Capítulo 4. Hamburguesas
Katsumoto estaba sorprendido por lo que veían sus ojos, sobre todo sus cejas estaban demasiado en alto.
—Ahora entiendo el porqué de esta extraña petición sobre que también le trajera dos sudaderas para niños— comento con sorpresa.
Lo que lo tenía en aquel estado de estupor eran aquellos dos niños que estaban medio escondidos detrás de Yuta, cada uno aferrándose a cada pierna de este, y los cuales eran muy parecidos físicamente a su jefe.
—Jejeje Puedo explicar el porqué los tres estamos empapados— comento Yuta con una risita nerviosa mientras su mano izquierda rascaba un poco su nuca — Aun así, necesitaré de toda tu ayuda Katsumoto.
Ambos hermanos se miraron entre sí al ver la cara de sorpresa de aquel asistente, al cual Yuta procedió a explicarle todo lo sucedido hasta ese momento de su encuentro, mientras los tres se secaban con unas toallas limpias que les llevo Katsumoto y se cubrían con las sudaderas nuevas.
—¡¿Una maldición de categoría especial se encontraba en este centro comercial?!— la voz de Katsumoto se elevó con demasiado asombro.
—Así es, aunque yo ya me encargué de eliminarla, me gustaría que tu investigaras un poco más sobre dicha maldición. Por favor Katsumoto, indaga si ha habido más desapariciones dentro de este centro comercial, quizás esta maldición tenga muchas más víctimas de las que podemos imaginar. Tal vez el personal de seguridad y los del aseo sepan algo turbio sobre este lugar — su mano fue a su barbilla mientras sacaba algunas conclusiones.
—Les pasaré el reporte a la sede, supongo que ellos no estaban enterados de este caso y quizás ellos nos ayuden a agilizar todo esto— sugirió Katsumoto.
—Buena idea y de paso, también me gustaría que llamaras a los encargados de limpiar las zonas, necesitamos al personal capacitado para que levanten los restos de esa maldición, así evitaremos un escándalo por parte de los civiles que sean capaces de ver las maldiciones, sobre todo debemos evitar llamar demasiado la atención— dijo Yuta en un tono serio, mientras miraba a las personas que iban y venían en aquella zona donde se encontraban en aquel instante dentro de aquel centro comercial.
—Enseguida señor— respondió el ayudante anotando en su tableta.
—Y Katsumoto, hay una cosa más que quiero que hagas por mi— Yuta dio un rápido vistazo hacia Yuudai y Yurika, quienes estaban sentados en una banca a solo unos metros de ellos.
Ambos niños los miraban con curiosidad. Sus cálidos ojos ámbar no les quitaron la vista de encima a esos dos hombres mientras entre ellos hablaban en voz baja.
Sobre todo, ambos hermanos sentían curiosidad por Yuta, ya que sentían una extraña conexión con su salvador.
—¿No sientes que ese hombre es un tanto familiar? — pregunto Yuudai con curioseo mientras se terminaba de secar el cabello con una toalla que el asistente consiguió para ellos.
—Un poco, aunque yo diría que hasta te pareces mucho a él— Yurika respondió en voz baja mientras picaba la mejilla de su hermano— Aunque él no es un miedoso como tú — soltó una leve risita de burla.
—¡Tonta!— Yuudai se sobo la mejilla— ¡Él también tiene parecido a ti! ¡Recuerda que somos mellizos!— respondió en voz baja, mientras hacía un puchero de molestia por aquel comentario de su hermana.
Ambos niños sintieron las miradas de esos dos adultos y de nuevo murmuraron algo entre ellos para terminar con unas leves risitas.
Parecía que ambos niños ya estaban de mejor humor. Incluso ya estaban con las sudaderas puestas que aquel asistente había comprado para ellos.
—Disculpe la pregunta señor, Pero ¿Y quienes son esos dos niños?— pregunto Katsumoto señalándolos con su dedo índice.
—Eso es lo que te quería explicar Katsumoto, necesito que también me ayudes a encontrar al familiar de estos mellizos— Yuta llevó su mano a su nuca —Veras, yo salve a estos dos niños de la maldición que te conté. Y ellos dicen que se separaron de su abuelo en un descuidó y que no recuerdan mucho de lo que paso después de que le perdieran de vista— movió un poco los hombros — Ambos solo recuerdan haber despertado en el callejón a punto de ser comidos por dicha maldición—
Katsumoto abrió de sorpresa sus ojos al escuchar todo eso.
—Entonces ¿Usted quiere que de aviso a las autoridades de este centro comercial por si acaso el familiar de estos dos niños los esté buscando?
—Así es, quiero que te encargues también de eso, por favor— comento Yuta con una leve sonrisa y juntando sus manos en suplica.
Katsumoto solo suspiro por toda la carga de trabajo que tenía en aquel momento.
—De acuerdo, también le ayudare con esto— tenía miedo de negarse porque le temía a su jefe.
—¡Muchas gracias Katsumoto!— contesto Yuta con una gran sonrisa.
—Señor ¿Y mientras qué hará usted?— pregunto el asistente mirando con curiosidad a esos niños, que por alguna razón, sentía que se parecían demasiado físicamente a su jefe pero no se atrevía a decirlo en aquel instante.
—Yo me quedare junto a ellos mientras tú te encargas de dar con el familiar de estos— Yuta cruzó sus brazos — Me quedare a cuidarlos ya que ellos también son capaces de ver maldiciones y tampoco queremos que se vayan con las personas incorrectas ¿Cierto? y más que tenemos a un asesino de hechiceros suelto por ahí... no sabemos si ese asesino también ataque niños— comento Yuta mirando a su asistente.
Además de sentir una extraña conexión con esos dos pequeños, él sentía que cargaba con la responsabilidad de tener que cuidarlos mientras encontraban al familiar de esos dos.
—Tiene razón, no queremos cometer un error y que estos niños se vayan con la persona equivocada o les pase algo malo de nuevo— Katsumoto estaba listo para intervenir con sus dones de director asistente.
Esos mellizos rápidamente guardaron silenció una vez vieron como ese adulto en traje se acercó a ellos.
—Yurika, Yuudai, les presento a mi asistente Yoshida Katsumoto, él nos ayudara a encontrar a su abuelo— presentó Yuta a aquel asistente con una sonrisa.
—Mucho gusto— comento Katsumoto poniéndose de cuclillas frente a ellos, mientras estos seguían sentados en la banca —Mi señor me acaba de comentar que están buscando a su abuelo ¿Eso es Cierto?—
Ambos niños miraron a Yuta, quien les hizo un si con la cabeza para darles confianza. —No tienen por qué preocuparse — sonrió — Katsumoto es una buena persona, créanme, él hace un excelente trabajo como detective y también como asistente, así que podemos confiar plenamente en él.
Los mellizos se miraron entre sí, parecía que mentalmente hablaron algo entre ellos y después fijaron su vista en ese hombre de traje.
—Así es, estábamos buscando a nuestro abuelo Ui— respondió Yurika.
—¿Creen que podrían describirme como es su abuelo físicamente? Esto es para buscarlo entre la gente que hay en este lugar — Katsumoto sonrió un poco para tratar de darles confianza.
—El abuelo Ui es un hombre joven y es unos centímetros más pequeño que el señor Okkotsu — comento Yuudai apuntando a Yuta.
—Y tiene el cabello blanco y corto y resalta que tiene un pequeño fleco — describió Yurika —Y sus ojos son pequeños y de color gris—
—¡Y sus cejas son gruesas, sobre todo se juntan de manera graciosa cuando arruga la frente!— Yuudai rio un poco al hacer unos gestos mientras ponía sus dedos sobre sus cejas imitando a Ui Ui cuando este se molestaba.
—¡Si!, ¡Sobre todo cuando se enoja jaja aunque él siempre está de mal humor!— Yurika también se soltó a reír.
—¡Sobre todo cuando no está cerca de la abuela Mei! ¡Ahí es cuando se pone de muy mal humor!— comento Yuudai entre risas.
Katsumoto escribió todas esas características que esos niños les habían dicho. Trato de crear una imagen rápida de como quizás se vería aquel adulto.
En cambio, Yuta también sonrió al escuchar las risas de esos dos. Escucharlos le hacía sentir animado.
—Bien. Y por último debo preguntarles algo muy importante para mí Investigación y eso es ¿Cuál es el apellido de su abuelo?— pregunto Katsumoto mirando a esos dos fijamente.
Los mellizos guardaron silencio y se miraron entre sí por aquella pregunta.
Después de unos segundos de intercambiar algunas palabras mentalmente, voltearon a mirar hacia el asistente, pero seguían sin pronunciar palabra alguna.
—¿Acaso no lo recuerdan en este momento?— pregunto el asistente prestando atención a los gestos que hacían esos dos.
Ambos niños negaron con la cabeza.
—Comprendo— Katsumoto suspiro un poco — Es entendible que no lo recuerden en un momento como este, quizás aún se sigan sintiendo confundidos y hasta un tanto aturdidos después de lo sucedido con esa maldición, aunque sea ¿Creen que podrían decirme cuál es su apellido?— pregunto amablemente.
De nuevo esos pequeños se miraron entre sí pero seguían guardando silencio. Apretaron un poco los labios. Parecían estar algo incómodos con esa pregunta y hasta se les podía ver muy nerviosos.
Yuta noto toda aquella incomodidad, así que le dio una pequeña palmada a su asistente para que dejara de preguntar y se pusiera de pie.
—No tienen por qué decirnos sus apellidos en este momento, con solo saber sus nombres supongo que será suficiente para ayudarlos a encontrar a su abuelo ¿No es así?— le hizo una seña a Katsumoto con la cabeza.
—¡Así es! Supongo que con esta descripción que me dieron de él y con saber los nombres de ustedes dos sé que poder encontrarlo— El asistente se puso de pie y sonrió.
—Yo sé qué harás un gran trabajo— comento Yuta en una sonrisa para darles confianza a esos dos.
—Si me disculpan, iré adelantándome a dar este reporte a los encargados de seguridad de este lugar para que nos ayuden a buscar a su abuelo y de paso iré a hacer otros encargos, por el momento me retiró — Hizo una reverencia hacia Yuta y a esos niños.
—Yuudai y Yurika, prometo que encontraré a su abuelo— dijo enderezándose y acomodando su corbata.
—Gracias Katsumoto, cualquier cosa que encuentres, no dudes en avisármelo a mi número — contesto Yuta dándole otra palmada en el hombro.
—Con su permiso — Aquel asistente se despidió una vez más.
Y así comenzó con su búsqueda.
Toda aquella situación y sobre todo, el escalofriante parecido de esos niños con Yuta, le dejaría una extraña sensación de curiosidad a Katsumoto, quién de paso se pondría a investigar si esos niños guardaban alguna relación sanguínea con su jefe.
—¡Bien! Y Ahora ¿Les gustaría que fuéramos a comer?— pregunto Yuta con una gran sonrisa mientras se ponía de cuclillas frente a esos dos.
—¡Nos encantaría!— dijo Yuudai muy emocionado.
—¡Ya quiero comer! ¡Me estoy muriendo de hambre!— respondió Yurika con una mueca y sobando su estómago —¡Ser perseguidos por maldiciones siempre nos deja con mucha hambre!—
—Como dije, yo les invitaré la comida, así que díganme ¿Qué les gustaría comer?— Yuta pregunto muy animado.
—¡Hamburguesas!— dijeron en coro esos mellizos.
Aquella respuesta tan rápida sorprendió a Yuta.
—Ok, entonces serán Hamburguesas— se puso de pie — Creo que vi un restaurante de ese estilo por aquí—
Rápidamente esos dos niños también se pusieron de pie y lo siguiente sorprendería mucho a Yuta, ya que cada mellizo lo tomaría de cada mano.
Yuudai tomo su mano izquierda y Yurika su mano derecha.
Parecía que con ese adulto se sentían en demasiada confianza y eso lo expresaron con sus dulces y amables sonrisas mientras lo miraban.
Yuta dejo salir lentamente el aire de su pecho, aquellas sonrisas por un momento le recordaron a Maki, ya que esos niños parecían un reflejo de ella.
Pero no era momento para que el pasado lo invadiera con el recuerdo de esa mujer, él debía concentrarse en su misión de cuidar a esos dos.
—¡Muy bien, vayamos a comer!— comento Yuta muy emocionado.
Estaba tan contagiado de aquella felicidad, que incluso los ayudaba a saltar levemente, haciendo que ambos estallarán en ruidosas pero alegres risas.
Aquello se sentía como si un padre estuviera pasando un rato muy alegre con sus hijos.
Lo prometido era deuda y así, Yuta llevó a esos dos a comer Hamburguesas a un restaurante familiar que había dentro de aquel centro comercial.
Los tres estaban sentados en una mesa muy cerca de la ventana más grande de aquel restaurante.
Yuta había elegido esa mesa por estrategia, esto por si esos niños lograban ver a su pariente pasar por ahí en algún momento.
Estar en aquel restaurante parecía el paraíso para esos dos pequeños, los cuales parecían tener unos estómagos muy grandes, ya que comían y disfrutaban de sus hamburguesas como si no hubiera un mañana.
—Veo que les gustan mucho las Hamburguesas— sonrió Yuta mirando a esos dos empezar a comer su segunda hamburguesa.
Ambos mellizos afirmaron con sus cabezas.
—¡Nos encantan!— respondió Yuudai con inmensa felicidad.
—Mamá decía que cuando estaba embarazada de nosotros, le daban muchos antojos de comer hamburguesas y por eso decimos que esta es nuestra comida favorita — dijo Yurika con una gran sonrisa.
—Me alegra oír eso— contesto Yuta con una leve sonrisa que reflejaba nostalgia.
En el pasado, él también había conocido a una chica que también amaba las hamburguesas.
Y esos dos niños frente a él, le recordaron bastante a Maki, incluso sus gestos y sonrisas al comer aquel simple platillo se parecían bastantes a los de ella y eso hizo que a su mente vinieran varios recuerdos.
Un suspiro de nostalgia salió de su pecho, aquella exhalación fue tan fuerte que pudo ser escuchada muy claramente por esos dos niños, quienes decidieron preguntar por curiosidad, ya que parecían congeniar demasiado con ese hombre.
—¿Se encuentra bien señor Okkotsu?— pregunto Yurika dejando por un momento de comer su hamburguesa.
—Señor Okkotsu, se nota algo triste, ¿Pasa algo?— pregunto Yuudai también dejando su hamburguesa a la mitad.
—¿Eh? ¡Yo! —Yuta sacudió levemente su cabeza, despejándose aquellos recuerdos debido a las preguntas que le hicieron esos niños.
—Lo siento, jeje es que acabo de recordar a alguien— rascó un poco su mejilla mientras seguía mirando a esos dos —No se preocupen ¡Estoy bien!— sonrió.
—¿Y a quién recordó?— pregunto la niña con curiosidad.
—¡Yurika, preguntar eso es grosero! ¡El señor Okkotsu se puede enojar con nosotros!— reprocho Yuudai lanzándole una mirada de enojo a su hermana.
—¡Perdón! ¡Pero es que solo tenía algo de curiosidad!— Yurika se disculpó haciendo un puchero.
Yuta rio un poco por la forma en que se llevaban esos dos mellizos.
—No tienes por qué disculparte y respondiendo a sus preguntas — contesto con una sonrisa, mientras ponía su codo en la mesa y recargaba de nuevo su barbilla en su mano—Estoy bien. Simplemente ustedes dos me recordaron a una Mujer que conocí en mi juventud— empezó a explicar sin dejarlos de mirar.
Ambos niños se sonrieron entre sí, mientras prestaban atención a ese adulto.
—¿Puede contarnos como era ella?— pregunto Yuudai con curiosidad.
—¿Y Por qué usted dice que nosotros le recordamos a esa mujer?— pregunto Yurika también con curiosidad.
Yuta los miro con una gran sonrisa.
— Ella era simplemente hermosa, era una gran y fuerte mujer. Era maravillosa en todos los aspectos.
—Y ustedes dos me la recordaron demasiado, ya que ella tenía unos hermosos ojos color ámbar muy parecidos a los de ustedes, y bueno, también ella era una gran fan de las hamburguesas, esta era su comida favorita— contesto con una dulce sonrisa, ya que en aquel momento, Yuta tuvo un leve pero muy agradable recuerdo de Maki.
Flashback
Aquel recuerdo que vino a su mente, fue cuando él y Maki tuvieron su primera cita.
Ambos habían ido a comer a un restaurante de hamburguesas, esto por decisión de ella.
Yuta recordó el cómo sus ojos detrás de sus anteojos se iluminaron una vez les entregaron aquel platillo. Sobre todo, porque Maki le había contado a Yuta que su familia, el clan Zenin era muy estricta con su dieta, la cual era completamente vegetariana y nunca la dejaron comer comida chatarra o dulces dentro de su casa.
Recordó la gran sonrisa que se le formo en los labios una vez dio aquel primer bocado, incluso recordó que sus mejillas estaban rojas de felicidad.
De verdad se le notaba muy feliz al probar aquel platillo. Era como una niña descubriendo algo maravilloso.
Yuta dejo salir una pequeña risita al ver esa escena, haciendo que aquella peliverde lo volteara a ver rápidamente.
—¿De qué te ríes?— pregunto ella en un puchero, mientras pasaba su servilleta por sus labios —¿Acaso te estas burlando de mi forma de comer? Porque si es por eso, No me disculpare — limpio la captsu de sus dedos con aquella servilleta.
—¡No me rio de eso Maki san! — Yuta levantó las manos y las movió levemente para evitar que lo golpeara—¡Nunca me burlaría de ti por algo como esto! —
—¿Entonces?— ella levantó una ceja.
Yuta llevo su mano derecha a su nuca—Simplemente me alegra verte sonreír de esta manera mientras comes— respondió mientras una gran sonrisa se formaba en sus labios. —Hasta diría que te ves muy bonita disfrutando de comer tu comida favorita y eso me alegra, incluso si quieres otra hamburguesa, con gusto te la comprare porque me gusta ver como sonríes antes de darle el primer mordisco ¡Por favor, No lo tomes a mal! — movió un poco sus manos.
Las mejillas y las orejas de Maki se tiñeron de un gran rojo.
—¡Tonto! ¡si sigues diciendo esas cosas, juro que te lanzaré esta hamburguesa a la cara!— Ella le puso la hamburguesa de él en la boca para que se callara—¡Ahora cómetela antes de que decida robarme tu hamburguesa!—
Yuta sonrió por aquel comentario y simplemente procedió a darle una mordida a su hamburguesa, mientras Maki seguía sonriendo y haciendo lindos gestos por aquel alimento que comía con deleite.
Ambos en verdad se veían muy felices en aquel recuerdo.
Fin del flashback
—¿Y qué fue de ella?— pregunto Yuudai sacando a Yuta de aquel cálido recuerdo —¿Qué pasó con esa mujer?— sus ojos seguían fijos en aquel adulto.
El hechicero de cabellos negros suspiro y guardo un momento de silencio. Decidió darle una mordida a su hamburguesa antes de contestar a esa pregunta.
Trago y limpio sus labios.
—No lo sé... — miro a esos mellizos —desde hace siete años que ya no volví a saber de ella y la verdad, desearía saber dónde está actualmente y saber que ha sido de ella... simplemente me gustaría volverla a ver para preguntarle tantas cosas y decirle que nunca la deje de amar... simplemente me gustaría regresar el tiempo y nunca haberla dejado ir— contesto con tristeza mientras un gran suspiro de dolor salía de su pecho.
Yurika y Yuudai sentían que Yuta decía la verdad y también sentían que el de verdad estaba muy arrepentido de su pasado.
Esos mellizos se miraron entre sí, parecía que mentalmente se pusieron de acuerdo con algo ya que afirmaron con sus cabezas.
Ambos niños se tomaron de sus dedos meñiques momentáneamente, afirmaron una vez más con la cabeza y movieron tres veces sus manitas así entrelazadas.
Rápidamente se soltaron de los meñiques y cada niño junto sus manos en señal de oración. Ambos cerraron sus ojitos y sus bocas pronunciaron algo en voz muy baja. Solo un "Por favor" apenas y fue audible.
Esos mellizos rápidamente dieron tres aplausos e hicieron una muy leve reverencia. Inclinándose muy levemente hacia adelante.
Todo aquello parecía un ritual que hacen en los templos de aquella región.
Era como si ambos niños le estuvieran "pidiendo" algún deseo a "algún Dios" o como si le estuvieran dando las gracias a algún ser divino.
Ambos abrieron los ojos y miraron a su salvador con una gran sonrisa.
Yuta miró muy extrañado todo aquello, pero decidió no interrumpir ni preguntar hasta que esos niños abrieron sus ojos.
—¿Qué hacen?— pregunto con curiosidad.
—Estamos pidiendo un deseo en tu nombre— comento Yurika con una tierna sonrisa.
—¿Un deseo en mi nombre?— pregunto Yuta levantando una ceja.
—Sip, La Tía Miki nos enseñó este pequeño ritual para pedirle a los dioses algún favor o algún deseo, ya sea en nuestro nombre o para pedirles un milagro en nombre de otra persona — contesto Yuudai con una gran sonrisa.
—Y como queremos agradecerte por habernos salvado, decidimos pedir un deseo en tu nombre para que los dioses te recompensen— Yurika terminó la frase.
—¿Y qué pidieron para mi?— pregunto Yuta con curiosidad.
Ambos mellizos intercambiaron una sonrisa, mientras sus dedos índices iban sobre sus labios.
—Es un secreto— contesto Yurika haciendo la señal de poner un cierre en su boca.
—Si te lo contamos no se hará realidad— contesto Yuudai haciendo un puchero.
—Y solo hasta que los dioses lo hagan realidad, te lo podemos revelar— dijo Yurika poniendo su rostro entre sus manitas.
Yuta sonrió tiernamente ante esos dos niños y en un impulso como el que tiene un padre ante sus hijos, les acaricio sus cabezas, despeinando sus negros cabellos.
—De verdad, Muchas Gracias por eso— agradecía de todo corazón aquel noble gesto de esos dos seres tan puros.
Aquellos niños solo rieron de felicidad una vez Yuta los despeino un poco, haciendo que él también sonriera y se secara algunas lágrimas de alegría que habían salido de sus ojos.
—¿Quieren otra hamburguesa? ¡Yo invitó!— pregunto Yuta con una gran sonrisa, mientras esos niños afirmaron casi dando un salto de sus sillas.
De verdad, aquel hechicero y esos niños se estaban divirtiendo demasiado sin saber que aquel deseo estaba muy cerca de hacerse realidad.
Aunque también ya casi debía llegar la hora de despedirse.
Notas:
Aquí verá con un nuevo capítulo ❤️
Quería poner este momento familiar entre ellos tres porque ya casi se acerca la hora en que deban despedirse.
Aunque eso sí, habrá varias sorpresas tanto para Yuta como para los mellizos a lo largo del fic. Incluso Katsumoto se llevará varias sorpresas.
Sobre el pequeño ritual de estos niños, me inspire un poco en como los japoneses "rezan" o "piden" a sus dioses en sus templos sintoístas.
Y sí se lo preguntan, si fue Tsumiki quien se los enseñó y ella quizás más adelante aparezca en este fic al igual que varios personajes más.
Por lo pronto díganme ¿Qué les está pareciendo este fic?
¿Cuál creen que haya sido el deseo o deseos que pidieron Yurika y Yuudai en nombre de Yuta? Quiero leer sus teorías.
No se olviden de dejar su voto y sus comentarios ❤️
Eso ayuda mucho para saber que les está pareciendo la historia y de paso, funciona como motivación.
Nos seguimos leyendo ❤️
Sobre sugerencias sobre este fic, no las ando aceptado aquí, si quieres dejar tus sugerencias, hazlo a través de mi twitter Vera1794
