Ha pasado un tiempo desde que Miku se fue de repente del hotel y Kaito empezó a buscarla sin éxito alguno, al no conocer su paradero, llamó al resto para iniciar su búsqueda junto a él.
- … No contesta su teléfono. – Expresó Neru, poco a poco la situación se fue volviendo más preocupante por no saber nada.
- ¿No tuvieron suerte de su lado? – Preguntó Roswa a Gakupo que fue junto a Lily y Fukase.
- Nada Roswa-dono… es como si ella su hubiera esfumado de la ciudad.
- Esto realmente no es bueno… - Se llevó la mano a la frente. – Perder a una de nuestras máximas estrellas cuando prometí que nada le pasaría…
- No desesperes Roswa-san, seguro podremos encontrarla. – Aseguró Lily con una sonrisa, el productor tenía que mantener una mentalidad positiva y de que ella aparecería ilesa. – No podemos rendirnos, así que continuemos buscando por toda la ciudad.
- Sí… esperemos que igual la policía esté de nuestro lado aquí. – Continuaron de ese modo, en otro sitio se veía a Yohio revisando su teléfono.
- (Esto no debió haber pasado de este modo, no era lo que tenía planeado.) – Apretaba sus dientes mientras buscaba cualquier tipo de información en redes sociales. – Maldita sea.
- ¿Estás feliz? – Meiko se acercó a él, con los brazos cruzados. – Mire lo que terminaste causando debido a tu enfermiza obsesión, ahora la mocosa ha desaparecido al no aguantar lo sucedido y si eso acaba por afectar a mi carrera, no importa si acabo hundiéndome, lo harás conmigo. – Amenazó ella, el rubio apretó los dientes.
- ¿Acaso no te importa que tu carrera musical se vaya a la basura? – La castaña no se inmutó.
- No quiero ser cómplice de una desaparición, así sea que todo se arruine, voy a confesar, así que has tu trabajo. – Terminó por sentenciar, Yohio se sentía totalmente atrapado, Miku no podía desaparecer, no de esa forma.
- Tsk… debo seguir intentándolo.
Kaito había puesto todos sus esfuerzos para poder encontrar a la peliverde, sin éxito alguno pero tampoco sin perder las esperanzas, continuó, llamando a su nombre y ella respondiera, a pesar de todo nada pasaba.
- Miku-san… donde estás…
- ¿Nada? – Vio llegar a Kei, el peliazul negó con la cabeza.
- ¿Cómo es que terminó todo de esta manera? Si Miku-san desaparece por completo será mi culpa, porque yo…
- Kaito, calmado. – El peligris sujetó a Kaito de los hombros. – Nada de esto es tu culpa, no eres el responsable de que ella desapareciera, así como de lo que sea que haya sucedido, así que no te culpes de nada y gastes energía en ello, en vez de eso, hazlo en buscarla.
- … Tienes razón Kei-san, debo de darlo todo para encontrarla y es lo que haremos… - Sonrió Kaito, por un momento había perdido el animo pero gracias al peligris lo recuperó. – Ella no debe estar fuera de la ciudad, así que podemos encontrarla aquí cerca.
- Así es, el caso es que la ciudad como tal es extensa y buscar en cada rincón sería…
- Oh my, supongo que es momento de que haga mi momento. – Una voz llamó su atención, apareciendo en ese momento.
- … ¿Oliver? – Kei no sabía que era lo que él estaba haciendo ahí.
- Parece que la situación se salió de control, más de lo que esperaba, pero descuiden, ya es momento de que revele mi secreto. – Exclamó el inglés.
- ¿Secreto? – Preguntaron los dos al mismo tiempo, él parecía tener algo escondido y lo iba a revelar en ese momento.
- ¡Hmmmmph! – Miku estaba en un lugar oscuro, se encontraba atada y amordazada para no realizar algún tipo de ruido, no sabía como llegó a esa situación. – (Quizás es lo que me merezco por haber corrido lejos…) – La puerta se abrió en aquel momento, entrando el mismo hombre que la capturó.
- Ey pequeña asiática ¿cómoda con tu asiento? Es cierto que no puedes hablar. – Le quitó el pañuelo que cubría su boca.
- ¡No me toques! – Le gritó en japonés, sorprendiendo a su secuestrador.
- Wow, parece que esta gatita tiene garras, pero no será por mucho, ya pronto te transportaremos a otro sitio.
- (Creo que entendí algo de lo que dijo… agradezco que Roswa-san nos inscribiera a esas clases intensivas de inglés) ¿Qué es lo que quieres? – Preguntó en un inglés algo quebrado, el secuestrador enarcó una ceja.
- Así que puedes hablar mi idioma, eso hace las cosas más fáciles, seguro que sabes que estás en una situación peligrosa.
- ¿Y qué? Vendrán a rescatarme… soy una… idol…
- ¿Idoru? No sé que sea, pero dadas tus ropas, parece que eres alguien de dinero, seguro ofrecerán una gran suma por tu rescate.
- No cederán… vendrán por mí… lo sé… - El secuestrador empezó a reír.
- Que graciosa, deberías rendirte, nadie vendrá por ti, estás solas. – Miku bajó la mirada.
- Eso… puede ser… pero… yo tengo amigos… - Levantó la vista, encarando a su secuestrador. – Nunca me abandonarán, además tengo mi sueño… yo quiero cumplirlo a pesar de todo lo que pase… y por esa misma razón… ¡No tengo miedo!
- Cállate mocosa. – Sujetó a Miku de una de sus coletas, comenzando a lastimarla.
- ¡Aaaaaah!
- Di todo lo que quieras, pero eso no será de utilidad, estamos en un sitio muy lejos donde nadie podrá alcanzarte, ni por todos los gritos que des van a servir, así que muy pronto haremos la llamada y será mejor que paguen esos millones de dólares o te enviaremos hecha pedazos en una caja.
- ¡Nooooo! – Miku había actuado de forma valiente pero ahora el miedo volvió a invadirla, no quería que los demás la vieran en un estado peor, si este cumplía su palabra, comenzó a llorar. – (Por favor, que alguien me salve… quiero verlos… a mis amigos, a Kei-san… ¡A Kaito-kun!)
- ¡Jefe, estamos en problemas, es la policía! – Entró uno de sus secuaces a dar ese aviso, aquello sorprendió al secuestrador.
- ¿Cómo? ¿De qué forma nos encontraron? – Apretó el puño con fuerza, entonces sacó un arma. – No tenemos otra opción, tú, te vienes conmigo.
- ¿Eh? – De repente el secuestrador tomó a la peliverde y comenzó a arrastrarla en aquel momento, afuera se encontraban varias patrullas rodeando al sitio, no daban algún tipo de escape a los secuestradores.
- Están rodeados, ahora suelten a la rehén. – Exclamó un oficial, en ese momento el secuestrador salió con Miku, apuntó el arma a su cabeza, causando que sus pupilas se dilataran.
- ¡Intenten entrar y le volaré la cabeza a esta mocosa! – Gritó.
- ¡Miku-san! – Reconoció esa voz, ahí vio de reojo a Kaito y los demás.
- ¡Kaito-kun, auxilio! – Gritó, el peliazul solo pudo gruñir.
- Se encuentra en grave peligro… si solo pudiera hacer algo…
- Dejemos esto a la policía, seguro podrán encargarse. – Señaló Roswa. Por ahora el oficial siguió tratando con el secuestrador.
- No hay caso en que se resistan, solo están alargando más de lo necesario.
- Y ya se los dije, un paso en falso y la niña morirá. – Exclamó al otro lado, Miku realmente tenía miedo y todo parecía que no llegaría a nada, tenía que pasar algo, en ese momento recordó algo.
- (Ya sé que hacer…) La~ lalalala~ - Empezó a cantar algo, confundiendo al secuestrador.
- ¿Mocosa? ¿Qué mierda haces cantando? – Ella no dejó de cantar, en ese momento Kei miró el brillo radiante de Miku, quedando asombrado.
- Incluso en un momento tan crítico como ese no deja de cantar… ella realmente es grandiosa…
- Te dije que te callaras. – El secuestrador quiso callarla, pero eso sirvió como la distracción perfecta, en ese momento un disparo desarmó al secuestrador, con su arma cayendo al suelo. - ¡Ah mierda!
El impacto fue aprovechado para que soltara a Miku, momento en el cual los policías se lanzaron encima de él, ahora ella estaba a salvo.
- ¡Miku-san! – Kaito llegó y abrazó a la peliverde. – Estás bien… realmente estás bien…
- Kaito-kun… tenía miedo… mucho miedo… - Ella volvió a llorar mientras Kaito la abrazaba con fuerza.
- Ya todo está bien… se acabó todo…
- Todo terminó perfecto. – Oliver sonrió. – Mi trabajo fue hecho.
- ¿Qué fue eso? ¿Cómo es que tienes contacto con la policía? – Preguntó Len con curiosidad, el inglés sonrió de lado.
- It's easy, soy un agente secreto. – Confesó, eso sorprendió a todos.
- ¿Agente secreto? – Preguntó todo el grupo.
- Así es, fui asignado por un caso y es que estaba persiguiendo a cierta persona peligrosa, un famoso extorsionador que ha hundido a muchos artistas famosos e incluso se ha aprovechado de estos, más que nada a idols, Yohio. – En eso miraron al rubio el cual se hizo hacia atrás, en ese momento buscó escapar pero dos oficiales se pusieron en su camino y lo apresaron.
- ¡Malditos, suéltenme! – Quiso resistirse pero fue en vano, Oliver soltó un suspiro.
- Me pusiste muchas trabas pero necesitaba atraparte con las manos en la masa, después de todo extorsionaste a muchas idols famosas pero finalmente el trabajo será terminado.
- Maldito, estuve cerca… Miku-chan pudo haber sido mía, todos ustedes lo lamentarán. – Metieron al rubio en una patrulla la cual se fue.
- Ok… esta resolución no la esperaba. – Comentó Len. - ¡Pero fue asombroso! Acción policiaca.
- Cállate Len, esto no es para tu entretenimiento. – Rin mandó a callar a su gemelo. Al menos todo estaba bien al final, Kaito desató a Miku y entonces lo abrazó, los dos ya podrían entenderse al final, a un lado estaba Meiko observando, ella igual necesitaba confesar algo.
- Esto… mocosa…
- ¿Sí? – Miku vio a la castaña, esta tenía la mirada en el suelo.
- Yo… quiero disculparme. – Agachó la cabeza para su asombro. – Yo… fui cómplice de este idiota porque quería que Kaito se fijara en mí, pero luego de darme cuenta, no era lo que quería y al confrontarlo, me extorsionó… por todo eso, me disculpo.
- … Ya veo… te perdono. – Meiko vio a la peliverde con asombro.
- … ¿Así? Como si nada… pero si te hice daño.
- Pero no lo hiciste por tu propia cuenta, fuiste engañada igual que el resto, solo por eso no te culpo.
- … Tsk, eres demasiado confianzuda… - Pero igual Meiko pensaba que era demasiado buena, perdonarla a pesar de todo lo que le hizo. – Ah… esto fue una pérdida de tiempo.
- Espero sigamos siendo buenas rivales. – Miku sonrió, Meiko solo la miró de reojo. – Mientras… aprovecharé y seguiré abrazando a Kaito-kun~
- ¿Miku-san? – El peliazul estaba asombrado, eso causó que Meiko quedara boquiabierta.
- ¡Espera ahí tabla de planchar, aunque haya pasado todo, no quiere decir que me vaya a rendir! – Y entonces las dos volvieron a sus peleas de siempre, pero al menos se veía algo distinto en ambas… estaban disfrutando y no era una ira desenfrenada como siempre, las dos han fortalecido su rivalidad a raíz de los últimos sucesos, por lo menos todo acabó bien.
- Entonces… ¿te vas? – Preguntó Kei, estaban igual Miku y Roswa, afuera estaba Oliver.
- Of course, mi verdadera razón de haber entrado a esto fue para capturar a Yohio, lamento que no siga el mismo camino que todos.
- Fue muy poco tiempo, pero me alegra que hayamos sido amigos. – Miku abrazó al rubio inglés que lo aceptó. - ¿Volveremos a vernos?
- No estoy muy seguro, ya que mi trabajo de agente secreto me mantiene ocupado, pero seguro podré asistir a sus conciertos, después de todo, me han empezado a gustar los idols. – Exclamó con una sonrisa.
- Te estaremos esperando. – Comentó Roswa, Oliver asintió, en ese momento sonó un claxon.
- Es mi señal, ya es hora de que me vaya… Miku, Kei… buena suerte en su concierto.
- Lo haremos. – Kei se despidió al igual que los otros dos. – Miku, hay que darlo en el concierto.
- Sí… por todo lo ocurrido, no puedo estar triste, además me siento más motivada que antes… voy a darlo todo.
- Lo haremos. – Sonrió Kei. El problema terminó y ahora se iba a venir un gran concierto, lo que estaba por venir sería grandioso y donde toda la gente iba a presenciar algo legendario al final…
Ninja Britten 11: El problema si que creció más con todo lo sucedido que Yohio si manipuló muchas cosas, pero al menos ya todo terminó bien con lo visto.
Bueno, este cap es el penúltimo de este arco, Miku fue rescatada y al menos se arregló las cosas con Kaito, e igual que Yohio se reveló como un manipulador pero ya lo arrestaron y Oliver escondió eso desde hace tiempo, ahora todo terminó y queda el concierto, a ver como saldrá, hasta el próximo cap. Saludos.
