Les presento a Morgana Hamilton en su primera entrega, para lo que pretende ser una ser una saga.

Eventos Canon/No canon

Este escrito puede contener lenguaje alusiones/situaciones sexuales y de violencia explícitas si eres impaciente, deja de leer.

Los bloques en cursiva significarán un flashbacks, así como pensamientos erráticos de nuestros protagónicos

Todos los derechos quedan reservados para J. K. Rowling


CAPÍTULO I:

Todo es efímero como el arco iris.


Llevaba semanas preguntándose si aceptar la oferta de Dumbledore era sensato a esas alturas de su vida, apenas hace un par de meses atrás había logrado conseguir financiamiento para continuar explorando la fastuosa selva de la amazonas, construyendo y forjando con ello un futuro, ganado a base de su esfuerzo, cimentado su capacidad por preservar la historia de legados condenados al olvido, en donde ella o su historia era lo menos relevante, un lugar en donde se había ganado el cariño genuino de tribus y comunidades, aceptándola como una de las suyas, quien sin hacer uso de un gramo de sus habilidades o dotes mágicas, le reconocían como valiosa, donde día con día los vestigios o restos daban pie a hallazgos inimaginables. A regresar a un lugar en dónde no le quedaban familiares. En el que nunca podría aspirar a ser más que el remanente de clan Hamilton y una de las pocas brujas con dos dones que a la vez le condenaban, dones que no le hacían falta en ese lugar al otro lado del mundo para explorar cumbres brumosas de la selva tropical y ser ella.

Al final impaciente de sus divagaciones suspiro exasperada, porque por el otro lado, de volver tendría al menos la mínima oportunidad de terminar al fin con el bastardo miserable que le había condenado a la extinción de su clan, de terminar con el culpable del exterminio de su propia familia hace mas de diez años, y solo tal vez podría vengar y plantar frente al miedo que aun le producía sus pesadillas en donde podía escuchar los gritos agónicos de su madre mientras le entregaba sus últimos suspiros.

-si es verdad que Voldemort está vivo y encuentra la forma de volver, sabes que te buscará, no habrá jungla o bosque que te esconda Voldemort no olvida y tu seras sin duda el cabo que querrá atar...y el ultimo esfuerzo de tu madre no habrá valido la pena...- La voz de Dumbledore resonó antes de que este se marchara


Amazonia/República de Surinam

La cabaña de madera en la selva amazónica se encontraba sumida en la oscuridad de la noche. El único resplandor provenía de la tenue luz de una lámpara de aceite que parpadeaba en una esquina iluminando a una mujer de cabellos castaños que se encontraba sumida en su lectura. El zumbido constante de insectos llenaba el aire, creando una sinfonía natural que envolvía la cabaña. La atmosfera húmeda y cálida, con los sonidos de la selva se entrelazaban con la respiración profunda de la Arcanoantropóloga que leía apacible. Con años de experiencia estudiando las tribus indígenas de la región y criaturas en el lugar , su presencia en la cabaña estaba marcada por la calma y la serenidad. Sin embargo, en esa noche en particular, algo en el aire cambió.

Un crujido lejano hizo que Morgan se enderezara de repente en su silla. Sus ojos, acostumbrados a la penumbra, buscaron la fuente del sonido. A través de la ventana desgastada, la oscuridad de la selva parecía más densa. Otros sonidos, no familiares, se mezclaron con ese sonido nuevamente. Ramas crujían, hojas susurraban y un eco sutil de pasos se filtraba en la cabaña.

Intrigada pero taciturna, Morgan se levantó con determinación. Se acercó a una esquina de la cabaña, donde descansaba su equipo de investigación y, entre sus pertenencias, encontró su arma. Un rifle de cañón largo, con grabados desgastados por el tiempo, pero que aún mantenía su imponente presencia lo tomo con firmeza.

La oscuridad fuera de la cabaña parecía cerrarse a su alrededor mientras. El sonido de ramas quebrándose y el susurro de hojas aumentaron en intensidad. Sus sentidos estaban alertas, su formación como investigadora y su instinto de supervivencia se fusionaron en un solo impulso. Morgan abrió la puerta con cautela, la madera crujió suavemente, revelando el umbral entre la seguridad de su refugio y la misteriosa selva que la rodeaba. Con el rifle en manos, se preparó para enfrentar lo que fuera que acechaba en la oscuridad de la Amazonía y de repente entre la penumbra reveló la silueta de un hombre.

Un halo de sorpresa iluminó el rostro de Morgan cuando reconoció a la silueta, Albus Percival Wulfric Brian Dumbledore, cuya presencia en la selva amazónica parecía tan inverosímil como un sueño. Morgan dejó caer el arma con un suspiro de alivio y asombro.

-Albus- murmuró ella, y una sonrisa iluminó su rostro cansado. Los años de separación se disolvieron en ese instante, reemplazados por el abrazo efusivo. La cabaña, una vez silenciada de tensión, se llenó ahora con risas y el eco de historias compartidas, Morgan tenía años sin ver aquellos ojos azules tras aquellos cristales de media luna y ese vestuario cual Azulito de Senegal.

Sin embargo la chispa de apacible tranquilidad que albergaban la mirada de Albus Dumbledore se transformó en determinación al contemplar a la joven mujer en la que se había transformado aquella niña que vio hace ya nueve años mientras esta le servía de una vieja olla, un poco de té y se sentaba en una silla junto a él, de pronto la voz de Albus adquirió una gravedad inesperada. -Morgan….-agrego

La mujer de cabellos castaños y mirada profunda, intrigada, le hecho una mirada al hombre que pronto había dicho su nombre esperando que con ello revelara el propósito real detrás de su visita tan inusual en medio de la nada.

Albus respiró hondo antes de hablar, su voz resonando con una mezcla de urgencia y resolución. -Sabes que no vine solo para recordar viejos tiempos, he venido con una petición, o más bien, con un impetuoso decreto que me respalda cuando prometí a tu abuelo que te mantendría a salvo-

Morgan lo miro esta vez no era una mirada llena de asombro o dulzura, era una que incluso podía llegar a chocar con la irreverencia.

Albus asintió, con la mirada fija en ella y continuo. -Necesito vuelvas a Hogwarts…-

Morgan, sorprendida por la audacia de la propuesta, se quedó en silencio por un momento. Los ruidos de la selva se desvanecieron en la distancia mientras ella procesaba las palabras del mago. Sabía que, más allá de ser una solicitud amigable con la presencia en primera persona, esta era una orden sin contemplación a negociación.

-Ya hace nueve años tuve que aceptar caridad de un grupo que me veía como damisela infortunada, una cría herida, una prófuga escocesa que se ocultaba bajo las faldas de lo que le quedaba de dignidad , algo que no soy ahora Albus…Tengo algo bueno aquí, tengo… -balbuceaba la mujer quien de golpe había pasado a una postura totalmente a la defensiva.

-aquello tampoco fue caridad Morgan contemplalo como un refugio político, seguro que entiendes la diferencia –replicó Dumbledore.

La mujer esbozo una sonrisa irónica con un hilo herido- si no mal recuerdo, ¿acaso no era yo esa pobre niña a cuya familia entera fue exterminada y quien por más que buscaron hasta por debajo de cada piedra , cualquier tipo de nexo familiar todos me rechazaron como a la peste y al no encontrar mejor lugar tuvieron que subsidiarme hasta cumplir mi mayoría de edad bajo la tutela de un viejo amigo de mi familia,a quien por cierto el gobierno le cedió bajo las benditas leyes cuestionables mágicas el poder de mantenerme bajo el techo de Hogwarts?, para mí eso suena a caridad, pero tú llámalo como quieras-afirmo Morgan -no pienso volver a ser la mascota de Hogwarts…Albus…-afirmo al fin.

Albus la miro con media sonrisa -Quiero que vuelvas como profesora Morgan no como prisionera de guerra-

Por un momento Morgan lo miro con sorna -¿Perdona?-

-Quiero que seas la Profesora de Rituales Arcanos y des una optativa de demonología e invocación-aseguro al fin.

-No existen tales materias en Hogwarts, Albus- la voz de Morgan había sido casi una burla y carraspeó, incómoda- Sin olvidar que tienes que estar de coña para pensar, que voy a dejar mi espacio de investigación de rituales antiguos para tratar que unos niños aprendan magia que apenas logro comprender yo-insistió, sin darle crédito

-Morgan no conozco persona mas capaz de enseñar que tu y no hablo de las acreditaciones mágicas y muggles que tienes y el notable prestigio académico con el que te has forjado- afirmo dando un sorbo a su taza- solo creo que es una lástima que todo ese conocimiento ancestral perteneciente a los Muller que te brindo sobre todo tu abuelo Alexander se quede sin compartir- Morgan se tensó al escuchar aquello, no era posible que Dumbledore estuviera escogiendo de base el sentimentalismo familiar para doblegarl.

- ¿y qué si ese legado muere conmigo? No es como si al hacer eso hiciera la diferencia no soy una enciclopedia de acervo de rituales arcanos-Menciono esta vez un poco más fastidiada de lo que le gustaba

-No hablo de la cuantificable enseñanza del legado cultural familiar, sé que has estado en más de un lugar aprendiendo y enriqueciéndote de viejos rituales y magia antigua o al menos, eso decías en tus cartas- aseguraba Dumbledore

-Esto es ridículo,no voy a enseñar en Hogwarts – afirmo Morgan- ¿crees que el Consejo de Dirección de Hogwarts consentiría algo así? Que una escocesa, despatriada con aires de conspiración enseñe rituales profanos y paganos a las nuevas generaciones de magos y brujas de Gran Bretaña, para que dejen de ocupar su varita -

-El Consejo de Dirección de Hogwarts ya acepto, no pretendo ocultarte la realidad al afirmar que la decisión no fue unánime y que algunas opiniones se mostraron en desacuerdo de manera notable, pero es un hecho–Dumbledore afirmo mirando a una confusa Morgan que había sacado una licorera sirviendo un poco en su taza.

-Morgan hace años te deje partir, con la conciencia tranquila de que era lo mejor para ti, sabiendo que durante estos años tu pericia y carácter serian el mayor riesgo al que te podrías enfrentar, pero en vísperas de lo que se aproxima no puedo garantizar tu seguridad fuera de Hogwarts- dictamino al fin Albus quien sin esperará a que su interlocutora le brindara del elixir que contenía la licorera, tomo la botella para solo después depositar una profusa cantidad en su té.

Morgan lo observó intensamente, reteniendo la respiración y siendo incapaz de tragar saliva debido al incómodo nudo en su garganta, asabiendas de lo que aquella declaración significaba. Se quedó asombrada ante lo que estaba ocurriendo.

Su realidad ideal se estaba desmoronando, y Dumbledore simplemente sonreía amablemente, con aquel destello encantador en sus ojos, como si no fuera consciente de que ella se estaba deshaciendo por dentro, su respuesta fue firme y serena -No puedo regresar…-

-…¿no hay nada de esto que te ofrezco en Hogwarts que te atraiga en lo más mínimo? el enseñar por primera vez algo que tu abuelo llevo años insistiéndome , una magia tan única y que pocos magos o brujas han podido dominar tan bien como tu, la magia sin varita o aquellos vestigios de magia que por años habían sido reservados al olvido ¿no es la clase de reto que debería resultarte irresistible a ti una mujer ha viajado por el mundo? en busca la preservación de el legado de la historia- afirmo con brillo excepcional Albus- ¿Qué acaso hay algo en concreto que no te permite volver? ¿Alguien? -Indago siendo muy meticuloso en lo ultimo

"No digas su nombre, no digas su nombre "Era como un mantra que resonaba en su mente, cada sílaba cargada de esa prohibición era como un eco del pasado, recordándole el dolor que yacía en el corazón, un dolor que ella había intentado enterrar bajo capas de indiferencia y aparente olvido de años. Fingió con maestría, llevando una máscara de despreocupación, pero en la soledad de la noche, cuando las sombras danzaban en las paredes, "No te atrevas a nombrarle", susurraba en la quietud de la habitación, como si pronunciar el nombre de aquel antiguo amor resquebrajara las frágiles barreras que ella había construido, sus dedos temblaron al borde de la tentación de pronunciar ese nombre que resonaba en su pecho como una herida antigua.

-¿acaso es por Sybill con sus vagas predicciones?-indago el mago

-No seas ridículo, a Sybill solo le falta practica...-afirmo Morgan con ironía.

-Entonces Filius y sus interminables historias de duelista...- dijo con sorna Dumbledore

-Adore siempre escuchar sus relatos me hacían sentir parte de un pasado- rio Morgan

-¿Minerva es entonces? con su rigidez y a veces falta de compasión-afirmo con sorna Dumbledore- aunque en su defensa, le hiciste bastantes bromas a la pobre..-

Morgan recordó con desasosiego la vez que cambio su te de lavanda por una infusión de amapola y pese al caos que aquello provoco se limito a regañarla y cobijarla cual afecto de una madre enfadada

-Sabes cuanto cariño le tengo a Minerva, Albus- rio Morgan sarcástica

-¿Acaso es por Severus? - soltó de golpe Dumbledore al fin, tan casualmente que Morgan, quien por años había querido borrar por completo el recuerdo de aquel nombre dirigió todas sus fuerzas a parecer imperturbable frente aquel nombre y tuvo éxito, quizás porque estaba mentalmente preparada, anticipándose a esto desde el inicio de la conversación- se que su pasado...-

-El profesor Snape no tiene que ver con mi negativa–advirtió con un tono serio- tiene más de nueve años que no se de él...-afirmo con dureza- ¿Me crees tan mezquina, infantil y frívola como para que lo considere una razón para no volver a Hogwarts?- agrego con mas sorna de la que le gustaba admitir aunque por su cabeza su voz interna gritaban con intensidad un si.

Dumbledore exhibió una expresión triunfante y de aprobación en su rostro, como si fuera la respuesta que esperaba escuchar. Morgan se dio cuenta un poco tarde de que había cometido un error al desafiar los principios de la lógica de Albus Dumbledore, quien se enorgullecía de ser capaz de orillar a cualquiera de encontrarse acorralado por sus propias palabras.

-en todo caso, de no ser por la única persona con la que tuviste problemas en el pasado, sigo sin ver cuál es la verdadera razón de tu negativa –repuso el mago, con tranquilidad cruzando la pierna con aire descansado - pero si me lo explicas con otra taza de te en compañía de ese elixir que llevas en esa peculiar botella de aluminio, tal vez pueda entenderlo- dijo con sorna al tiempo que limpiaba su frente con un paño.

El viejo bastardo le había preparado la trampa más que evidente y ella había caído como una imbécil. Dumbledore había jugado con el orgullo de Morgan y la estrategia había funcionado a la perfección. Intentando negar su principal razón para no regresar a Hogwarts, Morgan se había quedado sin argumentos para debatir.


El tren de avanzaba por los rieles con un ritmo constante, pero el compartimento en el que se encontraba Morgan estaba impregnado de una atmósfera tensa en sus oídos resonaban acordes de una canción que la acompañaba y se mezclaba con el traqueteo del tren, creando una banda sonora discordante para sus pensamientos.

Come closer and see
See into the trees
Find the girl
While you can

Come closer and see
See into the dark
Just follow your eyes
Just follow your eyes

I hear her voice
Calling my name
The sound is deep
In the dark

I hear her voice
And start to run
Into the trees
Into the trees..

Morgan sostenía un libro entre las manos, pero sus ojos no parecían estar realmente enfocados en las palabras. Más bien su mirada se perdía en la distancia, como si tratara de escapar de recuerdos no deseados que se agolpaban en su mente. El libro, en lugar de ser una distracción, parecía un recordatorio de algo que preferiría olvidar.

Una vieja edición de the lighthouse de Virginia Woolf que su madre le había regalado a sus quince años, tan solo un año después seria lo único que le quedaría de ella.

Todo es efímero como el arco iris releyó con una curvatura en sus labios, una pequeña sonrisa que tras el rabillo ocultaba la nostalgia de recordar a su madre.

Se quito los audífonos y guardo su aparetejo de música en su bolso.

Cada paisaje que pasaba fuera de la ventana le recordaba momentos que, aunque intentaba enterrar en el pasado, resurgían con fuerza. No te puede afligir tanto ver a un hombre que llevas mas de nueve años sin ver.

Abrumada por el pensamiento Morgan rebusco en su bolso de viaje , saco un paquete de cigarrillos, bajo la ventana sintiendo la brisa del bosque . El sonido del papel crujiente se mezclo con el crujir de las ramas chocando con algunos vagones del tren, extrajo un cigarrillo y encendió un fósforo con un gesto rápido y decidido y mientras el humo de su cigarrillo se unía con el vapor del tren deslizándose por la ventana, al igual que el viento helado, Morgan dio una bocanada profunda al exterior mezclado con el dulce sabor del tabaco.

Sin embargo aquel satisfactorio gesto fue interrumpido por el sobrecargo del tren-disculpe señorita no puede fumar aquí-

Al instante asintió y volvió a su lugar, apagando su cigarro con hastió.

En su mente se dibujo entonces la imagen de Poppy Pomfrey algunos años atrás la había regañado con severidad, sus ojos mirándola con desaprobación mientras le recordaba las normas estrictas de Hogwarts, la imagen de la enfermera, con su bata blanca y su expresión seria, se proyectó en la mente de ella, sin embargo con aquel recuerdo no solo estaba el recuerdo tácito de de Poppy consigo también permanecía el recuerdo de la primera vez que había tenido una interacción directa con Severus.

Recordó la expresión impasible de Severus, sus ojos penetrantes observándola con una mezcla de desdén, siempre desde lejos, aquello fue la primera vez que escuchó la voz fría y sarcástica de él.

-Así que el acto de caridad de Dumbledore se esconde aquí- afirmo con sigilo saliendo de la penumbra Severus, Morgan que acaba de prender un cigarrillo y se sobresalto al escucharlo, Severus la miraba con una ceja levantada.

-si...-fue tacita su respuesta, Morgan trataba de entender como una persona como él había llegado a Hogwarts, miro su brazo goteaba con un poco de sangre.

-no puedes fumar aquí Morgan, si Minerva te viera...-Mencionaba Poppy apagando con un agitar de varita el cigarrillo.

-blasfemaría de mis modales, de mi forma de hablar y de todo lo que no soy, por su bendita idea de lo que debe ser una buena chica británica...-afirmo ofuscada Morgan, y por el rabillo del ojo pudo notar como una sonrisa se dibujaba en el inexpresivo rostro de Severus

- Y entonces nos quedaríamos sin entretenimiento porque ya no tendríamos que lidiar con nuestra mascota escocesa- afirmo Snape llamando la atención de la enfermera que al verlo, carraspeo mientras este pretendía ocultar lo que era una herida en su brazo, Poppy ansiosa sin esperar mas la apuro a sus habitaciones.

-Vamos Morgan...ve a dormir, mañana hablaremos de esto- afirmo y con ello dio por terminada la platica.


Morgan descendía del tren, su mente se encontraba inmersa en los recuerdos tumultuosos eres patética no haz cruzado ni siquiera el umbral del castillo y ya evocas recuerdos que no te ayudan en nada ajena a su alrededor y la desolada estación del tren.

El ayudante del tren se aproximo a ella-Si necesita algo estaré encantado de ayudarla señorita- afirmo el hombre de traje perfectamente alineado al notar la carencia de gente a su alrededor.

Odín su Halcón descendió del cielo y comenzó a volar alrededor de Morgan. El ave realizó un giro en el aire antes de aterrizar en el hombro de ella.

Irónicamente o mas bien obstinadamente obsceno era pensar que algo en esos nueve años hubiera cambiado, no importaba que llevase mas de un año en medio de la selva, misma donde habitaban solamente mas del cincuenta por ciento de las criaturas mas letales del planeta mágicas y no magicas que sin hacer el menor hincapié de el genero eran asesinos a sangre fría,o que hubiese atravesado en los años anteriores países en medio de trifurcas y guerras o presas de movimientos políticos,no nada de ello importaba porque para ojos de un buen caballero ella solo era una flor frágil que necesitaba ser protegida de las espinas de la vida.

-No sera necesario,un amigo vendrá por mi al final menciono- a la par que un carraspeo de Odin inquietaba al ayudante.

Hagrid, con su sombrero de copa y su sonrisa eterna, la divisó en medio de la bruma del anden. Agitó su mano con entusiasmo y, al percatarse de que Morgan se perdía en sus pensamientos, lanzó un fuerte silbido para llamar su atención.

Morgan levantó la mirada, y al ver al semigigante, mientras Odin emprendía un vuelo de confort al ver que pronto estarían en un sitio mas caluroso que el frio anden de Hogsmeade su rostro se iluminó con una sonrisa genuina. La emoción brillaba en sus ojos mientras se acercaba rápidamente a Hagrid.

-¡Morgan, pequeña!- exclamó Hagrid con efusividad, extendiendo sus brazos para un abrazo cálido. -¡Cómo te he extrañado!-

Aunque Morgan aún estaba sumida en sus pensamientos, la presencia afectuosa de Hagrid la envolvía en un abrazo reconfortante. Era como si su amigo pudiera percibir la tormenta de emociones que la acompañaba.

– No podía creerlo cuando Albus dijo que volverías este año…-afirmo el semigigante a la par que algunas de lagrimas se le botaban, cubriendo su espesa barba-pero mirate Cachorra, ahora eres toda una mujer...- expresó como si aquello fuera algo inconcebible.

-eso esperaba parecer a mis veintiocho años Rubeus–replicó, divertida, Morgan no podía esperar menos, desde la perspectiva de Hagrid, sus pequeñas criaturas nunca crecían.

Morgan, aún procesando los remanentes de sus recuerdos, respondió con sinceridad: -Ha sido... complicado, Hagrid. Pero estoy feliz de estar de vuelta.-dicto al fin.

Odin quien no tardo en recordar al semigigante ondeo a su al rededor- ¿Y este majestuoso amigo?¿es Odin?- indago con emoción al verlo revoloetear, alguien con una pisca de sentido de supervivencia no hubiera durado dos minutos, sobrepensando si aquel bicho que parloteaba y volaba a su alrededor estaba feliz o enojado, pero a ojos de Hagrid aquello era un día casual.

-Si es Odin...-

Hagrid asintió acariciando al ave que se poso en el hombro de ella y guiándola hacia el carruaje que los llevaría al castillo de Hogwarts.

-Vamos. Quizá aún lleguemos a tiempo para la cena. Y si no, estoy seguro que los elfos estarán encantados de servir un banquete digno de una Arcanoantropóloga forense- afirmo.


Notas del Autor:

Amazonia/República de Surinam:

Es un poblado del centro de Amazonas, con una población victima de la sobreexplotación la cual del se vende a los inversionistas internacionales como un país rico en recursos, como el moderno el Dorado, pero hay quienes temen que esta pequeña nación de la costa atlántica sudamericana se venda a costa de la salud de su población. Es importante reconocer este contexto ya que nuestra protagonista tiene fuertes aspiraciones activistas y nos servirá de eje para reconocer su interés y dolor al dejar su investigación, así mismo buscando promover mas la civilización de una población perteneciente a Latinoamericana que ahora es acribillada por la expropiación europea y todos deberíamos de saberlo.

The lighthouse (El faro)de Virginia Woolf: Aparte de ser de las obras mas reconocidas de la escritora, servirá como un paradójico recuerdo para Morgana ya que el libro divaga como un homenaje a la vida y a la muerte, algo con lo que en muchas ocasiones es y sera parte de la estabilidad emocional de nuestra protagonista, no les recomiendo este escrito si son vulnerables a cuestiones que tengan que ver con salud mental, depresión y suicidio, busquen ayuda de identificarse en algún aspecto del desarrollo de personaje de Morgana

Este primer capitulo fue ambientado con la banda sonora que escucha Morgana en el tren The cure con la fantástica canción de The forest

Esta historia es el producto del recopilado de la lectura de varios Fics, incluyendo el estupendo trabajo de BlueMeanie76 quien gracias a su trabajo, sera la base angular de esta historia con el único fin de profundizar en algunos temas que no toco y sobre todo dar fin a una historia que merecía una continuación, sin embargo esta historia busca redefinir los conceptos del amor, la sexualidad y autoestima de nuestra protagonista, así mismo como brindar la oportunidad de juguetear un poco mas con nuestro obstinado Severus Snape.

Si les gusta el capitulo les invito a depositar su magnifica opinión en comentarios.