El día de playa continuaba para todos, ya luego de lo sucedido, Kei tuvo que cambiarse a una ropa más ligera con unos shorts y camisa hawaiana, luego del regaño que se llevó Gumi al respecto, volvieron a divertirse, así llegó el otro día. Donde se estaban quedando es una cabaña de playa que pertenece a Moriyama, sorprende al resto que tenga tales posesiones pero no era algo que pudieran decir al respecto, eran vacaciones al fin y al cabo.

- Hoy volveremos a ir a la playa ¿cierto? – Preguntó Len.

- Nosotras tenemos planes distintos, iremos de compras. – Anunció Teto. – Todas las chicas vamos a ir.

- Hay cosas que solo se pueden conseguir en una ciudad playera por lo que no vamos a desperdiciar esta oportunidad. – Respondió Rin, el rubio se hundió de hombros.

- Ok, ustedes por su lado, nosotros los hombres vamos a seguir disfrutando del mar. – Y se fue, ese era el plan que las chicas tenían en ese momento, por su lado Meiko pensó otra cosa.

- (Ya que estás se van y la mocosa plana no intervendrá, eso significa que finalmente podré hacer mi movimiento con Kaito jeje…) – Ella buscaba aprovechar la situación y seducir al peliazul pero fue sujetada de ambos brazos. - ¿Eh?

- No creas que vas a escaparte de esta. – Comentó Miku con una sonrisa burlona. – Cuando dijimos todas, eso te incluye.

- Si, vamos a divertirnos. – Comentó Teto del otro lado, Meiko frunció el ceño.

- Suéltenme mocosas, yo no dije nada de ir con ustedes. – En eso la peliverde se acercó a susurrarle.

- Es peligroso dejarte sola con Kaito-kun, así que vendrás… quieras o no… - Habló con voz amenazante, Meiko solo pudo gruñir por debajo, ya entonces Miku volvió a sonreír. – Entonces chicas~ vamos a comprar.

- ¡Sí! – Y todas se fueron en ese momento. Por el lado de los hombres, Kaito se había preparado para algo especial, no estaba en su bañador sino que llevaba ropa ligera, un sombrero de paja y una caña de pescar, Len se acercó.

- Ey Kaito ¿irás a pescar? – El peliazul asintió.

- Pienso que esta noche podríamos tener una cena distinta, y que mejor que pescado fresco, va excelente con el ambiente.

- No se ve mal, puede que igual lo intente, si sorprendemos a las chicas con nuestras capturas, seguro van a decir lo buenos que somos. – Ese era el plan de Len. – Yo igual pescaré.

- Bien, iremos a la orilla para pescar, espero tengas una caña igualmente.

- Descuida, yo vengo totalmente preparado. – Aseguró el rubio. De ese modo los dos fueron para capturar peces, esperando tener éxito en atrapar algunos.


Todo el grupo de chicas acabó yendo al centro comercial, al entrar, se encontraba una gran variedad de tiendas y con todos los trabajos que han realizado, pueden costearse bastante al respecto.

- ¡Veamos ropa! – Miku fue la primera en ir a ver al respecto siendo acompañada de algunas otras, Meiko estuvo enojada durante todo el trayecto ya que no era su plan realmente el ir ahí, si pudiera haberse quedado con Kaito, era algo que prefería mil veces antes que estar con todas ellas.

- No estés enojada, hay que aprovechar para divertirse. – Comentó Luka, la castaña soltó un suspiro.

- Ya que, espero haya un salón de belleza, al menos eso me hará olvidar que esa tabla de planchar me obligó a venir aquí. – Sin decir nada más se fue mientras un gotón surgió en la frente de la pelirrosa. Ahora Luka estaba sola, ella no tenía una gran afinidad o emoción por la ropa como las demás ni tampoco como para acompañar a Meiko, así que ella solo decidió recorrer los alrededores.

Los recuerdos del día anterior seguían frescos en su mente, el solo ver como es que Gumi y Kei se volvieron más cercanos es algo que dejó cierta sensación en su interior, no sabía que era pero no le gustaba para nada, no fue algo que se le haya quitado desde que presenció aquello. Bien sabe que Kei ha sido una persona que la ha apoyado desde el inicio, han trabajado de cerca durante varias ocasiones, cuando ella tenía una idea para una canción, siempre fue al pelinegro con quien llegaba a hablar primero y le ayudaba en las ideas que tenía en mente, en cierto modo se ha vuelto la persona que más confía, un amigo valioso para ella.

¿Por qué debería molestarle que hable con otras chicas? Luka nunca se había puesto a pensar al respecto, con Miku no tiene problema porque esa chica es totalmente amigable con todos, excepto cuando pelea con Meiko, ha demostrado ser una mariposa social que ha logrado adecuarse al respecto y tiene un aura que te hace quererla, no cabe duda decir que es el eje central del grupo ahora mismo. Tampoco ha tenido problema con las demás chicas puesto que sabe que todo es meramente profesional y es parte del trabajo del pelinegro el componer sus canciones, ellas escriben sus letras y juntos trabajan para crear canciones, nunca le vio el problema, pero fuera de ello, que una de ellas intime con él, le daba esa sensación desagradable y que ni ella misma entendía.

En su infancia nunca llegó a relacionarse a un nivel profundo con otros niños, todo era más despreocupado al respecto, incluso más fácil, para Luka que vivió una infancia de tal forma que se vio más rodeada de ancianos, las relaciones con gente de su edad o cercana se le hace algo foráneo, no era de maquillarse o llevar ropas lindas, nunca habló de chicos o gustos con otras sino hasta recientemente, fue privada de muchas cosas porque su hogar es rural, así que estaba viviendo sensaciones que nunca la oportunidad de sentir.

Kei es un buen amigo, eso lo sabe pero ¿tiene derecho a molestarse porque haga más amigas? Eso dudaba ella misma y simplemente no lograba dar una respuesta.

Al estar metida en sus pensamientos, no supo darse cuenta que estaba frente a una tienda de regalos, ella observó por la vitrina lo que había y es que se encontraban algunos objetos curiosos, por pura curiosidad entró a esta donde la recepcionista le dio la bienvenida. Ella empezó a ver lo que encontraba en los estantes, mayormente había objetos como libretas, peluches y demás, todo tipo de regalos para la ocasión.

- (No es algo que Kei-san pueda usar…) – Se había decidido por comprarle un presente, ella igual estuvo tan preocupada como el resto el día anterior que lo metieron al mar y, si bien quiso reclamarle cosas a Gumi por lo sucedido, Miku ya había hablado más que suficiente por ella, pero Kei aseguró que todo fue idea suya y realmente acabó siendo una osadía de su parte, la pelirrosa no deseaba que algo así se repitiera, por más confiable que se viera, sigue siendo una persona frágil y que necesita de cuidado, quizás ella podría ayudar al respecto y un regalo sería el inicio para ese acercamiento a ofrecerle su mano en ayuda.

Ella siguió viendo por algo que pudiera aprovechar en su vida diaria o que al menos le agrade, lo bueno es que se encontraba de todo en ese lugar pero que podría ser un objeto que Kei pueda usar, ese enigma seguía atravesando su mente durante un tiempo, ya entonces pasó por cierto lugar y su mirada se posó sobre algo, ella se acercó.

- Esto… - Ella no tuvo duda alguna, ese regalo podría ser el más adecuado para Kei, con eso en mente lo tomó y fue a la caja para comprarlo, para que luego lo envolvieran en una pequeña caja, ahí lo tomó. – Kei-san… espero te guste…


El grupo de chicos fue a la orilla para comenzar con sus actividades de pesca, Kaito y Len estaban totalmente preparados con sus cañas de pescar y la carnada a usar para los peces, el asunto es que Kei también estaba ahí, no solo de acompañamiento sino que igual deseaba saber, al menos por medio del oído, lo que era la pesca.

- Pescar no es algo tan sencillo, sino que tiene su propia forma de conseguirse. – Empezó a explicar Kaito al rubio. – El estilo de pesca que usaremos será con carnada, aunque hay de otras formas como es la pesca con mosca, no es algo que usaremos actualmente sino que vamos a usar carnada viva, en este caso, gusanos. – Tomó la lata que contenía los insectos rastreros. – Vamos a pasar el anzuelo a través del cuerpo de un gusano y entonces lanzar ¿entiendes?

- Claro. – Respondió Len, estaba emocionado no solo por ser la primera vez que iba a pescar sino igual porque podría sorprender a las chicas con los peces que lleve. – (Voy a hacerlo, cueste lo que cueste.)

- Vamos a empezar Len ¿estás bien ahí Kei?

- Claro, ustedes pueden hacerlo.

- Entonces no hay más duda, empecemos a pescar.

- ¡Vamos a darle a esos peces! – Exclamó Len con emoción.

Kaito le enseñó como colocar la carnada y entonces al hacerlo, se colocaron en la orilla, el modo de lanzamiento era especial así que él primero lanzó, agitando la caña, el cordel voló hasta la lejanía, Len siguió el ejemplo del peliazul y entonces buscó lanzar de la misma forma aunque el cordel cayó de una forma totalmente desigual.

- Descuida, no todos pueden a la primera. – Señaló Kaito, ya con eso solo quedaba esperar a que un pez lograra tomar el anzuelo mientras este se hundía poco a poco en el agua. – Ahora vamos a simular un poco de movimiento, toma el cordel por debajo y levántalo lentamente, simulando que está vivo. – Kaito hizo lo que dijo, así pasó un rato hasta que sintió que algo jalaba. – Logré atrapar algo.

Empezó a jalar del carrete mientras se veía como es que peleaba contra el pez para atraparlo, ya entonces luego de un rato se pudo levantarlo, el pez estaba atrapado en el anzuelo.

- Oh, lo lograste. – Señaló Len, eso lo encendió lo suficiente para que ahora lo intente. – Bien, ya verás que puedo pescar uno grande también.

Hizo lo mismo que el peliazul, simulando el movimiento, estaba confiado ya si Kaito pudo capturar uno a la primera, entonces él, aún siendo un novato, igual podría, así pasó un rato mientras continuaba pero nada sucedía, no hubo movimiento o presión, eso empezó a impacientarlo.

- ¿Por qué no sale? Se supone que hay peces ¿no?

- No hay que perder la calma, los peces detectan cuando estás estresado o enojado, eso solo causará que se alejen.

- Lo sé… lo intentaré una vez más. – Esperó durante unos minutos más pero nada sucedía, en cambio observaba a su lado y Kaito seguía atrapando más peces, eso solo lo hizo gruñir. - ¡No es justo, sigues atrapando peces!

- No grites, eso solo espantará a los peces. – Reclamó Kaito, Len solo pudo maldecir por debajo. Siguieron pescando y Kaito era quien atrapaba todos los peces mientras Len no conseguía nada, solo se sentó en el suelo de la orilla, viendo como el peliazul tenía toda la suerte.

- (No solo es guapo, también es suertudo, esto realmente apesta…) – Soltó un suspiro, justo en ese momento sintió como jalaban del cordel. - ¿Oh? Está jalando. – Se levantó para jalarlo pero era muy fuerte, teniendo que aplicar fuerza. – Tsk, está peleando.

- Parece ser uno grande, déjame te ayudo. – Kaito fue a ayudar al rubio, sujetándolo por detrás mientras jalaban con todo el cordel. – Hay que tener cuidado de no romperlo, jala del carrete también.

- Eso haré. – Empezó a jalarlo mientras el cordel se alejaba, los dos dieron de todo su esfuerzo mientras se veía como en la superficie algo salía. – Ahí se ve.

- Vamos, un poco más. – Los dos continuaron jalando, el pez peleaba también por su lado para liberarse. – Vamos.

- ¡Sí! – Los dos dieron un último impulso cuando el pez finalmente cedió, ambos lo levantaron. - ¡Lo hicimos!

Pudieron llevar al pez justo hasta la orilla y era considerablemente grande, Kaito lo sujetó para colocarlo en la cubeta donde tienen los demás peces.

- Ese es un pez realmente grande, nada mal para la primera vez que pescas. – El rubio sonrió con orgullo.

- Bueno, que más se puede decir, soy así de bueno. – se regocijó en su gloria. Ya luego de un rato regresaron a la cabaña, ahí las chicas también habían regresado. - ¡Volvimos y con la cena!

- ¿En serio? Genial, vamos a tener pescado. – Exclamó Miku con emoción. – Con puerro sabe bastante bien.

- Realmente le pones puerro a todo. – Neru tenía rostro inexpresivo.

- Prepararé todo de la mejor forma posible. – Comentó Haku. Con eso empezó a pasar el rato hasta la noche y Haku preparó todo un festín con los peces que Kaito y Len capturaron, siendo el plato principal el grande que el rubio había atrapado, siendo preparado de forma frita entero junto a cebollín, limón y otras verduras.

- Eso sabe bastante bien. – Ya estaban comiendo, lo disfrutaron todo, siendo una cena bastante exquisita para todos, ya entonces decidieron tomar caminos distintos, justo en ese momento Luka estaba sola, tenía la caja con el regalo de Kei en su mano y admitía estar algo nerviosa pero debía hacerlo, no había marcha atrás.

El pelinegro estaba sentado en la terraza, no podía ver el cielo estrellado pero si escuchaba los suaves sonidos de las olas un poco a la lejanía, las cigarras que chillaban en esa noche, todo estaba demasiado tranquilo luego de otro día de diversión, entonces escuchó unos pasos.

- Kei-san… - Reconoció la voz de Luka, esta se acercó hasta sentarse a un costado, llevaba un vestido blanco de una sola pieza e iba descalza, ya entonces tomó el asiento a su lado.

- Ey Luka, una noche tranquila.

- Es cierto… - Respondió por debajo, no sabía por qué su corazón empezó a latir fuertemente y hasta deseaba excusarse pero tenía qué hacerlo. – Yo… realmente estuve muy preocupada el día de ayer.

- Por eso ¿no? – El pelinegro soltó una pequeña risa. – Yo fui quien le dijo a Gumi que me llevara, necesitaba superar ese miedo.

- Aun así fue bastante terco de tu parte. – Hizo un pequeño puchero. – Eres nuestro amigo después de todo, si algo te sucede, estaríamos tristes.

- Entiendo, no volverá a ocurrir, pero igual deseo que ustedes se superen. – La pelirrosa miró a Kei con asombro. – Yo he recurrido un duro camino debido a mi condición, muchas veces me dijeron que mi sueño era imposible, que nunca podría alcanzarlo, pero no dejé que eso me afectara, solamente me impulsó a trabajar más duramente, aprendí todo lo que pude y eso me ha traído hasta este momento, donde sé que puedo alcanzarlo, por eso no deseo que se limiten con miedos o les afecten lo que otros les dicen, si yo puedo hacerlo, ustedes igual.

- Kei-san… - Luka sonrió por debajo, ella entendía lo que hablaba, en su primer intento se rindió sin siquiera darle una oportunidad más, fue gracias al resto que pudo tomar el valor y, aunque reciban criticas duras, ella tiene que superarlas. – Tienes razón, tienes tus razones y aprecio que veas por nuestro bienestar… pero igual fue peligroso.

- A poco vas a seguir diciendo eso.

- Claro, y nunca lo olvidaré. – La pelirrosa fingió molestia para luego reír. – Esto… yo tengo algo que darte.

- ¿Sí? – En eso ella sujetó la mano de Kei y le entregó la caja, este pudo saberlo por su forma. - ¿Que hay dentro?

- Es un pequeño recuerdo que quise comprar para ti, tómalo como una muestra de agradecimiento por todo lo que has hecho, si deseas abrirlo, puedo hacerlo por ti.

- Claro, deseo saber que es. – Luka tomó la caja y la abrió, entonces tomó el objeto que tenía en mano, se levantó y entonces lo colocó alrededor del cuello del pelinegro. – Esto es…

- Un colgante. – Respondió ella. – Otros regalos no pueden ser posibles ya que son cosas que utilizas, por eso pensé que esto era lo mejor, puedes llevarlo contigo y además se puede colocar una foto dentro, claro que eso podemos hacerlo después.

- No era necesario… - Kei sintió el colgante, por el tacto, este tenía la forma de una estrella. – Es lindo.

- Me alegra que me guste. – Ella estaba algo avergonzada pero feliz de que le gustara. – Sobre la foto que deseas ponerle…

- Tengo una en mente. – Respondió él. – Seguro y pueden tomarla ¿no?

- Claro. – En ese momento una voz adicional se hizo presente, Luka quedó asombrada cuando vio que Miku salió de su escondite. – Onee-sama, realmente no pensé que vería un ambiente tan romántico ¿eh?

- ¿Qué? – Ella se quedó boquiabierta, todos estaban ahí y observaron el momento de ambos, eso fue suficiente para ponerla totalmente roja.

- Y listo. – Neru tomó foto del momento. – Que gran expresión pusiste Luka-san.

- El amor~ - Teto se veía emocionada, Meiko soltó un bufido.

- Mocosos… bueno, si Kaito y yo ahora podríamos…

- Nada de eso, vengan a tomarse la foto todos, colocaré el temporizador. – Neru lo colocó, ya entonces todos se pusieron de frente al teléfono que la pelinaranja colocó para que la tomara, ahora estaban todos.

- Muy bien, digan queso. – Exclamó Miku y la foto se tomó, quedando retratado ese momento. Aquel viaje de playa resultó en otro recuerdo muy hermoso para todos, ahora podían volver a sus actividades normales, con tal de seguir alegrando a otros, les quedaba un largo camino por delante.


Ninja Britten 11: ya fue algo que Gumi necesitaba superar y Kei le pudo dar el empujón, Luka si que sintió algo de celos en ese momento cuando les vio juntos, aunque fue más preocupación por lo que pudiera pasarle a este.

ya en este cap si tuvimos un poco de todo, aunque más por el lado de Luka que compró ese regalo a Kei y se puede decir que estas pequeñas vacaciones se acabaron, ya veremos que más ocurrencias vendrán en siguientes caps, por el momento es todo. Saludos.