Disclaimer Naruto no me pertenece le pertenece a Masashi Kishimoto. La historia si se de mi autoría.
Mis amores, aquí les traigo el segundo capítulo de esta historia, espero que la disfruten y se sorprendan con la abuelita de nuestra Sakura :) Sin mas que decir, ¡Disfruten del cap!
Capitulo #2
Sakura quería gritar. Pero no era sano pensar con la cabeza caliente y actuar por impulso. Seguramente su abuela no había seleccionado a un estúpido. No. Debía tachar eso. Ella quería casarse por amor, y cualquier estúpido que prefiriera una virgen antes de cualquier otra mujer, estaba jodido.
Seguramente sería capaz de acostarse con ella para luego revolcarse con otra virgen. Ella perdería su tarjeta V cuando y con quién quisiera. No se entregaría tan fácil a cualquier imbécil con seis dedos de frente.
Y sabía perfectamente que el dicho no era así.
Para su desgracia. Su abuela mandó a una mujer que la obligó a prepararse para la desdichada fiesta a la que tenía que asistir. Ella no deseaba eso. Era una jodida mierda. Sería el fin de su vida. El maquillaje por primera vez le dio asco, repulsión, molestia corrió por sus venas. El hecho de colocarse un hermoso vestido blanco con joyas pequeñas pero ostentosas le revolvió el estómago.
Sus ojos picaban por llorar. La bruja de cabellos marrones no la había dejado poner objeción y se sentía más pequeña a cada minuto. Si la dejaba hacer su trabajo. Sería el fin del mundo. Pero se dejó, y con molestia rotunda bajo al salón donde se realizaba la fiesta.
Los invitados ya habían llegado. No podía ver a su abuela por ningún lado pero sentía la mirada del imbécil de Hidan. Porque eso es lo que era, un imbécil y neandertal.
Ignorarlo era lo mejor.
Sus ojos se posaron sobre un hombre de aproximadamente un metro ochenta. Su figura se ajustaba a la perfección en el traje azúl beige que tenía. Atractivo. Podía ver un buen paquete de músculos en esa ropa y la ponía bien caliente a cada instante que lo veía.
Tragó saliva.
Sus ojos se posaron sobre las joyas negras que tenía por ojos. Extraño. Le recordaban a alguien demasiado...¡Mierda! Tenía un aire perturbadoramente familiar al chico que había besado con locura y desenfreno en la noche. Pero no solo eran diferentes en apariencia y aire.
Este tenía el cabello más corto e igualmente parecía lacio a pesar de algunas de sus puntas aparentemente duras. Se movía con gracia alrededor de un montón de mujeres que parecían haber ido a la fiesta. Bufó. Porque no le parecía extraño que como todo hombre.
Fuera un picaflor.
Sus ojos siguieron mirando el lugar. Había varios hombres reunidos en otro lado. Estos eran más peculiares. Tenían el cabello rojo. Su corazón se detuvo por un instante cuando vio al que poseía cabellos rojos, sin cejas pero ojos de un turquesa hermoso. Sacudió la cabeza y la guío a otro lado.
Le había parecido hermoso y perturbador.
Tenía grandes ojeras...
Acabó dirigiendo sus ojos hacia dos hombres que conversaban algo apartados de todos. El que se veía unos centímetros más alto tenía un aire bastante serio y misterioso. Mientras que el otro que era igual de alto pero más bajo tenía un aire risueño y agradable.
Más accesible.
Los ojos del más serio chocaron contra los suyos y quedó atrapada nuevamente. Pero tan pronto como parpadeó, sintió que había salido de un hechizo. Su cuerpo se ajustaba perfectamente en el traje negro que traía marcando los músculos abdominales. Sacudió la cabeza y siguió mirando todo a su alrededor.
Le sorprendía el hecho de que no había tantas mujeres.
Todo su análisis se vio interrumpido cuando se acercó su abuela con un hombre. Si tenía treinta años, no lo aparentaba tanto. Tenía cabellos negros largos totalmente libres. Un lado de su cara era cubierto por su cabello y sus ojos eran negros también. Sin embargo, tenía un aire oscuro y peligroso a su alrededor.
La mujer se acercó.
No pudo moverse sin entender la razón tras eso.
—Uchiha-san, esta es mi nieta. La joven que le prometí como esposa.—habló la mujer de cabellos albinos como si estuviera hablando de una vaca al matadero. El hombre la miró de arriba a abajo y sonrió.
—Me gusta. Me parece la esposa perfecta para mi.—los vellos de su cuerpo se levantaron. Había algo extraño y perturbador cuando había dicho esas palabras pero que no pudo comprender. Sabía que era malo. Podía sentirlo.
—Soy Madara Uchiha. Espero que nos llevemos bien, mi futura esposa.—de nuevo, Sakura sintió algo extraño y perturbador. Desvío sus ojos de él y se percató que todos en el lugar la miraban atentamente.
Extraño.
Sacudió la extraña emoción que la recorría y tratando de refrenar el disgusto que se aproximaba a su garganta, tomó su mano para sentir como esté la tomaba depositando un casto beso en el dorso. Sus mejillas ardieron ante el acto antiguo que hacían los caballeros al ver una dama.
—Un placer conocerlo.—¡Mentira! Quiso gritar. Ella no sabía porque lo había dicho. Debería de haber montado una escena, pero una vena de cordura le decía que no era correcto. Además, de que para más retorcida la situación el hombre le parecía realmente caliente también. No tenía tantas arrugas...mentira, el hombre parecía carecer de cualquier arruga en el rostro o cicatriz que lo hiciera ver feo.
Aparte, de que carecía también de una barriga cervecera. Se veía en su punto. Tenía que estar de acuerdo con muchas mujeres, mientras más viejo el vino, mejor estaba el producto. Sus ojos lo recorrieron de arriba a abajo sin poder evitarlo. La parte superior de su cuerpo parecía estar perfectamente estructurada, porque dudaba, que ese sacó logrará sacar lo que no tenía a su disposición.
Se mordió el labio y pudo ver cómo los ojos de este se desviaron a ese punto exacto. Sus mejillas se calentaron al ser pillada infraganti y vio como le guiñaba un ojo que calentó entre sus piernas un punto cuando la sonrisa se extendió en sus labios mostrando unos dientes perfectamente blancos y hermosos.
—¿Quieres bailar?—la invitó. Sus ojos se posaron entonces en la mano extendida que le pedía educadamente un baile. Podría haberse negado. Seguir su camino e ignorarlo hasta alguna bebida. Pero asintió. No sabía la razón de eso. Pero lo había hecho. Ya era demasiado tarde.
Su mano se aposentó en su cintura. Tragó saliva duramente y este la observó intensamente bajo la luz del candelabro del salón. La joven ofrecida era absolutamente hermosa. Parecía una pieza hermosamente construida y pulida con un esmero digno de todo un artista.
El vestido de Sakura era elegante, el blanco contrastaba con sus cabellos rosas. Cada movimiento suyo parecía como si flotara en el aire, irradiando gracia y belleza. Madara sonreía abiertamente mientras más veía a la dama. Sus pasos eran fluidos y agraciados. Los ojos de la fémina se cerraban y abrían a cada momento.
Una flor delicada.
Un cerezo.
Contrario a la delicada dama de cabellos rosas, Madara, mostraba su presencia dominante en el salón. Con cada paso que daba, parecía emanar una confianza indomable y una profunda elegancia. Sus ojos, llenos de intensidad, estaban fijos en Sakura mientras la guiaba con destreza y elegancia por el salón.
El suave sonido del vals aumentaba a cada segundo llenando el aire, y Madara y Sakura se entrelazaron en un ritmo. Había acabado olvidando que por ese sensual y atractivo hombre, sería forzada a casarse con él. Sus movimientos se volvieron una danza armoniosa, donde el poder de Madara se fusionaba con la delicadeza de Sakura. Cada giro y vuelta demostraban una sincronización perfecta que dejó a muchos de los demás participantes eclipsados ante la deslumbrante pareja.
La música sonó más fuerte, Sakura quedó estancada en la mirada de oscuras perlas. Estaba perdida. El clímax del baile tocó su cúspide cuando Madara tomó la mano de Sakura y la levantó en el aire, girando con una suavidad asombrosa. Nadie pudo ocultar la maravilla dada. Los aplausos resonaron en todo el salón, llenando el espacio con el reconocimiento del espectáculo impresionante que habían presenciado.
Sus manos se separaron y por fin fue libre de las redes de las manos del hombre. No lo negaría. Había sido un baile increíble. Pero si este creía que ella diría algo. Estaba sumamente equivocado. Sakura se dio media vuelta escapando de los brazos del hombre y del salón.
Estaba en las redes de su abuela.
Se percató de que había escapado tanto que ahora no tenía ni idea de dónde es que se encontraba. Podía ver qué era una sala apartada de todo. Sus pasos la habían llevado a algún sintió. Un sonido peculiar le llamó la atención y empezó a acercarse.
Poco a poco.
Sin que el repiquetear del tacón se escuchará.
Sus manos se dispararon a su boca para cubrir el grito que habría expulsado. Podía ver perfectamente a un hombre de largos cabellos. Eran similares a los de Madara, estaba segura, pero lo que realmente le llamó la atención fue la figura que parecía atrapada en sus brazos. Era una figura femenina. Delgada y delicada.
Su corazón bombeo fuerte contra su pecho ante el gemido de placer de la fémina. Pero que bien hubiera sido que fuera un escenario sexual. Lo habría preferido antes de la escena en la que claramente ese hombre estaba bebiendo la sangre de la mujer. Ella se movía frenéticamente contra su cuerpo duro pero Sakura podía verlo claramente.
Estaba enganchado en su cuello como una sanguijuela.
Un vampiro.
Y el saber que no estaba alucinando la situación la puso peor. La noche anterior ella podría haber sido la víctima de aquel otro vampiro que la había atraído. Estupefacta era poco para lo que estaba. El miedo corrió por todo su interior y se quedó estática allí.
Mirando.
Cuando los colmillos se desprendieron de su cuello y la sangre mano como manantial vio el instante exacto en que la lengua del hombre salía disparada cerrando la herida de la mujer como si nunca hubiera sucedido algo.
Estaba impactada.
Los ojos negros del vampiro estaban sobre ella como un águila. Su cuerpo reaccionó totalmente extraño. Fue como una traición total cuando sintió el placer entre sus muslos. La mirada peligrosa enmarcada por un rostro con cabellos marrones oscuros. Dos colas atadas por vendas que el centro tenían unas vendas que las rodeaban.
—Pero mira que tenemos aquí.—brincó ante la voz que venía a sus espaldas. Había alguien tras ella pero no podía apartar la mirada del hombre que ahora que se acercaba, podía apreciar que era más alto que ella, sus ojos poseían unas marcas o pinturas de un tinte lavanda claro que le pareció perfecto para él. —Una pequeña perra se coló mientras te alimentabas. Eso no es bueno, Indra.—una mueca se mostró en el rostro del hombre. Ella no podía decir si realmente estaba molesto o...algo más que realmente no quería averiguar ante la forma en que se expandieron sus fosas nasales por un leve instante para luego escuchar un gemido doble y bajo que erizó todo su cuerpo a la vez que lo calentó.
—No es tu presa, Obito. Yo la vi primero.—ahora podía ponerle nombre al vampiro tras suyo. Porque sí. Estaba segura que el que la acechaba en las sombras mientras que su cuerpo no se movía, era obviamente, un conocido ante la escena que había contemplado.
Todo ser humano habría gritado.
—Lamento estar en discordancia contigo hermano, pero la joven ya tiene dueño.—las cejas de este se fruncieron claramente confuso ante dicha afirmación. Dos manos pesadas cayeron sobre sus hombros y ella misma no supo porque gimió. Ni siquiera había visto al desconocido pero realmente la ponía caliente su voz.
Estaba loca.
Definitivamente loca.
Una de las manos empezó a trazar un camino hasta su cuello. Estaba inquieta porque su traidor cuerpo no había podido reaccionar ante la amenaza y más bien parecía ser partidario del placer que posiblemente sentiría entre los colmillos de esos vampiros.
Muchas veces había visto películas de ese tipo y siempre había adorado al sensual vampiro. Pero eran solo ficción. Historias que las chicas inventaban por el hecho de consumir algo que jamás tendrían. Pero ahora se veía en una afrenta. Obviamente, esos dos hombres existían. A menos que fueran dos obsesionados con la sangre y colmillos de vampiro.
Pero había visto como curó la herida sangrante de la mujer.
—¡Si creen que me voy a quedar quieta están muy equivocados!—logró que su voz saliera por fin. Parecía como si desde el inicio de la fiesta se hubiera tragado una roca que no le había permitido expulsar ninguno de sus sentimientos. Pero por fin.
Lo había logrado.
—No diré nada, ¡pero les ordenó que me dejen ir!—el silencio siguió sus palabras y con mayor terror miró el rostro de Indra que parecía molesto con el hombre que la sostenía.
—No podemos dejarte ir. No con los recuerdos de lo que acabas de ver.—su corazón se saltó un latido. ¡Ellos querían borrarle la memoria! Quizás era lo mejor. Pero no quería estar desorientada del mundo y que cada vez que se enterará. Eso sucedería. No quería estar en blanco a cada instante.
—¡No! ¡Me niego!—gritó y trató de poner resistencia pero ella no le hacía competencia a este que la sostenía fuerte. Vio como el otro se acercaba y sus ojos cambiaron a rojo. El miedo se disparó por todo su cuerpo y lágrimas traidoras la acusaron de debilidad. Los recuerdos eran lo más preciado siempre.
¿Y si borraban cosas que no debían?
Trató de liberarse pero al final, fue como si la hubieran absorbido en algún lugar. Ojos rojos sangrientos que parecían rodar en un hermoso remolino. Pero allí acabo todo. Indra se hecho para atrás cuando se percató de que ella parecía inmune a su habilidad.
Miró a Obito que estaba igual de confuso. Puede que no fueran los mejores, pero esa era una habilidad innata de todo vampiro. Era el modo de protegerse. De supervivencia establecido en toda su especie. El hecho de que esa humana de sensuales cabellos rosas y una exquisita figura pusiera dicha resistencia a sus habilidades.
Los desoriento.
Interesó.
Y preocupó.
Ahora no sabían que hacer con la chica. Ella podía prometer que no diría nada. Pero es posible que mintiera y acabará contándole a alguien que los vampiros existían. Podían tomarla de loca, o podían tomar sus palabras en serio.
No había otra solución.
—Obito, noqueala.—antes de que Sakura pudiera registrar sus palabras. Su cuerpo cayó laxo en brazos de este que la sostenía. Ambos vampiros la miraron embelesados con la hermosa figura de la dama. Ahora, solo surgía un inconveniente.
—¿Cómo la sacamos de la fiesta?—preguntó el vampiro a Indra. Este, se veía igual de preocupado respecto a eso. Kaguya Outsusuki que era la patrocinadora del evento no sabía que los Uchiha eran vampiros. Simplemente como todo humano pensaba que eran negociantes, empresarios de gran alcance en todo el mundo.
Pero bajo eso, también eran los líderes de la Mafia Sharingan.
Nadie lo sabía. Solo sus enemigos más arrecimos. Sus hombres pensaban que eran humanos. Todos los que los veían no podían evitar pensarlo. Y con sus habilidades, hacían un buen engaño. La chaqueta negra de Obito cayó sobre el cuerpo de Sakura, cubriéndola hasta la cintura para luego cargarla como una princesa.
Ambos vampiros empezaron a caminar por los pasillos buscando alguna fuente de aire. Cuando por fin la encontraron se miraron y asintieron entres sí. La comprensión inmediata.
—La llevas a casa,Obito. Yo me quedo en la fiesta por si existe alguna pregunta sobre tu paradero.—respondió Indra dándole voz a sus pensamientos. Era lo mejor. Ambos lo sabían.
—¿Qué le dirás a Madara?—puede que Indra fuera el mayor, pero Madara era principalmente el rostro de todos ellos. El hombre poseía una fuerte decisión respecto a las cosas que hacía. Tendría que decirle de la situación con la mujer humana. Que, cabía agregar, tenía un delicioso aroma a cerezos e inocencia que lo tenía duro desde hacía un buen tiempo.
Y podía ver qué no era el único si la erección de su hermano era evidente.
—No la tomes.—advirtió con una voz fría al de cabellos negros. Obito asintió. Hacia años que no sentía el cuerpo de una mujer en sus brazos. Pero debía contenerse. Su hermano lo cortaría en un santiamén si se enteraba que le había puesto las manos indebidamente arriba.
—Bien.—casi gruñó las palabras y saltó con Sakura para perderse en el manto de la noche. La oscuridad profunda a la que se sometía para buscar su hogar donde dejar a la joven durmiente.
Que desconocía totalmente su destino.
Jejeje, ¿qué les pareció?¿qué creen que le venga arriba a Sakura? Todavía hay mucho entretejido en esta historia,yo estoy disfrutando escribirla y espero que disfruten tanto como yo el leerla. Se viene con cosas absolutamente inesperadas, me encanta el misterio y calentar el ambiente antes del clímax, así que espero que todo avance bien mientras lo plasmó.
Respondiendo reviews:
Adrit126: Y todavía le falta más para caer en la verdadera boca del lobo, Sakura tendrá muchos dolores de cabeza a futuro. Espero que hayas disfrutado de la actualización nwn
Manu Teorías: nwn y faltan un montón de cosas todavía nwn,me la vi, al final, no tuve ningún flechazo por alguno de los shipps, la serie esta entretenida, pero no me causaron amor ninguna de las parejas, lo siento por eso, 77-77,me las leeré en cuanto termine las que quiero ver si público cuánto antes (claro, me voy a seguir demorando 77-77)
y de dragón ball no soy fan, así que no me leo nada de esta. Hasta la próxima nwn
