Summary: Dicen que un corazón roto no toma buenas decisiones, ¿será tan así? Al menos la idea de convertirse en una chica mala dejando en el olvido la novia perfecta que aspiraba ser le parece de lo más sensata y más aún si tienes a un rompecorazones con un carácter de los mil demonios como guía perfecta para esto.
Culpa a mi "Ex"
IX
SAKURA
Siempre he admirado a quienes tienen la capacidad de adaptarse a cualquier situación, es como si nada los molestara, fluyen con una gracia y salen a flote sin esfuerzo, con nervios de acero que yo en este momento necesito tener.
Estaba algo relajada gracias a que Shaoran me sacó por un momento de mis preocupaciones, logrando hacerme reír y se lo agradezco un montón, el problema fue que bajé todos mis muros y la situación que esperaba estirar hasta más no poder llegó en forma de un chico que al parecer no tiene la menor idea de que no quiero contacto con él porque me duele aún todo lo relacionado con su persona.
Aprieto mis puños fuertes e intenté contar hasta diez, pero ya voy en treinta y las ganas de querer mandarlo a la mierda solo van en aumento, ¿acaso no es obvio que lo estuve evitando toda la semana?
Pero no, al parecer, no lo es.
Su abrazo como si nada hubiera pasado me lo demuestra, estoy tiesa y el ver su reacción de confusión al menos me da la sensación de que yo tengo el control de la situación.
Por el momento.
—Estaba conversando con alguien —le susurro a Yue, quien al fin corta su abrazo, ¡dios! de pensar que hace unas semanas anhelaba esto, ahora solo lo quiero... lejos.
—¡Oh, perdón! —se voltea y siento como si la burbuja en la cual el mismo me metió se reventara y al fin puedo volver a respirar—. ¿Li?
Alterno la mirada entre Yue y Shaoran, ambos se miran con cierta sorpresa y el silencio en el que están solo aumenta mi ansiedad.
¿Acaso escuché mal? ¿Acaba de llamar a Shaoran por su apellido?
—¿Se... conocen? —pregunto al fin intentando entender qué diablos está pasando.
—Club de debate —me responde Shaoran, mi vista viaja con rapidez a Yue, quien sigue aún mudo.
Tan comunicativos, ¡dios! Y una muriendo de la curiosidad, es que sigo sin entender.
—Pero cómo si tu estudiaste en otro instituto —esta vez me dirijo a Yue, no teniendo más opciones al ver la cara de pocos amigos que tiene Shaoran.
—Con Li nos topamos en un par de finales, por eso lo recuerdo —miro a Shaoran quien ya está con su frente arrugada—, eras un buen contrincante y pese a que eras dos cursos menor, le diste bastante fuerza al equipo de Seijo, ¿sigues en el club?
—Sigo.
Cuando llevas tres años enganchada de tu crush es lógico que sepas cosas de él, sus gustos, pasatiempos, y sí, recordaba que él estaba en un taller de debate pero, jamás pensé que competía con otras escuelas. En el instituto tenemos un montón de actividades, pero mi atención siempre está fija en los talleres en los que participo y digamos que el club de debate nunca me ha interesado.
Además, claro, Yue es dos años mayor, cuando yo estaba en primer año de preparatoria él estaba en el último, y tengamos como detalle extra que nunca tuve mayor interés en entablar una amistad con Shaoran... hasta ahora.
Mientras pienso todo esto, los chicos siguen sin decir nada, mi vista encuentra la de Shaoran y en cuestión de segundos un leve cosquilleo se acumula en mi estómago, me observa con su seriedad tan característica, pero esta vez me transmite más... es ridículo lo que pienso, ¡lo es!, pero tengo la sensación de que estuviera escudriñando cada recoveco de mi mente y el ver una breve sonrisa en sus labios no ayuda en nada.
Pero vamos, eso es imposible: Shaoran no está leyendo mis pensamientos.
El carraspeo del chico que tengo a mi lado me hace cortar nuestro contacto visual y además ponerme a la defensiva cuando siento que acorta un poco el espacio que nos separa.
—Touya, está algo molesto, no pensó que vendrías con tu cita —murmura con la clara intención de que Shaoran no lo escuche.
Paso saliva.
—No es mi cita, Shaoran es mi amigo y lo invité —Yue le lanza una mirada y se toma todo el tiempo del mundo para analizar cada una de mis palabras.
—Entonces, ¿saliste con otro chico? —su tono fue raro y quizás por esto es que siento que el aire comienza a faltarme, ¿esto es una broma?
Lucho por no decir lo que estoy pensando, pero no puedo controlar mi rabia:
—¡¿De verdad te interesa saber con quién salgo?!
Bendita la música que ayudó a que mi pregunta no llamara tanto la atención.
Siento un nudo en mi garganta y a mi mente viene una y otra vez la imagen de él con esa chica, ese viernes en donde me sentí una real mierda por su culpa y ahora actúa de esta forma, como si yo tuviera que darles explicaciones, ¿a él?
Suelto un fuerte suspiro intentando que el paso del aire rompa la sensación que no me deja hablar.
No quiero calentarme la cabeza y tampoco enfrentarme aún a él. Tengo que sacar el dolor y la rabia que siento, sí, pero tengo tan desorganizadas las ideas en mi cabeza y el hecho de que le diga todo, me hace sentirme totalmente expuesta a él.
Yue se aleja un poco —gracias a dios—, su mirada es de completa confusión y por lo mismo, no es capaz de decir nada.
Busco a Shaoran quien se acerca acortando sutilmente nuestra distancia, alzo mi vista buscando su mirada, y rayos, ¡¿por qué es tan alto?!
Sus ojos me parecen como dos canicas oscuras y ese tono ámbar que tienen está nublado por la poca luz que ahora hay en la sala de estar. Baja su mentón provocando que su cabello me genere cosquillas en una de mis mejillas y la sorpresa de esta nueva cercanía me hace abrir mis ojos de golpe y más aún cuando siento su aliento en mi oído derecho.
—Es. Un. Real. Imbécil.—me susurra marcando cada palabra con fuerza, está enojado, de eso no hay dudas—. Creo que necesitan algo de privacidad, estaré cerca por si me necesitas.
Tomo aire buscando que mis pulmones se llenen de oxígeno, casi con desesperación, esta cercanía que solo duró unos segundos me deja aturdida y estoy segura que es por culpa de su perfume con notas cítricas y frescas que extrañamente me traen la imagen de un inmenso bosque.
Mi vista sigue sus movimientos, toma un vaso del minibar que está a mis espaldas y ahora se aleja un par de metros, no sin antes darme una pequeña sonrisa.
—Tenemos que hablar, te noto muy distante —la voz de Yue me trae al ahora, noto en sus ojos claros un deje de suplica y podría asentir, dar el espacio para que hablemos, pero...
—En otro momento —replico y mantengo a duras penas nuestro contacto visual.
—Sakura... —bajo mi mirada a su mano que se aferra a mi muñeca con suavidad—. Por favor, estás muy rara, y nunca habías estado tan cortante en todos los años que nos conocemos, estoy preocupado, ¿qué pasó?
¿De verdad me está preguntando esto?
¡Me besaste!
¡Y luego parece que lo olvidaste!
Aprieto fuerte mis labios para no decirle todo esto y además agregar que lo vi con otra chica.
—No es el momento para hablar —la firmeza en mis palabras es evidente, no cambiaré de opinión.
—Y, ¿cuándo lo será?
—Cuando yo lo decida —saco su mano y me volteo, veo varias bebidas en distintos vasos de colores, tomo una que tiene pinta de ser coca-cola y me alejo al fin de él.
Shaoran le lanza una mirada de esas típicas de él odiando al jodido mundo, y sonrío, sí, estoy sonriendo quizás de nervios por lo que acaba de pasar o porque otra vez Shaoran parece tener cierto talento para hacerme sentir a gusto, pese a que a mi alrededor se pueda estar desatando el caos.
Volvemos al grupo en silencio, no quiero darle protagonismo a lo que recién acaba de pasar, conducta evitativa, lo sé, pero ya llegará el momento de hablar con Yue, hoy he decidido ser un intento de chica mala, o al menos tener una dosis de esto.
—Así que fueron por una bebidas, ¿dónde están? —me pregunta la mejor amiga de Shaoran.
—Donde está el minibar —le indico con mi índice—. Hay varias opciones, Daidouji.
—Gracias por la invitación, Sakura, y por favor, llámame por mi nombre.
Le sonrío: su amabilidad le sale hasta por los poros y me agrada un montón.
Noto que le susurra algo a Eriol y él asiente con rapidez, nos avisan que irán por una bebidas y Shaoran me comenta que los acompañará. Apenas se alejan un poco, siento una mano jalarme hacia el centro del grupo.
—¡¿Qué carajos está pasando?! —la pregunta de Chiharu me hace sonreír con algo de incomodidad, pero era muy obvio que esta pregunta llegaría—. Los perfectos están acá, ¿cómo es eso posible?
—Los invité —admito tras beber un largo sorbo de mi bebida.
—¿Ya son amigos? Explícate, por favor —replica con impaciencia.
—Invité a Shaoran primero y como estaban ellos, también los invité, encontré muy feo no extender la invitación.
—¿Tuviste una cita? —esta vez quien pregunta es Naoko. Mierda, ya había dejado en segundo plano lo de Yoshida—. Touya nos dijo que habías tenido una cita y no estaba muy feliz que digamos.
—Bueno, estamos hablando de Touya, ¿cuándo se ha puesto feliz con la idea de yo teniendo citas? —pregunto con humor, pero no logro sacarle ni un indicio de sonrisa a mis amigas.
—¿Y la cita fue con Li? —continua Naoko. Niego rápidamente.
—Con Yoshida —respondo bajito con timidez, como respuesta recibo la visión de tres pares de ojos muy sorprendidos.
—¡Yoshida! —gritan las tres al unísono, siento mi rostro arder, atino a soltar un fuerte «¡Sh!» Porque vamos, casi todos nos están mirando.
—Estoy atreviéndome a hacer cosas diferentes, una de ellas fue salir con Yoshida —las expresiones de mis amigas me hacen soltar una risa de puro nervios.
—¿Esto tendrá alguna relación con el innombrable?
—Puede ser —le respondo a Rika.
Es claro que lo de mi plan debo contárselos, soy pésima ocultando cosas y ya me siento entre la espada y la pared con sus preguntas.
—Bueno, dicen que un clavo saca a otro clavo, pero la verdad, prefiero a Li antes que Yoshida.
El comentario de Naoko me hace fruncir mi entrecejo y siento cierta desesperación al ver hacia donde están llevando sus ideas.
—Sí, aunque Yoshida es todo un galán, es decir, Li es guapísimo también, y además, es un genio, solo le falta sonreír y hablar más —comenta Chiharu.
—Pero la verdad es que habla, siempre y cuando no lo presionen... y tiene un humor ácido, pero que me agrada mucho...
Y creo que hasta mis orejas están rojas: lo que estaba pensando no quedó solo en mi mente.
¡Ay, dios!
Y las expresiones de mis amigas no sirven de nada para apaciguar mis emociones, solo espero que no le vean otro sentido a lo que acabo de decir, además, es verdad, es lo que pienso de Shaoran.
—Sakura, tienes muchas cosas que explicarnos, hay muchos cabos sueltos, pero ya nos contarás, ¿no? —asiento a las palabras de Rika.
Veo que les lanza a las chicas una mirada de advertencia y que ellas captan de inmediato, Chiharu pone los ojos en blanco, sé cuánto le debe estar costando mantener a raya su curiosidad, a diferencia de Naoko quien me sonríe dándome cierta tranquilidad.
Gracias, chicas, ya les contaré.
—Y bueno, esto es una locura, ¿no? —Naoko mira en dirección hacia el minibar —. Sigo en shock al tener a los chicos acá y lo más loco, es que Tomoyo nos dio algunos consejos para el festival, como no participará...
Casi escupo el sorbo de coca-cola que tengo en mi boca.
—¿De qué estás hablando? —pregunto con el corazón casi en la mano.
—Naoko nuevamente tuvo la genial idea de tomar decisiones sin consultarnos, y mientras hablábamos con los chicos les contó que participaremos en el festival...
—Y eso no es lo único —Chiharu interrumpe a Rika—. Tocaremos... en un rato.
—¡¿Qué?!
SHAORAN
Eriol habla con Tomoyo, pero yo no puedo seguirles el hilo de la conversación, mi mente sigue intentando hacer calzar la imagen de Yue Tsukishiro como el "ex" de Sakura.
Ahora con mayor motivos le diré imbécil, no compartimos mucho, pero las pocas veces que lo hicimos su aire de superioridad y su forma de tratar al resto me molestaban al punto de querer mandarlo a la mierda.
Busco con urgencia distraerme con algo y la especie de ponche azul que veo en una mesa lateral llama mi atención.
—Ese tiene alcohol —me advierten, y no es ninguno de mis amigos. Mi mandíbula se tensa y me volteo con cierta pesadez al reconocer la voz de Tsukishiro—. El grupo de ahí lo preparó, a la señora Kinomoto no le gusta que traigan alcohol, pero sabe que más de alguno no hará caso.
Lleno mi vaso hasta el tope y le doy una probada: sabe a energética con alcohol y la quemazón que deja en mi garganta me confirma que está potente, asco es lo que siento, pero que disimulo al ver que este tipo bebe ahora de la misma bebida y ni se inmuta, es como si fuera agua.
—Veo que tu seriedad no ha cambiado en nada —me dice con una de sus cejas alzadas.
—¿Tú sigues haciendo trampa para lograr tus objetivos? —pregunto casi masticando cada palabra y su carcajada no ayuda en nada a la odiosidad que ya estoy sintiendo.
—¿Aún resentido? ¡Joder! Si han pasado como dos años.
—No me has respondido —replico sosteniéndole la mirada.
—Li, te lo dije esa vez, cuando quiero algo voy por ello —aprieto mis dientes y más al notar que su vista se desvió por un segundo hacia cierta chica cuando dijo esas palabras.
Me obligo a beber un largo sorbo del ponche intentando con ello controlar las ganas que tengo de darle un golpe por ser un jodido cabrón.
—Respóndeme una cosa, Li, y con sinceridad —cuento mentalmente hasta tres antes de mirarlo y asentir—. ¿Te gusta Sakura?
Frunzo mi frente y niego con la cabeza.
—No. —articulo dándole mayor énfasis a mi respuesta, por si no le quedó claro.
Asiente con su cabeza para luego cortar nuestro contacto visual y emprender camino hacia un grupo de chicos.
Mi pulsaciones están aceleradas y estoy seguro que es por la incomodidad que me trasmite ese tipo que no me cae para nada bien y con mayor razón al recordar cómo sus acciones hicieron sentir a Sakura, y sí, llevo una semana compartiendo más con ella, pero no es necesario conocerla tanto para darse cuenta que es una buena chica que no merece sufrir por tipos como este.
—¿Y ese quién era? —la pregunta de Eriol aparece, lo veo acomodar sus lentes y seguir con su vista el camino por donde se fue Tsukishiro.
Doy unos tres sorbos a la bebida y aclaro mi voz antes de seguir hablando.
—¿Te acuerdas cuando estábamos en primero y tuve mi primera final de debate interescolar? —pregunto, Eriol asiente.
—¿Cuándo les robaron la defensa? —cuestiona esta vez Tomoyo, quien está sacando un poco del asqueroso ponche azul.
—Él fue el ladrón.
Los chicos me miran sorprendidos, sé que es una tontería sentir rencor por eso, pero ese tipo no jugó limpio, como equipo nos esforzamos mucho y además yo tenía el desafío de ser nuevo, el único chico de primero con muy poca experiencia en competencias interescolares de debate, pero con una motivación clara, así que ver que la competencia nos había robado la preparación de nuestros argumentos y adelantándose a cada uno de nuestros pasos fue una real mierda e imposible de olvidar.
—¿Y qué hace acá? —me pregunta Tomoyo, sonrío al verla arrugar su cara al darle una probada a esa bebida, debería haberle advertido.
—Es el mejor amigo del hermano de Sakura —y el chico que le rompió el corazón.
—Que jodida es la vida, ¿no? —comenta Eriol y no puedo más que asentir a sus palabras.
El tema queda ahí, Tomoyo nos hace señas para que volvamos al grupo y apenas llegamos con nuestras compañeras un ambiente de tensión se siente, veo a Sakura caminar de un lado a otro, señal que me dice que debe estar nerviosa, ¿será por el imbécil de su "ex"?
Estoy seguro que no fue capaz de enfrentarlo, es lógico.
—¿Todo bien? —la pregunta de Eriol hace que Sakura de un respingo al darse cuenta que hemos regresado.
—Digamos que hay algo de nervios —responde Sasaki, quien le lanza una mirada a sus amigas.
—No sientan presión —agrega Tomoyo con su tono tan amable y me giro con rapidez a verla porque no sé de qué diablos están hablando—. Solo fue una idea.
—¿Me perdí de algo? —pregunto confundido.
—Las chicas participaran en el festival —me aclara Eriol con una sonrisa de oreja a oreja.
Miro sorprendido a mis compañeras, pero me es imposible no detenerme en Sakura, sus mejillas se encienden de un rojo fuego que pese a la poca luz que hay, resalta.
—Tenemos una banda y bueno, nunca ha salido a la luz... hasta ahora —comenta Sasaki con una mueca que intentó ser una sonrisa.
Quiero preguntarles más detalles, pero la música sube en volumen y una canción mucho más movida hace que varios de los asistentes se agolpen en el centro de la sala a bailar.
—¡Deberíamos bailar, así se relajan! —la voz de Eriol se escuchó fuerte y con la personalidad que tiene mi amigo no esperó a nadie para hacer lo que el mismo propuso.
Toma la mano de Sasaki y de Tomoyo y las guía hacia la improvisada pista de baile, el resto de las chicas lo sigue... bueno, casi todas: el circulo ahora se reduce a mí y a Sakura.
—¿Todo bien? —le pregunto acercándome un poco, el ruido es fuerte.
Ella asiente y me da una sonrisa que la verdad lo que menos tiene es seguridad.
—Evitaste el tema con él, ¿no? —vuelve a asentir y confirmo lo que ya sospechaba, aunque la entiendo, la fiesta no es el mejor contexto para decirle unas cuantas verdades a ese tipo. Así que para no seguir molestándola con eso opto por cambiar el tema de forma drástica—. Tener una banda le da bastante más credibilidad a tu versión de chica mala.
Las comisuras de sus labios se elevan al igual que las mías.
—Mi as bajo la manga, ¿ves? Aunque aún no estaba lista para sacarlo.
—¿Tocan rock?
—Sí, pero no del pesado, hacemos covers de clásicos y de canciones de bandas femeninas, en su mayoría.
—Ahora entiendo tu estilo —suelto sin pensarlo, su mirada confundida pasa a una sonrisa que me hace ponerme algo nervioso.
—¿Mi estilo?
—No sé nada de moda —aclaro con rapidez—, pero viéndote ahora con tu ropa casual y recordando la que usabas el viernes pasado, la idea de que tienes un aire rockero me hace mucho sentido.
—Bueno, si te soy sincera me gusta poner un toque de rock a todo —señala su chaqueta negra de cuero con las típicas tachas en los hombros—. Hace calor, ¿no?
Sakura se aleja un poco para sacarse su chaqueta, dejando al descubierto sus hombros y el resto de su figura, su vestido se ajusta en su torso, enmarcando su cintura y también resaltando un escote que su chaqueta ocultaba. Aspiro aire y desvío la mirada hacia los chicos, joder, mi observación estaba siendo muy poco disimulada y lo peor es que me queman los ojos por volver a mirarla.
Su risa atrae mi atención y me obligo a no bajar mi vista más allá de sus ojos.
—Y ese es mi papá metiéndose en la playlist.
Arrugo mi frente hasta que entiendo a lo que se refiere, la canción que suena la conozco, es un clásico de los 80s y mi papá suele ponerla en el local.
—¿Y cómo bailas esto?
We're talking away
I don't know what I'm to say
I'll say it anyway
—Ni idea, pero vamos a averiguarlo —me quita mi vaso, no sin antes darle un largo sorbo, su mirada de asco me hace reír—. ¡Esto sabe horrible!
Deja el vaso en una mesa y quiero maldecir porque necesito terminar de beberlo para darme ánimos para lo que sé que vendrá. Su mano atrapa mi brazo derecho y no me da tiempo a reaccionar, en cuestión de segundos nos unimos al grupo que baila animadamente.
Mierda.
Mi timidez me bloquea y no puedo siquiera mover mis pies, no soy un chico con dotes de bailarín, aunque la verdad, muy poco lo he intentado, son situaciones que prefiero evitar, pero ahora me es imposible, estoy aquí, frente a Sakura quien me sonríe y mueve sus manos motivándome a bailar.
Me siento ridículo, pero intento seguir el ritmo de Take on me, agradezco cuando veo a Eriol hacer unos pasos muy coordinados con Tomoyo, que me hacen soltar una carcajada.
Joder, estos son tal para cual: el problema es que aún no lo descubren.
Sakura toma una de mis manos y me hace señas para que dé una vuelta, me da cierta ternura el verla de puntillas intentando llegar en algo a mi altura así que le facilito la misión agachándome un poco y siguiéndole el juego. Es decir, ya estamos acá y bueno, me entrego a disfrutar este momento, me dejo llevar por la alegría del grupo y nuestras risas se escuchan fuerte cuando intentamos llegar a la nota más alta del coro que solo Tomoyo y Sasaki pudieron lograr.
Tengo una sonrisa de oreja a oreja y más al darme cuenta que mi timidez aguantó un baile sin provocarme ganas de salir corriendo: eso es todo un logro, señoras y señores.
Mis ojos se encuentran con unos verdes que parecen sonreír y brillar aún más, y al menos la preocupación que había en ellos se ha difuminado por un momento.
Otra canción comienza a sonar, pero ya siento que con lo que hice recién tuve más que suficiente, me encamino hacia el lugar donde estábamos, pero mis pasos se detienen al sentir el calor de una mano aferrándose a mi brazo.
—¿Dijiste que me ibas a apoyar? —el tono de Sakura es casi suplicante y con confusión asiento a su pregunta, doy una rápida observación a mi alrededor, con asombro noto que tanto sus amigas como mis amigos desaparecieron, ¿en qué momento se fueron si estaban recién acá?
Me hace un leve movimiento de cabeza para que mire hacia una dirección, veo a un grupo de chicos que está cerca y en donde hay uno que destaca, quizás por el color de su pelo o porque en este momento su vista se encuentra con la mía y luego se desliza hacia la chica que está junto a mí.
«Cuando quiero algo voy por ello»
Bueno, eso está por verse.
N/A:
Hola, cómo están? Sí, actualización! :D
Llegó la fiesta al fin y como se habrán dado cuenta este cap tiene ambos POV. Y por fiis, no me odien otra vez, pero tuve que dejar el capítulo ahí porque sino, iba a quedar muuuy largo. Lo positivo es que ya tengo más avanzado el capítulo siguiente y me puse como meta intentar actualizar el próximo fin de semana, espero lograrlo (manden power! jajaja).
¿Qué les ha parecido este primer "round" con el "ex"?
Yue y Shaoran se conocían, y Sakura está igual de impactada que ustedes, tengamos en cuenta que es una despistada de primera y bueno, ella nos explica varias cosas que hacen que entendamos su sorpresa.
Ya les dije que seria una fiesta movida y aun queda noche.
Espero leer sus impresiones, para saber qué les parece esta locura y también si se animan a teorizar qué podrá ocurrir, teniendo en cuenta el final :O
Nota aparte, la canción que bailan es un clásico ochentero, Take on me del grupo A-ha (tengo una playlist con la que me inspiro para escribir esta historia, me comentan si les interesa que la comparta).
Mil gracias por leer, les dejo un abrazo grande! (L)
