Capítulo I

Habían trascurrido varias horas desde que Harry, Ron y las demás personas que han sido capturadas por lo carroñeros, lograron escapar de la mansión Malfoy, ella, sin embargo, no tuvo esa suerte. Había estado muy cerca de lograrlo, pero en el último segundo justo antes de que Dobby desapareciera, Bellatrix Lestrange la había sujetado con fuerza y había lanzado una pequeña daga de plata al punto exacto en el que el elfo había desaparecido.

Ahora, Hermione Granger yacía en una esquina de la sucia celda subterránea donde antes había estado sus amigos -acurrucada- había escuchado los gritos de los mortifagos siendo torturados por el que-no-debe-ser-nombrado, su furia era incalculable, la varita de Voldemort se abatía una y otra vez por el salón principal de los Malfoys lanzando rayos verdes a todos los que se encontraban a su alcance por haberle llevado la noticia de que Harry Potter había escapado nuevamente.

La muchacha no dejaba de pensar en lo que le sucedería una vez que el innombrable se enterara que ella, la mejor amiga de Harry, no había podido escapar. Seguro no la mataría de inmediato, antes buscaría la forma de sacarle información y al no obtener nada la opción más probable era la tortura, el miedo que sintió Hermione en ese momento solo era rivalizado por el que sentían los mortifagos en ese momento.

Ella sabía que tenía que pensar en algo pronto, pero la cortada en el brazo que le había dejado Bellatrix con las palabras "sangre sucia" no dejaba de sangrar y los temblores en su cuerpo le daban la sensación que en cualquier momento colapsaría presa del pánico . Respiro varias veces para tranquilizarse, pero era imposible, después de varios minutos los gritos que provenían del salón principal cesaron, había mucho silencio, Hermione se preguntó por qué Dobby no volvía por ella.

" Talvez pensaban que volver a enviar a Dobby a aquel lugar era demasiado arriesgado…"

" Talvez si estaban intentando volver, pero la seguridad de la mansión había aumentado..."

Todos estos pensamientos solo la llevaban a la misma conclusión, sería casi imposible escapar. Cerca de la media noche un ruido chirriante proveniente de la puerta la hizo saltar bruscamente de su sitio, se pegó lo más que pudo a la pared deseando fundirse en ella, pero era imposible, la puerta se abrió y Draco Malfoy entro en ella con una pequeña daga igual a la que tenía Bellatrix, Hermione sabía que la ausencia de su varita era debido a que Harry había huido con ella junto a la varita de Bellatrix.

-! Acércate! - dijo Malfoy mirándola con cautela- no intentes nada o clavare esta daga en ti ¡lo juro!

Hermione noto el temor en su voz y al acercarse hasta donde estaba él noto que su cabello estaba desordenado, tenía la piel grisácea y un hilo de sangre salía por la comisura de su labio, Malfoy anteriormente había sido torturado.

Mientras avanzaban rumbo al salón principal con Malfoy apuntándole en el centro de la espalda, los latidos del corazón de Hermione se aceleraban un punto crítico, sentía que cada paso que daba la acercaba más a la muerte.

- ¡Valla! - dijo Voldemort al verlos entrar al centro del salón apenas iluminado por la chimenea - que agradable ver a los jóvenes compañeros de Hogwarts en estas circunstancias.

Hermione noto unos tres cuerpos inertes en el suelo a unos pocos metros de ella, también podía escuchar las respiraciones entrecortadas de algunos mortifagos agazapados en las paredes y frente a ella nada menos que el mismísimo señor tenebroso, tal como sus pesadillas lo anterior reflejado.

-Entonces - dijo Voldemort caminando alrededor de ella- ¿es esta la nacida de muggles que es más lista que tú en la escuela Draco?

Sonrió con malicia al ver la cara de espanto de Draco Malfoy, era claro que estaba demasiado asustado como para articular palabra alguna.

-Bien- replicó Voldemort con falsa alegría– vamos a poner a prueba tu inteligencia, señorita sangre sucia.

-No te diré nada- susurro Hermione al aire, las palabras, aunque bajas salieron involuntariamente de sus labios, sabia que esto le traería consecuencias, pero el pánico que sentí había llegado a un punto tan alto que ya no controlaba ni su mente, ni su cuerpo.

Voldemort sonrió, pero esta vez fue más una mueca que otra cosa - no esperaba menos de la mejor amiga de Harry Potter, dime criatura ¿acaso estas dispuesta a morir por tus amigos? -

-Moriré de todos modos- respondió Hermione, no entendía porque seguía contestando, parecía un acto inconsciente- no hay forma que esto termine bien para mí.

Muy a su pesar Voldemort, estaba sobrecogido por la poca preocupación que mostraba la sangre sucia ante la perspectiva de la muerte.

-Por supuesto que no - dijo Voldemort seriamente, se acercó lo suficiente a ella para mirarla a los ojos - tendré tus recuerdos de todas maneras.

Durante un minuto entero, Voldemort miro a los ojos marrones de Hermione, lo único que pudo leer en ellos fue el terror que sintieron al mirarlo mesclados con el asco. Era imposible que esa pequeña sangre sucia inmunda hubiera podido aprender a cerrar su mente, durante unos segundos más estudio bien su delgado rostro, todos sus rasgos desde su nariz respingada, ojos grandes y pestañas alargadas denotaban la debilidad de amar sacrificada mente.

-Muy interesante- dijo Voldemort aun observándola con ojos rojos y despiadados- Draco, enséñale a la señorita Granger nuestra hospitalidad.

Malfoy se acercó lentamente balbuceando- mi… mi señor, mi varita, Potter y sus amigos… ellos… la tienen.

El rostro de Voldemort se volvió hacia él con ira contenida, apunto su varita y la azoto en el aire en su dirección, el sonido de un látigo invisible marcando su piel fue roto por sus sollozos y los gritos de Narcisa que destacaba desde el grupo de gente en las sombras.

-Ya estoy harto de esto… - gruño ahora dirigiéndose a Hermione- parece que tengo por servidores a un grupo de imbéciles que no saben mantener la varita en la mano. Como siempre tendré que hacer el trabajo solo.

Voldemort apunto su varita a las amplias puertas del gran salón, estas se abrieron de par en par dejando ver a un hombre encapuchado con las manos atadas, parecía desmayado, solo estaba de pie por magia, como si dos hombres invisibles lo sostuvieran en cada lado .

Con un movimiento de varita el hombre avanzo con arrastre al centro del salón al tiempo que Voldemort gritaba: "lárguense" a los mortifagos quienes salieron apresuradamente. Solo Narcisa corrió a abrazar a su hijo y se disponía a llevárselo cuando fue detenida por la furiosa y fría voz de Voldemort.

- Draco se queda y dale tu varita que no vas a necesitarla más.

- Mi señor…. Ca… castígame a mí en su lugar - suplicó la sollozante mujer, mientras le entregaba la varita a su hijo.

Voldemort miró con furia a la mujer y blandió su varita contra ella marcándole el rostro, la mujer grito mientras se sujetaba la herida.

- ¡Madre! - Draco la sostuvo para que no cayera al suelo - estaré bien, márchate. Con una última mirada de tristeza Narcisa salió sollozante.

- Es hora de conocer a nuestro invitado - puntualizo Voldemort, dirigiéndose a Draco y Hermione- notaran que es una celebridad muy conocida.

La capucha del hombre cayó para revelar su rostro inconsciente y golpeado.

- ¡Víctor! - exclamó Hermione al tiempo que corría a su lado. Draco Malfoy lucia asombrado ante la silueta debilitada de Víctor Krum

- Verás, sangre sucia - puntualizo Voldemort - sé que ambos se conocen y él te estima mucho… tu amigo tiene una información importante para mí, el paradero de un fabricante de varitas de su país, ahora que lo he averiguado, ya no tiene valor para mí, sin embargo, lo dejare vivir, si me das una razón para hacerlo.

Una enorme sonrisa malévola se asomó en su deformado rostro - ¿Estas dispuesta a dejarlo morir para proteger a Harry Potter?


Hola a todos va el primer capitulo, se vienen cosas importantes, deja tus comentarios.