"Hola Rose, ¡hay correspondencia!", le dijo la guardiana de la portería, con voz cantarina. "Te sería más fácil si vivieras con tu moroi".

Y la miró, bonachona.

Todos sabían lo que Rose pensaba de eso.

Antes muerta que exprimida.

"¿Bromeas?, ¡pasé año, a solas con ella!, día y noche, día y noche; ¡no más, por favor!", y forzó su casillero, abriéndolo con violencia.

Adentro, sólo tenía un sobre blanco (¡y no el tan mentado azul, qué lástima!).

Con el sello de la Capitanía General.

Lo abrió sin segundos pensamientos.

"Una reunión. ¡Oh, qué gloria!".

Y se lo metió en el bolsillo de la chaqueta, sin darle segundas miradas.

"Seguro habrá un cocktail después, Rose".

"¿Así le dicen a las sobras de la mesa de Tatiana?", ¡bravo!.

Alguien que lo dijera con sus letras y todo.

"Al menos no es el rancho de los guardianes".

"Al menos hay azúcar en el rancho. Pero con Vasilissa... ¡Sólo hay yogurt sin azúcar y pasto!, ¿qué cree que soy?, ¿una vaca?, ¡Porque así me trata!"

"Eres más su perrita pastora de ovejas, Rose. Y ella es tu oveja, que se niega a descarriarse", la animó con una sonrisa. "Y después algunos van a relajarse a los bares, ¡así que ánimo!"

"Relajarme es lo que necesito ahora. Fuera de aquí y fuera de este ahora, creo yo", y entró en las oficinas centrales.


"Rose, espero no llegues tarde mañana". Oh, gloria.

Su madre, ¿cómo no la había visto antes?.

"Debes informar a tu cargo y conseguirle un sustituto. Habla con la oficina de colocaciones temporales. Comprendo que sea tu primera vez en estas lides, pero debes aprenderlo rápido".

"Madre. Que gusto. No te esperaba. Yo recibí hoy esa carta", y la blandió ante ella, después de sacarla del bolsillo; para demostrarle que no la había perdido..

O echado a la papelera de reciclaje, lo que hacía con los boletines, y con las amonestaciones escritas y con las copias de informes.

"Obvio. Tu cargo vive aquí, en la Corte. ¿Acaso necesitabas más tiempo de aviso?, ¿para qué?. Ella es tu trabajo".

"Tengo una vida que vivir, ¿ok?, podría querer ir al cine, o a comprar mis propias cosas, ¿sí?, tampones y esas cosas. ¡Incluso vibradores o condones, tal vez, tú sabes. Evitan a cosas como yo", le guiñó el ojo.

"¡Rose!", se escandalizó.

O lo fingió muy bien, obviamente.

Porque, evidentemente; Rose nació gracias a que ella no los usó en su momento.

Digamos las cosas por su nombre, ¿sí?

"Yo ya existía cuando tú tenías mi edad, mamá. Y nos fue bien, o supongo, claro. Tal vez, yo espere unos 5, ó 10 ó 15 años, ¡incluso unos 20 años!, para experimentar algo así, y que nazca otra como yo. O nunca. ¡Por eso los condones!, mamá".

"Al menos", síp. Se auto dijo; "Iré a un banco de semen. Así me aseguro que tenga salud, buenos genes, buena apariencia y cerebro. Tal vez, papi tenga un primo... lejano, ¿sí?. Así, todo en familia... el Mazur pone el dinero, y yo... bueno mi parte de los genes".


"Y, ¿ese poste que ilumina la sala? ¡quién es!", ronroneó Rose, a oídos de la Guardiana de Lady Rhea Dragomir (que la madre de su propia moroi, Vasilissa).

"Es Máster Dimitri Ivashkov, o, mejor dicho; el Guardián Dimitri Belikov Ivashkov. El único guardián cuyo papi royal lo ha reconocido -borracho, según él mismo-, pero igual de válido. Es el guardián de... oh, bueno. De tú sabes quién. Comienza con A y termina en..."

"...Drián?", completó.

"¡Exacto!, mira, tu mamá ya nos mira feo. Será mejor que cerremos el pico"

"¿De quién?, digo, yo no tengo pelotas. Tengo vagina y clítoris, a mi ADN , gracias.. y, ¿para qué querría cerrarle el pico... a él?, ¡grr!".

"¿Andas en celo, Rose?, ¡haré sonar las alarmas!, una Guardiana en celo, no deja bípedo en pie!", y se hicieron un high five muy sigiloso.


"Gracias a todos por venir", comenzó el Capitán Hans Croft, "entre nosotros se encuentran los guardianes VIP de las 12 Casas Reales, y también los de la Guardia Real. Para los que no los conocen; tenemos a los Guardianes Sommers, Richardsonn, Jerez Y Belmonte; de la Guardia Real", y ellos hicieron una inclinación de cabeza; "al Guardián Dimitri Belikov Ivashkov (y el poste lumínico gruñó, por lo bajo, ¡y pucha que se veía lindo!), guardián de Lord Adrián Ivashkov; y a la Guardiana Rose Hathaway, con Lady Vasilissa Dragomir como cargo". Y la señaló.

Era irrelevante de quién era hija, al parecer.

¡Qué bueno!.

O todos ya lo sabían...que era lo más factible, a esa altura de la historia... y de su historial, claro.

Junto con ellos, estaban los guardianes de los Príncipes, de las Princesas, de las y los Consortes y de las y los herederos directos de cada Principado.

Y obvio, su madre, que era Guardiana del hermano (y heredero) de La Princesa Ariana Szelsky, Lord Tony Szelsky.


La reunión estaba tan soporífera, que paseó su atención por los asistentes, y fue entonces que lo vio. Que sí lo vio, en realidad.

Y lo observó. Y lo miró.

Y todas las acepciones juntas.

Dimitri Belikov (Ivashkov, ¡puaj! y debía recordarlo, por su bien) era altísimo. Y... Guapísimo.

De unos profundos ojos chocolate.

Un hermoso pelo del mismo color de los ojos... Pero era un todo.

Lo que irradiaba.

Su elegancia al moverse.

Su voz cálida.

Su sonrisa... Su... en fin.

Todo en él.

Y lo verificó, al mirarlo (con todo el disimulo que pudo, casi nada a esa altura), del pelo a la punta de los pies, y en reversa.

Tuvo que mantener la compostura -no ante sus pares-; ¡pero sí ante su seria y temible madre!.

Que no dudaría en llamarle la atención -¡allí mismo!-; como si tuviera 10 y no 20 años.

Y, si una mirada pudiera matar, ¡esas serían las de Janine Hathaway!


"Hola Rroza", susurró el apuesto guardián a su oído, acercándose y sirviéndose café, a su lado, "sé que suena imperrtinente, perro... ¿irrías a un café conmigo, trras la rreunión?.Es por Adrrián", se rascó el hermoso pelo chocolate, "me cuesta un poco... manejarrlo. No..."

"Lo comprendo" (inserte chillido de fangirl mental, aquí), puso su mano sobre su brazo y la electricidad los recorrió, y ambos sonrieron. "Café, está bien. Si hay donuts. Mejor. Vasilissa odia el azúcar. Arruina su figurita de modelo, según ella". masculló.

"Conozco el lugar perrfecto", sonrió él.

Acariciando su mano, que aún sujetaba su brazo.

"Avisaré a mi madre. No sea que... envíe a los aldeanos a cazarnos, con picotas y palos y esas cosas", y se acercó a su madre, para susurrarle sus planes.

Janine asintió, sin siquiera mirarla.

Era por trabajo, obvio.

Nadie quería que su hija se revolcara con el moroi y luego con el guardián.

Pero no sería así, obviamente.

El Guardián Belikov era demasiado serio (y mayor, a sus 27 -casi 28-, años) para tomar en cuenta a su descocada -pero adorable-, hija.

A quién no le faltarían buenos prospectos.

Y que ella pudiera aprobar como madre, obviamente.


En torno a varias tazas de café -y las más deliciosas donuts-, gentileza de la dueña de la cafetería, que las hizo especialmente para ellos (no era su especialidad, pero accedió, tras una llamada de Dimitri); Rose abrió los fuegos.

"¿Bueno?, ¿y qué quieres saber de él?. Yo parto y tú sigues. Sí. dormí con él. Algunas veces. No siempre. Era decente en la cama, pero como no podía compelerme para pensar que era mejor... Así que Nop, jamás iba a aceptar ser algo más de lo que fuimos. Y ahora, somos nada. ¿Ok?. ¿Qué más puedo contarte?, que lo conocimos en un resort de invierno, Liza y yo... La Reina quería que cortejara a Liza, que ya estaba cerca de los 18 años, pero él... bueno, enganchamos un poco; poco después. Pero sólo eso fue".

Y se encogió de hombros.

"Esos ataques de melancolía que él sufrre. El alcohol y los cigarrillos a destajo. Algunas drrogas. Sé que sabes de eso".

"Claro. Eso es por lo del Espíritu. Su tipo de magia. Lo enloquece, realmente. No es fácil controlarla. Fue uno de los problemas entre nosotros. Porque se negó a tratarse. Y menos a cuidarse. Vivía en negación, todo el tiempo. Una ruta autodestructiva que me cansó, desde el inicio".

"¿Él... intentó... compelerrte?", dudó.

Frunció las cejas y se veía exasperadamente lindo.

"Un par de veces, sí. Pero llevo bastante tiempo con Vasilissa, como para defenderme de eso", y movió el nazar que llevaba en la muñeca, que bloqueaba la magia de los morois en ella.

Un regalo de su padre.

"Un nazar. Curioso. Es de los mágicos, ¿cierto?, he visto muy pocos de éstos. ¿Puedo?".

Y ella se lo mostró.

Mejor dicho, le pasó su brazo.

"Lo puedo sentir", y sus dedos tocaron el colgante, y los dedos y la mano, "Lo sientes, ¿Roza?".

"Dimitri", susurró.

"Mitya, por favor. Estoy fuerra de serrvicio, en estos momentos", y, tomando la mano, se la llevó a la boca, para besar los nudillos.

Si quedó algo de Rose después de ese roce en su piel, se evaporó al salir el sol.

Seguramente Dimitri tuvo que empapar la mancha con su chaqueta, o recoger la mancha seca del suelo.

Pero Rose amaneció en su cama, totalmente vestida; y con la cabeza dando vueltas en el cielo de las Guardianas en celo.

Era una broma con medias tintas de verdad, claro.


Antaño, las Guardianas eran realmente una mezcla de humanas y morois (y algunas moroi con humanos, también), pero tras siglos de hibridación, las dhampir (especialmente ellas, por eso las menciono en especial) tenían una especie de peak hormonal, en que nada realmente funcionaba; y apenas resultaba el abstenerse... o los condones, claro.

No era al mismo momento de sus vidas... Así que las Guardianas más adultas, cuidaban a las más jóvenes, no fuera de que -especialmente-, los moroi abusaran de ese periodo de... lujuria femenina, que parecía ninfomanía puntual... o putual; como los lujuriosos moroi que las rondaban lo llamaban.

Algunas, sin entrenamiento de Guardianía (en que al menos las Guardianas mayores lo explicaban a las más jóvenes, para alentarlas), solían vivirlo en sus Comunidades... y muchas acababan sus días cómo trabajadores sexuales, o bloodwhores; como también las llamaban los moroi.

Era preferible que ese período lo pasaran solas, o con dhampirs (uno o varios, nadie lo cuestionara entre sus mismos pares); que con los chupasangre a los que debían rendir pleitesías.


Fue en ese periodo de lujuria, que Janine literalmente se comió al joven moroi con el que tendría a Rose; 9 meses después.

Y en esos extraordinarios casos, cuándo el moroi lograba percibir lo que su contraparte estaba viviendo; se producía algo similar a una temporada de apareamiento...

Y era por eso que Janine Hathaway no logró rehacer su vida emocional o sexual.

Porque ella y el moroi... compartían un lazo más profundo que el tener a su hija, claro.

Más profundo que simplemente enamorarse.

Era mucho más profundo que el amor.


Y Janine temía que a Rose le pasara lo mismo con Adrián, pero cuándo se alejó; respiró aliviada.

Si supiera que parece que estaba entrando en celo... ni ocultarla serviría para que los buitres y los lobos no llegaran a festinar con ella.

Sobre todo, porque se estaba sobrecalentando con alguien con quien estaba queriendo retozar.

De veritas, de veritas.


La vida de los guardianes era muy vertiginosa.

Así que no tenían mucho tiempo para largos cortejos, y menos para eternos paseos bajo la luz del sol (porque ellos trabajaban bajo la luz de la luna, fundamentalmente).

Y no era bien visto que exhibieran un comportamiento romántico en público (¿doble estándar, alguien?), así que debían ser discretos.

Y esa restricción los volvía... realmente animales sexuales.

Y esa era ya una leyenda urbana, que un guardián (referido a un hombre, especialmente) en celo era como un semental y un león, juntos.

¡Que no dejaban nada de dos piernas sin montar!, e iba para ambos sexos, decían.

Pero, a diferencia de los varones; las chicas no andaban mostrando su celo (¡porque era muy evidente en los apretados pantalones que ellos usaban!"

Ellas.. lo intentaban guardar para ellos.

Para sus colegas. No para los morois sin aguante.

Y no había moroi -partiendo por el tal Adrián-; que pudiera pavonearse de contentar a una guardiana, si la cara agria de Rose al toparse con Adrián; era la prueba.


A los 20 años, una guardiana y un guardián deberían tener, al menos; una experiencia romántica.

O meramente sexual, al menos.

Porque no sabían en qué momento terminaría su vida.

Era casi una regla no escrita.

Y Rose, ya de 20 años; había cumplido esas condiciones, como para buscar algo más... profundo.

¡Al diablo con las reglas no escritas de comportamiento!, eran anacrónicas.

Además, no podía quedar embarazada de un dhampir.

O supuestamente...

Y no volvería a dormir con un moroi.

Ni siquiera a dormir, de dormir.

Nada.

Ese Titanic ya se había hundido, con todo y el moroi.

Ya era hora de un robusto y guapísimo semental dhampir.

Y tenía sus ojos puestos en Dimitri.

Y sabía que él los tenía puestos en ella.

Y si coincidían con su celo, ¡pués allá vamos, Cowboy!

Porque a Dimitri, de que le gustaban los western, ¡le gustaban!


Rose había tenido alguna -muy poca-; experiencia en las lides del amor.

Mase Ashford -en tiempos de la Academia-, (y que ahora era un Guardián, en alguna parte del mundo); fue su primer novio, como a los 15 años.

Hubo unos breves forcejeos y revolcones, propios de los 15 años.

Nada relevante (para ambos, o eso se dijeron después de terminar).

En ese tiempo, ninguno sabía lo que era -realmente-, la satisfacción sexual.

No realmente.

Y el porno no ayudaba, realmente.

Además, esos humanos eran pálidos y bien trabajados; pero carecían de real sabor a carne y a sangre.

Eran sólo plástico.

Luego Lady Vasilissa (fue siempre Vasilissa, para ella. Casi como una amiga, un poco más que alguien conocida) fue enviada a intercambio por diversas Academias -algo normal entre los royals que eran herederos (como ella y su hermano)-, y su madre (Janine Hathaway, a ella me refiero) acordó con el Príncipe Dragomir y su esposa; que Rose la acompañara.

Así que su relación con Mason -como la de Vasilissa con Máster Aaron Drozdov (un royal de menor rango en su propia familia. Sólo los familiares más cercanos a los Principados podían ostentar el título de Lord o de Lady)-, terminó.


Por dos años, saltaron de una academia a otra, y Rose tuvo algunos romances superficiales.

Nuevamente, nada relevante.

Pero, nuevamente regresaron a su Academia para graduarse.

Y las cosas con Mason nunca fueron lo mismo.

Él ya estaba enfocado en la graduación, en tener un buen ranking y en un mejor cargo -e idealmente nadie de su propia Academia-, cómo para notar -realmente-, lo apetitosa que se veía Rose.

Pero sí notó lo lejana que estaba.


Vasilissa se reencontró con Aaron (a instancias de su familia, y posteriormente inició una relación con Máster Christian Ozera -cuyo padre y la madre de Vasilissa eran primos en algún grado-; y Rose... no encontró novedad en ninguno de sus compañeros (tanto los dhampirs como los morois), todos ya centrados en la graduación.

Y, al llegar a la corte (ya posterior a la graduación), fue que se reencontró con Lord Adrian Ivashkov, el hijo del Príncipe Ivashkov.

Lo había conocido cuándo a él lo enviaron a Idaho a cortejar a Liza, pero eso no cuajó, y fue llamado de vuelta; seguro a cortejar a otra Lady o Mz de esas.


Algo en él la atraía.

No era que pareciera sincero -era un buen hombre, mejor que muchos royals-, o su atractivo.

Pero aceptó sus coqueteos y le llovieron las críticas de la Corte.

Salió con él como por un año, intimando lo justo para cubrir sus... escasas necesidades de algo más allá.

Es que los morois no tenían el aguante dhampir y Adrián; que bebía mucho, menos que muchos morois (y Rose sólo había probado uno. A Adrián. Y no le interesaba ninguno otro más).

A La Reina más le preocupaba que Adrián se descarrilara, que el hecho de estar con ella.

Su sobrino, Randall, Máster Ivashkov -sí, el mismísimo padre de Dimitri-, había estado bastante bajo control en el tiempo del nacimiento de sus 4 hijos con Olena Belikova.

Quizás Rose podría hacer lo mismo por él.

Por Adrián, digo.

Así que le ofreció a Adrián como cargo... pero deberían casarse... como Randall lo hizo con Olena -su amante dhampir y su guardiana en esos años- , por órdenes de La Reina.


Ni que decir, que Rose retrocedió, horrorizada (Para no decir que salió arrancando como si los demonios la persiguieran).

Así que le pidió a Vasilissa que la pidiera como guardiana -lo suplicara o lo rogara, daba lo mismo-, pero si la otorgaban a Adrián... también ella debería darse a él.

Y el trato incluiría su vida, que quedaría destruída; como ocurrió con la carrera de guardiana de la madre de Dimitri.

Así que Adrián recibió a su primo -a quien apenas conocía-, y Vasilissa consiguió a Rose.

Y Adrián -dolido por lo que considera la traición de su amor por Rose-, comenzó a viajar; y ya llevaba un año viajando, para sanear su amargura; cuando fue convocada la reunión de los guardianes elite.


Y a Dimitri, el viaje le permitió huir del acoso y la persecución de Mz Natasha Ozera (la tía de Máster Christian Ozera, y también relacionada con la madre de Vassilisa), que lo quería como semental... entre otras cosas, por ser otro sobrino de La Reina.

Y porque le gustaban los jugosos, entre otras cosas.

Era una conocida depredadora sexual, que gustaba de secar a los dhampirs, en especial a los forzudos guardianes.