NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.
HOLA DE NUEVO.
EN ESTE VIAJE LOS LLEVARÉ A UNA HISTORIA DIFERENTE, CON AVENTURAS, CONFLICTOS ROMANCE… UNA HISTORIA MUY DESDE EL FONDO DE MI IMAGINACIÓN. NO ES LA PRIMERA DE ESTE GÉNERO NI SERÁ LA ÚLTIMA, PERO ESPERO QUE SEA UNA DE LAS MÁS ENTRETENIDAS.
ABRAZO ENORME.
Capitulo 3
El Oeste, El Este, El Norte y Los felinos del Sur, convergían en una avanzada infranqueable. Como si de una pared de roca maciza se tratara, los enemigos chocaban y arremetían contra ella sin poder ni atravesarla, ni derrumbarla. El poder demoníaco recubierto de reiki era imposible de vencer.
Era Náraku ahora el que escupía sangre y Kokuryu el que tenía una rodilla en tierra.
-"Malditos humanos! Quién mierdas es ese chiquito que llegó a cagarnos la vida!"
Kokuryu se levantaba y afinaba los ojos para ver al monje que ahora sostenía su cayado amenazante.
-"Es el Señor del Este, Higurashi."
-"Higu…No es que ya lo habíamos asesinado?"
-"Ese seguramente era su padre o su tío… Esos Higurashi se multiplican como hormigas. Sea como sea, no es nada bueno que haya logrado llegar, lo mejor será replegarnos una vez más y ver los pasos a seguir, para conquistar estas tierras"
-"Replegarse? Otra vez? Eso nos hará quedar como cobardes!"
El dragón harto de los reproches de su sobrino, se giró y lo tomó de las ropas debajo de su cuello
-"Me importa una mierda, Náraku! Necesito que me quede algo de ejército para pelear, sino cómo lo haremos! Tú y yo con los puños? Eh?"
Semi sofocado el mestizo se agarraba de las muñecas de su primo intentando liberarse
-"GGJJJESTÁ BIEN! GGGJJJJYA ENTENDÏ! AJJJGGGGHORA SUELTAME!"
Cayendo a unos metros y tosiendo a morir, Onigumo respiraba para que su alma no abandonara su cuerpo.
La mirada verdosa y amenazante del dragón le recordaba lo mucho que lo odiaba. Ya pronto podría asesinarlo, era cuestión de tiempo.
Levantándose del suelo y acomodando su armadura, Náraku reverenció a su primo y fue a darle la orden a su ejército, o lo que quedaba de él.
-"RETIRADAAAAA!"
Los soldados aliviados no titubearon en obedecer, el ejército de monjes y exterminadores los estaban demoliendo. ¿Cómo era posible que los humanos pudieran causar tanto daño?…
Higurashi no titubeaba a la hora de transformar en cenizas a los dragones. Su frialdad asombraba a Sesshomaru que lo observaba por el rabillo del ojo. El monje avanzaba con la mirada firme controlando sus soldados y los exterminadores a su lado.
El Este luchaba ordenado y muy concentrado, el miedo no se olía por ninguna parte y eso llamó la atención de los youkai. Los humanos no estaban asustados. Estaban emocionados por la batalla.
Al Lord Inu se le levantó la comisura de la boca pensando. Después de todo, los humanos no parecen tan diferentes a los demonios a la hora de la guerra…
Inuyasha se detenía junto a Higurashi y sus primos, muy junto a Kikyo.
-"Keh! Corran ratas miserables!…"
Y escupiendo hacia ellos sacudía la sangre de Tessaiga
-"Ahora absorbió sangre de dragón, sangre de traidores… Espero que nunca me traiciones, Tessaiga"
-"Tonterías Inuyasha, Tessaiga fue forjada con un colmillo de tu padre, jamás te traicionaría"
-"Vaya perrito, ahora te persigues la cola?"
-"Kouga Ookami, un honor"
Kagome respondía el saludo al lobo, lo conocía bastante bien, lo que era preocupante. Podría reconocerla, después de todo la perseguía cuando era más chica y venía al Oeste a entrenar. Ella no flaquearía, en unos días llegaría el verdadero Souta y ella podría retirarse. Aunque detestara la idea, debía ir a Hakurei.
-"Es un honor, Lord Ookami"
Danaka se acercaba a ellos
-"Danaka Akira hajimemashite"
-"Kleinez Hyò hajimemashite"
Los tora youkai se presentaban, signo de respeto y admiración. En general, los felinos esperaban a ver las reacciones de las personas o youkai para acercarse, pero ellos se presentaron a sí mismos y con una serenidad muy llamativa. Danaka extendiendo su brazo derecho esperando. Los exterminadores y Kikyo, contenían el aire manteniéndose firmes y serenos.
Kagome por su parte reverenció de vuelta y respondió muy tranquila y seria, tomando el antebrazo del macho tigre y apretando con todas sus fuerzas.
-"Higurashi Souta, es un honor"
Y así lo mismo hizo con el príncipe leopardo, con Inuyasha y finalmente con Sesshomaru que se le quedó viendo a los ojos.
-"Taisho Sesshomaru, gratitud por su asistencia al Oeste, Lord Higurashi"
-"Taisho Sama…La casa de las Almas siempre honrará el pacto"
-"Hn."
-"Quisiera saber acerca de mi primo…"
-"El comandante Houshi llegó en muy malas condiciones, pero mis sanadores lo han atendido y se recupera, lentamente pero se recupera"
Kagome le tomó el antebrazo con las dos manos ahora
-"Eterna gratitud, del Este para con la Casa de la Luna"
Asintiendo Sesshomaru no pudo evitar sentir el cosquilleo de la energía sagrada de Higurashi recorrerle el brazo y llegar a su pecho.
-"Permaneceremos en el asentamiento unos días para asegurarnos de que no regresarán, y luego partiremos al Oeste"
Kagome asentía.
Elevando sus youki y reiki chequearon la zona en busca de los traidores.
Se alejaban a varios kilómetros ya. Por el momento no había peligro. Igualmente vendrían vigías a las fronteras.
-"Bien, no hay mas nada que hacer por ahora"
Inuyasha llevaba a Kikyo en su espalda
-"Es tiempo de regresar"
-"Le agradezco su cuidado a mi prima, Lord Inuyasha"
Kikyo revoleaba los ojos y sonreía después.
Sango y Kohaku la veían negando con la cabeza.
-"Taisho Sama, purificaré el campo de batalla…No queremos atraer cuervos carnívoros…"
-"Keh, sería bueno…Esas criaturas me dan escalofríos…"
Kóhaku emprendió el regreso con Sango y parte de los hombres, el ejército youkai e Inuyasha y Kikyo.
Sesshomaru observó al menudo monje. Su sentido del deber iba más allá del cansancio.
-"Hn."
Sesshomaru no dijo palabra pero desenvainó a Bakussaiga.
Kagome asintió y mientras los demás partían, los dos Señores cardinales se quedaron eliminando los restos orgánicos fruto de la batalla terminada.
Lado a lado, Bakussaiga, reiki y el veneno de Sesshomaru. Nada quedaba a su paso, solo la tierra desnuda exhibiendo sus cicatrices, armas y armaduras desperdigadas y nada más.
-"Creo que con eso bastará"
-"Hn."
Sin esperar al humano, Sesshomaru envainó su katana y emprendió el regreso hacia el campamento que tenían armado a dos kilómetros del lugar. Pero Kagome y algunos soldados, no lo siguieron. Lo cual llamó la atención del Lord Inu.
Higurashi y sus seguidores, se ocupaban de reunir el armamento y las armaduras de los orientales caídos en batalla. Kouga que se había quedado a ver, estaba más que interesado en las acciones del monje.
-"Higurashi"
-"Las enviaré a sus familias"
-"Las otras que quedan las llevaré al campamento, servirán para reutilizar en batalla."
El Daiyoukai levantaba una ceja. Higurashi parecía ser un hombre sensato y previsor…Pensante y cuidadoso, casi como lo sería una mujer, pero ese no era el caso.
El Lobo pensó que era muy inteligente de su parte y un buen Señor al pensar en las familias de los caídos. Y se dispuso a ayudar.
Katanas, lanzas, cayados, cascos y armaduras. Lo que estaba roto se quedaba en el campo, lo demás partiría al Este y al campamento. Cada soldado cargaba un gran bulto envuelto en su haori o lo que quedara de él. Pero las telas resentidas se rasgaban y los elementos caían por tierra a cada rato. A ese paso, no llegarían nunca.
Sesshomaru suspirando esperó que terminaran de juntar las cosas caídas y les ayudó a transportar el enorme cargamento portándolo en una nube de youki.
Caminando lentamente para que los humanos pudieran seguirle el paso, pero esos humanos eran implacables y casi lo obligaban a acelerar un poco.
Al llegar, lejos de ser un caos, el campamento estaba tan ordenado como los orientales. Los heridos estaban siendo atendidos por la Miko de Inuyasha y los sanadores del ejército. Los exterminadores ayudaban con las curaciones y los vendajes.
La ropa sucia se iba acumulando en pilas fuera de las tiendas de campaña, y cada soldado se acercaba al arroyo a lavarlas y quitarse las sangre y la suciedad de los rasguños si los tuviera. Estaban bien entrenados acerca de la convivencia con la nación Youkai y cuidaban no ofender los sentidos de sus camaradas demonios. Lejos de ser quisquillosos los youkai, el mal olor de los humanos directamente les quitaba la concentración y los ponía nerviosos. Sin embargo no decían nada ya que ellos también olían mal para los sagrados y se metían al agua junto a los orientales para asearse y cuidar de sus cuerpos.
En un lado del asentamiento el joven exterminador y sus semejantes afilaban sus armas para la próxima batalla.
Mirando hacia otro sector, en la gran fogata se asaban tres jabalíes para los humanos y había otros tres despostados crudos para los youkai. Tres ollas de arroz y abundante té para beber.
De nuevo, Sesshomaru alzaba una ceja.
El exterminador más joven se acercó a Higurashi y le mostró su tienda. Lo cual agradeció y se metió en ella seguido por la exterminadora y su prima la Miko
Eso era un poco extraño, pero los humanos tenían otro tipo de costumbres
Dentro de la tienda, Kagome les hablaba con el código de señas del Este. Para no ser escuchados por los agudos oídos demoníacos.
-"Qué carajos hacen! Se supone que soy Souta! No se meterían en la tienda de Souta! Soy un hombre para todos ellos!"
Los ojos de las mujeres se abrieron al comprender las palabras de su prima
Era muy cierto.
-"Pero cómo hablaremos contigo cuando haga falta!"
-"Ya encontraremos el lugar por el momento deben actuar como si yo fuese Souta"
Kikyo se acercó a Kagome y la abrazó muy dulcemente
-"Ki-Kikyo?"
-"Abrazo mucho a Souta, es mi preferido…"
-"Traidora…"
Sango golpeaba el hombro de la Miko.
Kagome estaba más preocupada
-"Necesito asearme, pero imaginen cuál es mi problema"
Las dos cubrieron sus bocas.
-"Oh No!"
-"Sip. Así que vayan y piensen, solo regresen con la respuesta y avisen antes de entrar, soy un hombre después de todo"
Y sin más se retiraron pensando en lo que hacer para que Kagome pudiese asearse en el arroyo, sin los hombres viéndola.
Tenían un enorme problema en sus manos.
Y otro se gestaba…
Al salir de la tienda, los youkai e inclusive los soldados del Este las observaban. Era verdaderamente impropio para dos mujeres ingresar a la tienda de un hombre. Salvo que se dedicaran a complacerlos, cosa que se tornaba interesante de pensar en un campamento de hombres y machos youkai estresados por la batalla.
A las dos no les quedó otra que ignorarlos y caminar rápidamente hacia sus tiendas.
Los machos observaron cada paso que las mujeres dieron hasta que Inuyasha se paró en medio del campamento.
La Miko era la prometida del segundo del Occidente y eso era muy peligroso para los ojos indiscretos.
-"Qué mierda están mirando?! Cada uno a lo suyo, AHORA!"
Los monjes y los youkai se apresuraban y se ocupaban de sus quehaceres.
Sesshomaru afinaba los ojos
-"Hn."
No estaba conforme, no era bueno que recién llegados los Orientales ya fuesen tan observadas las mujeres. Eran hermosas sin dudas, y poderosas, eso las hacía muy deseables, pero… No era aconsejable tener ese tipo de distracción en un campamento de soldados y demonios.
Tendría que hablar con Higurashi.
De pie frente a la tienda de Kagome, elevó apenas su youki para dar a conocer su presencia. Sabía que el monje era poderoso en batalla y que manejaba muy bien su energía pero de todos modos lo hizo para poner a prueba los sentidos sagrados del monje.
De inmediato Kagome salió
-"Usted dirá Mi Lord"
Sesshomaru se sorprendió por la rápida respuesta del monje, la próxima vez, si es que había una, sería mucho más sutil, a ver si respondía igual.
-"Debemos hablar Capitán"
Kagome asintió y tímidamente abrió la puerta de lona de su tienda
Dentro, el orden de los orientales se repetía. Grandes banderas y estandartes apoyados en las paredes de lona, un pequeño tatami, una jarra y dos tazas, un futón enrollado, los uniformes doblados … Sesshomaru se sentó en un tocón de madera
-"Té?"
-"No"
La respuesta salió con demasiada rudeza, él solo venía a hablar con el monje
-"Gracias"
La sacerdotisa entonces se sentó y se apoyó emulando a un hombre con la pierna cruzada, apoyando el codo en su rodilla y colocando la otra mano en puño apoyada en su cadera
No dijo palabra esperando que Sesshomaru hablara
Ambos se estudiaban. Ahora que lo veía sin máscara ni armadura, Higurashi era…Hermoso.
Si, y para los estándares youkai muy hermoso. Y el aroma de su poder…más adictivo…
Kami había sido injusto dándole semejante belleza al macho de los gemelos, ya que la chica, mmmmm, cómo se llamaba…Kagome, si, Kagome se llamaba, si bien nunca le había prestado atención, dudaba que fuese tan bella como su hermano sentado allí. Por algo no tendría pareja y se recluiría en el monte del templo Hakurei. Tan bello… El poder sagrado crepitando alrededor de su piel dándole un brillo mágico y atractivo…
Cómo que atractivo?
De qué mierda estaba hablando o más bien pensando
Kagome sentía los ojos del Daiyoukai recorrerla de punta a punta. Eso tenía alterado su reiki que le recubría el cuerpo como una manta intentando confortarla. Ahora que lo observaba de cerca, tenía los ojos ardientes como soles, y la piel tan pálida, y esas marcas en los lugares correctos, las filosas garras y sus musculosos brazos, el pecho amplio…El cabello estaba atado en una cola alta como la de ella, pero se veía sedoso y magnífico…Si…Era hermoso…En eso, su codo resbaló de su rodilla provocando que su cabeza cayera un poco y ella se reacomodó de rápidamente avergonzada. Era hermoso, si, pero no como Inuyasha…
Las actitudes del monje internamente le causaron gracia al Lord y se encontró que le parecieron muy tiernas y se sonrojaba…Le ardían las puntas de orejas
Cómo que sonrojado? Higurashi era un hombre por Kami!
Sin esperar más se puso de pie repentinamente, Kagome hizo lo mismo
-"Las hembras, contrólelas, no deseo tener problemas en el campamento"
Y sin más salió de la tienda rápidamente hacia la suya propia, dejando a un Higurashi confundido y con la boca abierta…
