ARE YOU IN THERE?

DISCLAIMER: Naruto es propiedad de Masashi Kishimoto, pero la historia es de mi autoría.

WARNING: Esta historia en cada one-shot contiene descripciones y menciones de actos de violencia sexual, física y psicológica, así como de temas delicados o detonantes para la salud mental a los que de ninguna manera se pretende faltar el respeto y son utilizados solo con fines creativos. Por favor, tomarlo en cuenta antes de leer.

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17

QUIERO QUEDARME

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Al mudarse a esa pequeña villa llamada Konoha, Sasuke por fin había ocupado la casa que su abuelo le heredó al fallecer cuando tan solo era un adolescente.

Siendo el favorito de sus nietos por alguna razón, la propiedad y todo su contenido quedó a su nombre según su testamento, aunque, habiendo pasado ya más de quince años desde que éste se leyó, esa era la primera vez que visitaba la gran casona.

No le sorprendió para nada encontrar una cantidad inimaginable de polvo y telarañas cubriendo cada esquina, aunque sí el hecho de que los pisos, paredes y demás estructuras se encontraran en tan buen estado, casi como si el tiempo no hubiera pasado. Cada habitación era amplia y estaba debidamente amueblada al estilo de la antigua época, el cual admitía no ser tanto de su gusto.

Sin duda tendría que hacer muchas remodelaciones, pensó mientras caminaba por el pasillo hacia la biblioteca.

En la pared se exhibían varios cuadros de diferentes tamaños y cuyo contenido variaba entre paisajes, lugares o algunas simples escenas de la naturaleza que no tenían nada especial, sin embargo, sus ojos quedaron prendados de uno en particular.

Una enorme exhibición que era imposible no admirar más que a las demás.

Fácilmente estuvo diez minutos completos observando la obra de arte de tamaño real que retrataba a una joven sentada en los escalones de esa misma casa, con un largo vestido blanco cayendo a su alrededor como si fuera una novia en su ajuar nupcial. Aunque quizá, pese a que la mujer se veía bastante joven, tal vez sí podría tratarse de un retrato nupcial.

—No, le pregunte al abuelo sobre ella una vez. Pero solo recuerdo que dijo que era un regalo de cumpleaños para la hija del dueño original de la casa — Itachi le contó cuando lo llamó esa misma noche para preguntarle. Tenía esperanzas de que supiera algo ya que había visitado esa casa muchas más veces que él, pero por lo visto no había sido de utilidad.

—Entiendo, gracias — y antes de que su entrometido hermano mayor pudiera cuestionarlo sobre su interés en la obra, le colgó.

Asi pues, consciente de que al día siguiente tendría mucha limpieza que hacer decidió que lo mejor sería irse a dormir temprano, por lo que se acostó con la esperanza de descansar tanto como pudiera. No obstante, a pocas horas de haber conciliado el sueño, un ruido proveniente del pasillo lo despertó.

Al principio pensó en ignorarlo, ya que la vieja madera de los pisos tendía a hacer ruidos de la nada, sin embargo, cambió de opinión cuando la escuchó crujir repetidamente a un ritmo particular, como si estuvieran caminado sobre ella.

En cuanto salió de su habitación, los pasos se detuvieron y los suyos propios inconscientemente comenzaron a llevarlo hacia la biblioteca.

Entonces el tiempo se congeló y su respiración se quedó contenida dentro de sus pulmones debido a la impresión.

—¿Es usted el nuevo dueño de la casa? — la fantasmagórica figura en medio del pasillo le dijo, apartando la mirada de la pintura que Sasuke había querido investigar, para verlo a él.

Por más detallado y bien trabajado que hubiera sido su retrato, no le hacía completa justicia a la joven que tenía en frente. Aún si era un espectro, su belleza era todo un espectáculo.

—Te pregunte algo — la mujer compuso una expresión de impaciencia, pero, pese a ello, él se mantuvo mudo y con los ojos abiertos como si estos fueran a salirse de sus órbitas, lo que la hizo apretar los labios, frustrada —. El anterior dueño era más valiente, creí que como te pareces a él serias igual.

Esas palabras consiguieron hacer a un lado las reflexiones de Sasuke acerca del suceso sobrenatural que estaba experimentando y de lo delicado de las facciones de la fantasma, así como de la perfecta combinación que hacía entre su largo cabello rosado con sus orbes esmeralda.

—¿Anterior dueño? ¿Te refieres a mi abuelo? — el hombre pelinegro consiguió hablar por fin.

—Ahhh, así que tú eres el pequeño Sasuke-kun — si el hecho de descubrir que el nuevo inquilino era un cobarde ya la había molestado, saber su identidad la hizo mirarlo de arriba a abajo con animadversión, para luego proceder a cruzarse de brazos —. El nieto adorado que nunca se dignó a visitar a su anciano abuelo ni una sola vez.

En lo que a Sasuke respectaba, los fantasmas asustaban y atormentaban a la gente, no hacían reclamos por cuestiones que no les competían. Sin duda, de no ser por la anti naturalidad de las circunstancias en las que se encontraban, como era natural dada su personalidad, habría mandado al diablo a la chica...

—B-bueno yo... Siempre he llevado una vida ocupada en la ciudad — ... pero en ese momento en cambio ofreció una pobre explicación.

—Sí claro, estudiando en tu aburrida escuela privada, conviviendo con tus únicos dos aburridos amigos y, déjame adivinar, también trabajando en una muy aburrida oficina — la chica se burló de él dándole la espalda y la larga bata para dormir blanca que usaba bailó entre sus piernas mientras se retiraba rumbo a las escaleras —. ¿Al menos cumpliste el deseo de tu abuelo de casarte con una buena mujer y tener muchos hijos?

Sasuke fue de inmediato tras ella y la acompañó afuera, al jardín trasero.

Cualquiera en su lugar estaría temblando y gritando de miedo por estar en presencia de un espectro del más allá, pero él simplemente no podía sentirse de esa manera cuando había quedado tan prendado de la enigmática muchacha desde que la vio en esa pintura. Además de por su belleza, le era imposible sentirse temeroso de ella cuando tenía una personalidad tan directa y un poco infantil. Era como discutir con una niña y, de hecho, ahora que la veía, probablemente lo era, ya que no aparentaba tener más de diecisiete años.

—¿Qué edad tienes? — la cuestionó cuando ésta tomó asiento en un viejo columpio que aún colgaba de un seco árbol.

—Yo te pregunte algo primero

Sasuke frunció el ceño, contrariado por su solicitud de información. No era algo que le gustaba siquiera poner en palabras, pero si quería saber cosas sobre la doncella tenía que darle sus propios datos a cambio.

—Me casé, pero ella me dejó un año después y ahora soy divorciado.

Su respuesta cambió la expresión del fantasma en un segundo y la diferencia fue tan notoria como el día y la noche. Ahora, en lugar de profesarle abierta antipatía, sus ojos le miraron con pena.

—Lo siento mucho, Sasuke-kun. Se supone que el matrimonio es sagrado y debe durar toda la vida, debió ser muy duro para ti pasar por eso.

—N-no importa — la suavidad con la que le habló lo puso inevitablemente nervioso y decidió aprovechar el tema para saldar una de sus dudas respecto a la pintura —. ¿El tuyo pudo durar más?

—Oh no, nunca me casé. Ni siquiera llegué a cumplir veinte años — ella aclaró, de paso dándole el dato de la edad que había tenido antes de morir.

—¿Entonces por qué estas vestida de novia en esa pintura?

La mujer entonces bajó la cabeza hacia sus pies y se meció ligeramente en el columpio, un poco cohibida. A través de sus pestañas rosadas Sasuke pudo darse cuenta de cómo su mirada se ensombreció y se sintió arrepentido de tocar lo que parecía una fibra sensible de la joven.

—Porque tenía curiosidad sobre cómo me vería si hubiera podido casarme y papá pidió que me pintaran — fue la apenada respuesta que le dio y antes de que él la cuestionara cómo es que sabía que iba a morir sin vivir ese día especial, ella procedió a explicarse —. Tenía una enfermedad rara y en realidad endulzaron bastante mi imagen en esa pintura a como estaba en realidad debido a mi salud. Es comprensible. Nadie querría recordarme tan delgada, cansada y demacrada como estuve en mis últimos días. Era tan horrible que mi familia no quería ni voltearme a ver y, como sentían lastima por mí y todo lo que me perdería, me concedieron ser una novia, aunque fuera solo en apariencia.

A Sasuke le pareció difícil de creer que la joven que tenía enfrente hubiera sido desagradable a la vista a ese nivel, por más enferma que hubiera estado. Siendo ahora un fantasma y pese al aura blanca y brillante a su alrededor, su piel parecía suave al tacto, su figura parecía sana y curvilínea como la de cualquier mujer e irónicamente transmitía cierta vitalidad.

—Entiendo...

—¿Es tan bonito como dicen? Me refiero a tener una boda — de repente la chica levantó la mirada con cierto entusiasmo.

—Lo es — él respondió con honestidad. Si bien su matrimonio no había durado mucho, su boda había sido genuinamente hermosa y el recuerdo de ésta siempre lo hacía sonreír inconscientemente. Algo que debió pasar también en ese momento, pues al ver la pequeña sonrisa que apareció en su rostro, el espectro lo imitó con dulzura. Entonces Sasuke no pudo evitar decirle algo con toda la sinceridad del mundo —. Lamento que tú no hayas podido experimentar una.

—Descuida, el propósito de tener una boda es casarse con alguien que ames y yo nunca me enamore.

—Lamento que no hayas hecho eso tampoco — la mujer se encogió de hombros y guardó silencio, prefiriendo dar vueltas sobre el columpio, enredando la cuerda varias veces en el proceso. Realmente tenía una forma infantil de comportarse y tampoco parecía ver su vida antes de morir como algo muy triste, pese a que lo era —. Leí una vez que los espíritus no cruzan al otro lado porque tienen cuentas pendientes en el mundo de los vivos... ¿Es el amor y un matrimonio lo que tú necesitas para irte?

—No lo sé, ¿y quién dijo que quiero irme? — ella se levantó de golpe y apuntó hacia la mansión con un cabeceo —. Esta es mi casa y siempre lo será. Quienes vienen a vivir aquí a invadir mi hogar son quienes deberían preguntarse qué es lo que necesitan para marcharse.

Esa respuesta tan directa lo tomó desprevenido y el Uchiha no pudo hacer más que mirarla asombrado por varios segundos antes de que se le ocurriera cómo contestarle.

—Pues... Tal y cómo tú dijiste, he llevado una vida aburrida desde siempre y en este momento estoy más solo que nunca, sin embargo, aun así, no estoy seguro de qué me hace falta.

Nuevamente, viéndolo ser honesto y vulnerable, la pelirrosa abandonó su actitud defensiva y le dedicó una expresión de consuelo al tiempo que simulaba darle un par de palmaditas en el brazo, ya que no podía concederle un toque real.

—Quizá sea lo mismo que tu abuelo necesitó mientras vivió aquí: un amigo.

—No soy bueno haciendo relaciones con otros. Las relaciones humanas son... complejas para mi — por no decir que propensas al fracaso.

—Para tu buena suerte, yo ya no soy una humana como tal — ella le sonrió abiertamente, dejando deslumbrado a Sasuke una vez más. Antes de que él pudiera aceptar o negar su oferta de amistad, la chica emprendió camino de regreso a la casa, caminando en reversa, y entrecerró los ojos en una actitud falsamente intimidatoria al tiempo que le apuntaba con un dedo —. A cambio de mi muy divertida y valiosa compañía solo tienes que cuidar mi hogar y mantener el cuadro de mi padre en su sitio.

—¿Ese era el trato que tenías con mi abuelo?

—Sí y él era el mejor amigo del mundo, así que tienes unos zapatos muy grandes que llenar — ella se rió alegremente, contagiándole una sonrisa a su acompañante —. Además, te estuve esperando durante muchos años, así que realmente tienes que compensarme por haber tardado tanto en venir.

Para Sasuke, fue fácil inferir que su abuelo le había dejado esa casa a él pues esperaba que encontrara la compañía que tanto necesitaba en el fantasma de esa joven. Aunque, conociendo la personalidad de aquel sabio hombre, seguro tuvo otras intenciones detrás.

—¿Eso es todo lo que quieres?

Al escucharlo, la chica frunció el ceño como si no comprendiera lo que quería decir.

—¿Qué más podría pedir? Si no pude conseguir las cosas con las que soñaba en vida, mucho menos ahora que estoy muerta.

Era una dura verdad la que había salido de sus labios, pero fue dicha como si no tuviera importancia o impacto en ella. Parecía que había renunciado a la posibilidad de desear algo hace mucho tiempo, probablemente, desde los días en que estuvo viva.

Aquella noche Sasuke aceptó su generosa oferta. La mejor decisión que tomó en toda su vida además de mudarse a ese lugar.

Solo podía reunirse con ella durante las noches, pero cada una de ellas fue alegre y llena de la comprensión y afabilidad que le hizo falta desde niño.

Se conocieron a profundidad, hablaron y compartieron anécdotas hasta el amanecer y formaron un lazo tan fuerte que, tras cinco años juntos, él incluso cedió a su pedido de conocer a alguien y volver a casarse, teniendo su segunda boda precisamente en el jardín de su casa para que ella pudiera verla.

La joven había sido muy clara acerca de lo necesario que era para él rodearse de personas a las que pudiera tocar y con las que formar una familia. Experimentar la felicidad completa que solo los vivos podían brindarle.

Sasuke sentía que la mujer proyectaba sus propios deseos en él, pero al mismo tiempo tenía la seguridad de que su amiga quería que viviera plenamente y detrás de su solicitud estaban las mejores intenciones.

Aunque eso no le hizo más fácil el desarrollar sentimientos por otra mujer cuando ya sentía algo por ella. Un amor real que nunca se atrevió a confesarle por temor a no ser correspondido y ver sus sentimientos minimizados al no haber realmente una posibilidad de que los llevaran a alguna parte.

Así entonces prefirió hacerle caso y aceptar estar con alguien más.

Lo que no se esperó es que cuando salió de su habitación tras consumar su noche de bodas con su nueva esposa, ella no apareciera para felicitarlo ni hablar con él. Mucho menos que nunca volviera a aparecer en lo absoluto.

Por más que la esperó, por más que intentó llamarla en voz baja para evitar ser escuchado por su esposa, por más que rogó mentalmente que le explicara por qué se había ido, la pelirrosa jamás se volvió a mostrar frente a él.

Le tomó varios meses (y un hermoso y triste sueño con ella) darse cuenta de que aquella joven más que ser un espectro atado al mundo terrenal había sido un ángel enviado para ayudarlo mientras la necesitara.

Uno que al menos se despidió con las palabras más hermosas que alguna vez le hubieran dicho:

"Lo siento, Sasuke-kun. Cuando me di cuenta de que estaba sintiendo deseos de vivir contigo todo eso que siempre quise, me di cuenta de que era egoísta tenerte solo para mí. Eres demasiado hermoso y especial para que una muerta aspire a ser la única dueña de tu corazón"

En los años posteriores su mujer solía preguntarle la razón por la que mantenía el estilo anticuado de la casa intacto y también parecía un poco incomoda por la pintura de la bella doncella de cabello rosado. Él jamás le contó nada de sus encuentros con el espectro y mucho menos le hizo saber que siempre la amaría más que a ella, a pesar de ser su propia esposa.

En cambio, se limitó a responderle con una verdad a medias.

—Prometí que así lo haría y es la única forma en que ahora puedo expresarle mi agradecimiento por todo lo que hizo por mí.

—¿A quién? — le preguntaría ella.

—A mi antigua amiga, Sakura.

...

NOTAS FINALES:

Otro one-shot en el que siento que fracase como angst jaja. Chale, aunque sí me gustó.

Si la historia fue de su agrado plis no se olviden de hacérmelo saber, lo que me escriben es sumamente importante para mí y me da mucha motivación para seguir aquí. Porque la verdad ya comienzo a sentir las consecuencias de escribir tanto todos los días.

Bueno ni modo, muchas gracias por leerme y darme todas sus muestras de apoyo. Nos leemos en la siguiente actualización. Bye!