Nos encontramos en medio de una calle muy concurrida, en la cual se encontraban caminando docenas de personas, pero entre todas ellas un grupo resaltaba, una mujer que sostenía la mano una pequeña niña de unos 7 años, al principio esto no parece raro, hasta que te das cuenta que la mujer y la niña estaban rodeadas por hombres grandes y fuertes que vestian trajes negros.

La mujer que se encontraba rodeada por los guardaespaldas era una mujer adulta de cabello negro, la cual vestia un vestido beige ajustado que daba a resaltar su bien formado cuerpo, ademas de que estaba usando unos lentes de sol y un enorme sombrero que la cubria completamente del sol, la niña a su lado se podia saber que era su hija a simple vista, la niña pequeña vestia un pequeño vestido rojo y caminaba con una enorme sonrisa mientras caminaba de la mano de su madre.

La mujer y la niña eran acompañados por un grupo de seis guardaespaldas, los seis hombres tenían un físico musculoso y se movían en perfecta sincronía mientras rodeaban a la mujer y a la niña en medio de ellos, estaban posicionados de tal manera que dos de ellos iban adelante de la mujer y la niña, dos de ellos en cada costado de la mujer y la niña y dos de ellos detrás de ellas. Aunque los que se llevaron la peor parte eran los dos guardaespaldas que iban detrás, ya que ambos cargaban una cantidad enorme de bolsas que a simple vista se veían de lugares costosos, ambos tenían problemas evitando que la enorme cantidad de bolsas se les cayeran al suelo.

Mientras los dos guardaespaldas de atrás luchaban por no dejar caer las bolsas por el bien de sus empleos, la mujer y la niña que eran protegidas por el grupo de guardaespaldas disfrutaban de lo que parecía ser una salida entre madre e hija.

Mientras daban su paseo, repentinamente la mujer se detuvo en frente de una enorme tienda de ropa que se encontraba en medio de una calle, la mujer pareció perderse por un momento mientras veía un vestido ubicado en el aparador de la tienda, rápidamente la mujer entró en la tienda siendo acompañada por la niña y los guardaespaldas.

Una vez adentro la mujer caminó hacia la recepcionista que se encontraba en frente de la caja registradora que estaba en frente de la entrada. La mujer caminó hasta estar frente a la recepcionista, una vez frente a ella se quitó el sombrero y los lentes de sol y se los entregó a uno de los guardaespaldas. Al quitarse el sombrero y las gafas de sol, la mujer dejó al descubierto sus hermosas facciones y su largo cabello negro que le llegaba a la cintura, mostro una bella sonrisa y se dirijio a la recepcionista que se encontraba con una amable aptitud.

Mujer. Buenas tardes señorita, podría probarme un vestido como el que estaba en el aparador.

Recepcionista. No hay problema señora, -Mostrándole el probador con su mano- Acompañeme por favor.

La mujer obedeció a la recepcionista y comenzó a caminar en la dirección señalada por la recepcionista, pero antes de que la mujer pudiera alejarse mucho del lugar donde estaba parada, sintió como algo la retenía y la jalaba evitando que se alejara mucho, la mujer bajó la vista en busca de lo que evitaba que avanzara, pero al bajar su vista sus ojos se toparon con la pequeña niña que la acompañaba, la cual estaba sosteniendo la parte inferior de su vestido evitando que se moviera.

Niña ?. Mamá, me prometiste que irías a jugar conmigo.

La mujer miró a la niña la cual la estaba mirando con los ojos como un cachorrito, rogando mentalmente a su madre que no se distraiga con su afición a comprar ropa, la mujer miró a la niña y solo le sonrió de forma muy amable.

Mujer. No te preocupes Momo, solo tardaré un momento y te prometo que cuando volvamos a casa, jugaré contigo en el patio todo lo que quieras.

Tras decir eso la madre de la pequeña Momo se fue a los vestidores siendo acompañada por la recepcionista de la tienda, dejando a Momo sola a mitad de la tienda. Mientras la mujer iba a probarse el vestido, los guardaespaldas tomaron posiciones ubicándose a lo largo de toda la tienda y uno de ellos en la entrada de la tienda.

Mientras esto sucedía, la pequeña Momo comenzó a caminar por la tienda buscando algo que ver o hacer, pero entonces el guardia que cuidaba la puerta recibió una llamada de su jefe buscando hablar con su esposa, por lo que por un momento abandonó su posición en la entrada y camino al interior de la tienda para que la señora Yaoyorozu pudiera hablar con su esposo.

Al ver que el guardaespaldas había dejado su posición, Momo sin pensarlo salió camino a la entrada de la tienda y salió a la calle. La pequeña niña estaba enfadada con su madre ya que hace horas que ella le había prometido ir a jugar con ella, pero habían pasado todo el día en tiendas de ropa, por lo que en ese momento Momo decidió tomar cartas en el asunto, mientras caminaba con su madre, ella había visto un parque que estaba a unas calle de ahí, por lo que decidió que si su madre no iría a jugar con ella, ella jugaria sola.

Momo camino por unos minutos en dirección hacia donde recordaba haber visto el parque, al no verlo, por unos momentos pensó que se había perdido, por poco y la invaden las ganas de llorar, pero entonces lo vio, un bello parque enrejado con árboles y lo más importante para ella, juegos.

Momo al ver el parque sonrió y cruzó la pista para llegar al parque, una vez ahí, Momo vio a los niños jugando, por lo que ella también busco un lugar donde jugar, hasta que se dio cuenta que el columpio estaba vacío. La pequeña Momo corrió con todas su fuerzas hacia el cumplio, apresurandose para llegar antes que otro niño se suba en él antes que ella, para su suerte, cuando llegó, el columpio seguía vacío, por lo que sin esperar mas tiempo comenzó a columpiarse suavemente, dejándose llevar por el suave movimiento de su juego.

Pasó un tiempo y a pesar de que la niña estaba sola, ella aun seguía divirtiéndose mientras jugaba en su columpio, cuando de repente una voz de un niño, el cual era acompañado por dos niños más, la hizo detener su diversión.

?. Oye extra, quítate del columpio que quiero usarlo.

Secuaz 1. Mas te vale obedecer a Bakugo.

Secuaz 2. -Señalando a Momo con el dedo- Si, o si no ya veras.

Momo miró a los niños que le decían que se fuera, al que llamaron Bakugo parecía ser el líder de los tres, era un niño con cabello rubio cenizo, ojos rojos y una sonrisa arrogante, mientras que no había mucho que resaltar de los dos niños que lo acompañaban, sólo que uno era delgado y el otro era un poco más robusto.

Momo solo vio a los niños con una mirada desinteresada, toda su vida ella había obtenido todo lo que quería con solo pedirlo, ella no estaba acostumbrada a prestar sus cosas y mucho menos a que se las quitaran, en cualquier otra situación, Momo solo se quejaría del niño con uno de los guardaespaldas que solían acompañarla para que se llevaran al niño rubio y a secuaces, pero como ahora estaba sola, ella tendría que resolver esto por su cuenta.

Momo. Lo siento, pero yo estoy usando el columpio, vuelvan más tarde por favor.

Bakugo. -Con una mirada de molestia- Creo que no lo estás entendiendo niña, -Golpea su mano con su puño causando una explocion- Si tu no te mueves, yo te moveré -Con una sonrisa maliciosa y arrogante-.

Momo. -Ofendida- ¿Disculpa?, acaso tienes idea de con quien estas hablando.

Momo al ver que el niño parecía tratar de amenazarla trató de usar la influencia de su familia, como tantas veces ya había hecho en el pasado, en un intento para que ese niño que la molestaba se fuera y le dejara jugar en paz. Al oír eso el niño pareció molestarse un poco, pero al final puso la misma sonrisa arrogante que había tenido antes.

Bakugo. Enserio crees que puedes intimidarme niña, -Se señala a sí mismo con su dedo- Yo voy a ser el héroe número 1 y superare a All Might, si crees que una simple niña va a intimidarme estas muy equivocada, ahora lárgate del columpio o ya verás.

Momo miró bastante molesta al niño que la seguía molestando, nunca antes ningún niño o adulto le había hablado de esa manera tan ofensiva y arrogante, pero aun así ella no tenía intención alguna de ceder ante este molesto niño.

Momo. No me importa, -Enojada- Yo estoy jugando aquí y no me voy a ir.

Esa respuesta pareció enfurecer al niño rubio, el cual puso un rostro de furia, Momo esperaba a que eso bastará para que el niño se alejara de ella, pero contrario a lo que esperaba, de repente sintió un fuerte ardor en su pecho y la pequeña Momo fue arrojada hacia atrás cayendo del columpio y terminando tirada en el suelo.

Momo tardó unos segundos en reaccionar a lo que acababa de suceder, se dio cuenta de que había sido empujada del columpio a causa de una potente fuerza, además de que ahora su vestido se encontraba con marcas de quemaduras y sentía un fuerte ardor en su pecho. Momo se asustó por lo que acababa de sucederle, nadie jamás la había lastimado, pero ahora ella se encontraba asustada de lo que ese niño podría hacerle.

En ese momento Moo fijo su vista hacia el niño rubio que la acababa de atacar, el niño tenía una sonrisa engreída en su rostro, mientras comenzaba a crear pequeñas explosiones en su mano, el niño comenzó a acercarse hacia Momo, la cual al verlo se aterro y sus ojos comenzaron a cristalizarse, amenazando con llorar por el miedo. Momo solo quería llorar a causa del miedo que sentía, se sentía débil e indefensa, ni siquiera podía usar su quirk para crear algo con que defenderse a causa de que su miedo no la dejaba concentrarse.

Bakugo. -Caminando lentamente hacia ella- Te dije que te bajaras de mi columpio, ahora verás lo que sucede cuando no me obedecen -Creando explosiones en su mano-.

Momo. -Amenazando con llorar por el miedo- P por fa favor, n no me ha hagas d daño, usa el columpio, p pero déjame ir.

Bakugo. Te dije que te fueras, ahora tendrás que aprender la lección a la fuerza -Creando una explocion mas grande en sus manos-.

Momo al ver esto, se puso en posición fetal, tratando de cubrirse de lo que sea que ese niño estuviera por hacerle, tratando de cubrir su rostro mientras las lágrimas comenzaban a salir, la pequeña estaba muy asustada, nunca antes había estado en una situación como esta, estaba tan asustada que ni siquiera podía defenderse. Ella no veía al niño, pero podía escuchar que se acercaba, Momo se preparó para lo que sea que ese niño fuera a hacerle, cuando escucho algo mas, escucho como alguien se ponía frente a ella, al inicio pensó que era Bakugo, por lo que se cubrió más, pero entonces escucha una nueva voz, que no provenía de Bakugo o sus secuaces.

?. -Extendiendo sus manos para cubrir a la niña- Kacchan, no ves que ella está asustada.

Bakugo. Lárgate Deku, si no te vas -Golpeando su mano con su puño causando una explocion- Tú tomarás el lugar de esa niña.

Al oír eso, la pequeña Momo levantó su cabeza, lo primero que vio fue la figura de un niño que la estaba protegiendo del niño rubio, el niño se dio la vuelta para mirar a Momo, la cual al ver el rostro del niño, vio cada detalle, su cabello verde, sus pecas, sus ojos esmeralda y en especial, su sonrisa, la cual a pesar de notarse nerviosa, le transmitía a Momo una sensación de calidez. Momo al verlo, dejó de llorar y vio al niño que la estaba protegiendo con admiración.

Izuku. -Viendo a Momo- Corre, yo me encargare de esto.

Momo. Pero, él te hará daño.

Izuku. -Con una sonrisa nerviosa- No te preocupes, esto es lo que hace un héroe.

Momo vio a ese niño a los ojos, su mirada aunque asustada le transmitía confianza. Momo solo asintió, se levantó y se fue corriendo hacia la dirección de unos arbustos, donde se escondió para ver lo que sucedía entre el niño rubio y el niño peliverde.

Momo vio cómo el niño rubio le dio una gran paliza al pequeño peliverde, el cual ni siquiera se estaba defendiendo, al final, el niño quedó tirado en el suelo, con múltiples heridas y quemaduras, producto de Bakugo y sus secuaces, una vez pareció que el niño rubio había terminado con su golpiza, comenzó a alejarse del herido cuerpo del niño peliverde, no sin antes lanzarle una mirada de burla y un último insulto.

Bakugo. No creas ni por un momento que puedes detenerme, maldito quirkles.

Tras decir eso el niño rubio se fue del lugar, aparentemente olvidando que su intención era usar los columpios. Pero mientras el niño se alejaba, Momo vio y escuchó todo eso muy sorprendida, el niño que la había salvado ¿era quirkles?, Momo no se lo creía, a pesar de su falta de peculiaridad, ese niño no dudo ni un solo segundo en ir a salvarla, a los ojos de la pequeña Momo, ese niño era… increíble.

Pero entonces Momo se dio cuenta de la situación en la que se encontraba su pequeño salvador y se levantó con la intención de ir a ayudarlo, pero antes de que siquiera pudiera acercarse a su pequeño salvador, una mano se posó en su hombro deteniéndola.

La pequeña se asustó al sentir que alguien la había sujetado de su hombro, se volteo lentamente para ver quien la sostuvo, pero al fijarse en quien lo sostenía, solo puso los ojos en blanco, el hombre que la sostenía del hombro era uno de los guardaespaldas que la habían estado acompañando junto a su madre.

Guardaespaldas. -Respirando con cansancio- Señorita Momo, no puede irse así sin avisarle a nadie, -Toma a Momo de la mano- Su madre está muy preocupada, tenemos que volver rápido, -Jalandola de la mano-.

Momo. Pero… -Estirando su mano en un intento inutil de alcanzar al niño peliverde-.

Guardaespaldas. Lo lamento señorita, pero si no la llevo inmediatamente con su madre, ella me despedirá a mí y a todos los que las acompañabamos.

Momo solo se resintió y se alejó junto al guardaespaldas, dandole una ultima mirada al pequeño peliverde que la había salvado, finalmente llegó con su madre, la cual se le veía preocupada, cuando el guardaespaldas la llevó junto a su madre, ella le dio un gran regaño a Momo, la cual solo asintió frente a las palabras de su madre, sin decir una palabra.

Finalmente Momo y su madre se subieron a una limusina regresando a su hogar, en el camino Momo no dijo ni una sola palabra, no porque estuviera arrepentida o porque no se atreviera a hablar luego del regaño de su madre, no era eso, en realidad su mente se encontraba distraída, pensando en lo que le había sucedido con el niño peliverde.

Su mente se encontraba concentrada, pensando en ese niño, estaba tan concentrada en él, pensando en cada detalle del niño, en sus palabras, desde el punto de vista de Momo, ese niño era alguien increíble, queriendo ser un héroe a pesar de ser quirkles, Momo pensaba que eso era admirable.

Momo quería ser como ese niño, quería ayudar a las personas en vez de congelarse en momentos así, quería tener los ideales de ese niño, ayudar a quien lo necesite, finalmente la pequeña Momo llegó a una conclusión, ella quería ser una heroína.

Momo inmediatamente bajó a la sala de la mansión donde sus padres estaban conversando, se paró frente a ellos y les dijo que quería ser un héroe, al oírlo, su madre se llevó sus manos a su boca y su padre dejó caer al suelo una taza de té que estaba tomando.

Tras eso, sus padres le obligaron a tomar lecciones para distintas situaciones en las que un héroe podría encontrarse, con la esperanza que esa idea se fuera, pero eso no sucedió, Momo se mantuvo firme en su decisión. Memorizo en su cabeza el aspecto del niño que la había salvado, esperando que algún día se volviera a encontrar con el niño que la había encaminado en el camino al heroísmo, para poder agradecerle y contarle todo lo que ella había logrado gracias a la inspiración que él le había dado.

Ahora, casi ocho años después, ese momento que Momo había estado esperando durante tanto tiempo al fin había llegado, por fin se había vuelto a encontrar con ese niño que la había llevado a convertirse en una postulante a heroína, aunque por supuesto, este momento no se parecía en nada a lo que Momo se había imaginado.

Momo se encontraba de pie en medio de una habitación con las paredes completamente cubiertas, ella se encontraba sosteniendo una silla a punto de lanzarle un nuevo golpe a su captor, el cual ahora se encontraba en el suelo, con una expresión de sorpresa y temor en su rostro, pero antes de que Momo pudiera lanzar su ataque final vio algo que la dejó paralizada.

Debido al primer golpe que Momo había mandado, la máscara que cubría el rostro de su captor se había caído al suelo y su capucha se había salido, dejando al descubierto su rostro y su cabello. Al ver el rostro del villano frente a ella, Momo se quedó paralizada, su rostro inocente, las cuatro pecas en cada una de sus mejillas, su cabello verde y finalmente sus ojos color esmeralda que complementaban su aspecto. Este villano era la viva imagen del niño que la inspiró para ser una heroína, pero no podía ser él, ¿verdad?, tal vez el villano frente a ella era pariente del niño que ella había conocido, o simplemente la similitud entre este villano y ese niño era una extraña coincidencia.

Mientras Momo seguía pensando en lo que estaba pasando, Izuku aun en el suelo se dio cuenta de lo que estaba pasando, rápidamente su expresión de confusión y enojo cambio a una de de seriedad y en un rápido movimiento se levantó del suelo, golpeó la silla que sostenía Momo haciendo que la silla se cayera al suelo y en un rápido movimiento tomo a Momo, la derribó y mientras se encontraba en el suelo le aplicó una llave inmovilisandola en el suelo.

Al encontrarse en el suelo, Momo finalmente salió de sus pensamientos, dándose cuenta que la había inmovilizado en el suelo, intentó soltarse pero se dio cuenta de que el agarre del villano era demasiado fuerte para ella, por lo que finalmente dejó de resistirse.

Izuku. -Sobandose el rostro con su mano libre- Maldita sea, eso sí me dolió.

Momo al oír eso cerró sus ojos con miedo, la idea del parecido entre su captor y el niño que la había inspirado desapareció de su mente, concentrándose en el muy posible hecho de que este villano podría darle un severo castigo, según lo que le habían enseñado en sus clases sobre secuestros, cuando el captor encontraba a la rehén en un intento de escape, el captor solía castigar a la rehén de maneras muy horribles. Al recordar esa parte de su entrenamiento, Momo sintió un escalofrío en su espalda, sabía que su captor había sido por lo general amable con ella, así que la idea de un cruel castigo sonaba como algo muy peligroso para ella.

Momo había escuchado cosas que los villanos solían hacerle a sus víctimas en situaciones como estas, pensé en las posibles cosas crueles que podrían hacerle, cortarle su oreja o uno de sus dedos para enviarlos con sus padres, azotarla o golpearla brutalmente y en el peor de los casos, este tipo y su compañero podrían violarla, ante este último pensamiento unas cuantas lágrimas comenzaron a acumularse en los ojos de Momo.

Pero entonces el villano que aún se mantenía sobre ella se levantó y la libera de la llave, Momo al ver esto se levantó lentamente y con cuidado, mientras veía al villano junto a ella, el cual solo camino a un lado de ella y levantó la silla que permanecía en el suelo, haciéndole una seña a Momo para que se sentara en la silla.

Momo obedeció en silencio y camino a la silla mientras se aseguraba de ver de reojo al villano junto a ella, una vez Momo se sentó en la silla, el villano activo su quirk en su mano, haciendo que una luz verde se iluminará en esta, al ver esto Momo cerró los ojos al pensar que el villano estaba por usar su quirk para lastimarla, pero en vez de eso, una soga apareció en la mano del villano, el cual comenzó a usarla para atar a Momo en la silla. Momo al ver que el villano no aparentaba tener malas intenciones se confundió y a riesgo de despertar la ira del villano, decidió preguntar.

Momo. ¿N_no vas a ha_hacerme d_daño?.

Izuku. -Mientras seguía atando a Momo- ¿Por qué lo haría?.

Momo. Bu_bueno, te ataque y trate de escapar.

Izuku. ¿Y?.

Momo. -Confundida- Por lo que se, cuando un rehén hace eso, es castigado por el villano.

Izuku. No te atacare por eso, estas secuestrada en una habitación deplorable, cualquiera en tu posición hubiera hecho lo mismo, -Pasan unos segundos- Por cierto, -Se sostiene la mandíbula- Ese golpe si que me dolió mucho.

Momo oyó sorprendida la respuesta del villano frente a ella, sin duda esto era muy raro, además de que ni siquiera parecía alterado por el hecho de que ella había visto su rostro. Mientras que Izuku, por fuera parecía muy calmado e impasible, pero por dentro, su cerebro estaba pensando a demasiada velocidad y con un fuerte temor.

Mente de Izuku. MALDICION, MALDICION, MALDICION, se me cayo la mascara enfrente de ella, ¿me habrá visto la cara?, mierda… ¿qué debo hacer ahora?, ¿debería amenazarla?, tal vez contratar a alguien con un quirk para borrar mentes, aunque no puedo pagarlo, carajo, que hago ahora.

Izuku seguía lamentándose en su cabeza, cuando su teléfono suena en el bolsillo, al sacarlo ve que era un mensaje de Dabi, en el cual le decía que la máquina ya estaba lista y que ya podían hacer la llamada, por lo que Izuku le dijo que entre a la habitación.

Pasaron unos minutos cuando la puerta de la habitación en la que se encontraban se abrió, en la cual entró Dabi, al entrar, lo primero en lo que se fijó Dabi es que Yaoyorozu no tenía el saco que solía llevar en su cabeza para que no supiera donde estaba ubicada la puerta de la habitación, al ver esto, Dabi vio a Izuku con una mirada fija, preguntando porque la chica se encontraba sin el saco que le restringía la vista, esta pregunta fue respondida rápidamente por Izuku, el cual se dio cuenta de lo que pensaba Dabi.

Izuku. Ya sabe dónde está la puerta, sería inutil ponérselo ahora.

Ante este comentario Dabi solo asintió y caminó al centro de la habitación justo enfrente de donde estaba atada Momo, una vez ahí Dabi se sentó en el suelo, de su mochila sacó un dispositivo relativamente grande, del cual saco un cable que conecto directamente en un teléfono que también sacó de su mochila, una vez hecho eso, Dabi miro a Izuku, el cual asintió, a lo que Dabi comenzó a marcar un número en el celular que tenía en su mano.

Mientras tanto, en el interior de una enorme mansión

Se encontraban un enorme grupo de personas, todas reunidas en el interior de una gran habitación. En la habitación había un gran grupo de policías con equipos especiales de rastreo y todo tipo de equipos electrónicos, junto al grupo de policías se encontraban los héroes que conforman al profesorado de la UA, los cuales decidieron encargarse ellos mismos de la situación, ya que los medios habían lanzado toda la culpa del secuestro directamente a ellos.

Había pasado un día desde que ocurrió el secuestro y los villanos que se habían llevado a la estudiante de la UA aun no se habían comunicado, lo cual ocasionó que los padres de la niña comenzarán a perder la esperanza. El ambiente en la habitación era muy ruidoso, entre los héroes y policías que se habían ubicado en la habitación con la intención de localizar a la joven secuestrada.

Los dos padres de la joven postulante a heroína estaban sentados a mitad de la habitación junto al teléfono, la madre de la mujer se encontraba con los ojos rojos debido al llanto que había derramado debido a lo que le ocurrió a su hija, mientras que el padre de la niña tenía una mirada seria pensando en su pobre niña, el hombre se encontraba preocupado, sabía que debido a su posición acomodada y alta en la sociedad, lo que le estaba pasando a su hija era algo que probablemente ocurriría en algún momento, pero aun así, eso no hizo más sencillo recibir la noticia.

Pero de repente en medio del bullicio que ocurría en la habitación, un ruido interrumpió la tarea de todos los presentes, el tono de llamada del teléfono de la mansión, el señor Yaoyorozu sostuvo el teléfono en la mano y miró al policía sentado frente a él junto a una gran cantidad de equipos electrónicos y de rastreo, el policía le hizo una señal al señor Yaoyorozu para que contestara el teléfono.

Sr Yaoyorozu. -Contesta el teléfono- Hola.

Izuku. -Desde el teléfono con un aparato distorsionando su voz- Buenos días señor Yaoyorozu.

Sr Yaoyorozu. ¿Quién es?, ¿con quien estoy hablando?.

Izuku. Mi nombre no es importante por ahora, iré directo al punto, tengo a una persona importante para usted, si quiere volver a verla, quiero 10 millones de dólares en billetes de cien sin marcar.

Sr Yaoyorozu. Espera, como se que mi hija está bien.

Por un momento hubo silencio en el otro lado del teléfono, pero de repente una voz conocida para el señor Yaoyorozu sonó a través del teléfono.

Momo. ¿Papá?.

Al oír la voz de su hija el señor Yaoyorozu abrió los ojos como platos mientras unas lágrimas se asomaban de sus ojos.

Sr Yaoyorozu. ¿Momo?.

Al oír el nombre de su hija, la señora Yaoyorozu no lo resistió más y le quitó el teléfono a su esposo, mientras desesperaba se comunicaba con su hija.

Sra Yaoyorozu. -Levantando la voz en un tono desesperado- Cariño, ¿eres tú?.

Momo. ¿Mamá?.

Sra Yaoyorozu. Cariño, dime donde estas Momo.

Momo. Mamá no te preocupes, estoy bien, no me han hecho nada.

De repente se escuchó un sonido al otro lado del teléfono y la voz de su hija se reemplazó por una voz distorsionada.

Izuku. Ahí tienen su prueba de vida.

Sra Yaoyorozu. -Furiosa- Bastardo, devuelveme a mi hija.

Izuku. La tendrán de regreso en cuanto yo obtenga lo que quiero.

Sra Yaoyorozu. Eres un infeliz.

Izuku. Escúcheme bien señora, esto es lo que hará, quiero que su esposo lleve los 10 millones de dólares en una maleta y vaya hoy a mediodía al parque que queda cerca al centro de Musutafu, una vez en el parque se sentara en la banca en la entrada del parque y esperará a mas instrucciones, y se lo advierto señora, si no hace lo que le digo, dejare de ser tan amable con su hija y me asegurare que la próxima prueba de vida que reciban de ella sea un dedo -Cuelga la llamada-.

Sra Yaoyorozu. Hola, ¿hola? -Se pone a llorar en el pecho de su esposo-.

Sr Yaoyorozu. -Mientras consuela a su esposa- ¿Lo encontraron?.

Policía. No, parece que este sujeto usó un repetidor de señal, la señal de la llamada se reflejó en cada antena de Japón, no tenemos idea de en dónde está.

Sr Yaoyorozu. -Mira a Nezu, el cual estaba sentado en una esquina de la sala bebiendo té- ¿Qué harán ahora? -Hablando con un poco de molestia-.

Nezu. Por ahora es mejor cumplir con las exigencias del villano Green Mask, aprovecharemos el intercambio de mañana para soltarlo y asegurar la vida de la joven Yaoyorozu, por ende será mejor que por ahora consiga el dinero señor Yaoyorozu, nosotros nos encargaremos del resto.

Sr Yaoyorozu. -Mirando a Nezu de forma intimidante- Mas le vale que mi hija este bien Nezu, porque si algo le ocurre a mi niña, me encargare de hundirlo a usted y a su escuela.

Nezu. -Toma un sorbo de té- No se preocupe señor Yaoyorozu, le aseguro que su hija estará a salvo.

Mientras tanto en la base de Izuku y Dabi.

Izuku acababa de colgar el teléfono con el que llamó a los señores Yaoyorozu, una vez terminada la llamada miro a la adolecente que tenia atada a la silla, la cual tenía un rostro de terror al escuchar que Izuku amenazó a su madre con enviarle uno de sus dedos si no cumplian sus demandas. Pero en el momento que Dabi desconectó la máquina conectada al teléfono, el ambiente serio se rompió por completo tras una pregunta de Izuku.

Izuku. -Mirando a Dabi- ¿No crees que exagere con lo del dedo?.

Dabi. -Guardando el equipo en una caja- Para haber sido tu primera llamada no estuvo mal.

Izuku. -Sobándose la parte de atrás de su cabeza de forma avergonzada- Gracias, aunque enserio pienso que lo del dedo fue demasiado, es decir, solo pienso en lo que esa mujer como madre debe estar sintiendo.

Dabi. -Negando con la cabeza- Eres demasiado blando para ser un villano, Mask.

Izuku. Lo sé, lo sé, es solo… que no puedo evitarlo.

Dabi. -Suspira- Algún día esos pensamientos serán tu perdición.

Izuku. -Sonriendo- Entonces espero que cuando ese día llegue vayas a ayudarme.

Dabi. -Con una mirada de burla- Ni creas, seria inutil ayudar a un caso perdido como tu.

Izuku. -Mirando al suelo deprimido- Que cruel.

Dabi solo sonrió por lo bajo, riendo internamente por la situación, tras eso solo tomó sus cosas y salió del cuarto, una vez más dejando a Momo y a Izuku solos. Al inicio un largo silencio reino en la habitación, a Izuku no pareció importarle y solo camino junto a Momo, tomó su silla y se sentó en ella, Izuku se quedó viendo a Momo en silencio, sin duda alguna la situación era verdaderamente incómoda.

Mientras ambos estaban en silencio, la mente de Momo trabajaba a mil por hora, ahora que el ambiente parecía tranquilo, comenzaba a pensar en todo lo que acababa de suceder, desde recordar el rostro de su secuestrador, hasta los recuerdos del niño que lo inspiró y la reciente llamada que estos dos villanos le había hecho a sus padres.

Y entonces Momo se dio cuenta de todas las cosas que le estaban sucediendo, pero lo que aún ocupaba su mente, era el rostro de su secuestrador, comparando cada uno de los detalles de su rostro con sus recuerdos de aquel niño peliverde que conoció en el pasado, esforzándose en recordar algún rasgo de ese niño que lo diferenciara del villano que la mantiene cautiva, mientras indagaba en sus recuerdos, el recuerdo de aquel niño rubio que la atacó en el parque apareció en su memoria, finalmente recordó cómo el niño rubio había llamado al pequeño niño peliverde, ese nombre era su única pista para saber si ese niño y este villano eran la misma persona, entonces sin pensarlo dijo ese nombre en voz alta.

Momo. Deku.

Al oír ese nombre vio la reacción del villano frente a ella, no podía ver su rostro debido a la máscara que aún llevaba en su rostro, pero se dio cuenta cómo el cuerpo de su captor comenzó a temblar un poco, fue entonces que Momo se dio cuenta de que ese nombre… había desencadenado una reacción en su captor.

Por el simple hecho de reaccionar ante ese nombre, Momo se dio cuenta, de que ese niño que la había llevado a recorrer el camino del héroe y el villano que la había secuestrado en la USJ… eran la misma persona.

Fin del capitulo 10