Nathan grababa el pasillo en dónde estaba, siendo que no había nada anormal. Si no fuese porque hay charcos de sangre en todos lados. -Creo que nunca me acostumbraré a esto… Hay varias puertas, pero no tengo tiempo de ir a visitarlas.
Avanzaría sin siquiera explorar lo que hubiera ahí. Se sentía raro, observó un cuadro de un Mogeko a espaldas, varios de hecho.
-¿Tendrán algún significado? O nomas los tienen porque si. -Una puerta al final del pasillo, él cree que es por ahí.
-¡Holaaa~! ¡Nathan-tan~~~!
Eso hizo que el mencionado parara en seco, girará rápidamente para ver como atrás suya estaba un gran grupo de Mogekos. Por suerte, no eran como los anteriores que lo persiguieron, pero aun así eso no ayuda en la posición que estaba.
-Oh mierda…. -Se puso nervioso, apuntó la cámara grabando en la dirección de ellos. Sabe que grabar algo en esta situación no es la mejor idea, no era de esas personas que se arriesgan para ganar visitas, pero lo hacía para tener pruebas de que todo lo que está viviendo es real.
-Queríamos darte la bienvenida al castillo, pero teníamos que darle primero la bienvenida a esa chica de preparatoria. -Por alguna razón este Mogeko parecía emocionado, ni hablar de los demás que estaban igual de emocionados y alterados.
-¡Mogege!
-¡Moge moge!
-¡Mogegegegegegege!
-¡Oigan, llevo aguantando mucho tiempo! ¡Quiero coger de una buena vez! -Uno de ellos, gritó excitado. Haciendo que el castaño se sienta asqueado.
-¡Siii, no nos hagas esperar!
Así hubo gritos de partes de estos Mogekos diciendo las ganas que tenían de tener sexo, quien diría que esa apariencia adorable estaría en su interior unos enfermos pervertidos con fetiches con las chicas de prepa.
-¿Q-Q-Qué diablos les sucede a estos tipos? -Nunca se había sentido tan incómodo y asqueado, ahora comprende mejor el porqué el hada odia estos Mogekos.
-¡Cállense! -Les grito aquel Mogeko que Nathan pensó que era el líder. Avanzo algunos pasos hacia al joven, haciendo que este responda alejándose.
Dime Nathan-tan ¿Quieres divertirte con Moge-tan? Podrás unirte con nosotros para estar con Yonaka-tan. ¿Qué dices?
-¿Yonaka? -Un sudor recorrió en su sien, se estaba poniendo mas incómodo con cada palabra que decia aquellos gatos amarillos. -Váyanse al diablo mejor, malditos enfermos…. -Les frunció el ceño, pero luego se acercó rápidamente para darle una patada al que tenía enfrente.
-¡AY! ¡Hey! -Se tocó la cara el pobre por el dolor. El chico salió corriendo después de hacer eso. -¡Atrápenlo!
Y ahí se venía otra persecución, todo el grupo de Mogekos pisándole los talones nuevamente a Nathan mientras este solo corría con cámara en la mano.
-¡Me estoy hartando de esto! -Corrió más rápido, cada vez le dolían los pies de tanto que se está esforzando. Llegó al otro pasillo, cerrando la puerta para retrasarlos.
Cerró con seguro, pero algo le decía que eso no los iba a detener.
-¡Eh…. vamos, tengo que esconderme en una de estas habitaciones! -Guarda su cámara nuevamente, este correría a la última puerta del lado derecho del pasillo.
Los golpes feroces de los Mogekos resonaban a lo lejos, en cualquier momento entrarían y no quería estar ahí para verlo.
Algo extraño que noto el chico es que la puerta estaba como entreabierta, pero no la pensó mucho. Entró empujando la puerta con su cuerpo, cerrando de portazo.
¡Ah…! ¡BLOQUEAR! -Grito, viendo la estantería de libros cercana a la puerta y yendo a empujarlo con todos sus fuerzas, no era ligero, ni de chiste. Pero con la adrenalina al 100, pudo empujarlo junto a la puerta para bloquearlo, solo por si acaso.
Lo que no se dio cuenta, es que no estaba solo. Hay una persona, específicamente una chica detrás suya viendo las acciones del joven asustándola.
-¿¡Eh…. !? ¿?
El castaño retrocede un poco, jadeando de cansancio. Poniendo sus manos en sus rodillas para agarrar aire.
-Fiu… Con suerte no me encontrar-... -No termino de hablar, porque voltea su cabeza haciendo contacto visual con la persona que lo estaba mirando.
-...
-...
-...
-...
-...
-...
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-...
-...
-...
Nathan abrió la boca para quitar ese silencio incómodo, pero el ruido de una puerta abriéndose así como pasos pequeños alertaron al chico. Se lanzó hacia la chica que parecía que iba a decir algo, tapando su boca con su mano silenciándola.
-Shhhh….. Guarda silencio….. -Susurro, no queriendo llamar la atención de los Mogekos. La joven parece que hizo caso porque no hizo nada para detenerlo.
Pasos diminutos se podían escuchar con claridad si agudizas tu oído, por como se escuchaba, parecían que estaban dando vueltas y abriendo puertas.
-¡GRRR! ¡Maldita sea! ¿Cómo se les pudo escapar? -Una voz al otro lado decía.
-¡Eres un estúpido al no alcanzarlo, moge!
-¡Cállate mierda!
-Si no fuera por la fiebre del heno, podríamos encontrar fácilmente a Nathan-tan y a Yonaka-tan.
-Sigan buscando, Moge. No deben estar lejos. Moge.
Pasó un rato, hasta que ya no se escuchaba nada. Aún así el chico se quedó esperando unos segundos más por si las dudas. Hasta que sintió unos toques en su hombro, él miraría que la chica lo estaba viendo nerviosa y algo asustada.
-Perdón… Creo que ya se fueron -Él se separaría de ella, estando unos pasos lejos.
Pudo observar con más claridad, era una chica pelinegra con dos trenzas de su cabello, llevaba un uniforme. De prepa supuso por obvias razones, de ahí en fuera se veía como cualquier chica normal.
-¿De casualidad eres Yonaka? -Preguntó finalmente, aunque ya debía suponerlo. Era la única chica que tanto se menciona en este castillo lleno de enfermos.
Ahora la chica de preparatoria se quedó confundida al escuchar decir su nombre de aquel castaño.
-Yo… si… ¿C-Como sabes mi nombre ...? -Yonaka hablo mirando a los ojos al chico.
-Bueno, lo escuché decir de aquellos Mogekos de los que estaba escapando. -Nathan habló más calmado, la adrenalina ya se le estaba bajando.
La pelinegra se quedó mirando al chico curiosa, en alguna parte de su ser. Se siente aliviada de encontrarse con una persona que no sea un Mogeko.
-Ya veo…. ¿Cómo se llama usted?
-Soy Nathan, es bueno encontrarme con otra persona que no sea un pikachu barato ¿Sabes? -Le dio una leve sonrisa. Por parte de Yonaka sonrió un poco.
-Si, tenía la esperanza de encontrar a alguien que me ayudara. -Luego sintió que tenía que presentarse mejor. -Eh…. Ya sabes mi nombre pero….. Soy Yonaka Kurai
Levantó la ceja ante eso, pero no le dio mucha importancia. Se acercó tendiéndole la mano.
-En ese caso, Nathan Miller. Un gusto conocerte. -La pelinegra estrechó la mano, y ella aprovechó para verlo mejor.
Puede ver que lleva una chaqueta de cuero marrón en su torso y debajo lleva una camisa blanca. En su cintura, un cinturón de cuero negro, jeans azules y zapatos de cuero marrón.
-Que ropa tan extravagante -Dijo en sus pensamientos Yonaka, Nathan se quedó un poco raro el como ella lo estaba mirando.
-¿Yonaka?
-A-Ah, lo siento…. -Soltó su mano y giró su cabeza mirando para otro lado.
-¿Okey…?
-...
-...
Ambos quedaron en un silencio bastante incómodo, con Nathan chasqueando la lengua por la tremenda ambientación.
-Siempre me pasa lo mismo cuando tengo que conocer a alguien. Nunca tengo un tema de conversación. -Queriendo evitar lo incómodo del asunto, se puso a ver al cuarto de donde estaban los dos.
Como estaba tan enfocado en querer bloquear la puerta para que los Mogekos no entrarán y en conocer a la chica que tanto se habla en este castillo, no pudo ver que hay en sus alrededores. En primer lugar, habían bastantes estanterías de libros ¿De qué preguntaras? Ni idea, nunca se molestó en leer ninguno.
-Debería leer varios para ayudarme a salir de aquí, tener toda la información de este castillo sería lo mejor. -Dejando de ver los libros, vio que había una mesa junto varias sillas. Así como un jarro y tazas de té. Dejó escapar un suspiro cansado, camino hasta una de las bancas de ahí para sentarse.
-Fiu…. Tanto correr me está hartando. -Al fin podrá descansar las piernas después de tanta persecución.
Yonaka giró su cabeza hacia donde estaba el castaño, se acercó a él sentándose a su lado.
-Señor Miller. Puedo preguntar…. ¿Cómo fue que llegó al castillo?
-¿Señor Miller? No sé si debería sentirme bien o mal por ello. -Sacudió sus pensamientos, se volteó para mirar a la pelinegra a su lado. -Solo dime ''Nate'' mis amigos me dicen así. Y contestando tu pregunta…. llegué aquí porque me quedé dormido en el metro.
-Oh, está bien señ-... N-Nate…. Espera ¿También te quedaste dormido en un tren?
-Si, ¿Acaso de casualidad también llegaste a este sitio a través de un tren? -Pregunto curioso, vio que Yonaka asintió ante su pregunta.
-Si…. Iba directo a mi casa hasta que me dormí. Nunca creí que iba a aparecer en este lugar.
-Ya seríamos dos en ese caso, pero mejor no pensar en ello. Paso lo que pasó ya no hay vuelta atrás. -Puso su mano en su frente, le hubiera gustado no quedarse dormido en un tren, al menos no lo violaron. Algo es algo.
La pelinegra deja escapar un suspiro cansado.
-Supongo que sí… Por cierto, no te ves japonés. ¿De dónde eres?
Nate iba a decir algo hasta que se dio cuenta de una cosa. Nunca se lo pregunto realmente, pero… ¿Dónde estaba ubicado realmente? Él tomó en tren su país natal, claro. Pero ¿por qué estaba una chica japonés aquí?
-Más bien, ¿Qué hace una japonesa aquí? ¿Dónde carajos estoy? ¿Sigo estando en mi país de origen? Y lo más importante…. ¿¡Cómo puedo entenderla y ella entenderme a mi!?
Tantas preguntas y dudas llenaban el cerebro de Nate al punto en que sintió que iba a tener un derrame.
-¡Joder! ¿¡Porque pienso todo esto ahorita!? Dios…. Con tener mi mente enfocada en escapar y no morir nunca me pregunté dónde estoy ubicado. -Se preguntaba en sus profundos pensamientos, tanto así que no se daba cuenta de cómo la miraba Yonaka.
-Eh…. ¿N-Nate…? -Con su mano lo movió gentilmente para sacarlo de su trance, haciendo que funcionará ya que el volteo a mirarla. -¿Estás bien?
-Si, solo me perdí en mi mundo. -De sus labios salió un fuerte "EJEM" para cambiar de tema. -Volviendo a tu pregunta, creo que mi nombre ya lo delata, ¿No crees? Soy de Estados Unidos, aunque me crie en México…
-Wow, he escuchado cosas bonitas de esos dos países.
-Si… tiene sus cositas buenas…. Ya que estamos hablando de nosotros. ¿Qué hay de ti? ¿Qué estabas haciendo antes de quedarte dormida en un tren? -Dijo curioso, así como también no queriendo matar la conversación.
-Amm… Bueno, iba saliendo de mi escuela. No estaba haciendo nada interesante, solo quería ir rápido a mi casa. -De algún modo Nate podía ver qué la cara de Yonaka al decir lo último parecía ¿Triste?
-Ya veo…
Y ahí estaba, otra vez ese silencio incómodo. Nate se preguntó cómo puede ser tan malo para hablar con las personas. Ahora mismo él se quería dar un plomazo.
-Deberíamos irnos, los Mogekos pueden regresar en cualquier momento y no quiero estar ahí para verlo. -Habló después de unos segundos de silencio.
-Tienes razón. La verdad me asustaste cuando entraste así de repente. -Miró al castaño inexpresivamente. Haciendo que esté de algunas risas nerviosas.
-Perdón, pero cuando te están persiguiendo no piensas sí asustaras a alguien por tu llegada. -El se levanta, estirando sus brazos mientras Yonaka igual se levantaba.
-Muy bien, Yonaka. Estaremos juntos en esto para salir de este castillo, ¿Si? Si lo que me dijo aquel Mogeko algo extraño es verdad, solo tendremos que avanzar varios pisos más para regresar a casa.
-¿Hablaste con el Sr. Mogeko algo extraño? -Ladeo la cabeza la chica.
-Si, es gracias a él que se que no era el único aquí. -El se acercó a la puerta, poniendo sus manos en la estantería para empujarla a su sitio.
-Aun así…. ¿Crees en verdad que lo que dijo el extraño Mogeko sea cierto? -Por sus palabras ella no parecía muy convencida. -Pudo habernos engañado….
Cuando Nathan dejó de empujar, vio a los ojos a la pelinegra. Es la misma duda que él tenía cuando hablo con ese Mogeko adicto al té, ahora mismo él había dejado de cuestionarse sobre ello hace rato.
-Bueno, no te culpo de que desconfíes de él. Yo hice lo mismo. La única manera de averiguarlo es llegando al último piso, por lo tanto no hay muchas opciones para nosotros.
Con un último empujón, la estantería se quedó en el mismo lugar en el que estaba.
-En este momento solo podemos confiar en sus palabras.
Yonaka aún tenía dudas al respecto, pero no había de otra.
-Si tu lo dices, confiare en ello. -Seguía sin estar convencida pero al menos algo es algo.
Con eso dicho, Nate iba a abrir la puerta. Pero se quedó mirando los libros. Solo por si acaso, tomo uno, sintiendo la mirada de la chica con trenzas.
–...¿Ehh? ¿Nate, qué haces? -Pregunto confundida.
-Quiero ver si hay información útil sobre el castillo. -Estaba apunto de abrir el libro para mirar la primera página pero Yonaka lo detuvo.
-¡E-Espera! ¡N-No lo hagas! Dejo eso ahí…. -Hablo nerviosa.
El castaño giró su cabeza para verla.
-¿Qué? ¿Por qué? -La miró confundido, pero ella desvió la mirada.
-N-No encontraras nada, solo cosas indecentes….. -La chica tenía las mejillas sonrojadas.
Nate levantó la ceja ante lo que dijo, aun así no hizo caso y abrió el libro. Llevando la grata sorpresa de… Bueno, de ver literalmente que es porno.
-Oh….. -Cerró rápidamente el libro y lo dejo en donde estaba,
-Créeme, que solo hay libros así en todos lados. -Dijo asqueada, tocando sus brazos para olvidarse de lo que vio.
-¿En serio? ¿Solo tienen esto en cada estantería? -Estaba algo desconcertado, sus esperanzas de encontrar información están decayendo.
-Si…. Excepto uno. Ese de ahí lo estaba leyendo hace un rato antes de que llegaras.
Ella volteo hacia un libro en particular, apuntando su dedo hacia el. Nate la siguió con la mirada hasta ver un libro grueso y grande. Este se acercó para tomarlo y abrir, leyendo la página que encontró interesante.
''Caza de defectuosos''
''Los Mogekos somos una sola entidad.
Todos los Mogekos son un inicio a fin.
Pero en años recientes, ''defectuosos'' de origen desconocido han sido descubiertos.
Ellos piensan distintos a nosotros y se hicieron nuestros enemigos.
Los defectuosos pueden ser una amenaza al reino Mogeko….
Si uno es encontrado, aprinsonenlo de inmediato.
Además, los defectuosos tiene un poder asombroso''
-Mmmm…. Curioso. -Dejó el libro en donde estaba, volteando a donde estaba Yonaka .
-Vámonos, mientras más avancemos más rápidos saldremos de este castillo.
-Si. -La pelinegra dio un ligero asentimiento.
Así ambos salen de aquel cuarto, como Yonaka había revisado anteriormente las demás habitación y Nathan no estaba interesado en investigarlas ellos se irían de ese pasillo.
—-
Cruzaron al siguiente pasillo, de alguna manera a ambos los llevó a una especie de prisión, ya que había celdas en todos lados.
-¿Dónde estamos? -Dijo la pelinegra algo nerviosa.
-Ni idea…. Supongo que hasta ellos tienen una cárcel para Mogekos. -El saco la cámara para grabar el pasillo. Yonaka se dio cuenta de la cámara.
-¿Una cámara? -Dijo curiosa.
-¿Hmm? ¿Esto? La tengo antes de llegar aquí. Grabo todo lo que veo como prueba de que todo esto es real. -Explicó Nathan, este camino siendo seguido por Yonaka. Aunque esta se quedó mirando la primera puerta que estaba a la izquierda.
-Espere, aun falta de revisar las demás puertas.
Este paro en seco, girando su cuerpo hacia ella. Levantó la ceja ante las palabras que salieron de la boca de Yonaka.
-¿Perdón? Yonaka, no tenemos tiempo de estar explorando. Tenemos que salir de aquí, ¿Sabes?
-L-Lo se, pero puede haber algo interesante.
-Una chica muy curiosa…. -Pensó Nate, se sobó la sien mientras dejaba escapar un suspiro. Este se acercó a donde estaba ella.
-Mira, dudo que haya algo aquí en esta especie de cárcel Mogeko. Además, las puertas deben estar cerradas por los prisioneros ¿Sabes?
La chica con trenzas pensó en ello, dejando escapar un suspiro frustrado. Dándose cuenta de la lógica de Nathan.
-Cierto… aún así. Ojalá pudiera ayudarnos está llave. -Ella sacó una llave en forma de Mogeko, haciendo que el castaño se quedará viendo dicho objeto.
-Un momento…. -Entrecerró los ojos mirando la llave y la cerradura de la puerta. -¿Será que esa llave abre las puertas de aquí? -Dijo en su mente, luego hizo un click en su cerebro.
-Mejor le digo después, no quiero perder el tiempo en explorar cada celda. -Pensó dándose la vuelta para continuar su caminata.
-Tal vez sirva para algo. Por ahora continuemos, ¿Si?
-Si, claro. -Guardando la llave con forma de Mogeko en su uniforme, siguió a Nate detrás. Mientras que esté pasaba el pasillo hasta llegar a la puerta final.
-¡GROOOOOOAAAAAAAR!
Unos gritos infernales asustaron a los dos humanos que pasaron por la puerta, haciendo que retrocedieran hacia atrás del susto.
-¿¡Qué diablos!? -Nate gritó, apuntando la cámara hacia aquella celda grande con aquellos Mogekos ensangrentados que vio antes.
Por parte de Yonaka, pues ella parecía que dio un grito silencioso. Su cara estaba entre asustada y sorprendida ante tales Mogekos.
-Que susto…. Mejor sigamos, no quiero estar aquí ni un minuto más. -Reanudó su caminata.
-S-Si.
En el centro de todo la habitación, había un botón rojo. Nathan pasó de largo. Pero Yonaka se quedó mirando aquel botón.
Nate volteó su mirada para ver si la pelinegra lo seguía pero no. Ella estaba parada con sus ojos observando aquel botón rojo.
-¿Qué está haciendo…? Dime que no estás pensando…. -Un escalofrío llegó de repente a su cuerpo, si era lo que él creía que era ese botón…. El castaño se acercó rápidamente para tomarla de la muñeca. -Yonaka, sigamos….. No querrás que los Mogekos nos encuentres ¿No?
-A-Ah… C-Claro. -Ella salió de ese trance mientras Nate la soltaba, Yonaka iría caminando hacia la puerta del final.
-Esta chica es tonta. -Pensó con cara de poker. Grabó por última vez aquella celda y se fue a donde Yonaka.
Ahora ambos caminaron en un pasillo que los llevó a una especie de infierno 2. Ya que obviando que todo era rojo.
-Debe ser por aquí, supongo. -Con la cámara daba zoom para dar cierto dramatismo.
-¿A dónde estamos yendo?
-Lo más probable al siguiente piso, es lo lógico que puedo pensar.
Yonaka entrecerró un poco los ojos ante la duda que tenía.
-¿Por qué no hicieron unas escaleras como en el anterior piso…?
-No lo sé, capaz y nunca lo pensaron.
Con esa respuesta, ambos siguieron con su camino hasta que entraron a una puerta extraña que los llevó a otro camino. Entre los chicos había un silencio algo raro, no era incómodo como la primera vez, pero tampoco era muy cómodo. Nate tuvo que tapar su nariz en varias ocasiones, ya que había un raro olor en el ambiente.
De igual manera, ambos llegaron al final en lo que parecía un corazón y una puerta. Cuando entraron a ella. Aquella ¿Habitación? Hay un Mogeko rojo en lo que parecía estar en su trono.
-Ammm… ¿Hola? -Saludo Nathan.
-...
Aquel Mogeko no dijo nada, lo cual incómodo un poco al chico.
-...Están aquí.. -Finalmente habló aquel Mogeko rojo.
-Ehh… ¿Si? -Para el castaño esto estaba siendo raro. Ni hablar de Yonaka que estaba solo mirando la escena.
-...
-...Déjenme presentarme, soy Espíritu de sangre….
-Espíritu de sangre… Creo que al menos no es tan raro el nombre. -Pensó en sus adentros.
-...En resumen, ¿Quieren ir al siguiente piso? -Pregunto seriamente aquel Mogeko.
Ambos asintieron ante la pregunta.
-...Bien… Tengan cuidado…. Haya fuera…. Saben.
-Aja…. -Dijo con la cámara apuntando en su dirección. Aunque este no parecía decir nada al respecto.
En ese instante, otro Mogeko rojo aparecería de la nada. Haciendo que Yonaka se le quedara mirando extrañada.
-...Mi sirviente. Él los enviará.
-Gracias por su ayuda, Espíritu de sangre. -Agradeció el castaño. El Mogeko no dijo nada, su mirada se dirigió a la pelinegra.
-...Chica.
-¿S-Si?
-...Rezaré por tu seguridad.
Con la conversación finalizada, Nate guardó la cámara y fue junto con Yonaka hacia el otro Mogeko rojo.
-...❤️
Y así… Ellos dos fueron transportados al siguiente piso. Aunque habrá un obstáculo que no se los dejara fácil….
