Notas:

Feliz cumpleaños a mi ❤ 🎂✨

Jeje Como había dicho, pensaba subir este capítulo exactamente este día donde hoy estoy cumpliendo un año más de vida ❤ y que mejor que compartir con ustedes que un capítulo más de esta historia.

En serio, muchas gracias por todo su apoyo. Les debo una rebanada de pastel ❤🍰

Sin más, disfruten del capitulo ❤


Capítulo 13. Un Pedacito de África

16 de junio.

04:27 p.m.

—El reporte sobre lo ocurrido ayer en la residencia Zenin ya ha sido entregado en tiempo y forma, el señor Ijichi dijo que también el lider Naoya ya dio su reporte a la sede sobre la reunión de ayer — comento Katsumoto mientras sujetaba la tableta entre sus manos.

—Hablando de ese líder ¿Naoya ya mando la lista de armas que dijo que desaparecieron de su almacén?

—Aún no nos manda dicha lista.

—Entiendo, queda esperar a que él nos mande esa lista, quizás esto también nos ayude con la investigación y logremos identificar que posibles armas está usando este asesino para llevar a cabo estos ataques — Yuta suspiro.

— Y ahora que acabamos de mencionar este tema, ¿Hay algún avance con el tema del asesino de hechiceros? ¿Qué información tenemos actualmente sobre la víctima de ayer?— pregunto mientras estaba terminando de revisar unos papeles, en aquel momento, él estaba sentado en la sala de aquel apartamento, con varios papeles en la mesita de centro.

Katsumoto miro hacia la pantalla de su tableta—Bueno, por lo que respecta sobre la víctima de ayer, aún no tenemos suficiente información sobre ella, así que por el momento la seguiremos investigando para saber sí ella era un "objetivo" o un "encargo"

Yuta suspiro —Entonces solo queda esperar los informes sobre esa investigación, por cierto, ¿Hoy no tenemos noticias sobre si hay alguna nueva víctima?

Katsumoto negó con la cabeza.
—Por suerte, si es que se le puede decir de esa manera, no ha habido reportes de víctimas esta mañana.

Yuta relajo un poco los hombros al escuchar aquello mientras miraba por la ventana del apartamento donde se estaba quedando. Escuchar esa respuesta le confortaba demasiado y más que pedía al cielo que esa tarde no se presentará nada sobre ese caso.

Incluso se le veía más animado que de costumbre y eso que el día anterior, el agobio por haber ido a la residencia Zenin y de paso, el haber visto a una víctima más de aquel asesino, lo habían dejado muy estresado aquella noche.

Pero parecía que también algo dentro de él había cambiado después de haber leído aquella carta de Mai donde le decía algo de lo sucedido hace siete años atrás.

—Supongo que esa es la única buena noticia de este día— recargo su espalda en el sillón donde estaba sentado y soltó el aire en un suspiro de alivio.

—Así parece señor.

Yuta parecía animado por esas palabras y lo siguiente parecería que lo pondría de mejor humor.

En aquel momento la alarma del celular de aquel hechicero empezó a sonar, aquella le avisaba que ya debía ponerse en marcha y debía irse arreglando, ya que tenía un compromiso muy importante que atender aquella tarde.

—Si no hay más cosas que debamos atender respecto a este caso, supongo que podemos tomarnos lo que resta de este día — comento Yuta con una sonrisa y poniéndose de pie.
—Eso también va para ti Katsumoto, puedes tomarte lo que resta de la tarde para que te vayas a descansar o a relajar. A ambos nos hace falta un respiro de todo esto.

Aquellas palabras sorprendieron demasiado al asistente.
—¿Esta seguro que podemos tomarnos un descansó?

—Estoy muy seguro, además ya te lo había dicho antes ¿No? Quiero tomarme unos días para descansar de todo este asunto. Y creo que es buena idea iniciar desde esta tarde, así que te puedes retirar Katsumoto, tomate unos días tú también para descansar— comento Yuta con una sonrisa.

—¿Señor, seguro que se siente bien? — preguntó el asistente con confusión y más al verlo con aquel tan buen humor.

— Me siento de maravilla— miro de nuevo su celular — En este momento debo darme prisa ya que debo salir a un compromiso muy importante que debo atender.

Katsumoto parecía desconcertado ante tales palabras. Pero pensó que quizás eso podría ayudar a su jefe a despejar su mente para después poder concentrarse como es debido en la investigación.

Y de paso, para calmar sus pobres nervios ya que ese asistente sí que necesitaba un descanso.

—De acuerdo, antes de que me retire ¿Necesita algo más señor? ¿Necesita que lo lleve hasta el lugar de su compromiso?

—Esta vez quiero ir yo solo por mi cuenta. Aunque si me gustaría que me hicieras un pequeño favor Katsumoto antes de retirarte a descansar— comento el hechicero con una gran sonrisa.

El corazón de Yuta latía con demasiado entusiasmo. Tenía que darse prisa y más que sus hijos lo estaban esperando. Simplemente quería verlos a ellos y a Maki y pasar tiempo con ellos tres.

Aun así, Yuta no le dijo a Katsumoto que se vería con Yurika y Yuudai en aquella tarde. Esto para protegerlos.


05:57 p.m.

La tarde estaba cayendo rápidamente en Kioto. Y la hora de comer ya estaba sobre la mesa.

Y aquel invitado había llegado puntual a su cita con el destino.

Antes de avisar que él ya había llegado, Yuta admiro la placa que estaba fuera de aquella casa. Aquella que tenía marcada el apellido Fushiguro en un bello tono dorado en aquella piedra negra. Suspiro un poco al leer aquel apellido, que, en cierta forma sabía que había salvado a sus hijos de un cruel destino.

El timbre de la casa Fushiguro sonó con alegría, advirtiendo que aquel invitado había llegado.

—¡Debe ser Yuta!

—¡Ya llego!

Gritaron con emoción Yurika y Yuudai, quienes llevaban toda la tarde esperando con emoción a su invitado.

Esos dos niños en ese instante estaban en el comedor junto a su madre, los tres estaban terminando de preparar la mesa donde servirían la comida que junto a su tía Tsumiki, habían preparado para ofrecer a su invitado.

En cambio, Maki al escuchar aquel timbre sintió que su corazón se quería detener.

—¡Vamos a ir a abrir!— comento Yurika con una gran sonrisa.

—¡Acabo de sentir su energía maldita, entonces si debe ser Yuta!— contesto Yuudai con mucha emoción.

Maki miro a sus hijos los cuales estaban muy emocionados.
Ella sentía su corazón romperse mientras escuchaba que las pisadas de sus hijos se alejaban a toda velocidad, por aquel pasillo ya que fueron corriendo hacia la puerta principal.

—Parece que Okkotsu kun fue puntual en llegar — comento Tsumiki con una gran sonrisa.

Ella estaba parada muy cerca de la estufa de aquella cocina, ya que ella estaba terminando de preparar la comida.

Tsumiki dio un último vistazo a las cacerolas, aquel platillo que habían preparado ya estaba listo para ser servido. Después apago las parrillas y se giró para mirar a Maki.

Sabía que ella era la más incomoda con este invitado.

—No se para que abrí mi bocota...— dijo Maki muy molesta, en sus labios se formó una gran mueca, se lamentaba por aquella decisión de haber invitado a Yuta a comer en su casa.

Pero ya era demasiado tarde para arrepentimientos.

En cambio, Megumi quien estaba terminando de arreglar el cuarto de visitas por si llegaba a pasar que Yuta se quedara a dormir ese día con ellos, y una vez escucho el timbre, este fue a la cocina.

Aquel hombre noto la cara de incomodidad de Maki e incluso sintió la mirada de compasión de Tsumiki.

La castaña suspiro por esas palabras que la peliverde había dicho.
—Bien dicen que "A mal tiempo buena cara"— comento mirándola con una suave sonrisa mientras se quitaba el delantal —Iré junto a los niños para abrirle.

Maki solto un suspiro ante tal frase dicha por esa dulce mujer.

—Solo espero que esto acabe pronto y él se vaya de aquí...— dijo arrugando con fuerza una servilleta que tenía en su mano.

Megumi metió las manos a sus bolsillos mientras se dirigía al umbral de aquel comedor — Sabes que esto lo estamos haciendo por Yurika y Yuudai, además que Okkotsu senpai tiene el derecho de convivir con sus hijos.

Maki le lanzó una mirada de total molestia por esas palabras.
—Lo sé Megumi. Pero yo solo espero que a ese idiota no se le salga decir que él es su padre biológico. Sino juro que lo matare, porque realmente no estoy lista para decirles la verdad— comento sintiendo la bilis subir a su garganta.

Megumi suspiro por esas palabras.
—Sabes que tarde o temprano Yurika y Yuudai deberán saberlo— comento sin dejarla de mirar fijamente.

Maki suspiro ante tal idea. No sabía cómo sus hijos podrían tomar aquella revelación. La cual esperaba nunca tuviera que ser descubierta.

—Lo sé y solo espero que eso no suceda esta noche...— susurro ella, tomando un último respiro para armarse de valor y tratar de salir del comedor para ir a recibir a ese hombre.

—Es como dice Tsumiki, pongamos buena cara a esto y solo hagamos como si apenas nos estuviéramos conociendo, solo eso podemos hacer en este momento. Aun así, hay algunas cosas que me gustaría hablar con Okkotsu senpai— Respondió Megumi antes de salir a recibir a ese hechicero.

La peliverde no podía mover sus pies.
—No estoy lista para esto...—dijo en voz baja, llevando sus manos a su pecho mientras escuchaba a sus hijos muy emocionados y escuchaba la voz de Yuta, quien ya había entrado a su casa. Así qué Maki decidió esperar unos minutos más antes de salir del comedor.

Necesitaba un momento para tomar valor.

Yurika y Yuudai corrieron a toda velocidad hacia la puerta principal de su casa, mientras su tía Tsumiki fue detrás de ellos para asegurarse de que aquel que había llegado fuera Yuta y no otra persona.

Tsumiki abrió suavemente aquella puerta y asomo su cabeza para echar un vistazo.

Una gran sonrisa apareció en sus labios al ver a aquel que estaba fuera de la reja negra de aquella casa.

—Vamos niños, es hora de que reciban a su invitado — comento Tsumiki mirando a esos mellizos mientras abría la puerta por completo para que esos dos corrieran a recibir al adulto que había llegado.

—¡Yuta Kun!— ambos niños gritaron en coro.

Esas alegres voces hicieron que la cara de Yuta se iluminara. Formándose una gran sonrisa en sus labios. Incluso su corazón quería saltar de su pecho al ver a sus hijos correr hacia él.

Ambos niños abrieron la reja y rápidamente fueron abrazarlo.

—Nos da gusto que si hayas venido— comento Yurika con una gran sonrisa y sin dejar de abrazarle.

—¡Si! Te estábamos esperando — comento Yuudai sin dejar de abrazarlo.

—Y a mí me alegra verlos — comento el hechicero de grado especial, acariciando con su mano libre los cabellos de esos dos, ya que en su mano izquierda cargaba unos presentes en una bolsa, así como llevaba un pequeño ramo de flores.

—Incluso veo que ambos están vestidos para la ocasión— dijo Yuta mirando como esos dos pequeños iban vestidos.

Ambos mellizos llevaban los mismos colores beige y verdes en sus ropas.

Yurika llevaba un lindo vestido en un tono verde oscuro, junto una camiseta de manga larga en tono Beige claro y unas medias cafés. En cambio, Yuudai llevaba un pantalón en tono beish claro, también estaba usando una camiseta de manga larga en tono verde oscuro y resaltaba sus calcetas del mismo color que las medias de su hermana.

—¡Muchas gracias!— contesto Yurika con amabilidad.

—Queríamos estar presentables para la ocasión — contesto Yuudai con una sonrisa.

—¡Si también nos vestimos así porque acabando de comer queremos que nos acompañes a la última noche del Yoiyama!— dijo Yurika dando una vuelta muy emocionada.

—¿Gustas acompañarnos Yuta kun? Vamos a ir al mismo santuario y al mismo festival al que fuimos el otro dia, donde nos encontramos contigo— explico Yuudai.

—¡Queremos ver una vez más los fuegos artificiales junto contigo y papá Gumi antes de que él y la tía Miki regresen a Tokio!— comento Yurika.

—¡Por favor! ¡Di que si!— suplico Yuudai juntando sus manitas.

—¡Si por fis!— Su hermana también junto sus manitas y ambos niños hicieron ojos de cachorro.

De verdad, Yuta sentía demasiada ternura por esos dos, y tampoco podía decirles que no a esa petición. Todo fuera por convivir un poco más con sus hijos, aunque muy en el fondo, aun le dolía que él no podía llamarles como tal.

En ese momento, el hechicero se puso de cuclillas, paso su mano libre sobre las cabezas de esos dos y les despeino un poco.

—Claro que será un placer acompañarlos a ver los fuegos artificiales una vez más — comentó Yuta con una gran sonrisa.

Una vez los niños escucharon esa respuesta, gritaron de felicidad y dieron unos saltitos.

Pero por el momento, era hora de pasar a su invitado a la comodidad de su casa.

—¡Ven Yuta kun, Llegaste justo a tiempo! ¡La comida ya esta lista!— dijo Yurika tomando su mano libre.

—¡Vamos! ¡Pasa a nuestra casa!— Yuudai también le tomo de aquella mano libre.

Y así empezaron a guiar a su invitado hacia la entrada de su hogar.

Yuta admiraba cada parte de la casa donde sus hijos vivían, incluso observo lo bien cuidado que estaba el jardín delantero.

Ambos pequeños guiaron a Yuta hasta la puerta principal, donde estaba Tsumiki mirando con demasiada ternura aquella escena entre un padre y sus hijos.

—Bienvenido Okkotsu kun, pasa — comento amablemente aquella castaña, dándole la bienvenida en aquel pequeño genkan que tenían en la entrada de aquella casa.

—Muchas gracias Fushiguro san por la invitación para que yo viniera a comer con ustedes — comento Yuta con una reverencia.

—Puedes decirme Tsumiki, no hay necesidad de tantas formalidades — comento con una amable sonrisa —Además, la idea de invitarte fue de ellos dos en realidad— comento apuntando a sus sobrinos.

—Aun así, muchas gracias por la invitación y de paso, usted también puede nombrarme simplemente por mi nombre — comento el invitado con amabilidad.

Yuta sabía que aquello lo decía para aparentar que apenas se estaban conociendo. Aunque en realidad, en el pasado Yuta casi no había convivido mucho con Tsumiki a pesar de que él sabía de ella y de su relación familiar con su hermanastro Megumi. Así que aquella vez, podía ser considerada como una de las primeras veces que hablaban y convivían.

—¡Ten Yuta kun!— comento Yurika acercándose junto a Yuudai con un par de pantuflas blancas.

—¡Las compramos exclusivamente para ti, para que entres cómodamente en casa!— comento Yuudai entregándole aquel calzado a su invitado.

Megumi no tardo en aparecer por aquel pasillo, acercándose hacia la entrada para recibirlo. Parándose al lado de Yurika y Yuudai.

—Bienvenido Okkotsu.

—Muchas gracias por esto y de paso por haberme dejado entrar en su casa, señor Fushiguro kun— comento Yuta con una sonrisa mientras se cambiaba de calzado y entraba en aquel hogar.

—No tienes por qué agradecer, ven es por aqui— comento Megumi con un tono muy educado mientras veía a Yuta entrar y lo empezaban a guiar por aquel pequeño pasillo de su hogar para pasar a la sala principal.

En el camino, Yuta empezó a admirar aquel hogar por dentro.

Pudo observar que era un lugar ordenado y limpio. Además que desde que ponías un pie dentro, podías sentir una armonía pura.

Una vez pasaron a la sala, la vista de Yuta se enfocó en aquellos muebles, además de observar que había algunos adornos y juguetes sobre la mesa de centro.

Aquella sala también tenía un estante lleno de libros, que supuso eran de Fushiguro ya que sabía que él era un hombre que leía mucho y esperaba que sus hijos fueran aunque sea aplicados en eso del estudio o mínimo, fueran niños interesados en la lectura.

También le llamo la atención la gran tv que tenían en la sala, así como varios cuadros tradicionales y de paso, unas pequeñas mesas al lado de los sillones con fotografías y lámparas, que daban un toque de elegancia y modernidad a ese lugar.

Incluso pudo notar que ese lugar tenía todo lo necesario que necesitaban sus hijos. Todo aquello que él no pudo darle debido a su ausencia.

—¡Mamá! ¡Yuta kun ya está aquí!— grito Yuudai con emoción hacia el pasillo ya que Maki era la que faltaba ahí.

Pero lo que más le llamo la atención a Yuta fue aquel cactus con tres bellas flores sobre su punta, aquella planta estaba en una bella maseta y al lado de esta, había varias fotos familiares.

Pero hubo una donde Yuta sintió su corazón hacerse pequeño al ver aquella foto de Yurika y Yuudai cuando eran apenas unos bebés, los cuales estaban siendo recargados en el pecho de su madre.

Tsumiki noto como aquel invitado no le quitaba los ojos a aquella foto de esos dos bebés.

—Si, así de pequeños eran estos dos niños— contesto ella acercándose a esa fotografía para tomarla y mostrársela al verdadero padre de esos dos.

Yuta sentía que quería llorar al ver dicha fotografía, pero debía controlarse.

—Si que eran muy pequeños...— dijo Yuta con una tierna sonrisa en los labios y sintiendo sus ojos humedecerse.

—Y después crecieron y se hicieron unos niños muy traviesos — respondió Megumi mirando a esos dos niños, quiénes estaba cada uno a un lado de él. Yurika a la derecha y Yuudai a la izquierda.

—¡Papá!— gritaron en coro.

—¡Nos vas a avergonzar frente a Yuta kun!— respondió Yuudai en un puchero.

—¡No le digas cosas malas de nosotros a Yuta kun sino luego no va a querer venir a vernos!— Yurika contesto en una mueca.

—Pero su padre tiene razón, ustedes dos son muy traviesos— dijo Maki entrando en aquella sala. Sentía su corazón detenerse al ver a Yuta por fin en su casa —Perdón la demora, estaba terminando de poner la mesa.

La mirada dorada de Maki se cruzó con la mirada azul de Yuta. Aquel era un sentimiento que odiaba presenciar. Podía ver como Yuta la miraba aún con amor.

El invitado decidió romper ese contacto visual, así que decidió entregar los regalos que había traído para esa familia como marcaba la tradición y los protocolos.

—Les he traído unos obsequios — comento con una sonrisa mientras de la bolsa, sacaba unas pequeñas cajas.

Rápidamente esos niños se acercaron a tomar los regalos que traía aquel invitado. Estaban super emocionados por tomar aquellas dos tradicionales cajitas envueltas en un elegante papel blanco. Sus ojos color miel estaban completamente iluminados y sus sonrisas eran enormes.

—Yurika, Yuudai ¿Cómo se dice?— comento Maki llevándose las manos a la cadera, en parte estaba molesta porque no quería que sus hijos recibieran algo de ese hombre, pero debía actuar frente a esos niños.

—¡Muchas gracias Yuta kun!— dijeron esos dos en coro y muy emocionados por abrir esos regalos.

—Niños, aun no abran esos presentes, es de mala educación abrirlos frente a su invitado — comento Megumi mirando a los mellizos. Los cuales se detuvieron e hicieron unas muecas por ese llamado de atención.

—No hay problema que los abran frente mío — explicó Yuta—Solo espero les guste, son unos dulces tradicionales.

—Que solo podrán comerlos hasta después que atiendan a su invitado — dijo Maki dirigiéndose a sus hijos, los cuales hicieron un puchero por esas palabras de su madre.

—Está bien Mamá — comentaron los mellizos en coro acompañado de un ruidito de molestia mientras rodaban los ojos.

—Los estoy viendo— regaño la peliverde cruzando los brazos por aquel gesto que hicieron sus hijos.

Yurika y Yuudai mejor sonrieron y decidieron obedecerla porque no querían hacerla enojar.

Yuta soltó una pequeña risita por aquello, aun le sorprendía ver a Maki comportándose como toda una madre.

Después, el hechicero invitado empezó a sacar más cosas de la bolsa que traía en la mano — También traje algunos regalos para todos ustedes — entregó también una caja a Tsumiki y a Megumi.

—Muchas gracias Yuta Kun— respondió Tsumiki con cortesía.

—Gracias Okkotsu senpai — Megumi tomo aquel presente con respeto.

Yuta siguió hablando —Y para su madre, sino es molestia, le traje este pequeño ramo de flores — comento con una leve sonrisa mientras en sus manos cargaba un pequeño ramo con unos lirios blancos acompañados con unas cuantas rosas y unas cuentas gerberas, ambas en tonos rosas —Creo que la vez pasada no me presente como era debido con ella y también esta es mi forma cordial de disculparme.

Aquellas flores destacaban por ser hermosas, además que eran un símbolo para pedir disculpas y de paso, demostrar que aún se sentía amor por aquella persona especial.

Maki apretó los labios un momento y sus manos se cruzaron sobre su pecho, no se animaba a tomar aquellas flores mientras intercambiaba una mirada con Yuta. Miradas que estaban cargadas de varias emociones y sentimientos que aún había entre ambos.

Aquella peliverde trataba de que su rostro no se tiñera de rojo mientras sus ojos no dejaban de ver a Yuta.

Aquella mirada les parecía extraña a Yurika y a Yuudai. En cambio, Megumi para romper el hielo entre esos dos, aclaro su garganta un poco para que Maki dijera algo.

—Gracias por las flores, pero no son necesarias... así como tus disculpas ya no son válidas…— rechazo Maki con orgullo mientras desviaba la mirada.

Aquellas palabras hicieron que Yuta soltara el aire con algo de tristeza.

Pero Tsumiki decidió intervenir
—Aun así, son un presente muy hermoso, las pondré en agua y de paso las pondré en un lindo lugar aquí en la casa — dijo tomando aquel ramo.

—Y Por cierto ¿Dónde está Itadori, Kugisaki e Inumaki?— pregunto Yuta sosteniendo en la bolsa los otros regalos que traía para esos tres.

—El tío Toge tuvo que salir fuera por un trabajo— contesto Yuudai.

—Y la tía Noba salió en una cita con el Tío Yuuji— respondió Yurika moviendo sus manos.

—Aunque la tía Noba parecía molesta cuando dijimos que vendrías a comer. Decía que si te veía aquí ella iba a golpearte, por eso el tío Yuuji mejor la llevo a comer — Yuudai comento eso mientras se encogía de hombros.

—Creo que no le caes bien.

—Pero a nosotros tu si nos caes muy bien Yuta kun.

Respondieron esos niños con una suave sonrisa.

Yuta rasco un poco su cabeza por esas respuestas —Entiendo Jeje. Creo que no es la única a la que no le agradó del todo...

—Bueno, pasen al comedor, la comida ya esta lista— dijo Tsumiki con una gran sonrisa —Niños, es hora que atendamos a su invitado.


La comida fue servida y aquellas flores del perdón estaban adornando la ocasión, estando en un florero al centro mientras esas seis personas estaban sentadas alrededor.

Y así como los condimentos no pueden faltar en la comida, las charlas, las miradas entre los ex amantes y las preguntas tampoco pudieron faltar mientras se llevaba a cabo aquella comida familiar.

—Maki san me comento que conociste a Yurika y a Yuudai en el centro comercial— contesto Megumi mirando a su invitado antes de llevarse algo de comida a la boca.

Yuta rasco un poco su nuca —Así es, presiento que haberlos conocido ese día fue obra quizás del destino. La verdad si no hubiera llegado a tiempo no sé qué hubiera pasado con estos dos niños— contesto él mirando a esos pequeños con una sonrisa.

Aquellos mellizos le regresaron el gesto con una gran sonrisa.

—Muchas gracias por haberlos cuidado en esa ocasión y espero ellos no te hayan causado más problemas esa vez— comento Tsumiki mirando al invitado.

—Para nada, son unos niños muy buenos — comento Yuta antes de llevarse más comida a la boca.

—¡Incluso ese día Yuta nos llevó a comer!— comento Yurika con una gran sonrisa.

—¡Si, hasta esa vez conocimos a su asistente! ¡Y él fue quien nos compró nuestras sudaderas amarillas y moradas! — dijo Yuudai moviendo muy alegremente sus manitas.

—¡Yuudai!— su hermana dijo su nombre entre dientes, estaba molesta porque él estaba revelando más información de la debida.

—¿Sudaderas? Entonces ¿Las sudaderas con las que llegaron esa vez no fueron un regalo de su abuelo Ui?— pregunto Maki con seriedad mirando a sus hijos.

—Ups...— dejo salir el niño haciéndose pequeño ante lo que había dicho.

Maki suspiro —Supongo que debo hablar seriamente con "su abuelo" sobre lo ocurrido ese día — comento muy seria.

—No tienen por qué regañarles, esas dos sudaderas pueden considerarse un regalo mío para Yurika y Yuudai, sobre todo porque ese día fue muy lluvioso y no quería que ellos se enfermaran— comento Yuta llamando la atención de Maki.

De nuevo sus miradas se cruzaron.

La mirada dorada de ella parecía retar a aquella mirada azul, que simplemente no podía dejarla de mirar. Sobre todo, Yuta también quería intervenir por sus hijos. Pero Maki, no quería que él se metiera en la vida de esos dos.

—Y cuéntanos Okkotsu ¿En qué trabajas? — pregunto Megumi para mejor cambiar de tema y de paso, averiguar un poco más sobre lo que estaba haciendo actualmente su invitado en aquella ciudad.

—Supongo que debes trabajar en algo muy importante como para tener un asistente propio — comento Maki poniendo su mano en su barbilla. También ella quería saber a lo que se estaba enfrentando.

—¡Yuta kun es un detective!— contesto Yurika con entusiasmo—¡Un detective que ha viajado al extranjero!

—¡Y no es un detective cualquiera, sino uno que también ve maldiciones y las elimina con gran agilidad así como lo hace mamá y papá Gumi!— respondió Yuudai levantando sus palillos.

—¡Así es, nosotros vimos cómo puede pelear contra maldiciones de gran tamaño con una espada y con ayuda de ese shikigami que va con él, así como papá con sus criaturas!— contesto Yurika con una gran sonrisa mirando a Megumi.

—¡Yuta kun es muy hábil con la espada! ¡Nosotros vimos que en un dos por tres elimino a una gran maldición del tamaño de nuestra casa!— Yuudai siguió moviendo su mano con aquellos palillos de un lado a otro, haciendo como si fuera una demostración.

—¿Bueno con la espada, Eh? — comento Maki con un tono de burla —Me pregunto de ¿Quién lo habrá aprendido?— lanzó aquella indirecta de manera muy directa mirando a Yuta, quien estaba casi sentado frente a ella en aquella mesa circular.

Yuta desembolso una leve sonrisa al escuchar todo eso— Bueno, más que detective, diría que soy un investigador que trabaja para algunas personas que me encargan algunos casos— miro primero a Megumi.

Aquel azabache sabía que su superior no diría nada más en aquel momento, así que trataría de hablar con él a solas más tarde.

Después bajo su mirada hacia su comida y movió levemente el arroz con sus palillos—Y sobre quien me enseñó a pelear con la espada, diría que fue una chica que conocí en mi adolescencia, la cual diría que fue una gran maestra para mí en esto de pelear y de paso, ella me enseñó a valorar más mi vida — su mirada se dirigió hacia Maki— Diría que ella sigue siendo una mujer que fue muy importante en mi vida, por no decir que era el amor de mi vida.

Maki miro con demasiada seriedad a Yuta por esas palabras, aunque sentía su corazón latir a mil por ese comentario, su orgullo la hacía no sonrojarse.

—Yuta kun ¿Estás hablando de la mujer que estas buscando aquí en Japón?— pregunto Yuudai .

—¿Ya lograste encontrarla?— pregunto Yurika con mucha curiosidad, poniendo sus codos en la mesa y llevando sus manitas a su rostro.

Maki apretó de nuevo los labios. Sabía que hablaban de ella, después miro a Yuta con seriedad, le pedía a través de su mirada que no revelará que era ella esa mujer. Incluso hizo un leve no moviendo su cabeza.

Yuta pudo notar aquel nerviosismo en Maki, quería jugar un poco con aquel sentir, pero no quería ser imprudente y menos frente a sus hijos, a los cuales miro con una tierna sonrisa al notar su destacable curiosidad ante tal tema.

Su invitado suspiro.
—No, aun no la he encontrado...— miro a sus hijos — Pero espero poder encontrarla muy pronto y poder decirle tantas cosas que hace tiempo me he guardado y que querido contarle.

Ambos niños se miraron entre sí, parecían que mentalmente intercambiaron unas palabras, se tomaron del meñique y sonrieron antes de dirigirse a Yuta.

—Esperamos que pronto puedas encontrarla.

—Si, seguiremos pidiendo a los dioses por ti para que la encuentres.

Respondieron esos pequeños, soltando sus meñiques, para después juntar sus manitas como aquel día en el restaurante, cerraron sus ojitos, e hicieron aquel mismo ritual que aquel día.

Sus bocas pronunciaron algo en voz muy baja. Solo un "Por favor" apenas y fue audible.

Esos mellizos rápidamente dieron tres aplausos e hicieron una muy leve reverencia. Inclinándose muy levemente hacia adelante.

Tsumiki sonrió dulcemente, sentía demasiada ternura al ver aquel pequeño ritual que ella les había enseñado.

En cambio, Megumi suspiro y solo tomo un poco de té al ver a esos dos hacer ese ritual, del cual, había captado rápidamente que aquella mujer a la que se refería Yuta era sin duda Maki.

Aquella peliverde sintió que su corazón dio un vuelco al ver aquel ritual de sus hijos. Sabía que ellos eran tan inocentes y dulces ante aquella situación.

Después miro a Yuta, quien le dedico una leve sonrisa. Era como si hubieran pensado lo mismo en ese momento.

Yuta regreso su vista a sus mellizos—Muchas gracias por sus buenos deseos, Yurika, Yuudai — contesto con una sonrisa y con unos ojos llenos de ternura, los cuales querían derramar lágrimas pero se controló.

De nuevo su vista azul regreso a Maki. Quien seguía estando muy sería a todo lo que sus hijos hacían por Yuta.

El ambiente se sentía algo tenso entre el invitado y la madre de los mellizos, así que Tsumiki decidió cambiar de tema.

—Entonces Yuta kun, ¿Qué tal es el extranjero? ¿Cuánto tiempo estuviste fuera de Japón?— pregunto esta con curiosidad antes de llevarse más comida a la boca.

—Bueno, estuve siete años fuera de Japón, así que puedo decir que disfrute mucho de estar en el extranjero— respondió el mirando a la castaña.

—¿En serio?— Maki pregunto molesta— Y ¿Cuantos países visitaste?— apoyo su codo en la mesa y llevo su mano a su mejilla, mirándolo fijamente. —Y de paso ¿Los visitaste sólo o estuviste acompañado de alguien más?

Quería saber que había hecho el en esos siete años donde ella se había quedado en Japón.

Megumi también presto atención a aquella conversación, sabía que lo mejor que podía hacer era escuchar en silencio, aunque le incomodaba lo pasiva agresiva que estaba siendo Maki con sus preguntas y comentarios.

Yuta soltó una leve risita, podía sentir el enojo y quizás los celos de Maki hacia él con aquella pregunta. —Bueno, la mayor parte del tiempo estuve solamente acompañado de algunos asistentes, aunque admito que en mis viajes conocí a gente muy interesante y a algunas mujeres muy hermosas.

Los labios de Maki se apretaron al escuchar eso último, incluso levanto una ceja. Después una pizca de celos se reflejó en la mueca que hizo con su boca, esto al pensar que Yuta podía haber conocido y hasta dormido con otras mujeres mientras ella cuidaba a sus hijos y pasaba varias penas en su ausencia.

Yuta siguió hablando aún después de ver la cara que puso Maki ante tal respuesta.
—Pero confieso que a mí me hubiera gustado visitar esos países a los que fui en compañía de "esa mujer" que sigo buscando aquí en Japón. Sobre todo porque en su momento yo le pedí que me acompañara, pero ella simplemente me abandono sin darme más explicaciones y sin confesarme aquello importante que ella tanto quería decirme en su momento...— lanzó aquella respuesta mirando a Maki.

La peliverde movió su lengua dentro de su boca y mordió levemente el interior de su mejilla al escuchar esa respuesta. Tenía muchos sentimientos encontrados en ese momento y si no fuera porque estaban fingiendo frente a sus hijos, Maki ya le estuviera reclamando a ese hechicero que ella NO fue quien lo abandono a él. Sino que como le había dicho aquella noche en el festival, alguien conspiró para separarlos. Pero parecía que Yuta era un idiota para darse cuenta por sí solo.

Además, Maki tenía sus motivos para no haberle revelado lo de su embarazo en ese momento en aquella estación del tren hacia siete años atrás y ahora que lo tenía frente suyo, sentía que debía decírselo para aclarar las cosas sobre su anterior relacion. Aunque aquel momento no era el adecuado para esa conversación. Así que ella esperaría a hablar con él a solas, cuando sus hijos por fin durmieran.

En cambio, Yurika y Yuudai se miraron entre sí al escuchar esa respuesta. Ambos intercambiaron algunas palabras mentalmente e incluso hicieron unos gestos porque no entendían del todo lo que sucedía.

Aun así, estaban muy atentos y más que la curiosidad les empezó a picar con el comportamiento de su invitado y de su madre.

Después, Yuta tomo un respiro y siguió contestando a esas preguntas pero ahora mirando a los demás que estaban en la mesa — Y puedo decirles que en estos siete años visite muchos lugares y aprendí mucho de muchas culturas. Viaje y conocí algunos lugares interesantes de India y China. También viaje por un tiempo por medio oriente y de ahí viaje a algunas ciudades de Europa como París, Barcelona, Madrid, Lisboa, Roma y Venecia— contesto con una gran sonrisa.

Continúo hablando. — También visite lugares de América del norte como algunas ciudades de estados Unidos y Canadá, pero me gustaron más los países Latinos. Entre ellos visite México, Argentina, Colombia, Perú, Uruguay, Brasil y puedo decir que en esas zonas del mundo tiene culturas muy fascinantes y de paso, tienen de las maldiciones de categoría especial más raras y poderosas que he visto— suspiro, parecía tener un buen recuerdo en ese momento.

—Pero el lugar que más me ha gustado ha sido África. Debo decir que es el continente más bello que he visitado y el que me ha dejado muchas enseñanzas, tanto personales como profesionales.— Llevó su mano derecha al pecho— Dicen que el hogar es donde esta tu corazón y puedo decir que llevo ya un poco de África en mi corazón. Ese lugar ya es como mi segundo hogar. Porque el primero y principal será aquí — miro a sus hijos con ternura, porque sabía que ahí pertenecía, al lado de ellos.

—¿En serio?—Maki bufó —Y ¿Qué más aprendiste de ese país que dices es tu segundo hogar?— pregunto con una leve mueca.

Yuta la miro con una sonrisa.
—Además de aprender cosas interesantes sobre maldiciones y objetos malditos, también pude entrenar con personas muy fuertes.
Y también aprendí algunas palabras y frases en varios idiomas, ya que aquel país tiene una gran diversidad de lenguas. Entre esos idiomas aprendí un poco del árabe, del afrikáners, un poco de francés, un poco de portugués y demás idiomas que hablan allá.

—¿Podrías decirnos algo en algún idioma de ese país?— pregunto Yuudai con demasiada curiosidad.

—¡Si! ¡Queremos escucharte decir algo en otro idioma!— dijo Yurika muy emocionada, dando unos aplausos.

—Claro— miro a todos ellos y empezó a hablar en algo en afrikáners.

Die familie is soos die bos, as jy daarbuite is sien jy net sy digtheid, as jy binne is sien jy dat elke boom sy eie posisie het.

—¿Y eso que diablos significa?— pregunto Maki arrugando la frente.

Yuta sonrió.
—Su traducción sería algo como "La familia es como el bosque, si tú estás fuera de él sólo veras su densidad, pero si tú estás dentro veras que cada árbol tiene su propia posición"— dijo mirando a todos en aquella mesa— es una frase dicha en Sudáfrica para referirse a la familia y el cómo vas conociendo a todos sus miembros una vez te sientes como parte de ellos.

Aquellos niños parecían fascinados por las palabras en otro idioma que había dicho su invitado.

—Todo lo de tus viajes suena fantástico Yuta kun, incluso lo de los idiomas— contesto Tsumiki sorprendida de escuchar todo eso.

—Así que estuviste de nuevo en África...— susurro Maki en voz muy pero muy baja al escuchar todo lo que dijo Yuta.

—¿Y estando ahí viste leones?— pregunto Yurika con emoción.

—¿Y elefantes?— pregunto Yuudai con una gran sonrisa, recargando sus manitas en la mesa.

—¿Y cocodrilos?— pregunto Yurika.

—¿Cebras, Jirafas?— pregunto con más emoción Yuudai. —¿Las pirámides?

Yuta sonrió demasiado al ver la ilusión de sus hijos al escuchar sobre ese continente.

—Si que vi todos esos animales y también visite las pirámides, puedo decir que estas son hermosas en las noches. En sí, toda África tiene los paisajes más bellos que pueden imaginar.

—¡Nosotros queremos ir algún día a África!— respondió Yuudai con emoción.

—¿En serio? ¿Por qué?— pregunto Yuta con curiosidad.

—El motivo principal es porque Mamá nos contaba que un chico que ella quería mucho en la preparatoria fue de intercambio a ese país y a ella le mandaba fotos de los lugares que él visitaba estando allá, así como también hablaban por la noche y le decía que África era muy interesante— respondió Yurika apoyando sus manos en la mesa.

—Por ese motivo queremos conocer África y más que es un país al que mamá también quiere conocer, sobre todo una ciudad que dice que todas sus puertas son azules —comento Yuudai con una sonrisa y volteando a ver a su madre —¿Verdad Mami?

Maki al escuchar aquello, casi se atraganta con su comida. Sentía pena de que sus hijos dijeran eso.

—Si, pero yo les dije que ese chico simplemente era un compañero de la preparatoria mío y de su padre ¿Verdad Megumi? Que solo era un conocido nuestro— comento Maki mirando a su pariente, tratando de que él la salvará de aquella situación en la que sus hijos la estaban metiendo.

Megumi termino de darle un trago a su té —Si, era un buen compañero de preparatoria, en si fue un senpai al que yo siempre admire y seguiré respetando— dijo aquello mirando a Maki.

—¿Y puedo preguntar? ¿Qué fue de ese chico?— pregunto Yuta con curiosidad pero debía seguir fingiendo ser un extraño al que apenas estaban conociendo.

Maki guardo un momento de silencio antes de tratar de responder a eso.

Tomo un leve respiro, quería gritar, pero debía controlarse.

—No lo sé... hace años que no sabemos de él, quizás ya se murió o simplemente encontró la felicidad en otro lado— respondió secamente.

Yuta suspiro al escuchar esa respuesta.
—Entiendo...

Sus miradas seguían fijas en el uno al otro.

Estaban tan cerca, pero a la vez tan lejos. Yuta realmente quería aclarar todo con Maki, pero sabía que no podía decirlo, no aun y menos frente a sus hijos.

Así que no quedaba de otra que seguir fingiendo hasta que pudieran quedarse solos ellos dos.

Yuta sonrió un poco y desvío su vista hacia sus hijos.

—Cambiando de tema, debo decir que esta comida esta deliciosa, sobre todo el bistec sabe muy bien, está en su punto, debo decir que este es mi platillo favorito — Halago.

—Gracias, la tía Miki nos ayudó a cocinar — comento Yurika.

—Si, pero quien nos dio la idea de que fuera este tipo de bistec y sin el borde grasoso fue idea de mamá — respondió Yuudai — ella dijo que quizás esto te gustaría Yuta kun.

El hechicero sonrió por eso. Porque solo había una persona que sabía que él bistec le gustaba de esa forma, cocinado a su punto y sin los bordes de grasa y esa persona era Maki.

Yuta volvió a mirar a esa mujer —Muchas gracias por la comida.

—A quien debes agradecerle es a ellos dos — respondió Maki en una leve sonrisa y miro a sus hijos— ellos son los que querían que tu vinieras a comer en primer lugar. Además ellos quieren que convivas y pases tiempo junto a ellos.

—Muchas gracias Yurika, Yuudai por invitarme a ser parte de su familia— agradeció Yuta con una gran sonrisa.

Aquellos mellizos intercambiaron unas palabras mentalmente para después mirar a sus padres con una sonrisa.

Megumi suspiro un poco por aquella interacción que veía de esa familia que merecía estar juntos. Aun así, aquella cena debía llegar a su fin.

—Bueno, creo que debemos terminar pronto de comer para poder ir al festival de esta noche si es que queremos disfrutarlo desde temprano — comento Megumi mirando a todos ahí presentes.

Después miro a Tsumiki, quien le sonrió levemente, parecía que Megumi comprendía lo que pasaba por la mente de su hermana.

—¡Es Cierto! — comento Yuudai volviendo a comer.

—¡Debemos darnos prisa!— Dijo Yurika llevándose más comida a la boca.

Los ojos de Tsumiki también miraron a esos cuatro, sentía lastima por Yuta y en parte, ella se sentía culpable de que esos niños llevaran el apellido Fushiguro.

Ella quería aclarar aquello con Okkotsu.


07:14 p.m.

—Okkotsu senpai— cuando Megumi estaba a punto de hablar con aquel invitado, las voces de los mellizos los interrumpieron.

—¡Yuta kun, vamos!

—¡Ya es hora que vayamos al festival!

—¡Papá tú también, no te quedes ahí, vamos!

Dijeron esos mellizos tratando de hacer que esos adultos, que apenas se iban a sentar en los sillones de la sala se pusieran en marcha.

La comida y aquella charla sobre que más países y culturas había conocido Yuta en esos siete años, así como todo lo demás que hizo en el extranjero había terminado minutos atrás

Y Una vez acabaron de cenar y de ayudar en la cocina, Megumi quería tratar de hablar con Yuta. Quien lo había seguido hasta la sala. Pero aquella charla se vería atrasada.

Quienes eran los más emocionados por salir a dicho festival eran Yurika y Yuudai, quienes querían pasar tiempo con su invitado, pero al mismo tiempo, querían estar con su padrastro. Así que ambos niños se habían puesto de frente a Megumi.

—¿Si vamos a ir al festival? ¿Verdad papá?— pregunto Yurika mirando a Megumi.

—¡Vamos papá! ¡Di que si! Además, la tía Miki nos prometió que iríamos hoy también antes de que ustedes regresen a Tokio — comento Yuudai moviendo sus manitas.

—¡Vamos papá! ¡Así también llevamos a Yuta con nosotros y pasamos tiempo con ambos!— dijo Yurika con una sonrisa y moviéndose un poco de un lado a otro.

—¡Por favor papá! ¡Ya Vámonos al festival! ¡Tú también prometiste que iríamos!— decían en coro los mellizos mientas daban leves brincos sobre sus lugares y juntaban sus manitas, hacían ojos de cachorro y no dejaban de estar cerca de Megumi.

Los labios de Yuta se apretaron levemente. Aquella sensación de escuchar a sus hijos decirle papá a otra persona le hacía sentirse incomodo, esa incomodidad le picaba el pecho, eran los celos que no pensó experimentar.

Megumi suspiro y sobo su hombro izquierdo como solía hacerlo cuando algo le molestaba o se sentía incómodo.
—Está bien, vayamos. Okkotsu senpai ¿Gustas acompañarnos?— Miro a aquel hechicero.

Yuta hizo un si con la cabeza.
—Estaré encantado de acompañarlos y más que le di mi palabra a Yurika y Yuudai de que iría.

—Bien, vayan a terminar de prepararse, saldremos en cinco minutos— comento Megumi llevando sus manos a sus bolsillos, más tarde trataría de hablar con Yuta.

—¡Sip!— ambos niños corrieron

—Una disculpa senpai, ellos dos siempre tienen mucha energía.

—No hay nada porque disculparse y sí que tienen mucha energía, ya lo he comprobado — comento Yuta con una leve sonrisa.

Los cinco minutos que dio Megumi para que esos niños estuvieran listos, pasaron rápidamente.

Casi todos estaban listos para partir.

Una vez Yurika y Yuudai terminaron de ponerse los zapatos, cada mellizo tomó cada uno una mano de Yuta y empezaron a guiarlo hasta la salida.

Tsumiki y Megumi iban detrás de esos tres. Los cuales ya habían salido hasta pasar la reja negra de la casa, todos ya estaban listos para ponerse en marcha, cuando de repente Maki se detuvo en el umbral.

—Bueno, no vayan a regresar tan noche ¿De acuerdo?— dijo Maki dirigiéndose en especial a sus hijos.

—Maki san ¿No piensas acompañarnos?— pregunto Yuta rápidamente. Sentía que debía hablar muchas cosas con ella.

Ella solo hizo un no con la cabeza.
—Esta vez no.

—¿Por qué no Mami?— pregunto su hija.

—Si mamá, ¿Por qué no quieres venir con nosotros?— pregunto su hijo en un tono triste.

Maki empezó a explicar —Porque alguien importante va a venir a verme ya que vamos a hablar de unas cosas de trabajo y le dije que la vería aquí en la casa como en media hora— miro a sus hijos —Además, ustedes deben pasar tiempo con su invitado, ¿Por eso querían que el viniera? ¿No es así?— su mirada después fue a Yuta.

Maki siguió hablando —Además, van con su tía Tsumiki y su padre, así que sé que estarán bien sin mi esta vez— le dedico una sonrisa a sus hijos, acompañado de una caricia en sus mejillas.

—Está bien Mami— respondió Yurika abrazando a su madre.

—Trataremos de no regresar tan noche— respondió su hijo también abrazándola.

Maki acaricio el cabello de sus hijos.
—Ahora vayan y no hagan travesuras, y obedezcan en todo a su padre y a su tía— Se despidió —Ahora andando que los fuegos artificiales no tardarán en lanzarlos.

—¡Vamos Yuta kun!

—¡Por aquí!

Cada niño volvió a tomar la mano del hechicero, quien antes de dar un paso más, hablo levemente con esa peliverde.

—Maki san ¿Crees que regresando podría hablar contigo?— pregunto con incertidumbre. —Hay algo que me gustaría comentarte sobre lo que hablamos el otro día — la miro con seriedad.

Maki miro fijamente a Yuta mientras sus brazos eran cruzados sobre su pecho. También sentía sobre ella la mirada de sus hijos, quienes los miraban con curiosidad.

Suspiro y aflojo los hombros —Esta bien, ya que regresen hablaremos. Ahora mejor ya váyanse que se les hará tarde — movió su mano en una señal de que ya se fueran.

—Gracias — Yuta contesto con una sonrisa.

—Vamos niños, que ya estoy escuchando los tambores a lo lejos — dijo Tsumiki haciendo que esos mellizos empezarán a caminar a prisa de la mano de su invitado.

Detrás de ellos iba Tsumiki sonriendo por ver como esos dos daban brincos e iban tomados de las manos de su verdadero padre.

En cambio, Megumi le lanzó una rápida mirada a Maki antes de empezar a caminar. Sentía que ella estaba ocultando algo, aunque una parte de él quería creer que quizás ella solo no quería aún convivir con Okkotsu.

—Cualquier cosa, no dudes en avisarme — comento Megumi mirándola fijamente, trataba de encontrar algo que estuviera mal en ella.

—No te preocupes, se cuidarme sola — comento Maki llevando su mano derecha a la cintura y la izquierda la movió para decirle que se alejara — anda, que tus hijos te esperan.

—¡Papá no te quedes atrás!— grito Yurika, quien había corrido hacia Megumi para tomarle de la mano y jalarlo para apresurarlo.

Megumi suspiro y solo siguió a esa niña para incorporarse con los demás.

Una vez esos cinco desaparecieron por la esquina. Maki escucho un aleteo particular sobre su cabeza. Sabía que era muy noche para que dos aves negras como lo son los cuervos estuvieran volando por ahí.

Rápidamente ella tomó dos piedritas y se las lanzó a esas aves, haciendo que ambas cayeran al suelo, soltando gaznidos de dolor.

—No quiero que estén detrás de mis hijos y mucho menos espiándolos ¿Entendieron? Y de paso, a ver en qué momento ustedes dos se dignan a aparecer porque debemos hablar urgentemente— comento Maki con demasiada furia mirando aquellas dos aves en el suelo, mandando aquel mensaje contundente antes de que esas dos aves murieran.

Y así como dijo Maki, su invitada no tardó en llegar para hablar de un tema importante que rondaba por el mundo de la hechicería y que en parte, podía afectar la integridad de sus hijos.

Además, en el festival, Yuta iba a empezar a descubrir más cosas del pasado y de paso, iba a reafirmar algunas cosas que Mai le había dicho en su carta, sobre todo, respecto al apellido Fushiguro.


Próximamente…

Escuchar la palabra "Papá", detonaba varios sentimientos y emociones en Yuta. Sentía demasiada tristeza y solo soportaba el ver y el escuchar como esos niños trataban con demasiado cariño a ese hombre de cabellos negros y puntiagudos.

Incluso Yuta llego a sentir celos, ya que Fushiguro conocía bastante bien los gustos y aquellas cosas que tanto les gustaba a esos dos, así como aquellos ingredientes que no les gustaba a Yurika y a Yuudai y eso lo demostraba cuando este pedía alguna comida para esos mellizos.

Hubo un momento donde Megumi, sintió la mirada y la energía maldita caer sobre él, ya que Yuta empezó a sentir celos puros hacia aquel ex compañero de la preparatoria. Pero el hechicero que venía del extranjero trataba de controlarse y de no pensar en aquel negativo sentimiento. Debía aprender de todo lo que veía para conocer todo de sus hijos.

Pero aun así, era un poco difícil no tener celos del heredero de las diez sombras.

[…]

Aquel adulto miró con ternura como los ojos dorados de sus hijos se iluminaban y se llenaban de emoción al ver esas luces sobre sus cabezas.

Yuta apretó un poco los labios y parpadeo un par de veces para despejar sus lágrimas antes de mirar hacia el cielo.

Aquella escena transcurría con una suave lentitud que quería atesorar en su corazón. Y más al sentir como esos dos niños tomaban con fuerza cada mano que le sujetaban, mostrando su emoción por ver esas luces.

Una escena donde, aunque el fuera su verdadero padre, para esos niños en aquel momento, él sólo era solo su nuevo amigo.

[…]

—¡Papá!

Ambos niños dijeron en coro, ya que empezaron a decirles algunas cosas a Megumi con demasiado entusiasmo después de haber visto los fuegos artificiales.

El ver aquella escena hizo que Yuta suspirara y solo los mirara en silencio.

—Supongo que Fushiguro ha hecho lo que yo nunca pude hacer... casarse con Maki y de paso, tener todo el amor de mis hijos... a quienes yo apenas conozco— susurro Yuta sintiéndose ajeno a todos ellos.

Esa reacción la noto Tsumiki, quien suspiro, era momento de que hablara con Okkotsu.

[…]

Tsumiki suspiro al escuchar eso.
—Y debo admitir que el que Yurika y Yuudai quieran a Megumi como si él en realidad fuera su padre biológico es mi culpa—Dijo sin dejar de mirar al hechicero —Yuta Okkotsu, yo te debo una disculpa...

Aquellas palabras dejaron confundido a Yuta —¿Por qué dices eso Tsumiki san?— pregunto con confusión.

Tsumiki siguió hablando.
—Verás...— tomo un leve respiro y miro una vez más a Yuta — Yo fui quien convenció o mejor dicho, obligue a Megumi a que se casara con Maki y adoptará como suyos a Yurika y a Yuudai... así que prácticamente es mi culpa que tus hijos lleven el apellido Fushiguro en vez del tuyo...

El hechicero seguía en silencio mientras seguía escuchando con atención a esa mujer.

—Todo sucedió hace siete años atrás...

Continuara…


Notes:

Espero les haya gustado el capitulo ❤

Ahorita hay mucho misterio con Maki ¿No lo creen? 👀 Igual, ella muy pronto volverá a hablar con Yuta.

En fin ¿Qué les está pareciendo la historia?

En el siguiente capitulo al fin Yuta convivirá con Megumi y Tsumiki, que como ven, ella le contará algo importante sobre hace siete años atrás y que tiene que ver con su apellido. Al igual que tendrá una interesante plática con Megumi 👀

Muchas gracias por sus felicitaciones y su apoyo jeje, en serio les debo una rebanada de pastel ❤🍰🍰

Nos seguimos leyendo ❤

Sobre sugerencias sobre este fic u otros, no las ando aceptado, gracias