Dos semanas han pasado desde que ocurrió el accidente. Peeta y los demás sobrevivientes deberían llegar mañana. Ordenó su habtación. Todos los mellark sobrevivieron pero no sabremos en que condiciones. He ordenado y limpiado toda la casa de los Mellark para quitarle preocupaciones a sus padres y para mantener mi mente ocupada, ya que puedo cazar en las mañanas pero no en las tardes.
Decido irme a la estación de trenes aunque sean las 5:30 de la mañana. Deberían llegar a las 7 pero ya no puedo aguantar. La ansiedad que sieno por verlo por fin me está matando.
Se hacen las 7, y aunque no sé que tan puntual es el trenn porque nunca he viajado en él, este aparece a las 7:01. Unos 20 minutos se demoran en empezar a bajar. Much como para mi y las otras personas que esperan ver a sus hombres. Logro divisar a Gale, se ve bastante bien, como los otros, no como si hubiesen casi muerto por el derrumbe. Lo abrazo cortamente, ya que Hazelle necesita hacerlo más que yo y estoy divisando al chico del pan. Veo a Tye, su ojo estáa parchado con una especie de tela blanca. Al estar tann adelante me aseguro de abrazarlo.
—Me alegro de dque estés bien — murmuro.
—Gracias cuñada, tu novio viene por ahí — dice antes de irse. Una parte de mi necesitaba que se confirmara que Peeta estaba en ese tren, vivo. Temía que fuese una mentira para que no hiciera alguna estupidez.
5 hombres bajan, de manera lenta. Pero mis ojos solo logran ver a Peeta, con su cabello rubio y su ropa de mina que parece ser lamisma de la última vez. Comienzo a temblar sin poder creerme que está aquí. Está mirando el suelo y es cuando recien reparo en que está usando muletas. Me acerco lentamente.
—Amor… — susurro y es cuando su mirada se fija en mi. Luce triste, cansado, y algo que no puedo identificar. Pero no lo dejo derrumbarse. Lo abrazo delicadamente temiendo lastimarlo, pero firme para que sepa que no lo dejaré partir. Mis lágrimas caen sin poder evitarlo, y siento las suyas en mi frente. Estamos en silecio, abrazados, aunque el se está sosteniendo de las muletas. Siento que mi corazón por fin vuelve a latir. Está aquí, conmigo. Después de semanas por fin tengo algo de paz. No volveré a permitir que lo lastimen.
