—Es extraño.

—¿Qué cosa?

El pequeño reno preguntó curioso al francotirador que miraba cautelosamente por el portillo de la puerta que daba a la cocina.

—Llevamos dos días en esta nueva isla y Nami en vez de estar haciendo compras o tomando información para hacer sus mapas, está encerrada en la cocina desde hace dos horas.

—¡Oh! ¡Eso sí es extraño! ¡¿Estará enferma?! —gritó Chopper asustado.

—Juju, no creo que esté enferma, doctor.

Robin se acercó a sus dos compañeros mientras sonreía con diversión.

—Tal vez está creando un veneno comestible para matar a alguien.

—¡Oye, no digas esas cosas! ¡Eso da miedo! —gritó aterrado Usopp mientras se imaginaba muriendo por comida.

—¡Oye! ¡Eso es trampa!

El gritó enojado de Penguin desde la cubierta llamó la atención de los tres en el balcón frente a la cocina.

—Oh, mis ojos han presenciado una buena jugada, aunque no tengo ojos. ¡Yohohoho!

—¡No es trampa, gane de forma limpia!

—¡Maldición! ¡Quiero la revancha!

Penguin, Shachi, Clione y Brook se encontraban en la cubierta del Sunny jugando cartas casualmente. Mientras la tripulación faltante de los piratas de Heart paseaban por la isla o estaban en su submarino que se encontraba ancleado junto al Sunny.

—¡Oh, definitivamente es extraño chicos! —dijo Usopp luego de mirar a los polizones mientras se cruzaba de brazos y asentía con la cabeza una y otra vez— También nos encontramos a los piratas de Heart hace un día y Nami los ha ignorado por completo incluso en el banquete de anoche.

—¡Oh, es cierto!

—En realidad, Nami habló sólo con Ikkaku y Bepo —Aclaró Robin mientras acariciaba la cabeza de Chopper.

—Ah, bueno… Igual es extraño que no haya apostado o se haya reunido con Torao —murmuró Usopp.

—¿Con Torao?

—Si Chopper, ninguno dice nada, pero Nami y Torao, siempre que nos encontramos andan extrañamente juntos —Susurro lo más bajo posible cerca del oído de Chopper mientras tapaba su boca con una mano en un falso intento para que el sonido de sus palabras no escapara.

—¿Ahora son amigos cercanos? —preguntó inocentemente Chopper.

—Juju, podría decirse que sí —respondió amablemente Robin— pero tal vez pronto le saque el corazón.

—¡Qué miedo! —gritaron aterrados Chopper y Usopp.

—¡Oigan ustedes dos! ¡¿Qué están haciendo frente a mi cocina? —preguntó Sanji quien llegaba de realizar las compras en la isla junto a Jinbe— ¡Oh, Robin-chan! ¿Quieres que te prepare un poco de té?

—Lo lamento pero voy a tener que rechazar el té Sanji-san —sonrió amablemente mientras bajaba por las escaleras hacia la cubierta junto a Usopp y Chopper— Nami-san se encuentra ocupada en la cocina.

—¿Eh? ¿Nami-san?

—Así es, antes de entrar y encerrarse en la cocina pidió que nadie la molestará —dijo Usopp.

—Que extraño, ¿Estará cocinando algo? —preguntó Jinbe mientras colocaba las compras en el suelo de la cubierta.

—¿Eh? —Sanji dió una calada a su cigarrillo para luego comenzar a girar emocionado —¡Un platillo especial realizado por las suaves manos de mi hermosa Nami-san! ¡Estoy ansioso por probarlo!

—Tch, idiota lo que sea que esté haciendo Nami, seguro nos cobrará por ello —dijo Zoro mientras bostezaba acostado contra uno de los mástil.

—¡¿Ah?! ¡Cállate, estúpido cabeza de musgo! ¡No mereces probar la amada comida de Nami-san! —grito hacía el espadachín para luego mirar anhelante hacia la puerta de la cocina— Haría lo que fuera por obtener algo de mi amado cisne —Sanji sonrió con extraños corazones en sus ojos.

—¿Nami-san está cocinando? —Shachi preguntó al escandaloso grupo de la tripulación contraria dejando el juego de cartas olvidado.

—¿Qué tiene eso de malo? —Continuó Penguin con el interrogatorio mientras ladeaba la cabeza junto a Clione quien solo asentía silenciosamente a su lado.

—Oigan, ¿Por qué hay tanto escándalo aquí arriba?

Franky interrumpió mientras subía por la borda del Sunny hasta la cubierta junto a Bepo e Ikkaku, quienes lo habían estado acompañando en el submarino mientras realizaban unas pequeñas refacciones en el Polar Tang.

—Yohohoho, dicen que Nami está cocinado.

—¿Tanto escándalo por eso? —pregunto Ikkaku.

—¡Oh, Ikkaku-chan! —Sanji gritó extasiado mientras se acercaba con enormes corazones en sus ojos a la ingeniera de los piratas de Heart.

—¡E-es que es extraño! Nami nunca cocina para todos excepto que Sanji no esté aquí en el barco o que quiera endeudarnos.

Usopp respondió mientras observaba a la mujer de la tripulación contraría golpeando a Sanji con una llave inglesa para alejarlo de ella.

—¡Oigan chicos! —el gritó estridente de Luffy desde la playa llamó la atención de todo el grupo en la cubierta.

El capitán de los sombreros de paja estiró sus brazos hacia la proa del Sunny, dónde se sujeto y dando un gran salto desde la arena, se lanzó hacia la cubierta del barco.

—¿Eh? ¿Por qué están casi todos aquí? ¿Vamos a tener otro banquete?

—Yo quisiera saber lo mismo. ¿Por qué siguen fraternizando con el enemigo?

—¡Ca-capitán!

Bepo junto a los demás piratas de Heart gritaron sorprendidos al encontrarse al cirujano inclinado casualmente en la borda del barco.

—¿Cu-cuánto tiempo lleva ahí?

—¿Sigues con lo de ser enemigos capitán? —dijo Shachi colocando sus manos en su cintura.

—¡Cada vez que nos encontramos con los sombreros de paja terminamos haciendo un enorme banquete! —refutó Penguin por detrás.

—¡Si, es verdad Capitán! —Ikkaku, Bepo y Clione exclamaron apoyando a sus compañeros.

—¡Tch, cállense idiotas o los castigaré! —Law gritó con furia.

—Lo sentimos —respondieron al mismo tiempo cabizbajos.

—¡Oigan! ¡¿Habrá un banquete o no?! ¡Tengo hambre!

—Tu siempre tienes hambre Luffy —respondió Usopp mientras suspiraba agotado.

—¡Sanji quiero carne!

—No puedo ingresar a la cocina ahora capitán idiota —dio otra profunda calada a su cigarrillo— ¡Nami-san se encuentra cocinando para declararme su amor!

—¿Eeeh? ¿Nami está cocinando?

—¡Si Luffy! Eso es de lo que estábamos hablando. Lleva más de dos horas ahí encerrada. ¡Es extraño y cuánto más lo pienso, es más aterrador! —Usopp agitó los brazos exaltado.

—¿Qué estará cocinando? —preguntó Chopper.

Ante la pregunta del pequeño doctor, Luffy observó brevemente la puerta de la cocina para luego cerrar los ojos e inhalar con fuerza una gran bocanada de aire que agitó suavemente la ropa y los cabellos de los demás. Contuvo la respiración brevemente para luego exhalar con más fuerza, provocando que más de uno hiciera presión con sus pies en el suelo para no moverse.

—Es…. ¡Es chocolate! —grito babeando mientras sus conocidos ojos negros eran reemplazados escandalosamente por enormes estrellas radiantes.

—¿Es-estás seguro? —preguntó Usopp mientras era encandilado por el aura dorada y radiante que rodeaba a su capitán.

—¡Mi olfato nunca falla con la comida! ¡Eso definitivamente es chocolate!

—¿Chocolate? —preguntó Robin— Puede ser… —inclinó levemente la cabeza— Tal vez hoy sea ese día.

—¿Qué día Robin-san?

—¡Oh! ¡Ya veo, hoy es ese día! —Exclamó Usopp mientras chocaba sus manos.

—¿Qué tiene de especial este día Robin? —Luffy observó a la arqueóloga confundido.

—Tu debes conocerlo Luffy —sonrió a su capitán— Es una tradición del East Blue. Cada catorce de Febrero, mayormente las mujeres suelen entregar chocolate a sus seres queridos. Aunque también pueden tener diferentes significados.

—¡Es cierto! —respondió Usopp— ¡Hay diferentes tipos de chocolates! Unos pueden simbolizar amistad y otros amor.

—¡Oaaah! —grito exaltado Sanji— ¡¿Cómo pude olvidarme de ese día?! ¡Al fin está pasando! —elevo sus brazos y comenzó a girar emocionado— ¡Una hermosa dama como Nami-san me declarará su amor con un delicioso chocolate!

—Idiota. Esa tradición es una estupidez. Es un día idiota para idiotas.

—¡Ahora verás cabeza de musgo!

Sanji se lanzó hacía Zoro para darle una patada pero el peliverde se defendió con dos de sus tres espadas. Iniciando así sus clásicas y rutinarias peleas, por lo que inmediatamente fueron ignorados por los demás.

—¿Luffy, no recuerdas esa tradición?

Luffy miró por un momento a Jinbe, luego cerró los ojos mientras inclinaba levemente la cabeza pensativo.

—Recuerdo ciertos días dónde comía el chocolate de Ace o Sabo, o incluso de la gente de la Villa. Pero no sabía que era una tradición.

—Nunca imaginé que Nami haría chocolate y seguiría la tradición fuera de su hogar —murmuró Usopp.

—Tch, es solo chocolate. ¿Qué tiene de interesante eso?

—Muchas cosas Torao-san —Robin observó al capitán contrario con una sonrisa divertida y cómplice—. Si recibimos chocolates por parte de Nami-san, un mes después, el catorce de Marzo, hay que entregar como agradecimiento por el chocolate, regalos de mayor valor.

—¡Maldición! ¡Había olvidado el día blanco! —Usopp aterrado y entre lágrimas se lamentó— Definitivamente quedaremos en quiebra o Nami nos hará papilla por no darle algo caro como agradecimiento.

—Aún hay tiempo para pensarlo Usopp, aunque si hoy recibo algo de Nami-san podré morir feliz, esperen, ya estoy muerto. ¡Yohohoho!

La trivial y escandalosa conversación siguió entre los sombreros de paja y la tripulación de los piratas de Heart.

Algunos estaban concentrados en sus propios pensamientos preguntándose si recibirían algo de la navegante, otros conversaban en busca de aprender más sobre la tradición y por último, un grupo mínimo se encontraba luchando contra el joven capitán glotón para que no saltará e interrumpiera en la cocina.

Por lo que nadie notó cuando cierto cirujano de la muerte comenzó a temblar en su lugar mientras apretaba sus manos, una en un firme y tembloroso puño y otra en su katana apoyada en su hombro, en tanto inclinaba y escondía su rostro bajo la solapa de su sombrero.

El serio y frío capitán de los piratas de Heart, aunque en ese momento por fuera mostraba solo una apariencia irritable y desinteresada, por dentro era un caos nervioso.

«¿Y si ella…intenta darme un chocolate diferente…frente a todos?»

Ese simplemente pensamiento inundó la mente del hombre, provocando que inclinara un poco más hacía abajo la cabeza para ocultar el calor creciente de su evidente sonrojado rostro.

Él sospechaba desde hace un tiempo que la mayoría, o por lo menos los más perspicaces, conocían sobre sus silenciosos encuentros con la navegante.

Eran solamente unos simples encuentros casuales, él no estaba enamorado de ella.

Si puede admitir que es una mujer hermosa y que simplemente le gustaba la forma en que hablaba y cuidaba sus preciadas mandarinas, o en la forma en que sonreía, o cómo se recogía el cabello detrás de la oreja mientras escribía y trazaba sus delicados y perfectos mapas, o cómo se escondía cuando estaba asustada, o cómo se veía extrañamente adorable cuando conseguía algo ostentoso y valioso, o cómo…

«Mierda».

Law tiene que detener sus pensamientos ante el mismo gruñido irritado que habitualmente surge de su pecho.

Está bien, no podía negarlo, estaba perdido hasta el infierno por esa mujer.

Pero durante el tiempo que llevaban reuniéndose, jamás hablaron sobre lo que eran o sobre la mención de un título. La realidad es que ambos eran piratas de distintas tripulaciones con un mismo objetivo.

Silenciosamente ambos sabían que no podían llevarlo más allá, aunque muy en su interior en realidad, quisieran hacerlo.

Debía admitir que la extraña idea de que todos supieran que ella era tanto de él como él de ella, no le desagradaba como debería hacerlo.

Además, si ella le entregaba chocolates diferentes, es porque tenía las mismas ideas que él, ¿Verdad?

¿Realmente pensaba lo mismo que él o sólo planeaba avergonzarlo en público?

Sus inquietos pensamientos e inseguridades fueron interrumpidos por un fuerte golpe. La hermosa navegante en la que se encontraba pensando hizo acto de presencia.

—¡¿Qué demonios ocurre aquí?!

El gritó enojado y estridente de Nami junto al fuerte choque de la puerta abierta de la cocina contra la pared, calmó el escandaloso barullo entré ambas tripulaciones.

—¡Nami! ¿Estás haciendo chocolate, verdad? ¡Quiero chocolate!

—¡Luffy! —Chopper, quién se había transformado en Heavy Point, y Usopp, reprendieron de un golpe en la cabeza al joven de goma mientras lo seguían sujetando con fuerza contra el suelo.

La mujer lo observó brevemente para luego suspirar cansada.

—Sabía que no podía ocultarlo… —murmuró para sí misma y levantó la mirada con determinación—. ¡Muy bien todos, reúnanse!

Luego ingreso brevemente a la cocina para después salir está vez junto a Zeus, quien cargaba sobre su esponjosa nube blanca una enorme bandeja con muchos paquetes amarillos con brillantes lazos naranjas.

Nami sonrió entusiasmada frente a todos— ¡Felíz San Valentín!

Nami entregó dos bolsas grandes de chocolate para cada uno de sus amigos.

—¿Nosotros también? —preguntó el oso polar acercándose tímidamente a los sombreros de paja con sus compañeros escondidos por detrás.

—¡Claro que sí, Bepo! —Nami sonrió cálidamente intentando transmitir un poco de calma al oso preocupado—. Todos ustedes también son mis amigos.

Tanto los sombreros de paja como los piratas de Heart, agradecieron entusiasmados a la radiante navegante mientras recibían y abrían sus paquetes.

La única pequeña diferencia que pudieron notar entre los chocolates, fue que todos los sombreros de paja recibieron cantidades enormes de chocolate con forma de estrellas rellenos de crema y de diferentes tamaños, decorados con unas sencillas y delicadas líneas blancas con naranjas de glasé.

Mientras que, los piratas de Heart, también recibieron una suma cantidad de chocolate relleno y decorado con glasé, pero tenían formas circulares de diferentes tamaños.

—¡Este es mi Tomo-choco para ustedes chicos! ¡Nuevamente, feliz día de San Valentín! Y si no quieren intereses, recuerden el día blanco —anunció colocando sus manos en su cintura mientras guiñaba un ojo y sacaba la lengua con diversión.

Nami observó brevemente divertida las diferentes reacciones escandalosas de todos en la cubierta, unos se quejaban, otros agradecían y otros peleaban con Luffy para que no robará el chocolate de los demás.

Después, caminó hacia la borda del barco dejando atrás por un momento a Zeus, quien se encontraba entretenido mirando las reacciones de todos en el lugar.

—¿Por qué no te reuniste con los demás?

—No sigo órdenes de otros, Nami-ya.

—Hm, tan estricto como siempre —Lo observó por un momento para luego alzar dos paquetes como el de los demás— Estos son para ti.

El cirujano miró por un momento los ojos de la navegante con confusión, después dirigió su mirada esta vez con una clara ansiedad a los sospechosos paquetes frente a él.

—No me gustan los dulces.

—Estos no son dulces —sonrió divertida— Vamos Torao-kun, ¿No quieres mis chocolates? Te cobraré por daños emocionales si no los recibes.

Law finalmente suspiró agobiado y los aceptó de mala gana.

—¿Es por esto que anoche hablaste con Bepo en el banquete y me ignoraste? —susurro para no llamar la atención de los demás.

Si los chocolates no eran dulces, era obvio para él que ella había averiguado sobre sus gustos y su selección de postres con su tripulación.

—Podría ser, quien sabe.

Ambos se observaron con ojos cómplices, anhelantes y para nada cautelosos. La distancia entre sus cuerpos era pequeña pero la tensión era abrumadora.

Antes de que alguno cediera ante la tentación y perdieran el control de manera pública, Nami corto su pequeño momento y sin decir una palabra le dió la espalda para dirigirse hacía Zeus.

Law observó cómo le quitaba con una mano la bandeja para luego, con la otra mano sacar su bastón de entre sus ropas y comenzar a generar grandes cantidades de burbujas con nubes de tormenta por dentro.

Nami le deseo un feliz día a la nube y después sin mirar a nadie más, regreso a la cocina.

El pelinegro volvió a centrar su atención en los paquetes en su mano, a la distancia notó rápidamente que era igual al de los demás por lo que pensó que ella no le estaba entregando chocolates diferentes.

De cierta forma, estaba aliviado de no llamar la atención, pero un inquietante malestar parecido al dolor en su pecho provocó una leve mueca en su rostro. ¿Acaso estaba teniendo una eficiencia cardíaca? Lo veía poco posible.

Sea lo que fuere, lo revisaría más tarde.

Sin pensarlo más, desató el lazo rojo del paquete amarillo y observó los chocolates por dentro.

Eran chocolates en forma de corazón con diferentes tamaños y suaves líneas rosadas y naranjas como decoración.

No había visto cómo era el chocolate de los demás, pero pensó que como todos tenían el mismo paquete entonces tendrían los mismos diseños. Así que sin demorar más le dió un mordisco a uno de los chocolates.

El chocolate era amargo pero por dentro estaba relleno con una crema suave, no tan dulce y con un sabor cítrico, el cual reconoció que era de sus mandarinas.

A él no le gustaban los cítricos, pero ese dulce era extrañamente aceptable y adictivo.

Estaba tan perdido en su degustación mientras comía los chocolates que no notó cuando Penguin se acercó a él.

—¡Capitán! Usted también obtuvo choco…lates…

Law frunció el ceño y dirigió la mirada hacia su amigo extrañamente silencioso.

El hombre delgado con sombrero de pingüino estaba observando las bolsas amarillas en su mano con la boca abierta.

—¿Qué sucede?

—¡O-obtuvo chocolates diferentes!

El gritó exaltado de Penguin llamó la atención de todos los demás en la cubierta.

—¡¿Qué?! —Sanji fue el primero en reaccionar luego de un pequeño silencio incómodo y corrió desesperado hacia ellos. Al llegar lo primero que notó fue que el envoltorio de la cinta del paquete y el chocolate de Law era diferente al de los demás. Rápidamente hirvió en furia— ¡¿Qué significa esto Torao?! ¡¿Maldito, amenazaste a Nami para obtener esto?!

—¡Tch, no amenacé a nadie imbécil!

—¡Capitán, eres un afortunado! —Shachi lloró junto a Penguin, claramente celosos.

—¡Torao, so-son honmei-choco!

—Juju, que divertido.

—¡Esto es suuuuper romántico!

—¡Yohohoho! ¿Significa que Nami-san se confesó a Trafalgar-san? ¿Debería tocar música para celebrar la ocasión?

—¿Tienes chocolates diferentes Torao? ¡Quiero probarlos!

Law completamente alterado y confundido, entre los gritos y risas del grupo, observó apresurado los paquetes de los demás. Lo primero que notó fue que su paquete si era amarillo como todos, pero él tenía un lazo rojo brillante y el de los demás era un lazo naranja brillante.

Los chocolates también eran diferentes.

«Esa mujer…realmente lo hizo».

En medio de su euforia y con un creciente sonrojo emergiendo en su rostro ante la presión y burlas de los demás, murmuró un silencioso «room» y una de sus grandes esferas azules rodeo varios kilómetros del lugar. Luego con un «shambles», se transportó hacía la cocina donde encontró a la mujer de sus recientes pesadillas.

Nami se encontraba limpiando la cocina cuando él apareció.

—¡Oh, Torao-kun! ¿Te gustaron mis chocolates?

—Sabes que no estoy aquí por eso.

—Entonces, ¿Por qué estás aquí?

—Lo hiciste a propósito, ¿No es así Nami-ya?

Se acercó lentamente con pasos pesados para estar más cerca pero a la vez manteniendo una leve distancia entre ellos.

—Si no hablas con claridad no puedo entenderte Torao-kun —Nami canto su nombre con burla.

Entonces, él le preguntó cansado y sin rodeos: —¿Qué estás haciendo, Nami-ya?

Desde su lugar podía ver como ella frunció el ceño con las mejillas sonrojadas. Sin mirarlo murmuró un incoherente «nada» y rápidamente corrió como un gato asustado hacía otra alacena.

—¿Esto es un juego para ti? —frunció el ceño— ¿O esto significa lo que yo creo que significa?

Por la rigidez en la espalda, claramente ella sintió la mirada levemente amenazadora del hombre oscuro posarse sobre su cuerpo. Sin decir nada más se apoyó casualmente contra una de las paredes.

Nami seguía solo tarareando mientras comenzaba a guardar los utensilios de cocina y limpiaba otra vez las superficies; debía mantener el orden.

Notando su evidente indiferencia, los hombros de Law cayeron mientras se masajeaba el puente de la nariz. Obviamente había leído muy mal las señales, todos sus encuentros y pasatiempos eran un simple juego.

Sus inseguridades comenzaron a atormentarlo mentalmente.

La idea de que ella solo estaba bromeando con él era más dolorosa que la ira y la vergüenza que estaba sintiendo.

—Ya veo. Ahora he entendido que esto no significa nada para ti y que solo era un juego, así que simplemente me iré y posiblemente intentaré ahogarme en mi miseria.

Sin mirarla dió media vuelta y comenzó a caminar con pasos lentos hacia la salida.

—¡Espera!

Una suave y delicada mano que tantas veces había acariciado, lo agarró del brazo y lo obligó a darse la vuelta y mirarla. Los ojos ámbar ardieron hacia él con furia, su boca formaba una línea apretada y tenía el ceño fruncido. A pesar de su obvia molestia, el fuerte sonrojo en su rostro calmó por un momento su inquietud.

Nami dio unos pasos hacia atrás para tomar distancia, cerró los ojos mientras apretaba sus manos en puños y respiró hondo. Cuando los abrió de nuevo, había cierta dureza en ellos, una determinación que él a veces vislumbraba en medio de la batalla o cuando ella percibía una oportunidad para hacer un gran trato de dinero.

—Law, quiero que seas mi San Valentín.

El pirata se quedó inmóvil con la boca abierta por un momento. Sus cansados y rasgados ojos dorados se abrieron con sorpresa.

—¿Q-qué?

—Significa que quiero que salgas conmigo de manera oficial.

Tratando de mantener la compostura inclinó levemente su sombrero frente a sus ojos.

—Fomentar y mostrar una relación bajó un título de manera pública, hará que el futuro sea de miseria y muerte.

—Tal vez… —bajo un momento la mirada para luego volver a mirarlo con una sonrisa— No voy a negar que me aterra pensar en los peligros que vendrán, pero no creo que sean como los problemas en los que nos mete mi capitán.

—Tienes un punto.

—Entonces…

Law noto cómo su voz sonaba un poco más alta y más nerviosa de lo habitual. Sus labios estaban fuertemente apretados haciendo un pequeño puchero tembloroso, sus suaves mejillas eran cada vez más de un fuego escarlata, y ante esa vista, en el fondo, admitió que se veía bastante linda.

Él avanzó tranquilamente un poco más, disfrutando la forma en que los ojos nerviosos de la navegante seguían su movimiento, ampliándose con anticipación mientras acortaba la distancia. Él esperaba que ella retrocediera ante sus avances, idealmente hasta el punto en que quedará acorralada contra el mostrador de atrás a unos pasos de ellos, pero ella simplemente se inclinó ligeramente hacia adelante con anticipación.

Descubrió que de esta manera era infinitamente más emocionante para él.

Cuando estaban más cerca al punto de que sus narices se rozarán y el cálido aliento de ambos provocaba un caliente hormigueo en sus labios, Law hablo:

—No hay vuelta atrás, Nami-ya —murmuró con una sonrisa maliciosa—. Especialmente si eso significa que serás solo mía y estarás mucho tiempo sin camisa, en mi cama, participando en actos lascivos conmigo, en nuestro futuro previsible.

—¿Solo quieres ir a la cama conmigo? —frunció el ceño con seriedad. Si él no daba una buena respuesta estaba seguro que obtendría un golpe.

—Oh Nami-ya, quiero mucho más que sexo contigo.

—¿Cómo que?

—Solo con poder mirarte, escuchar tu dulce voz o sentir tu aroma a mi alrededor, es suficiente para mí.

Nami lo miró a través de sus largas pestañas y con una pequeña sonrisa divertida levantando un lado de su bonita boca rosada.

—Me gustan los retos —ronroneó mientras agarraba el frente de su camiseta blanca, se paraba de puntillas y le daba un beso en el costado de la boca— Entonces, estaré lista para nuestro futuro.

Con un jadeo, Law sin poder soportarlo ni un segundo más, dejó su espada contra el mostrador más cercano y descendió sobre ella, capturando sus labios con los suyos y moldeándola en su abrazo.

Era un beso delicado y a la vez ansioso con sabor a chocolate y a mandarinas. Era cálido, suave y diferente. Era un beso con libertad y sin ataduras, lleno de esperanzas y promesas silenciosas.

Cuando más subía la intensidad, Nami gimió entre sus labios mientras le devolvía el beso con más fuerza, apoyándose contra él como todo su cuerpo le permitiera.

Ella sintió otra chispa de electricidad cuando él le mordisqueó su regordete labio inferior para luego acariciarlo con su lengua mientras ella le concedía el tan anhelado acceso que quería.

Sus rodillas cedieron ante la intensidad del beso y hubiera caído si no fuera porque estaba sujetada por sus gruesos brazos tatuados, estrechándola contra él.

Él estaba pensando en subirla contra el mostrador cuando el fuerte barullo de afuera, le recordó que ese no era un lugar privado y que en cualquier momento podrían interrumpirlos.

Tenía una mano sosteniéndola contra su regazo y la otra enredada en su cabello, deslizándose por su cuero cabelludo y provocando gemidos roncos del navegante cuando se separaron.

Ambos respiraban con dificultad, con los ojos llorosos y dilatados.

Ella hizo un leve maullido de protesta, —Law —murmuró mientras enredaba sus pequeñas manos en su cabello negro por detrás, tirando un poco de él provocando así que soltara un jadeo—Llevanos de una maldita vez a tu habitación si no quieres que te dé una paliza.

El capitán de los piratas de Heart, no pudo evitar sonreír, su corazón latía agitado como si acabara de luchar contra un almirante o un grupo de piratas poderosos por sí solo.

—Como quieras —susurró volviendo a besarla mientras un brillo azul helado los envolvía y desaparecían de la cocina.

Aún habían muchas cosas de las que debían hablar, pero tenían todo el tiempo del mundo para hacerlo.

Y la atención y vergüenza pasada en público por los chocolates, no eran nada comparados a ese momento que internamente tanto quería.


Hola!! Quería publicar este especial de San Valentín el 14 pero no pude sentarme tranquila a escribir con tiempo por mis conflictos, drama, etc. De todas formas, espero que hayan tenido un lindo día y que el amor se da siempre :')

En resumen, digamos que Febrero no está siendo un buen mes para mi jaja, pero bueno MEJOR TARDE QUE NUNCA :')

De corazón espero que sea de su agrado! Sobre mí otro fanfic de lawna lo estaré actualizando pronto!!! gracias por sus hermosos comentarios :')

Les dejó info sobre los chocolates:

En Japón hay tres tipos de chocolate:

Giri-Choco significa "chocolate por obligación", que se regala a personas por las que no se siente ningún interés romántico, como pueden ser amigos, padres o compañeros de trabajo. En los últimos años, este tipo de chocolate ha sido muy polémico, pues muchos hombres y mujeres en contra de las tradiciones creen que regalarlo está "pasado de moda".

Tomo-Choco, es un "chocolate de la amistad", que se regalas a amigos especiales, antes era más conocido por ser entregado solo entre mujer pero ahora por esto que está pasando con el "Giri-Choco", esta siendo mas popular este.

Honmei-Choco, es "chocolate para sentimientos verdaderos", que está reservado para los novios, amantes o maridos como muestra de su amor y sentimientos. A diferencia de giri o tomo choco, honmei choco suele ser de alta calidad, más caro y más decorado para enfatizar el significado especial detrás del chocolate. Los chocolates honmei caseros también están decorados y se pensaron mucho para resaltar su significado especial.

Gracias por leer, nos vemos pronto