Jujutsu Kaisen pertenece a Gege Akutami
Jojo's Bizarre adventure pertenece a Hirohiko Araki
Crazy Diamond
La tensión que emanaba del techo del instituto se podía sentir como un cuchillo sobre la nuca. Por un lado, Fushiguro estaba parado detrás del joven con el copete, viendo con genuina sorpresa como el supuesto amigo de Itadori convoco lo que parece ser una entidad espiritual que logro asestar un poderoso golpe al mismísimo rey de las maldiciones.
El hechicero Jujutsu no sabía cómo reaccionar ni que decir ante tal hazaña a lo que solo los hechiceros de primer grado a especial podrían realizar, era algo tremendamente surreal para Megumi.
"Oi." Megumi parpadeo cuando recibió el llamado del joven con el copete. "¿Eres aquel que buscaba esa caja fea?"
Megumi parpadeo ¿caja? ¿Se refiere a la caja que resguardaba el objeto maldito? Megumi solo podía asentir mientras tragaba un poco.
El joven del copete dio la vuelta su torso con una mirada neutral, su entidad espiritual seguía mirando el lugar donde había enviado a volar a Sukuna. "Me llamo Josuke Higashikata, estudio en esta escuela junto a Yuji."
"…?" Megumi parpadeo mostrando confusión ante la presentación en un momento tan tenso como este. "… Fushiguro… y sí, he venido por esa caja."
"Ya veo, es un gusto conocerte también, Fushiguro." Josuke dijo de forma natural. "te quiera preguntar: ¿Qué es lo cosa que está poseyendo el cuerpo de Itadori?"
"¿Eh?" Megumi se hecho un poco para atrás, sorprendido por la misma pregunta. "¿A-acaso no lo sabes? ¿Solo lo golpeaste?"
"Bueno… la verdad no pude pensar bien en mis acciones ya que esa basura acababa de insultar mi fabuloso peinado." Josuke respondió sin mostrar rodeos mientras un ceño fruncido adorno sus rasgos. "La verdad me hace hervir de rabia que hablen mal del rasgo más definitorio de mi personalidad."
"¿P-personalidad?" Megumi no tenía idea que responder con respecto a eso, pero se sacudió los pensamientos y volvió al tema principal. "Escucha: no se quien seas, pero es peligroso que estés aquí, la cosa que acabas de atacar es considerado un espíritu maldito de clase especial, es muy peligroso y necesitamos-"
*¡CRAAASH!*
Otra explosión de polvo interrumpió al pelinegro, haciendo que ambos si giraran hacia donde estaba Sukuna el cual había aparecido entre la nube de polvo.
El rey de las maldiciones se encontraba en un estado lamentable, había algunas laceraciones en sus piernas y brazo seguido de su rostro el cual estaba un poco torcido, Sukuna tenía sus manos hurgando en su boca y de ella saco un par de muelas ensangrentadas.
La maldición encarnada miraba los pedazos de muela en su mano con sumo interés hasta que su mirada se posa en Josuke y su Stand, luego una sonrisa se extendió sobre sus rasgos mientras las laceraciones de sus extremidades desaparecían lentamente.
"Mhmm, fufufufu." Una risa entre dientes sonó mientras sus hombros se agitaban con diversión. "Nunca nadie me ha hecho sangra de esa forma. Debo felicitarte, mocoso. Ahora tienes toda mi atención."
Ambos jóvenes sintieron una ola de malicia pura emanando del recipiente haciendo que los dos dieran un paso atrás.
Crazy Diamond floto cerca de Josuke en estado de alerta, el joven del copete regreso una mirada resentida hacia Sukuna.
"Sigues de pie, bastardo." Josuke gruño, teniendo los puños apretados sobre su chaqueta. "No esperes tener alguna clemencia de mi parte."
Una risa oscura escapo de los labios de Sukuna, el cual levanto los puños y separo los pies, preparándose para pelear. "Diviérteme entonces, humano."
Otro chillido lamentable sonó cuando Jotaro puso fin a la asquerosa entidad maldita de un pisotón.
Siempre ha odiado estas cosas, no importa cuántas de estas maldiciones asesinaba, siempre aparecía mas de cualquier lugar de mierda, alimentándose de la negatividad como los viles parásitos que son.
Pero ahora… parecía diferente.
Jotaro podía sentirlo desde arriba, la inmensa cantidad de maldad que procedía del techo de la escuela era algo verdaderamente nuevo para el veterano usuario de Stand. La energía maldita que emanaba era igual o superaba la de cierto maldito vampiro centenario que elimino hace casi doce años.
Maldición, cada vez que se involucraba en esta mierda, situaciones graves como esta suelen pasar.
Tras pulverizar al último ser grotesco con su Stand, Jotaro sintió otra sacudida desde la parte superior y chasqueo la lengua con verdadera molestia. Metiendo su mano en su gabardina, saco su teléfono y fue a la aplicación de contactos y fue a la lista de contactos con la letra "S" tras un par de deslizamientos sobre la pantalla táctil, Jotaro vio un nombre en sus contactos el cual le traía un verdadera amargura.
Su dedo toco el contacto y se lo llevo al oído, espero unos diez segundos mientras que detrás de ella otra maldición grotesca lo acechaba para atacarlo por la espalda, cosa que no paso ya que un musculoso brazo morado con guantes negros cuya parte superior estaba tachonada de oro destrozo la parte superior de su cabeza.
Su teléfono vibro…
"Hoooolaaaa." Una joven e irritante voz salió del teléfono, Jotaro hizo una mueca fea al escucharla. "¿-Con quien tengo el gusto de hablar-?"
"Deja la mierda de una vez, imbécil." Jotaro hablo mientras caminaba hacia las escaleras. "Hay problemas serios donde estoy parado y estoy seguro de que tiene tu nombre impreso en esto."
Pasaron unos pocos segundos en el teléfono, Jotaro había puesto el pie sobre un escalón cuando un grito de júbilo sonó en su teléfono provocando que lo apartara de su oído.
"¡JOJO! ¡Eres tú! ¿¡Cuánto tiempo ha pasado desde que no nos llamamos!? ¿Cuatro años? ¿Tres años?"
"Seis años para ser precisos." Jotaro respondió mientras subía los escalones. "Ahora escucha con atención: estoy-"
"Espera, espera, espera. Pasaron seis años sin ninguna llamada o mensaje, seis años sin saber de tu existencia. ¿Sabes acaso lo dolido que estoy ahora? ¡Pensaba que éramos amigos!" La otra voz dijo con voz de dolor fingida para la inmensa molestia de Jotaro.
"Ya basta con el drama. Estoy en el instituto Sugiwara, un hechicero junto con dos estudiantes más están en serios problemas con cual sea la cosa que lo enviaste a recoger, será mejor que vengas aquí, inmediatamente."
"Dios, ese es el Jojo que conozco, tan serio como siempre." La voz al otro lado de su teléfono dijo antes de hacer un zumbido meditativo. "Veo a lo que te refieres, puedo sentir la energía maldita a kilómetros, llegare ahí en un momento.
"Que sea ahora mismo." Jotaro respondió, aumentando su paso cuando escucho otro temblor desde arriba. "Yare yare."
"¿Acaso eres mi mama?" La voz dijo con burla antes de colgar el teléfono.
Jotaro guardo su teléfono con verdadera molestia en sus rasgos, más le vale que ese idiota de cabello blanco llegue lo más pronto posible.
Si no ¿Por qué razón siempre presumía ser el más fuerte entonces?
-En la parte superior del instituto-
"¡DORARARAAAAAAAA-!" Crazy Diamond Desato una rafaga de golpes hacia el rey de las maldiciones el cual tenía los brazos cruzados para protegerse bloquear el daño entrante.
Sukuna había demostrado tener una increíble resistencia al soportar un tremendo castigo por parte del Stand de Josuke el cual estaba a un metro de distancia con Fushiguro viendo.
Crazy Diamond hizo otro golpe poderoso que finalmente rompió la defensa de la maldición encarnada con este aun teniendo su sádica en su rostro.
"¡Cuanta potencia!" Sukuna se rio estando al descubierto cuando vio otro puño del Stand acercándose a su cara. "¡Pero no la suficiente velocidad!"
Sukuna inclino su rostro aun lado, haciendo que el puño de Crazy Diamond lo rosara por centímetros y contraataco con un golpe directo a la costilla de la entidad espiritual. Cosa que el Stand bloqueo con su luminoso brazo pero la fuerza con la que aplico el golpe lo hizo retroceder un poco. Aprovechando esto, Sukuna dio un salto, plegando sus piernas (o las de su recipiente), ejecutando una patada doble que el Stand nuevamente bloqueo cruzando ambos brazos creando una ráfaga de aire gracias a la fuerza cinética.
"¡DORARARARARARARAAAA-!" El Stand de Josuke se lanzó al ataque, desatando otra ráfaga de golpes, Sukuna se movió fluidamente, esquivando algunos golpes y apartando otros haciendo de utilidad sus habilidades marciales, Crazy Diamond movió su cuerpo con rapidez y lanzo una patada horizontal que Sukuna esquivo haciendo una voltear inversa que de no haberlo esquivado de seguro cortaría su torso por la mitad.
Sukuna aterrizo de manos, con su mirada enloquecida directa hacia la entidad espiritual el cual se movía rápidamente para atacar nuevamente.
"Retiro lo dicho, esta cosa es rápida…" La sonrisa de Sukuna se ensancho cuando empujo con sus manos el suelo, elevándose otra vez en el aire y esquivado otro potente golpe del Stand que hizo estallar el suelo. "Y su fuerza no es para bromear. Aun siento el picor de su primer golpe en mi cara, mi técnica ritual inversa es demasiado débil, viendo que este nuevo cuerpo mío solamente ha consumido uno de mis dedos."
Sukuna aterriza y se agacha teniendo las manos sobre el suelo, estando a una buena distancia de Josuke y Crazy Diamond. El chico con el copete poseía una mirada estoica y atenta con su compañero espiritual inclinándose con su defensa levantada.
Megumi vio el altercado con total atención en su levemente agitados ojos, un bala de sudor bajo por su sien ante el intenso intercambio de ataques de la maldición y el ser espiritual que emergió del adolescente con peinado extravagante, mediante una vista analítica: la fuerza de sus ataques y su velocidad eran comparables a la de un hechicero de primer grado. Se revisó el cuerpo una vez más, viendo la mancha de sangre de la ahora inexistente herida debajo de su pecho. Ese acto lo desconcertó mucho, si este chico era capaz de realizar una técnica ritual inversa existirá la baja probabilidad de que fuera un clase especial, el rango de hechicero que estaba por encima de los cuatro rangos.
Sus instintos le estaban diciendo que invocara uno de sus Shikigamis para apoyarlo en la pelea, se pateó mentalmente ante la idea de intentar invocar a esa cosa para destruir a Sukuna sabiendo que aún no lo estaba dominando.
No se sentía correcto interferir, solo observaría hasta que algo drástico sucediera.
El rey de las maldiciones flexiono su brazo en círculos, su mirada puesta en el mocoso del copete. "Ahora esto si es un comité de bienvenida, eres interesante, tú y ese cosa espiritual que invocaste está dando un verdadero calentamiento, es bueno para mi tras haber estado dormido tanto tiempo."
Luego abrió la palma de su mano, emanando energía maldita en ella, el aire se tornó amenazante cuando la maldición suprema retrajo dicho brazo detrás de su espalda. "Ahora, como recompensa por divertirme, voy a mostrarte un truco de magia."
Josuke parpadeo, mostrando confusión ante la diatriba del monstruo, algo malo estaba viniendo de sus palabras y los vellos alrededor de su nuca se erizaron, dándole una señal del peligro inminente.
Megumi abrió los ojos, mostrando temor en las intenciones de Sukuna. ¿Lo iba hacer? ¿Era capaz de usar su técnica ritual incluso de haber consumido un dedo?
"¡Ten cuidado!" Megumi advirtió al chico con el copete mientras intentaba hacer un gesto con sus manos para invocar a quimera otra vez. "¡Va a atacar a distancia!"
Josuke abrió los ojos ante las palabras de Fushiguro. "¿Q-que?"
Pero ya era tarde, Sukuna dio un salto en el aire y con un rugido realizo un zarpazo en el aire.
"¡CORTE!"
¡Una delgada línea apareció en la visión de Josuke!¡una delgada ráfaga de aire comprimido estaba acercándose al usuario de Stand a una velocidad vertiginosa!
Josuke y Megumi se tiraron al suelo justo a tiempo para ver un grueso pedazo de la pared de concreto detrás suya ser partido limpiamente por aquella fuerza cortante. El chico del copete se levantó rápidamente para ver el daño que había ocasionado el espíritu que poseía a su mejor amigo.
Fue una vista verdaderamente impactante, varios centímetros de grosor ser removido y despedazado por la fuerza. Todo eso hizo que una nueva capa de peligro se cerniera sobre este rey de las maldiciones.
Los ojos del adolescente se abrieron y vieron a la maldición cerniéndose sobre él en el aire con el brazo estirado para apuñalarlo con sus garras.
"¡DORA!"
Pero un golpe de Crazy Diamond en la cara lo detuvo y lo envió hacia el otro lado del muro, cerca de la orilla del techo.
Josuke soltó una respiración contenida. "Mierda, eso estuvo muy cerca." El adolescente tomo la mano de su compañero espiritual para ayudarlo a estar totalmente de pie. "¿Qué clase de poder era ese?"
"Esa era una técnica maldita." Megumi respondió, Josuke noto su presencia.
"¿Técnica maldita?" Josuke repitió con confusión en sus rasgos.
"Es una habilidad que es derivada de la manipulación de energía maldita." Megumi explico con su mirada fija hacia donde estaba el rey de las maldiciones el cual estaba levantándose con una mirada de molestia en su rostro. "Existen varios tipos y características en las técnicas malditas, la de este ser es la de realizar poderosos cortes, al menos eso dicen las leyendas y mitos."
¿Leyendas? ¿Mitos? ¿Acaso esta entidad que poseía a Itadori era tan antigua? Josuke trago un poco ante este nuevo dato que le habían compartido. La guardia de ambos jóvenes se levantó cuando vieron al demonio encarnado levantarse del suelo con una mirada de auténtica molestia.
Pero su mirada no estaba dirigida a ellos, si no a su brazo, hasta ahora había notado lo débil que estaba, su técnica no estaba funcionado como debería y sus movimientos no eran los suficientemente rápidos habiendo gastado una pequeña parte esencial de su energía maldita, no solo eso, había una especie de hormigueo en su nuevo recipiente el cual le complicaba la fluidez de su cuerpo.
Bajando su mano, Sukuna le dirigió una mirada fruncida hacia las dos alimañas, centrándose solamente en el de copete, la sabandija levantando su guardia con su guardián espiritual apoyándolo a su lado, sabia el significado de esa mirada.
El rey de las maldiciones se cansó de jugar…
Con una velocidad sorprendente, Sukuna pasó de largo a un atónito Megumi y se dirigió directo a Josuke, el joven apenas soltó un jadeo sorpresivo, Crazy Diamond lanzo un gancho pero solamente roso la cabeza de la maldición quien abrió sus brazos y rodeo la cintura de Josuke como si fuera una pinza.
"¿¡Porque no llevamos esto abajo!?" Sukuna pregunto con sadica burla mientras levantaba al joven con facilidad y dio un salto al borde del techo donde ambos cayeron.
Josuke soltó un grito indignado estando en caída libre. Crazy Diamond apareció sobre su hombro y golpeo repetidamente la cabeza de Sukuna el cual se aferraba a él como si fuese un mono.
Al final, los dos cayeron encima de un árbol, donde la maldición encarnada lo soltó, Josuke recibió múltiples golpes en la espalda por parte de las ramas gruesas, algunas lo rasparon y otras con algunas puntas donde había ramas secas se clavaron, rasgando su ropa y provocándole un ardiente dolor antes de caer al duro suelo de tierra con un gemido.
El dolor abrasador invadió su cuerpo como una bienvenida sorpresa, Josuke soltó un gemido con los dientes apretados mientras trataba de ponerse de pie, su Stand lo ayudo a levantar su torso, el joven y su guardián espiritual hicieron contacto visual y Josuke solamente vio el rostro pétreo y mudo de Crazy Diamond expectante, le dio un asentimiento de agradecimiento y rápidamente reviso su peinado, notando para su inmenso alivio que no se estropeo por la caída.
Sukuna salió del árbol aterrizando de pie a casi un metro de distancia de Josuke, la sangre rezumbaba por el costado de su frente y cubría casi la mitad de su rostro gracias a los golpes que le dio el Stand rosado, esos golpes dejarían a la persona promedio con una severa contusión cerebral, pero el rey de las maldiciones apenas se dio cuenta de la sangre que cubría el rostro de su recipiente.
De verdad este ser era algo monstruoso.
"Tch, que molestia." Sukuna pasó su mano por el rostro, limpiándose la sangre de su cara y sacudiéndola con desdén. "Eres realmente un clavo en el zapato, ya veo cuanto quieres a la persona el cual se ofreció como mi recipiente."
Josuke se levantó un poco más estando solamente a una rodilla, mirando con enojo renovado a Sukuna, dijo: "Yuji no te ofreció nada, maldito."
Sukuna se burló, mirando al mocoso del copete con suficiencia. "Ridículo, ¿nadie te dijo que la vida no es justa? Esa patético se encontraba en una situación de vida o muerte. Los humanos, tan egoístas e estúpidos como son llegan a cometer actos guiados por pura desesperación con tal de alargar sus efímeras y lamentables existencias un poco más. No lo entiendes, vi como individuos aún más estúpidos arrojaban su humanidad sin importarles el precio que conlleva únicamente con el motivo de vivir más."
La expresión de Josuke no cambio en absoluto.
El rey de las maldiciones soltó un suspiro de aburrimiento. "El punto es: que ustedes, la raza humana, siempre buscan miserables formas de darle sentido a sus vidas, no importa que forma de vida sea digna o altruista, todos quieren que sus vidas tenga significado una vez la llama de su vitalidad se extinga y se fusionen con la tierra, pero la realidad es: que la vida no funciona de esa manera."
Luego dio un paso adelante mientras el aura de malicia regresaba a su alrededor, sus ojos rojos brillaron en la oscuridad como presagios de la fatalidad.
"Ahí es donde yo aparezco…" Sukuna levanto su palma frente al joven de copete y lo cerró en un puño. "Una nueva era de derramamiento de sangre está por comenzar y yo seré el arquitecto de ese imperio del terror y lo único que debo agradecer es a este mocoso por aceptar estúpidamente ser mi nuevo avatar."
Sukuna movió su mano otra vez, apunto de usar su técnica por segunda vez para matar al joven frente suyo. Josuke gruño con los ojos bien abiertos y llenos de furia, su Stand se interpuso frente suya con sus voluminosos brazos cruzados en "X" para protegerlo.
"Despídete ahora, escoria." Sukuna susurro para luego ejecutar su corte otra vez.
…
..
.
Solo que nada pasó.
La maldición parpadeo dos veces, primero confundido al ver que su mano no se movió y segundo por ver que dicha mano suya ahora estaba en su garganta.
Por primera vez en su vida, Sukuna mostro una mirada de completa perplejidad.
Hubo unos segundos de silencio, Josuke también mostro ligera confusión al ver la posición en la que estaba ahora el demonio encarnado.
Sukuna trato de moverse, pero sus movimientos se vieron restringidos por una razón desconocida, era una sensación similar a experimentar una parálisis cuando se está durmiendo, solo que él estaba despierto y no podía moverse.
"¿Qué- ¿Qué es lo que está pasando?" Sukuna se hizo esa pregunta, mostrando un ceño fruncido mediante el esfuerzo que le ponía al tratar de mover siquiera un musculo. "¿¡Que pasa con este cuerpo!?"
Sukuna parpadeo y el par superior de sus ojos cambio a un castaño familiar para Josuke. Su mirada nuevamente mostro confusión además de temor. Su mirada se posó en el otro joven y de su boca salió una voz familiar.
"¿J-Josuke?" la voz temblorosa de Yuji Itadori salió de su boca y trajo consigo una oleada de conmoción a joven de copete.
"¿Yuji?" Josuke se levantó de golpe al escuchar la voz de su amigo. "¿¡Eres tú!?"
Itadori miro a su alrededor, notando el lugar en el que estaban. "¿Qué paso aquí? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué tú estás aquí, donde esta Fushiguro?"
Josuke extendió sus manos para apaciguar al nervioso pelirosa. "Y-Yuji, tranquilízate, todo está bien."
Itadori parpadeo otra vez y su rostro se volvió a fruncir cuando sus ojos marrones volvieron a ser rojos. Sukuna había regresado otra vez
"¡Oye! ¿¡Que crees que estás haciendo?!"
"¿Quién eres tú? ¿Qué estás haciendo con mi cuerpo? Devuélvemelo."
"No estás en posición de ordenarme, ¡Yo tengo el control aquí!"
Esta situación escalo un paso más en lo extraño, ese fue el pensamiento de Josuke antes de fruncir el ceño nuevamente y ordeno a Crazy Diamond que se posicionara a su lado.
"Yuji, presta atención: No tengo idea de lo que te está pasando, pero no te preocupes, voy a sacarte la cosa que te está poseyendo." Josuke declaro con su dedo apuntando a un consternado y aterrado Itadori.
"¿¡Q-que es eso a tu lado, Josuke!?" Itadori exclamo, señalando el Stand del chico con copete. "¿¡Es otra maldición!?"
"Así que ahora puede verlo…" Josuke pensó para sí mismo. Crazy Diamond habia existido desde que se curó de su terrible enfermedad a la edad de cuatro años, ninguna persona exceptuando el mismo podía verlo. "No te preocupes, Yuji. Todo tendrá su explicación cuando termine con el pedazo de basura que está dentro de ti."
Apenas dio un paso, Yuji desapareció de un borrón y reapareció detrás de Josuke. Sukuna habia tomado el control nuevamente y tenía su puño preparado para golpearlo. Pero el Stand del joven pudo bloquearlo con la parte superior de su brazo, Sin embargo, la fuerza con la que el Rey de las maldiciones aplico en dicho golpe fue lo suficiente para hacer retroceder a ambos. Sukuna se lanzó al ataque con una cadena de golpes que Crazy Diamond logro interceptar.
"¡DORA!"
El Stand contraataco con un veloz golpe, pero Sukuna logro esquivarlo y respondió con golpe debajo de las costillas que dio en el blanco, Josuke soltó un gruñido mientras se echaba para atrás por la fuerza del ataque que recibió su Stand, sintiendo que el aire escapaba de sus pulmones mientras tosía gravemente. Sukuna sonrió ante esta nueva información, al parecer, el daño que le hacía a esta entidad era reflejado hacia el usuario.
"¡DORARARARAAA!" Crazy Diamond desato otra ráfaga de ataques en represalia pero la maldición encarnada se echó para atrás, evadiendo algunos golpes hasta encontrar una abertura en su defensa y ejecutar un poderoso gancho directo a su mentón.
Tanto el Stand como su usuario echaron la cabeza hacia atrás mientras que la entidad espiritual fue volando por la fuerza del golpe, Sukuna no perdió el tiempo y salto hacia el Stand y le dio una patada lateral al hombro que lo envió volando de regreso a su usuario en una violenta colisión.
Josuke junto a su Stand fueron derribados. Crazy Diamond se había desvanecido dejando solo al joven a merced de la demonio quien no llego lejos ya que una encima de él cayeron una red de rayos morados que lo hizo alejarse para evitarlos, al alzar la mirada miro a Fushiguro quien estaba sosteniéndose de las patas de su shikigami quimera.
Megumi logro un aterrizaje seguro al lado de Josuke. "Oi, ¿puedes ponerte de pie?"
Josuke hizo una inhalación con los dientes apretados. "Dame un segundo… creo que el bastardo me rompió un par de costillas…"
Megumi parpadeo y cambio su mirada a Sukuna quien se estaba retorciendo de pie, su recipiente le estaba dando batalla, resistiéndose a su influencia.
"¡Maldito…! ¡Deja de resistirte a mí!" El rey de las maldiciones gruño como un perro rabioso restringido. Fushiguro visualizo como las marcas del cuerpo de Itadori estaban empezando a desvanecerse.
"Las marcas en su cuerpo están siendo menos visibles, ¿será que la posesión tiene un límite de tiempo o es la voluntad de Itadori oponiéndose a la de Sukuna?" Fushiguro entrecerró la mirada analíticamente, no sabía cuál de las dos teorías era correcta, pero debía aprovechar cada oportunidad para exorcizar a esta maldición. "Entonces probaremos con esto."
Megumi hizo desaparecer a quimera y con un gesto con las manos invoco a sus lobos de jade nuevamente los cuales se lanzaron al ataque. Sukuna noto a los dos Shikigamis entrantes y soltando un gruñido de esfuerzo pudo retomar el control de su recipiente pero dicho esfuerzo lo hizo lento a la hora de atacar, solamente pudo apartar el lobo negro de una patada mientras que el lobo blanco se abalanzó sobre él pero logro sostenerlo con sus manos y evitar que mordiera su rostro. Con un rugido, arrojo al animal espiritual aun lado, sin embargo, el lobo negro logro recuperarse y morder a Sukuna por encima del tobillo. Sukuna grito tanto por rabia que por dolor y trato de zafarse del animal, solo para que el lobo blanco reapareciera y lo mordiera en el brazo derecho.
Megumi vio la oportunidad perfecta y corrió hacia la maldición encarnada con confianza renovada. Josuke vio el acto y pudo ver lo expuesto que estaba Sukuna y se levantó al instante, ignorando todo el dolor punzante en sus costillas y siguió a Megumi en su ofensiva.
Sukuna los vio a ambos y en un ataque hecho por pura desesperación, utilizo su técnica: Cortar hacia los dos adolescentes incluso si no tenía suficiente energía maldita, una ráfaga cortante horizontal fue directo hacia los dos pero ambos se agacharon, deslizándose por el suelo, evitando el corte por centímetros para luego reanudar su carrera hacia el rey de las maldiciones.
Rugiendo de pura rabia, Sukuna alejo al lobo negro de una patada y de un manotazo se zafo del lobo blanco y estaba por hacer otro 'Cortar' pero Megumi logro llegar a tiempo para agarrar su brazo en una llave.
"¡Ahora, Higashikata!" Megumi ladro, usando sus fuerzas para empujar a Sukuna detrás suya.
Sukuna logro estabilizarse y una sombra lo envolvió, al mirar sobre su hombro vio a Josuke con su puño levantando apunto de atacarlo, el rey de las maldiciones intento contraatacar pero ya era tarde.
"¡Sal del cuerpo de mi amigo, maldito!" Josuke grito y con todas sus fuerzas conecto su puño en la cara del rey de las maldiciones.
El rostro de Sukuna se torció tras la fuerza del impacto, sus ojos destellaban pura rabia hacia el chico del copete, extendió su mano hacia su pecho, apunto de partirlo por la mitad con su técnica maldita hasta que el destino tuvo otros planes.
Crazy Diamond reapareció encima de Josuke y la maldición encarnada abrió los ojos como platos ante lo expuesto que estaba ante la entidad espiritual, ¡estaba muy cerca de su rango de ataque y no podía ejecutar su técnica!
"¡NO!"
"Yuji, perdóname por lo que estoy por hacer" Josuke cerró los ojos para luego abrirlos con total determinación y con toda la pasión que reunió, Josuke desato su furia justiciera sobre el Rey de las maldiciones. "¡CRAZY DIAMOND!"
"¡DORARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARARRARARARARARARARARARARARARARARAAAAAA!"
El Stand desato toda la furia de su hacia Sukuna, cientos de golpes impactaron a la velocidad de un bala y con la potencia de un toro embravecido contra el demonio reencarnado quien fue increíblemente abrumado y sin la capacidad de defenderse del brutal castigo que le estaba propinando el ente espiritual en todo su cuerpo.
Fushiguro vio la paliza anonadado por la brutalidad y control que Crazy Diamond estaba ejerciendo sobre sus múltiples ataques contra la temida entidad que asolo el mundo del Jujutsu en la antigüedad.
El castigo fue prologado durante segundos hasta que Crazy Diamond remato con un golpe final directo al estómago del recipiente actual.
"¡DORAAAA!"
Sukuna, reducido ahora a un desastre roto y sangriento, fue despedido hacia adelante y reboto un par de veces hasta chocar contra una pared del instituto, creando una notable telaraña de grietas.
Y pese a todo el castigo que recibió, todos los golpes que recibió que lo redujeron a una pulpa sangrienta, Sukuna aún seguía de pie con la espalda apoyada en la pared.
Ambos adolescentes quedaron completamente asombrados al ver el demonio perseverante pese a su estado actual. Sukuna se encontraba temblando como una hoja ante el daño físico que recibió su recipiente actual, le era difícil respirar y cada respiración llenaba sus pulmones de fuego.
Huh… ¿Entonces así era como se sentía?
Gimoteando un poco, una sonrisa maniaca con dientes manchados de carmesís apareció en su rostro logrando soltar un par de carcajadas. "E-eso fue… algo verdaderamente asombroso."
Megumi trago. "Incluso en ese estado puede articular oraciones, es un verdadero monstruos."
"Al parecer… mi tiempo controlando este recipiente expiro…" Sukuna se tomó unos segundos para toser un par de veces. "…por el momento…"
Lentamente, las marcas alrededor del cuerpo de Itadori se iban desvaneciendo desde la parte inferior hasta arriba.
"Fue una entretenida contienda…" El demonio fijo su mirada hacia Josuke. "…Pero esto no será lo último que sabrán de mí… incluso si este cuerpo se resiste a mi influencia… Seré yo el que prevalezca…"
La mirada del chico de copete se frunció, demostrando una pura determinación pese a su estado herido.
Las marcas del cuerpo desaparecieron, dejando solo las de la cara las cuales también se están desvaneciendo lentamente. "Hasta entonces… háganse más fuertes… mientras puedan…"
Tras eso, el rey de las maldiciones soltó una risa siniestra que helaría los huesos a la escoria vil existente.
Luego alzo su característica mirada sádica hacia la noche misma y grito a los cuatro vientos. "¡Marquen mis palabras, insectos! ¡Reclamare lo que es mío y destrozare quienes se interpongan en mi camino en mi futuro reinado de terror!" Luego su mirada sádica regreso hacia el par, como si fuese un presagio mismo de la muerte, las marcas en su rostro se desvanecieron por completo.
"¡NOS MALDECIREMOS EL UNO AL OTRO HASTA EL FIN DE LOS TIEMPOS!"
Tras esa cruel declaración, el par inferior de ojos se cerró y el tono carmesí de los ojos de Sukuna se desvaneció hasta volver a sus normales y actualmente apagados ojos marrones de Yuji Itadori.
El cabello erizado cayo y Yuji deslizo su cuerpo inerte y roto al suelo.
"¡YUJI!" Josuke inmediatamente corrió hacia su amigo liberado con Megumi siguiendo tras un momento conflictivo. "¡Estoy aquí!"
Tan rápido como pudo, Josuke vertió su poder en Itadori, restaurando su cuerpo dañado a su estado actual incluyendo el suéter que Sukuna había rasgado.
Sin embargo, Itadori no despertó; Josuke reviso su pulso y noto para su inmenso alivio que todavía estaba vivo pero en estado de inconsciencia.
"Gracias a dios…" Josuke soltó un gemido de alivio que apenas había contenido. "Sigues convida."
Megumi observo el acto y se encontró aliviado de estado de Itadori y estuvo verdaderamente fascinado en como el adolescente de peinado peculiar restauraba las heridas que recién le habían infligido a Itadori hasta desaparecer por completo. Era más que obvio que se encontraba con un individuo único en su tipo.
Dios, pero que noche. Fushiguro realmente esperaba que nada inesperado ocurriera en este momento.
"¡Megumi-chaaaan!" Una tercera voz familiar surgió de la distancia y Fushiguro se estremeció ante ello. "¡Aquí estas!"
Maldito sea él y sus pensamientos importunos.
Josuke se dio la vuelta para ver a otra persona viniendo hacia ellos. Era un delgado hombre apuesto que era casi tan alto como Jotaro; llevaba puesto un abrigo negro de cuello alto con pantalones y zapatos a juego en un tono de color similar al del uniforme de Fushiguro y su característica más notable es su cabello blanco como la nieve el cual actualmente peinado hacia arriba teniendo los mechones puntiagudos junto a una extraña venda que cubría sus ojos y frente por completo.
Josuke parpadeo ante la inesperada aparición de este extraño el cual tenía en su brazo una bolsa de papel y su mirada se dirigió hacia el joven hechicero el cual parecía haber chupado un limón agrio. "Fushiguro… ¿Ese hombre viene contigo?"
Megumi tardo un poco en responder por la vergüenza y asintió. "Si… ese hombre es mi maestro."
El hombre vendado camino con total confianza hacia Fushiguro con una sonrisa amigable. "¿Como estas, mi pequeño padawan? veo que estas hecho un verdadero desastre." El hombre saco su teléfono para tomar unas fotos hasta que noto la presencia de Josuke e hizo una mueca rara al ver su peinado. "¿Hmm? Que peinado tan desactualizado."
¿¡Disculpe…!? Josuke estaría muy furioso ante el claro insulto hacia su fabuloso peinado, pero se encontraba muy adolorido como para encarar al recién llegado. "En primer lugar: Jodete, imbécil. En segundo lugar: ¿Quién demonios eres tú?"
El peli blanco no pareció ofendido ante la réplica del joven e hincho su pecho. "¿Qué quién soy yo? Soy Satoru Gojo, muchacho. El hombre más guapo de toda Japón y actual profesor de mi pequeño renacuajo, Megumi Fushiguro."
Josuke frunció el ceño confundio y estaba a punto de hablar cuando vio a su sobrino aparecer ante ellos, teniendo su abrió completamente manchado de sangre morada y fluidos de maldiciones asesinadas.
"¡Tch!" Jotaro soltó un chasquido de molestia al ver el hombre de pelo blanco. "¿No pudiste haber movido arrogante trasero más rápido, Satoru?"
Megumi mostro sorpresa ante la inesperada aparición de Jotaro mientras que Satoru se lo tomo con mucho gusto. "Ah, yo también te he extrañado, Jojo. Veo que tu outfit ha mejorado mucho desde la última vez que nos vimos, me alegra de corazón que hayas tomado enserio mi concejo de vestimentas, el blanco te queda al toque."
El ceño de Jotaro permaneció, Josuke miro confundido y Satoru Gojo, el chamán más fuerte de la actualidad miro a su alrededor, viendo el desorden actual en el que estaba parado.
"y bien…" Satoru hablo y se dirigió a todos los presentes quienes tenían su atención puesta en él. "¿De qué me he perdido?"
…
-Cursed Diamonds-
Gracias a todos por ver, nos vemos en el próximo capítulo.
