Aclaración: La altura de Dynamy no es la oficial porque la desconozco. Si gustan pueden imaginarse la altura que podría tener o seguir con la que sugerí. Sin más continúen…

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En alguna parte de la ciudad se encontraba una pequeña criaturita. No media mucho estaba entre los 20 o 25 centímetros de alto.

Estaba parado en una esquina por un callejón. Se sentía triste este pequeñín, ya que nadie quería estar cerca de él. Al principio decían que era tan adorable, el todo alegre al oírlo les hablaba con una única palabra.

—Fuck.

Las personas al escucharlo decían que era grosero y se alejaban. Eso lo ponía triste. Todas las veces era los mismo, sentía que nadie lo querría.

Esa misma tarde comenzó a llover ligeramente. Al pequeño ya no le importaba moverse para buscar refugio, solo se quedo ahí en esa esquina.

En tan solo un momento alguien aterrizó a unos centímetros de él.—Que día… estoy tan agotado después de detener ese robo—. Miro su celular y vio la hora rápidamente. —Tengo que apresurarme empezara a llover más fuerte pronto… tengo que llegar a casa y ver si lleg…

Esa persona miro al pequeño en la esquina. El pequeñín quedo sorprendido al ver a esa persona, le llamo la atención su cabello verde y alborotado, así como sus ojos de color esmeralda. Estaba tan cautivado por esa mirada.

Izuku sonrió con ternura al verlo. Se acuclillo para verlo mejor.—Hola pequeño que haces aquí… te resfriaras si te quedas.

—Fuck—. Al decirlo creyó que lo dejaría como todos los hacen, se desanimo bajando su mirada. Izuku río por lo bajo. Al escucharlo el pequeño alzo su mirada para ver como el pecoso le sonreía.

—Eres muy tierno te pareces a alguien que conozco… déjame preguntarte ¿Estas solo?

—Fuck—. Dijo algo triste. Aunque Izuku no lo entendía, lo noto en como se expresaba.

—¿Eso es un sí?… bueno que te parece si… vienes conmigo—. El pecoso bajo su mano al suelo haciendo que su palma quedara hacia arriba. La criaturita no sabia que hacer, estaba tan feliz que alguien por fin no se alejara. Así que acepto brincando hacia la palma del chico. Izuku con cuidado lo acerco a su pecho para protegerlo y que no cayera. Se levantó.

Izuku estaba tan contento. —Bien entonces vamos a tu nueva casa. Miraba hacia el pequeño sobre su mano.

—Fuck—. Le sonrió se veía tan feliz.

—Entonces andando—. El chico comenzó a caminar rumbo a su departamento. El pequeñín estaba tan contento que con sus pequeñas manitas abrazaba el pecho del pecoso. Por fin sentía que ya no estaría solo.