Cuando la guerra de las bestias trae el fin del mundo
La diosa desciende de los cielos.
Alas de luz y oscuridad se extienden a lo lejos.
Ella nos guía hacia la felicidad; su regalo eterno."
LOVELESS, Prólogo
El caos y el orden cuentan con sus propias proezas, para algunos beneficios y para el resto una constante de que nada permanece, todo se transmuta y cambia. Cada ciclo de metamorfosis puede llegar a seguir un patrón determinado desde el comienzo dorado hasta la catarsis sideral, sin contar con algún registro de cuantas veces se ha reiniciado.
En los albores de la creación cósmica, la energía ivea era la fuente más pura, de sus entrañas grandes entes como el planeta Gaia, Minerva la diosa que fungía como la conciencia del planeta y JENOVA, la calamidad de los cielos fueron originarias de dicha fuente. , que en la actualidad se desconoce su paradero.
Dos de ellas fueron adoradas por los cetras, seres parecidos a los humanos con la capacidad de controlar el flujo viviente del planeta, la corriente vital, cohabitaron con Gaia hasta la llegada de JENOVA, una forma de vida extraterrestre parasitaria que los llevaría a un genocidio. Masivamente, los pocos miembros que llegaron a sobrevivir la confinan en un cráter en la parte norte del continente.
Esta historia se perdió con el pasar de los siglos, siendo recordada por algunos supervivientes que se mezclaron con los humanos.
