La letra cursiva es para señalar que están hablando otro idioma.

"Entre comillas es para pensamientos".

"Si está entre comillas y cursiva es Lyla hablando".

* es nota de autor. (Para aclarar cualquier pendejada que surja).

NOTA: No todos los capítulos tendrán parejas, algunos se centrarán en un único personaje con el respectivo tema.

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14 – PRENDAS CON AROMA

Continuación del capítulo 3.

Migue O´hara (α) x Peter B. Parker (β)

Desde ese día que fueron atrapados juntos en la red Miguel puso distancia con Peter, creía que era mejor de esa manera. Desde el incidente tenía grabado el aroma del castaño en la memoria, podía detectarlo entre la multitud, pensaba que si se descuidaba un instante lo acorralaría y entonces… entonces…

No quería ni pensar en lo que su instinto podría hacer si le dejaba tomar el control.

Por esa razón comenzó a distanciarse de Peter, a pesar de que habían llegado a un nivel de entendimiento y camaradería muy agradable… Miguel estaba demasiado acostumbrado a distanciarse, alejar a los demás para que no salieran heridos por sus propios errores.

Constantemente Peter le buscaba, seguía trayéndole empanadas y café en el desayuno, pero siempre encontraba la manera de rehuirle, o dándole una excusa vaga para no estar cerca de él.

Con lo grande que era edificio y lo constantemente ocupado que estaba Miguel era fácil alejarse.

La tensión comenzaba a acumularse entre ellos, porque Peter no podía entender lo que estaba mal, o si algo que hizo enfadó a Miguel.

Ahora casi nunca hablaban, y si reunían era solo para recibir órdenes. Eso comenzaba a molestar a Peter. Mucho.

Incluso las misiones las hacían por separado, Miguel se aseguraba que fuera de esa manera, no iba a arriesgarse a repetir la trampa de telaraña.

Un día simplemente fue inevitable.

Todos los spiders ya tenían sus misiones asignadas. Miguel podría ir solo, pero era parte del protocolo de seguridad asignar a al menos dos spiders para cada misión. Y entonces llegó Peter.

Después de una acalorada discusión con Lyla a Miguel no le quedó de otra que pedirle a Peter que le acompañara.

Fue lo peor que pudo pasar.

Por la constante necesidad que tenía Miguel de alejarse de Peter estaban trabajando desincronizados, enfrentándose a un Doc Oc que supo aprovechar la ventaja de su relación disfuncional a su favor.

Los estaba aplastando.

Y Peter casi muere.

Con esfuerzo lograron salir de esa situación, molidos y apaleados, pero victoriosos.

Ninguno de los dos lo sintió de esa manera.

Miguel se llevó a la anomalía al cuartel general, alejándose lo más rápido que pudo de Peter. El castaño simplemente ya estaba harto de toda la situación ¡Casi morían y todo porque por alguna razón desconocida Miguel había decidido evitarlo!

Ni siquiera fue al ala médica. Con la furia hirviendo en sus venas, la cara sangrante, un ojo comenzando a hincharse, los puños apretados y la bata rosada llena de mugre atravesó toda explanada. Esta vez no iba a dejar ir a Miguel tan fácilmente.

Llegó al área de investigación, Miguel era el único que iba ahí, era su espacio.

- ¡O´hara! – gritó Peter, toda su frustración saliendo en oleadas, sentía su corazón palpitando con fuerza en su pecho, la adrenalina a tope a causa del enfado. – Necesitamos hablar ¡Sé que estás aquí! – gritó sabiéndose ignorado, su sentido arácnido se lo decía.

Un rápido escaneo al lugar y Peter supo que Miguel estaba en lo alto de una plataforma, la mesa llena a rebosar de papeles y equipo de laboratorio delicado. AL castaño tan solo le bastó con lanzar una telaraña, impulsándose para llegar a la plataforma y ahí vio a Miguel, con el traje blanco de Alchemax de protección.

- Que bien. Aquí estás. – El moreno alto siguió dándole la espalda lo cual irritó aún más a Peter, si es que eso era posible, lo cual aumentaba el nivel de sarcasmo en sus palabras. – Primero que nada. ¿¡Qué demonios, viejo!? – se había estado aguantando las ganas de gritar eso cuando, en el calor de la lucha, Peter gritó por ayuda y Miguel simplemente le ignoró.

- Vete a casa Peter. – respondió con voz monótona, cansada.

- ¿Hablas en serio? ¿Te has vuelto jodidamente loco? ¿Piensas que simplemente puedes barrer esto debajo de la mesa y que simplemente me iré a casa sin decir nada? – silencio. – ¡RESPONDEME!

- No tengo tiempo para tu pequeña rabieta, Pete.

- ¿Escuché bien? ¿Pequeña rabieta? – repitió indignado, con los dientes tan apretados que dolían.

- Vete a casa, Parker. – repitió Miguel, por primera vez se volvió hacia el castaño, pero no le miró en cambio iba a pasar de largo para alejarse del temperamental hombre.

Peter Parker no era una persona que perdiera la calma con tanta facilidad, pero esta exasperante tranquilidad de Miguel le estaba rebasando. - ¡Hey! ¡Estoy hablando contigo! - Sin poder soportarlo aferró el brazo de Miguel, ese simple toque desmoronó el cuidadoso control que Miguel intentaba mantener.

Respondió con la misma intensidad que Peter, golpeó a Peter en la quijada con el puño. Peter se aferró la mandíbula, el golpe agravando sus heridas, rabioso el castaño respondió con una patada y ahora ambos hombres se enredaban en una pelea por pura rabia, una lucha por la testosterona, no había nada que ganar, tan sólo la adrenalina corriendo por sus cuerpos sin control.

Peter, al ser mayor tenía más experiencia, golpeando a Miguel en el pómulo obtuvo la ventaja, aprovechando el momento en que el mexicano cerró los ojos Peter se aferró con ambas manos sobre el masón y usando la fuerza de sus piernas arrojó a Miguel fuera de la plataforma. Parker respiraba agitado, tomando un momento para recuperar el aliento se asomó por el borde de la plataforma. No vio a Miguel por ningún lado.

El moreno le sorprendió desde abajo, agarrando uno de sus tobillos y desestabilizándolo también le arrojó de la plataforma. Ambos hombres cayeron aferrándose el uno al otro, luchando por tener el control de la pelea. Se estrellaron dolorosamente contra el suelo, Peter no se dejó amedrentar, seguía intentando luchar. Miguel, aprovechando la fuerza de sus músculos, sometió a Peter bajo su cuerpo, con una mano presionó la muñeca de Peter contra el suelo, dejando caer todo su peso sobre el castaño, inmovilizándole. Con la otra mano aferró su cuello, sintiendo el acelerado pulso bajo sus dedos.

Estando así de cerca, sudados, con sus pesadas respiraciones sobre el rostro del otro… el intenso olor de Peter llenando todo el aire, picante, ardiente sobre su lengua… Demasiado agotado para siquiera atender a la razón. Miguel se inclinó sobre Peter capturando sus labios.

El primer contacto entre ellos fue electrizante, se miraron sorprendidos. La razón debió salir volando por la ventana porque volvieron a unir sus bocas en un beso hambriento, el aroma de la excitación mezclándose con el sudor y la sangre…

Esta era simplemente otra manera de pelear, pero en vez de usar sus puños eran sus lenguas.

Quien sabe lo que hubiera podido pasar si Jess no entra en ese momento.

Momentos antes de que la mujer araña tocara la puerta el sentido arácnido de Peter vibró, en pánico aferró el cabello castaño el moreno, haló a Miguel lo suficiente para que dejara de succionar sus labios enrojecidos por el intenso beso.

Ese tirón de pelo se sintió particularmente bien. El mexicano no entendía lo que estaba pasando hasta que escuchó la voz de Jessica.

- Miguel, la máquina de reportes no está funcionando…

- Jessica… No es lo que crees… - balbuceó Peter.

Miguel se apartó de Peter, liberándolo de su peso. – Mierda.

- yyyy me voy de aquí… - Jessica se dio la vuelta para salir.

- ¡Jess… espera! – ambos hombres se separaron demasiado incómodos, Peter se levantó acomodándose la bata rosa ¿En qué momento Miguel le quitó una manga? - …Mierda.

Se miraron incómodamente por lo que les pareció una eternidad, Peter decidió que era más importante aclarar el malentendido con la mujer que quedarse más tiempo con Miguel en el laboratorio, demasiado riesgo para su integridad física.

- ¡Jess!

Parker salió corriendo dejando solo a Miguel.

Respirando hondo para tratar de despejarse el moreno se pasó la mano por el cabello, por su mente rondaba una única pregunta.

"¿Qué diablos acababa de pasar?"

En el suelo O´hara notó la máscara del traje de Spiderman, probablemente se salió de su bolsillo en el momento en que ellos se estaban refregando en el piso…

Gruñendo obscenidades en su idioma natal se dio la vuelta para alejarse del inocente pedazo de tela. Necesitaba encontrar su equilibrio.

Salió de ahí, necesitaba alejarse, sacar esos inadecuados pensamientos de su mente, se fue a casa.

Mientras más intentaba no pensar en eso, los recuerdos y las sensaciones lo invadían con más intensidad. Pasó varias horas autoconvenciéndose a si mismo de que no fue nada, fue solo el aumento de testosterona y la adrenalina.

¿A quién quería engañar? Todavía podía sentir los delgados labios del castaño tratando de ganar control sobre el beso, el fuerte agarre en su brazo que seguramente hubiera dejado una marca de arañado si no fuera por la bata de Alchemax que le protegía.

Sin poder soportarlo más el moreno cedió a la locura, usando su reloj activo un portal, justo donde sabía quedó la máscara de Peter, la tela fue succionada y cayó en sus manos.

Apenas la máscara cayó en sus manos el aroma particular de Peter volvió a llenar sus sentidos, respiró hondo embriagándose del masculino olor.

- Dios… ¿Qué diablos está mal conmigo?

Dejó caer nuevamente la máscara al suelo, molesto consigo mismo. Tenía que dormir, desconectarse, eso haría, iría a su cuarto y no cedería a la tentación. Quedándose en el arco de la sala se detuvo, con las manos en la cadera, negando.

¿De verdad estaba a punto de hacer esto? La respuesta es sí.

Con una telaraña alcanzó la máscara, cerró la puerta de su habitación con un portazo. Con movimientos erráticos se quitó la bata de Alchemax, ni siquiera esperó a llegar a la cama, simplemente se arrodilló en el borde, con su mano izquierda aferraba la máscara, sosteniéndola contra su nariz y con la derecha se masturbaba.

Rápidos, dolorosos movimientos sobre su pene, nunca había estado tan duro en su vida, ni siquiera en la época de celo, no recordaba sentir un calor tan ardiente, avergonzado por los gemidos de placer que estaba soltando mordió su mano, ni siquiera el dolor de sus colmillos atravesando su piel fue suficiente para disminuir su erección.

Estaba cerca, sus testículos se apretaron, un espeso chorro de semen manchó el borde del cubrecama y los pantalones que no se terminó de quitar.

Con el orgasmo volvió la razón, Miguel observó con horror su propia mano, finos hilos de sangre bajaban por su brazo.

- Ugh. – hundió su cara en la cama sintiéndose miserable.

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Me acabo de dar cuenta de que ambos capítulos están conectados por el aroma… No recuerdo si lo hice a propósito XD o fue accidente. Como no creo en los accidentes pensaré que lo hice a propósito.

Bueno me tarde un poco pero en verdad estaba entusiasmada con esta idea. Amo el conflicto de Miguel. XD cosita.