey Sasuke cuanto tiempo sin verte!
Como deseaba que no me hubiese visto, ya era muy tarde para huir.
- ¿Qué hay naruto? -mire rápidamente a Hinata sin decirle palabra alguna, no quería pronunciar ni su nombre.
-Ha sido mi culpa, he estado muy ocupado con todo eso de ser el héroe y con mi novia, que casi no tengo tiempo. – poso su brazo abrazando a la mencionada por sus hombros.
Mis ojos no dejaban de verla a ella. ¿Cómo podía salir con alguien que apenas y le prestaba atención? Si lo hiciera, sabría que a ella no le gusta el Sushi.
-Sasuke-kun, ha sido un gusto verte. Yo me tengo que ir- su tímida voz me quebró por un momento, hacia tanto que no escuchaba mi nombre ser pronunciado por su boca.
-Claro nos vemos luego- instintivamente me regrese a la habitación de donde había salido, donde una peli rosada se asombró de verme volver. -mañana a las 7pm en el sushi King. No llegues tarde.
Fue lo último que le dije antes de salir. Camino a la salida vi una solitaria Hinata parada en la puerta de ese recién construido hospital, frente a ella, un grupo de admiradoras acosaban a su actual novio.
-Parece que ahora es muy popular- me acerque a ella para pararme a su lado. Es una estupidez, pero eso calmaba mi necesidad de ella.
-Tiene lo que siempre quiso, el reconocimiento de la aldea – su mirada lucia triste, a mí no me podía engañar.
- ¿Qué hay de lo que tú quieres? – la negativa de su cabeza me hizo saber que no quería pensar en eso- ¿Sabe lo solitaria que te sientes?
Se giró hacia a mí y con el rostro más dulce que jamás había visto me dijo algo que solo me hacía desearla para mi cada vez más.
-Jamás me ha faltado nada en la vida. Mi vida nunca será tan solitaria como fue la de él. Estoy feliz de que cumpla su sueño. No seré egoísta con él.
-Entonces quita esa cara de tristeza o no podré contenerme más – le advertí aquello antes de marcharme y perderme entre los árboles.
Mi única atadura era su felicidad, sin eso, no podría prometer quedarme sin luchar.
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Me mire en el espejo antes de salir de mi improvisado departamento. Sabía que una tienda tan amplia era demasiado para mí, pero tsunade insistió en que utilizará esta, como si no supiera que mi casa será de las ultimas en ser reconstruida y por eso tenía esas "atenciones "conmigo.
De todas formas, el espacio era muy cómodo, no carecía de nada importante, incluso tenía un retrete que conecta con el drenaje de la aldea.
La ropa casual que uso no constaba más que de una camisa interior blanca y pantalones negros de mezclilla. En estos tiempos austeros conseguir buena ropa era muy difícil, a menos que fueras "el héroe que salvo la aldea"
Por la tarde había visto como un grupo de chicas le llevaron varias bolsas con ropa nueva importada de sunagakure. Seguramente él vestirá de una forma más presentable que yo.
¿En qué momento comenzó a salirle todo bien? Solo era un fracasado que no podía hacer ni un clon de sombra. En cambio, yo, el genio uchiha, estaba en esta enorme tienda solitaria vistiendo ropa reciclada de entre las ruinas.
Tenía que salir de aquí o me iría de un peor humor de él que ya tenía de solo pensar en pasar la noche escuchando a sakura hablar de romance.
"Vale la pena por verla"
En el camino me encontré con ino, quien rápidamente me arrastro a su tienda para darme "algo que le gustaría a sakura". Un ramo de flores en tonos rosados ¡Que original! – pensé. Cuando estaba por pagarlo un ramillete peculiar llamo mi atención. Un lirio blanco dentro de una pequeña caja de cristal. No era nada barato, incluso diré que bastante caro, pero ella valía cada centavo.
-Me llevare esta también- no se para que me molesto en comprarlo si no podre dárselo.
-Eres un romántico Sasuke, solo alguien con verdadero compromiso regala una flor eterna. -las palabras de ino hacían eco en mi cabeza. ¿era un romántico?
Me apresure a llegar al restaurante, había perdido algo de tiempo en la florería. Por supuesto Sakura ya estaba allí, conversando amenamente con una peliazul.
-Sasuke-kun - se apresuró a llegar a mi encuentro y tomarme del brazo, mantuve mi rostro inexpresivo. - Hinata ya ha llegado mi cita de esta noche y me ha traído flores! Eres un encanto Sasuke-kun.
-Hmp- fue el sonido que salió de mi boca, vi una gota de sudor enorme posarse en la frente de la hyuga. - buenas noches hina
-Sasuke-kun, buenas noches - hizo una leve reverencia característica de personas de elite- disfruten su velada, Naruto-kun no debe tardar en llegar.
-Si gustas puedes esperar adentro con nosotros- le invite, seria agradable conversar con ella, aunque sea un momento.
Note a Sakura incomoda por mi propuesta, apuesto que hina también, de otro modo quizás no se hubiera negado.
-No se preocupen, diviértanse. -con una sonrisa fingida nos despidió.
Pedí una mesa con vista a la salida del lugar, esperaba que el idiota no la fuese a dejar plantada, cosa que con el pasar de los minutos parecía más real.
-Que coincidencia haber elegido el mismo lugar para cenar ¿verdad? - "no tanto si consideras que yo escuche su conversación" - espero que Naruto llegue.
- ¿Sabes dónde está? - trate con todas mis fuerzas de no sonar muy interesado.
-Etto...mmm... ayer me dijo que hoy tenía que ir a una comida con el señor feudal, al parecer tiene una propuesta de trabajo como su escolta.
Debo admitir que esa idea me agrada. Tener a naruto lejos de la aldea trabajando para el feudal me daría la oportunidad de acercarme a hinata y quizás, con el tiempo, lo olvidaría.
Pasamos el resto de la noche hablando trivialidades, en su mayoría Sakura llevaba la conversación. Sutilmente le cuestionaba cosas que tenían que ver con Hinata y Naruto. Mientras no dejaba de observarla disimuladamente por un reflejo de un espejo que quedaba al lado contrario. Había pasado más de una hora y ella seguía allí, esperando.
Debo decir que la conversación con Sakura había sido interesante. Un poco más las partes donde me conto que Naruto tenía muchas admiradoras que acosaban a Hinata, que no dudaba, que este desplante de Naruto fuese provocado por ellas.
Mi mayor molestia era con ella. ¿Que tenía él de bueno para que aceptara tal humillación? ¿Que diría su padre si se enteraba que su primogénita, futura líder del clan, había sido humillada de esta manera? ¿Cuantas veces había ocurrido y ella seguía aquí esperando?
Desearía ser yo por quien ella hiciera eso, yo no llegaría tarde ni mucho menos, faltaría. Si no lo hice por Sakura que es solo una amiga, mucho menos con ella.
-Sasuke-kun, muchas gracias por las flores y la velada. ¿Podrías acompañarme a casa? -sabía que sentía vergüenza por esa petición, su sonrojo era evidente.
Me mantuve en silencio hasta la salida, cuando vimos a un rubio llegar corriendo al lugar.
-Hinataaaa - gritaba tan fuerte antes de llegar- lo siento, tuve un pequeño retraso y creí que no llegaría y ...
Esperaba que Hinata le recriminara o inclusive que le golpeara. Pero mi hina no es así, le puso una sonrisa, que solo yo note lucia triste, y solo dijo "no pasa nada, me alegra que estés aquí".
Tan comprensiva como siempre.
-Te llevare a casa Sakura- dije eso lo suficientemente fuerte para que notaran que estábamos allí.
-Hey Sasuke, Sakura ¿Que hacen aquí? - Naruto parecía pálido de vernos.
-Tuvieron una cita - la voz sombría de hinata nos desconcertó a todos. ¿quizás ahora era ella la que sentía envidia de nosotros?
- ¿Que? Sasuke por fin decidiste salir con Sakura-chan! Me alegra mucho por los dos, deberíamos salir los cuatro algún día - hice un esfuerzo por ignorar tan estúpido comentario. Yo no estaba saliendo con ella y no me interesaba una doble cita.
-Sakura, vamos - le indique dando unos pasos con dirección a su casa. Cuando avanzamos un poco vi que hinata estaba entrando al restaurante- espérame aquí.
Me regresé para interceptar a Naruto antes de que entrara y sin que hinata lo notara, le di aquel lirio blanco que había comprado en la florería.
-Seguro no le trajiste nada- le dije al entregárselo, su tonta sonrisa me confirmó que estaba en lo correcto- idiota. Toma, esto le encantara.
-Gracias Sasuke. te debo una-su rostro cambio a uno serio, quizás me excedí. Pero no podía permitir que la lastimaran más esa noche.
Alcance a Sakura y me excuse diciéndole que tsunade me había pedido darle un recado, así no haría muchas preguntas.
Al llegar a su casa, tan rápido como pudimos, me despedí con la mano. Estaba por irme cuando su voz me detuvo.
-Sé que salimos como amigos, pero, me divertí. Quizás la próxima vez podamos salir como...como algo más.
-No habrá algo mas Sakura -caminé hacia adelante sin voltear- pero también me divertí.
No supe si escucho o no lo último, Sakura había madurado bien, ya no era la niña mimada y superficial que solía ser. Era interesante incluso, pero para su desgracia, y quizás la mía, no podría corresponder sus sentimientos.
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Durante algunas semanas estuve fuera de la aldea, debo admitir que no era muy de mi agrado estar allí, no tenía el mismo propósito que antes. Aunque quizás estar fuera es peor.
No paraba de imaginarme momentos donde naruto tuviera las atenciones de hinata, los besos, caricias y todo lo demás que quería, fueran para mí. Cuando regrese fue una sorpresa, no grata, saber que trabajaríamos juntos.
-Necesito que capaciten a estos jóvenes ninjas para desempeñar sus labores. Durante una semana tendrán que aprender a cortar y pulir la madera para poder enviar a los demás ninjas a misiones normales- fueron las palabras de tsunade.
El primer día vi como naruto, siempre rodeado de sus fans, ignoró la presencia de hinata cuando esta llegó a darle su bento: "estoy lleno hinata, ya comí hoy" fueron sus palabras.
El segundo día, vi como ella tímidamente se acercó para darle un abrazo, el respondió y recargo su cabeza sobre ella. Parecían la pareja perfecta. Esta vez Naruto se aseguró de no comer para poder disfrutar del almuerzo preparado por su novia. Al menos no fue tan estúpido está vez. Cuando vi a ella alimentarlo en su boca... no pude evitar desear eso para mí.
El recuerdo de sus deliciosos alimentos, después de los entrenamientos, invadió mis papilas. Podía recordar el dulce aroma y el intenso sabor a tomate. Maldecí la suerte de Naruto.
El tercer día fue el más insoportable de todos, tuve que escuchar la conversación de Naruto sobre cómo estaba pensando en llegar más lejos con hinata. Las ganas de partirle la cara apenas y las pude controlar. Me aferre al argumento de que, al ser una heredera de un clan respetable, no debía tomarse tal atrevimiento. Le exigirían llegar virgen al matrimonio, una idea que hasta a mí me parecía anticuada, pero que agradecía en este momento.
Cuando me pregunto si era buena idea hablarlo con ella, casi pude imaginarme a hinata diciendo: "Na-Naruto-kun.. "y proceder a desmayarse con su rostro tan rojo como esos tomates que me encantan. Pero estoy seguro que accedería. Por supuesto que mi respuesta a naruto fue un "No deberías".
Al cuarto día llego diciéndome que lo había hablado con Sakura, la cual les había dado todos los consejos opuestos a los míos, por supuesto ella esperaba que ellos progresaran en su relación y eso me robara toda esperanza. Todo lo que podía hacer ahora era alejarme lo más posible de ese lugar. No quería escuchar las conversaciones sobre lo buena novia que era Hinata, lo dulce y tierna que se ponía cada vez que la besaba y lo bien que se sentiría estar con ella íntimamente. Yo ya sabía todo eso, sabia de su cuerpo perfecto, de sus incansables atenciones, su tierna bondad, sus ganas de salir adelante y superarse cada vez más. Es Perfecta y nadie lo sabe mejor que yo.
El resto de los 3 días que restaban me la pase evitándolos, por supuesto viendo desde las sombras a ese par, me gustaba ver a hinata feliz y sonrojada, mientras me convencía a mí mismo de que la tristeza que notaba en sus ojos era imaginación mía.
Decidí que estar allí era demasiada tortura para mí, así que solicite una misión fuera de la aldea. Para mi buena fortuna, Tsunade no sólo me mando lejos, si no bastante tiempo.
Tres meses serían suficientes para olvidarme de todo lo que Hinata significaba.
Quizás estaba siendo demasiado optimista.
Durante ese tiempo, me dediqué como nunca a entrenar y mantener mi mente ocupada para no pensar en ella.
Fue difícil.
Pero el tiempo pasó rápido, la misión había sido tan sencilla que ni siquiera ocupaba toda mi atención. Escoltar al raikage no debía ser labor más que de una persona, pero eran tiempos peligrosos y aún quedaba la amenaza de Madara Uchiha, quien hacía tiempo no me buscaba. ¿Qué ocurrirá con él?
Mi regreso a la aldea fue por la noche, amaba admirar este lugar a la luz de la luna. Este invierno había sido más frío de lo normal, así que esa capa blanquecina que cubría todas las casas daba una vista espectacular.
Habían avanzado mucho en la reconstrucción en mi ausencia, esos jovencitos que entrené hicieron un buen trabajo.
En el horizonte podía vislumbrar su casa, sabía que no era una buena idea ir, pero mis pies tenían vida propia.
"Solo para asegurarme que ya la olvidé".
Me repetía una y otra vez a mí mismo.
Ojalá tuviese a alguien que me dijera lo estúpida que fue mi idea.
En cuanto llegué a mi ventana la vi, durmiendo plácidamente de lado izquierdo de la cama, era lo único que podía ver por aquella estrecha ventana.
Verla así, indefensa, me recordaba aquellos días cuando entrenábamos juntos. Ella no era más esa niña frágil y yo no era más ese niño martirizado por la venganza.
Maduramos.
Lo comprendí aún más cuando vi a naruto salir del baño, había terminado de darse una ducha y sólo lo cubría una toalla de la cintura hacia abajo.
¿Hinata ...que hiciste?
Me quede observando un momento más, imaginando que era yo quien entraba a su encuentro. Que era yo quien se metía con ella en las sábanas y abrazaba su cintura después de hacer cosas indecentes.
Quisiera ser yo.
En cuanto comenzaron a besarse supe que no quería ver nada más, me alejé de allí y me dirigí a mi departamento. Suficiente por hoy.
Ya había probado algo... No la olvidé
Los días siguientes a eso me la pase encerrado en casa. Temí que, si salía y me la encontraba, no podría controlar mis sentimientos.
Solo deseaba encerrarla en mi cuarto. Alejarla de naruto, de todos... tenerla solo para mí.
Para alejar esos pensamientos que cada vez se volvían más obsesivos, decidí salir a caminar. Al ser tan tarde no debería haber gente deambulando por la aldea, por lo que mis oportunidades de encontrármela eran casi nulas.
Aunque el destino es gracioso a veces.
Cuando me dirigía a la zona de entrenamiento, donde mis mejores momentos fueron escritos, mire una silueta familiar en el puente de piedra que había enfrente.
Camine hacia a ella, ¿Que hacía a estas horas aquí?
Cuando me acerqué a ella no se movió, no pareció asombrada o asustada. Como si no le importara o quizás ...
-Sabía que vendrías, Sasuke-Kun - su rostro lucio ligeramente sonrojado por el frío, con su vista fija en el rio. El aire cálido saliendo de su boca. Lucia preciosa.
- ¿Me estabas esperando? - si había algo que siempre me emocionaba en ella era no saber que estaba pensando. Definitivamente hoy era uno de esos días.
-Sé que tienes la costumbre de venir aquí por las noches, usualmente después de una misión y como no habías salido de tu casa en 4 días supuse que hoy ...
- ¿Cómo sabes que no he salido de mi casa? - al parecer no era yo el único que espiaba.
Su rostro cambió a uno más rojo, estaba apenada.
-T-e te había estado buscando, desde que llegaste no habíamos podido hablar y...
-No he querido interrumpir tu relación de ensueño, no creo que a naruto le haga feliz saber que estás aquí hablando conmigo.
¿Qué estupidez estaba diciendo? ¿Acaso yo quería que se fuera?
-Lo sé, pero necesito hablar contigo acerca de algo. - sé que me mira, sus ojos me penetran el alma, aunque yo no los mire -Naruto pedirá mi mano este fin de semana.
- ¿Has venido a pedirme que sea su padrino? Deberías esperar a que te lo pida formalmente. – dije lo último con un tono aspero.
Estaba cabreado, ¿porque me decía esto? Estoy seguro que si supiera mi sentir no me estaría hablando de ello.
De pronto la vi sacar algo de su bolso, era aquella flor eterna que le había dado a naruto para que compensara su error con ella. Mire de su rostro hacia la flor y de nuevo a su rostro.
- ¿Te parece familiar?
-Un lirio, ¿que puede tener de especial? - trate de parecer lo más indiferente posible, creía saber lo que venía.
-Ha sido el único regalo que Naruto me ha dado que va acorde con mis gustos. Me sentí tan feliz aquella vez que me lo dio, me hizo sentir que realmente éramos el uno para el otro, que no importaba cuan sola me sintiera por fin estaba con mi alma gemela... comprenderás mi decepción cuando me di cuenta, que él solo había sido el mensajero.
Su rostro cambió, no sabía que decir. Nunca quise hacerla sentir triste.
- ¿Cómo supiste? - fue lo único que me atreví a preguntar para animarla a hablar.
-Fue por Ino, hace un mes fue a mi casa junto con Sakura para tomar el té
Flashback
-Wow Hinata tu habitación es muy grande y preciosa. ¿Porque no habíamos venido antes?
-Quizás porque estás husmeando en sus cosas Ino Cerda. No seas fisgona.
-No hay problema Ino-san puedes mirar lo que gustes
-Hinata ya te acostaste con Naruto? Él estaba muy ansioso por hacerlo. No creo que sea capaz de esperar a casarse.
-eeeh?! Yo-y-yo ...
-No es de tu incumbencia frentona, es obvio que aún es Virgen, mira su cara. Además, si lo hubieran hecho Naruto ya te habría contado
-Aun así, es diferente escuchar la impresión de una chica, a mí me habría encantado que mi primera vez fuese con Sasuke-kun pero... bueno con kiba tampoco estuvo mal, hasta termine enamorada.
-Kiba-kun es muy feliz contigo Sakura-san.
-Hinata ¿porque tienes el lirio de Sakura?
- ¿Mi lirio?
-Sasuke compró este lirio el día de tu cita con él, en aquel lugar del sushi ¿recuerdas? Yo lo intercepté y le sugerí las flores que te gustarían. Pero como detalle extra, él compro este lirio eterno, único en el mundo, lo sé porque fue un proceso que yo inventé.
-A mí sólo me dio las flores y aquello no fue una cita, solo salimos como amigos, al terminar me aclaro todo.
¿Sasuke te dio ese lirio Hinata?
-N-No, fue Naruto-kun quien me lo dio ese día, fue su disculpa por no llegar a tiempo.
-Pues fue un regalo muy costoso, supongo que es algo que sólo el héroe de la aldea podría pagar
-o alguien con toda la fortuna de su clan...
- ¿Insinúas que Sasuke lo compró para ella?
-No lo sé, quizás son ideas mías, tal vez lo compro por orden de Naruto y solo se lo hizo llegar.
-Pues sea como sea, fue elección de Sasuke, porque naruto nunca ha ido a mi tienda. ¿Verdad que es precioso Hinata?
-Sí, te quedó precioso Ino y, además, el lirio es mi flor favorita.
Fin del flashback.
-Después de esa conversación entendí que no fue Naruto quien eligió ese regalo perfecto, y ni siquiera estoy segura de que te haya pedido que me llevaras algo.
Después de esa cita, sus demás presentes sólo eran cosas que sus fans le habían regalado a él. Nada igualaba esa bella flor. Elegida por mi alma gemela.
Ahora sus manos se posaban en mi rostro, me obligaba a verla. No sabía que decir, no quería arruinar el momento, pero tenía que hacerlo.
-Hinata, no soy bueno, no soy amable y tampoco sé cómo querer, pero a ti te he querido desde siempre, no es difícil ser amable o bueno contigo. Yo...
-Siempre te he amado Sasuke-kun, pero estaba demasiado obsesionada con ese amor de infancia para darme cuenta. Fue hasta que cumplí ese capricho que noté lo sola que me sentía, no era por su ausencia o por su atención al club de fans, era porque tú ya no estabas en mi vida. Te extrañe todo este tiempo. Incluso cuando intenté entregarme a él, yo no pude. Me acobarde en el último momento, no se sentía correcto.
Me sonreía, con lágrimas en sus ojos. ¿Cómo podía tener la misma reacción que tenía yo? ¿De verdad somos almas gemelas? De cierta forma, era un alivio saber que no había estado intimando con él.
La abrace y la cubrí con mi capa, restregada en mi pecho nadie la alejaría de mí. Ahora sería mía, por fin sería mía.
-Hinata, yo... -por fin, después de todos estos años, por fin era libre de decirlo, por fin podía decírselo a ella, mirando sus ojos, con bellas gotas cristalinas recorriendo sus mejillas, en este bello paisaje que existía solo para nosotros- te amo
La tomé con fuerza junto a mí y me dirigí rápidamente a donde sabía estaríamos tranquilos.
De ahora en adelante nada la alejara de mí.
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Penúltimo capítulo que emoción, ya llega el final. Me ha gustado mucho escribir esta historia. Lo de Madara y la guerra lo explicaré en el siguiente capítulo.
Se viene lo sinverguenchon jajaja
