En la residencia Matsuno, el segundo hermano ojeaba una revista recostado cómodamente en el sofá de la recámara, disfrutando la breve soledad que podía tenerse en una casa de ocho personas. Su lectura fue interrumpida por el timbrar de un celular, con ligera pereza se encaminó a uno de los cajones de ropa, en el interior reposaba el teléfono de Todomatsu, aquel aparato que en dicha ocasión tuvo que dejar el menor por orden de su madre que estaba cansada de verle pegado a la pantalla todo el día, por ello lo habría arrastrado a realizar las compras. El segundo nini observó en la pantalla el nombre de un tal Atsushi, dejándole sonar consideraba como mejor opción no hacer nada; pero a pesar de ignorar la llamada la insistente melodía no dejaba de sonar, bufó por lo bajo antes de responder – Hola... – su saludo fue cortado por la repentina voz al otro lado de la línea.
/ Matsuno, escucha con atención, realmente no quiero repetirlo y espero entiendas que esto es una emergencia y por eso me decidí a llamarte /
Karamatsu guardo silencio, no tenía idea de cómo interrumpir al hablante que, por su tono, advertía estaba desesperado.
/ Te daré una dirección, necesito que vengas cuanto antes, prometo recompensarte muy bien, ¿Ok? /
El nini respondió al instante con un rápido "sí" escuchando atentamente las indicaciones.
/ No tardes /
Aquello fue lo último que escucho antes de que la llamada fuese cortada. Meditó unos segundos sobre su siguiente acción, no podía aguardar a que Todomatsu llegase para contarle lo ocurrido ni ir a buscarle, en ambos casos era una pérdida de tiempo y el amigo de su hermanito parecía requerir ayuda con gran urgencia.
Karamatsu llegó sin problema a su destino, acomodando sus gafas oscuras veía con detenimiento el letrero a la entrada, tragó pesado antes de mirar a su alrededor y asegurarse que nadie le vería entrar en aquel hotel. Al hallar la habitación indicada tocó un par de veces dubitativo.
- Adelante – se escuchó del interior.
El sextillizo entró con cautela y avanzó hasta quedar a varios pasos de una cama, deduciendo que el castaño sobre la misma sería Atsushi.
- ¿Totty? – cuestionó el joven perplejo, pese al parecido facial, en definitiva no podía imaginar a su amigo con una chamarra de cuero.
- Soy el hermano mayor de Todomatsu – respondió con un tono gélido, tratando de hallar una buena explicación para que aquel tipo estuviese solo en pantalones y esposado por la muñeca izquierda en la esquina de la cabecera.
- No comprendo – musitó con claro desconcierto.
- Él dejó su teléfono, soy yo quien te respondió y decidí acudir porque supuse que era una emergencia. ¿Esta es la recompensa mencionada para Todomatsu? – inquirió bastante molesto.
- Aguarda, estas malinterpretando todo, realmente es una emergencia – agitó la mano libre para recalcar su punto. Cuando el otro se cruzó se brazos él dejó ir un pesado suspiro – vine aquí con una chica, todo iba bien hasta que quiso jugar con las esposas y, bueno, optó por llevarse mis pertenencias.
El Matsuno enarcó una ceja con escepticismo - ¿Cómo te comunicaste?
- Le advertí que mi celular y auto eran fáciles de rastrear, así que tomó la cartera, mi reloj, el saco y la camisa – detalló con gran pesar - apenas y logre evitar que se llevara también mis pantalones.
Karamatsu relajó su semblante a la par que bajaba los brazos – ok, digamos que te creo, ¿Por qué no solo pediste por ayuda?
- Ya es bastante vergonzoso lo ocurrido como para querer que terceras personas se enteren, por eso tenía fe en Totty.
El Matsuno cedió a la excusa – Bien, ¿Tienes la llave?
- Sobre ello, intente alcanzarla sobre el buró pero terminó cayendo.
El Matsuno se acercó al mueble, revisó a cada lado e inclusive lo movió para cerciorarse, pero al final el resultado no fue favorable – No queda de otra – mencionó mientras se retiraba la chaqueta negra.
- ¿Qué haces? – cuestionó confundido el castaño al verle dejar con delicadeza la prenda negra sobre el colchón, quedando con una camiseta blanca.
- Buscaré debajo de la cama y no quiero ensuciarla – aclaró a la par que se retiraba las gafas, dejándolas en el mismo lugar.
Atsushi asintió a pesar de no ser visto, analizando con discreción al otro Matsuno, sabía que su amigo era uno de seis hermanos, pero realmente no recordaba bien al resto al no haber convivido con ellos lo suficiente y claramente el sextillizo presente tampoco le recordaba.
- Ya la veo – expresó el Matsuno desde abajo de la cama antes de emitir algunos quejidos por el esfuerzo.
Atsushi se estiró un poco, como si dicha acción le permitiera ver al otro alcanzando la llave, pero claramente, lo único que lograba divisar era el trasero de su "salvador" contoneándose. Le observó detenidamente.
- ¡La tengo!
El grito de Karamatsu hizo que el castaño retomara su lugar con velocidad, ligeramente avergonzado optó por mirar al lado contrario.
- Bien, terminemos esto – Karamatsu no dudo en subirse al colchón para alcanzar su objetivo. Quedando en cuclillas sobre el otro se enfocó en las esposas.
Atsushi se quedó quieto, con la mirada fija sobre el torso que, pese a la camiseta blanca, dejaba notar un físico bien trabajado. Reaccionó al escuchar el "clic" que anunciaba su libertad.
El nini se bajó mientras sonreía satisfecho.
Minutos más tarde el par de chicos se encaminaron al estacionamiento.
- No sé cómo agradecerte – Atsushi mencionó mientras se detenían junto a su auto y sujetaba la orilla de la chaqueta negra que traía puesta – te la devolveré cuanto antes.
- Descuida, todo sea por un friend de Totty – aseguró mostrando el pulgar.
- ¿Quieres que te lleve? – ofreció al abrir la puerta.
- Gracias, pero caminare, iré en busca de mis Karamatsu girls – sonrió confiado a la par de que se colocaba las gafas oscuras.
- ¿Ok? – respondió sin comprender – mantengámonos comunicados – se estiró hasta la guantera de donde saco una tarjeta de presentación – avísame si hay manera de agradecerte lo de hoy y acordemos vernos para devolverte tu ropa. Oh, y si no es mucho pedir, me gustaría mantener este suceso entre nosotros, aunque fui yo quien pensaba recurrir a Todomatsu, sé que no me dejara en paz si se entera – aceptó avergonzado masajeando suavemente sus sienes.
Él asintió al recibir la tarjeta, dispuesto a guardar el secreto a sabiendas de la reacción de su hermanito.
Un par de días después del encuentro, Karamatsu se habría comunicado con el trajeado para acordar verse, en consideración a las ocupaciones del castaño el nini accedió a presentarse en su oficina.
Se encaminó al centro de la ciudad, entró a un gran edificio y se dirigió seguro a la oficina que le fue indicada, tras preguntar por Atsushi fue guiado por una oficinista entre los cubículos, siendo seguido en todo momento por las curiosas miradas.
No tuvo que aguardar mucho, en cuanto mencionaron su apellido Atsushi le recibió presuroso.
El Matsuno tomó lugar en un sofá café cerca de la entrada en cuanto el castaño se lo indicó con una muda seña mientras finalizaba una llamada telefónica; aprovechando para observar un poco a su alrededor notó una planta en la esquina, un par de cuadros, un librero con diversas carpetas y al centro de todo un gran escritorio de madera.
El otro se dejó caer en la silla negra giratoria - ¿Está todo bien? – cuestionó el de azul al verle suspirar pesadamente tras colgar.
- Siendo sincero, estoy actualmente involucrado en un problema – al confirmar que tenía la atención del otro, prosiguió – Seré directo, la chica que me dejó esposado en el hotel estaba confabulada con alguien más, su intención era tomar una fotografía comprometedora saliendo del lugar. Ambos sabemos que la situación fue diferente, tú llegaste a mi auxilio, sin embargo, te vieron salir conmigo del hotel.
Karamatsu frunció el ceño al comprender por donde iba la explicación – Así que, ¿Amenazan con difundir que eres gay?
La ligera risa del castaño descolocó al nini – De hecho, ya compartieron las fotos por toda la oficina.
- Eso explica las miradas – recordó ante su llegada al edificio.
- Lamento involucrarte en esto.
- Supongo que tuviste problemas con tus jefes.
- No exactamente, los ideales de mi jefe no son tan anticuados, relaciones entre personas del mismo sexo no es algo que le altere, pero tampoco es algo expresado libremente por aquí, a causa de ello he causado gran furor y, bueno, necesito tu ayuda.
- No estoy comprendiendo – murmuró temeroso del rumbo que la conversación estaba tomando.
- De verdad no es mi intención involucrarte más en esto, pero, justamente ahora me sería muy conveniente tener una pareja.
El Matsuno enarcó una ceja - ¿Estas insinuando…?
- Así es, ¿Quieres ser mi novio falso? – Preguntó al levantarse para después inclinarse noventa grados – prometo recompensarte por ello, sería como un trabajo – agregó de inmediato esperando así convencerlo.
Karamatsu lo meditó unos segundos – Yo, ¿Puedo pensarlo un poco?
- Claro – respondió el castaño al enderezarse, sabiendo de antemano que no sería algo fácil de responder – si te parece bien, veámonos en unos días, podemos ir a cenar o un bar, lo que te sea más cómodo, aceptare sin problema tu decisión – sugirió a la par que se acercaba a un perchero de donde tomó la chaqueta negra del nini que estaba dentro de una bolsa transparente, claramente recién salida de una tintorería, para poder entregársela.
- Bien, entonces, me marcho por ahora – se despidió aun atónito.
El par de mayores se encontraban en la recamara pasando el tiempo en silencio, Osomatsu leía un manga cómodamente en el suelo mientras Karamatsu, hallándose recostado en el sofá, mantenía entre manos una revista.
El de rojo miraba al de azul cada tanto, intrigado por la reciente actitud pasiva de su doloroso hermano, siendo que parecía más distraído de lo usual, y era que, llevaba bastante tiempo sin cambiar de página - ¿Quieres ir a los caballos? – ante la falta de atención opto por arrojar su libro contra el otro, atinándole sin problema en la cabeza y logrando que este se enderezara al instante, bastante enojado.
- ¿Por qué hiciste eso?
- Ah, se me resbalo – respondió con desinterés mientras se recostaba boca arriba con los brazos como almohada - ¿Quieres hablar de algo? – cuestionó casual, como si realmente no estuviese interesado en saber.
El menor dejó la revista a un costado, recargando sus codos sobre las piernas, entrelazó sus manos y apoyó su mentón en ellas, meditando por largos segundos antes de hablar – yo, creo que podría conseguir trabajo, se presentó una oportunidad, pero no estoy seguro de aceptar – respondió sin más, cansado de darle vueltas al asunto desde hace un par de días sin llegar a nada.
- ¿Y de que se trata?
El segundo nini perdió la pose seria para enderezar la espalda mientras rascaba su mejilla y evitaba el contacto visual – bueno... Es algo similar a una actuación, solo debo estar ahí, lucir bien y, cosas así – explicó ligeramente nervioso.
Osomatsu bostezó sonoramente – bien, si te preocupa el tipo de trabajo, solo has lo de siempre, sino te gusta lo dejas y ya.
Karamatsu frunció ligeramente el ceño, considerando que en efecto, no sería la primera vez que renunciaba a un empleo – tienes razón – admitió animado – llamaré ahora mismo – se colocó de pie para ir prontamente hasta el teléfono, al final ya tenía la decisión en mente solo necesitaba el empujón restante.
El mayor esbozó una leve sonrisa por ver el cambio de ánimo en el menor, ligeramente intrigado por el nuevo oficio pero no lo suficiente como para indagar, optó por quedarse recostado y tomar una siesta.
El segundo Matsuno aguardaba cerca del parque, tras confirmarle a Atsushi su participación, este le habría citado unas horas más tarde para revisar los términos de su alianza.
Atsushi le pidió que, cual fuera su decisión, lo conversarían durante la cena, siendo que consideraba tal invitación lo mínimo por las molestias.
Se encaminaron así a un restaurante cercano, tras disfrutar un poco del primer plato, Karamatsu optó por romper el silencio – Acepto el trabajo – aseguró confiado.
Su acompañante detuvo la cuchara a mitad de camino - ¿Seguro? - cuestionó con claro tono esperanzador, al verle asentir le fue inevitable sonreír – de verdad te lo agradezco, solo será por un tiempo, en cuanto pierdan el interés podremos "romper" sin problemas – enfatizó simulando las comillas con sus manos.
- Bien, entonces, ¿Exactamente qué haré?
- Claro, los términos. La parte importante en el plan es presentarte de manera oficial con mi jefe, actualmente está fuera por los negocios pero ya me ha pedido organizar una cena para que te conozca, ahora que estás de acuerdo le confirmare vernos a su regreso. Tendremos tiempo para acordar una historia de cómo nos conocimos y compartir uno del otro por si surge alguna pregunta de más.
Karamatsu asintió, con una combinación entra la emoción y los nervios, después de todo, además de conseguir un trabajo se sentía de vuelta en la escuela, listo para aprenderse un nuevo guion.
El par continúo conversando tranquilamente, sin saber que aquel simple acuerdo desembocaría en eventos más complicados de lo esperado.
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Hola~
Y tras un buen tiempo sin publicar, regreso nuevamente con esta inusual shipp que amo con toda el alma 3
Quería esperar a terminar toda la historia para publicar, pero que tal que me muero mañana y no comparto nada XD
Así que estaré otra vez por los rumbos, gracias por leer n_n
