Esta historia ya está terminada, así que habrá actualizaciones constantes para poder tener todos los capítulos de este fic por aquí.
Gracias por leer y nos veremos después.
Hay un poquito, bien poquito lime hetero y se habla de mpreg y embarazo adolescente, váyanse con cuidado.
El soberano del reino Toó tenía un secreto.
Un oscuro y hermoso secreto.
Y no temía sufrir las consecuencias de vivir y guardar aquel secreto.
En aquella oscura y fría habitación se podía oír el constante choque de piel contra piel de las personas que tenían un encuentro pasional aquella mañana de invierno.
-Más rápido- gruño el hombre de cabellos azules y ojos zafiro. Un moreno alto y fornido quien tenía los brazos cruzados tras su cabeza y veía sin mucho interés a la mujer que le montaba y succionaba su pene con su vagina húmeda y ruidosa.
-Ah... hago lo q-que puedo- respondió la fémina apoyando sus delicadas manos en el pecho del varón que tenía el ceño fruncido y hacia el mínimo esfuerzo en disfrutar del acto sexual de la despampanante mujer que disfrutaba de su virilidad. Los senos que alguna vez le atrajeron de su esposa ahora le parecían ajenos, lejanos al deseo que experimentaba ahora y que ya no era propiedad de la reina que gemía al ritmo de sus penetraciones.
Placer y deseo que ahora estaba depositadas en otra persona que no era ella y eso era humillante para la mujer que buscaba desesperadamente cumplir con su rol en la cama del rey.
Rey que ya no encontraba atractivo el cuerpo femenino encima de él.
-M-me vengo- gimió quedito la mujer trayendo de sus pensamientos al rey.
-Hazlo- alzo las caderas de la fémina y saco su humedecido miembro del cálido lugar que estaba ocupando. La reina se corrió por aquella osada acción y el rey término en su pecho y piernas.
Ya no le excitaba correrse en el cuerpo de la reina.
La fémina cayo rendida en su lugar correspondiente en la cama del rey mientras este se levantaba del lecho y cubría su cuerpo desnudo con la fina y costosa bata de dormir.
No tenía nada que hacer ahí.
-¿Cuándo será el día que me darás un hijo?- preguntó la mujer mientras le daba la espalda al rey.
-Eso jamás pasará- respondió el otro con voz fría.
-¿Por qué? ¡Soy tu esposa y la reina de Toó!-
Aomine se mantuvo callado. No valía la pena seguir discutiendo eso -confórmate con seguir con vida. Fueras otra persona yo mismo ya te hubiera asesinado- luego de eso camino a la salida de la habitación ignorando los sollozos de la mujer.
Tenía asuntos más importantes que atender.
-¡Aomine-sama!- grito feliz un pequeño castaño corriendo a su encuentro con el rey quien con gusto lo recibía en sus brazos -creí que ya no vendría-
-No pienses eso Ryou- respondió el moreno desordenando los cabellos castaños con ternura y... amor hacia el dueño de los mismos. Por deleite personal acarició las rellenitas mejillas del adolescente de dieciséis años y bajo su diestra hacia una pequeña y abultada pancita de embarazo se ocultaba por las ropas del castaño, su bebé estaba creciendo bien -¿cómo has estado? ¿Tienes comida, agua, la habitación del bebé está completa?- preguntó mientras veía las mejillas del menor tener un adorable color carmín.
-E-estamos bien re-rey- respondió el menor -un poco solitarios pero con la llegada de su majestad eso ha cambiado- agregó con una linda sonrisa en su rostro.
-Lamento tener que ocultarte a ti y a mi hijo pero no puedo correr riesgos contigo. No puedo permitir que algo más les pase a ustedes dos- el adolescente se tomó el atrevimiento de acariciar una de las mejillas del rey y después le dio un pequeño beso en los labios.
Ryou le daba la paz que hace tiempo creyó nunca volvería a tener.
-Es comprensible. Supongo que a la reina no le gustaría enterarse sobre...- dudo un momento en continuar -sobre mí y mi bebé- el brillo en los ojos del castaño se fue apagando, detalle que no paso por alto Aomine.
-Y por esa razón es que aún no puedo regresar al castillo contigo. Debo encargarme de ella y de quien no te acepte como mi nueva reina- el castaño le vio confundido e ilusionado.
¿Eso quería decir que...?
-Vas a ser mi reina, Ryou. Y este bebé- acarició el vientre donde se gestaba su hijo -será mi heredero. El príncipe de Too-
-Pero-
-No tengas miedo- abrazo al adolescente y beso sus labios con cariño y amor.
Definitivamente el menor seria completamente suyo por todas las de la ley.
Así fuera lo último que hiciera.
