Percy Jackson, pertenece a Rick Riordan.

Corrige tus errores y sonríe al futuro.

01: Creando un mejor mañana.

Una reunión fue ordenada en el Olimpo, por Artemisa. La diosa de la Caza ya estaba allí, junto a su tía Hestia y lentamente, el resto del consejo fue ingresando. No hubo ningún dios, que no se sorprendiera ante la descuidada apariencia de Artemisa: despeinada, con ojeras acentuadas bajo sus ojos. Y hablando de sus ojos, estos estaban inyectados en icor; ella estaba total y absolutamente desaliñada.

Zeus, quien jamás demostraba amor por sus hijos y quien solo los usaba para su beneficio, teniendo más poder en el Olimpo, en ese preciso momento, demostró su amor paternal, acercándose a Artemisa y abrazándola. —Hija, ¿Qué sucedió?

P... P... Perseo... —pronunció desconsolada, la diosa de la Caza — ¡Perseo enloqueció de dolor, por culpa de la puta hija de Atenea y se suicidó! —Chilló histérica. La primera parte era ya conocida por todos... la penúltima parte... La diosa de la Caza, narró lo que ya todos sabían: Como Annabeth Chase, había destrozado la confianza de Percy Jackson, héroe de la Guerra de la II Titanomaquia, héroe de la Guerra de la II Gigantomaquia, eran ya conocidas. Todos sabían que Percy había ido con las Cazadoras de Artemisa, luego de que Annabeth le fue infiel, él buscó un lugar al cual pertenecer y Artemisa le ofreció ser El Guardián de la Cacería, él aceptó. Pero... ¿De ahí a suicidarse? Eso último nadie lo supo y Hades se preocupó.

Mi hijo... —pronunció Poseidón en shock. Los dioses se quedaron en silencio, pero el dolor se mostraba en sus ojos, en sus expresiones faciales, ¿el líder de los Mestizos durante la Batalla de Nueva York y líder de Los Siete, el gran salvador del Olimpo, líder de ambos Campamentos, aquel que devolvió a la Quinta Cohorte a su punto de gloria olvidada, aquel que auxilió a que Poseidón y Atenea dejaran de lado sus problemas personales, aquel que otorgó tronos en el Consejo Olímpico a Hades, Perséfone, Hestia y Anfitrite, se había suicidado?

Artemisa cerró los ojos, tragó saliva e hizo recordar a todos, el contexto actual de Perseo. —Perseo... él descubrió a Annabeth Chase siéndole infiel y vino ante el Olimpo, pidiendo algo que lo alejara del Campamento. —todos asintieron. Recordaban ese día, muy bien. La ira y el asco que a Atenea le provocó Annabeth, al hacerle algo así a alguien tan fiel como Perseo Jackson. El asco que sintieron Júpiter y Juno, cuando vieron que fue Jason Grace con quien Annabeth engañó a Perseo. Aquello fue auténticamente algo histórico. Pues Juno jamás había tenido un Campeón, el hijo de su esposo fue el primero y el único. Pero aquel día, Juno supo que Perseo Jackson, tendría que haber sido nombrado como su Campeón, aquel que personificaba la lealtad matrimonial... y no Jason Grace. Pues Annabeth y el hijo de Júpiter, traicionaron la confianza del hijo de Poseidón. —Él se presentó ante este mismo consejo, pidiendo una salida, alejarse del Campamento y del dolor. Fui yo, quien lo trajo a la Caza y fue... fue un esclavo, en el mejor de los casos: Afilaba nuestras flechas, preparaba nuestra comida, limpiaba nuestra ropa y.… y muy pocas Cazadoras, lo tratamos bien y.… y él... finalmente, él... —Artemisa levantó su mano y chasqueó sus dedos, pues estaba a punto de romperse. La voz de Perseo se escuchó desde la nada: «Prometo seguir a la diosa Artemisa, en cuerpo, mente, corazón y alma; obedecer a Artemisa en cualquier momento y cumplir mis obligaciones para ella. Doy la espalda a la compañía de los hombres, acepto ser casto para siempre y me uno a la cacería.» Artemisa chilló nuevamente, al escuchar una versión tan macabra de su juramento. Todos se miraron los unos a los otros, ante lo que acababan de escuchar, por parte del más grande héroe que el Olimpo ha llegado a tener y a elogiar. Nadie podía creerlo. —Tan... tan pronto como él pronunció esas palabras... se... él... enterró a Anaklesmus en su pecho. —los dioses jadearon ante esto. —Fui a buscarlo, tan pronto escuché el juramento, pero ya... ya era tarde... ordené que él... recibiera un entierro con todos los honores de una Cazadora. —Hera derramando lágrimas; viendo el enorme amor que Perseo Jackson, parecía tener por Artemisa, inconscientemente creó un anillo de bodas, que adornó el dedo de la diosa de la caza. Cuando la pelirroja vio la alianza, adornando su dedo anular derecho, supo exactamente quien fue la causante de ello. Se asombró, se quedó mirando el anillo hipnotizada, hasta que imagino su boda con Perseo, su hogar, hijos propios... un niño que la adoraría y una niña que estuviera en todo momento, mimada por su padre. Y finalmente, ella enloqueció. — ¡NO NECESITO UN PUTO ANILLO, QUE DIGA QUE ESTOY CASADA CON UN MUERTO, HERA! —Rugió finalmente, enloquecida de dolor, arrancándose el anillo del dedo y lanzándolo contra la cabeza de la reina del Olimpo— ¡NECESITO UNA PUTA SOLUCIÓN MEJOR, QUE TU PUTA IDEA DE AMOR Y FIDELIDAD! —pero Hermes y Apolo, detuvieron a Artemisa, antes de que intentara asesinar a la diosa del matrimonio, con sus propias manos, mientras las lágrimas bañaban el rostro de una desconsolada y desesperada Artemisa. — ¡¿DE QUÉ ME SIRVE LLORARLO COMO UNA VIUDA, ¡¿SI NI SIQUIRA LO TRATÉ COMO A UN ESPOSO?!

¿Y si pudieras, hacerlo? —preguntó una voz y todos se giraron, Artemisa dejó su instinto asesino, al menos por un momento, viendo a los Destinos los cuales miraron a los Olímpicos, intensamente, causándoles escalofríos. — ¿Para qué se han casado, si solo son infieles?, ¿Para qué lloran a sus muertos, si saben que están en la Isla de los Bienaventurados en los Campos Elíseos?

Mis señoras —dijeron los Olímpicos arrodillándose ante ellas.

Olímpicos: La muerte de Perseo Jackson, es la gota que colmó el vaso. —dijeron, hablando al mismo tiempo, causándoles escalofríos, temiendo por sus vidas. —Les otorgaremos solo UNA OPORTUNIDAD MÁS, gracias a lord Chronos (1). Deben de hacer las cosas bien: Todos ustedes, van a casarse con TODOS Y CADA UNO de sus amantes y a dejarles una ayuda económica a sus hijos; los que tengan hijos en el Campamento, van a reclamarlos a UNA SEMANA de llegar; visitarán a sus hijos tres días en el mes y eso será todo; TODOS los dioses tendrán cabañas en ambos campamentos; —eso significaba, cabañas para todos los dioses menores, también en el Campamento Júpiter, cabañas para los romanos y no las casas de las Cohortes —dejarán de asesinar a la pareja del otro y de cazar a sus hijos. —todos asintieron, con temor, pero especialmente Zeus —Perseo Jackson, reencarnará como Penélope Jackson, por su juramento a Artemisa.

Las diosas no pudieron evitar (y fracasar al) intentar contener un sollozo, solo al escuchar el nombre. Atenea habló, dando el significado del nombre Penélope. — "La que teje un vestido... o mortaja"

Si el destino de la persona que amo, es reencarnarse... entonces les pido un... permiso, para darle mi bendición a Per... Penélope: Las habilidades de Cacería y la habilidad con el arco. —explicó Artemisa desconsolada y los Destinos asintieron, permitiéndole hacer eso, por la reencarnación de Perseo.

En ese caso, deseo poder adoptar a Penélope —Hera y Anfitrite, hablaron al mismo tiempo. Cuando se dieron cuenta de lo que había dicho la otra, se miraron a los ojos con ganas de asesinarse.

¿Intentas robarme a mi hija, Hera? —preguntó Anfitrite, poniéndose de pie violentamente y asustando a Poseidón. —Te recuerdo que, a pesar de todo, ella es hija de MI marido.

Los Destinos hablaron, antes de que Hera pudiera replicar —Los matrimonios ante este Consejo, con excepción del matrimonio de Ares y Enio, (solo por demostrarse fidelidad mutuamente) son rotos y anulados en este momento. —dijeron las tres, mientras dejaban caer una gran cantidad de hilo, momento en el que todos los anillos de bodas portados por los dioses, fueron convertidos en ceniza, para dolor de las diosas; excepto aquel que Hera creó, para simbolizar el matrimonio jamás efectuado entre Artemisa y Percy Jackson. Varios dioses, fueron a oponerse a la decisión de las diosas, pero ellas hablaron primero —Ninguno de ustedes, puede decir que fue un buen esposo o esposa, cuando continuamente, engañaron a sus parejas.

Pero es necesario que existan los Semidioses —dijo Zeus con dolor. Amaba a su esposa, él realmente amaba a Hera, a pesar de todos los engaños, a pesar de todas las discusiones, él la amaba con su alma, ¿Qué se suponía que hiciera ahora, sin su bella Pavorreal?

Todos ustedes, se casarán con sus amantes y vivirán junto a sus hijos semidioses, en el Campamento, con permiso para visitarlos al menos una semana al mes. —repitieron los Destinos. Ahora finalmente, esas palabras atravesaron los gruesos cráneos de todos los dioses, quienes se asombraron ante tal orden de los Destinos y se miraron unos a otros con dolor. Fue el hecho de ser padres ausentes, lo que causó que el ejército del Titán se llenara de Semidioses —Hera, Atenea, Artemisa, de pie, ustedes las tres. —ordenaron los Destinos y así lo hicieron las diosas, algo temerosas por el tono que estaban empleando los Destinos —Las nombramos como esposas de Penélope Jackson, hija biológica de Poseidón, hija adoptiva de Anfitrite, niña de la Profecía. Diosa de la Conquista, diosa de los pulpos, los pumas y la ballesta, princesa del mar, diosa del agua dulce y el agua potable.

Una risa burlona y cruel, escapó de los labios de Anfitrite, quien miraba con triunfo a Hera, pues ahora podía considerarse a sí misma, como madre adoptiva/divina de Penélope Jackson, mientras que la diosa del matrimonio, sería (a los ojos de Anfitrite) "rebajada" a ser esposa de su hija. La reina de la Atlántida y Lemuria, se cruzó de piernas y apoyó un codo en su trono, con una pose de altivez. — ¿Algo que quieras añadir, nuera?

¿Por qué esposa? —preguntó Hera confundida. Ella se sentía más que lista para ser la madre de la chica, al tiempo que estaba deseosa de retorcerle el cuello a Anfitrite. Ella llegó a tomarle cariño a Perseo Jackson y estuvo más que lista, para adoptar al chico antes de que enloqueciera. Por desgracia, tanto Artemisa como ella, llegaron tarde para salvarlo.

Por el Defecto Fatídico de Penélope. —dijeron los Destinos, mirando tan fijamente a Hera y sin parpadear, que le causaron a Hera, un escalofrío —Su lealtad, es lo que la hace perfecta para ser tu esposa... o esposo, si el viaje temporal, que estamos a punto de realizar, no hubiera retorcido tanto las cosas para ella, volviéndola una mujer.

Hera aceptó eso y trató de no cruzar miradas con Anfitrite, para no querer asesinarla. —Nuera—Escuchó la burlona voz de la reina de los mares, a través del enlace mental. Era definitivo, iba a cruzar hasta el trono de Anfitrite y la iba a...

Zeus: No puedes herir a Penélope Jackson de ninguna forma. —ordenaron los Destinos y Zeus asintió. No era algo que él planificara hacerle a la hija de su hermano de todos modos. En el fondo de su alma, él sabía que Penélope, demostraría que seguía siendo Perseo Jackson, el mismo héroe que ya fue en su larga historia, hasta este fatídico desenlace. —Ella seguirá poseyendo las habilidades que llegarán para ella, como hija biológica de Poseidón: Hidroquinesis, Atmoquinesis, Geoquinesis, podrá hablar telepáticamente con los caballos y Pegasos. Como esposa de Hera: tendrá control sobre el pavo real, además de tu Premonición. —la diosa del matrimonio asintió. Los Destinos, miraron a Atenea. —Tendrá tu destreza en batalla, tu sabiduría y tu destreza en las artesanías, por ser tu futura esposa. —La diosa de la sabiduría asintió, ya planificando como usurpar el lugar de Quirón, como la profesora Brunner... quizás, podría tener un momento de "refuerzo" con Penélope en la materia de Educación Sexual... lésbica. Los Destinos miraron a Artemisa, ignorando los pensamientos de Atenea. —Tendrá tu habilidad con el arco y será una fabulosa cazadora. —Artemisa les dio una sonrisa burlona a los Destinos, pues eso era más o menos obvio. Ya Artemisa lo había planificado.

¿Tendrá otras parejas, aparte de nosotras? —todos se sorprendieron de que Hera lo preguntara.

¿Cuál será su símbolo divino? —preguntó Zeus interesado.

Hermano —gruñó Poseidón, mirándolo con rabia asesina.

Es mi sobrina y la heroína del Olimpo. —dijo Zeus, cortando su queja de inmediato —Si esto es un viaje en el tiempo y podemos corregir nuestros errores, entonces debemos de preocuparnos por otras cosas, hermano: Como asegurar la supervivencia de María Di Ángelo, Marie Levesque, —todos se asombraron hasta la medula, de que Zeus estuviera pensando en la seguridad de las amantes de Hades —también de May Castellan y de... Beryl: la madre de Thalía y Jason. Y todos ustedes lo saben. —Miró a su hermano mayor, quien miraba a su hermano pequeño y sin entender nada de nada, ¿desde cuándo Zeus, gran señor del cielo, se preocupaba por la vida personal de Hades? —Asegurarnos de que tus dos esposas lleguen con sus hijos al Lotus, para que vivan allí, hasta que Penélope y Thalía, vayan a rescatarlos. —los dioses estaban impactados —Si evitamos que May Castellan intente tomar el Oráculo, entonces Luke guardará muchísimo menos rencor hacia nosotros y a padre no se le será tan fácil tentarlo. No una cabaña para Hestia o para Hera, sino templos, pues serían más adecuados para ambas. —las hermanas de Zeus sonrieron, radiantes de felicidad, ante las buenas obras planeadas por el rey del Olimpo, quien miró a su hijo Hermes, para dar más órdenes. El dios comenzó a anotarlo todo, tan rápido como podía, en su Tablet. Aunque Hera frunció el ceño: Ella necesitaba una cabaña, para sus futuros hijos con Penélope. —Quiero a Hércules, Perseo y Teseo, yendo al tártaro ahora mismo y sellando a Padre en varias vasijas, que debemos de desperdigar por el planeta. Padre no debe de regresar jamás. —su hijo estaba radiante ante esto y desapareció inmediatamente... volvió seis minutos después, diciendo que el viaje en el tiempo, todavía no ocurría. Zeus dio la última orden del día —Atenea o Hestia... Una de las dos, tiene que tomar el título como la directora del Campamento en el XVI siglo y estar allí, ANTES de la II Titanomaquia.

Apolo solo sonreía, ante las nuevas visiones de un futuro mejor, que aparecían ante sus ojos, gracias a las acciones que su padre estaba tomando y a las ordenes recién dadas. Vio a Atenea y a Hermes escribiéndolo todo, mientras que una magia de viaje al pasado, comenzaba a tener lugar, en la sala del Olimpo y se extendía, hacía toda Estados Unidos de América.

Los Destinos sonrieron, ante los planes de Zeus y chasquearon los dedos, enseñando nuevos tronos y todos reconocieron para quienes eran: Tronos permanentes para Hades, Hestia, Anfitrite y Perséfone, aparecieron. Eran tronos que estarían allí, cuando retrocedieran en el tiempo. Entonces, los Destinos hablaron, cuando algunas personas fueron apareciendo y Apolo les dio recuerdos de lo ocurrido. Las mujeres presentes, estaban a punto de ir, para matar tanto a Jason Grace, como a Annabeth Chase, tan pronto como los dejaran irse de allí. —Clarisse La Rue, hija de Ares, quien estaba destinada a estar con Perseo, aunque Chris Rodríguez en esta línea de tiempo, le ha enseñado el amor y compasión; —Clarisse asintió de buena gana, su destino. Pero solo podía orar, para que Chris encontrara a alguien que lo amara, en la nueva línea de tiempo... ¿Quizás esa chica de Hécate?, ¿Lia? No, Lou. Clarisse creía recordar, que Lou y Chris fueron buenos amigos, ¿había oportunidad de unirlos? —Thalía Grace, hija de Zeus; Nyssa Barrera, hija de Hefesto y Zoë Nightshade, hija adoptiva de Artemisa. Ustedes cuatro, junto a Hera, Artemisa y Atenea, son el harem de Penélope Jackson —Los Destinos chasquearon los dedos y todos fueron envueltos en una luz blanca.

.

/-/-/-/

Artemisa despertó en su carpa, sobresaltada. Rápidamente, cerró los ojos para concentrarse y sentir los vínculos con sus Cazadoras. Sus ojos se abrieron con cierto desconsuelo, al no encontrar ni a Thalía, ni a Bianca. Entonces, sintió un vínculo que volvía a estar allí: El que tenía con Zoë Nightshade. Si bien eso la hacía feliz, le asombraba, cuan nuevo se sentía ese vínculo. —Imposible—pensó la diosa de la Caza, descolocada, sin saber exactamente en dónde estaba y salió de su carpa, acercándose a cada una de las carpas y contando a cada una de sus Cazadoras. Solo eran diez de ellas y el vínculo con Zoë era demasiado nuevo. Casi como... —Es como si Zoë acabara de UNIRSE a las Cazadoras.—miró hacía los cielos y encontró que faltaban muchas constelaciones y en cambio, había otras que no existían en la actualidad. Miró a las carpas de las Cazadoras y corrió a toda velocidad, recorriendo las ciudades más allá del bosque, encontrándose con que estaba casi tres mil años en el pasado. MUCHÍSIMO antes del siglo XXI d.C. era más: ¡CRISTO NI SIQUIERA HABÍA NACIDO TODAVÍA!

Cuando regresó al Campamento de las Cazadoras, escuchó pasos apresurados y su vista volvió hacía el frente, encontrándose con una Zoë Nightshade, quien estaba muy agitada. —Mi señora, he sentido...

¿Cómo retrocedías en el tiempo y volvías a tu cuerpo? —ayudó Artemisa, con una dulce sonrisa a su mejor amiga.

—Exactamente. —dijo Zoë, antes de sonrojarse —Entonces... usted y yo estamos...

¿Casadas con una versión femenina de Perseo Jackson, para cuyo nacimiento todavía faltan tres mil años? Sí. —dijo Artemisa sonriente, antes de escuchar varios improperios de Zoë, dirigidos a los Destinos, por no haberlas enviado a una semana o a un mes antes de que esta versión femenina de Perseo entrara en el Campamento o a una semana antes de West Over. —Estoy de acuerdo, con todas y cada una de esas palabras, Zoë, pero ahora mismo necesitamos estar atentas a algo más: Necesitamos saber en dónde está Anaklusmos y encontrar un modo de que la recuperes... —la tierra tembló y justo a espaldas de Zoë, se abrió un agujero y de él, surgió un geiser. Ambos eventos, despertaron a las Cazadoras, quienes solo pudieron mirar el geiser de agua, hasta que se calmó y allí, flotando solitaria, estaba una espada cuya hoja de doble filo y bronce celestial, que medía dos pies de largo. Además de una empuñadura plana remachada con clavos de oro y recubierta de cuero, la cual medía un pie. La diosa de la Caza, lo pensó un momento. —Heracles ya ha muerto y la entregaste a Lord Poseidón —teorizó la diosa de la caza.

—Y ahora, ha vuelto a mis manos —dijo Zoë, sonriéndole a aquella espada maldita. Suspirando, la hizo girar en sus manos, sintiendo la conexión y la familiaridad con la espada, antes de transformarla en una horquilla para el cabello. —Percy me dijo, que esta era la única espada que él era capaz de empuñar, debido a su peso y longitud. Necesito ir a las fraguas de lord Hefesto o al Campamento y pedirle a la Cabaña 7, que forjen una segunda Anaklesmus.

En ese momento, las voces de los Destinos, se escucharon solo en las mentes de la diosa y su teniente: «Zoë Nightshade: Diosa menor de la Caza. La devoción, el sacrificio y las constelaciones; hija adoptiva de Artemisa; futura madre de Christina Jackson-Nightshade» Zoë comenzó a liberar un aura dorada, que luego se dispersó como un circulo de energía divina: Eso significaba, que acababa de ser transformada en una diosa.

Artemisa y Zoë, comenzaron a preguntarse qué les deparaba el futuro.

La diosa de la caza abrió los ojos. ¿Su mejor amiga, era ahora no solo una segunda diosa de la caza, sino que incluso era su hija adoptiva? Lágrimas de felicidad, bañaron el rostro de Artemisa, quien estuvo a punto de abrazar a Zoë, solo para percatarse de algo y los celos le ganaron. La diosa del sacrificio y las constelaciones, retrocedió, ante la mirada de su matrona. — ¡¿Por qué tú tienes una hija llamada Christina y yo no?! —Preguntó la diosa virgen.

— ¡¿TIENES UNA HIJA LLAMADA CHRISTINA?! —Preguntaron las otras cazadoras, confundidas y sin entender nada.

Zoë y Artemisa se miraron. Tendrían que explicar muchas cosas.