Capítulo 1.

Me encuentro sentado en una cafetería en la ciudad de Chicago, el ambiente que me rodea es íntimo y me incita a hablar…

Hablar de lo que nunca me he atrevido…

Frente a mi lo tengo a él, que me mira con incredulidad con sus ojos color azul cielo.

Comienzo a hablar y con ello también empiezo a desnudar mi alma por primera vez.

Yo soy Terrence Graham Grandchester el primogénito del más alto noble inglés y me dispongo a contar mi vida, mis secretos, aquellas anécdotas dolorosas y también las divertidas que esta vida me ha permitido experimentar…

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Cuando era pequeño recuerdo que mi deseo principal era tener amigos, nunca los tuve, ella siempre me lo impidió: la Duquesa cara de cerdo me retaba cuando trataba de divertirme con algún niño.

La esposa de mi padre siempre evitó que algún otro muchacho de mi edad se me acercará, aún recuerdo el día en el que la escuche decirle a una marquesa que no permitiera que su hijo estuviera a mi lado, que yo era un chico muy mal portado y con manías que podrían espantar a cualquier dama, que le advertía que un chico como yo, sólo podría acarrear desgracias y enseñar malas costumbres a su pequeño, cuando escuche esto deje mi escondite y salí corriendo al jardín, me di cuenta que la que creía mi madre, no me amaba y aunque ya lo intuía, tener la certeza me producía un dolor indescifrable, que a mi corta edad, lo único que me provocaba era dolor de estómago y ganas de vomitar.

Fue así como la duquesa me alejo poco a poco de cualquier posibilidad de tener amigos de mi edad y con la misma condición social que la mía, por esta razón era que buscaba a los hijos de los trabajadores de mi padre, pero esa señora parecía vigilarme todo el tiempo y me tomaba de los cabellos para reprenderme por tratar como iguales a los hijos de los empleados, me decía que a pesar de mi asquerosa situación no permitiría que la avergonzara por juntarme con unos chiquillos sin estatus.

Mis mañanas eran totalmente aburridas, tenía demasiados deberes para un niño de mi edad, a las 9 de la mañana llegaban muchos tutores que me enseñaban desde el comportamiento de un caballero en la mesa hasta el montar un caballo con estilo y con porte.

Mi padre, en las pocas ocasiones que lo veía me decía que sería su más grande orgullo, que estaba creciendo fuerte y sano y que mi educación cada día mejoraba.

Recuerdo que yo sólo hubiera querido que mi papá me abrazará y que me dijera que me quería que, aunque no podía estar conmigo él siempre pensaba en mí.

Hoy después de tantos años, me doy cuenta de que él fue educado con mayor rigidez que con la que yo fui criado y que por esta razón sus ideas y su forma de ser jamás le permitieron darme lo que yo tanto deseaba.

-Hago un gran silencio antes de continuar mi relato-

Ahora viendo toda mi vida a través del tiempo concluyo que, él realmente me amaba, muy a su manera, pero lo hacía.

Al pasar los años las cosas no mejoraron mucho, pero paso algo inesperado: "La duquesa se embarazo" y con ello empeoro su aberración por mí, yo sufría en silencio. Cuando me quería acercar a la que creía mi madre, ella no lo permitía por lo que nunca pude sentirme parte de esa etapa, me consolaba pensando que tal vez y sólo tal vez cuando naciera mi hermano o hermana, ya no me sentiría tan solo, que equivocado estaba, ya que cuando eso sucedió, mi "Madre" no me permitió ni siquiera tocar a mi hermano y ella solo se alejó aún más, si es que se podía.

A lo lejos veía los exagerados mimos que le hacía a la pequeña criatura regordeta que llevaba en brazos, no puedo negarlo a veces sentía envidia, pero luego mi cabeza me hacía ver que realmente nunca había gozado del cariño de esa señora y que realmente no era algo que conociera por lo que me regañaba a mí mismo por sentir esto.

Mi padre no era distinto con el bebé, a pesar de que la duquesa parecía querérselo meter por los ojos, el duque no se mostraba más interesado en ese niño que en mí. Al ver esta situación llegue a la conclusión de que el gran duque de Grandchester no tenía corazón y arme en mi mente infantil una historia fantástica para justificarlo: imaginaba que siendo un caballero inglés tuvo que rescatar a una bella dama en peligro y que en esa aventura seguramente se lo habían arrebatado, quedando como un zombi sin sentimientos, jajaja ahora que recuerdo esa idea y me hace carcajear, no cabe duda que la niñez te hace imaginar situaciones inverosímiles con el objetivo de darte un poco de consuelo ante la falta de amor o de respuestas.

-Al decir estas palabras sólo escucho mi corazón acelerarse e inevitablemente descubro en mi rostro una mueca de dolor combinada con un sentimiento de indignación-

En fin, creo que ha pasado demasiado tiempo de eso…

Posteriormente nació un hermano más, pero las cosas no cambiaron mucho, los recuerdos que poseo de esa época sólo evocan algunas risillas de esos dos bribones haciéndome travesuras, por las cuales siempre fui culpado y obviamente ellos nunca sufrieron grandes consecuencias por sus actos.

Honestamente nunca les tuve afecto, ya que su madre me impedía toda cercanía o convivencia con ellos.

Posteriormente, mi padre me envío a vacacionar a Escocia, para mí fue como beber agua en el desierto, ya que sin tutores a mi cargo y sin la vigilancia de la duquesa, pude conocer la libertad.

Los empleados de aquel lugar eran amables, en especial la ama de llaves que tenía un bebé y a diferencia de la esposa de mi padre, ella me permitía cargar y alimentar a su hijo, me encariñé mucho con el pequeño, deseaba a cada momento estar con él, disfrutaba hasta de verlo dormir, además que su madre me consentía y tenía muchas atenciones conmigo, por primera vez conocí lo que era la bondad y el afecto.

Mucho tiempo después me enteré de que mi padre decidió enviarme a ese lugar porque los empleados le mencionaron que estaba deprimido y que el tiempo que tenía libre ya no lo ocupaba para tratar de hacer amigos, sino que me encerraba en mí mismo en mi habitación, ¿Qué cómo me enteré? Fue por una de las mucamas más jóvenes del lugar que en un futuro fue mi "Amiga" por llamarla de alguna forma.

Esa fue una de las pruebas que tengo del afecto que tenía mi padre por mí.

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Bienvenidos a este mini fic de Terry, espero que me acompañen en mí segunda historia.