—A ver, déjame... —saca su teléfono y llama él a Francia, que contesta después de vaaaaaaaaaarios timbrazos—. Allò?
—Lux... allò!
—Hey, ¿cómo estás? —sonríe.
—Bien... aquí disfrutando de la vida. ¿Tú qué tal?
—¿Estás con Galia? ¿Cuándo volvéis?
—Oui, estoy con maman. Aún estamos... decidiendo eso. Hoy vinieron a vernos Germania y Angleterre.
—¿Y cómo fue?
—Pues está yendo muy bien... vamos a comer en un rato en un restaurante muy bonito y romántico.
—Me alegro mucho, la verdad, quería hablar con Galia.
—¿Tu, o Cymru? —Francia... parpadea con eso.
—¿De veras quieres que responda a eso?
—Maman está ocupada.
—Venga, France, prometo ser breve.
—Está riéndose y feliz... sospecho que hablar contigo va a... cambiarle un poco la actitud.
—La verdad, no te voy a negar que eso sea posible, pero esto es solo aplazarlo. Mejor que le pase estando contigo para que luego puedas consolarla.
—Resulta que ahora eres sumamente persuasivo. Ugh. ¿Qué van a decirle? —Francia suspira.
—Ha venido alguien a vaciar la casa, queremos saber si todo está bien o si necesita algo más.
—Ohh... ella no sabe de eso.
—Ah, non?
—Ella no tiene que preocuparse por eso en lo absoluto, así que... entiendo que se han llevado todo lo que tenían que llevarse, si Cymru encuentra algo más que considere que maman pueda querer o necesitar. Hum... que me diga que es y veremos.
—Oh, entonces lo hicisteis sin que ella sepa... vale. Miraremos si queda algo más, aunque tal vez ella debería decidir qué cosas quiere...
—De querer, no creo que quiera mucho... pero le preguntaré. No tiren nada. Pero... ¿qué pretendía Galles? ¿Ir y guardarle el las cosas en unas cajas y venirlas a botar en su casa como la ha botado a ella? —veo que hoy estamos en nuestros cinco minutos de odiar a Gales.
—Non, queríamos recogerlas para que le fuera más fácil llevárselas y a él le fuera más fácil estar aquí sin necesariamente verlas y sentirse mal.
—Bien, entonces hemos salido ganando todos, por lo que veo.
—Excepto porque de verdad creo que ella debería decidir si quiere algo más. Y esto ha sido un poco intrusivo, ni siquiera habéis avisado a Cymru que ibais a entrar en su casa.
—Ya, bueno... vamos a decir que siempre podemos decir que maman nos dio permiso.
—Excepto porque es mentira. Acabas de decirme que ella ni lo sabe.
—Lux... mira, esto solo es de hacer que las cosas sean lo más suaves para ella posible.
—Ya, pero el caso es que hay dos personas implicadas en esto. E igualmente, no creo que llegar a su casa y encontrar todas sus cosas ahí metidas no sea también invasivo para ella.
—Britania las va a organizar y yo le explicaré que pasó, ella va a estar tranquila de no tener que hacerlo ella.
—Mmm... no sé, France, a mí no me gustaría que hubiera gente metiendo mano en mis cosas y decidiendo por mí.
—Yo croe que quitarle las cosas de encima a ella va a tranquilizarla.
—Yo lo creería si ella os lo hubiera pedido.
—Maman confía en mí.
—No digo que no. Pero tampoco has sido tu quien ha venido aquí a hacer esto.
—Han sido Britania y Germania... ¿crees que no confía en ellos?
—¿Tú crees que Cymru quiere a Germania en su casa sin avisar, France?
Gales frunce el ceño con esto, cerrando los puños. Germania? ¿¡Había venido GERMANIA a su casa, sin avisarle a revolver sus cosas?! ¡Solo faltaba oír que también Roma!
—Bueno, tampoco creo que mi madre quisiera que la tratara así...
—No estoy diciéndote que no vinieran, pero no es como que Cymru estuviera al otro lado del mundo o no pudiera hacerse cargo. Solo creo que no avisarle es una violación de la intimidad y no quiero tener que citarte la convención de Ginebra sobre la propiedad privada y la invasión de países soberanos. No digo que no se puedan hacer las cosas, pero no es necesario ser un cabrón. Y lo sabes. Y que creas que él lo haya sido no me parece excusa para justificarte.
—¿Desde cuándo estás tú en tu corcel blanco defendiéndole de esta forma? —Francia hace los ojos en blanco
—De nuevo... ¿hace falta que te responda? —igualmente se sonroja.
—Non... —sonríe un poco burlón—. Me parece muy loable y caballeroso de tu parte, Lux. Maman requería algo de casa y yo decidí consentirla. Germania se ofreció a ir por el... están haciendo de esto un drama más grande de lo que es.
—¿Puedo hablar con ella?
—Lux... maman sabe. ¿Para qué quieres... ? Buff.. de verdad que puedes ser insistente. Dame un minuto
—Solo quiero que sea ella quien me diga que prefiere no explicarse.
—Lo que pasa es que no te ha parecido que haya ocurrido así y ahora estás buscando la forma de... complicarlo todo.
—Yo no estoy complicando nada, France, esto está mal gestionado, simplemente.
—Claro, y ahora resulta que tú eres un experto y tu gestión sería absolutamente perfecta —protesta Francia de vuelta. Se escuchan sus pasos.
Luxemburgo se humedece los labios para no responderle sobre quien está acostumbrado a gestionar crisis a diario y quien... se la pasa paseando y yendo a tomar café con sus amigos.
—Non, France, pero sí quiero intentar reencauzarlo e igualmente negarme hablar con ella es aplazar lo inevitable.
—¿Es inevitable que tú hables con mi madre?
—Es inevitable que hable sobre esto, conmigo o con Cymru. O con quien sea.
—¿¡Y cuál es la urgencia?!
—Evitar que esto se repita.
—¿Me estás regañando, Luxembourg?
—Estoy intentando arreglar esto desde una posición neutral, France.
—No pareces tener una posición neutral.
—Solo he pedido hablar con Galia, ¿qué hay de poco neutral en eso?
—Todo el regaño que me has dado después.
—Venga, France, eres lo bastante fuerte para aguantar eso y más —sonríe un poco—. ¿Desde cuándo ya no te va la marcha?
—¡Desde que está no es marcha! —protesta un poco, riéndose —. Es que... no está bien. No sé si quiera hablar con ustedes
—Prometemos ser dulces y suaves.
Francia se acerca a su madre, que si está como Germania quiere, está abrazado el a ella, dándole besitos en la mejilla mientras hablan con Inglaterra. Que está TEEEEENSO solo de verlos porque es que no se sueltan.
—Maman... ¿puedes venir un segundo?
—Ah, oui —le da un beso a Germania antes de soltarle
Germania la retiene un poco y profundiza el beso antes de soltarla. Ella le sonríe.
Germania sonríe también con ojitos absolutamente de corazón, pero Galia se va con Francia, que pone mute a la llamada y mira a su madre
—Maman... es Cymru, están en su casa... me parece que fueron a organizar un poco las cosas y...
A Galia se le congela un poco la sonrisa y aprieta los ojos.
—Tus cosas ya no están ahí, mande... por ellas.
—Oh... ¿cuáles cosas?
—Tu ropa.
—Pero... ¿cuándo?
—El jueves. No quería que... bueno, dijiste lo del vestido, pensé que sería mejor sacar las cosas de ahí y que cuando volvieras a casa ya las tuvieras.
—Bueno... pero igualmente tengo que ir.
—No tienes que.
Ella suspira.
—No tienes que hacer nada que no quieras, maman.
—Está bien, merci, mon chou —le sonríe.
—Aun así, quieren hablar contigo.
—¿Ahora?
—Solo si quieres. E-Está Luxembourg ahí... de hecho, él me ha pedido hablar contigo.
—Luxem...burgo.
Francia asiente. Galia suspira y tiende la mano para que le dé el teléfono.
—Voy a estar aquí todo el tiempo.
—Non, deja que hable con él.
Francia se humedece los labios.
—Si'l vous plait, tú te pones muy nervioso.
—Pídele que... hable contigo a solas. Luxembourg no tiene por qué escuchar lo que le digas.
Asiente.
—¿Estas bien?
Asiente de nuevo y no le mira.
—No lo estás.
—Deja que hable con él.
—Vale, pero... no te... no te presiones.
Asiente.
—je t'aime.
—Y yo a ti, mon amour —vuelve a sonreír sinceramente. Él le da un besito en los labios.
—Eres mucho más fuerte de lo que crees
—Merci
—Te... te espero aquí afuera.
Asiente.
