Seis de la mañana en la casa Loud, y mientras la mayoría de sus habitantes descansaban pacíficamente en la comodidad de sus apacibles camas, varios de sus integrantes se despiertan al unísono con el agudo sonido del reloj; para tratar de aprovechar al máximo el inicio del fin de semana.

DÍA DE LUCY:

Con la llegada rauda de un nuevo amanecer, la misteriosa Lucy Loud se levanta poco a poco de su ornamentada cama de color oscuro; dispuesta a comenzar su día un poco antes que el resto de sus hermanos.

Aunque no solía levantarse tan temprano, sentía la necesidad de estar rápidamente arreglada, ya que ese día en particular; recibiría la visita de una de sus amigas más preciadas.

Cuando el reloj marcaba las 6:05 de la mañana, Lucy aprovechó la pasividad presente en la mayoría de su calmado hogar, para dirigirse sin mayores inconvenientes hacia el único baño que tenía a su disposición; antes de que quedase colmado por la interminable fila que generaban sus hermanos.

Luego de acceder al baño, y de tomarse una ducha un tanto acelerada, Lucy sale velozmente de tan anhelado espacio, logrando admirar con un poco de recato; la manera en la que una asombrada Lola, se mantenía esperando para poder ingresar.

De vuelta en su reservada alcoba y tras conseguir vestirse con enorme tranquilidad, la sombría muchacha permaneció tendida sobre su cama terminando varios de sus poemas clásicos de desamor; mientras veía la manera en la que su compañera de cuarto, se mantenía roncando con asombrosa efusividad.

A eso de las 8:00 am, un sonoro grito proveniente del primer piso sacó a la calmada chica gótica de su letargo; incitándola a ponerse lentamente de pie, y de manera casi automática.

—Vamos chicos, quiero oír sus pies en el piso... ¡Tú también Lincoln! —exclamó muy fuertemente la jefa de la familia.

Fue así como de un instante al otro, fueron descendiendo sin mayores reparos por las escaleras; hasta quedar todos reunidos al pie del comedor.

Eran un poco más de las 8:15 am, y de entre la multitud de limitados bostezos e innumerables estirones prolongados, resaltaban tanto Lori, Leni, Luan y Lucy; quienes permanecían de lo más arregladas posible, a la espera de poder salir de la casa temprano.

Tan pronto estuvieron todos juntos, empezaron a devorar la comida sin ninguna especie de recato; mientras realizaban toda clase de ruidos sobre la mesa.

A medida que desayunaba, Lucy empieza a observar la manera en la que su inquieta hermana mayor Lori, se dirige poco a poco hasta el lugar en donde se encontraba su madre. Y tras contemplar la manera en la que esta se apartaba furiosa de su lado, se llena de valor, y le pregunta a Rita con inconfundible serenidad:

—Disculpa madre, sé que debes de estar muy ocupada. Pero te quería recordar que hoy viene Sasha a la casa, para que le ayudes con unas dudas que tiene sobre la última clase del club de lectura.

—¿Eso era hoy? —sollozó ligeramente apenada—. Lo lamento mucho cariño. Pero como le acabé de decir a tu hermana, mi mañana ya está comprometida.

—No te preocupes mamá. ¡Suspiro! Lo entiendo perfectamente. Trataré de ayudarle a Sasha con las dudas que tenga, para no tener que postergar su visita.

Una vez que la reservada pequeña termina de desayunar, se aparta con total sigilo del lado de sus hermanos, y se dirige con completa calma hacia el sótano de la casa; para esperar a su pequeña amiga alejada de tanto ruido.

Luego de permanecer en silencio durante unos breves instantes, sus sentidos se agudizaron con enorme velocidad, al momento de escuchar a su escandalosa hermana menor Lola; quien anunciaba con bullicio la llegada de su añorada visita.

Después de percatarse de tan ruidoso llamado, Lucy salió disparada hacia la entrada de la casa; hasta conseguir toparse con la persona a quien esperaba.

Aprovechando que la mayoría de sus hermanos estaban de lo más dispersos, Lucy llevó a su compañera hacia su misteriosa habitación; para poder charlar con mayor confianza.

Una vez que estuvieron a solas, Lucy acerca sus empalidecidas facciones al receptivo rostro de su amiga; y le susurra con extraordinaria ligereza:

—Siento mucho el tener que desanimarte, pero mi madre no tiene tiempo para atenderte hoy.

—Pe-Pero si desde el lunes pasado le dije que necesitaba de su ayuda con uno de los temas de su última clase. —señaló la pequeña niña con bastante decepción.

—¡Descuida Sasha! Ya que mamá no puede atenderte, aquí estoy yo para ayudarte en su lugar. ¿Puedes decirme que es lo que no logras comprender?

Al darse cuenta de que su querida maestra no iba a poder socorrerla, la decepcionada chiquilla arruga su rostro con bastante desazón; y al terminar, le dice a Lucy llena de amargura:

—¿E-Estás segura de que puedes ayudarme?

—¡Claro que sí! ¡Suspiro! Por algo soy la mejor alumna del club de escritura.

Luego de escuchar las sinceras palabras de su amiga, Sasha la mira con un poco de resignación; y tras llenar de aire sus pulmones, procede a decirle con una pizca de vergüenza:

—¡Verás! Mis historias son bastante buenas a nivel de redacción, pero lo que tu madre siempre me critica, es que se sienten ligeras y muy poco originales. ¡Hmm! En pocas palabras... ¡Carecen de inspiración!

Al terminar de expresarle sus más amplios predicamentos, la adorable Sasha abre los ojos con gran efusividad; y le dice a su amiga llena de optimismo:

—Tu escribes toda clase de historias y poemas sin esforzarte. Así que desde hace un buen tiempo te quería preguntar, cómo es que haces para encontrar la inspiración. Dime Lucy... Dime cuál es tu secreto.

—Lamento decepcionarte, Sasha. Pero no tengo ningún secreto en particular. Sólo me inspiro de las cosas cotidianas que veo a mi alrededor.

Después de darse cuenta de que su sombría acompañante se negaba a responderle con claridad, la frustrada muchacha junta sus pequeñas manos con anhelo; y empieza a decirle con un tono cargado de súplica.

—Anda Lucy... ¡No seas así! Dime cuál es tu secreto. Vamos, confía en mí. No se lo diré a nadie.

Al cabo de varias suplicas consecutivas, y tras darse cuenta de que su animada visitante no aceptaría un "no" como respuesta, Lucy se le acerca a más no poder; y le dice a esta de manera casi inaudible:

—Está bien... ¡Te lo diré! ¡Suspiro! Pero tienes que prometerme que mantendrás en secreto cualquier cosa que ocurra el día de hoy. ¿Me lo prometes?

—¡Claro que sí, Lucy! —respondió llena de emoción—. Soy muy buena guardando secretos.

Fue en ese momento cuando la inexpresiva chica de tez grisácea le hace un par de tenues señas a su sonriente acompañante, indicándole de manera explícita la ductería de ventilación; y una vez que consigue llamar su atención, se dirige a esta con bastante seriedad:

—la inspiración de la que tanto hablas, la encuentro en lugares aislados y bastante oscurecidos como lo son el sótano, el ático; o la ductería del aire acondicionado.

—¡¿Eso es todo?! —afirmó la agitada niña repleta de desilusión.

—Si... ¡Eso es todo! Y aunque te parezca difícil de creer, no tienes idea de las cosas que he llegado a observar mientras me adentro en esos lugares.

—¡¿Me puedes mostrar como lo haces?! ¡Vamos Lucy! Ya te prometí que mantendría en secreto todo lo que ocurra.

Al ver la clara expresión de entusiasmo que su extasiada amiga mantenía en sus brillantes ojos, Lucy la mira con una leve mueca de desencanto; para después decirle con un poco de resignación:

—Mmm, ¡está bien! ¡Suspiro! Daremos una vuelta rápida para que veas como es que lo hago.

Luego de decir esas palabras, Lucy le explica a su animada acompañante sobre la manera más sencilla de subirse a la ductería. Por lo que, al cabo de unos cuantos segundos de gran expectación, le hace una serie de breves señas con las manos para que esta la siguiera.

Visiblemente emocionada, la diminuta niña no tardó en deslizarse dentro del reducido conducto rectangular que cruzaba por el techo; manteniéndose siempre de lo más prevenida posible, ante las latentes indicaciones de su impensada maestra.

Una vez estuvieron en su interior, Lucy empieza a hacerle un recorrido claramente improvisado, indicándole con inigualable calma; lo que podían encontrar de cada lado. .

Luego de una explicación muy detallada, las chicas deciden ponerse nuevamente en marcha; para lograr darse cuenta de lo que pasaba en el resto de habitaciones.

—Espera un momento, Sasha. —susurró con seriedad—. La clave para deslizarse en estos ductos, es tratar de no hacer ruidos. Tienes que ser prudente y bastante sigilosa, para evitar meternos en problemas.

Completamente emocionada, Sasha mantiene la mirada puesta sobre el inexpresivo rostro de su improvisada mentora; para no perder detalle alguno de su fantástica explicación.

Después de un par de minutos repletos de innumerables palabras, las chicas comienzan el recorrido hacia el extremo izquierdo del pasillo; hasta conseguir situarse en la colorida recamara que había al lado.

El primero destino al que llegaron fue a la habitación de las gemelas. La cual permanecía completamente iluminada y bajo una leve sensación de soledad, tras haber quedado sola minutos antes.

Al darse cuenta de que no había nadie, continuaron caminando hacia su siguiente destino; hasta conseguir adentrarse con total atención, en la improvisada recamara al final del corredor.

Una vez que consiguieron llegar, Sasha se acerca con cuidado hacia la pequeña rejilla que daba hacia la alcoba; pero pronto es detenida por su imperturbable acompañante, quien le dice sin titubear:

—¡Espera Sasha! No te acerques tanto a la rejilla porque está floja.

Luego de escuchar la advertencia de su amiga, la pequeña niña se aproxima poco a poco, consiguiendo observar al distraído muchacho de cabello blanco; quien permanecía tendido sobre su cama, leyendo un comic en ropa interior.

Al darse cuenta de lo que estaba haciendo su hermano, Lucy inclina la cabeza con bastante lentitud; para luego decirle a esta con un poco de vergüenza:

—Siento que hayas tenido que ver una escena tan desagradable, ¡Suspiro! Pero Lincoln insiste en que así es como disfruta más de leer sus historietas.

—¡De-Descuida Lucy! —sollozó la nerviosa niña, con el cuerpo cargado de una extraña intranquilidad.

—Si quieres que nos vayamos, tan solo tienes que decírmelo. —afirmó la sombría chica con bastante calma.

–Tranquila Lucy, ¡estoy bien! E-Es solo que esta es la primera vez que veo a un chico en ropa interior.

A medida que ambas niñas observaban en silencio, aparece de la nada Lisa con deslumbrante afán; alertando de inmediato al sorprendido muchacho.

—Pe-Pero Lisa... ¿Por qué rayos entras de esa manera? Casi me matas del susto. —señaló velozmente lleno de agitación.

—¡Deshcuida hermano mayor! Tan solo he venido a recordarte la pequeña charla que tuvimos hace poco en el comedor. Así que, sin másh dilaciones, te eshpero en mi alcoba después del mediodía.

Luego de expresar el extraño motivo de su llegada, Lisa da media vuelta con inusitada calma, y se retira lentamente de la reducida recamara; dejando al asustado albino, con el rostro lleno de prolongado pánico.

—Pe-Pero, ¡¿para qué querrá que vaya a su alcoba?! —se preguntó así mismo con un poco de ansiedad.

De ese modo, y tras dar un par de inquietantes vueltas sobre su cama, Lincoln se pone ambas manos sobre su cabeza; y empieza a exclamar al aire con bastante nerviosismo:

—¡Oh, rayos! ¿Acaso habrá descubierto que lo que les da el toque distintivo a los sándwiches de mantequilla de maní y jalea que siempre le preparo era mi semen? ¿O que le he estado regando las muestras que tiene almacenadas en su laboratorio para que me tenga que pedir más? ¿O que cuando se desmayó hace un par de semanas por aspirar esos extraños químicos, le tomé varias fotos desnuda; mientras le introducía un par de tubos de ensayo por el trasero? Si es así, ¡estoy frito!

Al terminar de hablar, Lucy coloca una de sus pequeñas manos sobre su barbilla; y comienza a articular con bastante admiración:

—¡Hmm! Eso explica por qué Lisa duró todo ese fin de semana quejándose de que le dolía el trasero.

A medida que el inquieto muchacho se revolcaba de un lado al otro, Sasha posa su vista sobre el grisáceo rostro de su amiga; y procede a decirle con un poco de perturbación:

—Lucy... ¡Tu hermano es un demonio!

—¡Lo sé! ¡Suspiro! Lincoln es tan frío, atormentado y misterioso, que me hace sentir demasiado cómoda a su lado.

Al cabo de unos cuantos minutos de interminable espera, las chicas decidieron continuar con su improvisado recorrido, pasando velozmente por la protegida recamara de la científica de la familia; quien se mantenía pegada al tablero de su laboratorio, realizando todo tipo de fórmulas incomprensibles.

Tras ver a Lisa concentrada en su trabajo, y a la pequeña Lily jugando dentro de su cuna, decidieron continuar con su fugaz travesía; hasta llegar a su próximo destino, en el extremo opuesto del amplio corredor.

A medida que se iban adentrando por la reducida ductería de ventilación, fueron alertadas por una llamativa serie de exaltados sonidos entremezclados; los cuales provenían de la vistosa habitación de Luna.

Teniendo cuidado de no hacer ruido, se fueron acercando a tan recóndito lugar, hasta contemplar la voz de la ofuscada cómica de la familia; quien al parecer estaba teniendo una discusión bastante acalorada.

De ese modo fueron avanzando con total cuidado, hasta conseguir escuchar una buena parte de la conversación:

—Ya te lo he dicho muchas veces. Eso solo fue una práctica de teatro. No, no... ¡Escúchame tu! —exclamó Luan bastante enfurecida—. No me importa si esa fue la primera vez que besaste a alguien, ni si ese beso transformó tu vida. ¡Entiéndelo de una buena vez! Yo amo a Benny, y solo quiero estar con él; así que deja ya de estarme llamando, porque no pretendo tener nada contigo. Ya déjame en paz, Maggie.

Al darse cuenta de la manera en la que la encolerizada comediante mantenía el ceño fruncido, Lucy le toca el hombro a su emocionada visitante; para luego decirle a esta con prolongada seriedad:

—Ven Sasha. ¡Es mejor que nos vayamos! Luan es demasiado peligrosa cuando está enfada, y no quiero que se desquite con nosotras, si se llega a dar cuenta de que la hemos estado espiando.

Fue así como ambas chicas continuaron deslizándose dentro del confinado ducto de metal, teniendo cuidado de no alertar a nadie.

Al llegar a la rejilla contigua, las chicas detuvieron su marcha de manera estrepitosa, luego de darse cuenta de la manera en la que una malhumorada Lori caminaba de un lado al otro del lugar; con el celular adherido sobre su pequeña oreja.

En ese momento la joven rubia se veía visiblemente frustrada, después de que su propia madre acabase con sus planes de pasar el día en el centro comercial.

Con la mirada cargada de inusitada rabia, y la frente arrugada a más no poder, Lori continuó caminando por gran parte de la alcoba; mientras le decía a su amiga con bastante exaltación:

—Si, si, Whitney. Eso fue lo que pasó. —esbozó muy tenuemente Lori, repleta de un gran pesar—. Si, sí, es una pena. Dame un minuto Whitney. Tengo a Carol en la otra línea.

Fue así como apretando velozmente unos botones, continuó hablando sin siquiera respirar:

–¡Hola Carol! —respondió con relativa calma—. No, no pude pasar por Whitney porque mi mamá necesitaba el auto. Aja, aja, ujum. ¿Lo dices en serio Carol? De, de acuerdo. Nos vemos allá más tarde. S-Si, si... Yo le digo a Whitney.

Luego de colgar, Lori toma el teléfono con gran ansiedad; y se dirige a su otra amiga que se mantenía en la línea:

—Whitney, Whitney, ¡cambio de planes! Al papá de Carol lo invitaron a pasarse el día en el club de Royal Woods, y le dijo a ella que nos podía invitar. Si, si... Literalmente es un gran golpe de suerte. ¡Nos vemos allá en una hora!

De ese modo, y tras lanzar su celular sobre la cama, la primogénita de la familia empieza desprenderse de sus reducidas prendas a una gran velocidad; hasta lograr quedar en ropa interior.

Al darse cuenta de la manera en la que se desvestía, Sasha detuvo cualquier intento de querer continuar, y posó la vista de manera automática sobre la emocionada muchacha de cabellera dorada; a medida que esta se quitaba la ropa con efusividad.

Lori llevaba consigo una ajustada tanga lila, acompañada de un sujetador bordado del mismo color; que resaltaban el tono blanco de sus largas piernas.

Totalmente hipnotizada por lo que veía, la pequeña Sasha no era capaz de tan siquiera pestañear; para no perder detalle alguno de tan magnífico espectáculo.

Fue así como llevada por la tormentosa adrenalina que se batía en su cuerpo, Lori se despojó de ese último par de prendas que cubrían su atrapante anatomía; hasta quedar completamente desnuda.

Una vez que estuvo bien expuesta, y sin llegar a perder el asombroso impulso que traía, comenzó a buscar en uno de los cajones que había en su espacioso armario; hasta lograr hallar un diminuto bikini de color celeste, con un pequeño par de lacitos en los costados.

A medida que la inquieta rubia se colocaba su traje de baño, la atenta Sasha no era capaz de apartar la vista de su lado; por lo que de un momento al otro, y todavía sin pestañear, le dice a su amiga con enorme fijación:

—Cielos, Lucy. ¡Tu hermana sí que es hermosa!

—Eso ya lo sabía. ¡Suspiro! Ella siempre ha eclipsado las miradas de todo aquel que se atreva a observarla.

—¡Lo siento, Lucy! No te quería incomodar.

—¡Descuida! Ya estoy acostumbrada a vivir bajo su sombra. Además, no es la única con la que me ocurre algo parecido. Ya que con Leni y Lola me pasa exactamente lo mismo.

Tan pronto como Lori estuvo lista, salió a toda prisa de la desarreglada habitación; dejando a sus impensadas espectadoras, totalmente sumergidas en el atrapante silencio resultante.

Al darse cuenta de que todo había terminado, la exaltada pequeña posa sus lindos ojos sobre el alargado flequillo de su reservada partidaria; y tras observarla levemente durante varios segundos más, procede a decirle a esta con bastante agitación:

—¿Eso es todo? Por favor Lucy, no me digas que eso es todo.

Al darse cuenta de la singular emoción que desprendía en ese momento su exaltada visitante, Lucy se la queda mirando fijamente; para luego decirle con llamativa pasividad:

—De hecho... ¡Aún queda un último destino por visitar! Pero no puedes hacer nada de ruido, o me castigarán lo que queda de este año.

Después de mencionar esas palabras, —y con el rostro de la emocionada Sasha cada vez más colorado—, las chicas continuaron adentrándose con total cuidado en la confinada ductería rectangular; hasta conseguir llegar al apartado desvío que había en el baño.

Una vez que el pronunciado camino llegó a su final, Lucy le da indicaciones a su emocionada acompañante para que hiciera lo mismo que hacía ella. Comenzando a bajar ambas de manera vertical, hasta conseguir llegar a la ductería del primer piso.

Luego de llegar a su destino, y con gran parte de su ropa y brazos llenas de un oscurecido polvo gris, las chicas continuaron lentamente su camino; hasta conseguir llegar a la habitación que les faltaba.

Aún agitada por tan difícil descenso, Sasha se toma unos segundos para estabilizar su respiración; antes de asomar su rostro por la pequeña rejilla.

Cuando finalmente logró su objetivo, los ojos de la chica se alteraron de manera mucho más que exponencial; luego de divisar con enorme sorpresa, lo que estaba pasando en ese lugar.Y es que, al mirar profundo dentro de la penumbrosa alcoba, consiguió contemplar con gran admiración, la manera en la que Rita permanecía arrodillada en medio de las piernas de su calmado esposo; devorando su rojiza polla con auténtico arrebato.

En ese fugaz instante la pequeña Sasha estaba tan ampliamente impactada, que no tardó en tener el cuerpo todo tembloroso.

Completamente afiebrada, Rita desabotonó uno a uno los reducidos botones de su camisa. Y tras respirar con ansias hasta llenar de aire sus pulmones, desplazó su sujetador poco a poco hacia arriba; hasta dejar sus enormes tetas al descubierto.

Después de estar acomodada, intensificó de manera enérgica los exaltados movimientos realizados con su boca; mientras estrujaba sin contemplación alguna, cada uno de sus inflamados senos.

En ese instante estaba tan visiblemente trastornada, que no tardó en descender sus labios con grandísima velocidad; casi al tiempo en que apretaba sus candentes tetas con su otra mano.

A medida que la extenuada mujer engullía el semierecto pene de su esposo una y otra vez, era observada con total asombro por la exaltada niña en la rejilla; quien se mantenía de lo más petrificada posible, y con el ritmo de su respiración cada vez más fraccionado.

Con la mente puesta en su lujurioso objetivo, Rita continuó estimulando la semirrígida polla que se mantenía presente entre sus carnosos labios, adentrándose de lleno en una efusiva ráfaga de veloces lametazos; que terminaron de electrificar cada uno de sus tenaces movimientos.

A medida que la alterada madura hacía de las suyas, Lucy posa la mirada sobre el oscilante cuerpo de su pequeña visitante, quien se mantenía con la respiración ampliamente desbordada; mientras frotaba sus esbeltas piernas con gran desespero.

Al darse cuenta de su impensada reacción, Lucy extiende la mano sobre la parte baja de su espalda. Y al momento de tocar su tensada figura, Sasha emite un corto jadeo plagado de ansiedad; que retumbó abiertamente por toda la habitación.

Por fortuna Rita estaba tan empeñada en tratar de darle placer a su abstraído acompañante, que ni siquiera se percató del lugar de donde provenía realmente ese sonido; llegando a pensar de manera equivocada, que había sido obra de su esposo.

Totalmente eufórica por lo que había escuchado, Rita dirige su mirada hacia el replegado rostro de su amante; percibiendo la manera en la que continuaba trabajando con absoluta seriedad, y sin prestarle atención a ninguna de sus caricias.

Cada vez más acostumbrada a sus continuos desplantes, Rita intensifica sus esfuerzos con mayor agitación; deslizando su atrevida lengua sobre la esponjosa verga que yacía ante esta, para alcanzar su objetivo a como diera lugar.

Luego de una sería de eclipsantes intervalos prolongados, y cuando finalmente estaba alcanzado el máximo compás de sus animadas sacudidas, un par de sonoros impactos sacaron a todos momentáneamente de su letargo; haciéndole disminuir a la estimulada rubia, la velocidad de sus agitados movimientos descompensados:

—¡Mamá, mamá! Ya estamos listas para irnos. —indicó muy suavemente Luan desde el otro lado de la puerta.

Con la boca aún repleta con la verga de su esposo, la frustrada mujer se inclina levemente para atrás; y tras liberar sus labios de muy mala gana, les dice a sus hijas con evidente afán:

—¡U-Un momento chicas! Necesito 10 minutos más para terminar de arreglarme. E-Espérenme en el auto.

Fue así como al terminar la oración, y aún sin creer todo el tiempo que había transcurrido, Rita intensifica sus embates de manera mucho más que pronunciada; haciendo estremecer a su dubitativo esposo con cada uno de sus salvajes lametazos.

Con la mayoría de su silueta cada vez más temblorosa, Rita se enfoca de lleno en devorar tan empinada hombría; sin importarle en lo más mínimo la escasa cooperación.

Completamente acalorada, —y tras proceder a apretarle los huevos a su marido con su otra mano—, la indomable rubia intensificó una última vez cada una de sus sistemáticas sacudidas; hasta conseguir notar como su sudoroso acompañante, empezaba a retorcer su cuerpo de forma trastornada.

A medida que los observaba, la silueta de Sasha se fue tornando cada vez más receptiva, comenzando a liberar entrecortados suspiros de lo más difuminados; que retumbaron con soltura por una buena parte de la habitación. Aunque para ese entonces los padres de Lucy estaban tan increíblemente distraídos, que no alcanzaron a percibir los leves resoplidos descompensados; que eran liberados por la erizada chica.

A medida que los ánimos en la habitación se iban incrementando, Lucy permanecía de lo más imperturbable posible; sin apartar la vista de su jadeante compañera.

En ese instante Rita se sentía tan llena de entusiasmo, que no tardó en deslizar su mano por debajo de su delgado pantalón; evidenciando la manera en la que sus ansiosos dedos, se perdían una y otra vez en todo el centro de su abultada entrepierna.

Al ver la manera en la que su adorada maestra se había empezado a toquetear, la pequeña Sasha comenzó a ser víctima de una aparatosa mezcla de sofocantes sensaciones, que la llevaron no solo a colocarse cada vez más erizada; sino a incrementar el vigoroso ritmo de su agitada respiración.

Con la expresión de su inocente rostro cada vez más aplacada, Sasha mantuvo la vista puesta en cada una de las frenéticas arremetidas de la extasiada madura; tal y como había hecho con Lori minutos antes.

A medida que le exprimía la polla a su marido, y se introducía los dedos por debajo de su ropa interior, Rita empezó a batir sus curvas con mayor intensidad; llenando la resguardada alcoba de innumerables jadeos sofocados.

En ese instante se podían percibir los desaforados alaridos que eran emitidos de manera contundente por el consternado hombre de la casa, así como los prolongados movimientos de cintura, que eran realizados por su acalorada acompañante.

Cuando Rita estaba a punto de estallar, se volvieron a escuchar un par de leves golpes en la entrada; que la obligaron a reprimirse de manera involuntaria.

—Date prisa mamá. Voy a llegar tarde al basurero. —exclamó Lana con bastante apuro.

Fue así como lamentándose una vez más por tan mala suerte, y haciendo a un lado el electrificado par de dedos que escarbaban en su coño; no tuvo más remedio que ponerse nuevamente de pie, para terminar de arreglarse antes de salir.

Con la faena de su maestra llegando a su fin, Sasha fue retomando el calmado ritmo de su eufórica respiración; hasta volver a recuperar poco a poco el semblante.

De un instante al otro, y sin siquiera darse cuenta de lo sucedido, la pequeña niña con dos flores en su cabeza comenzó a sonreír como si nada hubiese pasado; dejando a su callada amiga, mucho más que perturbada.

Una vez que la agobiada rubia salió disparada de su resguardada alcoba, fue rápidamente seguida tanto por Lucy como por su extasiada visitante; dejando atrás al silencioso jefe de la casa, mientras continuaba revisando unos papeles sobre su cama.

De ese modo, —y tras desplazar sigilosamente sus cuerpos hacia la única rejilla elevada que había en la sala—, consiguieron presenciar desde tan elevada altura; la manera en la que una estresada Rita, salía a toda prisa de la desolada vivienda.

Con la partida de su madre, y tras lograr contemplar como el ruido del motor se escuchaba cada vez más lejos, ambas chicas enfilaron el rumbo cuidadosamente hasta la cocina; para poder descender de la ductería de ventilación.

Luego de bajarse con cautela, y de lograr evidenciar que todo había terminado, es como Sasha comienza a respirar con gran perturbación; prácticamente como si el aire le faltara.

Era la primera vez mucho tiempo en la que su pequeño cuerpecito se sentía tan exaltado. Por lo que cegada por la inmensa adrenalina que bombardeaba hasta el último tramo de su vibrante existencia, no tardó en mencionar:

—Lucy, Lucy... ¿Y ahora para dónde vamos?

–Ya te mostré gran parte de la casa. Así que solo nos queda volver a la habitación.

Un par de horas más tarde, cuando el recorrido del sol se encontraba en todo el centro de su trayecto diario; Lucy detiene cada una de las reiteradas explicaciones gramaticales que le mantenía propinando a su diminuta acompañante, al darse cuenta de la manera en la que esta permanecía con la mirada desvanecida.

Sin llegar a inmutar su descolorido rostro, Lucy se acerca hasta el lugar en donde se encontraba su amiga; y tras hacerle señas con una mano, se dirige a esta entre ligeros resoplidos:

—Que te ocurre, Sasha. Te noto cada vez más ausente.

—N-No, no... ¡Este! —gimoteó con limitada preocupación—. Lo lamento Lucy. Es solo que no he podido dejar de pensar en las palabras que dijo Lisa esta mañana. Y es que... ¿Para qué crees que habrá citado a Lincoln a su alcoba?

Al ver la profunda expresión de intriga que se mantenía presente en su aclarado rostro, Lucy le coloca una de sus delgadas manos en el hombro; y le dice con suavidad:

—¡Creo que solo hay un modo de averiguarlo!

Fue así como dejando a un lado los libros, y tras mirarse a los ojos repletas de ansiedad, las chicas volvieron a deslizar sus cuerpos dentro de la angostada tubería confinada; para ir en busca de sus tan anheladas respuestas.

Al llegar al antiguo cuarto de linos al final del corredor, las chicas se mantuvieron en silencio y con los ojos bien abiertos; mientras veían al tembloroso muchacho de cabello blanco, caminar de forma errática para intentar armarse de valor.

Cuando el reloj marcaba poco más de la 1:45 de la tarde, Lincoln sujeta a su conejo Bun-Bun con ambas manos; y tras darle un corto beso a la altura de su frente, enfila el rumbo hacia la alcoba de su hermana Lisa.

Luego de unos cuantos segundos de gran expectación, las chicas se deslizan hacia la fortificada habitación que yacía sobre un costado; consiguiendo llegar en el mismísimo instante, en el que el asustado albino ingresaba por la puerta.

Al darse cuenta de que su esperada visita por fin había llegado, Lisa empaqueta unos químicos con los que había estado trabajando; y le dice a Lincoln con un tono de lo más despreocupado:

—¡Vaya! Hasta que finalmente decidishte aparecer.

—Si-Siento llegar tarde, Lisa. Pero me distraje, y se me pasó el tiempo volando.

—¡Deshcuida! —replicó con sorpresiva tranquilidad—. Se que es un poco tarde, y que habría sido ideal recibirte más temprano, pero tenía una video conferencia importantísima con unos colegash de Estocolmo, que no podía cancelar.

—N-No... ¡No hay problema Lis! Pero dime, ¿para qué querías verme?

Luego de ingresar, Lisa le coloca el pestillo a la cerradura de la entrada; y al terminar, le dice a su hermano con enorme frialdad:

—Ya que estoy corta de tiempo, debería de ir al grano. Necesitamos discutir dos asuntos de vital importancia, que no puedo continuar postergando por un periodo más de tiempo.

—¿Asuntos? ¡¿Que asuntos?! —señaló rápidamente el erizado muchacho, con la mayoría de su rostro cada vez más empalidecido.

—El primero de ellos tiene que ver con mi amiga Darcy. ¡¿La recuerdash?!

—Eh, si, si... ¿Qué pasa con ella?

—Desde hace ya varias semanas he estado tratando de que Darcy vuelva a la casa, y cada vesh que se lo menciono, voltea la mirada y me saca alguna excusa tonta para no hacerlo. Es por ello que te quería preguntar de manera clara y concisa, si teníash algo que ver en todo este asunto.

—¿Y por qué me lo preguntas a mí? Si tu amiga y yo no hemos cruzado ni una sola palabra las veces que ha venido.

—Cotejando los datosh de su última visita, me fue sencillo depurar la lista de los más factibles sospechosos; hasta lograr reducirla a 3 posibles candidatos: Luan, Lucy y tú.

—Espera... ¡¿Qué?!

—¡Tal y como lo oyes! Y dado que esas dos tenían excusas demasiado convenientes, tu nombre esh el único que nos queda en el listado. Entonces Lincoln, ¿qué rayos fue lo que le hishiste a mi amiga?

A medida que la pequeña científica encaraba al asustado muchacho de manera sorpresiva, Lucy permanecía con la cabeza bien elevada, y de lo más atenta posible; para poder escuchar lo que su hermana mencionaba.

—Así que por eso fue que me estuvo haciendo todas esas preguntas tan raras. —señaló muy suavemente la calmada chica gótica, sin cambiar la expresión ni por un solo instante.

Lleno de un inmenso malestar en todo el cuerpo, Lincoln empieza a girar su rostro para todos lados; y a medida que lo hacía, comienza a esbozar con extraordinaria ligereza:

—Yo, eh, este... ¡No sé de qué me estás hablando! —exclamó con amplio nerviosismo.

—¡Vamos Lincoln! Mi tiempo es muy valioso como para perderlo en tonterías. Si no me dices lo que quiero saber, tendré que emplear contigo el último suero de la verdad en el que he estado trabajando.

Al verse completamente acorralado, Lincoln empieza a estremecerse con bastante exaltación; y al darse cuenta de que no tenía otra salida, empieza a murmurar con la mirada desviada:

—Está bien, Lisa. ¡Te lo diré!

A medida que el inquieto albino revelaba con lujos de detalles su versión de lo sucedido, tanto Sasha como Lucy permanecían con las orejas bien paradas; para no perderse fragmento alguno de su asombrosa explicación.

Luego de una intensa confesión de lo más reveladora, Lisa lo mira directamente a los ojos; y le dice poco a poco:

—¡Mmm! ¡Ahora todo tiene másh sentido! —afirmó de manera imperturbable—. Y ya que ese punto ha quedado claro, creo que deberíamos de aprovechar el momento para lograr finiquitar el otro asunto por el que te mandé a llamar.

—¿Y cuál es ese otro asunto? —exclamó con la cabeza levemente agachada.

—Como sabrásh, he estado trabajando desde hace ya algún tiempo en una investigación de índole genético sumamente interesante; la cual, ha empezado a dar sus primeros frutos a pesar del poco tiempo invertido.

–E-Eso es estupendo, Lis. Pero... ¿Qué tiene que ver eso conmigo?

—Es que, de manera inexplicable, y a peshar de todo el cuidado que suelo tener en el manejo del laboratorio; encontré las últimas muestras que me habíash suministrado, totalmente regadas en mi sitio de trabajo.

A medida que escuchaba sus palabras, el joven albino desvía la mirada con inusitada discreción; para no demostrar el terrible pánico que revoloteaba en sus entrañas. Por suerte para él, Lisa era increíblemente mala para leer toda clase de expresiones, por lo que pasó por alto sus reiterados gestos alarmados; y se mantuvo hablando como si nada hubiese pasado.

—Es por ello que, para lograr culminar mi revolucionaria investigación, necesito que me suminishtres otra muestra fresca de tu material genético. Que dices Lincoln, ¡¿me vas a ayudar con lo que necesito?!

—¡¿Lo dices en serio?! —exclamó muy suavemente el asombrado muchacho, con gran parte de su cuerpo mucho más que entumecido.

—¡Por supuesto que estoy hablando en serio! No veo el motivo por el que tengash que dudar de mis palabras.

—Lo siento Lisa, es que me tomaste por sorpresa. Además, por si lo habías olvidado, no somos los únicos que estamos en la habitación. —afirmó muy lentamente y con increíble suavidad, a medida que señalaba con uno de sus dedos hacia la pequeña cuna que había en un costado.

—Por Lily no te preocupesh. Ella está tomando su respectiva siesta de todas las tardesh, y normalmente duerme profundo durante horas.

—¿Estás segura de eso, Lisa?

—¡Por supuesto! Y ya que todo está aclarado, necesito que te decidas rápido. Mas tarde tengo una importantísima reunión en el auditorio de Royal Woods, por lo que preferiría no perder el tiempo en banalidades.

Totalmente sin palabras, el asustado muchacho se mantuvo con la mirada perdida y el cuerpo mucho más que tensionado; mientras veía a su inexpresiva hermana de cabello despeinado, esperando por una pronta respuesta por parte suya.

—E-Está bien, Lisa. Si necesitas otra muestra, ¡te la daré! Así que dime... ¿Como quieres que lo hagamos?

—Esh interesante que lo preguntes, ya que a pesar de lo eficiente que demostraron ser los últimos métodos de recolección, preferiría emplear una nueva técnica un poco menos "incisiva"; que me garantice el poder llegar a tiempo a mi reunión de esta tarde.

—De que estás hablando Lisa. ¿A qué tipo de técnica te refieres?

—Si no tienes ningún reproche, me gustaría intentar un tipo de coito per os; mayormente conocido como felación.

Las deslumbrantes palabras de Lisa no solo eclipsaron al sorprendido muchacho de dientes alargados, sino también a la expectante compañera de su hermana Lucy; quien lucía cada vez más desconcertada, desde su sitio en la tubería.

—¿Escuchaste eso Lucy? —señaló la exaltada chica con notable agitación—. ¿Sabes de lo que están hablando?

—¡Mmm! ¡Suspiro! Creo tener una vaga idea.

Luego de sorprender a todos los presentes con la mayoría de sus palabras, Lisa se pone de rodillas en todo el frente de su arreglada cama; mientras esperaba a que el asombrado compañero que permanecía a su lado, se ubicase sobre la misma.

Al ver como su hermana parecía estar hablando en serio, el estresado albino se acomoda lentamente en todo el frente de su minúscula silueta; hasta quedar sentado a pocas pulgadas de su lado.

Tan pronto como el tensionado muchacho estuvo debidamente acomodado, Lisa extiende sus pequeñas manos sobre su holgado pantalón; hasta conseguir acariciarle el pene sobre la ropa.

Bastaron un par de segundos de gran exaltación, —en los que Lincoln se mantenía cada vez más ofuscado—, para ver la manera en la que la impávida científica de mirada desvanecida; tomaba entre sus manos la punzante polla de su impaciente hermano mayor.

Una vez que consiguió tener el oscilante miembro en su poder, Lisa comenzó a observarlo con bastante frialdad; mientras iba recorriendo cada una de sus inflamadas venas con la diminuta punta de sus esbeltos dedos.

Tan solo fueron suficientes un par de leves resoplidos sobre su abultado glande, para ver a su alterado compañero batiéndose con furia de un lado al otro.

En esos momentos, y a pesar de su notoria excitación, Lincoln se sentía indefenso y absolutamente temeroso; al no tener para nada claro, cuáles eran los verdaderos planes de su hermana más brillante. Aunque sus nacientes miedos llegaron pronto a su final, una vez que la decidida genio empezó a deslizar la punta de su lengua por todo el tronco de su venosa hombría; hasta hacerlo jadear con indescriptible perturbación.

Al darse cuenta de lo que estaba pasando, la impaciente amiga de Lucy comenzó a resoplar con mayor rapidez, y a sacudir nerviosamente sus reducidas caderas; evidenciando en gran medida, el sulfurado grado de excitación que estremecía su menuda silueta.

Por fortuna Lucy le hizo un par de señas con una mano para que se calmase de una buena vez, y no llegase a generar ningún otro ruido que las pudiese delatar.

Fue en ese momento cuando la fría científica empezó a devorar abiertamente gran parte de su punzante miembro, aumentando no solo el ritmo, sino la velocidad impartida sobre cada una de sus sistemáticas sacudidas; hasta conseguir rozar la base misma de su entibiecida garganta.

A pesar de ser pequeña, y de lo notablemente apática que por instantes se podía comportar, Lisa le estaba brindando una mamada rústica, pero de lo más gratificante; que poco a poco lo empezaron a calentar.

Realmente emocionada por las cosas que veía, Sasha no demora en estremecer su pecho de manera apresurada; casi al tiempo en que le señalaba a su enmudecida amiga con muchísima fascinación:

—Lucy, Lucy... ¡Mira Lucy! Tu hermana está haciendo las mismas cosas que hizo tu mamá.

Totalmente entregada a lo que hacía, Lisa continuó haciendo desaparecer aquel erguido miembro sin el menor de los cuidados; hasta hacerle arrugar el rostro a su consternado acompañante.

—¡E-Espera Lisa! Deja de mover tus labios de esa manera. —protestó con gestos de dolor—. De-Detente por favor, ¡me estás haciendo daño!

Al darse cuenta de la sorpresiva manera en la que su adolorido hermano se quejaba, Lisa se saca momentáneamente el vibrante falo de su boca; y tras mantenerlo bien sujeto en la palma de su mano, procede a decirle a este con bastante obstinación:

—¿Pero de que rayos estás hablando? Si a lo largo de las últimash semanas he estado llevando a cabo mi propia investigación en línea, analizando con detalle una cuantiosa serie de videos copulativos de todo tipo; para poder estar lista en situaciones como esta.

—Pero que dices Lisa. ¡¿Has estado viendo porno?!

—¡Claro que no! He eshtado observando encuentros consensuados entre individuos antropomorficos de distintos sexos, y en ocasiones similares; en procura de poder llevar a cabo mi propia inveshtigación de índole genética. ¿O es que acaso no te resulta reconfortante el resultado de mi aprendizaje?

—N-No, ¡no es eso! —replicó el aterrado chico con gran cuidado—. Es solo que por momentos puedo sentir como me haces daño con tus dientes.

—¡Haberlo dicho antes! —exclamó con reiterada algarabía—. Ya que mis dientes son la causa de tu continuo maleshtar, creo tener bastante claro cómo solucionarlo.

Al terminar de esbozar tan intrigante oración, Lisa dirige una de sus manos a la altura de su boca. Y tras abrir sus labios con total serenidad, procede a retirarse su diminuta caja de dientes de un solo movimiento; hasta quedar con sus rosadas encías al descubierto.

Tras darse cuenta de lo sucedido, todos en la habitación se espantaron con gran notoriedad; luego de ver a la brillante científica de tan solo cuatro años, con la boca completamente despoblada.

—¡Pero que rayos Lisa! Pensé que ya habías recuperado todos tus dientes.

—¡Ñeh! A peshar de mi gran intelecto sobrehumano, e ilimitadosh contactos poderoshos, no puedo ir en contra del inmishericorde ciclo de la naturaleza. Tengo que sher paciente y eshperar un par de años más, hasta que mi dentadura definitiva vuelva a aparesher.

Con la mayoría de los presentes aún aterrados, Lisa se vuelve a acomodar en medio de las piernas del albino. Y sin siquiera detenerse a escuchar sus esporádicos comentarios, engulle nuevamente la vibrante polla que se alzaba entre sus piernas; hasta conseguir devorarla de un solo movimiento.

Una vez que estuvo nuevamente acomodada, Lisa arremete de manera directa sobre su extasiada sexualidad, intensificando un sublime sube y baja bastante acompasado; que hizo retorcer de golpe a su transpirado acompañante.

—No, no, Lisa, no... ¡¿Qué haces?! E-Espera un segundo, ¡Oh! ¡Ooh!

La inusual manera en la que le iba devorando la verga a su hermano se veía tan placentera, que hasta la renuente Lucy comenzó a frotar sus piernas de forma instintiva.

Era la primera vez en mucho tiempo en la que el agobiado chico de cabello blanco, experimentaba una muestra de placer tan envolvente. Y es que, al no tener dientes expuestos dentro de su boca, Lisa era capaz de engullir su palpitante miembro con extraordinaria ligereza; sin tener que preocuparse por llegar a lastimarlo.

La singular maniobra de succión que tan fervientemente se mantenía realizando, no tardó en generar toda una serie de atrevidos sonidos de intensos chupetazos; que no demoraron en llamar la atención de una nueva espectadora.

Fue en ese momento cuando de manera inesperada, la pequeña Lily abrió los ojos con enorme lentitud; para tratar de descubrir de donde provenían aquellos sonidos tan ampliamente llamativos.

Con la mayoría de los presentes totalmente absortos en tan inusual espectáculo, Lily pudo divisar con total cuidado todo lo que estaba pasando a su alrededor; sin correr el riesgo de ser descubierta.

A medida que la desmedida genio le hacía desaparecer su verga una y otra vez en todo el centro de sus brillantes labios, Lincoln se iba entregando cada vez más a tan lasciva sensación. Llegando a incrementar esporádicamente el exponencial volumen de su aguda voz, hasta conseguir liberar toda una dramática serie de exaltados gemidos enloquecidos.

Al darse cuenta de la ofuscada manera en la que su sudado acompañante se había empezado a exaltar, Lisa se saca nuevamente su venosa polla de la boca; y procede a decirle con extraordinaria calma:

—¡Hermano mayor! Debesh tratar de controlar el singular volumen de tu voz. Ya que, si sigues generando tanto ruido, alguien en la casa nosh podría escuchar.

—¡De-Descuida, Lis! —señaló con la voz entrecortada—. Estuve dando vueltas por todos lados, y no vi a nadie cerca.

Luego de escuchar sus agitadas palabras, Lisa se frota la barbilla con su mano en libertad; y tras meditar profundamente durante varios segundos, empieza a murmurar con bastante incredulidad:

—¡¿Pero qué raro?! Si el rastreador me dice que Lucy sigue en casa.

—¿Rastreador? ¡¿Cual rastreador?! —exclamó Lincoln con ingenuidad.

—¡¿Acaso dije rashtreador?! —susurró con sorpresiva incomodidad—. Lo que quise decir era intuición. Es que pensé que ella no había salido de la casa.

Tan pronto como terminó de hablar, Lisa retomó sus sistemáticos lametazos con magnífica soltura; haciendo olvidar al sudoroso muchacho de sus más recientes palabras.

Luego de una frenética sesión de intensos chupetones, —en los que la escéptica científica lentamente había empezado a calentarse—, el sudoroso muchacho comenzó a retorcer su cuerpo con mayor fiereza; hasta aumentar el ritmo de su copiosa respiración. ¡Ya no había tiempo para más! El alterado chico con un diente astillado, estaba cada vez más cerca de su inminente corrida.

A medida que la jadeante chiquilla devoraba abiertamente la polla de su hermano, la pequeña Lily se mantenía con los ojos bien abiertos y la cabeza de lo más pegada sobre su almohada; observando con total cuidado la escena que se desarrollaba frente a sus ojos.

Habían pasado un par de meses ya, desde la última vez que la menor de la familia había visto el erguido pene de su lascivo hermano mayor. Y aunque el dramático recuerdo de sus acciones continuaba fresco, por algún motivo no era capaz de apartar la vista de su lado.

Esta vez no era ella la protagonista de sus más intensas caricias y continuos lametazos, sino su fría hermana Lisa. Y aunque eso la llenaba de tranquilidad, muy en el fondo estaba deseando que también la incluyesen en sus llamativos juegos.

Mientras Lisa exprimía sistemáticamente el enrojecido miembro del albino, el resto de las chicas tan solo se limitaban a sacudir sus cuerpos de manera involuntaria; sin perder detalle alguno del espectáculo que veían.

De ese modo fueron pasando uno a uno los minutos, envolviendo el ambiente de la alcoba en un silencio abrumador... Hasta que de un instante al otro fueron interrumpidos por una enérgica serie de prolongados golpeteos ofuscados, que hicieron sacudir a todos del impensado susto.

—Vamos Lincoln, sé que estás ahí dentro. —empezó a vociferar enérgicamente su hermana Lola, a medida que golpeaba la puerta con extraordinaria rudeza—. Sal de una buena vez que necesito hablar contigo.

—¡¿E-Esa es Lola?! —sollozó ampliamente el impactado albino, repleto de pánico.

Completamente sorprendido, Lincoln se mantuvo quieto y en absoluto silencio; mientras veía la manera en la que su pequeña hermana Lisa, continuaba engullendo su polla entre sus labios.

Tras lograr evidenciar lo que estaba pasando, Sasha abrió los ojos con total admiración, y comenzó a observar muy tímidamente a su asombrada acompañante; quien tampoco tenía idea de lo que estaba sucediendo.

Al darse cuenta de que no le respondían, Lola intentó girar el pomo para poder ingresar; pero rápidamente se dio cuenta de que tenía seguro.

Fue así como llevada por la prolongada adrenalina que había en su cuerpo, la enfurecida rubia continuó tocando con vehemencia la reforzada puerta de seguridad; consiguiendo intimidar al tembloroso chico de mirada alterada.

—No tengo todo el día, Lincoln. ¡Sal de una buena vez! No me obligues a tumbar la puerta. —exclamó con gran rudeza.

Luego de un sinfín de exaltados golpeteos ofuscados, y al ser consciente de que la enojada rubia no se iba a retirar, finalmente Lincoln responde a su enérgico llamado; esbozándole a su hermana con indescriptible perturbación:

—E-Espera Lola, ¡Ya te escuché! Solo dame un par de minutos más, que ya voy a terminar.

—Está bien, Lincoln. No sé qué rayos estés haciendo ahí encerrado con Lisa, ¡Pero no te demores! —respondió la salvaje rubia con firmeza.

Luego de darse cuenta de que su violenta hermana pequeña se había marchado del lugar, Lincoln sujeta a la concentrada científica de la cabeza, y se la empieza a follar con enorme pánico y ofuscación; sin recibir reproche alguno de su parte.

En ese momento dejó de lado el placer intermitente que le generaba su eufórica mamada, y se limitó a intensificar las furiosas embestidas desbocadas que le mantenía propinando; para poder correrse cuanto antes.

A pesar de que su hermana Lisa no era muy buena en lo que hacía, al asustado chico le habría encantado tener su punzante miembro un poco más de tiempo entre sus delgados labios; para ayudarle a expresar toda esa lujuria contenida que se negaba a liberar.

Con gran parte de su cuerpo entumecido y hasta el último tramo de su piel absolutamente colorado, Lincoln se fue acercando cada vez más hacia su impávido final; hasta empezar a sentir la chocante manera en la que su más grumosa esencia, se le había comenzado a acumular en la base misma de su inflamado garrote.

Lleno de una gran impaciencia, y teniendo cuidado de no llamar la atención, Lincoln le dice a Lisa con enrome suavidad:

—No aguanto, ¡no aguanto más! Me voy a correr, Lis... ¡Me voy a correr!

Al ver la forma en la que el enrojecido chico se retorcía con alteración, Sasha gira su rostro hacia el lugar en donde se encontraba su amiga; y tras abrir sus ojos con mucha exaltación, le pregunta a esta con extraordinaria rapidez:

—Lucy, Lucy... ¡De que rayos está hablando tu hermano! ¿Sabes a que se refiere?

Al darse cuenta de sus inocentes palabras, Lucy acerca su rostro poco a poco al suyo; y le hace un par de señas rápidas con uno de sus grisáceos dedos, para que procediera a guardar silencio.

A pesar de las reiteradas advertencias provenientes de su hermano, Lisa se mantuvo adherida a su punzante hombría con magnífica fijación; impidiéndole al ofuscado muchacho de respiración acelerada, el controlar su cuerpo para no desfallecer.

Fue en ese momento cuando el sensitivo albino no pudo continuar soportando las inclementes descargas de placer que arremetían inmisericordemente contra su tensionada silueta. Por lo que, aferrándose con firmeza a la cabeza de su calmada hermana, empezó a dejar salir toda esa lefa contenida que se mantenía presente en sus burbujeantes bolas; hasta conseguir llenar su boca de manera desesperada.

Para sorpresa de Lincoln, —y de las tres atentas espectadoras que lo veían desde las sombras—, Lisa continuó devorando su miembro con inusitada calma; hasta conseguir tragarse una buena parte de su espesada leche.

Luego de unos cuantos segundos de gran agitación, y al ser consciente de lo que acababa de pasar, Lisa se aparta poco a poco de su extasiada pareja; y tras volver a colocarse los dientes, y proceder a limpiarse los restos de semen que tenía en los labios, le dice a Lincoln con inconfundible seriedad:

—¡Oh, rayosh! Me dejé llevar por lo que vi en las películas, y me tragué una buena parte de la muestra. ¡Tch! ¡Ya ni modo! Creo que tendré que ir a tu alcoba a media noche, para volver a recolectar la cantidad que necesito. ¡¿Eshtas de acuerdo con eso?!

En ese momento Lincoln estaba tan increíblemente ofuscado, que tan solo se limitó a mover su redondeada cabeza de arriba para abajo, en un claro gesto de aceptación.

Una vez que el estresado albino recobró muy levemente sus disipadas fuerzas, se puso de pie con algo de temor; y tras proceder a vestirse de manera gradual, se fue en busca de su violenta hermana Lola.

Llena de emoción, la pequeña Sasha se desliza con gran apuro dentro de la confinada ventila oscurecida; hasta conseguir llegar a la habitación de las gemelas. En ese corto lapso de tiempo se le veía tan exaltada, que ni siquiera fue capaz de detenerse a esperar a Lucy.

Después de varios segundos de interminable espera, finalmente Lincoln hace su arribo a los coloridos aposentos dominados por la agitada rubia; quien nada más al verlo, empieza a escanear su cuerpo con la mirada.

Luego de incomodarlo durante varios segundos, Lola le presenta a la misteriosa chica que permanecía a su lado; indicándole con total soltura, que ella era el motivo por el cual lo había llamado.

Completamente desconcertado, Lincoln se sienta sobre un costado de la enmugrecida cama de Lana. Y una vez ahí, empieza a observar de manera detallada a la temblorosa chica de coletas negras que se mantenía en silencio junto a un rincón; para tratar de descubrir que rayos estaba haciendo en ese lugar.

Al ver su rostro cargado de innumerables dudas, Lola da un par de pasos hacia donde se encontraba su hermano; y una vez que estuvo junto a él, procede a explicarle el motivo de su llamado.

Luego de captar su limitada atención, —y conseguir arrancarle un par de animadas sonrisas—, Lola acerca su cuerpo al desprevenido muchacho de dientes grandes, y procede a darle un emotivo abrazo cargado de absoluta fortaleza; que los hizo mantenerse pegados durante varios segundos.

Al ver la manera en la que ambos chicos se susurraban, tanto Sasha como Lucy cruzaron sus miradas con absoluta perplejidad; como tratando de descifrar que era lo que estaba pasando.

Tras una corta serie de extraños ruidos y prolongados cuchicheos disimulados, Lola se aparta poco a poco de su agitado hermano mayor; y enfoca rápidamente la vista sobre su callada visitante.

Fue así como de manera casi gradual, la extasiada rubia empieza a colocar en su rostro una clara mueca cargada de perversidad; que indicaba con total soltura que algo más estaba tramando.

Luego de unos cuantos segundos en total silencio, y al darse cuenta de que era dueña de toda la atención, Lola mira fijamente al expectante muchacho que permanecía a su lado; y tras sonreírle a este con apabullante parsimonia, procede a mencionar con bastante indiferencia:

—Muy bien todos, ¡llego la hora de comenzar! Ahora, Lincoln... ¡Necesito que te quites la ropa!

Tan pronto como la pequeña Sasha percibió sus atrevidas palabras, su cuerpo entero comenzó a ser víctima de una abrasadora ofuscación; que la impulsó a acercar su rostro cada vez más hacia la enmugrecida rejilla de metal, hasta quedar completamente pegada junto a esta.

A medida que el confundido albino le pedía explicaciones a su hermana, se mantenían siendo observados tanto por Meli, como por la excitada chiquilla que los veía desde las alturas; quienes a pesar de la gran incomodidad que había en el ambiente, era incapaces de apartar la vista de su lado.

Fue así como colmado de ansiedad, Lincoln se coloca lentamente de pie, y comienza a desprenderse de cada una de las arrugadas prendas que cubrían su estresada figura; mientras veía a su sonriente hermana pequeña, con absoluto resquemor.

Cuando finalmente quedó en ropa interior, Lola lo empuja de manera decidida sobre la mugrienta cama de su gemela; hasta dejarlo tendido, y con el rostro plagado de un extraño desconcierto.

Una vez ahí, y con la mayoría de su cuerpo totalmente erizado, Lincoln es testigo de la atrevida manera en la que su decidida hermana pequeña, le quitaba poco a poco su gastada ropa interior.

Tan pronto como el abrumado chico estuvo completamente al descubierto, el cuerpo de Sasha empezó a ser víctima de una multitudinaria serie de feroces sacudidas contradictorias; que la mantenían de lo más alerta posible, y con el rostro todo sudoroso.

Después de conseguir lo que quería, la animada rubia se sienta rápidamente a un lado del albino. Y sin tener ni un solo instante que perder, empieza a sonsacar a su asustada acompañante; para que le agarrase la polla con sus diminutas manos.

Al ver como la aterrada morena le seguía completamente el juego, Sasha abrió los ojos con sorpresiva fascinación; mientras mecía su pelvis de forma instintiva.

Una vez que el tensionado muchacho percibe el leve roce sobre su hombría, fue víctima de una potente descarga eléctrica de lo más estimulante; que le hizo retorcer el cuerpo con gran sobresalto.

Al darse cuenta de lo que la mano de su amiga le había provocado a su hermano, Lola envuelve sus dedos poco a poco sobre los suyos; hasta conseguir apretar su endurecido miembro con firmeza.

Tan pronto como sus pequeñas manos estuvieron entremezcladas, Lola vuelve a mover la suya de arriba hacia abajo, una y otra vez; hasta hacer que sus consternados compañeros, comenzasen a liberar sutiles gemidos difuminados.

Con la vista de todos los presentes puesta sobre la inflamada polla de su hermano, Lola empieza a masturbarlo lentamente y de forma continua; hasta hacerle girar la cabeza de un lado para el otro. En ese corto instante lucia tan estresado, que no tardó en tensionar sus temblorosas piernas con una gran ofuscación, para tratar de no moverse. Ya no había vuelta atrás. ¡Lincoln había llegado al límite de su propia resistencia!

Fue en ese preciso instante cuando por primera vez en toda la tarde, Meli aceleró las sutiles zarandeadas que se había mantenido propinándole a la embelesada polla que tenía en su mano; lo cual sirvió como último incentivo, para que Lincoln se entregase de lleno a las constantes punzadas qué sacudían su vientre.

—Oh, Oohh, ¡chicas! No puedo... ¡N-No puedo más! Creo que me voy a correr. —jadeó de forma entrecortada.

—¡¿A correr?! ¿Qué es eso? —volvió a mencionar la pequeña Sasha llena de innumerables dudas—. Dime Lucy, ¿acaso sabes de lo que está hablando?

Luego de constatar el elevado brillo que se mantenía presente en los animados ojos de su amiga, Lucy le hace un par de tímidas señas hacia el frente; para que no perdiese detalle alguno de lo que iba a suceder.

Fue así como enfocando la mirada sobre la enrojecida polla que se mantenía erguida ante sus ojos, la pequeña Sasha consiguió notar con bastante exaltación, la alucinante manera en la que el alterado muchacho de silueta delgada; empezó a batir su cuerpo con llamativa intermitencia.

Era la primera vez en toda la tarde en la que consiguió notar algo parecido. Llegando a experimentar un extraño burbujeo en su propia intimidad, que la mantenía con el cuerpo todo sudoroso.

Fue en ese momento cuando sus pequeños ojos se volvieron nuevamente a iluminar, al darse cuenta de la violenta manera en la que un ofuscado Lincoln, dejaba escapar diversos chorros blancos de la punta de su polla.

Plagada de una gran emoción, la extasiada Sasha abrió sus ojos a mas no poder; mientras veía la manera en la que el eufórico chico con la piel enrojecida, liberaba un espeso líquido por todos lados.

Luego de que el complacido muchacho culminase con su fabulosa faena, los ojos de Sasha se posaron rápidamente sobre la angustiada morena de alargada cabellera. Quien se mantenía con el pecho todo tembloroso, y con evidentes ganas de querer llorar.

De un momento al otro Meli se quedó completamente en silencio, mientras contemplaba con total asombro, aquel ardiente fluido viscoso que se mantenía escurriendo entre sus angostos dedos. Y al terminar, se dirige a su amiga con la mirada desviada:

—¡¿Po-Por qué me hiciste eso Lola?! —sollozó con notable decepción—. Tu hermano me orinó toda la mano.

—¡Tranquilízate Meli! De esto justamente era de lo que quería hablarte. Eso que tienes en tu mano no es orina.

—¡¿N-No lo es?! —preguntó con llamativa incredulidad—. ¿Y entonces que es?

—Ese fluido blancuzco que tienes en tus manos se conoce como "semen", y es ¡Mmm! Bueno... Lo que los chicos liberan cuando la han pasado de maravilla.

Al darse cuenta de su impensada explicación, Sasha acerca su rostro al de su impávida acompañante; y le dice a esta llena de exaltación:

—Lucy, Lucy, ¿lo que está diciendo tu hermana es cierto?

—Así es... ¡Suspiro! Todo lo que está diciendo Lola es correcto.

—Conque semen, ¡eh! —exclamó Sasha con fascinación—. Esto se pone cada vez más interesante.

Con el paso de los minutos, los ánimos en la habitación se empezaron a aplacar. Por lo que a medida que las cuatro chicas intercambiaban palabras en cada extremo, el joven albino se mantenía atontado y bajo un completo estado de pasividad; mientras trataba de aspirar aire con la boca abierta.

Aun emocionada por lo que acababa de divisar, la pequeña Sasha empieza a bombardear Lucy con toda clase de atrevidos interrogantes; manteniéndose de lo más atenta posible, a cada una de sus posibles respuestas.

Al cabo de una copiosa serie de acaloradas preguntas desenfrenadas, Sasha detiene de lleno cada uno de los pronunciados movimientos que realizaba; luego de ver a la hermana menor de su misteriosa amiga, quitándose la ropa con total tranquilidad.

Completamente paralizada, Sasha posa su mirada sobre la sensual silueta que se batía ante ella; consiguiendo evidenciar con total asombro, la delicada manera en la que la pequeña princesa se iba desnudando.

Fue así como en un abrir y cerrar de ojos el lindo traje rosa de Lola fue a dar directamente al suelo, quedando tan solo cubierta por unas diminutas bragas brillantes del mismo color; que dibujaban con gran ligereza, el sutil contorno alargado de sus apretados labios vaginales.

Al ver la manera en la que su decidida consejera se había empezado a desnudar, Meli se mantuvo quieta y en el más absoluto de los silencios; mientras veía al exaltado albino, con la mirada puesta sobre su atrevida hermana pequeña.

Tan pronto como la electrizada chica rubia consiguió mandar al suelo sus elegantes pantys de diseñador, Sasha emite un suave murmullo de lo más difuminado; que le hizo temblar el cuerpo con bastante intensidad.

Una vez que estuvo completamente al natural, coloca ambas manos a la altura de su cintura, y empieza a girar su cuerpo con gran lentitud; como si estuviese participando en alguno de sus emblemáticos concursos de belleza.

Al darse cuenta de que todos la veían, Lola extiende ambas manos hasta el lugar en donde se encontraba su amiga. Y tras acariciarle la cabeza con llamativa sutileza, la toma del brazo sin mayores reparos; y empieza a tirar de esta para que se levantase de la cama.

Tan pronto como la agitada niña volvió a estar reincorporada, Lola visualiza su cuerpo de la cabeza a los pies. Y luego de susurrarle una corta serie de palabras inaudibles, empieza a desnudarla sin mayores apuros.

A medida que la decidida gemela desvestía a su compañera, Lincoln aprovecha su descuido para empezar a recorrer cada una de sus delicadas curvas con la mirada; hasta volver a ser víctima de otra portentosa erección.

A pesar de la enorme sensibilidad que lo aquejaba en aquel instante, y de lo ligeramente cansado que ambas chicas lo habían dejado, el joven albino había empezado a calentarse con notable ligereza; llamando la atención de la fisgona en la ductería.

Después de ver a Meli con tan poca ropa encima, y de apreciar la manera en la que Lola desfilaba al natural, la respiración de Sasha no tardó en comenzar a incrementarse; obligándola a frotar sus piernas la una contra la otra.

De un instante al otro Lola decide acomodar su cintura sobre la inflamada polla de su impaciente hermano mayor, llamando la atención del resto de los presentes.

Al darse cuenta de lo que estaba pasando, el pecho de Sasha empieza a sacudirse con bastante obstinación; tomando a Lucy de una de sus delgadas manos, para proceder a apretársela con incomparable fortaleza.

A medida que la indomable rubia restregaba su cintura sobre la erguida polla del albino, se mantenía siendo observada por la silenciosa compañera de Lucy; quien se veía tan increíblemente concentrada, que por instantes se le olvidaba hasta pestañear.

Una vez que Lola estuvo acomoda, y al darse cuenta de que el expectante chico no se movía, sujeta su polla como toda una experta; y la coloca en la entrada brillante de su apretada intimidad.

Fue en ese momento cuándo la animada rubia empezó a extender su erizada silueta una y otra vez, de atrás hacia adelante; hasta conseguir notar con algo de agrado, la forma en la que Lincoln había empezado a aspirar aire con la boca bien abierta.

A medida que la pervertida chica se mantenía restregando su coño sobre el venoso tronco de su amante, este tan solo era capaz de tensionar sus músculos con inclemente ferocidad; para tratar de no correrse debido a tanta excitación.

Sin perder detalle alguno de lo que observaba, Sasha extiende sus dedos sobre la polvorienta rejilla de metal; y tras comenzar a resoplar con bastante obstinación, enfoca su mirada sobre los lascivos movimientos de la gemela. Fue en ese momento cuando finalmente Lola decide entrar en acción. Por lo que sujetando la polla de su hermano con gran anhelo, la dirige sin mayores apuros hacia su palpitante intimidad; hasta conseguir alojarla en todo el centro de sus brillantes labios.

Una vez que estuvo acomodada, y tras lanzar una corta sonrisa colmada de satisfacción, Lola se deja caer con inusitadas ansias; hasta conseguir alojar el endurecido falo entre sus piernas.

Tan pronto como la venosa polla de Lincoln estuvo oculta, el cuerpo de Sasha sufrió una fuerte descarga eléctrica de lo más inesperada; que la trajo de vuelta a su increíble realidad.

Al ver como la animada rubia había empezado a cabalgar sobre las punzantes partes de su hermano, Sasha dirige su mirada hacia el imperturbable rostro de su calmada amiga; y le pregunta a esta con muchísima ansiedad:

—Lucy, Lucy... ¡Qué es lo que está pasando! ¿Acaso están luchando?

Tras darse cuenta del profundo grado de inocencia que mantenía presente en su iluminado rostro, Lucy la mira con un poco de frialdad; y procede a decirle sin siquiera inmutarse:

—Es sencillo, ¡están teniendo sexo!

—¡¿Sexo?! ¿Pero qué es eso? —replicó la desconcertada niña de manera inconsciente.

—Oh, rayos. ¡Suspiro! Creo que voy a tener que darte una buena explicación.

De ese modo, Lucy acerca sus grisáceos labios a la enrojecida oreja de su amiga; y sin cambiar su expresión ni por un solo instante, procede a indicarle lo que la expectante niña quería saber.

Bastaron un par de segundos de una detallada explicación, para ver la manera en la que la temblorosa niña con dos flores en el cabello; empezaba a sollozar todo tipo de interrogantes a su paso.

—¿Eso se puede hacer? ¡¿De verdad?! —exclamó con incredulidad—. ¿Y lo que hizo tu madre y tu hermana Lisa? Ujum, ujum. ¡¿Estás segura de eso?!

Con la vista puesta sobre Lola, y el resto de sus sentidos fijos sobre tan magnífica explicación; Sasha se mantiene de lo más atenta posible, y con la mayoría de su cuerpo vibrando con alteración. Hasta que luego de un par de segundos de gran entrega, dirige su rostro hacia su impávida compañera; y le pregunta a esta con total agitación:

—Pero dime una cosa Lucy, ¿cómo sabes tanto sobre todo esto?

—¡Mmm! Llegados a este punto, creo que puedo confiar en ti. —susurró de manera pausada—. Hace un par de años cuando acababa de descubrir mi lugar feliz en la ductería, vi como mis padres se quitaban la ropa con gran velocidad; para luego empezar a revolcarse sobre su cama.

A medida que la sombría chica murmuraba su relato, era fijamente vista por su asombrada acompañante; quien se mantenía atenta a cada uno de sus limitados movimientos, dejando de lado lo que ocurría en la habitación.

—Y aunque en un principio llegué a pensar como tú que se estaban peleando, sobre todo al ver como mi madre saltaba ferozmente sobre la entrepierna de papá; no me tomó mucho tiempo descubrir lo que en realidad estaba pasando. ¡Suspiro! Y desde entonces los he estado observando casi a diario, por lo que creo que estuve presente en la concepción de mi pequeña hermana Lily.

Luego de escuchar su magnífica explicación, la pequeña Sasha se mantuvo quieta y con el rostro todo enrojecido; sin atreverse a emitir ni el más leve de los sonidos.

Así se mantuvo durante un par de minutos más, hasta que, de forma casi gradual, volvió a cambia la expresión que se mantenía presente en sus consternados ojos; tan pronto como empezó a percibir los suaves gemidos liberados por la impaciente princesa.

Al ver a Lola rebotando ansiosamente sobre la enrojecida polla de su hermano, su cuerpo entero volvió a ser víctima de punzantes espasmos; que la mantenían cada vez más estresada.

Fue en ese preciso momento, cuando la extasiada Sasha llevó una de sus diminutas manos sobre la parte alta de su holgado pantalón; comenzando a frotar su tembloroso sexo de manera instintiva.

Al ver como su inocente amiga se había empezado a toquetear, Lucy arruga su rostro con inusitada calma; y comienza a sonreír con bastante agrado.

Con la vista de los presentes puesta sobre su estilizada anatomía, Lola dio inicio a un cadencioso baile de cintura, metiendo y sacando aquel animado pene en todo el centro de sus aceitados labios; para luego ir incrementando el desmedido ritmo de manera mucho más que progresiva, hasta conseguir rebotar su alterado cuerpo con locura.

Llevada por la inmensa calentura que la azotaba en ese instante, Lola inclinó su cuerpo desesperadamente hacia adelante; consiguiendo ofrecerle a su perturbado hermano mayor, las sonrosadas tetas que se alzaban sobre su pecho.

Totalmente desencajado, Lincoln no tardó en devorar cada uno de sus minúsculos pezones descoloridos; obligando a su sollozante pareja, a batir su coño con gran perturbación.

Fue así como en cuestión de segundos, la extasiada princesa empezó a mover sus apretadas caderas con gran ferocidad, realizando amplios círculos sobre el endurecido garrote entre sus piernas; hasta conseguir llevarlo directamente al límite.

Esta acción no pasó para nada desapercibida para la expectante Sasha, quien al ver a Lincoln devorándole las tetas a su agitada hermana pequeña; no tardó en incrementar los intensos roces que realizaba en su entrepierna.

A medida que lo montaba, Lola batía su rostro de un lado para el otro. Y mientras más aceleraba sus intensos movimientos de cintura, aprovechó la cercanía de sus sudorosas partes, para retorcerle los pezones con ambas manos.

A pesar de ser de lo más pequeña, la animada gemela tenía el control sobre toda la situación. Tanto así, que bastaron un par de suaves contorneos de sus más ajustadas caderas; para hacer que el abrumado muchacho, comenzase a respirar con llamativa intermitencia.

Fue así como en un abrir y cerrar de ojos, y sin darle el menor chance de tan siquiera respirar, Lola empieza a incrementar con total rudeza sus desmedidas sacudidas de cintura; hasta conseguir dejar al receptivo muchacho de cabello blanco, totalmente tenso y colorado. Ya no había vuelta atrás. ¡Lincoln Había llegado al límite de su propia resistencia!

Ya sin fuerzas para continuar, Lola aceleró una última vez sus pronunciados movimientos estimulantes. Hasta que finalmente no pudo continuar soportando los salvajes latigazos de placer que bombardeaban cada tramo de su aterciopelado conducto vaginal, explotando al unísono junto a su hermano en un inmisericorde mar de portentosos aullidos estimulantes; que pusieron a temblar tanto a Meli, como a la trastornada chiquilla que los veía desde las alturas.

Luego de correrse con tan grandiosa brutalidad, la cansada gemela no pudo continuar estremeciendo su frágil figura por mucho más tiempo, y se desplomó sobre el transpirado pecho de su ofuscada pareja; dejando a Lincoln con la mayoría de su pene todo reducido, y sus punzantes gemidos cada vez más apagados.

Al ver la manera en la que ambos chicos se estremecían, y lograr darse cuenta como la polla del albino se iba replegando; Sasha avecina sus labios al empalidecido rostro de su amiga; y le murmura a esta con magnífica fascinación:

—Mira Lucy, la cosa de tu hermano se está poniendo pequeña.

—¡Suspiro! Eso significa que se consiguió correr dentro de Lola.

Luego de escuchar tan concisa respuesta, Sasha se mantuvo quieta y con la respiración ampliamente incrementada; mientras observaba con gran encanto, la manera en la que al joven chico se le reducía la polla de tamaño.

Había sido una faena de lo más estimulante, que dejó con el pecho acelerado a la mayoría de los presentes.

Luego de protagonizar tan briosa escena, los ánimos en la habitación se fueron aplacando de una manera tan ampliamente inesperada; que por momentos el único sonido que retumbaba entre sus cuatro paredes, era el producido por la jadeante niña escondida en las alturas.

Al cabo de un corto rato cargado de ansiedad, y aun respirando con gran sulfuración, Lola se levanta muy suavemente de la revuelta cama de su hermana; y tras posar su silueta desnuda en el borde de la misma, empieza a tirar de Meli hasta conseguir sentarla al lado de su hermano.

Una vez que la abrumada chica estuvo acomodada, Lola la empuja hacia todo el centro de la cama; y sin siquiera esbozar el más mínimo gesto de vergüenza, procede a retirarle el último pedazo de tela que cubría su intimidad.

En ese momento la pequeña Meli lucia tan perturbada, que ni siquiera era capaz de oponerse a los atrevidos movimientos realizados por su amiga. Por lo que bastaron un par de firmes tirones por parte suya, para que la asustada chiquilla quedase completamente desprotegida; y sin ganas aparentes de querer protestar.

Fue en ese momento cuando una eufórica Sasha liberó un suave suspiro colmado de ansiedad, luego de ver a Meli volver lentamente en sí; e intentar cubrir su lampiño sexo con ambas manos.

Tan pronto como la aterrada morena se mantuvo quieta sobre la cama, Lola dirige su mirada hacia su extenuado hermano mayor; y le hace un par de señas para que se abalanzase sobre su amiga. Pero al darse cuenta de su apagada respuesta, y conseguir evidenciar las pocas fuerzas que le quedaban; decide cambiar de táctica para lograr lo que quería.

Una vez que consiguió llamar la atención del expectante albino, —y de la impaciente chica que los veía desde la ventila—; esta se dirige sin mayores apuros hacia el pequeño closet sobre un costado. Y una vez ahí, empieza a deslizar sus manos dentro de una de las pequeñas cajas que había junto a la pared; hasta lograr encontrar lo que se mantenía buscando.

Fue así como de manera casi repentina, Lucy posa su mirada sobre el vistoso artículo que tenía en una mano; para después decir con total admiración:

—Conque Lola era quien la tenía, ¡eh!

—¿De qué estás hablando Lucy? ¡¿Qué es esa cosa?!

—Es una antigua peluca que usaba Lúlu.

—¡¿Lúlu?! ¿Quién es esa? ¿Acaso es otra de tus hermanas?

—Si... Digo, no... Digo. ¡Suspiro! Mas tarde te lo explico con más calma.

A medida que ambas chicas cuchicheaban con sigilo, Lola se acerca con cuidado hacia el lugar en donde se encontraba su amiga. Y tras empezar a sonreírle con innegable malicia, procede a colocarle la alargada peluca rosa repleta de purpurina; hasta lograr su cometido en un par de movimientos.

Una vez que la contrariada Meli la tuvo sobre su cabeza, Lincoln comenzó a mirarla con una extraña expresión en su exaltado rostro; que no tardó en sacudir su agotado cuerpo.

Totalmente sin palabras Lincoln empezó a balbucear con sorprendente descontrol, mientras veía a su desorientada acompañante; con una peluca rosa que ocultaba su cabellera. Y es que en ese momento se sentía tan impresionado, que era incapaz de apartar sus ojos de la delicada entrepierna de la asustada niña.

Fue así como cargado de una tumultuosa desesperación, Lincoln desciende su cabeza entre las temblorosas piernas de la morena. Y sin siquiera prestarle atención a sus prolongados gestos terror, se dispuso a extender su lengua con apabullante precisión; hasta conseguir situarla a escasas pulgadas de su raja.

Al ver la manera en la que el hábil chico se acomodaba entre sus piernas, Sasha detuvo momentáneamente cada uno de los limitados movimientos que ejercía; enfocándose de nuevo en lo que veía por la rejilla.

Con la mayoría de los vellos de su cuerpo totalmente erizados, Sasha se mantuvo en silencio y mucho más que receptiva; para no perder detalle alguno de lo que divisaba bajo sus ojos.

Una vez que estuvo en posición, Lincoln arremete sin ningún tipo de consideración contra la temblorosa vagina de la pequeña niña; deslizando hábilmente la mojada punta de su lengua entre sus cerrados labios vaginales, hasta conseguir hacerla tiritar.

Al ver como su inocente amiga sacudía su cuerpecito con desesperación, Lola se abalanza hábilmente sobre ella; y empieza a besarla poco a poco sobre su cuello, para tratar de tranquilizarla.

Tras notar la descarada manera en la que le iban introduciendo la lengua entre sus tiernas partes, Sasha emite un suave gemido cargado de complacencia; que la impulsó a deslizar sus dedos sobre la comisura misma de sus sensitivos labios, para luego suspirar con sobresalto:

—No sabía, ¡Mmm! ¡No sabía que eso se pudiese hacer!

A medida que le devoraban el coño a la extenuada morena, la compañera de Lucy se comenzó a toquetear a una gran velocidad; llegando a incrementar el frágil ritmo de su copiosa respiración.

Lleno de una tormentosa zozobra, Lincoln aprovecha la marcada indecisión de su sensual acompañante, para hundirle su lengua justo en medio de sus delgados pliegues vaginales. Consiguiendo tomar a Meli tan increíblemente desprevenida, que fue incapaz de moverse por culpa de la sorpresa.

Una vez que tuvo su lengua en posición, el animado albino empezó a recorrer sus labios de arriba hacia abajo, con extraordinaria lentitud; hasta hacerle palpitar el vientre con bastante fortaleza.

De un instante al otro Meli empezó a sacudir su cuerpo con inusitadas ganas, luego de ver la manera en la que una intranquila Lola, le chupeteaba los pezones con total ahínco.

Con la mayoría de su cuerpo totalmente entumecido, Meli empezó a entremezclar sus dedos con las blancas sábanas de la cama; demostrando en gran medida, la deslumbrante confusión que sentía en su cabeza.

Entre más se adentraba Lincoln en las temblorosas partes de la niña, mayores eran los tenues resoplidos que generaba Sasha en la ductería. Provocando así toda una extraña mezcla de exaltados suspiros entremezclados, que no tardaron en apoderarse de una buena parte de la habitación.

Contra todos los pronósticos y en un último instante de cordura, Meli intentó luchar con furia para separarse de su lado. Pero al darse cuenta de que los minutos pasaban, y de que la mayoría de sus impulsos poco a poco la iban abandonando, decidió dejar de resistirse.

Luego de comprobar la forma en la que una cansada Meli había dejado de luchar, Lincoln comenzó a entreabrir sus labios con inusitada precisión; logrando recorrer el aceitado interior de su acalorado conducto carmesí, con mayor libertad.

A medida que la penetraba con su lengua, la exaltada chica empezó a batir sus caderas con extraordinaria ligereza; logrando acoplarse sin tan siquiera darse cuenta, a los decididos lametazos en su aceitada entrepierna.

Al cabo de un intenso rato, y ya sin fuerzas para continuar, Meli arqueó violentamente su pequeña espalda. Y tras girar su confundido rostro de un lado hacia el otro, acabó su recatado silencio exclamando con algarabía:

—¡Alto, alto! ¡Ooh, Uhm! Me haces cosquillas, ¡me haces cosquillas!

Totalmente orgulloso de sus acciones, Lincoln arremetió con mayor fiereza contra el sensitivo sexo de la ofuscada morena; recorriendo sus tersos labios con el fino borde de su lengua, casi al tiempo en que estimulaba su brillante clítoris con la yema de sus dedos.

Por si esto fuera poco, Lola le dio el espaldarazo final al llamado de clemencia emitido por su inquieta amiga, acariciando con los dedos cada uno de sus endurecidos pezones; casi al tiempo en que los engullía entre sus resplandecientes labios.

—¡Ay, Ay! Detente... ¡Detente! Me voy a hacer pipí... ¡Me voy a hacer pipí!

Ya sin fuerzas para continuar, Meli arquea su torso con gran incomodidad, y tras proceder a apretar los ojos con evidente desesperación, empieza a dejar escapar un enfurecido chorro de su más aclarada orina; que impactó rápidamente sobre el descuidado rostro que había en frente suyo.

Fue así como en un abrir y cerrar de ojos, y sin tener el menor chance de tan siquiera reaccionar, Lincoln recibió de lleno la acalorada descarga de su intranquila acompañante; la cual baño en pleno una gran parte de su estupefacto rostro, hasta ir a parar sobre su agitado pecho.

Tras darse cuenta del alucinante modo en el que le había salpicado el rostro, Meli cerró los ojos con una gran perturbación. Y sin tener valor de pronunciar palabra alguna, se limitó a abrirse completamente en llanto; mientras giraba la cabeza hacia un costado.

Al ver la manera en la que habían bañado a su hermano, Lucy se frota la barbilla con una de sus manos; y procede a articular al aire con bastante convicción:

—La amiga de Lola no tenía la más mínima oportunidad. La lengua de Lincoln es demasiado fabulosa.

—¡Espera Lucy! ¿Como sabes eso? Acaso tú y tu hermano...

—Así es, ¡Suspiro! ¡Ya no hay razón para tratar de ocultarlo! Lincoln y yo hemos estado juntos durante un par de ocasiones, en las que nos hemos vuelto uno en cuerpo y alma.

Luego de percibir tan concisas palabras, Sasha se la queda mirando con increíble perturbación; casi al tiempo en que sacudía su alterado pecho con fortaleza.

De ese modo fueron transcurriendo los minutos, hasta que finalmente Lola se coloca poco a poco de pie. Y tras tomar a Meli por uno de sus brazos, enfilan el rumbo hacia el vistoso baño al final del corredor; para ocultar las huellas de lo que allí había pasado.

Al ver la manera en la que todos los presentes salieron disparados hacia el final del corredor, Sasha abrió los ojos con gran desasosiego; y se fue detrás de ellos sin pronunciar palabra alguna.

Una vez que consiguieron ingresar, Sasha ve la manera en la que una relajada Lola le quita poco a poco a Meli su brillante peluca; para luego aflojarle las trenzas que le llegaban sobre el trasero.

Al ver a la angustiada morena desnuda, y sin las dos coletas clásicas de caballo que amarraban su oscurecida melena, Lincoln empezó a ser víctima de una inclemente picazón a la altura de sus arrugadas bolas; que lentamente hicieron despertar su replegada hombría.

Con la bañera llena hasta la mitad, Lola le hace un par de señas a su amiga para que ingresase primero, y tan pronto lo consigue, se acerca con recato hasta el lugar en donde se encontraba su hermano; y le susurra al oído una serie de palabras inaudibles.

En ese momento la amiga de Lucy se veía tan abrumada, que no era capaz de apartar la vista de la ondulante polla que se divisaba frente a sus conmovidos ojos. Sumergiéndose cada vez más en una espiral de auténtica agonía, que la mantenía paralizada y en el más profundo de los silencios.

Fue así que con la polla tambaleante y una mueca de sonrisa iluminando su brillante rostro, Lincoln deslizó su cuerpo muy lentamente dentro de la confortable tina; hasta quedar a un lado de la ingenua chica.

Al girar su lindo rostro hacia un costado, y percatarse de la inusual manera en la que estaba compartiendo la ducha con el hermano de su amiga, Meli intenta alejarse de su lado; pero al intentar hacerlo, es detenida una vez más por la propia Lola.

Sin tiempo que perder, el joven albino se posa rápidamente por detrás de la nublada niña; quien, a pesar de sus prolongadas quejas, no era capaz de llevarle la contraria a su sonriente mentora.

Fue así como en cuestión de milésimas, Lincoln posó sus manos sobre la dorada espalda de la nerviosa pequeña; y sin siquiera detenerse a razonar, empezó a acariciar gran parte de su expuesta retaguardia.

Al darse cuenta de la prolongada manera en la que le metían mano, Sasha emiten un corto suspiro colmado de perplejidad; que la impulsó a retomar las suaves caricias sobre su sensitivo sexo.

A medida que el exaltado albino deslizaba hábilmente sus dedos sobre la parte baja de su cautivante trasero, y la decidida rubia enfilaba sus ataques de manera directa contra su abultada entrepierna; Meli comenzó a emitir tenues gemidos de lo más difuminados, que rápidamente fueron aplacados por el tenue rocío producido por la regadera.

Llena de un gran cansancio, Meli batía su torso de un lado para el otro. Hasta que finalmente no pudo continuar soportando toda esa serie de briosos manoseos a los estaba siendo expuesta, inclinando su torso con gran cuidado; hasta lograr apoyar sus manos sobre el borde de la bañera.

Al ver la manera tan sutil en la que esta se desplomaba, Lincoln llenó con espuma la cabeza de su verga. Y sonriéndole a su hermana Lola con un poco de descaro, se dispuso a deslizar su miembro por gran parte de la espalda de la temblorosa niña; hasta conseguir llegar a su inclinado trasero.

En ese momento la pequeña Meli se sentía tan deslumbrada, que ni siquiera intento apartar su lubricado coño del perverso albino. Recibiendo de lleno una brutal serie de feroces estocadas consumadas, que ayudadas por el abundante jabón que había en su sexo, y la inclinada posición en la que esta se encontraba; dieron como resultado una rápida penetración por parte suya, justo en medio de sus carnosos labios.

Una vez que el sonriente muchacho le introdujo la verga hasta llegar a su interior, dio rápidamente inicio a una incesante catarata de desalmadas estocadas pronunciadas; que amenazaban con partir en dos a la adolorida pequeña.

Al ver la manera en la que la jadeante morena era sometida, Sasha detiene cada uno de sus entrañables movimientos prolongados. Y tras acomodar su cuerpo junto a la rejilla de ventilación, y comenzar a tiritar con mayores ganas, desliza su mano izquierda por debajo de su ensanchada ropa íntima; hasta conseguir estimular su sensitiva abertura.

Mientras Lincoln hacia desaparecer una y otra vez su firme pito en todo el centro de tan voluminosa vagina, Lola hacia lo suyo sofocando los incontables gestos de dolor, que intentaban escapar de los sellados labios de su amiga.

Completamente fatigada, y con él agua de la tina a punto de rebozar su nivel, la aterrada chica se mantuvo lo más quieta posible; mientras sentía las prolongadas descargas de placer, que de a poco iban bombardeando su aterciopelada hendidura.

Sin fuerzas para continuar, Lincoln incrementó con mayor violencia cada una de sus ansiosas estocadas, anunciando en gran medida, que estaba a punto de volver a correrse.

A medida que los observaba, Sasha comenzó a intensificar cada uno de sus animados movimientos; experimentando una extraña comezón en la parte más profunda de sus resguardadas entrañas, que la tenían a punto de enloquecer.

Al cabo de una briosa faena, Meli empezó a percibir una extraña calidez en el interior de su comprimido abdomen; que se iba incrementando en gran medida, cada vez que el despiadado muchacho arremetía con total lujuria contra su vulnerada almejita.

Con sus últimos suspiros, Lincoln hizo que Meli se arrodillase dentro de la propia bañera, y una vez que lo consiguió, empezó a penetrarla con enorme brusquedad; siendo seguido muy de cerca por la erizada niña que los veía desde las alturas.

Luego de finalizar su grandiosa faena, el cansado muchacho se retira poco a poco de su lado, y se mantuvo calmado y en el más completo de los silencios; mientras veía como su hermana, continuaba besuqueando a su desplomada secuaz.

Después de un par de alucinantes minutos, Lincoln posa su mirada sobre la jadeante silueta desnuda de su agotada acompañante. Llegando a experimentar una inusitada sensación de vacío en la parte más profunda de sus adoloridos huevos, cada vez que veía a la indefensa niña jadeando con ofuscación.

Con las piernas temblorosas y gran parte de su figura fatigada, se aproxima con cuidado hasta el lugar en donde se encontraba Meli, para intentar acariciarle la espalda. Pero cuando estaba a punto de lograrlo, es detenido manera inmediata por una enojada Lola; quien rápidamente detiene sus embates con la más fría de las miradas.

Al darse cuenta de que no podía continuar, Lincoln se levanta de la tina con bastante decepción. Y tras secar calmadamente su cuerpo desnudo con una toalla, y volver a experimentar un leve cosquilleo en la punta rojiza de su inflamada hombría; enfiló su rumbo hacia la salida.

Tras abrir la puerta con cuidado, y lograr evidenciar que el pasillo estaba vacío, este se aleja velozmente hacia su propia habitación, para no ser descubierto.

Al ver como el albino se había marchado del lugar, Lucy dirige su mirada hacia el ofuscado rostro de su temblorosa compañera; y le dice a esta con total serenidad:

—Y bien, Sasha. ¿Qué quieres hacer ahora?

Luego de mencionar esas cortas palabras, Lucy se la queda mirando con aparatosa fijación. Por lo que al ver la expresión tan marcada que en ese instante demostraba, no demora en esbozar:

—¡Suspiro! Quieres ir detrás de Lincoln, ¿verdad?

Fue así como agachando la cabeza con un poco de vergüenza, Sasha empieza a asentir de manera afirmativa; dejando así mucho más que claro, cuáles eran sus verdaderas intenciones.

De ese modo, Lucy le hace un par de gestos con la cabeza para que retomase su camino de forma inmediata; dejando atrás a las dos cansadas chicas, aun sumergidas dentro de la bañera.

Al volver a la habitación de Lincoln, los ojos de la pequeña niña se volvieron a enfocar en la semierecta polla del resollante muchacho; quien permanecía parado en todo el centro de la confinada recamara, mientras secaba su figura con bastante lentitud.

Bastaron un par de suaves toques por encima de sus cosquilleantes piernas, para ver la manera en la que su temblorosa verga, lentamente comenzaba a levantarse. Y es que a pesar del prolongado cansancio que este demostraba, no podía evitar emocionarse con el dulce recuerdo que acababa de experimentar.

Cuando el joven albino se había comenzado a secar la cabeza, se abre la puerta con inusitada calma; permitiéndole contemplar a Lucy como a su paralizada seguidora, quien era la persona que acababa de llegar.

Para su completa extrañeza, no era otra más que Rita quien acababa de entreabrir la puerta con enorme suavidad; dejando a ambas chicas completamente impactadas, al ver como la nerviosa rubia no era capaz de ingresar.

Por suerte Rita no tardó demasiado en esa posición, y volvió a cerrar la puerta de manera pausada; sin que el inocente muchacho se llegase a enterar.

Al ver como la jefa de la casa se había marchado, Sasha comenzó a estremecer su vientre de manera apresurada; debido al tremendo susto que acababa de experimentar.

Fue en ese momento cuando totalmente enceguecida por la situación, Sasha arrimó su cuerpo contra la oxidada rejilla de metal, empujándola sin querer poco a poco hacia adelante; hasta que fue a dar al piso.

—¡Rayos! —sollozó muy suavemente la asustada chiquilla con dos flores en el cabello, al saber que por su culpa habían sido expuestas.

Tan pronto como Lincoln se percató de su presencia, cubrió su cuerpo de manera involuntaria; para luego exclamar con total perturbación:

—Pero qué... ¡Pero qué rayos Lucy! ¡¿Que hacen ahí escondidas?!

Al darse cuenta de que habían sido sorprendidas, Lucy le pone a su amiga una mano sobre su delgado hombro; y le dice a esta con inconfundible seriedad:

—Vamos Sasha. ¡Suspiro! No tiene caso que sigamos acá metidas.

Al terminar de mover sus labios, Lucy empieza a descender su cuerpo con llamativa lentitud; y una vez que lo consigue, le hace señas a su amiga para que se animase también a bajar.

Con la mayoría de su silueta cada vez más enrojecida, Sasha empieza a descender muy pausadamente por el ajustado conducto de metal; hasta que luego de un par de alargados segundos, consiguió situarse junto a su amiga.

A medida que ambas chicas descendían sin apuros, Lincoln se mantuvo en silencio y totalmente inexpresivo; al no tener para nada claro lo que estaba aconteciendo.

Tan pronto como Sasha y Lucy estuvieron a su lado, fue como este volvió nuevamente en sí; para luego limitarse a preguntar:

—Pero qué demonios hacían ustedes allá arriba. ¿Acaso me estaban espiando?

Al ver los nacientes gestos ofuscados en su desconcertado rostro, Lucy lo observa fijamente durante varios segundos más; para luego responde con bastante franqueza:

—Lo siento mucho hermano. Solo le quería mostrar a Sasha como era que hacía para alcanzar la inspiración en mis poemas. ¡Suspiro! Aunque jamás llegué a imaginar que las cosas se tornarían de esa manera.

—¿Y desde cuando me estuvieron observando? —preguntó con la voz toda rasposa.

—¡Uhm! Digamos que lo suficiente como para que no tengas que escondernos tu cuerpo denudo.

Después de ver el elevado enojo que mantenía consigo en su tensionado rostro, Lucy se acerca con cuidado hasta quedar en frente suyo; y le susurra suavemente:

—Lamento mucho haberte seguido sin tu permiso. ¡Suspiro! Y qué tal si para compensártelo, ¿te ayudo a que se te baje lo que tienes ahí escondido?

Luego de decir esas palabras, Lucy le aparta las manos sin mayor esfuerzo, y le sujeta la erguida polla que apuntaba hacia su lado. De esa forma, y tras ponerse lentamente de rodillas, procede a engullirse el endurecido miembro que tenía entre sus frías manos; hasta hacerlo desaparecer de un solo bocado.

Tan pronto como la hábil chica consiguió devorar su tensa hombría, Lincoln pegó un tenue resoplido cargado de inusual satisfacción; que estuvo a punto de hacerlo desplomarse sobre el suelo.

En ese instante estaba tan increíblemente machacado, que era incapaz de oponerse a los desmedidos embates de placer, que eran emitidos por su sombría pareja. Bastado así unas cuantas chupadas leves sobre el extremo mismo de su inflamado glande, para hacerle perder gran parte de su limitada compostura.

Al ver su sulfurada reacción, Lucy lo empuja con anhelo sobre la pequeña cama; hasta dejarlo de espaldas, y con su firme polla apuntando hacia el tejado.

Una vez que estuvo acomodado, Lucy se aloja con gran rapidez en todo el medio de sus ondulantes piernas, procediendo a retomar cada una de sus fabulosas sacudidas; hasta hacerlo sollozar con gran revuelo.

Con su cuerpo entre sus piernas, —y tras observar de reojo la manera en la que Sasha se estremecía—, la empalidecida muchacha fue incrementando la velocidad tan marcada de sus salvajes lametazos; hasta hacer estremecer a su sensible familiar.

Con la mayoría de sus sentidos agudizados, y el ritmo de su respiración cada vez más intranquilo, Lincoln se mantuvo en silencio y completamente inamovible; a medida que su calmada hermana le devoraba la polla con ferocidad.

Al ver el amplio grado de calentura que había en su cuerpo, Lucy se aparta poco a poco de su lado; y tras proceder a masturbarlo con una sola mano, le dice a su compañera con un poco de ansiedad:

—No me parece justo que seas la única que no haya podido disfrutar de la polla de mi hermano. Así que, si te parece bien... ¡Puedes acercarte para tocarla!

A medida que escuchaba sus palabras, los ojos de la intranquila Sasha se comenzaron a llenar de una gran expectación; que la obligaron a sacudir sus curvas de manera mucho más que apresurada.

—¿En verdad puedo hacerlo? —susurró la sonriente niña cada vez más emocionada.

—¡Desde luego! Dudo mucho que a Lincoln le lléguese a importar.

Fue así como sacudiendo su pecho de una forma acelerada, Sasha posa su mano sobre la punzante hombría del muchacho; consiguiendo acariciarla de una forma gradual.

A medida que le toqueteaba el falo con ingenuidad, Sasha permanecía en silencio y con una auténtica expresión de sorpresa en su iluminado rostro; que le impedía enfocar la mirada más allá de aquel venoso pedazo de carne.Y es que a pesar de haberlo visto desnudo minutos antes, Sasha eran incapaz de ocultar toda la extraordinaria excitación que envolvía su cuerpo; obligándola a poner una extraña sonrisita de lo más nerviosa, que la mantenía completamente inmovilizada.

Cuando finalmente estuvo más tranquila, comenzó a deslizar su mano por gran parte de la endurecida polla del extenuado chico; oprimiendo su esponjosa punta durante varios instantes, sin dejar de observarla con bastante impresión.

Mientras que su diminuta amiga masturbaba levemente a su aturdido hermano mayor, Lucy se mantenía alejada y con una extraña expresión en sus sombrías facciones; que en cualquier otro instante de la tarde, los habría hecho gritar del enorme susto.

Al ver a Sasha completamente cautivada, Lucy se separa de ella con bastante lentitud, y comienza a desabrochar su sedoso traje negro; hasta quedar en ropa interior.

Una vez que estuvo en paños menores, empieza a descender sus panties sin mayor perturbación; quedando tan solo cubierta por sus medias largas de rayas negras, y un par de mangas cortas del mismo color.

Con el cuerpo desabrigado y su lampiño coño cada vez más reluciente, Lucy extiende sus grisáceos brazos sobre su cintura; y le dice a su amiga de manera pausada:

—Vamos Sasha. ¡Que esperas para desnudarte! No podemos dejarnos ganar de Lola, ni de su extraña amiga.

Totalmente enceguecida por lo que acababa de escuchar, Sasha detiene de lleno cada uno de sus animados movimientos acalorados; dejando a su aturdida pareja con la boca bien abierta, y con una mirada repleta de expectativas.

Con la mayoría de su silueta ligeramente enrojecida, —y una extraña sofocación haciéndose presente en medio de sus delgadas piernas—, Sasha posa sus manos sobre la parte alta de su ajustado pantalón; para luego empezar a bajárselo con una pizca de disimulo.

A pesar de lucir bastante nerviosa, en ningún instante detuvo su tenaz arremetida. Consiguiendo con esto el deshacerse de la mayor parte de sus delgadas prendas, hasta quedar tan solo cubierta por su delicada ropa interior.

Sasha llevaba consigo unos holgados panties de color rosado, decorados con un pequeño conejo blanco en su parte central; que hacían sobresalir su adorable figura. Aunque lo que más destacaba de tan sencilla indumentaria, era una acortada mancha de humedad a la altura de su sexo; que resaltaba a la perfección sus robustos labios.

Una vez que quedó parcialmente desnuda, Lucy la tomó de la mano con gran delicadeza, y comenzó a tirar de ella con inusual cuidado; hasta conseguir acomodarla al lado de su hermano.

Fue en ese momento cuando la propia Sasha entra en acción, impulsada por la terrible calentura que sentía en su vagina. Por lo que, mirando a Lincoln de reojo, aprovechó su complacencia para acomodar su delicada pelvis por encima de su punzante hombría; hasta llegar a estremecerse por la intensa quemazón que de esta emanaba.

Cuando finalmente estuvo acomodada, Lincoln comenzó a deslizar su mano por gran parte de su aterciopelado abdomen; consiguiendo con esto que su extasiada pareja, no tardase en sacudir sus curvas de una forma aleatoria.

Al ver la manera en la que la inquieta chiquilla se estremecía, Lincoln intentó subirse sobre ella para tomar las riendas de la situación; siendo detenido rápidamente por la mismísima Lucy, quien tenía otro tipo de planes en la cabeza.

De ese modo, y bajo la atenta mirada de su sombría compañera, Sasha comenzó a descender su pelvis con bastante lentitud; hasta conseguir rozar su bonito panty sobre la palpitante verga qué yacía bajo ella, justo como había hecho Lola minutos antes.

Bastaron unos cuantos roces continuos sobre su receptiva intimidad, para que Sasha diera inicio a un instintivo bamboleo de cintura ampliamente acelerado; que puso a temblar a ambos sobre la cama.

A medida que frotaba su tierno coño sobre la endurecida polla del muchacho, Sasha comenzó a sacudir su pecho con total ofuscación; casi al tiempo en que balbuceaba toda clase de palabras sin sentido.

Con la mayoría de su cuerpo cada vez más receptivo, —y su copiosa respiración totalmente desbordada—, Sasha se aparta durante un corto instante del callado Lincoln; y comienza a retirarse su ropa interior.

Tan pronto como su aclarado coño estuvo al descubierto, los ojos de ambos hermanos se posaron rápidamente sobre ella; haciéndola sonrojarse con bastante velocidad.

Sasha tenía un coño completamente cerradito, bastante similar a la intimidad de Meli. Aunque lo que más resaltaba de tan vistosa abertura, era un llamativo lunar negro dibujado en todo el borde de su labio izquierdo; que destacaba aún más su lasciva silueta.

Una vez que estuvo sin nada de ropa encima, Sasha vuelve a retomar cada uno de sus pronunciados movimientos de cintura. Y a medida que batía su cuerpo, comenzó a ser testigo de la manera en la que un tembloroso Lincoln, empezó a tensionar sus piernas con total extenuación.

Al cabo de una ferviente serie de brutales roces contenidos, el rostro de la exaltada Sasha se comenzó a tornar cada vez más colorado. Por lo que, tomando la polla de Lincoln con una mano, empezó a acomodarlo a la altura de su brillante gruta; hasta lograr sentir su extraordinaria calidez.

En ese momento Sasha estaba tan desvanecida y tenía el coño tan lubricado, que no le tomó demasiado esfuerzo el descender su cuerpo desnudo sobre la brillante polla que se alzaba bajo sus partes; hasta conseguir desaparecerla en todo el medio de sus vibrantes labios.

Con el pene en su interior, Sasha se mantuvo quieta y con los vellos totalmente erizados; a medida que caía en cuenta de lo que recién le había pasado. Y así permaneció durante varios segundos más, hasta que impulsada por una naciente comezón a la altura de su sexo, volvió a retomar sus sistemáticos movimientos de cintura; hasta comenzar a cabalgarlo con gran desespero.

Atrás quedaron las diversas ráfagas de duda y miedo que se mantenían presente en su confundida cabeza. Dejándose llevar de lleno por los pronunciados corrientazos de infinito placer, que experimentaba cada vez que devoraba aquella venosa e imponente intimidad.

Completamente acalorada, Sasha se mantuvo dando brincos sobre la magullada polla de su sensitivo acompañante; hasta hacerlo arrugar el rostro del inaudito dolor. Y a medida que lo exprimía, no dejaba de pronunciar con bastante agitación:

—E-Esto se siente... ¡Mmm! Esto se siente muchísimo mejor de lo que había imaginado.

Sasha era tan delgada y lucia tan increíblemente conmocionada, que se le pintaban las costillas cada vez que intentaba respirar. Por lo que al ver la manera en la que se le sacudía su aplanado abdomen, el pobre albino comenzó a ser víctima de una tormentosa sofocación; que lo impulsaba a taladrar muy fuerte sobre su aclarada hendidura. Aunque por desgracia para él, no podía hacer demasiado desde tan sumisa posición.

Llevada por el desbordante cansancio que sentía, Sasha se dejó caer sobre el tembloroso pecho de su alterada pareja; mientras dejaba escapar prolongados resoplidos con un máximo revuelo. Y al terminar, enredó sus brazos por detrás de su cabeza, y tras hundir su agitado rostro junto al suyo, comenzó a susurrarle con bastante agotamiento:

—¡Ay, ay! Siento tantas cosquillitas suaves en mi pancita, que ya no me puedo ni mover.

Así se mantuvieron los dos durante unos breves instantes más, intercambiando toda clase de jadeos y suspiros de manera mucho más que enloquecida; mientras eran observados silenciosamente desde un costado, por la inexpresiva chica gótica que se acariciaba su coño con una mano.

Luego de unos cuantos suspiros consumados, Lucy se sube muy hábilmente sobre la cama. Acomodando su cuerpo sobre el asombrado rostro de su propio hermano mayor, hasta conseguir sentarse sobre su boca.

Una vez que consiguió posar su dilatado coño sobre su boca, Lucy da inicio a un limitado movimiento de caderas; mientras sacudía su pecho con bastante fiereza.

A pesar de haber sido tomado por sorpresa, Lincoln tenía más que claro cómo debía de proceder. Es por ello que, aferrando sus manos sobre la esbelta cintura de su hermana, dio inicio a un pausado masaje con la punta de su lengua; que le hizo estremecer el coño con bastante descontrol.

Lincoln le degustaba su sexo cada vez más profundo, mientras que una discreta Lucy, batía su cuerpo con moderación.

A medida que le introducía la lengua entre sus tersos labios, Lucy estremecía su sexo con elevada perturbación; consiguiendo con ello en tan solo segundos, que el rostro del albino se impregnase con entibiecidos hilos de sus más viscosos fluidos.

Mientras el tenso chico devoraba el grisáceo coño que había sobre él, Lucy aprovechó el estar sentada en todo el frente de su asombrada seguidora; para comenzar a besarla dulcemente en la boca.

De ese modo, Lucy se adueñó sin contratiempos de los brillantes labios de su contrariada amiga; quien a pesar de estar recibiendo su primer beso, parecía estar disfrutándolo con locura.

Sin dejar de batir su coño con bastante perturbación, Sasha comenzó a disfrutar de cada uno de los acalorados besos provenientes de su animada amiga; llegando a experimentar un naciente vacío en lo más profundo de sus humedecidas entrañas.

Al ver la manera en la que Sasha se movía, Lucy apartó sus labios momentáneamente de los suyos; y aprovechó su excitación para empezar a chupetearle los pezones.

Con la mayoría de sus delgados cuerpos totalmente sudorosos, tanto Lincoln como sus dos musas acaloradas fueron incrementando los sulfurados roces sobre la cama; hasta llegar a acoplar sus fervientes arremetidas desproporcionadas.

Así se mantuvieron jadeando durante varios minutos más. Intercambiando toda clase de suspiros y prolongados estertores pronunciados. Hasta que de un instante al otro fueron alertados por una sorprendente ráfaga de tenaces golpeteos provenientes desde la mismísima entrada; que anunciaban con recelo que su primer lascivo encuentro había terminado.

Al darse cuenta de que alguien más había llegado, todos en la habitación se mantuvieron congelados y en el más absoluto de los silencios; hasta que lograron percibir una aguda voz, que era la que menos esperaban:

—Lincoln, cariño. ¡Soy mamá! Ábreme la puerta rápido que necesito preguntarte algo.

Sacudiendo su torso con cuidado, —y sin poder apartar el apretado coño de Sasha de sus partes—, Lincoln posó su mirada sobre el frío rostro de su hermana pequeña; mientras pensaba en algún tipo de estrategia que le permitiese salir airoso de tan marcada situación.

Luego de escuchar las palabras de su madre, Lincoln se separa poco a poco de sus estresadas parejas; y tras comenzar a abanicar su rostro con bastante agitación, enfoca la mirada en la rejilla del aire acondicionado.

—¡Eso es! —exclamó con suavidad—. Rápido chicas, tomen sus cosas y métanse de vuelta por esa ductería.

Al darse cuenta de estaba hablando en serio, tanto Sasha como Lucy se miraron a las caras con enorme rapidez. Y tras bajarse de la cama, y recoger sus cosas sobre el suelo; comenzaron a subirse por el mismísimo lugar por donde habían llegado, teniendo cuidado de no hacer nada de ruido.

Al ver a Sasha inclinando su trasero desnudo dentro de la elevada ductería, Lincoln tragó saliva en seco; y empezó a lamentarse por no haber podido terminar.

Tan pronto como ambas chicas estuvieron escondidas, y al no poder encontrar los pequeños calzoncillos limpios que acababa de sacar del cajón, Lincoln se coloca una pantaloneta vieja que estaba sobre la mesa; y procede a abrir la puerta con enorme cuidado.

Con el ritmo de su respiración cada vez más alterado, Sasha se fue detrás de su amiga Lucy; hasta conseguir alejarse poco a poco de la alcoba. Y una vez que estuvieron fuera de peligro, procede a preguntarle a esta con fabulosa exaltación:

—Lucy, Lucy, ¿y ahora qué? ¿Vamos a ir de vuelta a tu habitación?

—No es conveniente. ¡Suspiro! No sabemos si mi madre estuvo ahí, así que no podemos aparecernos de repente. ¡Mmm! Y lo mismo aplica para el resto de las habitaciones.

—¡¿Y entonces?! —susurró bastante preocupada.

—¡Descuida! Se exactamente a donde hay que llegar.

Fue así como impulsada por una inacabable energía, la sombría gótica continuó adentrándose de a poco dentro de la confinada ductería de metal; hasta conseguir llagar al pronunciado desvío que había en el baño.

Una vez que estuvieron ahí, Lucy comienza a aflojar unos pequeños remaches oxidados que mantenían soportando la lámina superior del gastado conducto. Y tras retirarla poco a poco, procede a apartar una serie de achicados listones de madera que se encontraban sobre estos; hasta conseguir abrir un espacio lo suficientemente grande como para continuar con su trayecto.

—Vamos Sasha. Por acá podemos llegar al ático.

—¿E-Estás segura de eso, Lucy? —sollozó con incredulidad.

—¡Por supuesto! Llevo años deambulando por estos ductos, y conozco todos sus secretos a la perfección.

Fue así como colmada de una gran impaciencia, Sasha se adentró por tan remota abertura; hasta conseguir llegar al oscurecido ático que tenía la casa.

Una vez ahí, las chicas acomodaron sus prendas sobre una caja, y lentamente empezaron a cubrir sus siluetas desnudas. Hasta que, de un instante al otro, Lucy reniega con evidente frustración:

—¡Oh, rayos! ¡Suspiro!

—¿Que sucede, Lucy?

—No encuentro mi ropa interior.

Al ver que su pequeña pantaleta a rayas no estaba entre la ropa, Lucy continúa buscándola con bastante ansiedad; hasta lograr encontrar los ajustados calzoncillos blancos de su hermano mayor.

—Creo que confundí mi ropa interior con la de Lincoln.

Tras darse cuenta de que se había equivocado, Lucy se coloca los calzones del albino sin mayores preocupaciones; y continúa cubriéndose su cuerpo hasta quedar completamente arreglada.

Tan pronto como ambas chicas estuvieron nuevamente vestidas, empiezan a caminar por gran parte del oscurecido lugar; mientras le daban tiempo tanto a Rita como al resto de las chicas, de marcharse de la habitación de Lincoln.

A medida que ambas chicas merodeaban por el lugar, Lucy voltea su rostro lentamente hacia atrás; y le dice a su amiga con la voz bastante aguda:

—Sasha... Si vas a caminar por ahí, ten cuidado con la tabla suelta.

—¿Que tenga cuidado con la qué?

Fue en ese momento cuando la pequeña niña pone sin querer uno de sus diminutos pies sobre la aflojada tabla que había en el piso, recibiendo de lleno un fuerte impacto en la espalda qué la impulsa violentamente hacia adelante; atropellando en el proceso a su confiada amiga que se mantenía caminando en frente suyo, hasta ir a parar de cabeza sobre el mismísimo suelo.

En cualquier otra circunstancia ese simple hecho no habría pasado a mayores, pero en esta ocasión era claramente diferente, ya que las chicas impactaron sobre la escalera de madera que accedía a ese lugar; cayendo de frente y sin siquiera darse cuenta, hasta llegar dando vueltas al segundo nivel.

Esa situación no pasó para nada desapercibida tanto para Rita como todos los demás, quienes voltearon al unísono hacia el angostado corredor. Consiguiendo evidenciar con llamativo asombro, la forma en la que Lucy y Sasha permanecían tiradas sobre la gruesa alfombra del pasillo; después de haber caído por sorpresa por la ajustada escalera de madera que conducía al ático.

La primera en reaccionar fue Lola, quién rápidamente se acercó a ellas para tratar de socorrerlas. Comenzando a sonreír con magnífica exaltación, al ver a su adolorida hermana sobre la alfombra; con las piernas bien abiertas. Y es que al estar parada junto a esta, consiguió observar con lujo de detalles, la manera en la que Lucy permanecía tirada bajo su propia amiga pequeña; mientras llevaba puesta la ropa íntima de su hermano mayor.

Una vez que Rita y Lincoln se dirigieron a su lado, Lola le cerró las piernas con bastante rapidez; para que no la llegasen a descubrir.

Después de ayudarlas a levantarse, y conseguir comprobar que no se habían hecho daño; Rita le pregunta a su hija poco a poco:

—Pero Lucy ¿Qué hacían ustedes dos allá arriba?

—Le quería mostrar a Sasha el viejo libro de hechizos la bisabuela Harriet. ¡Suspiro! Pero mientras lo buscábamos, creo que se tropezó con la tabla suelta que hay en el piso; y caímos de cabeza por las escaleras.

—¡Ay, cariño! Deben de tener más cuidado con esas cosas. Se pudieron haber hecho mucho daño.

—Descuida mamá. No volverá a suceder.

Con las piernas aún temblorosas, Lincoln se tropieza torpemente con uno de los zapatos que se le habían caído a su hermana; aferrándose como pudo sobre el ensanchado trasero de su inquieta madre, para tratar de no caerse.

Tan pronto como la sensitiva madura sintió sus tibias manos sobre su tensa retaguardia, soltó un alargado gemido repleto de exaltación; que no tardó en llamar la atención de los presentes.

A pesar de sentirse más tranquila, Rita aún tenía su cuerpo bastante receptivo; por lo que sentir los firmes dedos de su hijo toqueteando su voluminoso trasero, le hicieron nublar la cabeza durante varios segundos. Dejándole a esta mucho más que claro, que aún estaba lejos de lograr saciar su elevada calentura.

Al ver a su madre con el rostro enrojecido, —y sin dejar de sonreírle a todos con evidente maldad—, Lola la mira fijamente durante varios segundos; para luego decirle a esta con bastante suavidad:

—Mami, Mami, te veo muy agotada. Es mejor que te vayas a descansar. Anda, ve, que nosotros nos encargaremos de la casa.

—Ay cariño, eso me encantaría muchísimo, pero aún tengo que preparar la cena, y organizar la casa un poco; antes de que regresen tus hermanas.

—Descuida mamá. Las chicas no regresaran sino hasta más tarde, y papá dejó la cena preparada. No te preocupes tanto, y ve a disfrutar de tu tiempo a solas.

Al ver la manera en la que su inquieta hija le sonreía, y volver a experimentar un ligero escalofrío que merodeaba por su espalda, Rita se dejó llevar por el tormentoso vacío que sacudía abiertamente en sus entrañas; respondiéndole a quienes tenía a su lado con indescriptible suavidad:

—Está bien chicos, iré a dormir un rato. Solo espero que en mi ausencia no se les ocurra hacer alguna locura.

Luego de esbozar las palabras mágicas que la mayoría de los presentes querían escuchar, Rita desciende poco a poco por las escaleras; hasta conseguir adentrarse en su apartada recamara.

Tan pronto como Lola consigue darse cuenta de que habían quedado a solas, tomó de la mano tanto a Lincoln como a su hermana mayor Lucy, y comienza a tirar de ellos con enormes ganas; hasta volver a ingresar a la apretada habitación de linos al final del corredor.

Una vez estuvieron todos reunidos, Lincoln entra en pánico de manera estrepitosa, y comienza a observar a Lola con bastante nerviosismo; para luego murmurarle a esta de manera estrepitosa:

—Lo, Lola, ¿P-Para que nos trajiste a todos a este lugar?

—¿De esa forma es como agradeces toda mi ayuda? —Exclamó con amargura.

—¿Ayuda? ¡¿Cual ayuda?! No tengo idea de lo que estás hablando.

—Ay por favor, Lincoln. Si se les nota a leguas lo bien que la estuvieron pasando aquí escondidos. ¡¿O acaso estoy equivocada?!

—¡Ehm! No... No tengo idea de lo que estás diciendo. —respondió Lincoln con auténtico sobresalto.

—Pero si Lucy hasta está llevando puesta tu ropa interior. Sin mencionar que Meli les salvó el pellejo a todos, ocultando los calzones a rayas que dejaron tirados junto al escritorio.

Al ser consciente de que había sido atrapado, Lincoln agacha la cabeza con bastante frustración; y no demora en esbozar:

—Ya que tienes todo claro. Que es lo que quieres, ¿eh?

—Tranquilízate Lincoln. ¡Estoy de tu lado! Lo único que pretendo es que mi hermosa protegida Meli, se sienta a gusto con tu grata compañía. Después de todo, vas a ser su entrenador.

—¡¿Eso es todo?! —preguntó lleno de desconfianza.

—Si, ¡eso es todo! Así que mientras ustedes tres proceden a presentarse, y se ponen rápidamente al día; creo que me iré a hacer guardia con Lucy, para evitar que alguien más los interrumpa. No te preocupes Meli. ¡Te dejo en buenas manos!

Fue así como sonriendo con hilaridad, Lola salió de la alcoba acompañada de su hermana Lucy; dejando a Lincoln y a sus contrariadas visitantes, totalmente enmudecidos.

Una vez que estuvieron en el pasillo, las chicas comienzan a caminar sin mayor prisa y bajo un completo silencio; hasta conseguir situarse en todo el frente de las escaleras. Y una vez ahí, Lucy mira fijamente a Lola, y le dice con un poco de intranquilidad:

—Dime Lola, ¡¿por qué me sacaste de la habitación de Lincoln?!

—No te pongas a la defensiva, Lucy. ¡Solo quiero comprobar algo! ¡Hmm! Pero primero, necesito que me ayudes a asegurar la casa.

Luego de observarse fijamente, descienden por las escaleras sin hacer ningún tipo de ruido; hasta conseguir llegar al primer piso. Y al llegar, comienzan a asegurar la mayoría de puertas y ventanas que había por toda la casa; para evitar que alguien entrase sin avisar.

Con la penumbrosa casa completamente asegurada, colocan la cena en el microondas; y se dirigen poco a poco a la habitación de Lucy.

Después de estar en su interior, Lola extiende su pequeña mano con recelo, y le señala a su inexpresiva hermana el gastado conducto de ventilación; para luego decirle a esta con aparatosa lentitud:

—Ahora sí, Lucy. ¡Necesito que me ayudes a comprobar algo! Pero para poder hacerlo, debemos subirnos a la mugrosa ductería en la que tanto te gusta estar.

Al ver que su elegante hermana estaba hablando en serio, Lucy le ayuda a subirse sin hacer mucho escándalo; hasta quedar inmersas en la ventila.

Una vez que estuvieron en su interior, Lola empieza a dirigirse con cuidado hacia la habitación de Lincoln. Consiguiendo apreciar con enorme satisfacción, la manera en la que el intrépido albino se mantenía penetrando ansiosamente a su tímida protegida; mientras le acariciaba el coño a la otra chica que permanecía a su lado.

Completamente orgullosa de lo que acababa de divisar, da media vuelta por donde vino; y le dice a Lucy con un poco de ansiedad:

—Ahora sí, Lucy. Necesito que me lleves a la habitación de mamá.

Después de un largo viaje accidentado, en donde el traje de Lola consiguió enredarse en cada tramo de la ductería metalizada; lograron llegar a su anhelado destino.

Al ver por la rejilla con colosal cuidado, Lola sonríe con cierta desazón; y le dice a su hermana con la mirada un poco apagada:

—¡Oh, rayos! Solo eso nos faltaba. —exclamó totalmente contrariada—. Pensé que había escuchado mal hace un rato, pero al parecer tenía razón.

—¿De qué estás hablando, Lola?

—¡Mamá tiene fantasías con Lincoln!

Luego de escuchar sus palabras enojadas, Lucy observa atentamente por la rejilla. Consiguiendo apreciar de manera directa, el modo en el que su desnuda madre se introducía a toda prisa un enorme consolador en su encharcado coño; mientras aprovechaba entre quejidos, para repetir el nombre de su único hijo con desesperación.

A medida que la extasiada madura hacia desaparecer su dildo una y otra vez en todo el centro de su carnosa raja, aprovechaba para apretar sus enormes tetas con su mano en libertad; hasta prácticamente dejar sus dedos pintados sobre su contorno.

—Le dije a mamá que se fuese a descansar no solo para que Lincoln pudiese volver a estar con Meli, sino para poder comprobar lo que tanto estaba temiendo.

—Oh, ¡suspiro!

—Así es, Lucy... ¡Nuestra madre es una degenerada! ¡Mmm! Aunque eso explica muchas cosas.

A medida que Rita se revolcaba sobre la cama penetrándose con furia en medio de sus gruesas piernas, las otras dos protagonistas de la jornada se mantenían aferradas a la rejilla; viendo como esta se estremecía.

Al cabo de varios minutos de una gran agitación, Lola observa a Lucy con gran desespero; y aprovechando su clara cercanía, le dice a esta en un largo susurro:

—Escúchame bien Lucy. Pase lo que pase, no podemos permitir que Lincoln se entere de esto. Ya es suficiente tener que compartirlo con Lana y contigo, como para tener hacerlo con nuestra propia madre. ¡¿Me entiendes?!

—¿Y qué me dices de Sasha y de tu amiga?

—Ellas no me preocupan, ya que se ve que son algo lentas y no viven en la casa. Pero mamá si es digna de tenerle miedo.

—Estoy contigo hermana. Creo que debemos mantenerlos vigilados.

De ese modo fue como concluyó ese día sábado en la vida de familia Loud. Y aunque el resto de la noche transcurrió sin mayores sobresaltos, aún era muy pronto para poder divisar las posibles consecuencias que traería tan idílica jornada.