Les presento a Morgana Hamilton en su primera entrega, para lo que pretende ser una saga.
Eventos Canon/No canon
Este escrito puede contener lenguaje alusiones/situaciones sexuales y de violencia explícitas si eres impaciente, deja de leer.
Los bloques en cursiva significarán un flashbacks, así como pensamientos erráticos de nuestros protagónicos
Todos los derechos quedan reservados para J. K. Rowling
Siempre he creído que Dumbledore para fines prácticos de la historia, tomo decisiones que funcionaron mas por el bien mayor que con la calidad de vida de las personas a las que "salvo"ya que con el tiempo te das cuenta chocan mucho con las marcas emocionales que les dejo, como en este caso con Morgan en el capitulo anterior menciono que dejo que se fuera con la conciencia tranquila de que era lo mejor para ella (mantenerla a salvo), sabiendo que durante estos años su pericia y carácter serian el mayor riesgo al que se podría enfrentar. ¿Y si eso fue cierto?
Capitulo II: Una cena, regalos y sorpresas.
Morgan recorría los pasillos de empedrados de los jardines de Hogwarts, con una mezcla de emociones que iban desde la emoción hasta la ansiedad, caminaba por el sendero hacia la entrada principal, con su bolso de viaje apretado contra su espalda y la mirada llena de recuerdos que fluían como la marea de la nostalgia.
El aire fresco de la noche revolvía ligeramente sus cabellos mientras se acercaba a las enormes puertas de madera, atravesando los largos jardines de Hogwarts, cauta y reflexiva, Morgan sintió cómo las piedras gastadas bajo sus pies resonaban con ecos del pasado. Un suspiro escapó de sus labios, mezcla de emoción y desasosiego por lo que le deparaba el regreso al castillo, pero esta vez no como cervatillo herido al que habían ofrecido hospicio , sino como profesora.
De fondo la voz de Hagrid resonaba, regresandola a su realidad -No te preocupes Morgan, no seras la única que debutara como nueva profesora este año- advirtió el hombre con voz emocionada.
-¿no? acaso se les dio este año por reformar la plantilla...-dijo con sorna Morgan.
-El profesor Kattleburn este año se jubilo y dejo al cargo a su aprendiz quien nos ha acompañado durante los últimos dos años es un joven notable y atento, te dará gusto conocerlo- agrego Hagrid; para Morgan el contemplar a Hagrid quien por experiencia le resultaba a veces mas fácil sobrecogerse y expresarse así de bien de una acromantula que expresarse así de alguna persona, era particularmente raro, por lo que ya de momento le despertaba cierta curiosidad aquel aprendiz.
Al abrir las puertas, fue recibida por la luz tenue que iluminaba los pasillos familiares. Las paredes de piedra parecían susurrarle historias de tiempos pasados. Morgan avanzó con paso firme pero cauteloso, sus ojos explorando cada rincón que aún resonaba con recuerdos arremolinándose y Hagrid siguiéndole por detrás.
De frente y como era de esperarse, inconfundible con apariencia típica a la guardia del mundo mágico, resistente a las tendencias de la moda y congelada a la época victoriana estaba Minerva McGongall, en compañía de un típico y apacible Albus Dumbledore
-Profesora McGonagall —saludó al estar cerca
—Creo que ahora puedes llamarme Minerva, Morgan—expresó la bruja, con un hilo tan inusual lleno de emoción, y estrecho con ternura sus manos entre las suyas—Bienvenida de nuevo, querida-afirmo.
Y solo eso basto para que aquella barrera con la que llevaba lidiando y construyendo desde que subió y hasta que bajo del tren se desquebrajara.
Minerva MacGonagall era buena para muchas cosas, pero no, para los despliegues públicos de afecto, por ello cuando Morgan la envolvió en un afectuoso abrazo y esta no se deshizo del agarre y un traicionero brillo de una lagrima se asomo ante el acto en sus ojos claros, revelo el cariño sobrecogedor que le tenia a la bruja. Morgan fue consciente de que ya tenía un nudo en la garganta. Apenas había cruzado el umbral del castillo y ya se estaba quebrando,eso iba a ser peor de lo que se temía, jodidamente peor.
Por otro lado un Rubeus Hagrid limpio distraídamente otra lagrima que corrió por sus mejillas y aclaro la garganta.
Dumbledore quien ya había tenido tiempo de hablar con ella, asintió con la cabeza en forma de saludo y le dio un par de palmadas afectuosas- bueno, sera mejor darnos prisa para cenar- agrego el mago, mientras Morgan se separaba del abrazo.
-Que detalle que me hayan esperado...-agrego Morgan volviendo a su porte anterior mas reservado.
-no solo nosotros, todos por supuesto, no creerías que te íbamos a dejar cenando sola en la noche de tu regreso- menciono Minerva tomándola de un brazo y guiándola a la subida a la puerta principal.
Fue el TODOS lo que agito con ansiedad el corazón de Morgan y que dibujo por debajo de su porte tranquilo, ya con la respiración entrecortada, el miedo o el terror que para ella significaba, incapaz de sacudirse la tensión que le aprisionaba sonrió, en su imaginario pensó que al menos tendría lo que restaba de la noche y la mañana para tener un respiro antes de enfrentarse a aquella realidad.
Dumbledore percibió la tensión en Morgan desde el momento en que Minerva añidio el "todos" a pie de escalera y a pesar de que Morgan tenia el carácter de plomo de todo buen escocés quien a merced de cualquier noticia se muestra imperturbable para quien a lo largo del tiempo la especialidad de leer personas trascendía a lo que el ojo humano percibe era claro que ese "todos" para ella significaba un alguien en particular y ese alguien era el causante de su perturbación sin embargo no hizo mención de sus observaciones.
A medida que se acercaba a la sala común de profesores, el murmullo de voces se hacía más evidente. Un nudo se formó en su estómago mientras se preguntaba cómo sería el reencuentro con personas que no veía desde hace casi una década. La preocupación la embargaba, temerosa, y es que no era la idea de recontarse con Septima, Rolanda o Filius, la angustia era evidentemente por cierto profesor de pociones.
Apenas Dumbledor puso su mano en el picaporte Morgan se preparaba mentalmente para lo que pudiera ver al otro lado de la puerta y aun asi nada de eso la preparo para lo que lo vio la sala estaba decorada con guirnaldas y luces parpadeantes, creando un ambiente cálido, las caras familiares se hicieron presentes al ser recibida por sonrisas amigables y abrazos afectuosos.
Pomona Sprout estaba allí, apretándole un poco las mejillas como lo hacen las tías tras un largo periodo de no verte y Filius se había subido a su silla para ver mejor, Rolanda Hooch la miro con aquellos ojos atrigados, mencionando que tendrían que salir pronto a volar en el campo de Quidditch, por su lado Sybill Trelawney enfocándole con sus lentes de fondo de botella, gritaba diciendo que ella había presagiado su regreso.
Pero fue Poppy Pomfrey con lágrimas en los ojos, quien corrió para abrazarla con todo el amor y ternura con lo mas cercano que tenia a una madre ,lo que provoco que se soltara a a llorar y blasfemar en brazos de la enfermera.
Años atrás en cartas de Albus recordó con precisión lo que ahora sus ojos daban crédito:
Nunca te vimos con el reparo de la huérfana desvalida que siempre te haz sentido, ni como una carga con la que teníamos que lidiar, y nos relacionamos contigo mas que con cualquier otro chico de Hogwarts, ya que nunca fuiste elegida por ninguna casa, te veíamos con un poco de todas y eso nos liberaba de lidiar con la responsabilidad académica de quitarle puntos a una casa y solo nos dejaba con el ingenio personal para lidiar con tu carácter escocés, y al final solo nos teníamos que enfocar en los detalles cotidianos de convivir contigo, de ver que comieras, no te sintieras sola, escucharte ,entretenerte, verte crecer , ayudarte con tus notas, reparar en tus múltiples infracciones con castigos muchas veces demasiado permisibles, nuestro único interés al final como cualquier padre o madre era ver si eras feliz o no. Nos enfocamos en brindarte afecto. Enseñarte un poco de lo que eramos y darte lo que estaba en nuestras manos, fuiste lo más parecido a una hija de lo que muchos de nosotros hemos tenido y agradecimos mientras duro y por ello, cuando partiste de Hogwarts sin saber si algún día volverías trastoco a muchos de nosotros, y aun así respetamos porque al igual como todo hijo algún día tenias que crecer y dejarnos, solo no olvides que en Hogwarts siempre tendrás un hogar y una familia.
Jamás habían pesado tanto esas palabras como en ese momento, verlos reunidos a su alrededor, escuchar sus palabras de cariño y sentir el peso del afecto y la preocupación genuina que siempre le habían brindado de pronto le hizo sentir una mezcla de gratitud y tristeza al darse cuenta que nueve años lejos no podían deshacer aquello que habían forjado por más que ella se hubiera esforzado de minimizar.
Una vez todo el alboroto inicial se calmó, ya en su lugar de la mesa, Morgan reparo en el hecho que aún tenía que lidiar con el asunto que la tenía al borde de su silla ,Albus, observó la mirada nerviosa de Morgan que viajaba por los presentes, buscando no encontrarse con aquella imagen particular de un profesor de pociones, entonces hablo- Es una lastima Severus se pierda la fiesta por estar ocupado en sus cosas en Rumania, estas reuniones son muy de su estilo- dijo al aire con sorna sin mirarla directamente, aquello provocó algunas risas entre los presentes- eso y a nuestro nuevo profesor de Cuidado de Criaturas Mágicas que se ofreció en escoltar al profesor Kattleburn hasta su casa de descanso -
Solo hasta ese momento Morgan fue consciente de haber estado conteniendo el aliento, exhaló con alivio momentáneo que se reflejó en el rostro de ella, sin embargo la incertidumbre sobre el futuro encuentro con Severus persistía incómodo e inminente -bueno al menos eso me quita el pesar de verificar que mis alimentos no estén envenenados- dijo con sorna levantando su copa de vino, chocando con los demás profesores, obteniendo un carraspeo de Minerva y una risa colada por los presentes.
-Morgan ahora que serás profesora en Hogwarts, tendrás que aprender a lidiar con él, sé que nunca se llevaron bien, pero ahora tienes un deber con los estudiantes- afirmó con tono solemne Minerva
A los ojos de todos, la relación entre Severus y Morgan siempre había parecido teñida de odio y desprecio, una sucesión interminable de disputas y conflictos. Nadie podría haber imaginado que el alivio que tuvo al saber que no lo vería aquella noche no derivaba del disgusto que le provocaba el encontrarse con su némesis, si no que provenía de no tener que enfrentarse de nuevo con su antiguo amigo y amante.
La sala común de profesores estaba impregnada de risas y charlas animadas. Morgan se encontraba en medio de sus colegas, disfrutando del ambiente festivo que contrastaba con sus pensamientos internos.
-No puedo creer que Harry Potter ya tenga once años,la ultima vez que lo vi apenas era un bebe que perseguía un gato en su escoba de juguete -afirmó Morgan recordando aquel día.
¿como si pudiera olvidar ese maldito día?
Morgan había acompañado a Dumbledore a la Madriguera, la casa de los Weasley, en esa época la creciente familia con ya cuatro hijos servia de refugio para la orden, Morgan estaba cuidando de un pequeño Harry Potter, mientras los pequeños mas crecidos de Molly corrían por la casa y el mas pequeños de ellos era alimentado por su madre. El pequeño estaba acostado en una manta, jugando con algunos juguetes mágicos mientras ella le sonreía y le hablaba con cariño.
A lo lejos la mirada de Severus se centraban en ella, distraída enajenada en el pequeño bebe, había una llama en su forma de ver que iba más allá de la habitual severidad, sus ojos al cruzarse parecieron tener la misma idea, Morgan se había sonrojado.
En ese momento, Sirius, se acercó con una mirada traviesa en sus ojos grises. -Morgan, ¿puedo ayudarte a hacer uno?¿si te apetece?- indago en tono juguetón, insinuando con una risa suelta.
Morgan rió y lo miro agudamente-me apetece mas explicarte la forma en la que se castra un Graphorn, apenas el profesor Kattleburn me enseño, dame un par de tijeras y te lo mostrare- Dijo mordaz Morgan
Severus Snape, quien observaba desde la distancia con una expresión de desagrado, esbozo una pequeña sonrisa de satisfacción.
Esa noche tras la reunión, ya en la calidez de los aposentos de Severus como era habitual durante las ultimas noches, aun con la respiración entrecortada descansando sobre su pecho desnudo, Severus hablo.
-entonces ¿no haz considerado la idea de seguir tu linaje con la ayuda de Black?- menciono con tono de burla mientras se deslizaba para besar su espalda
Morgan rodó los ojos y lo miro con cierta malicia- no es una idea que me mantenga despierta, pero éstoy segura que si alguna vez decidiera continuar mi linaje te aseguro que el único que estaría en consideración serías tu-dijo con una sonrisa traviesa mientras se removía sintiendo el cosquilleo de los labios sobre esa parte particular sensible que tanto le provocaba brincar involuntariamente.
Severus se quedó perplejo por un momento, procesando las palabras de la joven. Luego, un destello de diversión cruzó sus ojos oscuros antes de volver a su habitual expresión impasible-No tengo intención de contribuir a tu futuro linaje, Hamilton, pero si me lo pides de forma amable puedo reconsiderarlo- dijo burlón
Morgan sintió como mientras decía aquello una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios lo podía sentir mientras subía hacia su cuello.
-dije que te consideraría, no que te lo pediría, para empezar necesitaría que hicieras audición, ya que de momento tengo claro que sí te escogiera, tendrían una gran nariz y un carácter jodido...- aclaro con diversión mientras esté la giraba para tenerla de frente y ella colocaba sus manos sobre su delgado pectoral.
-eso para mí es una propuesta Hamilton pero no me estás ayudando mucho para aceptar, me conformare de momento con audicionar las veces que sea necesario- dijo burlón al fin clavando un beso profundo en sus labios.
Esto ya era patológico, estaba cayendo de nuevo en aquellos recuerdos peligrosos que no estaban permitidos, que no le ayudaban en nada.
Filius Flitwick con una chispa traviesa en los ojos, la regresó de nuevo al presente y le preguntó con curiosidad -¿algún noviecillo en tu vida que nos estés ocultando? -dijo con sorna.
Morgan rió nerviosamente, sintiendo la mirada intensa de sus colegas sobre ella -Bueno, en realidad...estuve comprometida por algunos meses...- dijo al fin Morgan.
Poppy Pomfrey, la enfermera de Hogwarts, que disfrutaba de un sorbo de vino en ese momento, ante la sorpresa escupió involuntariamente su trago. El vino salpicó en el aire, creando un breve momento de tensión en la sala y mientras se secaba la boca con la manga su mirada se encontraron con los de Morgan, y en ese intercambio silencioso, se asomaron muchas dudas y no fue la única, la plática animada entre los profesores incluyendo a Dumbledore se detuvo.
La sala quedó sumida en un silencio perplejo mientras los presentes procesaban la revelación. Cada uno de ellos contemplaba a Morgan con expresiones variadas, desde la sorpresa hasta la confusión. El ambiente festivo se volvió más solemne de repente.
Hagrid, siempre directo y sin filtros, no se quedó con la pregunta que flotaba en el aire- ¿ccomprometida?- indago con hilo de solemnidad, mostrando su naturaleza transparente, el semigiante se notaba con aire herido ya que con aquella la declaración afloraba el reclamo de "¿te comprometiste y no has tenido la decencia de decirnos?".
Morgan asintió con un gesto sereno- fue algo rápido, no creí que valdría la pena...- respondió en voz baja sin darle mucha importancia, pero reparó en la mirada de sus colegas.
El silencio persistió, y los presentes se quedaron taciturnos, Morgan sintió el peso del silencio en la sala común mientras sacaba una pequeña fotografía de su bolsillo. La imagen era de ella en medio de una selva en compañía de un hombre con una expresión seria y con una diferencia de edad evidente, aun mas para la edad que tenía en esa época. La sorpresa en los rostros de sus colegas fue palpable.
Aun para Albus Dumbledore quien por experiencia de vida, pocas cosas llegaban a desconcertarlo, el ver la foto, donde lucia Morgan, con la belleza de una mujer en sus veintes con un hombre de cuarenta fue desconcertante, pero a la vez un hilo de parecido con alguien que conocía y no estaba presente choco con aquella imagen.
En la foto un retrato sin movimiento, lucia Morgan con camisa blanca, chaleco multibolsillos y pantalones vaqueros, con un hombre que evocaba un porte militar, cabello semi largo y oscuro, ya con algunas canas resaltando de sus cabellos, ojos negros profundos vestido con una camisa de manga larga, arremangada con múltiples bolsillos, pantalones negros de caza y botas de exploración, la foto no reflejaba el amor de una pareja, lucia mas como el retrato de una larga travesía de un mentor y su aprendiz.
Rubius Hagrid, el siempre curioso, no pudo evitar generar otro comentario, pero su expresión pronto seria reprendida por una Minerva McGonagall aclarando la garganta -te doblaría la edad cuando mínimo- inquirió casi escandalizado, buscando entender la conexión entre una joven de la edad de Morgan y un hombre de ese tipo.
Morgan percibió la duda de quienes digerían la revelación de la fotografía, así que volvió a hablar -La fotografía es de cuando empecé a realizar mis prácticas como arcanoantropóloga, el era mi mentor, era un hombre brillante estábamos recorriendo la selva de Papúa en Nueva Guinea- comenzó Morgan, observando las miradas inquisitivas que la rodeaban, sus rostros como era de esperarse de incredulidad y desconcierto- compartíamos una pasión por el estudio de la magia antigua y rituales antiguos,era un reconocido explorador tanto en el mundo mágico como en el muggle, tal vez hayan escuchado su nombre era Henry Cook- afirmó al fin.
Filius reconoció su nombre y se pronunció con emoción-claro el explorador y aprendiz del sanador Livingstone, jamás había visto una foto de él, amaba sus libro diario de exploración en el nuevo mundo, pero niña ¿no fue el que murió por contraer una maldición?-
El silencio se hizo más solemne y con cuidado sin el reparo de darle aquella mirada que todos sabían que ella odiaba, la vieron, esperando ver su rostro decaído o indicios que delataran el luto de un corazón roto, pero no fue así, en cambio ella lucia tranquila - Asi es Filius, contrajo la maldición de las sombras profundas mientras exploraba una cueva en el Amazona- continuó Morgan, notando cómo las expresiones de sus colegas evolucionaban a una mirada más matizada.
La sala común se llenó de un silencio reflexivo mientras cada persona en la habitación, absorbía la nueva información.
-Seguramente fue un hombre muy especial, Morgan, inteligente, dulce, carismático, un explorador del mundo...-Mencionaba Astoria dando un sorbo a su copa de vino.
- así es fue un hombre inteligente pero poco cuerdo, amargado y presuntuoso- admitió Morgan, observando las cejas levantadas y las expresiones de sorpresa a su alrededor- sin embargo si que sabia ser muy satisfactorio y apasionado en la intimidad - dijo al fin en tono de burla .
-¡MORGANA!- reprendió escandalizada Minerva, acudiendo al nombre completo de ella solo cuando de verdad lo ameritaba, las carcajadas de sus interlocutores y el tono sonrojo de Minerva, habían ayudado a relajar la situación.
-De todas formas- continuó con un guiño- hablar de mi vida romántica, me parece absolutamente estéril en comparación de los viajes que he hecho -afirmó al fin y de su bolsa comenzó a sacar un par de cosas que había traído como presentes para sus interlocutores, cosas que había seleccionado pensando que tal vez podrían gustarles.
Para Albus, había traído un antiguo libro de cuentos folclóricos de México, sabiendo que apreciaría la riqueza de las historias tradicionales. A Minerva, le entregó una pluma de escribir hecha a mano por un artesano en Brasil y en la punta poseía la pluma de un ave de fwopper.
Cuando le entregó a Poppy su presente , la enfermera lo guardó en su bolsillo advirtiendo que después de la cena, tenían que tomar té y por té se refería a que iban a tener una plática larga ya que ella se encargaría de escoltarla a sus aposentos.
Flitwick,analizaba la pequeña caja que le había dado Morgan hasta que esta le explico que tenia que darle vuelta de una pequeña manija y la pequeña caja emitió música, era una caja de suiza que le otorgo el jefe de una tribu de los Cimbrios, para Pamona, Morgan trajo una selección de semillas exóticas de plantas mágicas que había recolectado en sus viajes a lo largo de toda América, sabiendo que apreciaría la oportunidad de agregar nuevas especies a su colección.
Hagrid contemplaba maravillado el alebrije tallado a mano con colores vivos y formas caprichosas. Morgan sabía que Hagrid miraba maravillado los detalles de la pieza cuidadosamente pintada -Tienes que contarme la historia de esta criatura, jamas había visto algo igual-mencionaba emocionado el semigigante.
Mientras cada uno de los presentes dialogaban entre ellos sobre sus presentes ,Albus se dirigió casi como un susurro a Morgan con una sonrisa -Severus se ha perdido algo realmente asombroso, aunque, claro, no esperaría que tú le trajeras algo después de todo lo que han pasado- dijo mordaz dando un sorbo a su taza de té recién traída-hablo de lo de odiarse y no caerse bien-dijo con énfasis lo ultimo.
Morgan sintió un nudo en el estómago tras escuchar eso, esperando profundamente que no estuviera sonrojada mientras veía al viejo bastardo regresar a su porte casual, muy inocente, como si no supiera que le acababa de tirar un balde de agua fría , y que para ella, eso no había significado algo ¿porque se suponía debía ser así, no? - sabes que es ilegal viajar con veneno en cualquier lugar, así que me temo que su obsequio se perdió-afirmó con sorna Morgan viejo bastardo, tenia que reparar en lo patética que ya se sentía, a veces llegaba a creer que Albus Dumbledore podía leer sus pensamiento cual pagina de libro, justo mientras miraba como todos disfrutaban de sus presentes ella había reparado en la vergüenza y alivio que le había suscitado que Severus no fuera, porque así le había ahorrado la vergüenza de entregarle algo, por formalidad ¿formalidad? que claramente el despreciaría
Sin embargo, por dentro, Morgan se sintió incompleta, consciente de que había dejado un regalo sin entregar y aunque se había repetido una y otra vez que solo lo había traído por mera cordialidad, un gesto entre conocidos o entre colegas ¿porque eso eran no? sin embargo por ahora ese presente elegido sin aparente interés o atención, aquel regalo que no tardó horas debatiéndose una y otra vez si era algo muy personal o demasiado superficial , ahora solo sería un recordatorio vergonzosos de una brecha que al parecer aún parecía imposible de superar, y lo patética que resultaba verse y que a pesar de mas de nueve años de no ver a Severus Snape aun el recuerdo de el la inquietaba.
Notas de autor:
Tanto Severus como Morgan para mi durante estos años no fueron seres asexuales invertebrados, obviamente nueve años los preceden y se habrán liado con una otras personas, aunque eso no significa que haya funciona para alguno, sin embargo es importante recalcar eso porque pese a todo, creo que ambos si intentaron continuar con su vida. Y quiero pensar que lo que los une no es el imaginario de un amor primerizo o ensoñado, es aquello que pese a los años que pasaron, es difícil borrar y es la confianza que en el algún punto se tuvieron, la seguridad con la que llegaron a construir su vinculo y lo que no permitiera que funcionara con otros, porque nunca permanecieron tanto tiempo como para desarrollar eso. Al igual que la química que hay entre ambos.
Cabe destacar que el ex prometido de Morgan es en imagen parecido a un Duncan Vizla de Polar interpretado por Mads Mikkelsen, si llegasen a tener la duda basta buscarlo, la película por cierto es excelente.
El doctor Livingstone o en este caso el sanador Livingstone: si existió en la vida real fue un médico, explorador y misionero británico, una de las mayores figuras de la historia de la exploración. Mediante observaciones astronómicas, estableció situaciones correctas en la cartografía africana y realizó informes de botánica, geología y zoología
Cimbrios:Los cimbros o cimbrios fueron un pueblo germánico-céltico de la Edad Antigua que junto a los teutones y los ambrones, primeros colonizadores de Suiza
Alebrije: Un alebrije es una artesanía mexicana ideada allá por el año 1936. Pedro Linares López fue la persona que dio origen a estas criaturas. Hay algunos que representan animales reales mientras que otros son totalmente inventados, como en el caso del alebrije dragón. El artista usa su imaginación para, con partes de diferentes animales, crear estos seres fantásticos.
Para esta historia me gustaría incluir viejos rituales de latinoamerica y otras partes del mundo, así como mitos y leyendas, siendo que la magia de Hogwarts erocentrista, se quedo corta y pudo haber sido mas nutrida con elementos de otras naciones.
