ESCRIBIENDO UN NUEVO FUTURO

Capítulo 25: Celos:

Habían pasado unos días desde la misión en la universidad y ahora por fin había llegado el momento de desenmascarar a Flor de Loto. Sakura caminaba rápidamente por los pasillos de la facultad de química y, cuando llegó al laboratorio dirigido por Yukimura, empujó la puerta y entró. Allí estaban el profesor Kuroyama y un grupo de alumnos.

-¡Kuroyama! – le llamó la chica dirigiéndose rápidamente a donde él estaba.

-Pero, ¿qué haces tú aquí, Sakura? – se sorprendió el hombre.

-No hay tiempo para demasiadas explicaciones, es muy peligroso estar por aquí ahora – contestó ella alterada.

-¿Y eso por qué? – preguntó él sin entender.

-Hay una bomba colocada aquí mismo – explicó la joven.

-¿Una bomba? ¡Dios mío! – exclamó Kuroyama llevándose las manos a la cabeza.

-Traigo órdenes para que se desaloje el edificio inmediatamente – respondió Sakura mostrándole un papel.

-De acuerdo – asintió el hombre – Chicos, no sé muy bien qué está pasando, pero al parecer debemos abandonar el laboratorio ahora mismo – ordenó a sus alumnos.

-¿Qué? ¿Por qué? – protestaron algunos.

-Hacedle caso a esta agente de la ley – respondió señalando a Sakura.

Los alumnos se miraron entre sí bastante confusos, pero recogieron sus cosas rápidamente y empezaron a salir ordenadamente de allí.

-¿Dónde están los profesores Yukimura e Ishihara? – preguntó Sakura con curiosidad.

-Deben de estar en las aulas de teoría dando clase – respondió Kuroyama.

-¿Ah, sí? Qué extraño, según los horarios de la universidad, Yukimura tiene esta hora libre – contestó ella.

-Bueno, entonces estará en otro sitio. ¿O acaso… sospechas de él? – preguntó el hombre.

La chica vio entonces por el rabillo del ojo cómo el último alumno abandonaba el aula.

-¿Me guardas un secreto? – pidió Sakura – Yukimura siempre ha sido mi principal sospechoso de tenderle una trampa a mi tío para que Kira acabara con él.

-¿Una trampa? – repitió Kuroyama sorprendido – Ya sé que aquello fue inesperado, pero…

-Encontré una acusación contra mi tío en una de esas páginas de Kira – insistió ella – Le he seguido la pista por internet durante un tiempo a ese pirado que se hace llamar Dragón Negro. Incluso creo… que también es Flor de Loto.

-Pero ese es el que puso la bomba en el parque el otro día – respondió abriendo los ojos como platos.

-Sí. Y las pistas me han llevado a deducir que su siguiente bomba está aquí.

-No lo entiendo, Sakura. ¿Qué iba a ganar Yukimura con todo esto? – preguntó Kuroyama y la chica sonrió triunfalmente.

-Exacto. Él no gana nada – negó ella con tranquilidad – Dragón Negro o Flor de Loto… eres tú, Kuroyama. Tú quieres el puesto de jefe de laboratorio – añadió y ahora fue el hombre el que sonrió.

-Bravo, Sakura – respondió él dando un par de aplausos que sonaron bastante sarcásticos – Prometes mucho como policía. Lástima que te hayas metido tú solita en la boca del lobo – agregó sujetándola fuertemente por un brazo.

-¡Suéltame! – chilló ella intentando liberarse, aunque no lo consiguió.

Kuroyama sacó del bolsillo de su bata un pequeño bote con un líquido, lo destapó y lo pasó cerca de la nariz de Sakura, quien al olerlo quedó bastante aturdida. Después el hombre abrió una puerta que estaba cerrada con llave y empujó a la chica hasta dentro de aquel pequeño almacén. La joven se dio cuenta de que allí también estaba el profesor Yukimura atado y amordazado.

-Aún no puedo creer que fueras capaz de acusar a mi tío en aquella página web – dijo Sakura mirando a Kuroyama con rabia mientras este la ataba de pies y manos.

-Sí, fui yo. Lo admito, me disfracé de él para que fuera detenido – contestó el hombre con tranquilidad – Y, además, ya tenía todo preparado para acusar a Yukimura de exactamente la misma forma. Pero Kira me decepcionó dejando de actuar, así que cambié de estrategia y creé el personaje de Flor de Loto sabiendo que atraería la atención de L, a quien haré creer que es Yukimura el que está detrás de todo gracias a mis perfectos disfraces. L o Kira, qué más da, me aprovecharé de ellos para quitar de en medio a quien me convenga.

-¡Eres despreciable! – gritó la chica – ¿Cómo puedes vender de esa manera a tus compañeros?

-¿Sabes qué? Te lo contaré – respondió Kuroyama – Nuestro equipo estaba a punto de hacer un gran descubrimiento, pero el jefe Koizumi pensó que se trataba de una sustancia peligrosa…

OoOoO

Kuroyama entró corriendo al despacho del tío de Sakura.

-¡Jefe! ¿Qué quiere decir con que la investigación ha llegado a un punto muerto? – preguntó agitando los brazos – ¡Parecía prometedora!

-Así es, Kuroyama… Es tan prometedora que asusta – comentó el otro con preocupación.

-¿Por qué?

-Eres la persona en la que más confío, así que te diré la verdad. Según las simulaciones, la sustancia es altamente explosiva. Podría ser un arma realmente peligrosa si cayese en manos equivocadas – explicó Koizumi – Es por eso que voy a borrar todos los datos en este mismo momento.

El jefe pulsó un botón del ordenador y un montón de archivos desaparecieron.

-Desde mañana, trabajaremos en otra cosa.

OoOoO

-¿Sabes el dinero que habríamos ganado si hubiéramos llegado a descubrir algo importante? – preguntó Kuroyama con rabia – Por eso no me quedó más remedio que eliminar al jefe. Con los datos que yo mismo conservaba, guiaría al equipo de nuevo hacia esa sustancia. Pero… a pesar de mis méritos se nombró a Yukimura nuevo jefe… Era el más veterano, era lo justo. Eso dijeron.

-Mmm, mmm – trató de decir algo el aludido, pero al estar amordazado no podía.

Kuroyama se rio a carcajadas.

-Podéis gritar o hacer todo el ruido que queráis. Hace tiempo que desactivé todas las cámaras de seguridad, así que no acudirá nadie en vuestro auxilio – les dijo burlón – Venderé la historia al revés, yo seré el héroe que detuvo a Flor de Loto, aunque tanto él como la joven Sakura morirán en una explosión que nadie pudo evitar. Será una bonita publicidad para mí, ¿no creéis?

Entonces Kuroyama abrió el conducto de ventilación y de su interior sacó un aparato que Sakura inmediatamente reconoció como la bomba. El hombre ajustó un reloj que empezó a hacer tic-tac.

-La bomba explotará dentro de cinco minutos. Que os divirtáis – dijo mientras salía de allí a toda prisa.

El profesor recorrió los pasillos desiertos y abandonó la facultad. Fuera había mucha gente reunida preguntándose por qué habían sido desalojados del edificio.

Kuroyama se miró el reloj.

"Tres, dos, uno…" hizo la cuenta atrás, pero nada pasó. "¿Eh? ¿Habré calculado mal?".

En ese momento, sintió que le ponían unas esposas. Al mirar a su lado se sorprendió de ver a Sakura.

-Estás detenido – dijo la chica con diversión.

-¿Esto es una broma? – contestó el profesor tratando de no montar un numerito delante de todo el mundo – No tienes ninguna prueba contra mí.

-¿No? Absolutamente todo lo que has dicho ha quedado grabado – contestó burlona.

-¡Bah! Ya te he dicho que esas cámaras del laboratorio no graban realmente – contraatacó.

-Ya. El caso es que mis amigos instalaron otras.

-¿Cuándo? – preguntó Kuroyama confuso, pero entonces palideció – Espera, el corte de luz del otro día…

-Veo que lo vas pillando – respondió Sakura – Será mejor que me acompañes.

OoOoO

Un rato después, en una sala de comisaría Sakura y otros agentes esperaban junto al profesor Yukimura.

-Kuroyama ha confesado todo – les comunicó Aizawa al llegar – Gracias también por su colaboración, profesor Yukimura.

-Ha sido un placer ayudar – contestó él.

"Si Yukimura ya tiene lo que quería, ¿por qué iba a seguir atacando?" Sakura recordó las palabras de L. "Tu análisis de la situación es muy bueno, pero tu sospechoso es el equivocado".

La chica bajó la mirada. El detective no había tardado ni cinco segundos en darse cuenta de algo tan obvio…

-Siento haber dudado de usted… – dijo ella avergonzada acercándose al profesor – Supongo que aún me queda mucho por aprender…

-No importa, Sakura. Soy yo el que está avergonzado por no haberme dado cuenta de que estaba ocurriendo todo eso tan cerca de mí… – contestó Yukimura – Cuando recibí esa llamada de la policía diciéndome que había una bomba oculta dentro del conducto de ventilación de mi propio laboratorio no daba crédito…

-Por suerte, usted pudo inutilizar ese artefacto sin que aparentemente hubiera sufrido cambios – trató de animarlo la chica – Gracias a eso pudimos tender la trampa.

-Aprendí con uno de los mejores – respondió el profesor y ella asintió sabiendo que se refería a su tío – Me alegro de que al menos se haya hecho justicia por él.

-Sí, yo también.

Sakura dirigió su vista hacia la ventana, donde se veía un pedacito de cielo. Sí, por fin había resuelto aquel misterio que llevaba tanto tiempo perturbándola.

OoOoO

Unos días más tarde, Misa charlaba con el doctor Smith.

-¿Y qué tal te está yendo en el trabajo? – quiso saber él.

-Oh, mucho mejor de lo que esperaba – admitió ella – Lo mejor de todo fue recibir de nuevo el apoyo de mis fans. Me hizo muy feliz ver que les sigo importando.

-Ya veo. Entonces, ¿crees que volver fue la decisión acertada?

-Por supuesto – asintió inmediatamente – Ahora dentro de un rato tengo una sesión de fotos y mi manager me ha dicho que ya me están llegando más ofertas. Al principio no estaba segura, pero creo que es un buen momento para volver definitivamente. ¿Usted qué opina?

-Yo también creo que te irá bien – la apoyó el hombre.

"Me parece que Amane ya es consciente de que tiene que salir adelante a pesar de la pérdida" pensó el doctor Smith satisfecho.

Los dos continuaron hablando un rato más hasta que Misa se miró el reloj.

-Lo siento, tenemos que dejarlo ya – dijo ella – Tengo que prepararme para ir a la sesión de fotos.

-Por supuesto – asintió el hombre – Que se dé bien.

-Gracias.

OoOoO

Mientras tanto, Sakura entró a la sala de control y se dirigió directamente hasta donde estaba L sentado.

-Buenas tardes, Ryuzaki – le saludó.

-Buenas tardes, Koizumi.

-Ya nos conocemos. Llámame Sakura, ¿vale? – le pidió ella.

-Vale, Sakura – accedió el detective.

-¿Sabes? Yukimura me ha ofrecido recuperar los datos de la investigación de mi tío. Yo quisiera respetar su opinión y no seguir investigando, pero… ¿qué crees tú que es lo mejor? – le preguntó – Eres la persona más sabia que conozco, así que quisiera escuchar tu opinión antes de tomar una decisión.

-Según lo que tengo entendido, estaban a punto de descubrir un explosivo, ¿no es así? – preguntó L pensativo.

-Sí, algo así – asintió Sakura.

-Bueno, algo puede ser bueno o malo dependiendo del uso que se le dé – contestó el moreno – Por ejemplo, el fuego puede ayudarnos a calentar la comida, pero también puede arrasar bosques. Otro ejemplo es internet, se creó pensando en usarlo para la guerra. Desde luego que tiene aplicaciones militares, pero es algo que mucha gente de a pie utiliza día a día también.

-Entiendo, quieres decir que no hay una respuesta correcta realmente – respondió la chica – En ese caso, creo que respetaré la opinión de mi tío y pediré que no se siga investigando.

-Al final debes respetar tus convicciones. Esa es la única respuesta correcta a la que puedes aferrarte – contestó él.

-Gracias, Ryuzaki – dijo Sakura abrazándolo – Ha sido muy útil hablar contigo.

Misa entró en ese momento y los vio, y aunque la castaña soltó al chico, la artista no pudo evitar sentirse algo molesta ante la imagen.

-Eh… hola – saludó la rubia – Solo venía a despedirme antes de ir al trabajo…

-Es verdad, tienes esa sesión de fotos – respondió L – Que se dé bien.

-Gracias – contestó Misa y entonces se quedaron mirándose unos segundos.

Ambos habían prometido actuar con normalidad y olvidar el incidente del beso, pero… interiormente los dos seguían teniéndolo muy presente.

La artista entonces se dio la vuelta para salir de ahí otra vez y caminó por el pasillo con una extraña mezcla de sentimientos revueltos en su interior.

-¡Espera, Misa-Misa! – le llamó Sakura corriendo tras ella – Yo también me voy ya, ¿vienes conmigo a la calle? Así podremos charlar un poquito sin que nos graben las cámaras del edificio.

-Pero tengo que ir al parking a esperar a mi manager… – contestó ella.

-Espera el coche fuera. Venga, ¡por fa! – le pidió juntando las manos.

-Bueno, está bien – accedió Misa – Le mandaré un mensaje a Mochi.

Las dos salieron del cuartel mientras la rubia le enviaba un mensaje a su manager para que supiera dónde estaba.

"No sé de qué querrá hablarme, pero es imposible que a esta chica le guste Ryuzaki, no hay nadie tan idiota como para llegar a eso" pensó la artista molesta mientras se guardaba el móvil de nuevo.

-Oye, Misa-Misa… ¿a ti te gusta Ryuzaki? – preguntó entonces Sakura de repente, haciendo que la otra se sonrojara.

-¡Claro que no! – gritó indignada – Ya te dije que yo siempre respetaré a Light.

-Entonces no te molestará que vaya a por él, ¿verdad? – preguntó la castaña y la otra se quedó congelada.

-¿Te… gusta?

-Es muy mono… – contestó Sakura sonrojada.

-¿Estamos viendo al mismo chico? – dudó Misa.

-Ya sé que otros opinarán que es raro, pero a mí no me importa. Ese look tan salvaje y misterioso me atrae – reconoció – Además, es tan listo y se ha portado tan bien conmigo… Así que, ¿me ayudarías? ¿Qué tipo de chicas le gustan?

-¿Po… por qué iba a saber yo eso? – preguntó mirando para otro lado.

-Sois muy cercanos – opinó la castaña.

-No, no lo creo – negó la artista inmediatamente – Pero ahora que lo mencionas, sí que le he oído decir que no está interesado en el amor – añadió tratando de desanimarla – Supongo que solo le interesan los dulces.

-¿Dulces? ¡Pues claro! – exclamó Sakura contenta – ¡Muchas gracias, Misa-Misa! Eres un encanto.

"¿Qué? ¿Le he dado una pista sin querer? Soy idiota, ¿verdad?" pensó Misa.

-Muy bien, le traeré dulces caseros a Ryuzaki. ¡Voy a esforzarme en gustarle! – aseguró la castaña – Oh, mira. Tu manager ya está aquí con el coche. Nos vemos mañana – se despidió dándose la vuelta.

-Sí, claro. Adiós… – contestó la rubia.

OoOoO

Al día siguiente, el despertador de Misa sonó bastante temprano, ya que tenía de nuevo la grabación con Ichiro Ichiban. La chica se preparó frente al espejo mientras recordaba lo que Sakura le había dicho el día anterior.

"Debería alegrarme por Ryuzaki, al fin una chica está interesada en él" pensó. "Pero… hay algo que no me gusta en todo esto… ¿qué será? ¿Quizás creo que ella no es buena para él?".

Misa terminó de arreglarse y después se dirigió a la sala de control. Justo en el momento en el que entró, Sakura estaba al lado de la silla de L, con lo que la rubia no pudo evitar rodar los ojos. Cuando se aproximó, la artista percibió que el detective estaba abriendo un paquete.

-Son dulces hechos por mí – explicó Sakura – Solo quería agradecerte por haberme ayudado a resolver el misterio alrededor de la muerte de mi tío.

L terminó de desenvolver el paquete y sacó de dentro una galletita.

-Buenos días, chicos – les saludó Misa entonces.

-Oh, buenos días, Misa-Misa – contestó la otra chica – Llegas justo a tiempo, ¿quieres una galleta? – añadió ofreciéndole una – Las he hecho yo misma.

-Vale – aceptó la rubia.

"Ojalá esté rancia, ojalá esté rancia…" deseó la artista mientras se la echaba a la boca. "Está… deliciosa".

-Está deliciosa – dijo L tras probar una también – Muchas gracias por traerlas.

-Oh, no ha sido nada – le restó importancia Sakura – Puedo traer más otro día.

-Estupendo… – murmuró Misa.

-¿A ti también te han gustado, Misa-Misa? – le preguntó la castaña – ¡Me alegro!

-Sí, claro, me han encantado – respondió la rubia poniendo una amplia sonrisa falsa en su cara – Bueno, será mejor que me reúna con Mochi. Hoy tenemos la continuación de la grabación en la universidad.

L entonces recordó a ese cantante que claramente trataba de ligar con Misa, y se sintió algo molesto.

-Que se dé bien, hoy no debería haber incidentes – le dijo Sakura.

-Gracias. Nos vemos luego – se despidió la rubia dándose la vuelta.

La artista se reunió con Mogi en el parking y después ambos fueron hasta la universidad en el coche de este último.

"Aquí tienes, Ryuzaki. Dulces hechos por mí" recordó la chica molesta modificando la escena para hacerla mucho más cursi. "Oh, Sakura. Qué bien cocinas, cásate conmigo y resolveremos crímenes juntos" se imaginó la respuesta. "Buah" cortó su imaginación antes de que se besaran.

-Misa-Misa, eh – le llamó Mogi moviéndola del brazo.

-¿Eh? ¿Qué? – preguntó ella despistada.

-Ya hemos llegado al lugar de la grabación – le informó – ¿Qué te pasa? Parecías en tu mundo.

-Debo de tener algo de sueño – contestó la rubia y entonces se salió del coche.

Los dos caminaron por el campus hacia la zona restringida para la grabación y allí se reunieron con el resto del equipo.

-Buenos días, Misa-Misa – le saludó Ichiro en cuanto la vio.

-Buenos días, Ichiro – contestó ella.

-Uff, esta vez ha costado bastante obtener permiso para grabar. Al parecer esta universidad ha sido una escena del crimen, ¿puedes creértelo? – preguntó él.

-¿En serio? – preguntó la rubia haciéndose la sorprendida.

-En serio, aunque la policía no ha querido darme muchos más detalles – respondió el cantante frustrado – Bueno, cambiando de tema, el director me ha dicho que si todo va bien y hoy terminamos la grabación, la semana que viene todo estará editado y se podría hacer la presentación del disco.

-Genial.

-La verdad es que quiero hacer algo grande para celebrarlo – le contó Ichiro ilusionado – ¿Qué se te ocurre a ti?

-¿A mí? – preguntó sorprendida señalándose a sí misma.

-Por supuesto, también formas parte de este proyecto. Si tienes alguna idea, me encantaría escucharla.

Misa lo pensó un momento.

-Te vas a reír de mí – dijo ella finalmente.

-No lo haré – le aseguró el chico con una sonrisa.

-Está bien. Nunca he asistido a un baile de máscaras y me encantaría ir a uno alguna vez – respondió la rubia.

-¿Un baile de máscaras? – repitió Ichiro sorprendido – ¡Es genial! ¡Suena muy interesante!

-¿En serio te ha gustado mi idea?

-Claro – asintió él – Está hecho, tras el acto de presentación haremos un baile de máscaras. Nos mezclaremos entre el público y cualquiera podrá bailar con nosotros. ¡Suena emocionante!

-¡Sí! – exclamó ella y ambos rieron un poco.

-¡Chicos! – les llamó el director – Vamos a retomar la grabación por donde la dejamos.

-Vale – contestaron ambos.

OoOoO

Tras grabar un par de escenas exitosamente, el equipo volvió a reunirse para planificar la siguiente.

-Entonces la protagonista ve a Ichiro hablando con otra y se siente celosa – explicó el director.

"¿Eh? ¿No se parece a lo que me pasa cuando veo a Ryuzaki hablando con Sakura?" se dio cuenta Misa empezando a sudar frío. "¿Qué digo? No, no, no… Yo no puedo estar celosa por Ryuzaki. ¡Lo mío seguro que es algo diferente!".

-¿Qué te parece, Misa-Misa? – le preguntó el director entonces.

-¡Eso no puede ser! – chilló ella desesperada y el resto la miró de forma extraña.

-¿Algún problema? – preguntó Ichiro y entonces la rubia se dio cuenta de que había pensado en voz alta.

-¿Eh? Lo siento, lo siento – se disculpó Misa inmediatamente – Estaba pensando en otra cosa que no tiene nada que ver.

El director suspiró y después se miró el reloj.

-¿Qué tal si nos tomamos cinco minutos de descanso? – propuso.

-De acuerdo – contestaron los demás.

El grupo se deshizo y entonces Misa vio que un cámara estaba sacando un dulce de una bolsa.

"Eso tiene muy buena pinta, seguro que a Ryuzaki le encantaría probarlo" se dijo, pero al momento agitó la cabeza. "¡Deja de pensar en ese idiota!" se regañó a sí misma.

-¿Te gustan los dulces? – le susurró Ichiro en el oído, sorprendiéndola.

-¿Qué?

-Estabas mirando con interés el hojaldre que se está comiendo ese cámara – respondió él divertido.

-Bueno, estaba pensando en que tal vez eso le gustaría a… otra persona – trató de explicarse la chica.

-Sí, ya. A otra persona – contestó el cantante sin creérselo.

-¡Es verdad! – protestó Misa.

-No te enfades, a mí también me gustan los dulces – le contó Ichiro – Escucha, sé que hay una pastelería muy buena aquí mismo. ¿Quieres venir conmigo? – preguntó bajando la voz.

-Solo nos han dado cinco minutos de descanso.

-¿No te atreves? – le retó el chico con diversión – No tardaremos mucho más de eso.

Misa entonces recordó que muchas veces se había escapado a ver a Light en mitad de un rodaje. Romper las normas y hacer travesuras siempre dejaba una sensación divertida.

-Por supuesto que me atrevo – contestó ella finalmente – Me he escapado un montón de veces.

-Así se habla.

Ambos observaron a su alrededor esperando un momento en el que nadie les prestara atención.

-Ahora – susurró Ichiro y los dos se escabulleron.

No tuvieron demasiados problemas en mezclarse entre los paseantes de la zona y llegar a la pastelería, ya que iban vestidos bastante casuales para la grabación y parecían dos universitarios más.

-¡Vaya! Sí que tiene todo muy buena pinta – reconoció Misa una vez dentro del local.

"¿Por qué estoy haciendo esto…? Ryuzaki no necesita que yo le lleve pasteles" se regañó mentalmente. "¡No estoy celosa! Aunque… no está de más que le demuestre a ese detective que existe más mundo aparte de Sakura. ¡Eso es!".

-¿Te decides? – le preguntó Ichiro.

-¿Cuáles me recomiendas tú?

-A esa… otra persona seguro que le gustan este y este – respondió él señalando un par de pasteles.

-Te digo que de verdad son para un amigo – insistió la chica.

-Mi recomendación sigue siendo la misma – contestó con una sonrisa.

-Bien, te haré caso – asintió Misa – Disculpe, ¿podría ponerme un trozo de este pastel y también uno de este otro? – pidió a la encargada de la tienda.

-Por supuesto.

La señora entonces le envolvió en una cajita el pedido. Mientras la chica se buscaba el monedero, se escuchó la campanilla de la puerta. Al mirar de reojo hacia atrás, Misa descubrió que se trataba de L.

-¿Qué haces aquí? – le preguntó ella sorprendida.

-¿Qué haces tú aquí? – contraatacó el moreno – ¿No tendrías que estar trabajando?

-Lo mismo te digo – atacó la rubia también.

-¿Lo conoces? – susurró Ichiro observándolo con curiosidad.

-Por desgracia sí – asintió Misa en el mismo tono.

-Os estoy oyendo – dijo L con su tranquilidad de siempre.

-Como sea, estamos en el descanso de la grabación. Podemos estar aquí – aseguró la chica – Y tú, Ryuzaki, ¿cómo es que sabes de este sitio?

-Cuando venía a la universidad a veces pasaba por aquí – respondió él.

-¿Y por qué has tenido que venir precisamente hoy? – preguntó Misa y él se puso un poco rojo.

"Me gusta verte actuando" pensó el moreno avergonzado.

-Cuando dijiste que hoy tenías grabación aquí, recordé este lugar y me apeteció venir. Simplemente – contestó L desviando un poco la mirada.

Ichiro los miró con curiosidad. Ese extraño amigo de Misa parecía tener interés en ella…

-Misa-Misa, tenemos prisa. Deberíamos volver ya – intervino el cantante intentando atraer la atención de ella.

-¡¿Eres Misa-Misa?! – chilló la encargada de la pastelería señalándola – ¡Chicos, venid un momento! ¡Ha venido a visitarnos Misa-Misa!

-¿Qué? – se escucharon varias voces atrás y al momento salieron más trabajadores por una puerta.

-Enhorabuena, genio. Si teníais tanta prisa no deberías haber revelado que es ella – le dijo L a Ichiro de forma sarcástica y este último lo miró mal.

-¡Misa-Misa, fírmame un autógrafo!

-¡Sácate una foto conmigo!

-Eh, ah, bueno… – balbuceó la rubia un poco agobiada.

-Disculpad, Misa-Misa tiene que continuar con una grabación, así que tiene algo de prisa – intervino L – Espero que lo entendáis.

-Así es – asintió ella inmediatamente – Lo siento, tengo que irme ya.

-Oh, qué pena… – contestaron los trabajadores de la pastelería.

La artista pagó, recogió su pedido y entonces se dirigió a la calle.

-Gracias – susurró Misa al pasar al lado de L.

El detective le sonrió levemente por respuesta y Misa volvió a sentir el mismo cosquilleo que cuando se besaron accidentalmente. Cuando sonreía de verdad… era lindo. La chica aceleró el ritmo para salir de una vez de la tienda seguida por Ichiro, el cual lanzó una mirada desafiante a L.

OoOoO

La grabación siguió avanzando hasta la tarde. El equipo se reunió para leer el guion de la escena final.

-Sobre la última parte, Misa-Misa no quiere grabar escenas de besos – se adelantó Mogi.

"¿Beso?" se preguntó la rubia recordando el cosquilleo una vez más.

Aquello fue un beso accidental. No fue especial. No pudo ser especial. Seguro que estaba alucinando…

"Lo siento, Light. Debo investigar" pensó la chica.

-Da igual. Voy a hacerlo – dijo Misa con decisión.

-¿Qué? – se sorprendió su manager.

-Voy a darle un beso a Ichiro – repitió ella – Siempre me dices que es ficción y que no le dé tantas vueltas, ¿no es así?

-Sí… – asintió Mogi.

"Esto es raro…" pensó el hombre.

Tras concretar los detalles de la escena, Misa e Ichiro se situaron en sus posiciones.

-Tres, dos, uno… ¡acción! – indicó el director.

Misa tomó aire y después avanzó hasta la posición de Ichiro. Él rozó la mejilla de ella con la mano y aproximó su cara a la de la chica, la cual cerró los ojos y esperó a que los labios de él rozaran los suyos. Los nervios, la emoción, la carne de gallina… no estaban. Era algo… vacío. Sin sentimiento.

"¿Qué significa entonces…?" se preguntó Misa tras separarse. "¿Me gusta Ryuzaki…? ¡No, no, no!".

-¡Corten! – exclamó el director – ¡Perfecto! La toma ha quedado muy bien.

-A ver, a ver… – dijo Ichiro con curiosidad acercándose a las cámaras para ver la grabación – ¡Vaya, ha quedado muy bien! Mira, Misa-Misa.

-Sí, estupendo… – contestó ella sin prestarle demasiada atención.

"¡No, no! ¡No estoy enamorada de Ryuzaki! ¡No puedo aceptarlo!" pensó la rubia agitando la cabeza.


Quedan dos capítulos (y un epílogo) para el final.