Otro regalo por resultar ganadora del concurso en el fanfic anteriormente mencionado.
Para: Perezosa Llorona (Guest)
Prompt: Quiero ver la boda de Francis y Toño (del fic "Como el fuego")
En general no se sentía nervioso, sólo tenía muchas cosas que comprobar antes de caminar por la alfombra. No sería un oficio religioso, pero al menos habían intentado montar una ceremonia similar al que cualquier otra pareja pudiera tener. Sin embargo, cuando estiraba las manos para coger algo y veía que le temblaban, entonces era consciente de que estaba bastante nervioso. Notó los calcetines bajados y se agachó para poder ponerlos a la altura ideal. No le pasó desapercibida la quemadura que había en una de las piernas y que, por mucho tiempo que había pasado desde que se la había hecho, no había desaparecido por completo. Era similar a la que su novio tenía en la espalda, y de la cual de vez en cuando presumía con orgullo. No obstante, a Francis le producía un hueco en el estómago cuando, intimando, tocaba aquella herida sanada pero que no desaparecería nunca por completo. Si la tenía era porque le había salvado.
Así pues, para pasar los nervios, creyó que lo mejor era satisfacer su curiosidad y ver cómo se veía el que en poco iba a convertirse en su marido. Se escabulló por el pasillo cuando nadie pasaba y se fue hacia la habitación de aquel hotel en la que sabía que Antonio se estaba preparando. Lentamente abrió la puerta y se coló en la estancia. El hispano se encontraba delante del espejo, intentando colocarse la corbata decentemente. El traje beige le sentaba de vicio y menos mal que le hizo caso cuando le dijo que se comprara un pantalón que no le fuera demasiado ancho.
- ¿Sabes que trae mala suerte ver al novio antes de la boda? -dijo de repente Antonio, mirando hacia atrás utilizando el espejo que había frente a él.
- ¿Desde cuándo te has dado cuenta?
- Desde hace un rato. La puerta ha hecho ruido, por mucho que te has esforzado en disimularlo. -añadió el español y rió un poco, imaginándole tratando la puerta como si fuera a hacerse añicos si la forzaba.
El rubio anduvo hasta ponerse a la espalda del que en pocos minutos sería su esposo y rodeó con sus brazos su cintura, atrayéndole hasta su cuerpo. No hubiera imaginado que acabaría casado con el que había sido su amigo desde la infancia prácticamente. Empezaba a creer en el hilo rojo del destino y cogió una de las manos de Antonio, levantándola para verla. Sin embargo, no fue capaz de divisar el susodicho hilo. Aún así, la atrajo hasta su boca y besó el meñique, donde se supone que estaba atado.
- ¿Estás preparado para casarte conmigo? ¿No vas a salir corriendo~?
- Esa debería de ser mi pregunta. Te recuerdo que el que se había resistido en un principio eras tú, que antes del incendio la idea te parecía hasta tonta. -replicó Antonio, sonriente al ver que su prometido volvía de nuevo a besar su meñique. ¿Qué le ocurría? ¿Era una nueva manía a la que tendría que acostumbrarse?
- No voy a huir de ti, Antonio. -afirmó Francis, dejando ir su mano y moviéndose hasta estar delante de él. Hizo una reverencia, cortés, y le miró sonriente- Te espero en el altar, no llegues tarde a nuestra cita.
- Puede que para las otras haya sido un desastre, pero para esta me tendrás más puntual que nunca.
