Summary: Dicen que un corazón roto no toma buenas decisiones, ¿será tan así? Al menos la idea de convertirse en una chica mala dejando en el olvido la novia perfecta que aspiraba ser le parece de lo más sensata y más aún si tienes a un rompecorazones con un carácter de los mil demonios como guía perfecta para esto.
Culpa a mi "Ex"
VIII
—Si crees que lo de ayer me lo creí, es porque no me conoces en nada.
Ignoro lo que me acaban de decir y me enfoco en lograr atravesar la transitada avenida. Es sábado por la noche y pese a que no me tocó trabajar, voy camino a la hamburguesería en compañía de la chica que intenta darme alcance.
—¡Deja de caminar tan rápido! —su voz chillona me hace sonreír y apuro más el paso por el simple hecho que disfruto hacerla enojar—. ¿No crees que evitar el tema te pone más en evidencia y confirma todas mis sospechas?
—¿Sospechas? —pregunto divertido volteándome por un momento, lo que me permite ver la mirada de seguridad que me lanza mi mejor amiga.
—Shaoran, nos conocemos desde que tengo memoria, nuestra amistad estaba destinada a ser desde que nuestras madres estaban embarazadas y es por esto que puedo ser tu peor pesadilla… sé leerte muy bien.
Ruedo mis ojos intentando no darle importancia a sus palabras, que por cierto, son bastantes cercanas a la realidad. Lamentablemente cuando a Tomoyo se le cruza una idea por la cabeza no hay quien la saque de ahí.
Y para mi mala suerte estamos en ese «Ahí».
—Ahora, ¿me explicas qué está pasando entre tú y Kinomoto? Y no digas que «Nada, solo somos buenos amigos», oh, sí, de la noche a la mañana —de reojo puedo notar su rostro cabreado y con ganas de mandarme a la mierda, yo en su lugar ya lo habría hecho—. Lo que vi ayer fue raro, ustedes estaban muy cómplices, sumado a que Kinomoto te llamó su "conejillo de indias" y lo más loco vino después, ella coqueteando con Yoshida. Es que, vamos, no es extraño que piense en un montón de cosas.
—Cosas que no deberías pensar —afirmo adelantándome otra vez.
Las puertas de la hamburguesería están frente a mí por lo que ingreso veloz, dejando a mi amiga afuera.
—¡Eres un insoportable! —le escucho gritar tras las puertas y sé cuánto le debe haber costado no soltar alguna grosería, pero su nivel de autocontrol es más grande.
Avanzo hacia el mesón en donde se toman los pedidos, mi primo, Yan, me lanza una mirada de desaprobación y vamos, no es para tanto.
—De verdad, no sé cómo te aguanta —su comentario me hace reír.
—Créeme que me pregunto lo mismo.
Miro hacia la entrada al escuchar el sonido de las puertas abriéndose, Tomoyo entra a paso seguro, le sonríe a Yan, pero a mí me lanza la mirada más fría que puede hacer y que podría asegurar que la ha hecho solo un par de veces en su vida y casi siempre hacia mí persona o a Eriol.
Toma asiento en una mesa para cuatro personas que da hacia uno de los ventanales del local, saca su celular y comienza a teclear con rapidez, sin dirigirme la mirada en ningún momento.
Sí que está enojada.
—¿Mi padre está acá? —pregunto volviendo la atención a mi primo.
—Salió a repartir —me responde mientras entrega un pedido a una chica.
—¿Otra vez falló uno de los repartidores? —asiente y joder, los sábados son los días más movidos en la hamburguesería—. Debería ayudar.
—No es necesario, sabes cómo disfruta salir a repartir, es el único momento en el que puede andar en moto sin que tu mamá lo regañe.
Suelto una risa, mi madre y su pánico a las motos, aun así aguantó subirse a una el día en que se casaron: las fotos que hay de ese momento son la evidencia clara… el poder del amor, ¿no?
—Vale, iré con Tomoyo, si necesitas ayuda con algo…
—Tienes el fin de semana libre, aprovéchalo, la próxima semana me toca a mí —me guiña un ojo y pese a mis deseos por ayudar, le hago caso.
Me acerco a paso lento y tomo asiento frente a ella. Es muy evidente que sigue molesta y estoy seguro que me aplicará la ley del hielo por un rato.
Podría hacer alguna broma para romper el silencio, pero opto por llamar su atención con un simple carraspeo, que muta a otro y a otro, y sin previo aviso la garganta comienza a picarme provocando que comience a toser sin poder parar.
¡Mierda!
Tomoyo ríe mientras yo intento calmarme, no sé en qué momento desapareció, pero la veo aparecer con un vaso de agua que me entrega y del cual comienzo a beber con desesperación.
—Y esto es el karma, Shaoran —afirma triunfante mientras vuelve a tomar asiento frente a mí.
—Me lo merezco —digo apenas siento que puedo volver a hablar—. Perdón por hacerte enojar, sé que no fue una buena idea cerrarte la puerta en la cara.
—¡Oh, vamos! —niega con su cabeza—. Mi enojo no es por eso, estoy enojada porque insistes en mentirme cuando sé que tengo razón, y sí, soy una metiche, pero me da igual, es tu culpa por ser un pésimo mentiroso, así que seré directa, tienes dos opciones, o me cuentas todo a mí o esperas a que llegue Eriol… y nos cuentas a ambos.
Siento cómo se tensa mi mandíbula y el sudor parece ir en aumento, sabía que no iba ser fácil salir de esta situación, ý lo peor, es que no puedo pensar en nada coherente.
—Tomoyo, con Sakura somos amigos —insisto intentando sonar seguro. La seriedad que tiene mi amiga no ayuda en nada, de hecho me pone más nervioso—. Nos estamos ayudando uno al otro, eso es todo.
Y vamos, eso no es una mentira.
—¿Por qué? Y no creas que mi curiosidad sea por sentir celos de que tengas una nueva amistad, para nada, de hecho me encanta la idea, pero sé cómo eres, no es fácil que alguien traspase tus murallas, yo las pasé porque la vida te obligó —sonrío—, pero cuando Eriol apareció te costó aceptarlo.
—Sabes que tenía mis motivos —afirmo provocando en mi amiga una sutil sonrisa.
—Y te tomó tiempo, no fue de un día para otro, por lo mismo, ¿no crees que es lógico que me cueste creerte?
A ver, Tomoyo no me dejará en paz, eso ya lo tengo claro, para mi mala suerte soy pésimo mintiendo e intentar darle vuelta a lo mismo no me llevará a ningún lado, sino más bien a seguirme hundiendo y dejando más en evidencia que algo oculto.
Suspiro.
No tengo más alternativas, prefiero contarle solo a ella que involucrar al impredecible de mi amigo.
—Tú ganas… —solo espero que Sakura no se lo vaya a tomar a mal, además, diré lo justo y preciso, nada de detalles vergonzosos—. Esto te lo cuento porque eres mi mejor amiga y porque sé que quedará entre nosotros, confío en ti, Tomoyo.
—Y yo en ti.
Los dedos de mi mano derecha comienzan a dar suaves golpes en la mesa mientras intento ordenar las ideas, Tomoyo espera paciente y quizás esto me hace relajarme un poco.
—Tienes razón, no soy de hacer amistades tan rápido, por eso solo tengo dos amigos, tú y Eriol, y podría agregar a Yamazaki como un futuro buen amigo —hago una pausa y aprovecho de beber lo poco de agua que quedaba en el vaso que ahora dejo a un costado—. No mentí cuando te dije que nos estamos apoyando. Sakura acaba de pasar por una desilusión amorosa y por cosas de la vida, yo terminé dándole ánimos y aceptando ayudarla en su plan de ser una chica mala a la que no le volverán a romper el corazón.
—¿Y no me digas que quiere seguir el ejemplo de Yoshida?
Me quedo mudo, ¿debería sorprenderme por lo rápido que mi amiga capta todo? No, pero no puedo evitar sentir un escalofrío: a veces pienso que Tomoyo tiene un nivel de percepción casi sobrenatural.
Joder, las cosas que pienso.
Asiento con mi cabeza y por su sonrisa podría apostar que debe pensar que lo de Yoshida es una estupidez, mejor no le digo que fui yo el de la idea… ¡pero fue lo único que se me ocurrió!
—Entiendo, voy juntando las piezas de este rompecabezas —su mirada es curiosa y por lo mismo me mantengo en silencio esperando más preguntas—. Hay algo que me intriga, ¿por qué Kinomoto querría ayuda de un chico que con suerte ha tenido una o dos citas en su vida?
Aprieto mis labios y una ola de calor parece querer acumularse en mi rostro, ¿y la verdad? Me llevo preguntando lo mismo todos estos días.
—Tres —aclaro haciéndola resoplar—. Puede ser que Sakura tenga cierta percepción de mí que se aleja bastante de la realidad.
—Interesante —y esa sonrisa que veo formarse en sus labios me pone en alerta.
—Hey, frena a tu loca cabeza ahora ya, solo intento ayudarla y ella a mí.
Por supuesto que no diré que mi ayuda involucra algo llamado "práctica".
—¿Y en qué te ayudará ella?
—A tener más filtro con las chicas, ser menos cabrón.
—¡Vaya! Si logra eso le haré un altar —me guiña un ojo—. ¿Puedo soltar mi emoción por el ridículo plan que hay entre ustedes sin que te enojes?
Asiento y el gritito agudo que hace Tomoyo y que acompaña con el movimiento de sus manos —similar a un saltito de alegría— me hace rodar los ojos.
No sé qué tanta emoción le ve a esto.
—No creo que sea tan ridículo —suelto tras su show en el casi vi sus ojos brillar.
—Es ridículo y me encanta por eso, ¿sabes que hay una posibilidad de que su plan no salga cómo se lo han propuesto?
—Sí, Sakura difícilmente se va a convertir en una chica mala y yo veo poco probable que logre ser un chico con más tino, es como cambiar mi esencia.
—No me refería a eso —arrugo mi frente—.¡Ahora me entusiasma más esto!
—Explícate, por favor, no logro entender por qué ahora sonríes con más ganas.
—Solo respóndeme una última cosa —agrega dejando a un lado mi petición—. ¿Por qué ayer te llamo "conejillo de indias"?
¡Joder, había olvidado eso!
Piensa, Shaoran, no le digas la verdad, solo intenta decir algo coherente.
—Fue una broma, solo eso, como planeamos lo de Yoshida… yo le dije que él podría ser su conejillo de indias, le pareció gracioso y por eso después bromeó con eso.
—Vale —sonrío con la máxima seguridad que puedo tener y mi amiga me responde de la misma forma—. Gracias por contarme y lamento mucho lo de Kinomoto, lo bueno es que te tiene a ti, podrás tener un carácter horrible, pero eres un buen chico, Shaoran y sé que darás lo mejor de ti para que este acuerdo que tienen salga bien.
Y no soy bueno recibiendo cumplidos, quizás por mi timidez o porque la gente suele hacerlos para intentar simpatizarme, pero esto es diferente, es Tomoyo, mi mejor amiga quien con su tono amable me anima y no puedo más que agradecerle.
Mientras comenzamos a ver qué ordenará cada uno, llega al fin Eriol, y entre disculpas por llegar tarde toma asiento al lado de Tomoyo. Nos centramos en decidir qué vamos a comer y hacemos el pedido por una aplicación que llevamos implementando en el local hace solo un mes, y por el momento, ha funcionado relativamente bien con uno que otro error, pero que el informático ha podido solucionar sin mayores problemas.
—¿Y qué pasó con la cita que ibas a tener hoy? Ayer me dijiste que no venías, pero hoy cambiaste de opinión —comento atrayendo la atención de Eriol.
—Así que el compromiso "importante" era una cita —afirma Tomoyo algo sorprendida y siento como si hubiese metido la pata, juraría que Eriol nos había contado a los dos.
—Sí, pero ahora ustedes son mi cita.
—¿Te canceló? —pregunta mi amiga.
Eriol asiente mientras acomoda sus gafas que se resbalan un poco por su nariz. Tomoyo desvía un momento su mirada y la lleva hacia la ventana, Eriol me sonríe y el silencio que hay entre nosotros me es un poco incómodo, más que nada porque veo en mi amiga esa expresión que cada vez es más repetitiva sobre todo cuando se trata de Eriol y sus citas.
—Alguna vez que te rechacen —digo con humor logrando sacarle una risa a mi amigo, quien ahora niega con su cabeza.
—Saldremos mañana.
Tomoyo vuelve la atención a nuestra conversación, pero parece estar en otro lado. Y como muy bien dijo, el conocernos desde pequeños puede hacernos ser la peor pesadilla del otro. La conozco tan bien que sé que en estos momentos sus manos, que se esconden bajo la mesa, deben estar inquietas, y la sonrisa que le dedica a Eriol es totalmente falsa y lo sé porque sus ojos violetas dicen lo contrario, es como si no sonrieran, sí, quizás suena raro, pero me da esa impresión.
—Iré a ver cómo va el pedido, ¿helado? —propongo buscando cambiar el tema de conversación—. Hoy corre por la casa.
—¡Oh, sí! De chocolate blanco y… —Eriol mira a Tomoyo, como si estuviera esperando su confirmación—, ¿pistacho con chips de chocolate? Estaba muy buena esa mezcla, ¿verdad?
Tomoyo asiente y al menos la sonrisa que tiene ahora no es para nada falsa.
—Ustedes y su manía por compartir la comida, agregaré extra chips solo porque estoy de buen humor —comento haciendo reír a mis amigos.
Me dirijo a la cocina del local algo distraído mientras miro el chat que tengo con Sakura, es obvio que la confesión que le hice a Tomoyo está presente y quizás por esto es que me pican los dedos por escribirle y saber cómo le fue.
Pero no lo haré, la cita de seguro salió bien y nuestro plan de joder al "ex" será un éxito, solo me basta recordar la seguridad que vi ayer en ella para confiar en esto.
Me centro en preparar el helado para mis amigos y aprovecho de sacar una porción de papas fritas para compartir mientras esperamos nuestro pedido, que debería estar listo en unos quince minutos.
Regreso llevando la comida en una bandeja, me alegra notar que el local se llenó de un momento a otro, veo las mesas ocupadas por amigos y familias, otros haciendo fila para retirar pedidos y también diviso a…
¿Sakura?
Con sorpresa me quedo pegado viendo cómo acorta nuestra distancia y la sonrisa que ahora tiene en su rostro, me descoloca aún más, ¿por qué está acá?
—Ven a la fiesta conmigo, por favor.
¿Eh?
Tengo un montón de preguntas dando vueltas, pero mi lado cero racional las bloquea y comienzo a luchar con las ganas de decirle que se ve hermosa y que me agrada su estilo rockero y... no, ¡detente! No es el momento y además, ¿por qué estoy pensando en eso?
—¿Alguien dijo fiesta?
La pregunta de Eriol me vuelve a la realidad y cómo se lo agradezco. Sakura parece estar en shock, en cambio yo estoy en alerta.
¿Qué hacer?
Podría dejar la comida en la mesa y pedirle a Sakura conversar sin tener a mis dos amigos de testigos, el problema es que si la saco del foco de atención haré evidente que algo ocultamos y pese a que Tomoyo ya sabe de nuestro acuerdo, no quiero aumentar más las sospechas de mi otro amigo.
—¡Hola, chicos! —saluda casi eufórica, su voz sonó tan chillona que no puedo evitar sonreír—. Perdón, no me había percatado que estaban acá.
Y creo que todos nos dimos cuenta de eso, Sakura.
Eriol le hace un gesto para que tome asiento. Ella parece dudar por un momento, pero mi amigo acaba con su inseguridad, se pone de pie y la guía hacia la silla que da a la ventana, en donde yo estaba sentado hace un momento.
Y aquí vamos.
Dejo la comida en la mesa —sí, porque aún estaba de pie sosteniendo la bandeja— y tomo asiento junto a una nerviosa Sakura que no para de mover una de sus piernas. Los chicos están analizando la mezcla de sabores del helado y tomo este momento de distracción para acercarme un poco a ella y susurrarle que «Todo irá bien».
Su pierna deja de moverse y la sonrisa que veo en su rostro me confirma que al menos mi intento por relajarla parece haber funcionado.
—Así que tienes una fiesta —dice Eriol al rato, era lógico que el tema no quedaría en el olvido—. Shaoran, deberías habernos dicho que tenías planes con Sakura, nosotros nos vemos siempre, un día que quieras estar con otra amiga no nos molestará, ¿verdad, Tomoyo?
—Por supuesto, además, nunca es malo ir a una fiesta y más si es fin de semana.
¡Hey, sé para dónde van con estos comentarios!
Les lanzo una mirada que se podría traducir como déjense-de-joder.
Lamentablemente Sakura no conoce a este par como yo.
—Sí, eso es cierto… —y por favor, no lo digas, ¡no lo digas!—. Me encantaría que vinieran todos a mi fiesta, bueno, mi hermano la organizó, pero es en mi casa, así que puedo invitar a quien quiera.
Mierda, mierda, mierda.
OooO
—Estaba segura que había guardado mis llaves —Sakura da unos golpes a la puerta, pero es bastante difícil que nos escuchen teniendo en cuenta el ambiente de fiesta que hay en el interior de su casa—. Intentaré llamar a una de mis amigas, ni mi hermano ni mis padres me contestan.
Se aleja unos metros y aprovecho de seguirla mientras mis amigos parecen estar avisando a sus familias que llegaran más tarde, la idea de la fiesta los entusiasmó un montón —lo que era muy obvio— y apenas terminamos de comer, Tomoyo pidió un uber para llegar lo más rápido posible.
—¿Me contaras por qué Yoshida no vino? —pregunto bajando un poco la voz, y sí, necesito saber qué diablos pasó, mi curiosidad es grande.
Sakura corta la llamada que estaba haciendo y la noto algo confundida.
—Aún estoy procesando lo de Yoshida —alzo mis cejas—. Definitivamente la imagen que tenía de él cambió por completo.
—¿Para mal? —niega con lentitud y mi cara de sorpresa debe verse a kilómetros—. ¿Para bien?
—Algo así —¿acaso escuché bien? ¡Pero si Yoshida es un imbécil!—. Sé que tienes un montón de preguntas, ya te contaré, ahora solo necesito que me apoyes.
—Créeme que quiero hacerlo, pero no sé cómo.
—Solo actúa como siempre.
—¿Cómo una versión exagerada de Yoshida? —pregunto algo nervioso.
—¡N-no! —menos mal—. Solo sé tú y sígueme la corriente, ¿bueno?
Nuestra conversación se ve interrumpida por Rika Sasaki quien aparece en el umbral de la puerta y nos saluda sorprendida. Sakura anima a pasar a mis amigos y me hace una señal para que la siga.
—¡Qué genial que estén acá! —comenta Naoko Yanagisawa, a quien por cierto, no veía hace rato en el instituto, creo haber escuchado que estuvo muy resfriada.
—Sí, los chicos se animaron a venir —dice Sakura mientras se hace espacio en el círculo que armó el grupo y que incluye a mis amigos y a los de ella, yo hago lo mismo, ubicándome a su lado.
—Digamos que nos colamos, el invitado principal era otro —agrega Eriol y ya siento las miradas clavadas en mí.
—Oh, vamos, todos son bienvenidos —aclara Sakura—, ¡espero la pasen bien!
Le sonrío e intento ambientarme, mi vista recorre la sala de estar en la que estamos, las luces están tenues, pero aun así puedo notar los lindos detalles hogareños que hay en las paredes y que me transmiten una sensación acogedora.
Hay harta gente y es claro que el hermano de Sakura debe ser muy sociable, calculo que debemos ser unas 20 personas que estamos en la fiesta... me pregunto cuál de todos los chicos que hay acá será el imbécil que tiene a Sakura en completo silencio y atenta a su alrededor, por más que intente disimularlo.
Y no.
No me gusta verla así, debería estar alegre, sonriendo y hablando hasta por los codos, como es ella siempre. Intento alejar la sensación de enojo que siento, pero no puedo, no me parece que por culpa de ese tipo no pueda sentirse cómoda en su propia casa. Y sin pensarlo mucho, tomo una de sus manos, su mirada es de sorpresa, pero no me suelta.
Salimos del grupo y nos hacemos paso entre varias parejas que están bailando. Mi plan se resume en distraerla y lo que veo en el minibar que está tras ella me parece una buena opción para al menos sacarle una sonrisa.
—Si quieres arrancar lo entenderé, cuenta conmigo para ello, feliz voy contigo y en compañía de eso.
Parpadea algo confusa para luego seguir con su vista lo que le estoy indicando: una botella de vino tinto que está en lo alto del minibar.
—Es el favorito de mi papá —me comenta sonriente y me alegro al ver que por fin parece relajarse, aunque sea un poco.
—Bueno, tendremos que ser rápidos para que nadie nos vea roba...
—¡Llegaste!
Una cabellera platinada apareció en mi campo visual, veo a Sakura ser abrazada por un chico que parece no darse cuenta de mi presencia y por la mirada que ella me lanza estoy seguro que debe ser su "Ex".
—¡Oh, perdón! —dice el chico antes de voltearse y dirigirse hacia mí, su actitud amistosa muta a la sorpresa y me tomó solo un par de segundos entender por qué… ¡es que esto tiene que ser una jodida broma!—. ¿Li?
N/A:
Primero, ¡hola, hola! y segundo, no me odien por dejar el capítulo ahí, por fis, por fiss
He vuelto después de un par de semanas y no saben lo contenta que me pone poder actualizar, ha sido un mes difícil, pero bueno, acá estamos.
Capítulo 8 ya, y vamos avanzando! Espero les guste, era necesaria la primera parte para entender quien había visto a los castaños tras la tutoría y ya sabemos quién es, ¿hubieran preferido a otro personaje?
Y sí, Sakura invitó al resto de los perfectos, es que o sea, Eriol y Tomoyo no iban a hacerse los locos con la fiesta y era lógico que quisieran ir jajaja
¿Qué creen que podrá pasar? Teniendo en cuenta el final del cap.
Solo diré que se vendrán más sorpresas y que será una fiesta bastante… movida.
Agradezco su apoyo, sus comentarios, favoritos y alertas, de verdad me motivan un montón *-* Espero sigan animándose a dejar sus impresiones, teorías, etc. Como ya lo he comentado, en wattpad también estoy subiendo esta historia y en AO3 (como fanfiction funciona cómo se le da la gana, al menos saben que ahí pueden seguir leyendo).
Les dejo un abrazote y que tengan un linda semana ❤
