La vida en el dormitorio seguía de forma normal, Miku y Kei pudieron acoplarse mucho mejor de lo sucedido y como ya aprendieron que la peliverde nunca más debe tocar la cocina, todo seguía de forma normal, aunque había algo, una sensación que solo Kaito pudo sentir.
- Hola Miku. – El peliazul la saludó al llegar a la sala, parecía todo normal pero de repente ella se sonrojó.
- Eh… esto… - Sin decir nada más, ella se fue corriendo dejando una estela de humo atrás, y confundiendo a Kaito.
- … De nuevo sucedió… - Soltó un suspiro, ya había pasado una semana desde que se mudó al dormitorio y ella seguía huyendo de él, eso le ponía triste. – No sé si habré hecho algo para que me odie o algo así…
- Ey Kaito. – Teto llegó en ese momento. - ¿Todo bien por aquí?
- Podría decirse… quise saludar a Miku pero ella…
- Huyó otra vez ¿no? – Adivinó la pelirroja, Kaito asintió. – Eso es raro, ella es muy amigable con los demás, conmigo, Haku-san, Neru-chan y Kei-san.
- Quizás hice algo para que me odie, pero no sé la razón, eso me tiene algo alterado… - Bajó la mirada en depresión.
- Basta hombre, no dejes que eso te mortifique, puedo ayudarte a ser uno de los mejores amigos de Miku-chan. – En eso Kaito la vio con asombro.
- ¿Puedes? Me ayudaría bastante, hasta donde sé, no soy alguien malo… así que quisiera llevarme con todos en el dormitorio.
- Claro, solo déjaselo a la gran Teto-sama y todo estará resuelto. – Ella se veía confiada y Kaito esperaba que pudiera arreglarlo, quería ser amigo de Miku realmente. En el otro lado, la peliverde corrió lo más lejos posible de Kaito, se estaba sujetando el pecho.
- (Eso estuvo cerca… siempre que estoy cerca de él, mi corazón late como loco… ¿por qué me pasa esto?)
- Miku-san. – Una voz la sorprendió por detrás, chillando de la sorpresa. - ¡¿Eh?!
- … Ah, solo eres tú Haku-san.
- Lo siento si te asusté… - Ella se disculpó, la peliverde se negó enseguida.
- No tienes que disculparte para nada. – Agitó sus manos en negación. – Soy yo la que estaba distraída, no es nada de lo que debas estar triste.
- Entiendo, lamento si lo hice parecer así… - La peligris se sonrojó levemente. – Parecía que estabas agitada ¿pasó algo?
- … Esto, bueno… - Ella desvió la mirada con nerviosismo. – No sé si pueda hablarte de esto, pero… corrí de Shion-san.
- ¿Kaito? ¿Acaso te hizo algo? – Preguntó ella con preocupación.
- ¡N-No me hizo nada! Es solo que… yo soy la sigue huyendo de él. Verás… no sé que me pasa, cuando lo veo una sensación extraña recorre mi cuerpo, mi rostro se pone caliente y pensamientos me llegan de querer evitarlo… esto es algo que nunca antes había sentido, no sé si sepas que es.
- Bueno… - Haku tenía una idea al respecto, escondió una pequeña risa.
- ¿Qué es gracioso?
- No es nada. – Ella sonrió levemente. – Me gustaría decírtelo Miku-san pero siento que es mejor que lo descubras por tu cuenta, en cualquier caso, es mejor si no sigues huyendo de Kaito, creo que por eso lo estás lastimando.
- ¿En serio? Yo… no me había dado cuenta de ello… - Recordó todas las veces que Kaito intentó hablar con ella y esta solo corría, ahora que lo observaba, si lo estaba lastimando. – Bueno… tienes razón…
- La próxima vez que lo veas, intenta hablar con él, es un buen chico como ya observaste, seguro en poco tiempo podrán volverse buenos amigos y eso es necesario, según nos dijeron, podríamos tener trabajos conjuntos y si te llevas bien con él, facilitará las cosas.
- Tienes razón, haré mi mejor esfuerzo. – Ella apretó los puños. – La próxima vez que lo vea no huiré ni nada por el estilo, lo enfrentaré de forma valiente.
- Eso, espero que puedas hacerlo. – Sonrió Haku, esperaba que eso pudiera funcionar y que Miku y Kaito logren ser amigos.
Pasó un rato, Kaito y Teto estaban reunidos en el comedor, la pelirrosa hizo un trabajo exhaustivo de investigación, aka preguntarle a Kei sobre Miku, y entonces llegó a recopilar información sobre ella.
- Veamos lo que tengo, según pude descubrir es que Miku-san ama cantar, le gusta comer puerro, es algo tonta y torpe, no sabe cocinar, tiene calificaciones promedio tirando a malas… no se sabe manejar por su cuenta… - Más muestras de depresión se mostraron en el rostro de Teto. - … Ella no es la mejor chica que se diga… ¡Pero eso no importa! Ella puede ser lo más descuidada que sea, pero mientras comparta nuestro sueño, podrás llevarte bien con ella.
- Eso es cierto. – Asintió el peliazul. – Solo espero que la próxima vez no huya cuando me vea.
- E-Esto… ¡Shion-san! – Escucharon la voz al otro lado y ambos se sorprendieron al ver que era Miku. - … Hola.
- … Hola Miku. – Sonrió el peliazul, nuevamente ella sintió como su corazón brincó y sus piernas le estaban dando urgencia de huir pero ella resistió, al contrario ella se acercó para sentarse en la misma mesa.
- Miku-chan, justo estábamos hablando de ti, de tus puntos buenos y malos, aunque tienes más puntos malos… - Desvió la mirada.
- ¿Quién te habló de ello? – Preguntó la peliverde.
- Pues Kei-san.
- Ya veo… - Un aura oscura la rodeó. – Luego hablaré con él… el caso es ahora, Shion-san. – Al escuchar su apellido, Kaito se puso tieso. – Yo… quiero disculparme. – Hizo una reverencia.
- ¿Disculparte?
- Si… por haber estado huyendo de ti, no supe que eso te estaba lastimando. – Respondió sus razones, al escucharlo, el peliazul soltó una pequeña risa.
- No es nada de eso, yo creía que hice algo para que me odiaras, después de todo estabas huyendo. – Miku se sorprendió al escucharlo.
- ¡Para nada, no te odio! – Lo negó rápidamente. – Bueno… no puedo explicar totalmente las razones por las cuales huía pero… no quiero seguir así, es verdad que debemos llevarnos bien para trabajar en este proyecto así que… quiero que seamos amigos.
- Miku… - Una gran sonrisa se mostró en el rostro del peliazul. – Claro que me gustaría. – Sujetó su mano, la peliverde se puso tiesa por el contacto y su rostro se puso rojo. – Quiero ser tu amigo.
- Si… yo igual… - Tardaría un poco en poder reprimir esos sentimientos y estar más cómodo con Kaito pero era un inicio para ambos, solo se esperaba que pudieran llegar a llevarse mejor con el paso del tiempo y que Miku pueda acomodar lo que ella siente.
En las afueras del dormitorio se estacionó el vehículo de Roswa, el productor bajó primero mientras en los asientos traseros se abrió la puerta, bajando dos personas.
- Hemos llegado, a partir de hoy ustedes dormirán aquí y convivirán con el resto de los miembros del proyecto.
- ¡Finalmente! ¿No es emocionante? – Preguntó el chico de cabello rubio, su hermana desvió la mirada.
- Claro, tanto que batallaste contra nuestros padres para que finalmente estemos aquí, no puedo creer que me arrastraras a ello.
- Vamos, será emocionante, será el inicio de nuestra leyenda como artistas gemelos.
- Como digas… - Soltó un suspiro, Roswa los llevó a la sala principal, justamente ahí estaba Kei practicando con su guitarra.
- Roswa, bienvenido. – Ya conocía el sonido de sus zapatos por lo que respondió, entonces escuchó pisadas adicionales. - ¿Quiénes vienen contigo?
- Kei-san, déjame presentártelos, ellos son los dos nuevos miembros del proyecto. – En eso el rubio corrió hacia él.
- Un gusto conocerte querido amigo, me llamo Kagamine Len, ella es mi hermana gemela Rin y estamos aquí para volvernos artistas famosos. – Exclamó haciendo una pose.
- Ya veo, un gusto conocerlos. – El pelinegro asintió.
- … Esto… ¿por qué tiene los ojos cerrados? – Preguntó Rin.
- Es que soy ciego. – Respondió Kei, dejando a los dos hermanos sin habla. – Lo sé, pero no se preocupen por mí, con gusto los ayudaré, soy su compositor después de todo.
- ¿Nuestro compositor? – preguntó Len.
- Kei-san estará a cargo de la composición de sus canciones junto al de nuestros otros miembros, ellos deben estar en otros rincones del dormitorio, pueden ir a explorar y quizás se encuentren con ellos.
- Los acompañaría pero estoy practicando ahora mismo, mucha suerte.
- Claro… - Rin se sentía incomoda al saber la condición del pelinegro, en eso Len le observó. - ¿Pasa algo?
- Sé lo que piensas Rin, y creo que es mejor no mostrar lastima hacia él, si por algo lo reclutaron es que debe ser asombroso, así que es mejor comportarnos de forma natural con él. – Dicho eso, miró a Kei. – Entonces Kei, espero que lleguemos a ser grandes amigos y hasta casi hermanos.
- Me gustaría. – Asintió Kei, así entonces ambos hermanos se movieron por todo el dormitorio, ya de antemano primero debían llevar sus pertenencias a sus respectivas habitaciones, algo bueno es que los dos tendrían habitaciones separadas, antes de ello ambos compartían una y eso era una molestia mayor para Rin, el soportar todas las cosas que hacía Len en su lado y que la molestaban, podría tener privacidad.
- Que bien se siente tener tu propio espacio personal. – Sonrió la rubia, al acabar de acomodar lo necesario, salió de esta, Len al mismo tiempo. - ¿Ya terminaste?
- Claro, no quiero perder el tiempo y deseo conocer al resto de nuestros compañeros. – Sonrió este.
- Bien, solo no te descontroles, ya es demasiado conque te muestres hiperactivo a estas alturas.
- Lo prometo. – Levantó el pulgar. Los dos se movieron ahora al comedor, se sorprendieron al ver que era bastante extenso, ahí vieron a Neru que estaba en su celular. – He detectado a alguien nueva para ver. – Fue directo hacia ella.
- ¿Eh? – castaña clara vio a Len que estaba a centímetros de ella.
- Un gusto conocerte, soy Kagamine Len, desde ahora seremos compañeros.
- … Oh, ya veo, Akita Neru. – Regresó su vista al teléfono.
- Jeje ¿Qué tanto ves? – El rubio quiso asomarse a ver la pantalla del celular de Neru, eso la molestó.
- ¡O-Oye, eso es privado! – Ella quiso apartarlo pero Len era más insistente hasta que pudiera observar, así es que llegó a ver lo que ella buscaba.
- ¿Planes para una cita perfecta? – Leyó lo que tenía escrito, en ese momento Neru se sonrojó.
- ¡No lo veas! – Lo apartó con su brazo. – Eso no te incumbe.
- Parece que te gusta alguien ¿no? – Preguntó Len con sonrisa gatuna, Neru seguía avergonzada.
- Pervertido, acosador, idiota. – Empezó a insultarlo de muchas formas, en ese momento Rin llegó para darle un coscorrón a su gemelo y entonces sujetarlo para que hiciera una reverencia.
- Lamento por los problemas que mi hermano te ha causado. – Exclamó ella, Neru seguía con las mejillas rojas pero al poco tiempo logró calmarse.
- Bien… la próxima vez vigílalo bien ¿entendido?
- Claro jaja… - Rin soltó una risa nerviosa, al poco tiempo se movieron a otra locación. – Bien hecho Len, tu primer día y ya alguien te odia. – Exclamó ella con rechazo, el rubio soltó una pequeña risa.
- Solo quise aliviar el ambiente.
- Déjame decírtelo, no todos pueden seguirte el ritmo, si alguien quiere privacidad, debes de respetarla.
- Claro, te escuché mamá. – Exclamó este con sarcasmo, solo para ganarse otro golpe de su gemela. - ¡Eso dolió!
- Cuando nos encontremos con la próxima persona, compórtate de mejor manera. – Con la advertencia de Rin, se movieron al siguiente lugar, avanzando vieron los salones de práctica, ahí mayormente iban a practicar baile y canto, fue entonces que vieron a Miku dentro, estaba bailando y lo hacía de una forma que sorprendió a ambos hermanos. – Ella… puedo ver que se esfuerza mucho.
- Y yo que pensaba que bailabas bien Rin, pero quizás ella te supere. – Expresó su gemelo, eso la molestó.
- ¿Lo dices enserio? Aun recuerdo cuando de pequeños alababas mi baile.
- Aun lo sigo pensando, pero no siempre podrá ser el caso, siempre podrá existir alguien que te pueda superar en ciertas cosas.
- Eso no es cierto. – Ahora estaba molesta, fue así que entró al salón.
- ¿Eh? Esto, hola. – Rin se acercó hacia Miku, quedando a centímetros de su rostro. - ¿Eh? ¿Qué pasa?
- … Tu, yo, baile, ahora. – Fue todo lo que dijo Rin, confundiendo aún más a la peliverde.
- ¿Cómo que baile? ¿Qué hice ahora?
- No la escuches. – Len se acercó de forma relajada. – Soy Kagamine Len, ella es mi gemela Rin, ya debes saberlo pero somos los nuevos miembros.
- Oh, ya entiendo, un gusto conocerlos.
- Eso no es importante ahora. – Rin miró a Miku con un rostro competitivo. – Bailas bien ¿no?
- Bueno… he estado practicando desde que tengo recuerdos, igualmente he cantado, y es que es mi sueño el llegar a ser una artista que traigas sonrisas a todos. – El aura de Miku era tanto que enceguecía a ambos hermanos.
- Rin… ¿estás seguro de seguir con esto? Ella es la persona más pura que he conocido. – Comentó Len pero su gemela estaba decidida.
- No importan las circunstancias Len, voy a demostrar que soy mejor bailarina, entonces, tu… esto…
- Hatsune Miku. – Se presentó.
- Claro, Hatsune-san, yo te voy a demostrar que soy mejor bailarina que tú, solo observa.
- Bueno, no es que sea competitiva, pero deseo ver como bailas Rin-chan. – Ella sonrió, la rubia se sonrojó levemente pero luego carraspeó su garganta.
- Entonces… solo observa esto, pon la música. – Len puso la música y en aquel momento Rin comenzó a bailar, Miku observó los movimientos de la rubia y eran suaves, finos y bien precisos, la peliverde quedó asombrada al verla, al terminar, comenzó a aplaudir.
- Eso fue grandioso.
- Lo sé. – Ella sonrió confiada. – ya te mostré lo que puedo hacer, ahora es tu turno.
- Claro, solo déjame prepararme. – Miku se puso en medio de la sala y con sus ojos cerrados, tomó un respiro hondo, al terminar, señaló que diera inicio a la música.
Miku comenzó a moverse, en un principio lo hizo de forma suave junto al ritmo de la canción, ambos hermanos estaban observando de forma meticulosa, ya entonces que empezó a ganar fuerza, los movimientos de la peliverde fueron más intensos y liberales, Rin se quedó asombrada al verla y es que no veía cualquier cosa, ella recordaba cosas del pasado que siempre se llevó muchas felicitaciones por su baile, incluso un trofeo de primer lugar en danza cuando tenía 10 años, siempre se perforó como la mejor bailarina, pero justo frente a ella estaba alguien a su altura y no solo por esfuerzo, igual por pasión. Miku estaba bailando como si disfrutara, tenía una sonrisa en su rostro con cada movimiento que hacía y no la perdía por más cansada que esté, ella seguía sonriendo. Al terminar la canción, la peliverde respiraba agitadamente, pero totalmente satisfecha.
- ¿Qué tal? – Preguntó esta, Rin bajó la mirada y entonces sonrió suavemente.
- No quisiera admitirlo pero… me has ganado, felicidades.
- Nunca dije que esto fuera una competencia.
- No importa, aun así me siento derrotada. – Soltó una risa por debajo. – Ahora entiendo algo, la gente en este proyecto podría ser más apasionada de lo que pensé.
- Eso es verdad. – Len sonrió. – Todos tenemos el mismo sueño en común y deseo compartir la meta con todos.
- Yo pienso lo mismo. – Sonrió Miku, sujetando las manos de ambos gemelos. – Quiero esforzarme con todos aquí, espero que ustedes hagan lo mismo.
- Eso es obvio. – Len soltó una risa. – Nunca hubiera metido tanta presión a nuestros padres de no ser lo contrario.
- Y que me arrastraras a esto igual… - Rin sonrió. – Ahora siento que igual me contagiaste tu espíritu, porque deseo llegar a lo alto.
- Entonces que así sea, vamos a esforzarnos para ser las mejores estrellas que este país o, mejor dicho, este mundo haya visto. – Expresó Len con alegoría. Pasó el rato y luego de conocer a todos, se hizo la respectiva fiesta de bienvenida para ambos hermanos.
- ¡Por nuestros nuevos amigos! – Expresó teto, luego del brindis, comenzaron a hablar y disfrutar entre todos, Neru seguía algo molesta con Len pero este continuaba con su buena vibra y despreocupación.
- Es bueno tener nuevos amigos. – Expresó Kaito al lado de Kei. – Siento que nuestra familia cada vez más creciendo.
- Es verdad, por cierto, ya escuché que hiciste las paces con Miku.
- Puede decirse que sí, aun queda un largo camino por recorrer pero espero ver a donde nos llevará esto, y puede que vengan más.
- Eso es verdad, ya quiero ver que nos espera el futuro. – Ambos bebieron del jugo mientras Rin regañaba a Len por molestar a Neru, había buena vibra en el dormitorio hasta que fueron a descansar.
En otro rincón de la ciudad, una chica de cabello castaño estaba observando la tarjeta que le entregaron, aquella misma perteneciente a Roswa.
- Hmph. – Soltó un bufido mientras la arrojó al costado en su sofá. – Idol… ¿realmente piensan que una agencia de poca monta puede contratarme? Soy mucho más que eso, después de todo yo seré la mejor artista que este país habrá visto, necesitarán algo mucho mejor para contratarme… Sakine Meiko será la gran revelación y lo sabrán.
Ninja Britten 11: Pues sí, como Miku no se sabe manejar totalmente y ha dependido de otros, mayormente de Mikuo, es que no es muy buena en cosas como tareas domésticas jaja, esa es una desventaja que ella tiene, pero al menos tiene el canto y baile.
El Redentor 777: Ya fue más por protección y flojera de ella pero no intento hacerla cambiar por ese modo, mejor que siga así jaja.
Bueno, ya en este cap vimos que Miku hará el esfuerzo por llevarse mejor con Kaito a pesar de lo que le causa y la llegada de los Kagamine se concretó, ya son nuevos miembros, al final di otro avance pero esta será mucho más complicada, ya verán que tengo en mente para ello, hasta el próximo cap. Saludos.
