Capítulo 26
Bella 21 años
Estacioné frente a la librería, pero no bajé de inmediato. ¿Realmente quería hacer esto? Conocía perfectamente la respuesta: no. Amaba este lugar, el olor de los libros, la gente que trabajaba allí, tanto como a los clientes, pero amaba más a mi familia. Acaricié mi vientre aún plano y finalmente salí de mi camioneta.
—¡Hola, Bella! ¿Qué haces aquí? Se supone que hoy cubren el turno de la tarde—, me saludó un tanto incómoda Natalie.
Tras nuestro episodio del otro día en La Push, ella se había distanciado bastante de mí. Se había apegado a la cordialidad del jefe—empleado para colocar un muro entre nosotras, a pesar de mis esfuerzos por hablar al respecto, ella se había negado rotundamente.
—Hola, Nat, si lo se, ¿me preguntaba si tenías un minuto para mi?
—Bella— suspiró cansada— te aseguro que todo está bien, no hay necesidad de hablar sobre nada, es mi vida personal y si no te importa…
—No es sobre eso— la interrumpí— es sobre mi vida personal, ¿podemos ir a la oficina?— no quiera más chismes al respecto
—Claro— Camino tensa delante de mí— tú dirás— ni siquiera me invitó a sentarme, era obvio que quería que fuera rápido.
Debo admitir que me dolió bastante en este tiempo había llegado a considerar a Nat una amiga o algo así, pero parecía que ella lo veía de otra forma.
—Es mi carta de renuncia— dije entregando un sobre, estaba muy agradecida de que Edward me hubiera convencido de omitir lo del bebe en esta, aun no le decíamos a nuestras familias y no pensaba decírselo primero a alguien quién claramente ya no era mi amiga.
—¿Te vas?— me pregunto incrédula levantando sus ojos de la carta— Bella escucha, lo de Jack y yo… no sabia que era tu hermanastro… te aseguro que nunca fue mi intención
—Nat..— trate de calmarla pero no me dejo
—No, Bella déjame terminar, amo a Jacke aunque el aun no superar sus sentimientos por alguien más… lamento si te lastime en alguna forma o te sentiste traicionada, te juro que no sabía que era tu familia de otra manera nunca me hubiera acercado a él, no soy esa clase de persona— las lagrimas contenidas en sus ojos comenzaron a derramarse
—Natalie tranquila— la tomé por los hombros y la senté en una silla— de ninguna manera me ofendiste, lastimaste o traicionaste, ¿me entiendes?, estoy feliz de que hayas encontrado a tu persona especial, no importa si este es de mi familia o no, estoy segura que si lo hubieras sabido me lo habrías dicho, no eres una mala persona ¿me escuchas?, eres la mejor jefa que jamás he tenido o tendre
—Oh Bella. — me abrazó —¿entonces por que te vas?
—Yo…— titubee— Edward quiere que regresemos a la universidad, voy a tomar un curso de literatura que me ayudara en mis futuros proyectos— no fue una mentira, solo omití información, como siempre
—Me alegro tanto por ti, desde que publicaste tu primer libro sabía que te irías, solo que no creí que tan pronto, creí que al menos te quedarías un año más.
—Se que es muy repentino y lo siento por avisarte así, pero es algo que hemos decidido apenas algunos días atrás.
—Cuidate mucho Bella, eres una gran amiga y escritora, necesito ser de las primeras en leer tu siguiente libro— me abrazo con tristeza.
—Espero verte pronto Nat.
El texto está bien escrito, pero tiene algunos errores ortográficos que deben corregirse. Aquí está la versión corregida:
Salí de la librería con una pequeña caja que contenía mis cosas, algunos libros que me habían regalado y mi liquidación. A pesar de que me dolía dejar mi trabajo, no me sentí tan mal como pensé, de hecho, me sentí un poco liberada. La librería había sido mi escape cuando las cosas iban mal con Edward, pero ahora nada iría mal; éramos más fuertes de lo que ambos imaginábamos.
Conduje a casa con una gran sonrisa. Hoy se cerraba un capítulo en mi vida, pero comenzaba el más feliz. Acaricié mi vientre aún plano, soñando despierta con todo lo que nos esperaba por delante. Por fin, había logrado construir mi propia familia, una familia que me amaría incondicionalmente y para siempre.
Narrador POV
Harry pasó toda la noche viendo dormir a Nessie, tratando de encontrar las palabras para decirle que pronto tendría que despedirse para siempre de su madre, pero simplemente no las encontraba; estaba seguro de que no existían. El tiempo se le acababa, y sabía que si él no lo hacía, llegaría alguien más y se lo diría.
Sus pensamientos eran un caos: "Debes despedirte de mamá porque se irá con tu papá Edward". No, eso no sonaba bien. "Mamá se irá por un tiempo y debes decirle adiós", sentía que le daría la esperanza de que algún día su madre volvería, y eso la lastimaría para siempre. "Mamá está cansada y debes despedirte de ella".
Otro de sus miedos principales era que sabía que si él le daba la noticia, ella lo odiaría. Quizás ella pensaría igual que todos y creería que estaba matando a su madre. No podía vivir sabiendo que su hija lo odiaba. Si tan solo Bella estuviera con él, ella siempre había sido muy buena consolando a la gente. Siempre encontraba las palabras correctas, honestas pero no crueles, empáticas pero no de lástima. Les daba consuelo y no esperanza. Se maldijo por dentro, aún la necesitaba como al oxígeno que respiraba.
Un día antes de que despertaran a Bella, decidió que era hora de hacerlo. Le daría tiempo a la niña para resignarse, y cuando la viera, no fuera un shock. Fue por ella a la escuela.
—Papi —brincó a sus brazos en cuanto lo vio.
—Hola, nena, ¿cómo te fue? —preguntó mientras la bajaba.
—Hoy fue divertido —dijo con una sonrisa melancólica.
—¿A dónde quieres ir a comer?
—No lo sé —dijo con la mirada un poco perdida. Le dolía ver a su princesa convertida en esa niña melancólica, reservada y tímida. Era igual a su madre cuando la conoció. Extrañaba a la niña torbellino Renesmee, esa niña que parecía que iba a sufrir una combustión espontánea por contener tanta energía en ese cuerpecito tan pequeño.
—¿O prefieres que te cocine algo especial, como macarrones con queso? —ofreció su comida favorita en un intento de provocar alegría en la niña, pero ella simplemente asintió.
Caminaron en un silencio tenso y nervioso, o al menos así lo sentía Harry, ya que la niña en ningún momento cambió su postura encorvada. Llegando a casa, la envió a cambiarse y lavarse, mientras él preparaba la comida. Comieron en ese nuevo silencio que se había instalado entre ellos. No pudo evitar compararla con su madre, quizás por fuera lucía exactamente como su padre, pero por dentro era igual que su madre.
—Nena, tengo que hablar de algo contigo —dijo cuando la niña estaba dispuesta a irse.
—¿De qué? —preguntó curiosa. Su papá nunca le hablaba con tanta seriedad.
—Tú sabes que mami está muy enferma, ¿verdad? —La niña asintió al tiempo que sus grandes ojos se llenaban de lágrimas. —El cuerpo de mamá está cansado y pronto... —suspiró, tratando de ser lo suficientemente fuerte para continuar— pronto tendrá que descansar para siempre.
En ese momento, berridos comenzaron a salir desde lo profundo del cuerpo de la niña. Inmediatamente la abrazó tratando de mantenerla unida, pero sabía que era inútil, acababa de hacerla pedazos.
—Mamá siempre te amará y te cuidará, incluso si no puede estar aquí, como lo hace tu papi Edward.
—¿Se va a ir con él? —preguntó entre sollozos.
—Sí, tu mami se va a ir con él —dijo entrecortadamente mientras lágrimas brotaban de sus ojos. Ella finalmente conseguiría lo que siempre había querido, estar junto a Edward para toda la eternidad.
—¿Me va a dejar por él? ¿Me va a cambiar por él? —preguntó enojada.
—Claro que no, princesa. Ella no quiere dejarte, pero su cuerpo no puede más, está muy cansado. Es normal sentirte triste, enojada o confundida. Mamá también siente lo mismo. Ella te ama. Además, yo me quedaré aquí para cuidar de ti.
—¿Tú también te irás? —le preguntó con el corazón en la mano. Ella había perdido tanto a tan temprana edad en su vida que era normal que esperara eso.
—Jamás me iré —prometió solemne—. Yo cuidaré de ti para siempre. Yo siempre seré tu papá.
—Papi, ¿por qué mis papás se van al cielo y me abandonan? —Esa simple pregunta lo rompió por completo; era el intento desesperado de una niña por comprender lo que sucedía a su alrededor, de comprender su pérdida.
—Lo siento mucho, cariño. Lamento que te sientas así, pero debes saber que tus papás no te han abandonado porque quisieran. Ellos te aman mucho, pero debes saber que la gente se va al cielo cuando están enfermos o cuando sus cuerpos ya no pueden funcionar. No es porque te abandonen; es simplemente algo natural que sucede en la vida. Es como si se fueran a un lugar donde no sienten dolor y pueden estar en paz. Siempre te amaron y siempre te amarán, incluso si no pueden estar aquí contigo. Y aunque no puedas verlos, siempre estarán contigo en tus pensamientos, en tu corazón y en nuestros recuerdos. Puedes recordar los momentos felices que compartieron juntos y así mantenerlos juntos. —Le explicó entre lágrimas tratando de consolarla, pero sabía que nada de lo que dijera o hiciera podía aliviar el dolor que estaba experimentando, por lo que se limitó a abrazarla— ¿Quieres ir a visitar a mamá?— le propuso
Nessie asintió con su carita roja bañada en llanto. En cuanto llegaron a la habitación de Bella, la niña se lanzó a llorar en su regazo, rogándole a su madre que no la abandonara. "Me comeré todas las verduras", "me portaré bien", "sacaré buenas notas" prometía la niña en un intento de convencer a su madre de quedarse.
Harry observaba la escena completamente destruida desde una esquina y entonces la cereza del pastel apareció. La familia de Bella entró, al ver a los hermanastros de esta corrió a tomar a su hija en brazos, le había prometido a su esposa que siempre la protegerá de ellos.
—Calma nena, todo va a estar bien— le prometía, mientras le daba palmaditas en la espalda
—Interrumpimos?— preguntó angustiada Sue
—¿Que tiene mi nieta?— preguntó sobre protector Charlie
—¿Está bien?— preguntó Emmett
—Hoy se ha enterado de lo que le sucederá a su madre— dijo conteniendo las lágrimas.
—!oh mi niña!— Sue se soltó a llorar con ellos— ya ha perdido a su padre, no puedo creer que ahora perderá a su madre también.— dijo a nadie en especial
—Aun me tiene a mi— a Harry no le gustaba en absoluto la lastima con la que miraban a su hija
—Si, pero tu no eres su verdadero padre— dijo con acidez Leah , llamando la atención de todos
—Leah, este no es el lugar apropiado para tus comentarios— la reprendió Jacob
—Papi— le susurro la niña en el oído— quiero abrazar a mi mamá— le pido
—Claro— Harry llevó a la niña a la cama, con mucho cuidado movió a Bella y le hizo un espacio a la niña cómo tantas veces lo había hecho, con la diferencia de que esta no era su cama sino una camilla de hospital, la niña se enredó temerosa al cuerpo de su madre, para hundir su cara en su costado y llorar desconsoladamente, mientras todos los adultos la miraban.
Un sollozo en el fondo de la habitación llamó su atención, Charlie, estaba igual o quizás más destrozado que su nieta.
Pasaron el resto de la tarde en la habitación, admirando la triste escena frente a ellos, pues Renesmee se negó a despegarse de su madre. Harry comprendió que esta sería la última vez que su hija podría dormir con su madre, así que la dejó ser y nadie se opuso.
Bella 27 años
Temerosa de que la nueva persona en la que me había convertido le desagradó a Edrd le conté todo lo que había pasado en mi vida en su ausencia, pero cuando llegué a la parte en la que pensé en abandonar a renesmee con mis padres me quebré.
—Después de que te fueras yo me hundí, toque fondo y más allá, mi vida era un caos, amo a Remy con mi alma y lo sabes verdad?
—Claro, pero no entiendo que tratas de decirme
—Edward, eres una parte de mi subconsciente, así que creo que sabes de que se trata, por favor no me obligues a decir las palabras— le rogué, la confusión cruzó por su rostro un momento antes de que la claridad llegara a él— por favor no me juzgues, yo amo a Remy y siempre he querido lo mejor para ella y en esos momentos yo no lo era.
—¿Pero ibas a regresar por ella verdad?— Esa era una pregunta que me había hecho desde que pensé en abandonar a mi hija y hasta el día de hoy no conocía la respuesta— ¿verdad?— pregunto con ansiedad
—Yo…— me sentía atrapada, era hora de ser honesta conmigo misma, por una vez en mi vida— no lo sé, quizás no… yo pensé en quitarme la vida— confesé en un suave susurro que se perdía en la brisa del bosque, jamás lo había admitido.
—¿Eso es lo que estabas haciendo la noche de mi cumpleaños?— me pregunto enojado
—¿Que noche?
—La noche que comenzó toda esta mierda, era eso ¿no?, tratabas de suicidarte
—No yo no…
—Eres una egoísta— me interrumpió— tú no la amas lo suficiente, solo buscas la forma de abandonarla, ojala tu hubieras muerto en ese accidente, tu debiste morir, tu lo mataste— la voz de Edward se transformó en la de su madre.
No, no podía ser posible, traté de seguir la voz de mi ex suegra más allá del bosque pero no podía. Edward desapareció y me quedo sola a la mitad del bosque, lo llame cientos de veces, pero nadie me respondía, la desesperación me inundó, segundos antes de que la oscuridad me consumiera por completo.
…
La sensación de algo mojado en mi costado poco a poco me sacó de la oscuridad. Cada vez era más difícil salir de ella, pero la voz de mi hija lo logró. Traté de escuchar lo que decía, pero su voz se perdía entre sollozos. Me costó un minuto comprenderlo. Mi nena estaba llorando por algo, o mejor dicho, por mí. Estaba segura de ello, últimamente, lo único que hacía era lastimarla. Quería abrazarla y pedirle perdón. Quería despertar y regresar a su lado. Jamás me resignaría a perder a mi hija; ella era lo único que quedaba de mi antigua vida, de mi antigua familia, mi único pedacito de esa efímera felicidad. Y ahora la iba a perder para siempre.
El dolor fue dando paso a la furia, me enfurece no poder protegerla, que esté más allá de mi alcance. Siento que todo el universo conspira en mi enfurece no poder darle una vida llena de momentos felices y amor. Me duele el alma saber que mi tiempo con ella se acaba y no puedo disfrutarlo, moriría sin volver a ver sus ojos esmeralda.
He regresado de entre los muertos (jaja ok no), hoy les traigo este capitulo especial, espero que les guste tanto como a mí.
Gracias a todxs por su apoyo.
Nos leemos pronto :)
