NO SOY DUEÑO DE INUYASHA. PERO SI SOY DUEÑO DE MIS HISTORIAS Y NO DOY PERMISO A NADIE A UTILIZARLAS.

HOLA DE NUEVO.

EN ESTE VIAJE LOS LLEVARÉ A UNA HISTORIA DIFERENTE, CON AVENTURAS, CONFLICTOS ROMANCE… UNA HISTORIA MUY DESDE EL FONDO DE MI IMAGINACIÓN. NO ES LA PRIMERA DE ESTE GÉNERO NI SERÁ LA ÚLTIMA, PERO ESPERO QUE SEA UNA DE LAS MÁS ENTRETENIDAS.

ABRAZO ENORME.

Capitulo 13

Inuyasha y el resto de los recién llegados bebían té alrededor de la fogata. La mayoría de los soldados dormía, pero él no podía. Necesitaba saber acerca de su hermano y por supuesto de Kagome.

Sostenía la taza entre las dos manos y miraba fijamente el fuego. Sango y Kohaku hacían lo propio pensando dónde estaría su prima ahora.

Danaka se acercaba sigilosamente como todo felino.

-"Inuyasha Sama, Okaerinasai"

Por supuesto ninguno de los humanos lo escuchó llegar, al punto que ante sus palabras, sacudieron sus tazas derramando un poco del contenido en sus ropas. El mestizo era otro tema, perdido en sus pensamientos y todo, había escuchado claramente, sus pasos casi imperceptibles.

-"Akira Sama"

-"Taijiya…"

Sango y Kohaku asintieron

-"Me permite unas palabras, Taisho Sama…"

Los ojos dorados se encontraban con los verde azulados del tigre blanco.

Allí estaban…

Problemas.

La mirada seria e ilegible del general tora hablaba por sí misma.

-"Y ahora qué hizo ese hijo de putas"

Danaka rió, disimulando la preocupación ante los demás, que riendo también, perdieron el interés en aquello, a excepción del joven exterminador. Él había presenciado una extraña interacción entre el Lord y su prima. Sin embargo, Kohaku tocó con el codo a Sango y le hizo señas de retirarse.

-"Qué?"

-"Vámonos"

Al ver la cara de congoja de su hermano, Sango aceptó de inmediato.

-"Con su permiso, nos retiraremos por esta noche"

El mestizo y el tigre asintieron y Danaka procedió a sentarse junto al hanyou.

Ahora los dos estaban sumidos en el crepitar de las llamas.

Varios minutos transcurrieron hasta que se atrevió a comenzar a hablar con Inuyasha

-"Sesshomaru Sama está…"

-"DETRÁS DE USTEDES"

La profunda voz masculina los alertó de inmediato. No habían sentido su youki, y caminaba lentamente hacia ellos.

Incrédulo se preocupó. Inuyasha no había escuchado nada, solamente aquello que Danaka dijo.

-"Inuyasha…General"

Reconociéndolo asintieron y continuaron, era obvio que ahora tenían que disimular.

-"Keh! Ya sabíamos… Pareces una manada de rumiantes en fuga "

-"Decía, Sesshomaru Sama está decidido a partir esta madrugada al salir el sol"

-"Hn."

Inuyasha observaba el rostro serio del tigre…Algo extremadamente malo estaba sucediendo.

-"Como prefieras"

A todo esto Kohaku había llevado a Sango a la carpa para que descanse y luego se había colado en la tienda de Souta

-"Al amanecer saldremos para el palacio"

-"Está bien. Ahora dime qué solías hacer cuando me sustituías"

El muchacho le relataba las cosas que Kagome realizaba diariamente. Souta se asombraba.

-"WOOOAAA, Han estado bastante ocupados, y por lo que veo yo también!"

Kohaku se juntaba de hombros

-"Bueno pues…Qué me tocaría hacer ahora"

-"Duerme, pronto amanecerá"

-"Nah, me asearé, huelo a pura mierda del viaje, los youkai no aprecian el olor a mugre de los humanos"

-"Pero ya te bañaste hoy!"

-"Ese no fui yo"

-"Pero…"

-"Ya Kohaku! Sabes que sería una falta de respeto hacia ellos!"

-"Lo sé…"

Y así, mientras Souta quitaba su haori y salía solo con su hakama y algún lienzo, Inuyasha lo miraba asomarse de la tienda y acercarse. Sus ojos dorados se fijaban en él y asentía. Sesshomaru se giraba para ver quién era, y se quedaba en una pieza.

El mismísimo señor del Este mostrando su torso desnudo, fornido y musculoso caminaba hacia él.

Los curiosos ojos Inu viajaban por el escultural cuerpo del monje. Su piel bastante más bronceada de lo que recordaba…Cintura un tanto más ancha de lo que pensaba haber visto antes en la cascada. … Pectorales perfectos muy marcados y una horripilante cicatriz en su costado derecho.

Espeluznante recordatorio del algún ataque...

Cuándo se hizo semejante herida…

Y parecía reciente.

Cómo un ser humano pudo sobrevivir a semejante ataque?

Con razón se cubría con vendajes…

De pronto recordó.

Claro, la emboscada ryu.

Esos reptiles eran una verdadera peste y había que erradicarlos cuanto antes.

El Lord tragaba duro mientras Souta asentía saludándolo y seguía hacia el río, como si se hubiesen visto hacía horas. Y así había sido.

Pero a su paso Higurashi no dejaba ningún rastro aromático, de nuevo le faltaba el respeto

Ya era demasiado, lo alcanzaría en el río y le exigiría presentar sus respetos a la cultura youkai.

De paso se aprovecharía para aclarar el malentendido humillando y alejando al humano, demostrándole que a él no le interesaba en absoluto un macho débil y patético como él..

Pero Souta se giró para verlo.

-"Mi lord, luego de asearme, liberaré mi esencia para presentar mis respetos…Por favor no tome a mal que oculte el hedor de mi viaje cansado"

Los dos youkai y el mestizo asentían admirados

-"Ve y quítate la mierda del camino Souta, aquí te espera una taza de té caliente...Aunque también sabe a mierda"

El monje e Inuyasha se reían.

Sesshomaru y Danaka fijaban sus ojos en la caminata del sacerdote hacia el río cercano. Su avance era un tanto torpe, absolutamente masculino, despreocupado quizás, ¿Qué sucedió con ese caminar hipnótico y armonioso…?

Tal vez el cansancio…

Kumazawa se unía al grupo y se servía un jarro de té.

-"Oyasuminsai"

-"Buenas noches, Kumazawa San"

-"Kuma…"

-"Sesshomaru Sama"

-"Hn."

El oso se sentaba en uno de los troncos alrededor de fogón.

Enorme y educado ataba sus cabellos castaños en una cola alta. Tenía los ojos rojizos con tonos café, su piel era bronceada y su torso muy ancho. Algunas marcas marrón oscuro ovaladas adornaban su piel. De rasgos finos y armónicos, en pocas palabras Kumazawa era una bella escultura griega, pero enorme.

Su tamaño se compensaba con la delicadeza con que se desempeñaba en sus movimientos, aunque en batalla era feroz.

Ya no era desconocido para nadie la elección de vida del youkai Kuma para sus relaciones románticas.

Sesshomaru ahora sabía del interés del oso hacia el monje.

Y él, para peor, había dado el mensaje incorrecto causando los celos del soldado fiel.

Iba a aclarárselo.

A él no le gustaban los machos. No.

Jamás le gustarían…

Y menos Higurashi.

Tenía que dejar aquello muy en claro.

Pero antes de pronunciar palabra alguna, Danaka dijo

-"Busca usted al Capitán Higurashi?"

El tigre había notado una cierta incomodidad en su Señor, por lo que decidió presionar un poco a ver cómo reaccionaba el mayor de los hijos de su mentor.

Sesshomaru y Kumazawa se observaron unos minutos. El soldado finalmente apartó la vista y cabizbajo negó con su cabeza

-"Mm. No"

El Daiyoukai aprovechó para quitarse lodo de encima

-"Debería buscar en el río"

Y sin decir nada más bebió de su jarro y no lo miró más.

El soldado se puso de pie de inmediato y reverenció para retirarse rumbo al cuerpo de agua.

-"Con su permiso"

Danaka se mantuvo observando al Lord que se hundía en su bebida caliente.

Por su parte Inuyasha negaba con la cabeza y bebía también.

Ignorante de las tribulaciones de su medio- hermano, no pudo evitar formular un comentario al respecto

-"Kuma está perdido"

Sesshomaru lo miraba.

Danaka preguntaba

-"Por qué dices eso?"

-"A Souta Chan le gustan las mujeres"

El Daiyoukai no pudo aguantarse

-"Pero en la taberna, Bankotsu dio a entender que Higurashi estaba cómodo con los dos géneros"

-"Ah…Por el hermano de Banko…Si…Bueno, pero él es una vaina, una funda. Souta es una espada, y a Kumazawa por lo que sé, también le gusta "enfundar", dos espadas solo sirven para pelear y chocar, si Kuma le propone ser funda, Souta Kun lo va a sacar cagando"

La mirada de desconcierto del macho Inu.

La respuesta tajante del mestizo.

-"Insisto, está perdido"

-Flash Back-

Montando el caballo como alma que la llevaba el diablo, Kagome galopando recorría los kilómetros restantes hasta Hakurei.

En su huida desesperada, ramas de árboles, arbustos y espinos le tajeaban y lastimaban las partes del cuerpo que no cubría su armadura de Capitán.

Ella no sentía nada.

Su mente estaba descontrolada recordando las manos del Lord recorrer su cuerpo y su corazón se desbocaba latiendo desenfrenado.

"Oh Kami. Oh Kami"

Los pasos firmes del corcel se aseguraban mejor al abandonar la espesura del bosque hacia la planicie desde donde se vislumbraba el sagrado monte ancestral.

Pero ella no veía nada.

Su mente repetía una y otra vez la escena vivida un par de horas atrás.

Sesshomaru le había acariciado los costados de su torso y la cintura, se había asentado en sus caderas después…

Kagome sentía que sus mejillas ardían y le comenzaba a faltar el aire. Sabía que ahora estaba en problemas porque el Daiyoukai le gustaba, y ella era una sacerdotisa, una humana y además a los ojos del Lord era un hombre.

Él había sido muy explícito al explicarle a Kumazawa su desagrado por dichas condiciones, y ella las reunía todas.

La velocidad no tenía la culpa… Ni el viento en los ojos…

Pero ese insipiente amor que comenzaba a nacer por ese Inu Daiyoukai sí la tenía, tenía toda la culpa y la joven sagrada no sabía qué hacer con ese sentimiento que brotaba como un retoño en su corazón.

Derramando mares de lágrimas de sus ojos, tomando la entrada a la cueva de Hakurei, Kagome desmontó y caminó hacia el centro del templo.

Allí su pariente Hidoriko y otras Miko la esperaban.

-"Sentimos tu aura desde kilómetros"

Kagome ni se sorprendió. Lo único que atinó a hacer fue caer de rodillas cubriendo su rostro y llorar hasta que del cansancio y la pena se desvaneció desparramada en el suelo.

Las demás mujeres la levantaron y la llevaron a una habitación destinada para ella.

-"Hidoriko Sama, estará bien la segunda regente del Este?"

-"Si, Krisstal, ella estará muy bien una vez que descanse. Por favor cuídala esta noche"

-"Hai"

Era cierto, Kagome tenía que descansar, del viaje, de lo vivido esas semanas en el campamento suplantando a su gemelo y también de la cercanía del macho Inu que la había comenzado a atormentar interiormente.

Durante la noche mientras Krisstal, la joven sanadora el templo la cuidaba y la arropaba, la joven Miko se volteó y suspirando, se acomodó para seguir durmiendo, musitando sin querer las palabras que sellarían su destino y el de todos…

-"Sesshomaru Sama…"

-Fin Flash Back-