Capítulo 3
Hermione no podía creer lo que oía, Narcisa Malfoy quería que huyeran con nada menos que su preciado hijo.
Durante un segundo pensó que esto era muy improbable, intercambio una rápida mirada con Víctor, él también lucia asombrado, sin embargo, se recompuso casi de inmediato.
- Él no "querrá" "irr" con "nosotrros" nos detesta, está del lado de ese lunático que tenéis "porr" Amo – dijo con voz entrecortada.
Un ruido ajetreado los hizo sobresaltar a todos, casi habían olvidado que Bellatrix estaba en las celdas buscando a Draco, a estas alturas probablemente ya lo había encontrado desmayado y lo estaba trayendo de vuelta.
- Vallan por esa puerta – dijo Narcisa rápidamente señalando una porción de pared junto a los armarios – Hay una habitación en el tercer piso, segunda puerta a la izquierda, espérenme ahí, buscare la forma de mantener a Bella lejos de aquí.
Mientras hablaba, Hermione y Víctor se apresuraron a tocar el punto donde se les había indicado, de inmediato apareció una delgada puerta a la cual se apresuraron a pasar justo al tiempo que Narcisa se giraba en dirección en la cual provenían los ruidos, no sin antes dejar el atizador en su lugar para evitar sospechas.
De inmediato ingreso Malfoy fúrico pateando todo lo que se encontraba en su camino. Bellatrix a su lado iba peor, chillando y pinchándolo con el dedo acusador.
- Un completo inútil – vociferaba- hubiese sido mejor que el lugar de un hijo, hubieses tenido una mascota, sería más útil.
- Ya te dije que me tomo desprevenido – estalló Draco, mirándola con odio.
- Dejas que una niñita te golpee – Bellatrix picaba cada vez más.
- ¡Basta! ¿Dónde están los prisioneros? – dijo Narcisa temblando convincentemente.
- Escaparon tonta, ahora deben estar en cualquier parte, el señor tenebroso nos asesinara.
- No deben haber ido muy lejos, nadie puede desaparecer en estos terrenos, es mejor encontrarlos – dijo Draco con el rostro empapado de sudor y temblando ligeramente.
- ¡No! Es mejor que te mantengas al margen – Narcisa se apresuró a abrazar a su hijo.
- Si Draco, es mejor que dejes a los grandes hacer esto, ve a ocultarte bajo tu cama y ….
- ¡Ya basta! Porque no vas por ellos en lugar de perder el tiempo – reclamó con irritación Narcisa.
Bellatrix miro ofendida a su hermana y salió sin decir una palabra. Cuando sus pasos dejaron de oírse, Narcisa se apresuró para hacerse de nuevo con el atizador y tomar a su hijo por el brazo.
- Vamos, necesito que veas algo.
Cruzando la puerta falsa Hermione y Víctor, encontraron un pequeño corredor que terminaba en unas escaleras de piedra, a juzgar por el polvo y las telas de arañas, ese camino rara vez era empleado. Hermione ayudo a Víctor a subir las escaleras rumbo al tercer piso, cuando iban por el segundo rellano, Hermione se tambaleo bajo el peso de su amigo.
- Debes "dejarrme" aquí, solo te retraso -
- De ninguna manera – repuso Hermione con apremio – si hay una posibilidad la tomaremos juntos.
- ¿Crees honestamente en esa "mujerr"? – Pregunto Víctor mientras respiraba con agitación.
- Por ahora es nuestra única salida- Hermione volvió a sostener a Víctor por el brazo reanudando la marcha.
Cuando llegaron al último rellano aguardaron en silencio para asegurarse que nadie pasara por casualidad cerca de ellos, cuando salieron se encontraron con un pasillo desierto algo lúgubre, había puertas a ambos lados, todas con finos acabados y extrañas figuras grabadas en las entradas, siguieron como se les indico a la segunda puerta a la izquierda, la cual parecía más grande y tenía una serpiente grabada en alto relieve.
Empujaron la puerta e ingresaron a lo que parecía una habitación bastante grande, con una magnifica cama con dosel color verde y plata que ocupaban el centro, en las mesas finamente labradas había pequeños artículos de cristal, la gran ventana que daba a los jardines tenía una cortina negra, la iluminación provenía de los delicados candelabros que emitían una luz blanca en los cuatro extremos de la habitación.
-¡Valla! Este lugar es bastante suntuoso, me pregunto de quien… - comenzó a decir Hermione antes que Víctor le respondiera señalando un cuadro de plata en una de las mesas. La imagen era la de un niño rubio con el uniforme de Hogwarts junto a su madre. - Oh! Ya veo –
-Esto no me gusta "parra nada", ¿vez algo que "parrezca" un portal? – pregunto Víctor mirando por toda la habitación.
- No- respondió Hermione – pero parece que alguien tiene un admirador al que no creo que quiera ver muerto. Señalo un pequeño poster colgado en la pared, en él se encontraba un Víctor Krum volando en su escoba en los mundiales de quidditch, el aludido respondió con un gruñido de desaprobación, aquello le causo mucha gracia a la joven.
Esperaron varios minutos, Víctor se acomodó en una silla masajeando su cabeza mientras Hermione se puso a curiosear entre las cosas, encontró una imagen suya en la pila de periódicos pasados con una recompensa por su cabeza, cuando lo levanto cayeron varios recortes, la mayoría sobre Voldemort, se apresuró a recogerlos y noto que entre ellos había unas fotografías, se paralizó cuando las vio, pero no duro mucho pues al instante se oyeron pasos cada vez más fuertes.
Rápidamente Víctor se puso en pie mirando a la puerta y Hermione guardando las fotografías bajo su ropa, apunto con la varita hacia la puerta. Los dos aguardaban listos para lo que se acercara.
La puerta se abrió de golpe e ingreso Draco Malfoy seguido por su madre, quien llevaba el atizador de hierro en la mano.
- ¡Ustedes! – Se sorprendió Malfoy – Pretendes que yo huya con ellos, ¿acaso enloqueciste Madre?
- Es nuestra única oportunidad, no tenemos tiempo – se apresuró a decir Narcisa al tiempo que giraba uno de los cuadros colgados en la pared, de inmediato se revelo una ranura por la cual introdujo el atizador de hierro hasta el fondo provocando un suave sonido, ante ellos un gran agujero de luz azulada se materializo.
- ¡No! Me niego – Draco estaba fuera de lugar, su rostro estaba enrojecido de furia – el señor tenebroso te hará pagar a ti por esto.
- Estaré bien, debo quedarme a sellar el portal, si permanece abierto podrían seguirlos, estarás bien con ellos – Narcisa miraba a su hijo con angustia – aquí no estas a salvo.
- Madre… estarás en peligro, leerá tu mente, sabrá donde estamos –
- Tome todas las precauciones necesarias –
- Pero… - Draco se resistía.
- ¡Desmaius! - Hermione apunto su varita y por segunda vez en la noche Draco Malfoy caía inconsciente. Narcisa gimoteo y sostuvo a su hijo para que no se lastimara. - Los siento, pero no tenemos tiempo, tendremos que llevarlo así –
- Si… si es…está bien – ayudó a Hermione y Víctor a sostener a su hijo, para que los tres cruzaran al mismo tiempo. – deberán protegerlo, ese es el trato, revisa el profeta del domingo me comunicare por ahí.
- ¿Cómo…? – empezó a decir Hermione cuando un ruido estrepitoso se oyó de los pisos inferiores. Sin lugar a ningún intercambio de palabras, los tres jóvenes cruzaron el portal sin titubear, lo último que vieron fue el rostro de Narcisa Malfoy lastimado y acongojado, por alguna extraña razón Hermione sintió compasión por aquella mujer, una pequeña lágrima cruzo su mejía izquierda y fue tragada por completo junto a los otros por la luz brillante del portal.
