Capítulo 12: Primera vez

¿Cómo comenzar? Era la pregunta de ambos. Yamato había salido con chicas, pero nunca tuvo relaciones con ninguna, el sexo en ese momento no le interesaba tanto y parecía que a ellas tampoco.

Yamato fue a su mesita de noche y saco una caja de metal algo pequeña, la abrió con cuidado y comenzó a revisar su contenido.

—¿Qué haces? —Pregunto curiosa Mimi, haciendo sobresaltar al chico.

—Bueno...he...—Le mostro un par de preservativos—Los iba a dejar a la mano por si...

—¿No que eras virgen? —Dijo Mimi con un puchero en su rostro.

—Papá los deja cada vez que tengo un concierto por la noche, lo escuchaste la vez pasada, no quiere nietos—Dijo Yamato con el rostro sonrojado.

—Solo bromeo—Mimi menciono sacando la lengua.

Yamato se acercó nuevamente a ella y ahora la condujo a la cama para sentarse los dos a la horilla.

—Ah...—El rubio se rasco la cabeza en modo de incomodidad—¿Cómo...comenzamos? No quiero desvestirte solo porque si—Dijo Yamato nervioso.

—En las películas románticas...bueno... comienzan besándose—Mimi dijo jugando con sus dedos.

—Está bien...te besare...digo...nos besamos.

Yamato se acercó a Mimi y comenzó a besar delicadamente sus dulces labios, aun sabían a Helado de chocolate que estaban comiendo hacía poco, sus manos comenzaron a bajar hasta llegar a los hombros de la castaña hasta abrazarla. Ese beso se sentía completamente diferente, lleno de nerviosismo, y ansiedad. Yamato intentaba controlarse lo más que podía, no quería parecer un salvaje en su primera vez.

Intento otras cosas sus labios pasaron a las mejillas de la castaña para después pasar a su cello, provocando un dulce sonido en los labios de la chica.

—Estas bien...te...te lastime? —Pregunto nervioso.

—No...digo...si...estoy bien...es que...se siento extraño—Mimi no quería ver a los ojos a Yamato estaba algo avergonzada.

—¿Extraño?

—Si...se sintió...bien...

Yamato suspiro aliviado, eso quería decir que estaba haciendo las cosas bien. Yamato continuaba besando a la castaña bajando sus manos a su cintura, pasando sus manos por sus hombros, rosando ligeramente con su pulgar los pechos de Mimi, pero cuando se dio cuenta la castaña no le habia molestado más bien parecía sonrojada por aquel roce involuntario. De alguna manera Yamato quería más, y parecía que el rostro de Mimi también le pedía lo mismo.

El rubio comenzó a bajar los tirantes de la jardinera de Mimi para comenzar a subir su camiseta, y ahí pudo ver aquel bonito sostén blanco con pequeños corazones rosados, Yamato se sonrojo por lo que estaba viendo, pero era demasiado hermoso para no verlo. Su vista recayó en su cadera donde se encontraba su tatuaje, su curiosidad podía más, se veía linda con ese tatuaje aquel día que se lo mostro le dio más vergüenza que curiosidad, así que delicadamente paso sus dedos por aquella marca en la piel poniendo nerviosa ahora a la castaña. Impulsivamente intento tapar con sus manos aquel tatuaje.

—Lo lamento...no fue mi intención...—Yamato se puso algo incomodo por que se dio cuenta que con el simple rose de la piel de Mimi lo hizo reaccionar y de una manera bastante brusca que le molestaba un poco—Si...quieres aquí...aquí podemos parar...—Yamato no quería incomodar más a Mimi, pero el necesitaba urgentemente ser tocado también.

—Si...continuemos...—Dijo avergonzada Mimi.

Yamato se sorprendió por la decisión de la chica, pero Mimi no quería arrepentirse después de no haber estado con el. Continuaron con los besos, Yamato termino de quitar por completo aquella playera rosada y después tumbo a Mimi a la cama para quitarle por completo aquella jardinera de short, pero Mimi se dio cuenta de que no era justo que ella estuviera casi desnuda y Yamato no, así que hizo un puchero en forma de protesta.

—¿Qué pasa? —Dijo Yamato viendo como su novia hacia pucheros divertido.

—Tu ropa—Dijo ella aun haciendo puchero.

—¿Qué pasa con mi ropa?

Y fue ahí que se dio cuenta Yamato que ella estaba casi desnuda y el no. Entendió aquel mensaje y comenzó a quitarse la playera y los pantalones, quedando amos en las mismas condiciones. Yamato estaba sobre Mimi, viendo la cara sonrojada de la castaña, Yamato acaricio su mejilla para después darle un beso. Era un beso tierno y puro, pero el rose de piel con piel hacia sentirlo de diferente manera.

Termino aquel beso un poco rápido para pasar a besar las mejillas y después a su cuello, sentía debajo de él cómo se estremecía Mimi por cada beso que le daba, era algo mágico y único para el. De ahí bajo un poco hasta llegar a su pecho dándole tiernos besos, por encima de la línea del sostén, pero sus hormonas podían más y quería descubrir que habia debajo de aquella delicada prenda.

—¿Pu...puedo? —Pregunto con nervios Yamato, viendo como Mimi se ponía aún más nerviosa, pero asintió ante la petición de la chica.

Toco con cuidado uno de sus pechos, disfrutando de la hermosa tela, estaba más que extasiado por eso, no podía más, necesitaba tocarlos directamente, con cuidado bajo el sostén haciendo que los pechos de Mimi rebotaran de una manera tan hermosa.

Yamato estaba totalmente loco por aquella escena, con una mano acaricio aquel hermoso botón rosado de Mimi mientras ponía su boca en el otro, dándole pequeños besos y después pequeñas lamidas. Mimi dio un pequeño suspiro de placer, estaba excitada, le encantaba de alguna manera eso, no sabia que ser tocada de esa manera le gustaría demasiado.

Aquella tela le estorbaba a Yamato, paso sus manos por la espalda de la castaña, buscando el broche de su sostén, pero no podía no lo encontraba, Mimi se sentó un poco y se acomodo nuevamente la ropa interior.

—¿Quieres que me lo quite? —Pregunto Mimi con cierta picardía, Yamato estaba sonrojado, pero asintió.

Ambos se sentaron frente a frente, Yamato intento ocultar su miembro que ya sobresalía un poco por toda la excitación que tenía, y vio como Mimi quitaba desde en frente un broche dejando al descubierto su torso.

Era demasiado hermosa, tenia un cuerpo perfecto, su piel blanca y tersa, Mimi estaba sentada ahí con las piernas dobladas y ocultando su pecho, ambos estaban avergonzados, era la primera vez que los dos estaban casi desnudos frente a otra persona, pero su urgencia de ser tocados pudo mas y comenzaron a besarse, pero esta vez con pasión y lujuria.

Terminaron recostados nuevamente mientras se besaban, su piel rosaba con la del otro sintiendo una agradable sensación, pero Mimi noto algo entre las piernas del rubio, un bulto que le pegaba en la pelvis estaba bastante duro, Mimi bajo su mano intentando tocarlo más por curiosidad.

—¿Qué... haces? —Pregunto Yamato un poco confundido.

—Te...tengo...un poco de curiosidad...en saber...como se ve...—Mimi estaba avergonzada por lo que acaba de hacer.

Jamás habia visto uno, ella no era de esas chicas que veían porno, y solo en clase de biología habia visto uno, pero era mas una lamina ilustrada de cómo se veía por dentro, y su idea de un miembro masculino era que la de sus muñecos Ken de la infancia, fuera de eso, Mimi no sabía cómo era.

Yamato estaba avergonzado por eso, sabía que tendrían intimidad y que se verían completamente desnudos, pero no estaba preparado mentalmente para que Mimi le pidiera verlo directamente, Mimi noto aquella vergüenza por parte del chico.

—Esta bien...fue muy mal educado de mi parte...pedir eso...—Yamato vio que la curiosidad de Mimi era genuina, pero él también tenía curiosidad de ver completamente desnuda a Mimi, mas que curiosidad era excitación.

Yamato volvió a besar a Mimi ahora tomando su mano y dirigiéndola cuidadosamente a su miembro, Mimi se sintió aun mas nerviosa por aquel acto, pero sentía curiosidad también. Lo toco sobre de la tela, pero aun así se sentía bien, Yamato sentía una sensación extraña, jamás lo habia tocado alguien y se sentía muy diferente de lo que el lo hacía. Bajo su boxer un poco hasta dejarlo al descubierto y guio nuevamente la mano de Mimi hacia él, era una sensación diferente a la primera, sentir la mano calidad de Mimi lo hacía sentir bastante excitado, y quería que Mimi también sintiera aquella sensación tan placentera.

Bajo su mano hasta llegar a la ropa interior de la castaña y cuidadosamente toco su ropa interior, Mimi se asustó un poco, tomando por inercia la mano del chico.

—¿No...no quieres? —Pregunto Yamato interrumpiendo el beso.

—Es solo que...

—Seré muy cuidadoso...lo prometo—Dijo Yamato intentando darle algo de confianza a la castaña—Pero quiero que también te sientas bien...

Mimi en ningún momento dejo de estar nerviosa, pero asintió ante la petición del chico, sabia que ella habia hecho esa misma petición hacia poco y el no se la habia negado, así que era justo que ella lo dejara tocarla.

Yamato continuó tocándola suavemente mientras los besos continuaban, podía escuchar pequeños gemidos ahogados en los labios de la chica, sabiendo que estaba haciendo bien su labor, intento ser mas osado e introdujo sus dedos por debajo de la tela de su ropa interior, sintiendo cuan mojada estaba Mimi.

—No—Dijo con rapidez la chica.

—Esta bien—Dijo Yamato sacando sus dedos de su ropa interior—Creí que te estaba gustando, lo lamento.

—No...no es eso... es que...creo que...tuve un accidente...—Mimi menciono avergonzada.

—¿Accidente?

—Si creo que...—Mimi no podía decirle bien que habia ocurrido—Creo que me...me hice...pis...

Yamato no entendía que pasaba, ¿Como que se habia orinado?

—¿Dices de esto? —Yamato le mostro sus dedos húmedos, a lo que la castaña asintió—Oh...esto...esto no es pis.

—¿Ah no?

—No...esto...pues lo hace tu cuerpo...cuando esta excitado...es para que no te duela cuando pues...lo meta...

Mimi no sabia eso, no sabia que estar excitada implicaba mojarse las pantaletas, eso no lo enseñaban en clase de biología, es mas solamente les enseñaban en biología el aparato reproductor mas no como se tenía relaciones.

—¿Es normal? —Pregunto la castaña sentándose nuevamente en la cama.

—Completamente normal—Dijo Yamato dándole un poco de seguridad—Yo...yo también lo hago...solo que parece...otra cosa—Yamato tomo nuevamente la mano de Mimi y la coloco en su miembro para que tocara la punta un poco pegajosa.

Pero el rose de la mano de Mimi, con lo pegajoso que estaba su miembro lo hizo excitarse aún más.

—Palpita...—Dijo Mimi nerviosa.

Yamato no supo como responder a eso, habia sido una reacción involuntaria, Mimi tomo el miembro de Yamato entre su mano, para después comenzar a masajearlo aún más, llevándolo de arriba hacia abajo, Yamato intentaba contener su rostro de placer ante aquella masturbación, ambos sentados frente al otro que Yamato oculto su rostro en el cuello de la chica para que no viera su rostro de aquella forma, quería más, quería que fuera más rápida y que lo apretara un poco más. Tomo la mano de Mimi ejerciendo un poco más de presión en su miembro guiándola a hacerlo más rápido, Mimi se sorprendió por lo que estaba haciendo.

Yamato estaba por demás excitado disfrutando de lo que, hacia su novia, comenzó a abrazar su cuerpo cada vez más, sentía como estaba a punto de tener un orgasmo así que detuvo a Mimi, quería durar un poco mas y no parecer desperado, Mimi no entendía que era lo que pasaba, creía que lo hacia bien. Yamato tumbo a Mimi nuevamente a la cama, quedando el recostado a un lado de ella, su respiración era agitada, Mimi podía sentir el aliento de su novio en su cuello.

—Déjame...hacerte sentir...bien...—Mimi no entendía qué significaba eso.

Yamato bajo la ropa interior por completo de Mimi, dejándola ahora si totalmente desnuda ante él, amaba esa escena de Mimi cohibida en su cama, quería ocultar sus partes íntimas, pero Yamato quería descubrir más de ella.

Volvió a masajear su pubis intentando entrar a sus partes íntimas, rosando delicadamente su pequeño botón de placer, comenzó con movimientos algo torpes intentando buscarlo, pero cuando lo encontró Mimi tuvo una reacción tan espontanea que le encanto, Yamato continuó jugando con ella viendo como de a poco se mojaba más y más, también sus pequeñas convulsiones se hacían mas y mas violentas, excitando a un más a Yamato preguntándose ¿Si se sentiría de la misma manera si la penetrara?

Ese pensamiento estuvo en su mente, quería ahora hacerla sentir bien estando dentro de ella, busco sus labios en un beso aun mas apasionado, estaban al límite ambos querían que aquello llegase a más.

—Mi...Mimi...—Dijo Yamato agitado—Vamos...vamos a hacerlo—Suplico el rubio.

La castaña estaba más que dispuesta así que asintió, Yamato estiro la mano hacia su mesita de noche recogiendo el par de preservativos que tenía, se habia puesto uno hacia mucho tiempo solo por curiosidad de cómo se sentía así que no batallo mucho para hacerlo esta vez, Mimi estaba recostada en la cama con la respiración agitada y las sábanas algo mojadas.

Yamato se coloco arriba de ella separando sus piernas, roso un poco su miembro en su intimidad haciendo sentir a los dos jóvenes bien, aquello era tan excitante tan mágico.

—Si duele por favor...dime...no quiero lastimarte, parare en el momento en que quieras—Dijo Yamato para después volver a besarla mientras ella asentía nerviosamente.

Continuó rosando su miembro hasta que sintió que Mimi estaba lista, lo introdujo suavemente, Mimi hizo una mueca de dolor, pero Yamato no la vio por qué el sintió demasiado placer estar dentro de ella, no quiso moverse por que escucho un pequeño quejido de la castaña, se preocupo por lo que pasaba.

—¿Duele?

—No...si...solo...un poco.

—Voy a salir—Dijo Yamato, pero Mimi lo retuvo.

—No...es solo un poco...puedo...

—Mimi...no quiero hacerte daño.

—Estaré bien...lo prometo...

Yamato confió en ella le beso la mejilla, comenzó a moverse despacio, estaba sintiéndose un poco mal por que no sabia si a Mimi le dolía.

—Estoy bien...creo...creo que me...gusta...

Yamato tomo aquello como buena señal, así que continuó moviéndose despacio y con mucha calma, se sentía bien, sentía como por dentro Mimi lo apretaba de manera involuntaria, también adoraba ver los pechos de la castaña rebotar de arriba hacia abajo, tomo uno acariciándolo suavemente, le gustaba la sensación suave que tenía entre sus manos.

De un momento a otro comenzó a ser más brusco moviéndose mas rápido, a Mimi le gusto esa sensación, estaba igual de excitada que él, sentía que todo le daba vueltas, era su primera vez, pero se sentía tan bien haciendo eso.

—Ya...no puedo...—Dijo Yamato entre gemidos suaves que daba.

Mimi también estaba a su límite, sentía como un pequeño calambre empezaba a surgir de su entrepierna, expandiéndose en una ola de placer, su cuerpo comenzó a arquearse un poco, Yamato la abrazo pegando su cuerpo aun más al de ella, el también esta en su límite, embistiéndola por completo. Aquel liquido blancuzco salía de su miembro provocándole mas placer de lo que podía soportar, temblaba en los brazos de Mimi, los dos estaban de la misma manera, experimentando su primer orgasmo.

—Es...estas bien? —Pregunto Yamato levantándose un poco de sobre la chica.

—Si...—Decía en una voz temblorosa.

Mimi y Yamato se sentían bien, querían seguir experimentando más, querían descubrir todos sus puntos débiles, y tenían toda la noche para continuar haciéndolo.


Mis estrellitas, les traigo un capitulo medio puercon. Tuve muchos contratiempos con este capitulo por que quería de a fuerza que los dos hicieran el delicioso siendo vírgenes, inexpertos, pero no sabia como hacerlo, asi que mi colega en esta historia Ava_Zans me ayudo, ella prácticamente escribió la primera parte de este cap, yo solo le di forma y escribí el final. ¿Verdad que tiene muchas buenas ideas? a mi me encanto. Pronto subiré el siguiente cap y una sorpresa para este capitulo gracias a Ava