Desde que tengo 11 años que no pienso más que para Primroses, y está bien, es mi hermana pequeña y mi madre es negligente incluso con ella misma, por lo que no puedo confiarle su cuidado. Lo comprendí rapidamente, y crecí lo suficientemente rápido para mantenerla, pero desde que quemaron el bosque mis habilidades de caza son inutiles. Quemaron el bosque al que al menos la Veta tenia acceso, kilometros de bosque verde y puro fueron quemados por el capitolio hace 8 días, lo que queda de bosque está cerca de los comerciantes, no podemos pasar por ahí sin ser vistos por ellos. Varias familias quedamos sin nada, yo no sé que hacer. No tengo como cazar ni como recolectar. Estoy atada de manos. Las teselas no resultan suficientes. Prim insiste en anotarse con unas, pero la mandé al carajo.

Gale fue a las minas hoy, trabajo rápido, peligroso, inhumano, mal pagado. Algo es algo. No me aceptan porque soy una chica y tengo 16 años. No tengo más posibilidades que hurtar en la basura. Madge se ofrece a darme algo de dinero para comprar lo más sustancioso posible, y aunque trato de rechazarlo ella me insiste que Prim lo necesita. Le prometo devolverle todo lo que me prestó, pero me dice que es un regalo. No lo creo, Madge es una gran chica pero yo no puedo vivir de favores, ya suficiente tengo. Voy a la escuela y dejo a Prim en su salón, le doy un pan que pude comprar para que tenga que comer en el día.

—Katniss… — escucho que Prim me detiene — ¿Tu comiste algo? — asiento, es tecnicamente verdad, tomé unas dos mordidas del pan rancio que pude conseguir. Ella me abraza fuerte y le respondo. Salgo del salón y voy al mio.

Me siento debil por el hambre, pero no tengo más que tomar agua, si quiero que la comida le dure a Prim debo sacrificarme un poco.

Hoy Madge no vino, Gale ya está en las minas. Me siento y trato de tomar notas lo mejor que puedo para no pensar en lo debil que me siento. Prim sale más temprano y se va con Hazelle y Rory hasta que yo la pase a recoger.

El almuerzo llega y todos se van al comedor. Yo nisiquiera intento levantarme, no tengo nada que comer, no gastaré energías. Me quedo en el salón descansando lo suficiente, pero sin dormir del todo. Hasta que escucho que un grupo de mis compañeros llega a interrumpir mis minutos de paz.

—Lo prometo, estaba toda ojerosa y me rogó por un poco de comida, fue tan penoso que no pude más que darle mis sobras de avena para que se fuera — escucho la voz de Florence, la hija de los verdureros hablar.

—No pued creer que haya ido a tu casa a eso, no debiste permitirlo — escucho a un chico que no alcanzo a distinguir.

—Al menos le diste algo, desde que quemaron el bosque los pobre de la veta apenas tienen para un bocado al día. — Escucho a Tapsus. Claro, ser hijo de comerciantes siempre te asegura algo de comida.

—Escuché que desde que Hawthorne y Everdeen no tienen que cazar tuvieron que irse a las minas.

—¿Y la dejaron? Es demasiado flacucha y pequeña como para siquiera poder levantar el maso — se burla Florence. Todos rien, ni siquiera notan que estoy aquí.

—Claro que no, la mandaron a volar. Quizá como lo está sobrellevando, es un saco de huesos, es algo atractiva pero en esto momento ni para venderse ella misma es suficiente, preparense para un funeral — Dice el hermano de Tapsus. Es suficiente. Me levanto tan rápido como puedo y ellos están claramente sorprendidos. Florence me mira con cierta vergüenza.

—No sabíamos que estabas aquí — Escucho a Tapsus.

—Ustedes nunca saben nada — le respondo. Salgo del salón dispuesta a ir al baño a tomar agua y llenarme con eso cuando siento que me maree por haber salido tan rápido. Estoy a unos pasos del baño pero siento como me voy a negro. Espero el impacto con el suelo pero este nunca llega, estoy en los brazos de alguien. No alcanzo a verle la cara. Solo me desmayo.