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Era el primero en recibir lo que para su hijo era la mejor noticia del mundo, para él no lo era.

Harry Potter suspiró frente a su hijo Albus, ya no era un niño pequeño, había crecido, toda una vida había pasado frente a sus ojos, quizás el "Hombre que Vivió" debía preguntarse qué sería de su vida de ahora en adelante. Aún tenía a su esposa, Ginny, dos hijos más: James y Lily, pero debía reconocer que se llevaba mejor con Albus, el hijo que más se parecía a él.

Había viajado en un par de ocasiones. Esta vez el viaje era definitivo, iba a volver solo de visita.

Ahora sentía que estaba perdiendo a su hijo.

Albus había decidido vivir en el Londres Muggle, había algo que le estaba ocultando, estaba seguro que algo lo estaba atando a ese lugar.

–Papa has estado muy callado. Eres la primera persona a quién le he dicho mis planes. – Albus dijo mientras observaba a su padre.

–Me alegra tanto que empieces a hacer tu vida, solo me preguntaba porque querías hacerlo en el mundo muggle. Allá nadie te conoce, debes empezar desde cero.

–Pues papá hay más de una razón para quedarme. Conocí a alguien que me interesa mucho.

–¿Alguien?

–Si, su nombre es Lottie Elwes.

Harry observó a Albus notó como sus mejillas se tornaban rojizas al mencionar a la mujer, de la cual apenas sabía su nombre. Los ojos verdes del hombre más joven brillaron con intensidad, lo supo en ese instante.

Su hijo se había enamorado.

–¿Ella sabe que eres un mago?

Harry no quiso quedarse callado ante esa duda que le carcomía el corazón, al ver que la sonrisa de su hijo se borraba de su rostro, pudo notar que era verdad lo que temía, Albus no le había dicho nada a la chica, confirmaba que ella era una muggle sin magia que desconocía todo el origen de su hijo.

–Aún no he tenido oportunidad de sacar a flote el tema.

–Albus.

–Papá yo, quiero darme una oportunidad con Lottie.

–Albus. –Comenzaba a perder la paciencia, tenía que ser una broma.

–No le soy indiferente y no quiero arruinarlo diciéndole algo que no nos afecta en nada.

–Albus esto es un tema serio. ¿Qué podría pasar si la señorita Elwes lo descubre de otra manera?

–Papá estás exagerando. Ni siquiera es una posibilidad. Si se lo diré pero a su debido tiempo.

Harry por un breve momento se sintió decepcionado de su hijo y de si mismo al reconocer que quería arruinar el plan de Albus. El no quería que se quedara con los muggles, lo mejor era que se quedara junto a él.

Quería ser egoísta, ser cruel, buscar a la susodicha mujer, lanzarle un hechizo para que supiera que debía alejarse de su hijo, porque para Harry el saber que su hijo se iba por una mujer lo llenaba de rabia, hubiera preferido mil veces que fuera James quien se marchara.

Era más fuerte su molestia por ello, que por la omisión de Albus.

No quería que se fuera.

Quería que Albus lo obedeciera ciegamente en todo. Que no fuera por esa tal Señorita Elwes que él quería abandonar su estatus, porque aquí lo tenía todo.

Fama, prestigio, dinero.

Quizás allá en ese mundo encontraría lo que aquí no tenía.

¿Qué le había ofrecido ella que él no tuviera? Albus lo tenía todo. Y en ese instante reconoció que quizás se había equivocado en algo, hizo todo como creía que debía ser.

El tiempo pasó, Harry finalmente conoció a la mujer que le había arrebatado a su hijo. Era mayor a su niño, ella usaba lentes como él, ella le sonrió con tanta sinceridad.

Y el no podía corresponder el gesto.

–Te presento a mi novia, Papá, ella es Lottie Elwes. – Albus sonrió con sinceridad, se sentía tan feliz por presentarla ante su padre.

–Mucho gusto Señor Potter. – Alzó su mano esperando estrechar en forma de saludo la mano del Hombre.

–No puedo decir lo mismo de usted, Señorita. – Harry mantuvo la distancia en todo momento.

–¿Disculpe? – Se sintió desconcertada ante el evidente rechazo del hombre de ojos verdes. ¿Había hecho algo malo?

–Olvídelo. Me gustaría saber porque sale con mi hijo. Usted es mucho mayor. ¿O me equivoco?

La chica no supo que decir, era verdad que ella era mayor que Albus, pero no había visto ningún tipo de problema, muchos apoyaban su relación, incluso su propia familia le apoyaba en esa etapa de su relación.

–¡Papá! – Albus quería alejar a Lottie de su padre, no entendía que le estaba pasando para comportarse de aquella manera.

Ni siquiera James se había comportado mal.

–Me gustaría saber qué pensaría si yo le digo que lo de ustedes es una fantasía. Porque no es seguro para usted estar con él.

–¡Papá, cállate! – Albus perdió los estribos en ese momento, gritó con todas sus fuerzas .

–¿Sabe usted que la magia es real? ¿Qué ha estado saliendo con un mago? ¿Qué el podría deshacerse de usted sin tanto esfuerzo?

Los ojos marrones de Lottie observaron a Albus con temor, se hizo hacia atrás alejándose de los brazos protectores del chico. Su corazón latió con fuerza dentro de su pecho. El miedo se hizo presente, comenzó a correr con rapidez huyendo de aquello que no conocía.

Albus gritó con todas sus fuerzas, maldijo a su padre una y otra vez, lloró en silencio, para finalmente tratar de alcanzar a la mujer que amaba.

Harry había hablado de más.

Dio una noticia que no le correspondía dar, rompió el corazón de su hijo en su desesperación de no perderlo, tendrían que borrarle la memoria a la mujer, iba a olvidar a todo y a todos. Incluido Albus.

El error que había cometido era imperdonable, sintió culpa cuando el puño de Ginny se estrelló contra su rostro, reclamando la imprudencia que había cometido. Albus jamás se lo iba a perdonar.

Harry se dio cuenta que era un mal padre después de todo.