NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.
HOLA DE NUEVO.
EN ESTE VIAJE LOS LLEVARÉ A UNA HISTORIA DIFERENTE, CON AVENTURAS, CONFLICTOS ROMANCE… UNA HISTORIA MUY DESDE EL FONDO DE MI IMAGINACIÓN. NO ES LA PRIMERA DE ESTE GÉNERO NI SERÁ LA ÚLTIMA, PERO ESPERO QUE SEA UNA DE LAS MÁS ENTRETENIDAS.
ABRAZO ENORME.
Capitulo 7
Naraku permanecía en reposo. Estaba recuperándose del contraataque del ejército del Este. Su tío, Kokuryu aún rengueaba y su vientre no sanaba completamente por el ataque del Capitán Higurashi.
-"Ese maldito monje me las va a pagar!"
-"Jah! No va a sobrevivir cuando volvamos a encontrarlo"
-"Esos Higurashi son la peor peste que puede existir…Ni siquiera son buenos para reproducir, al final terminan por traicionarte de la peor manera."
-"Entonces hay una sola solución a ese problema"
Tío y sobrino se miraron a los ojos y sonrieron cínicamente brindando con una copa de sake sureño
-"Hay que exterminarlos"
En la taberna ya se bebían la séptima jarra de sake. Por más youkai que fueren los bebedores, ya no estaban en sus cabales.
Sesshomaru y Danaka, llevaban bajo control su bebida, pero los demás estaban bastante ebrios, y debido al efecto del alcohol, comenzaron a hablar.
Hablar por hablar no sería nada, el tema era que hablaban de mujeres y de historias de aventuras compartidas y experiencias vividas…Con Souta, el mismísimo Señor del Este.
Y allí todo cambió…
Al pasar de unas hermosas mujeres, Kouga abrió fuego
-"Ahhh mira esas geishas, son muy atractivas"
Kleinez que se apoyaba ya sobre los codos en la mesa
-"No sabía que te iban las mujeres"
Bankotsu agregaba
-"No sabes nada de mi amigo lobo aquí"
Ginta y Hakaku escupían la bebida riendo
-"Mujeres, hembras youkai, y algún macho arrepentido también"
-"JJJJJJjjj, no lo imaginaba"
El Ookami golpeaba a Ginta en la cabeza
-"Eso déjaselo a Souta, él sí que no se fija en esas nimiedades"
-"Es cierto, nada ni nadie escapa de las garras del Señor del Este jajajajaja"
Sesshomaru apretaba el vaso de sake, no daba crédito a lo que entraba por sus oídos. Higurashi era una máquina sexual?
¿Bisexual?
¿QUÉ?!
Danaka lo observaba acomodarse inquieto en su sitio, era evidente el interés que le generaba la conversación.
-"Eso no lo sabes, Souta es muy, demasiado reservado con sus asuntos"
-"Es verdad, son suposiciones tuyas Bankotsu"
El Daiyoukai ya colocaba una mano en su barbilla a modo de apoyo mientras se servía más sake y a Danaka también
-"Es suficiente Sesshomaru Sama"
-"Bebe"
Woooaaaa esa orden era extraña, y Danaka bebió pero de a sorbos pequeños, mientras que Sesshomaru, vaciaba su copa en dos tragos.
El General Tora le incitaba a retirarse y regresar al campamento pero el Inu, permanecía firme en su asiento.
Al pasar de una mesera youkai, Sesshomaru le solicitó otra jarra de sake, pero del bueno y les sirvió a todos los de la mesa.
-"Pensé que los monjes permanecían puros"
A dicho comentario las risotadas de los machos resonaron en el bar
A lo que Hakaku respondió
-"Pues alguien debería habérselo dicho a Souta Chan jajajajaja"
Bankotsu rascaba su cabeza
-"El de célibe no tiene nada y sin embargo el poder no disminuye, al contrario…Parece mucho más fuerte ahora, que cuando entrenábamos en el palacio de la Luna"
En el Oeste
Inuyasha casi no había abierto la boca en todo el viaje al palacio.
Kikyo hablaba de esto y aquello, pero Inuyasha no respondía más que con un "Mm."
Los soldados ni cuenta se daban de los kilómetros caminados, estaban extrañados del silencio del mestizo y más aún que no había pronunciado ni una maldición ni insulto en todo el camino.
Al llegar frente al domo de energía, éste comenzó a chisporrotear ante la presencia de los sagrados del Este y de la sacerdotisa poderosa.
-"Abran los portones! Es Lord Inuyasha!"
Y Así el domo descendió y se desvaneció, y los portales fueron abriéndose lentamente facilitándoles el paso a los soldados aliados, a las mujeres y su Señor.
Jaken y Rin esperaban en la explanada
-"Sesshomaru Sama, no viene…"
-"No, es Lord Inuyasha"
-"Keh! Podrían al menos fingir alegría de verme…"
Rin adoraba a su tío, solo que a su padre lo amaba mucho más. Bajando las escalinatas corriendo se arrojó a los brazos del hanyou que la apretó fuerte y la hizo girar.
-"Tío Inu!"
-"Hey mocosa"
-"Y Sesshomaru Sama, está bien?"
-"Por supuesto, acaso no sabes que es el Youkai más fuerte y poderoso de Japón?"
La pequeña jovencita sonreía y saludaba también a Kikyo y a Sango
-"Okaerinasai, obasan"
-"Arigato Rin chan, arigato"
-"Bienvenida Sango San"
La joven sacerdotisa y la exterminadora, tomaban a Rin de las manos y juntas caminaban hacia el interior del palacio.
Allí, rápidamente se dirigieron al ala médica a ver a Miroku pero no lo hallaron allí.
En cambio fueron guiados por Jaken a la arena de entrenamiento, allí se escuchaban los sonidos de choques de espadas y el tintineo de su cayado. Miroku Houshi era un excelente compañero de entrenamiento y apreciado por los youkai de palacio, en especial por las hembras…
Y en los costados había varias de ellas viendo el entrenamiento del sacerdote sin haori.
Sango al verlo se sonrojó y se alegró mucho internamente, lamentablemente su amor era un secreto a voces que ella guardaba en su interior, y que aunque el monje conocía ese sentimiento, aún no lo correspondía directamente.
-"Niisan!"
Kikyo corrió a abrazar a su hermano
-"Kikyo chan"
-"Estás bien? Gracias a Kami Sama!"
-"Y a Sesshomaru Sama y la Casa de la Luna, ellos cuidaron muy bien de mi"
Sus ojos violeta viajaron ahora a Sango, que sonrojada hundía la punta de su pie izquierdo en la arena y daba suaves golpecitos.
-"Hola Sango chan"
-"Es bueno verte recuperado, Miroku San"
-"Príncipe Houshi, necesitaría reunirme con usted y las damas en el despacho, luego de asearse si así lo prefiere. Nosotros también necesitamos un baño después del largo viaje"
-"Enseguida Inuyasha Sama"
-"Jaken, envía a Kibò para que asista a las huéspedes en sus aposentos"
-"Hai Lord Inuyasha"
Y así Inuyasha se retiró raudamente dejando a los humanos mirándolo alejarse y sin comprender.
Luego de asearse y tomar algún refrigerio las mujeres se dirigieron al despacho acompañadas del monje y la joven empleada, la ardilla Kibò.
Dos golpes
-"Adelante"
Y la asistente abrió los portales y luego de cerrarlos se retiró.
Los huéspedes Orientales, ingresaron y caminaron lentamente hacia el centro del despacho, Kikyo se acercó más al mestizo de Occidente que estaba de pie mirando por la ventana con sus manos tomadas en la espalda. Su mirada era fría, su gesto ilegible, no era el Inuyasha de siempre, y eso sacó de balance a Kikyo.
Cuando ella le puso la mano en el brazo, velozmente y como una saeta, el hanyou la tomó del cuello y la estampó contra la pared dejando a Miroku y Sango en una pieza
-"Lord Inuyasha!"
Miroku al ver que atacaban a su hermana se abalanzó hacia el mestizo pero antes de tocarlo éste le hizo una seña de detenerse en su lugar, a la vez que comenzaba a acercar su rostro al de su prometida
-"Y dime ahora delante de tu hermano y tu prima, Kikyo!...QUÉ MIERDA HACE KAGOME PERSONIFICANDO A SOUTA?!"
